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CITAS DEL CAPÍTULO VII
AUGUSTÓBRIGA Y LA EBURA CARPETANA O VETTONA -UN “ASUNTO” CARPETOVETÓNICO- (Enigmas del río Guadarrama, capítulo VII).
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CITAS :
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(1): Boletín de la Real Academia de la Historia. Tomo 11, Año 1887 | Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes
Fidel Fita Colomé, en 1887 describe el referido hallazgo, en su artículo: "Noticias" pags 357-362.
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(2): Para leerlo, pulsar: https://artesimbologiayhumanismo.blogspot.com/2024/08/augustobriga-en-talavera-la-vieja-y-la.html
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(3): FIDEL FITA (1835-1918) SU LEGADO DOCUMENTAL EN LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
JUAN MANUEL ABASCAL PALAZON
R. A. H. MADRID 1998
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(3a): “A caballo entre el liberalismo religioso, el respeto a los postulados jesuitas y las buenas relaciones con casi todos los gobiernos que conoció, Fita construyó un mundo privado en el que la página escrita constituyó una auténtica obsesión. Publicar fuentes documentales, dar a conocer hallazgos arqueológicos, bucear en el terreno de las etimologías, etc . marcan la vida del sabio jesuita hasta su muerte en 1918” .
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(3b): Fidel Fita nació en Arenys de Mar (Barcelona) un 31 de diciembre de 1835', hijo de Antonia Colomé i Esparragó y de Felix Fita i Roura
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Tras el paso por Aire-sur-Adour, la etapa de formación religiosa le permitió recorrer diversos centros de la orden entre los que conocemos Nivelle, en Bélgica, para estudiar Retórica ; allí terminó el noviciado el 3 de octubre de 1852, realizando los votos del bienio en la Compañía el 1, de enero de 1853
De vuelta a España, le encontramos en Loyola en 1853, destinado a la enseñanza de Humanídades y Griego 13 a los novicios allí residentes . Fita acababa de cumplir los 18 años cuando probablemente hablaba ya varias lenguas y empezaba a tener una perspectiva universalista del entorno en que se movía. En Loyola recibió Fita las cuatro órdenes menores de la Compañía el 22 de octubre de 1854 .
El alzamiento militar de O'Donnell en junio de 1854 y los profundos cambios que traería el retorno de Espartero provocaron el exilio de Fita como el de otros muchos religiosos.
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la ley desamortizadora de Madoz del año siguiente mantuvieron a Fita en el exílío durante lo que se ha dado en llamar el bienio progresista (1854 - 1856), fechas en las que se refugia en la casa jesuita de Laval (Francia), un Colegio de estudios mayores de Filosofía en donde permanecerá hasta 1857, fijando por segunda vez su residencia en Francia antes de cumplir los 20 años de edad.
(3c): El retorno de O'Donell al gobierno en 1856 abre las puertas al retorno de los exiliados, entre los que regresa Fita, que es destinado en 1857 al colegio de Carrión de los Condes (Palencia), con la misión de enseñar latín y francés a los alumnos externos
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León será para Fita una segunda patria y la ciudad que despertaría su vocación investigadora. Además de completar sus estudios de Teología", aquí darían comienzo sus estudios históricos y sus contactos con la Academia, que marcaría su labor científica hasta su muerte. Aquí resídió entre 1860 y 1866, siendo ordenado sacerdote en 1863, y también aquí entró en contacto con la antigüedad romana a través de la riquísima documentación que el azar había puesto a su disposición, mientras la Compañía le encargaba la enseñanza de Lengua hebrea y Sagradas Escrituras en su propio colegio.
En el León de aquellos años Fita trabó amistad con el ingeniero de caminos Eduardo Saavedra (Tarragona 1829 - Madríd 1912), que en 1862 sería elegido Académico de Número de la Real Academia de la Historia, con Ricardo Velázquez Bosco (1844 - 1923) aficiona-
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do a las antigüedades, gran dibujante y Académico de la de Bellas Artes de San Fernando", y con Carlos de Pravia, un gran aficionado y entonces gobernador civil de León.
El contacto de Saavedra y Fita, mal conocido y probablemente epistolar ya desde 1862 debió tener una breve duración. Como ingeniero de la Compañía de Ferrocarriles del Noroeste, Saavedra había residido en Soria probablemente hasta 1862, entre 1862 y comienzos de 1865 debió estar en Palencia y desde esa fecha hasta julio de 1866, en que abandona la Compañía, se encuentra en León 28 . Por lo tanto, la etapa leonesa conjunta de Fita y Saavedra debió durar poco más de año y medio
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Mientras sirve a la Academia con sus primeros estudios documentales, Fita emplea su estancia leonesa en compilar las inscripciones romanas descubiertas en la ciudad y provincia de León, en recorrer las tierras leonesas en busca de evidencias de la presencia romana y en realizar sus primeras y, probablemente, únicas excavaciones arqueológicas. En efecto, en 1863 describe el hallazgo de una sepultura romana en Castrillo de Porma y en 1864 excava junto al también jesuita Vinader en La Milla del Río,
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(3d): 2 .3 . EL ÚLTIMO EXILIO Y LOS AÑOS CATALANES (1866-1879)
En noviembre de 1866 Fita se encontrada aún en León a punto de ser trasladado a Cataluña, con lo que concluye definitivamente su etapa leonesa y su presencia física en las tierras de la Meseta, que no volverá a pisar salvo en viajes esporádicos" o en el paso hacia el retiro veraniego en Santiago de Compostela .
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La estancia catalana de Fita entre 1866 y 1868 es uno de los períodos más oscuros de su vida, con frecuentes cambios de domicilio y estancias en diversos centros de la Compañía.
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En su Cataluña natal le sorprenderían los acontecimientos de septiembre de 1868 que le forzaron al exilio y le llevaron a cruzar por tercera vez los Pirineos a los 33 años de edad. Un breve comentario de su paisano F de P Calbetó permite saber que en la huida de Fita hacia Francia fue reconocido como jesuita y detenido en Figueras, siendo recluido en la Secretaría y Archivo del Ayuntamiento
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(3e): Hasta donde sabemos por la documentación conservada, sus relaciones con la Academia durante este exilio son efímeras sin llegar a romperse; de los casi dos años de estancia en Vals-prés-de-Puy sólo conocemos una carta enviada desde Aix el 21 de septiembre de 1870 junto a la que remitía a Madrid una copia de un diploma de Alfonso VII que había localizado.
El estallido de la guerra franco-prusiana en 1870 obliga a Fita a trasladarse de nuevo a España, esta vez al Seminario Conciliar de Gerona; desde allí escribe a la Academia de la Historia-
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Reside en Bañolas
Residiendo oficialmente en Barcelona y accidentalmente en Madrid 73 llegaría en 1877 la propuesta para ser elegido Académico de número en la de la Historia, sustituyendo a Fermín Caballero 74. La propuesta, con fecha de 2 de enero y anunciada para votación el 2 de marzo de 1877, la firmaron A. Fernández-Guerra, V Barrantes, J. de Dios de la Rada y, cómo no, su valedor Eduardo Saavedra.
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Su discurso de ingreso, dedicado a la vida y obra del Cardenal Obispo de la Gerona del siglo XV D. Juan Margarit, conocido como El Gerundense, abordaba ya la necesidad de restituir la historia del pasado a partir de lo particular, del sencillo dato revelado por una inscripción o un hallazgo arqueológico
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(3f): En esa labor, Hübner vio en Fita el colaborador necesario para sus estudios epigráficos en la Península Ibérica, y respaldó aquel mismo año de 1879 sus investigaciones con una propuesta de Correspondiente en el Instituto Arqueológico Alemán de Berlín, refiriéndose a él como de re epigraphica hispana optime meritus merensque.
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En estos primeros años madrileños aparece el libro escrito en colaboración con A. Fernández-Guerra ", que alcanzaría una enorme difusión . Junto a los trabajos históricos, Fita cultiva los temas religiosos, con frecuencia vinculados a la historia de la Compañía y orienta su trayectoria profesional de forma decidida hacia la epigrafía romana, sin descuidar nunca otros campos . Desde mayo de 1879 comienza la activa correspondencia con
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E. Hübner, aunque el contenido de esas cartas parece dar a entender que habían existido contactos anteriores y conservamos noticia de envíos de inscripciones desde León ya en la temprana fecha de 1863; el mismo año comienza la serie de las más de cien cartas íntercambiadas con Isidoro Loeb, y al año siguiente comienzan los contactos con Sommervogel, el gran bibliógrafo jesuita", con Jules Tailhan, el jesuita historiador de la España visigoda
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(3g): El momento culminante de su carrera llegó en diciembre de 1912 cuando, a la muerte de M. Menéndez Pelayo, fue elegido para sucederle como Director de la Real Academia de la Historia, cargo en el que sería reelegido en 1915. Las cartas de felicitación por aquella elección muestran hasta qué punto Fíta gozaba de un reconocimiento general en casi todo el país.
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Según sus compañeros de la Residencia de los Jesuitas en Madrid, el 2 de enero de 1918 comenzaron las primeras fiebres y murió el 13 de enero de 1918 a las 3 de la tarde.
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(3h): Nada se dice sobre Augustobriga, ni siquiera se menciona Talavera la Vieje entodo el estudio; aunque sale repetidamente Talavera de la Reina y varias veces se habla de Talavera la Real. Tampoco se hallan los opúsculos sobre Belvis de Monroy, El Berrocalejo o el Puente del Conde en Valdeverdeja.
PUBLICACIONES DE FITA
355. FITA, F, «Excursiones epigráficas [pp. 43-54: De Monesterio a Mérida; pp. 125-127 : Zalamea de la Serena; pp . 127-130: Campanario; pp. 130-133 : De Carmona a Mérida por Écija; pp. 133-134 : La Moncloa; p . 134: Ecija ; pp. 134-136 : Peñaflor; p. 136 : Constantina; pp. 137-138: Guadalcanal ; pp. 138-140: Reina; p . 140 : Víllagarcía; pp. 140-141 : Usagre; p. 141 : Zafra, Villafranca y Mérida; pp. 141-142 : De Cádiz a Baños de Montemayor; pp . 142-145 : Zahara, La Morera, La Haba ; pp . 145-151 : Baños de Montemayor; pp. 151-152 : De Elvas a Mérída; pp. 153-154: Elvas; pp. 154-155 : Badajoz; p . 155 : Talavera la Real; p. 155 : Montijo; p . 156: La Garrovilla; p . 156: Aljucén; pp. 156-162 : Mérida», BRAH 25, 1894, p. 43-166
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(4): En 1883 escribe; FITA, E, «Inscripciones romanas inéditas de Vascos y de Valdeverdeja», BRAH 2, 1883, pp. 244-248.
Asimismo, fue quien en 1887 dio la noticia sobre la aparición en TALAVERA LA VIEJA; de una losa de mármol grabada con la palabra Augustóbriga. Localizando definitivamente allí esta ciudad.
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(5): Aportaciones a la epigrafia de Augustobriga (Talavera la Vieja, Cáceres)
Helena Gimeno Pascual
Nuevas interpretaciones del Mundo Antiguo: papers in honor of professor José Luis Melena on the ocassion of his retirement / coord. por Elena Redondo Moyano, María José García Soler; José Luis Melena Jiménez (hom.), 2016
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(6): SIC (3)
Entre sus primeras preocupaciones de la etapa de madurez figuran los estudios célticos . El interés por tales temas brotaba de forma incesante en multitud de estudios editados tanto dentro como fuera de España desde mediados del siglo XIX. El referente básico para ello en estos años es la serie de publicaciones de Joaquín Costa, a la que acompañan algunos trabajos aislados debidos a la pluma de Aureliano Fernández-Guerra"'.
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El tema interesaba a Fita, que veía en él la posibilidad de desarrollar sus numerosas sugerencias etimológicas, y dio lugar a la publicación de su libro Restos de la declinación céltica y celtibérica en algunas lápidas españolas (Madrid 1878).
(6a): El trabajo, en el que Fita hizo aparecer alguna de sus teorías etimológicas y en el que expuso lo que se ha dado en llamar la tesis vasco aria, recibió críticas inmediatas como la de Unamuno: «tantas voces como el Padre Fíta. "ha hallado comunes al vascuence y al sánscrito, hallaría un sinólogo entre el mismo vascuence y el chino» ,
Tales críticas, radicales y confirmadas en obras posteriores"', pudieron ser causa inmediata de que el jesuita abandonara este tipo de estudios para dedicarse únicamente a la edición documental, bien se tratara de inscripciones o de manuscritos. Sólo ocasionalmente Fita retomará el tema para comentar las publicaciones de H. D'Arbois de Joubainville
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(7): Otras obras de Fita
105 . [RAH, 9-75871 . Una carpetilla titulada «Inscripciones en lengua eúskara», que contiene un gran número de notas sueltas, un lote de fichas de inscripciones en euskera conservadas en distintas localidades y el manuscrito «El vascuence en las inscripciones ógmicas» .
Publicación
329 . FITA, E, «El vascuence en las inscripciones ógmicas», BRAH 22, 1893, pp . 579-587.
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Publicación
97 . FITA, E, «El vascuence alavés anterior al siglo XIV», BRAH 3, 1883, pp. 215-243 (Reed. en Epigrafía romana. Colección. . ., Madrid 1883) .
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(7a):
173. FITA, E, «La verdad sobre el martirio del Santo Niño de La Guardia, ó sea el proceso y quema (16 noviembre, 1491) del judío Jucé Franco en Avila», BRAH 11,
1887, pp. 7-134.
174. FITA, F., «Memoria del Santo Niño de La Guardia, escrita en 1544 . Biblioteca Nacional, códice Aa 105, fol. 32r-41 r», BRAH 11, 1887, pp. 135-160.
175. FITA, E, «Breve noticia del Santo Niño de La Guardia, que el arzobispo D. Juan Martínez Siliceo alegó en 1547», BRAH 11, 1887, pp. 239-240 .
176. FITA, E, «Noticias [Bulas de Celestino III]», BRAH 11, 1887, pp. 281-283.
177 . FITA, F., «La Inquisición toledana . Relación contemporánea de los autos y autillos que celebró desde el año 1485 hasta el de 1501», BRAH 11, 1887, pp. 289-322 .
212. FITA, E, «Sentencia, quema y sambenito de Hernando de la Rivera, que dicen hizo el papel de Pilatos en la Pasión, ó martirio del Santo Niño de La Guardia», BRAH 14, 1889, pp. 97-104 .
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(7b)
38. FITA, F. y LÓPEZ FERREIRO, A. 845, Monumentos antiguos de la iglesia Compostelana . Artículos. escritos y publicados por el muy ilustre señor doctor D. Antonio López Ferreiro y el R.P. Fidel Fita, Madrid 1883 .
794 . FITA, F., «La gran caverna del Picosacro, dos leguas al Oriente de Compostela», BRAH 59, 1911, pp . 276-304 .
120. [RAH, 9-75821. Un pliego que contiene cinco manuscritos anotados en color rojo por el propio Fita, lo que indica que se trata de envíos a imprenta. Estos manuscritos son: «Santiago de Galicia. Nuevas impugnaciones y nueva defensa», «Antigüedad del culto de Santiago en Galicia», «San Julián de Toledo . Argucias del abateiDucherne», «San Julíán de Toledo y el falso Abdías», «San Julián de Toledo y Eusebio de Cesarea».
506 FITA, E, «Santiago de Galicia. Nuevas imputaciones y nueva defensa», Razón y Fé 1, 1901, pp. 70-73, 200-205, 306-315 ; 2, 1902, pp. 35-45, 178-195 ; 3, 1902, pp. 49-61 ; 314- 323 ; pp. 475-488
Razón y Fé. Revista hispanoamericana de cultura, Madrid 1901 ss .
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(8): FITA, E, «Inscripciones romanas inéditas de Vascos y de Valdeverdeja», BRAH 2, 1883, pp. 244-248.
234 Publicada en 1883.
SIC:
Inscripciones romanas inéditas de vascos y de Valdeverdeja .
En un valle, rodeado de pequeños cerros, sobre la margen derecha del rio Tajo y en el partido judicial de Puente del Arzobispo, se halla Valdeverdeja, linda villa de 700 vecinos, que parte lindes al Occidente con el lugar de Berrocalejo de la provincia de Gaceres. Fue en tiempos esta comarca notable por su posicion estrategica; mas ahora, de vagos recuerdos de las acciones empenadas en torno de su arruinado castillo de Peñaflor. El cual en 1568 merecia llamar la atencion del rey Don Felipe II, y era descrito en estos terminos (1):
≪En un ribero 6 la parte de medio dia junto i la ribera del rio Tajo esta una gran peña alta y muy fuerte, que por su nombre se llama Peñaflor; y en la redonda y circuito de ella ay muchos edificios y antiguallas de cimientos de casas antiguas, y piedras labradas en las quales y algunas de ellas estan'unas letras esculpidas que dicen las unas Galerio Valerio, y otras dicen Julia Felicitat.≫
Lástima es que los arqueologos no se hayan fijado mejor en tan copioso venero de antiguedades. El epigrafe de Galerio Valerio Maximiano indicaba tal vez la presencia de un miliario, testigo de la construccion o reparacion del puente entre los anos 296 y 305 de la era cristiana; o bien la dedicacion de una estatua al emperador, en cuyo caso, el nombre romano de la localidad habria hecho por ventura dar un paso mas a nuestra Geografia.
Del mismo sitio probablemente broto el cipo romano inedito, que trajo a Talavera de la Reina no ha muchos años el ilustrado academico D. Ramon Depret, despues de haberlo recogido en las inmediaciones de Valdeverdeja. Con el cipo se hallo un mojon terminal en figura de jabali. Ambos objetos fueron cedidos a don Luis Jimenez de la Llave, distinguido anticuario de Talavera, quien los conserva y acaba de mostrarmelos en el jardín de su casa, calle de la Concha. El cipo es de marmol blanco, coronado por un atico triangular y dos cilindros laterales, donde campean las cifras sacramentales de estilo que expresan la dedicación a los Manes. El monumento, de elegante construccion, mide 39 centimetros de alto por 19 de ancho y 10 de grueso. Lo hizo labrar Aurelio Cosconiano, y lo -consagro a la memoria de su difunta hermana Julia Vital, fallecida en la no temprana edad de sesenta y cinco anos. Las letras, de forma un tanto prolongada y de caracter marcadisimo, reflejan el del siglo II. 1esde la guerra de la Independencia, tiene
(1) Relaciones topograficas de los pueblos de España, hechas de orden de Felipe II,t. ii, art. Berrocaltjo, fol. 130. MS. de la Real Academia de la Historia.
D • M • S
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D(i≫) M(auibvi) t{acrvm). JiU(iae) Vitali] serori carisimas; aun(orum) l x v , Avrelim Cosamiatnu frater f(aciendvm) c(wravit).
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En Cadiz otra, o quiza la misma Julia Vitalia de Penaflor 6 de Valdeverdeja, puso recuerdo sepulcral a su esposo Aplasto, cuyo nombre provino (si mal no creo) del griego (...)
El sitio de Berrocalejo era lusitano, como que es de la provincia de Caceres y de la diocesis de Avila. Ademas esta demostrado por las inscripciones romanas de Talavera que la frontera lusitana sobre la margen derecha del Tajo subia mas arriba al oriente de esta ciudad. No es menos digna de atencion el arula votiva, recien hallada a corto trecho de la despoblada ciudad de Vascos, en la labranza de Fuente el Apio. Su dueño, D. Jose Gonzalez, vecino de Talavera,
guarda en su casa (callo de la Corredera, 10) la preciosa lapida. Mide 25 por 15 centímetros de cara y 7 de profundidad.
Dice asi:
s v r i s
c a • v o T
L • A • M • So
IOVI • SO
Surisca vot(um) Uubtns) a(*imo) m{eHto) to(Mt) Jovi soQutorto).
A Jupiter libertador cumplio gustosa y merecidamente Surisca el voto que le habla hecho.
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Este epigrafe viene a fijar la dudosa leyenda de otro de Barcelona, donde suena el ex-voto de una esclava ahorrada llamada tambien Surisca. La desinencia del nombre parece indicar un grecismo, visible en paide (muchacha), neaniskos (mozuelo), junisje (perrilla). Sin embargo, los partidarios del sistema de Humboldt, que pretenden que el vascuence estuvo difundido por toda Espana, no admitiran de buen grado semejante origen, diciendo que de zuri (blanco) sale con terminacion comun a todos los diminutivos vascongados, zuricho (blanquecino, blanquizco). Si algo se me alcanza en esta cuestion, es que las formas castellanas análogas, como arenisco, blanquizco, levantisco, deben ilustrarse en primer termino por el estudio de nuestros monumentos epigraficos.
Cuando poseyeremos suficiente numero de datos, que determinen el idioma propio de cada región peninsular, la ciencia filologica podrá sin extraviarse aplicar el metodo comparativo.
El castillo de Penaflor y la ciudad de Vascos ofrecen muy claros indicios de haber tenido en la antiguedad poblacion romana. Como Valdeverdeja, Vascos esta comprendida en el distrito de Puente del Arzobispo; pero descuella en la otra ribera del Tajo, sobre el cerro de la confluencia del Juso. El reconocimiento de sus fuertes murallas, casi intactas, en donde habita la soledad, y la luz que sobre la explotacion de sus minas de oro pueden asimismo derramar las cronicas arabes, mayormente al tratar de la epoca de los Almoravides, no serian de época, sino de mucha utilidad para los adelantos historicos. Una prueba, bastante perentoria de su antiguedad, resalta en la obra de Yacut. Este autor (III 542), describiendo a Talavera, dice que es de las amellas de Toledo. Mas en los articulos siguientes, refiriéndose a una division geografica, mas antigua, que tomaron problablemente los arabes de los visigodos, añade que .... (Vascos) pertenece a las amellas de Toledo.
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(8a) :D-1) Fidel Fita y las antigüedades en La Jara y en Extremadura:
D-1) a: El Puente del Conde y los alrededores de Villar del Pedroso:
Fue el padre Fita uno de los grandes estudiosos de esta zona tan bella de La Mancha, donde se unen las dos Castillas con Extremadura. Redactando numerosos artículos sobre su epigrafía e Historia, entre los que destacaremos primero aquel que nos habla sobre el Puente del Conde. Paso, que -como sabemos- cruzaba el Tajo a la altura de Valdeverdeja y El Berrocalejo; habiendo sido el único de la zona, muy anterior al que abrió el arzobispo Tenorio (en el lugar que hoy guarda su nombre). De lado Sur, en la orilla, se situaban las fortalezas árabes de Alija, Espejel y Los Castros; pertenecientes al municipio de Villar del Pedroso, donde casi todos por entonces localizaban Augustóbriga. Al menos, hasta que Hübner y la famosa piedra, aparecieron en la zona; cambiando su ubicación a Talavera la Vieja-. Población que también se alzaba en la margen Sur del Tajo; a unos 35 kilómetros de Villar del Pedroso, a 12 de El Berrocalejo y a unos 8 de este paso que construyó el Conde de Miranda. De tal modo, Fidel Fita habla en el referido artículo, de que aquel Puente del Conde fue cruzado y admirado por Felipe II. Lo que suponemos, se produjo cuando el monarca viajó hasta La Jara, para sofocar las revueltas de los moriscos; que en 1568 se sublevaron en todo el sur de España (en especial los de Las Alpujarras y de Extremadura, que se hallaban en los Montes de Toledo y la Sierra de Guadalupe). Aunque, quizás Felipe II volvió a cruzar por aquel paso cuando se dirigió a Guadalupe años más tarde, para entrevistarse con su sobrino Sebastián de Portugal; quien le requería para que le ayudase en la Cruzada que preparaba, en el Norte de África. Sin olvidarnos de que el hijo del Emperador D.Carlos fue finalmente proclamado rey del país vecino, cuando Sebastián I se perdió y murió en Alcazarquivir -subiendo al trono luso como Felipe I, en 1580-. Por lo que es posible que en los innumerables viajes que este rey hizo entre Madrid, Badajoz y Lisboa; pudo también salvar el Tajo por aquella obra que levantó el Conde de Miranda unos cien años antes.
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Acerca de ello, Fidel Fita nos dice textualmente que “Valdeverdeja tenía el puente del Conde que cruzaba el río, destruido por los franceses. El cual en 1568 merecía llamar la atención del rey Don Felipe II”. Recogiendo a continuación un texto del siglo XVI, que describe y narra como esa bella obra que vadeaba las aguas del Tajo, estaba en un lugar llamado Peñaflor; cargado de ruinas romanas y antiguas “piedras labradas en las quales y algunas de ellas estan unas letras esculpidas que dicen las unas Galeirio Valerio, y otras dicen Julia Felicitat” -idem-. Tras ello, el padre Fita, continuará con las siguientes palabras: “Lástima es que los arqueólogos no se hayan fijado mejor en tan copioso venero de antigüedades. El epígrafe de Galerio Valerio Maximiano indicaba tal vez la presencia de un miliario, testigo de la construcción o reparación del puente entre los años 296 y 305 de la era cristiana; o bien la dedicación de una estatua al emperador, en cuyo caso, el nombre romano de la localidad habría hecho por ventura dar un paso mas a nuestra Geografia. Del mismo sitio probablemente brotó el cipo romano inédito, que trajo a Talavera de la Reina no ha muchos años el ilustrado académico D. Ramon Depret, después de haberlo recogido en las inmediaciones de Valdeverdeja. Con el cipo se halló un mojón terminal en figura de jabalí. Ambos objetos fueron cedidos a don Luis Jiménez de la Llave, distinguido anticuario de Talavera, quien los conserva y acaba de mostrármelos en el jardín de su casa” .
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Seguirá Fidel Fita describiendo estas piezas halladas en las proximidades del Puente del Conde (junto a Valdeverdeja); llegando a la conclusión de que el cipo se trataba de un monumento dedicado a los dioses Manes (que fecha en el siglo II d.C.). Pero en su análisis de esos restos procedentes del entorno del Puente del Conde, olvida realizar un comentario sobre el “mojón con forma de jabalí”; que consideramos es uno de los muchos verracos ibéricos que aparecieron en la zona. De los que en Villar del Pedroso se documentan unos seis, existiendo datos de que en total se han hallado allí, hasta ocho de estas esculturas zoomorfas vettonas. De tal manera, creemos que las piezas que documenta, pertenecen a las inmediaciones de Vascos y Villar del Pedroso. Área que durante los siglos XVII, XVIII y XIX fue considerada el emplazamiento donde estaba Augustóbriga; hasta la nueva localización que hizo Hübner. Por lo que el autor terminará este artículo escribiendo “El castillo de Peñaflor y la ciudad de Vascos ofrecen muy claros indicios de haber tenido en la antigüedad poblacion romana. Como Valdeverdeja, Vascos esta comprendida en el distrito de Puente del Arzobispo; pero descuella en la otra ribera del Tajo, sobre el cerro de la confluencia del Juso. El reconocimiento de sus fuertes murallas, casi intactas, en donde habita la soledad, y la luz que sobre la explotacion de sus minas de oro” . En Juso, mencionado por Fidel Fita, es el río Huso; afluente del Tajo cuya belleza es inmensurable, pues baja desde la Sierra de Guadalupe, saltando, salvando hoces y trazando decenas de terrazas -entre rocas y riscos-. Llegando a alcanzar el lugar donde desemboca, creando un paisaje indescriptible, muy cerca de la ciudad de Vascos de la Jara; la ciudad árabe perdida y misteriosa donde muchos ubicaron Augustóbriga. Por su parte, lo que denomina Peñaflor, era el castillo árabe de Alija; que junto al de Espejel y Los Castros, fueron alcazabas árabes, fundadas probablemente sobre fuertes romanos y nacidas desde castros vettones. Todas ellas situadas en las orillas del Tajo y en el término municipal de Villar del Pedroso (muy cerca del lugar donde desemboca este arroyo homónimo, cuyo nombre se debe al pedregal que recorre: el Pedroso).
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No vamos a entrar en discusiones acerca de Talavera la Vieja, Augustóbriga y las calzadas romanas; de las que extensamente hemos tratado en los cinco capítulos anteriores. Aunque sí diremos que este puente unía La Mancha y Extremadura, con Salamanca y Ávila. Siendo un nuevo paso en la zona de La Jara (después del creado por el arzobispo en 1380); que aunaba las orillas de Villar del Pedroso, con la ribera Norte del Tajo. Desde donde se llegaba a la antigua Caesaróbriga (Talavera de la Reina) y a Titulcia (Arroyomolinos), camino de Complutum y Cesaraugusta (por la calzada de Alcalá a Zaragoza). Accediéndose también, al valle del Tiétar y más concretamente al Castro de El Raso (Candeleda); tanto como a Arenas de San Pedro y a la subida al Puerto del Pico, para arribar a Ávila (la antigua Abula vettona). Pero, principalmente ese nuevo puente elevado a finales del siglo XV; abría el camino hacia Plasencia y el Sur de Salamanca. Por todo ello, si su constructor fue Diego López de Zúñiga (muerto en 1479); se trataba del hijo del I Conde de Plasencia y hermano del segundo que llevó ese título. Quien era el primer Conde de Miranda del Castañar y señor de Candeleda, lo que explica la creación de este otro puente, muy cercano al del arzobispo; cuya misión sería llevar las cañadas hacia Candeleda y subirlas a Salamanca y Ávila, donde tenían sus dominios los López de Zúñiga. Especialmente Don Diego, que tuvo un enorme poder en tiempos de Enrique IV (el impotente); sublevándose en “La Farsa de Ávila” contra este rey y proclamando monarca a Alfonso, titulado como XII (el hermano de quien luego sería Isabel la Católica).
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Todo ello, nos hace comprender la creación de ese segundo puente entorno a 1470, muy cercano al elevado por el Arzobispo Tenorio en 1380; con el fin de “hacer la competencia” y dirigir parte del ganado hacia sus tierras. Debido a que hasta entonces, La Mesta cruzaba por el del Arzobispo, marchando una gran parte de los cordeles a Talavera de la Reina, subiendo a La Meseta siguiendo la Cañada Real del Guadarrama o la de Cebreros. Por cuanto expreso, este paso abierto por el conde de Miranda, no podemos considerarlo romano; ya que se habría creado para unir La Mancha y Extremadura, con los dominios de los López de Zúñiga. Ello explica que la base y pilares del puente, parezcan claramente medievales; haciéndonos pensarse que la apertura de este otro vado sobre el Tajo, tuvo como motivo crear una alternativa, que atrajera peregrinos a esa zona. Aunque sobre todo, el fin de ese Puente del Conde a mi juicio fue crear un nuevo paso a La Mesta. Debido a que la lana era el gran negocio de Béjar y de la zona Sur de Salamanca (donde estaban los señoríos de esta familia). Por todo lo expuesto, creo personalmente, que “la calzada” del Puerto del Pico, pudo ser obra de los López de Zúñiga; realizada entre los siglos XV y XVI, después de haber levantado ese paso sobre el río Tajo. Quizá pudiendo también atribuirse esa “calzada”, que vemos junto a Mombeltrán; a este Don Diego. Primer conde de Miranda, que ostentó el Señorío de Candeleda y los de Aza, Peñaranda e Iscar (como consorte); cuyo interés para que los rebaños se dirigieran desde La Mancha y Extremadura hacia sus dominios, debió ser mucho. Finalmente añadiremos que según narran numerosos viajeros, el referido Puente del Conde, se encontraría en mal estado al menos desde el siglo XVIII. Pues el jesuita Antonio Conca Alcaraz, narra como para pasar desde Talavera la Vieja hasta la otra orilla, era necesario llegar hasta Alija (donde estaba el Puente del Conde) y allí se cruzaba el Tajo en barca. Por su parte, Antonio Ponz (pocos años después) describe que para ir desde Talavera la Vieja hasta Plasencia, el camino era vadear el río, siguiendo las aguas; hasta llegar a las proximidades de Belvis de Monroy, donde también pasaban en barca. Arribando desde allí a Almaraz; para después dirigirse a Jarandilla, llegando así a Plasencia. Todo lo que indicaría que el camino desde La Jara hasta El Tiétar y Plasencia, por el Puente del Conde; tenía serias complicaciones en esta época. Necesitando cruzar el río en barcas, seguramente por el mal estado del paso. Lo que explicaría que pocos años más tarde (en 1809); el ejército español derribase un arco, para que los franceses no pudieran salvar las aguas y alcanzar tierras extremeñas.
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(9): D-2) c: Fidel Fita y la Augustóbriga de Hübner:
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El cuaderno (BOLETÍN DE NOTICIAS DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA) fechado en Noviembre de 1887 -páginas 357 y ss.-; recoge una serie de descubrimientos patrocinados por Fidel Fita Colomé, en un resumen intitulado “Lápidas romanas inéditas” (51) . Texto que ya habíamos estudiado en nuestros capítulos anteriores; concretamente en el epígrafe C-3 de la Tercera Parte (LOS CAMINOS QUE LLEVABAN A ROMA, CRUZANDO EL GUADARRAMA: DE MÉRIDA A ITALIA, PASANDO POR AUGUSTÓBRIGA Y TITULCIA). Pero, por la importancia de este “boletín”, que promovió la definitiva localización de Augustóbriga en Talavera la Vieja; vamos a volver a analizarlo. Para ello, retomaremos literalmente cuanto se menciona sobre esa ciudad vettona dedicada a Augusto; de la que comienza escribiendo:
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“Ha enviado asimismo D. Luis Jiménez improntas de cinco inscripciones, una de ellas geográfica, que han motivado de parte del Sr. Fita la comunicación que se sigue.
«El tomo I de Memorias de esta Real Academia se termina con las dos que escribieron D. Ignacio de Hermosilla y D.José Cornide tratando de Talavera La Vieja. Los monumentos artísticos y epigráficos de aquella localidad; la posición estratégica de sus robustas murallas y no dudoso puente sobre el Tajo, en la confluencia del Alija; la proximidad de la Mesa de Ibor, emplazamiento de la antigua Ebura; la gran vía comercial que en sus cercanías enlaza forzosamente el (02588820-82b2-11df-acc7 002185ce6064_60.html#N_593_) (02588820-82b2-11df-acc7-002185ce6064_60.html#N_594_) centro de España con los principales emporios del camino de la Plata, divisorio que fué de los reinos de León y Castilla, desde Mérida hasta Zamora, todo se ajusta y viene á parar á una misma conclusión. Las misteriosas ruinas de Talavera la vieja esmaltan el asiento de una poderosa ciudad que vivió largos siglos de honor y de gloria.
»¿Cómo llamaron los romanos esta ciudad? ¿Fué carpetana como Ebura; ó bien lusitana como Caesarobriga? La segunda cuestión depende de la primera; pero manifiesta desde luego su alto interés geográfico.
»Apremiado por la opinión de mayor crédito que regía en el siglo pasado y colocaba á Ebura en una de las dos Talaveras, se inclinó D. José Cornide á pensar que conciliaba todos los extremos, imaginando que en Talavera la vieja se halló primitivamente la ciudad Eburense, y que permaneció en pie hasta que, desmantelada por Ordoño II, plugo á los árabes fundar, nueve leguas más arriba y en la orilla opuesta del Tajo, la otra Talavera, que había de ser, andando el tiempo, trofeo de las conquistas de Alfonso VI y dotación de la reina doña Juana, esposa de Enrique II. Semejante conciliación es pura fantasía. La Epigrafía latina, de acuerdo con las crónicas de los árabes, ha dado por el pie á tan ingenioso sistema, señalando en Talavera de la Reina vestigios fehacientes de su población romana y visigoda, y devolviéndole su verdadero nombre de Caesarobriga, alusivo al puente que César, ó bien Augusto, hizo labrar ó dejó restaurado”. (02588820-82b2-11df-acc7-002185ce6064_60.html#N_595_) (51a) .
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Las primeras frases exponen que hasta la nueva propuesta de Hübner (recogida en su primer catálogo de inscripciones -ed. 1869-); en esa población, hoy hundida bajo las aguas antaño también conocida como Talaverilla; se daba por ciertamente localizada la Ebura vettona. Tal como dictan las siguientes palabras -que repito del resumen anterior-: “Talavera La Vieja. Los monumentos artísticos y epigráficos de aquella localidad; la posición estratégica de sus robustas murallas y no dudoso puente sobre el Tajo, en la confluencia del Alija; la proximidad de la Mesa de Ibor, emplazamiento de la antigua Ebura”. Planteándose a continuación, si esa otra Talavera, que siglos después se dedicó a “la Reina”; fue la antigua Caesaróbriga o la referida Ébura. Concluyendo que Caesaróbriga estuvo claramente en Talavera de la Reina, mientras la otra (Talaverilla), se había considerado siempre la Ebura vettona (Eubura, o Aipora). Aunque, para finalizar y preparando la siguiente propuesta que va a redactar; el autor del texto, afirma que en ambas poblaciones se hallaban construcciones romanas, para cruzar el Tajo. De tal modo y dando por hecho que la voz “Briga”, significaba “Puente” (en el idioma prerromano peninsular); Caesaróbriga, ha de traducirse como “El puente del César”. Mientras la otra urbe cercana, terminada en “briga” (Augustóbriga); había de situarse donde se halla el otro paso del río, que se abre en Alija. De tal modo, esa ciudad perdida hemos de interpretarla como “Ponte-Augusta”, se hallaría junto al Puente del Conde -del que hemos hablado extensamente-. Todo lo que ya nos prepara para las conclusiones que, a posteriori, va a plantear. Unos hechos que son absolutamente ajenos a la realidad, pues el Puente del Conde no parece de origen romano y no se hallaba en Talavera la Vieja, sino junto a Alija. Lugar donde se elevó una alcazaba árabe, que se halla en la ribera de Villar del Pedroso; frente a El Berrocalejo y a Valdeverdeja (a unos ocho kilómetros de Talavera la Vieja). Pero en todo el planteamiento expuesto; el error craso es considerar que el sufijo “BRIGA” significaba en lengua de los vettones: “puente” (quizás por el parecido con “bridge, bro, brug”). Ya que es cierto y demostrado, que este vocablo de raíz indogermana, ha de traducirse por “población”, “ciudad” = “burgo”.
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Tras ello, continúa el texto de la Real Academia de la Historia del siguiente modo: “»Talavera la vieja se llamó Augustobriga. Esto había sospechado ya, con aquel acierto y mesura que le distinguen, el egregio Hübner ; y esto es lo que nos acaba de hacer patente una inscripción marmórea del primer siglo, que ha descubierto D.Eduardo Carmena Valdés, juez de primera instancia del partido de Navalmoral de la Mata. Recorriendo las inmediaciones de Talavera la vieja, por la parte de la muralla que mira al Tajo, vió asomar, casi á flor del suelo, los caracteres augusteos de una laja de mármol blanco desgraciadamente mutilada por el lado derecho. Mide 40 centímetros su altura; y su mayor anchura otro tanto. Los puntos son de figura triangular:(02588820-82b2-11df-acc7-002185ce6064_60.html#N_596_)
C · IVLIVS · C · F · GaL
SENATVI · POPv
AVGVSTOBR
HOSPES · D
DAT
»El haber sido hollada largo tiempo ha producido la desaparición de la vocal en el nombre de la tribu, y la del trazo vertical de la T en la línea última. Leo y suplo.
C(aius) Iulius C(ai) f(ilius) Gal(eria) [Tiro?] Senatui popu[loque] Augustobr[igens](ium) hospesd[omo...?] dat.
Al Senado y pueblo de Augustobriga lo da su huésped, Cayo Julio Tirón, hijo de Cayo, de la tribu Galeria (domiciliado en...?)
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Tras recoger esta parte del Boletín XI de la R.A.H., en los párrafos anteriores a las imágenes; analizaremos sus frases. Primeramente las que se refieren a la reducción definitiva de la ciudad dedicada a Augusto, en la población hoy hundida bajo el Tajo. Al afirmar: “Talavera la vieja se llamó Augustobriga. Esto había sospechado ya, con aquel acierto y mesura que le distinguen, el egregio Hübner ; y esto es lo que nos acaba de hacer patente una inscripción marmórea del primer siglo”. Lo que supone que se habían cumplido las sospechas del alemán, tal como expresaba en su primera edición del catálogo de inscripciones latinas en Hispania. Pues cuando Hübner (en 1869) publicó su volumen inicial, al tratar sobre la epigrafía hallada en Talavera la Vieja. Dicta que -a su juicio- allí no estaba la antigua Ebura; sino posiblemente otra ciudad vettona (refiriéndose a Augustóbriga). Todo lo que el investigador de la Universidad de Berlín, expresó sin apoyo científico alguno y tan solo valiéndose de su intuición. Por lo que en su segunda edición del corpus (“Supplementum” ampliado y corregido, que vio la luz en 1892); nos dice que ya sospechó que allí no se situaba la urbe de Eburae; pese al criterio de los españoles. Pues, mientras le dirigían hacia un lugar llamado de la Osa Ibor (Los Ibores, hemos de entender); dedujo que en esta población de Talaverilla se localizaba la Augustóbriga de los vettones; muy diferente a la Augustóbriga de los pelendones (que como sabemos está en Muro de Ágreda, Soria) .
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Consecuentemente, Hübner, dedujo por simples “sospechas” -tal como literalmente escribe- esa localización de Augustóbriga; sin mencionar, ni valerse, de las cuatro fuentes históricas que citan esta ciudad (entre las que debemos destacar: La Geografía de Ptolomeo; el Itinerario de Antonino y el Anónimo de Rávena). Por cuanto en su segunda edición del catálogo de inscripciones, que se publica en 1892; al referirse a Talaverilla (en su cap. XXXI), comienza escribiendo: “tal como yo sospeché”, allí se hallaba Augustóbriga. Una idea expresada en su anterior publicación de 1869, que fue certificada -finalmente- con el hallazgo de una lápida aparecida en 1887; donde se lee el nombre de esa urbe. Descubrimiento que Fidel Fita comunicó y analizó en el noticiario del boletín anual de la R.A.H.; con las palabras antes recogidas y que repetimos: “Talavera la vieja se llamó Augustobriga. Esto había sospechado ya, con aquel acierto y mesura que le distinguen, el egregio Hübner ; y esto es lo que nos acaba de hacer patente una inscripción marmórea del primer siglo, que ha descubierto D.Eduardo Carmena Valdés, juez de primera instancia del partido de Navalmoral de la Mata. Recorriendo las inmediaciones de Talavera la vieja, por la parte de la muralla que mira al Tajo, vió asomar, casi á flor del suelo, los carácteres augústeos de una laja de mármol blanco desgraciadamente mutilada por el lado derecho.” .
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Todo lo que dejaría claro que allí se hallaba la ciudad vettona dedicada a Augusto; según el padre Fita. Pese a que resulta “demasiado evidente” el referido descubrimiento, a manos del juez de Navalmoral; quien vio la laja blanca adherida a la parte baja de la muralla (sin que antes, nadie se apercibiera de su existencia). No solo porque la pieza inscrita, fuera de mármol claro; lo que también plantea dudas sobre esa situación extramuros, junto al río y a la altura del suelo. Ya que este tipo de lápidas, cuando eran reutilizadas, solían colocarse en interior y en alto -por motivos decorativos-. Pero sobre todo, resulta poco explicable por qué durante cientos de años, nadie la vio allí “colgada”; pese a que hasta Talaverilla se habían trasladado expertos en Historia, desde el siglo XVI . Levantando asimismo “ciertas sospechas” que ese descubrimiento se deba a un juez y no a un lugareño o a un buscador de antigüedades. Pudiendo dudarse si la aparición de la pieza a manos del juez de Navalmoral; puede hablarnos de algo “preparado”. Ya que, “extrañamente”, la piedra no fue sacada de una excavación del terreno, a orillas del río; sino adosada en un lugar donde podría haber sido localizada antes por cualquier buscador de restos (pues hasta Talavera la Vieja, iban infinidad de personas; estudiando los vestigios romanos).
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Por su parte, la interpretación del padre Fita sobre la inscripción: “C(aius) Iulius C(ai) f(ilius) Gal(eria) [Tiro?] Senatui popu[loque] Augustobr[igens](ium) hospesd[omo...?] dat.”-. Fue traducida como: Al Senado y pueblo de Augustobriga lo da su huésped, Cayo Julio Tirón, hijo de Cayo, de la tribu Galeria (domiciliado en...?)” . Pero no coincide con la que años más tarde hará Hübner del mismo epigrama; cuando en el Supplementum de 1892 (pag. 112) la interpreta con las siguientes palabras: “C. Julio C. f. d GL al senado y al pueblo Augustobrigensis invitado, regalo dan”. Por cuanto en esta lectura de Hübner, que se tuvo como definitiva; el texto dictaría que la lápida fue la entrega del Hospes -amistad, hospitalidad-, a ese C(ayo) Julio, hijo de Gl(aber). Un honor similar a nombrar “hijo predilecto de una población”; en este caso llevado a cabo por el senado y el pueblo de Augustóbriga. De tal modo, podemos afirmar que la aparición de esta losa, en un lugar u otro; solo determinaría que allí estuvo -vivió o murió- el referido C(ayo) Julio, hijo de Gl(aber); quien, al recibir la laja inscrita, la guardaría como recuerdo. Es decir, podemos compararla con una placa en la que se nombra hijo predilecto de una ciudad a un personaje; lo que no supone que esa inscripción (en piedra, en metal o en una baldosa), se conserve en el lugar en que fue entregada. Sino en el que la guardó aquel que recibió el honor.
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(10): FITA, E, «El vascuence alavés anterior al siglo XIV», BRAH 3, 1883, pp. 215-243 (Reed. en Epigrafía romana. Colección. . ., Madrid 1883) .
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Del analisis que acabo de hacer, infiero que hay sobra de temeridad y falta de metodo, cuando el problema iberico se plantea con las bases que le han senalado Humboldt, Phillips y Astarloa.
El vascuence, vivo organismo de la palabra, no ha estado jamás inmóvil. Con el tiempo ha ido germinando y desechando formas,que trascienden a ocultar y modificar la primitiva raiz nominal, e involucrarla con sufijos y prefijos gramaticales, sujetos a leyes eufonicas; de los cuales no pocos, muertos ya, parecen como resucitar del fondo de algun valle aislado o del polvo de los archivos, para poner en confusion a los sabios. Con todo, si bien se estudian, compaginandolos y clasificandolos como lo hace con los sujetos de sus tres reinos la Historia natural, no tardaremos en conocer las verdaderas fuentes del euskaro; y con ellas a la vista sabremos juzgar si conviene o no aplicarlo a la interpretacion de los caracteres ibericos y de las lenguas que ablaronlos habitantes indigenas de todo nuestro suelo antes de la invasion celtica y de la dominacion romana.
Al cerrar esta breve discusion, placeme insistir acerca de un punto de alta importancia historica, que toco en la ultima sesion nuestro doctisimo companero, el Sr. Fernandez y Gonzalez, dando cuenta de sus investigaciones prolijas sobre los manuscritos rabinicos de la Biblioteca Escurialense. Casi todos los ramos del saber en la Espana de la Edad Hedia estan vinculados al progreso cientifico de los hijos de Israel. Quien habia de imaginar que la marcha historica del vascuence no estaba excluida del teorema? Y, sin embargo, del fondo geografico, sometido a la sagacidad rentistica de D. Abrahen Barchilon, almojarife mayor del Rey D. Sancho IY, procede la escritura que ha servido de base a nuestra investigacion filologica. Alava, Rioja y Navarra, no menos que Leon y Galicia, abrieron cauce hondisimo a la corriente hebrea.
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(11): El vascuence en las inscripciones ógmicas
Fidel Fita Colomé ; Madrid, 23 de Junio de 1893.
pag 579 y ss
SIC:
La reja de San Millán en 1025 ; el glosario navarro-labortano del siglo XII en el códice Calixtino ; el empadronamiento de los pueblos de Álava en 1295 ; la fundación en 1053 dela iglesia de San Miguel de Echevarría, cerca de Elorrio , y la del mayorazgo de Loyola en 1536 ; el libro redondo de la catedral de Pamplona, alegado sobre el año 1167 6por el P. Moret ; el cartulario de San Juan de Sordes, redactado en el siglo XIII, y el libro de oro, en el XIV, de la catedralde Bayona, citados y extractados en parte por Luchaire, y otros documentos innumerables de la Edad Media, que muchoimporta franquear al estudio, no deben separarse de los monumentos ibéricos , romanos y ógmicos, ilustrativos del vascuence
pag —580
Pasan de trescientas las inscripciones ógmicas, casi todas lapídeas, que han aparecido en diferentes regiones de los tres reinos unidos de la Gran Bretaña. A nuestra RealAcademia no se ocultan las mejores obras o autores: Hübner, Rhys, West-wood, Brash,Ferguson, etc. , que tratan de esta moderna rama de la Epigrafía; rama que, aislada por de prono al otro lado del Canal de la Mancha, se ha considerado hasta el presente como latino-céltica. Mas ya el torrente ha roto sus diques. El doctísimo Mr. Rhys acaba de publicar, y nos ofrece en donativo, su notable Memoria sobre las inscripciones ógmicas de los Pictos septentrionales, que ha sido impresa bajo los auspicios de la Sociedad de Anticuarios de Escocia. El sabio catedrático de lenguas célticas en la Universidad de Oxford infiere de su nuevo estudio científico estaconclusión teorética: El vascuence se habló desde tiempo inmemorial en las dos grandes islas del mar Cantábrico; y sus vestigios en las inscripciones ógmicas, así de Inglaterracomo de Escocia é Irlanda, son indudables.
Esta conclusión, por lo que toca al país de Gales, foco primero y dechado primitivo de aquellas inscripciones, á nadie sorprenderá si leyere la descripción que hizo Cornelio Tácito de los Silures, antiquísimos habitantes del pais, y quizá prehistóricos. Eran, á juicio de Tácito, antiguos Iberos(Hiberi veteres) que habían hecho el trayecto al SO. de Inglaterra desde nuestra costa fronteriza del Océano. Su cabello, ensortijado por lo común, ó vedijoso (tortiplerumque crines), se retrata en los bustos varoniles
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de las monedas con leyenda ibérica, que Vascones y Celtíberos acuñaron. Los rostros atezados (colorati vultus) por la herencia ó por el hervor de la sangre densamente roja de los Silures presentan aun ahora ese mismo tipoen el país de Gales y en los condados de Cornualles y Devon; pero aún mejor que el yerno de Agrícola nos habla de esos rostros colorados la viva lengua vascongada, que á falta deotros documentos satisface no raras veces á la investigación histórica y etnológica. El vascuence llama guizón al varón, á la mujer emazte; pero al hombre, varón ó mujer,específicamente considerado, larrugorri ó narrugorri (piel roja). Los Silures se diferenciaban de los Britanos, oriundos de los Celto-galos y Celto-belgas, por su indómito valor yconstancia tan inflexible al rigor como á la clemencia de los Romanos: «Silurum gens non atrocitate, non clementiamutabatur quin bellum exerceret castrisque legionum premenda foret.» Desde el año 42 hasta el 78 de la era cristiana, el Genio de la celtibérica Numancia y de la cantábrica Vélicapareció haberse trasladado a las cuevas, semejables á nidos de águila, en las montañas silúricas, para tener en jaque todo el poder de Roma.
El nombre nacional de esta gente ibero-británica se expresa diversamente por los autores griegos y latinos que cita Diefenbach: Silures, Silúrej, Sylores; pero en boca de los bardos y cronistas galeses, que expone el mismo autor, se llaman Essylwyr, De esta y de aquellas formas dan razón, á mi ver, las éuscaras cilo-ar ó zulo-ar (habitante de la cueva), har-cilo-ar ó aitz-zulo-ar (habitante dela gruta excavada en la peña). No de otra manera varios vocablos éuscaros, derivados de aitz (sílice, roca, piedra) llevan consigo la manifestación de las primeras edadesprehistóricas: aitzur (azadón), aizcor (hacha cortante), aucona (azcona, venablo ó vira con punta de pedernal
La propia tradición ibérica encontramos en la costa meridional de Irlanda, donde más abundan y más honda y regularmente
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labradas aparecen las inscripcionesógmicas. Hacia el ángulo SO. de la isla Hibérnica, por debajo del río Shannon, ocuparon aquel distrito las tribus de los Siol-Eibher (hijos de Iberia), que justamente Brash identifica á los Silures, y supone ser agregado de las dos gentes, Iberni y Velibori, del cosmógrafo Ptolemeo,junto al cabo Ierne, que dió su nombre á la isla. En estos parajes, cerca del mar, en la bahía de Dingle, se descubrióhace casi dos siglos la más bella inscripción ógmica hasta hoy descubierta, lápida de duro cuarzo, rojiza, que parecía entallada de ayer, pero que descubre, tanto por su lenguajearcáico como por su primor artístico, una época poco lejana del tiempo de Ptolemeo.(Suroeste)
El mapa ógmico-epigráfico delineado por Mr. Atkinson, con el cual da remate la obra de Mr. Brash, manifiesta la distribución de las regiones fecundas en estelinaje de monumentos. La isla de Manx (MONAPIA), el S. de Irlanda y el SO. de Inglaterra, traducen con ellos gráficamente el pensamiento etnológico de CornelioTácito sobre los Silures salidos de nuestras playas cantábricas, y harto diversos de los Celto-Britanos. El mismo sistema de caracteres rige por igual en dichos países, si bien lagrande isla Británica, mucho más influida por la civilización romana, les acompaña la traducción latina. Esta versión fija el valor de las letras ógmicas, que por otra parte nos habíandado á conocer los escritores irlandeses de la Edad Media, denominándolas Ogham y usándolas durante el transcurso de dilatadas centurias.(Mister) (Mister) (Sur) (Suroeste)
El sistema gráfico de los ogmas monumentales es digital y reductible
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al género (scriptura digitorum) que á principios del siglo VIII formulaba el Venerable Beda . El alfabeto se compone de veinte letras: cinco vocales y quince consonantes; las cuales se distribuyen á su vez en tresseries de cinco letras. El eje de todo el sistema es la línea que forman en la mano izquierda tendida los dedos pulsaré índice yuxtapuestos. En las piedras el eje es la arista de un planodiedro.
Apoyando sobre el eje sucesivamente 1, 2, 3, 4, 5 yemas de los dedos de la mano derecha, resultan las cinco vocales, que se designan sobre la arista del monumento por puntoscirculares ú ovalados o por incisiones cortísimas.
Aplicando, á partir del eje, los dedos de la mano derecha sobre la palma de la siniestra, tendremos la primera serie de consonantes. La segunda serie se alza en sentido inversosobre la convexidad de la mano izquierda. La tercera se dobla, ó coge lo cóncavo y lo convexo.
Tal es el sistema en toda su bella desnudez. La facilidad de moverse la mano izquierda y de aplicársele en su eje y dos caras la volubilidad de las yemas y dedos de la derechadieron, sin duda, á esta prestidigitación oral, visual primero y más tarde
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gráfica, una rapidez de sentido y comprensión á la que jamás alcanzaron la viva voz ni lataquigrafía de los antiguos.
El sistema gráfico, andando el tiempo, ligeramente se modificó, pasando el eje ó arista de la piedra á representarse por una raya en el plano. Los puntos vocales, transformados en cortas incisiones, perpendiculares al eje, se prolongaron, modificando excepcionalmente sus elementos (> (a) = | ; >> (o) = || ; X (e) = |||). Prolongados así, amagaban confundirsepor su figura con la tercera serie de consonantes; y de consiguiente fué menester ladear estas ó inclinarlas sobre el eje:
Señales aclaratorias, introducidas para marcar el principio del renglón, ó la separación de vocablos (> , :), reduplicación de algunas letras cruzándose repetidos los dedos que lasfiguran, aislamiento de las mismas ( a, t, q, r) forman excepción á la regla general y anuncian un período gráfico decadente.
Del S. de Irlanda ó del SO. de Inglaterra, por la isla de Manx, debió pasar á los Pictos este sistema. No lo adoptaron los Albaneses ó Escotos, de puro linajecéltico, que en el siglo V, lo propio que los Pictos, rebasaron las vallas de Antonino y de Adriano y consumaron el excidium Britanniae lamentado por Gildas. Si entonces, como secree, aunque no lo veo bien probado, comenzaron á emplearse las inscripciones ógmicas, ¿por qué no las aceptaron los Albaneses? La razón se explica perfectamente sentando que los Pictos eran por su origen iberos, como los Silures del país de Gales y los Siol-Eibher de Irlanda. Su sangre se mezcló con la de los invasores celtas; pero algo quedó en sulenguaje, en su escritura, en sus instituciones sociales y en su índole de carácter, que testifica su procedencia. Á juzgar por las tradiciones nacionales, que de ellos aprendió el Venerable Beda , salieron —585→ de la costa Cantábrica, en cuyo centro se avanza, como columna Hercúlea del Septentrión, opuesta al cabo de Cornualles, el promontorio Escitico (cabo de Peñas); no hallando hospitalidad en los Albaneses del Norte de Irlanda, les tomaron en matrimonio las hijas; y en la sucesión de sus propios reyes guardaron inviolablemente las altas prerrogativas de la mujer echeco-andrea (señora de la casa), características del país vascongado. Las relaciones del Norte de España con la Gran Bretaña en ningún tiempo se interrumpieron. El volumen VII del Corpus inscriptionum latinarum presenta numerosos datos sobre la estancia de las cohortes de Várdulos y Vascones, en Inglaterra primero y luego en Escocia, desde la época de Trajano. Acaso deba referirse al emperador César Julio Constantino,hermano de Constante, el fondo de las noticias, nada sorprendentes, que da el libro V del códice Calixtino: «Iulius Cesar, ut traditur, tres gentes, nubianos (Devon?) scilicet, et scotos(Gales?) et cornubianos caudatos (Cornualles) ad expugnandum hispanorum populos misit,... qui..... venerunt ad montes marinos, qui sunt inter nageram et pampiloniam in terrabiscagie et alave ubi habitantes multa castra hedificaverunt.»(Sur) (Suroeste)
La piedra ógmico-picta de Lunasting , lugar de la isla mayor del archipiélago de Shetland, que se ha traído al RealMuseo de Edimburgo, y allí con otras de su especie se atesora, inspira un reto que no habrá de parecer arrogante bajo lapluma del sabio profesor de Oxford. «Expliquen, dice, los partidarios del sistema galés, ó címrico, esta inscripción, y si aciertan, yo confesaré que no entiendo una sola palabra de mipatrio idioma.» Nadie mejor que él se halla en estado de aplicar por diferenciación el análisis filológico, excluyendo del céltico lo que no le toca, y enarcando de dónde proviene.Encuentra en las lápidas ógmicas, y mayormente en las pictas:
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1. El uso del artículo pospositivo a ó e.
2. El genitivo denotado por en.
3. El artículo siléptico, pospuesto al genitivo: Ogt-en (de Ogt), Ogt-en-e (el de Ogt), así como en vascuence Martin-en-a (el de Martín). La construcción es la misma, pero inversa del griego .
4. Supresión de la desinencia de los casos por causa de aglutinación. Así el vascuence, al traducir el texto evangélico de San Juan (XI, 1) Marthae sororis ejus, no pondrá engenitivo más que la última palabra (Marta bere aizparen = Martha-su-soror-is), porque considera las tres aglutinándose en una sola.
5. La colocación del verbo al principio de la frase, ó hipérbaton resultante de la estructura verbal que aglutina al de la raíz los signos del sujeto y del régimen.
6. Las formas eddar, ehtarr, edde, idda, equivalentes á la éuscara d-a, latina es-t, donde el sujeto de 3.ª persona precede á la raíz ar, arr, e, a. El sujeto se expresa por edd (cuyasmodificaciones son idd, eht); y manifiesta que la d inicial de vocablo en ógmico se halla sujeta a la misma ley fonológica que rige en gascón y en vascuence con respecto á la r: arric(rico), erregui-á (el rey). La raíz es ar ó er, como lo indican otras formas del éuscaro, aunque no lo demuestran completamente: z-ara, z-are, c-era (tú eres); g-ara, g-are, gu-era(nosotros somos).
7. El uso del adverbio vascongado emén (aquí); y el caso locativo denotado por la n pospositiva: escu-á-n (en la mano).
Las lenguas célticas en contacto con la ibérica no las absorbieron sin retener algunos indicios de su amalgama ú operación absorbente. Este principio, que establece Mr. Rhys analíticamente, y saca de las inscripciones ógmicas, le da margen para explicar las formas arcáicas del gael, que giran fuera de la órbita gramatical de las lenguascélticas. Tales son, entre otras, attá (es), ta con igual significado y en composición con los dativos de los pronombres denotando poseer ó tener (ta-thum = tengo), la t final ó sujetode 1.ª persona de singular en ciertos futuros , to ó do posesivo de la misma persona. (Mister)
—587→
En la inscripción bilingüe de Trefgara, condado de Pembroke, leemos en latín y en ógmico:
El nombre ógmico del difunto en genitivo (Noct en), seguido del artículo e, que expresa la piedra tumular ó el sepulcro, corresponde al latín Hogtivis. La sustitución de lainicial n ógmica a la h del latín, probablemente afónica, se descubre igualmente en el ara votiva que dedicó M(arcus)Nantonius Orbiotalis, y se llevó desde Doncaster al Museo de la ciudad de York. Esta ciudad (EBURACUM) era cuartel de la legión IX Hispana, imperando Trajano y Adriano; y quizá Nantonio fué vascongado. Lo cierto es que el dialecto de Álava en los cuatro siglos XI-XIV mudó á menudo la pronunciación bajo este concepto , diciendo indiferentemente Narana ó Arana, Arvaxa ó Narvaxa.
Madrid, 23 de Junio de 1893.
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(12): LA GRAN CAVERNA DEL PICOSACRO, DOS LEGUAS AL ORIENTE DE COMPOSTELA. NUEVO ESTUDIO: Madrid Julio de 2011.
SIC
Habitadas por los Iberos protohistóricos, varias cavernas de España han sido ya objeto de peculiares estudios consignados en nuestro BOLETÍN y llevados á cabo por arqueólogos eminentes: la de Segóbriga, 6 Cabeza del Griego, por el P. Capelle (tomo XXIII, páginas 241-266); la de Aitzbitarte por Mr. Harlé (LII, 339-344, LUÍ, 523-528); la de Altamira por el señor marqués de Cerralbo (LUÍ, 441-47I), y las del Alto Jalón y la de Alpera por el mismo autor y nuestros infatigables correspondientes D. Juan Cabré y el abate BreuÜ (LIX, 160). En vista de tan magnífico resultado, que augura para la historia de nuestros aborígenes mucho mayor cúmulo de positivos é irrecusables datos que la den á conocer, me animo á trazar este breve Informe con la esperanza de poder asentar un fundamento nuevo de investigación arqueológica, que no sólo por dicho aspecto inte
Pag 276
rese la atención de la Academia, sino también por la parte que se refiere á la traslación del cuerpo del Apóstol Santiago el Mayor desde la ciudad de Iria entre los ríos Uila y Sar á su gloriosa tumba Compostelana.
Pag 277
«El P. Juan Alvarez Sotelo, jesuíta, natural [del condado] de Monterrey, mi maestro de Gramática (3), consumadísimo latino y retórico elegante, dejó escrita con bello estilo lacónico la predicación y viaje de Santiago en España y un epílogo de la vida martirio de Santa Marina de Aguas Santas\ é ilustró antiguas memorias de su provincia', que todo se conserva manuscrito en su colegio de Monterrey.»
Estas obras del P. Alvarez, ó por lo menos las dos últimas, citó asimismo el obispo de Orense D. Fr. Juan Muñoz de la Cueva con ocasión de haberle servido para redactar á su vez en 1719 la vida de Santa Marina.
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Hoy llámase Pico sacro; porque en estos tiempos apellidan los gallegos picos á los peñascos ó montañas que rematan en punta aguda, como pirámides, y sacro por la razón que acabo de referir.
Dista de Compostela dos leguas á la parte oriental. Tiene muy
agria subida por la parte de Poniente y Mediodía
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Corona (i) á esta eminente pina una alta torre, de cuya fundación nunca leí noticia alguna, sí pero es constante tradición hasido patrimonio de la reina Loba y de sus antepasados.
(...)
Tiene otrosí este monte otra obra más asombrosa, es á saber, una caverna, no obra de naturaleza como se han visto algunas, sino de hombres; abierta en peña viva y tan profunda que nadie le halló suelo, aunque algunos lo intentaron, y tan larga que piensan otros llega al río Ulla, que corre distante del pináculo una larga legua. Tiene dos bocas ó entradas fabricadas en peñascos durísimos,
Esto es lo exterior en esta encantada caverna. Algo de lo interior, oigámoslo á un curioso jesuíta, que desde el colegio Compostelano fué de propósito, año 1649 el 17 de Octubre á registrarla, acompañándole animosos discípulos
narra así como son de profundas y peligrosas, sin que nadie se atreviera a entrar en ellas
Pags 283 y 284
Hasta aquí la relación del curioso jesuíta ( i ) , que hallé en el colegio Compostelano, siendo [yo] Prefecto de los estudios de Letras Humanas.
Hice memoria de estas descomunales obras, dejadas otras muchísimas, que hay en este reino, admirables; porque algunos «las atribuyen á los Romanos, de quien acabo de tocar sucintamente sus hechos y guerras en Galicia.
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La torre del Pico Sacro es obra de los naturales antiquísimos y patrimonio de los ascendientes de la reina Loba, tan decantada en la sepultura del Apóstol de las Españas. Mas la caverna abrióse ciertamente en tiempo de los Romanos para saber el oro y plata que las entrañas del monte ocultaban, despreciando la vana superstición de los que tenían por sacrilegio herirle con hierro, que tales escrúpulos, atravesándose intereses, son para italianos lo que telarañas para pájaros grandes.
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Reparos del Dr. D. Francisco Javier de la Huerta y Vega contra las Relaciones del P. Alvarez acerca del Picosacro.
Anales del reino de Galicia, tomo r, págs. 105 y ro6. Santiago, 1733. Lo primero se engañó Mauro Gástela en creer que por este suceso (i) tomó el monte el nombre de sagrado', porque es cierto que este nombre se lo dieron los romanos por el oro que criaba; y así estaba prohibido por la ley que ninguno lo tocase, como lo afirma Justino, libro 44.
Lo segundo es vulgaridad afirmar que en la cumbre de este monte tuviese Lupa palacio suyo, porque la altura y lo destemplado y árido del terreno lo desmienten.
Lo tercero, no es dudable que los romanos posteriormente á estos años, 41 de Cristo, abrogando la ley contraria, minaron este monte; y así se ven en sus cumbres tres pozos; los dos con escalones, aunque arruinados, como los tienen todas las minas, y el tercero tan profundo que respira en la ribera del Ulla
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Réplicas de Riobóo.
Suplemento é ilustración apoJogctica á la Análisis histórica-cronológica, posdata y respuesta satisfactoria á un manuscrito anónimo, sobre el asunto de dicha Análisis, núms. 18 y 19.—Año 1744.
«Que el Pico, 6 Monte Sacro, se llamase así por lo que dice Justino, ni Vmd. lo prueba, ni lo afirma aquel escritor gentil; porque su situación no es en los confines de Galicia, pues dista por el Ocaso 14 leguas, lo que menos, del océano occidental y cabo de Finísterre, y por las demás partes á 20 y á 30 leguas de los términos y confines de este reino; ni tiene las cualidades que le prescribe Justino. En él no hay mina de oro ni vestigios ciertos de ello, como se experimentó bastantes veces; y no es dable que en más de 15 siglos que ha que llevaron de allí oro los romanos (si es cierto este hecho, de que no consta por autor alguno coetáneo) dejase de producir alguno; pues el sol, que es su principalísimo agente, siempre fué y es uno mismo, y existen las mismas causas y con principios de su producción, á no haberse extinguido la mina con la casta de los dioses
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La caverna del Pico Sacro echada en olvido,
Flórez, España Sagrada, tomo xv, págs. 62 y 63. Madrid, 1759. «Justino nos menciona otro monte, que coloca en los fines de Galicia, y le llama Sacro, que no era lícito romper con hierro; pero si la tierra descubría alguna porción de oro cuando caía al-
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gún rayo, que dice era frecuente por allí, entonces recogían el oro, tomándole como dádiva de Dios: (...)
Sin embargo de las señas que propone no-es fácil asegurar la reducción; pero se hace verosímil acudir al puerto del Rabanal, cerca de Ponferrada y del río Sil, cuyas arenas de oro muestran abundar por allí este precioso metal, verificándose también ser confín de los gallegos como dice Justino; y mucho más, porque algunas escrituras le llaman Irago que parece desciende de leras (1), que en griego es lo mismo que Sacer, como ya notó el P. Contador.
Otras escrituras y documentos, posteriores á la entrada de ios sarracenos, mencionan en Galicia un mons sacratus, que dicen se llamaba antiguamente Iliciuario,
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El monasterio de San Juan y la caverna del Picosacro en el siglo IX. Oviedo, 9 de Agosto de 883. Diploma de D. Alfonso III otorgando á Spanosindo, abad de este monasterio, su regia aprobación, la confirmación de antiguas posesiones y concesión de otras nuevas.—Cartütario de la catedral de Santiago, fol. 2 vuelto. Publicó el preámbulo Casselá Ferrer (i), é íntegro lo ha sacado á luz el referido D. Antonio López Ferreiro (2).
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Tras ello, recoge Fidel Fita la historia hasta el siglo XIII de este lugar.
Sin saber muy bien a qué se refiere, termina diciendo:
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Las guerras intestinas que afligieron á Galicia durante los reinados de Enrique IV y de Isabel la Católica, prepararon la ruina de tan preclaro monasterio en lo espiritual y temporal, ruina que consumaron las avenidas del Ulla á mediados del siglo xvi. No pueden leerse sin dolor, acompañado del deseo de que se busquen y publiquen otros complementarios, los documentos á este propósito desparramados en los tomos vi (3), vn (4) y vin (5), de la mejor obra del Sr, López Ferreiró, que ojalá se complete con la edición postuma de los que siguen al x y han de continuar hasta nuestros días la digna Historia de la Santa Apostólica Metropolitana Iglesia de Santiago de Compostela.
Madrid, 25 de Julio de 1911.
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(13): LA POLÍTICA RELIGIOSA EN ESPAÑA: 1889 -1913
JOSÉ ANDRÉS GALLEGO
Madrid 1975 (San Agustín)
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(14): De la discordia a la comunión: el Dr. Sardá y los Jesuitas (1882-1907)
MIGUEL COLL MOSCARDÓ S.I.
ANTHOLOGICA ANNUA 53-54 (2006-2007) 11-290
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(15): INDIGENISMO Y ROMANIZACION EN LA CUENCA MEDIA DEL TAJO PLANTEAMIENTO DE UN PROGRAMADE TRABAJO Y PRIMEROS RESULTADOS
Manuel Fernández Miranda / Julio Mangas // J. Domingo Plácido
Actas del primer Congreso de Arqueologia de la provincia de Toledo 1990
SIC:
La
Augustobriga del tinerario de Antonino está situada a 55 millas de
Toletum. La identificación de sulugar exacto es
problemática. Un posible emplazamiento ha sido sugerido en
Talaverala Vieja, actualmente bajo el embalse de Valdecañas, en el
rio Tajo, apartir de CIL 11, 4345, donde aparece citado un senatus
populusque augustobrigensis, referencia que nosotros
consideramosinsuficiente dado el contexto de la inscripción en
cuestión (Fernández-Miranda etalii, op. cit)
Lasruinasdela ciudad de Vascos han sido también propuestas paraesa ciudad o” mansio (Roldán, 1973, pág. 220, siguiendo a Blázquez, 1920), una identificación que carece de apoyo arqueológico pesealya considerable número de campañas de excavación que Izquierdo ha efectuado en el sitio. Otra inscripción funeraria con mención de una Flavia Rufina Augustobrig (ensis)(CIL 11,941) se encontró en
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Villar del Pedroso, junto a Puente del Arzobispo. Cualquiera de esas dos localizacionesse aleja bastante del cálculo resultante de aplicar sobre el terreno las 55 millas que fija el Itinerario, salvo que el acusativode dirección To/etumse interprete como una referencia de dirección desde un punto sito a notable distancia de la propia ciudadde destino, un supuesto que, de aplicarse, crea a su vez otras dificultades para la interpretación del Itinerario.
Si Toletum es mansio situada enlas inmediacionesdela ciudad romanade ese mismo nombre, hacia el norte de la misma, enla vega, donde Coello afirma haber visto restosde calzada y algún miliario,la distancia de 55 millas nossitúa en torno a la actual Talavera dela Reina, pero en ningún caso hacia Puente de Arzobispo y menos aún bajo el embalse de Valdecañas. Por otrolado los datos recogidos por Coello serían suficientespara explicar el acusativo dedirección, ya quela calzada ranscurriría porfuera de la ciudad y continuaría en dirección al este sin entraren ella. Debe sin embargo notarse que unadistancia de ese orden entre dos mansiones de una vía resulta sorprendente. Sin duda estamosante uno de esos pocos casos indiscutibles en que debe suponerse queelItinerario omitió una mansio intermedia, la Lebura del Anónimode Rávena, Esta estación de la vía, o mejor ciudad pues como (al es citada por Ptolomeoy Livio, permanece hasta el momento sin identificar, por lo que su mera referencia en un itinerario poco ayuda a solucionar el problema, aunque quizásí constituya un sólidoargumentoen favor de la existencia de omisiones en la relación antoniniana
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¿Puede reducirse Augustobriga Talavera de la Reina? Tradicionalmente Talavera se ha identificado con un municipio de nombre Caesarobriga apartir de variasinscripciones halladas en la ciudad que mencionan a personas caesarobrigenses (CIL.11,896 05320),una indicación de origo que, en principio,tampoco resulta definitiva, La relevancia de Talavera de la Reina en época romanaparece fuera de toda duda, de acuerdo con la epigrafía hallada en la ciudad, el amplio poblamiento rural en villae que se conoce en torno a ella aprovechando la fértil vega del Tajo,
e incluso la opinión de que fue ciudad amurallada ya en ese momento (Fita, 1886, pág, 36). Caesarobriga no está mencionada sin embargo, en ningún itinerario, aunque exista coincidencia por parte de los autores en suponer que por Talavera pasaba la vía camino del puente sobre el río Alberche, siempre por a ribera septentrional del Tajo. Todo esto no deja de sersorprendente. Si Augustobriga está más al oeste, ¿cómo esposible que no aparezca citada esta otra ciudad, habida cuchta, además, de la gran distancia que el Itinerario de Antonino marca también en el Itinerario Caesarobriga, según han sugeridoalgunos investigadores? En al hipótesis, que porel momento no pasa de ser una mera especulación, cabria pensar, conforme insinúa Arias(1987,págs. 126 y 367), que la distancia de 55 millas citada
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en el Itinerario fuera la existente entre la omitida Caesarobriga y Toletum, mientras que las 12.millas que aparecen separando Augustobriga de la mansio anterior hacia el ocste, Leuciana, corresponderían en realidad a la distancia entro Augusobriga y Caesarobriga. Una explicación complicada,difícil de aceptar y que, además, es inútil para fijar Augustobriga en donde ahora está el embalse de Valdecañas, a más de 50 Kms. de Talavera de la Reina. Los aproximadamente dieciocho Kilómetros entre Augustobrigay Caesarobriga colocarían la primera,sila segundaesTalavera, a mitad de camino entre esta ciudad y Oropesa,siempre que la vía, como suponemos, camine en dirección oeste a entroncar con la dela Plata en la Mansio Rusticiana, según explicaremos más adelante. La identificación de la posición exacta de Augustobriga constituye, portanto, una de las cuestiones básicas a resolver,un asunto que en lo concerniente a la documentación epigráfica disponible fue planteado ya en la reunión de Tarazona citada más atrás.
Si, como parece probable, algunos restos del puenteviejo sobre el Alberche junto alacarretera nacional V son romanos, la calzada debía salir de Talavera hacia eleste siguiendo aproximadamente la dirección que ahora llova la carretera a Madrid. Tres kilómetros más adelante hay una bifurcación: la nacional Y sigue en dirección noroeste, hacia Santa Olalla, mientras que la comarcal 502 a Puebla. de Montalbán lo hace en dirección sureste. Ambas carreteras se superponen a.caminos más antiguos, pero en ninguno hemoslocalizado por ahora restos evidentes
de calzada ovía romana. (...)
La ausencia hasta ahora de restos arqueológicos que sirvan para confirmar el trazado de la vía romana nos llevó a buscar en la documentación existente sobre
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antiguos caminos entre Talavera de la Reina y Toledo, por ver si existía alguna pervivencia significativa, En el repertorio de Villuga (1546) se cita un único camino entre esas poblaciones que de Talavera vaa Torrijos(?) por Cebolla, es decir al sur de Santa Olalla, para allí bifurcarso, uno hacia Madrid y otro hacia Toledo. Las llamadas “Relaciones Topográficas” (1575-1580) citan dos caminos entre Talavera y Toledo. Uno va por Santa Olalla y Novéspara desde allí girar hacia el sureste a Huecas y luego al sur a Rielves. Esla vía toletana de Coello, desplazada hacia el norte respecto de Torrijos para seguir por Casarrubios hacia Madrid por el camino más corto. El otro, tras franquear junto al anteriorel Alberche, sedirige a Erustos por Montearagón y Cebolla, para continuar por La Mata y Carmena a Torrjos y desde ahí por Rielves ganar Toledo, Esa ruta desde Toledo continúa luego
por Borox, Seseña, Arganda y Locches hasta Alcalá de Henares.
Habrá, pues, que explicar la municipalización de la ciudad romana situada en el actual enclave de Talavera, asícomo la organización de la ciudad de Aebura/Libora en relación con este hecho de coexistencia de organizaciones suprafamiliares que, hasta el momento, no han sido documentadas para el ámbito de Toletum, ni para todo el oriente de la actual provincia toledana.
e) Ya sabíamosdel asentamiento de una guarnición militar romana (modico praestdio in urbe posito) en la ciudad de Aebura el año 181 a. C.(Liv., 40,30,3). La epigrafía nos está poniendo en evidencia quela actual posición estratégica de la. provincia de Toledo también fue aprovechada durante el Alto Imperio.
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Ver asimismo lo que hemos comentado en nuestros capítulos anteriores, sobre el opúsculo:
ALIO ITINERE AB EMERITA CAESARAUGUSTA
La vía romana entre Talavera de la Reina y Toledo y la implantación humana en el Valle Medio del río Tajo
M. FERNÁNDEZ MIRANDA, J. MANGAS MANJARRÉS, J. PEREIRA y D. PLÁCIDO SUÁREZ
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(16): Desde hace unos cuarenta años, vengo defendiendo la tesis de que las voces "Iberia" e "Hispania" tienen un mismo origen etimológico y significan ambas: "atardecer, occidente, Oeste". Voces que en griego es "hesperia", en idiomas semitas "Seferia" o "Sepal"; en arameo "Sefarad" y en latín "vespertino" o "véspero".
A los interesados en el tema, recomendamos consultar mis artículos: TARTESSOS Y LO INVISIBLE EN EL ARTE
https://loinvisibleenelarte.blogspot.com/2011/04/
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(17): PASCUAL MADOZ, TOMO VII, publicado en 1850
TALAVERA LA VIEJA: v. con ayunt. en la prov. y aud. terr. de Cáceres (17 leg.), part. jud. de Navalmoral de la Mata (2), dióc. de Toledo (22), c. g. de Estremadura (Badajoz (30): s u . en la estremidad de una hermosa llanura sóbrela márg. izq. del Tajo; es de CLIMA cálido, reinan los vientos N., E. y S. y se padecen muchas enfermedades. Tiene 100 CASAS, ía de'ayunt., cárcel, pósito, escuela dotada con 1,100 rs. de los fondos públicos, á la que concurren 50 años de ambos sexos; igl. parr. (San Miguel) con curato de primer ascenso y de provisión ordinaria, al cual es anejo el 1. del Bohonal de Ibor, y en los afueras el cementerio construido en una ermita destechada, titulada los Mártires. Se surte de aguas en 4 fuentes en las inmediaciones, pero escasas y de mala calidad, en términos de haber de servirse los vec." de las del Gualija y de otros manantiales á la márg de este riach., que dista 1/2 leg. Confina el TÉRM. por Ñ. con el de Peraleda de la Mata; E. Valdelacasa y Berrocaléjo; S. Peraleda de San Román y Castañar de Ibor, y O. Bohonal, estendiéndose 300 pies por el primer punto, de 1/2 leg. á 3/4 leg. por los restantes, y comprende los desp. de Poveda y Alija, algunas viñas y mucho monte de encina. Le bañan el r. Tajo, que forma su lím. al N. en dirección tortuosa de E. á O.; el Gualija ó Alija 1/2 leg. al E ; los arroyos Arzuela que se forma de los llamados Tamujas y Alisar-, en el primer r. hay una barca frente al p;:eb!o, propia de los v e c , al E. 1/2 leg.: otra del Sr. duque de Frias, y en la misma dirección un puente propio del Sr. conde de Miranda, cortado en 1808. El TERRENO es montuoso y fértil. Los CAMINOS vecinales. El CORREO se recibe en Navalmoral, por carga vecinal, cada ocho dias.
PROD. : trigo, cebada , centeno, garbanzos, vino y aceite; se mantiene ganado lanar, cabrío, vacuno, de cerda y colmenas, y se cria abundante caza y pesca, POBL. : 120 v e c , 657 almas, CAP. PROD. : 1 636,200 rs. IMP. : 81,811. CONTR.: 40,144 r s . , 20 mrs.
Es pobl. antiquísima, tenida generalmente por la Ebura Carpeta na que menciona Livio; mas por error, segun lo hemos manifestado en el art. de Talavera de la Reina. Es indudable que fue pobl. de entidad en tiempo de los romanos, por lo que indican las antigüedades halladas en ella , que pueden verse en el tomo 1.° de las Memorias de la Academia de la Historia; y aunque desde luego afirmamos no ser ninguna de las c. conocidas en la antigüedad geográfica é histórica con el nombre de Ebura , no negaremos que pudiese tener la misma misma denominación. Su historia es absolutamente desconocida; y se apellida la Vieja, no porque las de mas Talaveras lo sean menos; sino probablemente en razón del mayor número de sus monumentos.
Pag. 576 Tomo VII publicado en 1840
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(18): TALAVERA DE LA REINA. MADOZ: Tomo VII; publicado en 1840; pags 571 y 572
Pero si se prescinde de esta dificultad, la esplicacion del Sr. Cortés, es de todos modos sumamente apreciable y cuadra muy bien á Talavera. Es probable que por ello Talavera adoptó este distinguido anticuario ; repugnando la etimología espuesta por los ilustrados editores valencianos de la historia del Mariana, que lo derivaron de Medina Telbora. Sin embargo, bien pudo ser asi: en aquel tiempo se dijo Medina Telbora, y mas asimilado ya Talbera, como se lee en algunas historias ; y nada tendría de estraño que la T se hubiese antepuesto al nombre, llamada por la pronunciación de la A ó la E. iniciales. Mas como quiera que sea, solo se trata de una diferencia insignificante, estando todos acordes en el fondo, que es la correspondencia de aquel antiguo nombre á Talavera; y supuesto que la duda no consiste en si este nombre se deriva de aquel, debemos recordar aqui que la voz Ebura se ha interpretado Cereal; y sin negar que sea esto exacto, y que pueda aducirse en confirmación de lo mismo la espresion de Plinio, relativa á la Ebura bética, cuando dijo, Ebura quai cerealis; por la repetición de esta voz en la nomenclatura de las c . , pues hubo cuatro Eburas por lo menos, sospechamos que ella misma sea ya un nombre bárbaro, y del que difícilmente pueda estraerse, con la probabilidad debida, otra raiz mas que la céltica ur , de donde proceden nuestras voces burgo y briga, y la urbs de los latinos. Remontándose el origen de esta pobl. á los tiempos que los griegos llamaron desconocidos, y debiéndose contarla entre las españolas primitivas, es también de las primeras (pie asoman en la historia hispano-romana. El año 182 antes de Jesucristo , noticioso el pretor de la prov. Tarraconense Q. Fulvio Flaco , de que los celtíberos se armaban contra él, reunió á sus legiones el mayor número de aliados que le fue posible, y estableció su campo en la Carpetania á orillas del Tajo , no muy lejos de Toledo y junto á Ebura (ad oppidum Eburam); dejando una corta guarnición en esta c. Llegaron pocos dias después los celtíberos, y le presentaron la batalla; pero Fulvio se desentendió por espacio de 4 dias, mientras combinaba el plan que habia ideado , para vencerlos por medio de la estrategia.
Movió por fin sus legiones contra aquellos , que viéndolo fuera de sus líneas, se dispararon á su encuentro, y dejaron casi abandonados sus reales , segun lo habia esperado el pretor, del sistema de guerra de los españoles. Trabóse un combate sangriento, y en lo mas recio del trance, cuando parecía que iban á cejar ya los romanos, apareció incendiado el campamento de los celtíberos, atajándolos por la espalda; en la sorpresa que esto les causara, los asaltó un nuevo enemigo, cual era Acilio, con un consiberable refuerzo de caballería; y , apesar de todo su denuedo, sufrieron la completa derrota, efe que hacemos mención en el art. del Tajo. D. Miguel Cortés, siguiendo la opinión de otros muchos respetables escritores, reduce este acontecimiento á Talavera la Vieja; pero esto implicaría muy graves dificultades; pues hallándose aquella v. en la orilla izq. del Tajo (no en ta der. como por error se lee en el Diccionario del Sr. Cortés), este r. hubiese caido en medio de los dos ejércitos, qué debieron acudir hacia él desde puntos opuestos, y la considerable operación de su tránsito en el dia de la batalla, no hubiera sido olvidada por el detallado Livio. ¿Qué nos autorizara á suponerlo, cuando satisface cumplidamente á su espresion Talavera de la Reina , á la der. del r . , y tanto mas inmediata á Toledo para mayor conformidad con el testo del historiador? Ademas se sabe que Fulvio estaba en la carpetania, y eligió el campo a orillas del Tajo para esperar a los celtíberos que vinieron á atacarle en ellas; y como no suena este r. en la batalla; antes bien por las operaciones de esta resulta que no habia obstáculo contrapuesto entre los campos celtíbero y romano; siendo por el contrario una llanura, aunque de poca estension, donde pudiese presentarse de improviso y obrar la caballería de Acilio; con algunas colinas que ocultasen también la marcha del destacado Fulvio, para incendiar los reales celtíberos; todo se cumple en Talavera de la Reina. Estuvo así mucho mas exacto el historiador Ferreras, cuando dijo, que, segun parece, es esta v. la ant. Ebura en que Fulvio ganó aquella batalla.
La sit. especial de esta pobl., sobre la interesantísima línea del Tajo (V.), no deja duda que habrá sido grande su importancia militar en todos tiempos; y los numerosos monumentos romanos que conserva, acreditan haber sido una c. considarable en aquella época ; aunque de los geógrafos del imperio solo la mencionó Ptolomeo , en cuyas Tablas se lee su nombre adulterado, como hemos dicho , ¡Ahora, entre los pueblos carpetanos. Los que afirman haber disfrutado esta pobl. el derecho de acuñar moneda en tiempo de los romanos, y que en el de los godos obtuvo cáted. apostólica, confunden la Ebura Lusitana con la Carpetana, y atribuyen á Talavera lo que pertenece á la cap. de la prov. de Alentejo en Portugal. Solo puede asegurarse que cuando los árabes se hicieron dueños de la Península, la encontraron siendo aun c. notable y la llamaron Medina-Talbera, adulterando su ant. nombre. Se sometió á la conquista de Tarek, el vencedor de Guadalete , y en esta pobl. recibió el mismo general al walí Muza, habiéndole salido al encuentro desde Toledo, deseoso de aplacar el enojo que sabia alimentaba contra él. Fue notable esta entrevista, por el despego que manifestó Muza á su sencillo y brioso lugar-teniente; y salieron juntos para Toledo (año 712). Talavera fue hecha un gobierno importante; y se ve terciar con grande entidad en los sucesos de los árabes. Seguia comunmente la preponderancia de Toledo; mas no siempre i en el otoño de 707 fue la única de las cercanías de aquella c. que, bajo su caid Amru, se mantuvo fiel al poder de Córdoba ; y en su consecuencia se vio luego este gobernador , encargado del sitio de la misma Toledo. En 850 se hallaban igualmente en partidos opuestos: los de Toledo acometieron á Talavera; pero fueron rechazados con grave daño á su c. Por el contrario, en 895, habian parado en poder de Hatsun, y este franqueó el mando supremo de Talavera y Toledo con sus terr. á Ahmed, hijo del Kithi. En 912 fueron talados sus territorios por las tropas de León, al mando de Alfonso III de Asturias, que, separado ya del trono, habia logrado de su hijo García el mando de un ejército contra los musulmanes de Bafsun. En 9I4 fue asaltada por Ordoño II de León: refiérese que, defendiéndola esforzadamente su gobernador, Abd-cl-hahman envió un ejército considerable á socorrerla; pero que Ordono, sin abandonar el sitio, se adelantó al encuentro de los auxiliares, los derrotó con muerte de su general, que era de los mas afamados, y tomando después la plaza, pasó á cuchillo la guarnición y destruyó sus fort. No merecen , sin embargo, el mayor crédito estos pormenores; cuando desde luego consta que no socorrería Abdel-Rahman á Talavera , plaza que era á la sazón de Hafsun, á quien estaba haciendo la guerra en la España oriental el Califa.
En 920 se fecha otra rendición de Talavera al mismo Ordoño, quien dicen la echó por tierra. Sin embargo en 927 era como antes un gobierno musulmán importante sujeto ya al dominio de Córdoba: su Caid se adelantó con los de Ucles y Calatrava á emprender el sitio de Toledo, míe aun se mantenía por el hijo de Hafsun , cuando el califa determinó su rendición. Segun las relaciones arábigas , Ramiro II do León destruyó áTalaveí a en 932; matando atrozmente á todo el vecindario: pero Sampiro afirma que, habiendo llegado aquel rey hasta Madrid y volcado sus murallas, regresó á sus estados, en paz con su victoria ( V. Madrid). El mismo Sampiro menciona también la acometida de Ramiro á Talavera ; pero es fechándola en el año 949, décimo nono de aquel reinado: dice que trabó aqui una batalla con el ejército musulmán, le mató 12,000 hombres , le hizo 7,000 prisioneros y regresó á León. Con esta ocasión espresa ademas el cronista que Talavera se llamó antes Elbora. En 987 recibió al victorioso Almanzor que se retiraba de Galicia á Córdoba. Alfonso VI la conquistó en 1082; no en 1085 sequiere
PAG 571 Tomo VII
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(19): TALAVERA LA REAL (Madoz, Tomo VII):
cotí ayunt. en la prov., part. jud. y dióc. de Badajoz (3 leg.), aud. terr. de Cáceres (12 , C. g. de Estremadura: S I T . en tierra llana, á la izq. del Guadiana y junto á la ribera de la Albuera HISTORIA. Se afirma ser esta pobl. de grande antigüedad, lo que conviene con nuestra opinión emitida sobre el nombre que la distingue , al ocuparnos de él en el artículo de Talavera de la Reina. Estando en el mismo concepto, diríamos que conserva el nombre comun que le dieron sus fundadores. En el Diccionario de Rarcelona se cree probable su correspondencia con Evandria de Ptolomeo, que en el Itinerario romano se ha escrito con la sílaba epentica na; pero el anticuario lusitano Vasconcelos, redujo esta c. á. Talaveruela; otros la colocan cerca de Garrobilla , y Don Miguel Cortés en San Servan, cuya diversidad de opiniones prueba sobradamente la debilidad dé las razones en que se fundan. Toda reducción, que la sitúe á la izquierda del Guadiana, empieza conladibcultad de contradecir la espresion de Ptolomeo, segun el cual era c. lusitana, y este r. deslindaba aquella región de la Beturia. Alégase contra este reparo, que este geógrafo fue poco exacto al adjudicar las
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c. que se hallaban en los limites de las regiones; mas cuando determinaba estos limites un objeto tan visible como el Guadiana , no tiene ya la misma fuerza este argumento.
¿Se querrá aun que él r. haya cambiado de cauce, como también se ha pensado para obviar el inconveniente? Muy poderosas memorias geográficas deberían reclamar el nomre de Evandria á un lugar dado ; muy auténtico habia de ser este para saltar por tales dificultades; y no creemos que se halle en este caso ninguna de cuantas situaciones se ha congeturado pertenecería. Por lo que hace á Talayera la Real, quien mas habla de sus antiguallas, se limita ádecir, que conserva algunos vestigios de pobl. ant. , y sin mas motivo dice haber sido la mansión del Itinerario llamado Dippo , como los otros Evandria. lis preciso confesar que se ignora la correspondencia de muchas pobl. ant. , como se desconocen las ant. de muchas modernas. Talavera, con un nombre indudablemente de origen muy remoto, prescindiendo de la reciente elimologia de Tala y Vera que se ha inventado, solo puede decirse que empieza á ser conocida como aldea de Badajoz; y asi continúa por mas de 400 años, hasta eximirse en 1640. Se dice con referencia á Garibay, que en esta v. murió la reina Doña Leonor , en febrero de 1558 ; pero es un error, pues falleció en Valladolid por el mes de enero. Ha padecido mucho esta v. en las diferentes guerras sostenidas por esta parte entre portugueses y castellanos.
Pag 576 tomo VII
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(20): Antonio Gámir Gordo y Ruperto León Pérez
Ptolomeo; Geographia; mapas antiguos; península Ibérica; Extremadura; Ptolemy; Geographia; ancient maps; Iberian Peninsula
Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles, 84 2838, 1–45.
Ευανδρία. Evandria, en Arroyo de San Serván, provincia de Badajoz (Navarro del Castillo, 1971, pp. 75—80).
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(21): Madoz, Tomo VII pag 433
EBURA : c. edetana, mencionada por Tolomeo. Parece ser hoy la Puebla de Al bortón.
EBURA : c nombrada por Estrabon , existió donde hoy el cortijo de Ebora á la der. del Bétis.
EBURA: cast. mencionado por Mela en el litoral de la Bélica. Probablemente era dependencia de la c. Ebura , mencionada por Estrabon, junto al Betis ó Guadalquivir. Su situación , según Cean , se ve en una punta de tierra llamada Sal* medina junto á San Lúcar.
EBURA: C. bética, mencionada por Plinio, quien inter preta su nombre en el latino Cerealis. ü. Miguel Cortés en su Diccionario la reduce á Granada. (V.)
EBURA : puerto nombrado por Mela , en la costa de Galicia, junto á la boca del Tambre; puede deducirse de aqui, con probabilidad, haberse llamado Ebura en lo ant. el actual pueblo de Obre.
EBURA: c. carpetana, recordada por la historia, probablemente hoy Talavera la Vieja.
Madrid 1847 Tomo VII , 433
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(22): CONFUSIÓN DE TOPÓNIMOS Y SUS IDENTIFICACIONES EN EL CHRONICON MUNDI : ELBORA Y TALAUERA (4,25), LOS CASTILLOS DEL RÍO TORMES (4,32) Y EL TOPÓNIMO AXEA
Ricardo Martínez Ortega
FORTVNATAE, 23; 2012, pp. 61-73; ISSN: 1131-6810
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Estudio crítico, filológico e histórico de las voces Elbora, Talauera, Penna, Alphadego, Ripas,
Axea en la última edición filológica del Chronicon Mundi de Lucas de Tuy a través de la historiografía y documentación medieval latina y española.
PALABRAS CLAVE: Chronicon Mundi, Lucas de Tuy, Elbora, Talauera, Penna, Alphadego, Ripas,
Axea, toponimia hispánica medieval, Ordoño II.
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Esto nos ocurre en el Chronicon Mundi 4, 25 [ca. 1238] (Falque 2003: 251, líneas 17-19), cuando en el reinado de Ordoño II (914-924) se encuentra editado lo que sigue:
Defuncto uero patre et fratre Garsia ei succedente Ordonius belliger rursus exercitum mouens in Elboram, ciuitatem Toletani regni, que nunc Talauera uocatur, profectus est.
Después de la muerte de su padre y su hermano García, el guerrero Ordonio volvió a dirigir el ejército en su lugar. pasando a Elbora, ciudad del reino de Toletani, que ahora se llama Talauera,
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Así leemos en la traducción editada por Julio Puyol (2007: 306, líneas 6-10): “Mas muerto su padre y su hermano Garsiario, el batalloso Ordoño suçediendolo, como de cabo, mouio su hueste en la çibdad de E[l]uora (y fue a la çibdad) que agora se llama Talauera, que es [en] el reyno de Toledo”.
La editora identifica el topónimo “Elbora” con Talavera de la Reina, prov. Toledo (Falque, 2003: 394, s. v. “Elbora”), dada la ecuación del propio texto.
Pero podemos rastrearlo con bastante certeza hasta llegar a encontrar los dos topónimos juntos en la Chronica Albendensia [881, 883, 976] en la información de sedes episcopales (Gil -Moralejo -Ruiz, 1985: 154, línea 8; traducción 225, línea 4): “Talabayra, Elbora et Caurio”. Si bien, hasta donde yo sé, esto tendría su origen en el editado como Provinciale Visigothicum6, (evidentemente, en los ms. Que contienen Talabayra). Pero, en realidad, solo dos códices de la familia Oreto (I y B) incluyen este topónimo (Talabaura y Talabayra), como se puede ver en el clarificador cuadro de Luis Vázquez de Parga (1943: 16 y 17)7. Parece evidente que el Provinciale Visigothicum no contenía Talabayra y hemos de descartarlo como fuente. Esos dos testimonios que incluyen la supuesta sede de Talavera son obviamente fruto del interés. Esa manipulación acaba por imponerse en multitud de crónicas hispanas.
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FUENTES LATINAS Y ROMANCES CON “ELBORAM = TALAVERA”
1 Chronicon Mundi [ca. 1238] (Falque, Valdés, Mariana) Elboram,
Talauera
2 Crónica de España [ca. mitad s. XV] (Puyol) E[l]uora,
Talauera
3 Historia Silense [ca. 1110-1118] (Pérez de Úrbel - González) Elboram,
Talauera
4 Chronica Naierensis [ca. 1180] (Ubieto Arteta, Estévez Sola) Ebboram,
Talauera
FUENTES LATINAS Y ROMANCES CON “TALAVERA”
5 De rebus Hispanie [1243] (Lorenzana, Fernández Valverde) Talaueram
6 Primera Crónica General de España (Pidal) Talauera
7 Versión crítica de la Estoria de España [ca. 1284] (I. F. O.) Talauera
8 Crónica d’ Espayña [ca. 1387] (Ward) Talavera
9 Crónica de los estados peninsulares [ca. 1328] Talavera
10 Crónica Abreviada [ca. 1320-1325] (Blecua) Talauera
COMPARACIÓN FUENTES ÁRABES (“ÉVORA”)
11 Crónica del Califa cAbdarrahִma¯n III (al-Muqtabis V) (Chalm.)
Ya¯bura
( )
POSIBLES FUENTES
12 Chronica Albendensia [881, 883, 976]
Talabayra,
Elbora et
Caurio
13 Provinciale Visigothicum Talabaura,
Talabayra
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(23): Decía en uno de mis artículos:
“LEBURA: Cuerva o Puente del Arzobispo, Toledo”. Aunque poco más tarde decíamos sobre Libora: “LIBORA: Libora; Cuerva, p. de los carpetane. “… Talavera la Vieja ”. (M. Cortes. Diccionario…, T. III, p. 136). LIBORA: AEBURA, hacia Talavera de la Reina. Anotacion nuestra. Creemos que su nombre es una deformación de Aebora; y esta a su vez, una latinización de EBORA (que como sabemos es el topónimo que indica Iberia, Ibero). Ello concuerda con la situación, muy cercana a Mesas de Ibores y a los Ibores; llanos y montes entre Guadalupe y Navalmoral de la Mata” . Por los motivos anteriormente referidos, termine asimilando Lebura o Libora, con Alcaudete de la Jara; a medio trayecto entre Guadalupe y Toledo; habida cuenta que considero ese era el camino que se seguia. Sin embargo, los autores del trabajo que resumimos, expresan que a través de una ruta por la ribera norte del Tajo (como suele plantearse); Lebura o Aebura, debiera buscarse en Talavera de la Reina, aunque a su juicio, mas bien podria tratarse de El Carpio del Tajo o de la Puebla de Montalban. Terminando por expresar que en estos casos, Augustobriga se identificaria con Talavera de la Reina, todo lo que supondría revisar los datos del Itinerario de Antonino, que deja cientos de millas sin “paradas” ni referencias.
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(24): Nomenclator ibérico de Angel Gómez-Morán:
-EBERÓBRIGA: En Cáceres. Quizás Talaván, deducida de una inscripción. También, Garrovillas en Cáceres se han hallado inscripciones con este nombre. Incluso en Chaves, Portugal. (JRD pag 207)
-la raíz de Eboron, genitivo plural de Ebores, al estilo de la quinta de los griegos. De este mismo parecer fue Traggia en su Aparato”. (Cortes, M. 1836). Dicc. t. II, pag. 422).(FRG)
-EBORA: Ciudad solo citada por Ptolomeo, al Sur del Ebro. Se identifica con la Puebla de Albolotón. Es Ebora de los SEDETANOS, no edetanos.(JRD pag 208)
- EBORA: castellum. "... De consiguiente el castillo litoral de Ebura y la Ebura mencionada por Estrabón no eran dos, sino una misma ciudad. La Ebura de Estrabon estaba donde hoy el Cortijo de Ebora, a la derecha del Betis. Ocampo opinó que eran dos pueblos distintos, y redujo el Castellum de Mela al castillo de Bonanza. Yo adopto en este punto la opinión de Rodrigo Caro Antiguedades de Sevilla [... Aqui cerca de la entrada de Guadiamar, en Guadalquivir, forma este gran rio las dos islas de Captiel y Captor, de que hace memoria Strabon, y luego se vuelve a juntar, y pasando cerca de un antiguo pueblo, llamado Ebora, que aun siendo cortijo, retiene su antiguo nombre... (Rodrigo Caro, 1634, Antigüedades ... libro III, pag. 89)]. Don Agustin Cean Bermudez en su Sumario redujo el castillo de Ebora a una punta de tierra junto a San Lucar llamada Salmedina; y añade que en dias claros se ven aun sus ruinas que estan muy adentro del mar". (Cortes, M. (1836). Dicc. t. II, pag. 419). (FRG)
- EBORA, EBOURA, EBURA: Cortijo de Évora, en San Lúcar de Barrameda. Lugar del hallazgo del tesoro. Según Mela ciudad de los turdetanos, junto a LUX DUBIA. Se relaciona con la ceca Aipora (JRD pag 208)
- EBORA: Liberalitas Iulia; Ebura, Eboura; hoy Evora (Portugal); p. de los lusitanon. "Ebora, ciudad lusitana nombrada en el Itinerario de Antonino. Plinio & Pomponio Mela la ubican en el promontorio Magnum... La actual Evora aun conserva su nombre (Ortelius, A. (1596). Thes., Ebora). "Varias ciudades hubo en España con el nombre de EBORA, pero el sobrenombre de Liberalitas Julia que ofrecen las presentes medallas, a ninguna conviene sino a la actual de Lusitania, en que sin mutación persevera la voz de Ebora en la ciudad, capital de la provincia de Alentejo, con el honor de Silla Episcopal desde los primeros siglos de la Iglesia... [Ceca] / LIBERALITATIS IVLIAE EBORensis. (Florez, E. (1757). Med. t. I, pag. 380).(FRG)
- EBORA: Ciudad del Alentejo. Quedaría incluida en el área de Tartessos. Posteriormente pasó a ser de los lusitanos. Ceca. (JRD pag 207-208)
- EBORA cerealis: Tal vez IPORA, al sureste de Osuna. Otros proponen su identificación con el Cortijo de Ébora, junto a San Lúcar. (JRD pag 208) ver EBURA
- EBORA PORTUS: PUERTO DE LOS PRAESEMARCHI en Noya, La Coruña. Probablemente en el mismo castro de Baroña. De aceptarse el supuesto de que los pretamaricos fueran descendientes de los celtici del rio ANAS se explicaría el topónimo. Para algunos Baroña también procedería desde Eberona (JRD pag 208)
- EBURA = EBORA (JRD pag 208)
- EBURA: Hacia Talavera de la Reina. (JRD pag 208)
- EBURA carpetana. "... En Espana se hallan cuatro Eboras o Eburas... La mas famosa es la de la Lusitania, de que escribieron Ptolomeo, Plinio, el Itinerario de Antonino y otros; y la han ilustrado con sus escritos Andres Resende y Iacobo Vasconcelos, ilustres lusitanos. La otra es en la Carpetania, y esta antiguamente fue menos famosa; algunos le llaman Ebora, otros Elbora o Delbora, y se tiene hoy por Talavera de la Reyna..." (Caro, R. (1634). Antig. Sevilla, III, pag. 120). “... Es muy cierta la opinion que reduce esta Ebura a Talavera la Vieja, a la orilla derecha del Tajo, tocando ya con los vetones...". (Cortes, M. (1836). Dicc. t. II, pp. 419-420). Ebura Aebura. “Villa de la Espana Tarraconense en el territorio de los carpetanos, segun Tito Livio. Es hoy Talavera de la Reyna en la ribera septentrional del Tajo y al occidente de la conflluencia de la pequena rivera del Alberche, en Castilla la Nueva”. (Bruzen, A. A. (1730). Le Grand Dict. Geog. t. I, pag. 111).(FRG)
- EBURA quae Cerealis. "... La tercera [Ebora o Ebura] es en la Bastetania, de la cual hace mencion Plinio y le llama Cereal, y estuvo cerca de la villa de Arjona...". (Caro, R. (1634). Antig. de Sevilla, l. III, pag. 120). “Ebura quae Cerealis. Esta es la unica Ebura que ha merecido de Plinio que la tomase en su pluma y al mismo tiempo que interpretase el significado de su nombre... Ebura, que quiere decir la Cereal, o la frumentaria, o la granotera...
correspondiendo esta Ebura a la noble y magnifica ciudad de Granada... ". (Cortes, M. (1836). Dicc. t. II, pag. 420).(FRG)
- EBORA cerealis: Tal vez IPORA, al sureste de Osuna. Otros proponen su identificación con el Cortijo de Ébora, junto a San Lúcar. (JRD pag 208)
-EBURIBRICIUM = EBUROBRITIVM: En unas inscripciones antiguas halladas por Gaspar Varreiros, se trata de la hoy Evora de Alcobaca...". (Ortelius, A. (1596). Thes., Eburobritium). “Alcobaza”. (Cortes, M. (1836). Dicc. t. II, pag. 423). “Eburobrittium... Se sospecha fuese Evora de Alcobaca, al S. De Leiria”. (Garcia y Bellido, A. (1947). La Esp., Plin., N. H. Pag. 249). (FRG)
-EBURIBRITTIUM: EVORA DE ALCOBAÇA, O AMOREIRA DE OBIDOS, Leiria. (JRD pag 209)
-EBURONES: Pueblo germano invasor Considerado como llegado en la tercera oleada (hacia el 650 a.C.). Asentados en el entorno de Ébora. (JRD pag
209)
- AIPORA, IPORA: Acuña ases, alguna de las Eboras en Andalucía.(JRD pag 33)
Desconocemos si es una forma ibérica de escribir EBORA por (aipora = aibora) . Sin localizar, grupo de Celtitan y otras, zonamcercana a Osuna, se supone en las inmediaciones de Montoro, otros la localizan cercana a Sanlucar lo que hace posible que se tratase del famosonCortijo de Evora. Otros creen que es EPORA o bien IPORA (Gilena) (ver esas cecas).
- AEBURA: Territorio de frontera entre carpetanos y vettones. Luego entre la Ulterior y Lusitania: Cuerva, La Puebla de Montalbán, El Carpio, Talavera a Vieja, incluso con Caesarobriga (Talavera de la Reina). (JRD pag 31)
-LIBORA: Libora; Cuerva, p. de los carpetane. “… Talavera la Vieja ”. (M. Cortes. Diccionario…, T. III, p. 136).(FRG)
-LIBORA: AEBURA, hacia Talavera de la Reina.(J.R.D. Pag. 325)
Anotación nuestra. Creemos que su nombre es una deformación de Aebora; y esta a su vez, una latinzación de EBORA (que como sabemos es el topónimo que indica Iberia, Ibero). Ello concuerda con la situación, muy cercana a Mesas de Ibores y a los Ibores; llanos y montes entre Guadalupe y Navalmoral de la Mata
-LEBURA: Cuerva o Puente del Arzobispo, Toledo.(J.R.D. Pag. 321)
-ELBORA: Ébora, Evora (JRD pag 214)
-ELBORA: Obispado visigodo. Es Ebura carpetana, en Talavera de la Reina.
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(25): TITO LIVIO
HISTORIA DE ROMA DESDE SU FUNDACIÓN (AB URBE CONDITA) CON LAS PERÍOCAS DE LOS LIBROS PERDIDOS
Traducción de Antonio Diego Duarte Sánchez
TOMO III // Libros XXXI-XLV /// Períocas XLVI A CXLII
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SIC XL, del 30 al 33:
[40,30] Aquel verano se desencadenó una violenta guerra en la Hispania Citerior; los celtíberos habían reunido unos treinta y cinco mil hombres, cifra que casi nunca antes habían alcanzado. Quinto Fulvio Flaco estaba al mando de la provincia. Al oír que los celtíberos estaban armando a sus guerreros, alistó entre los aliados todas las tropas que pudo, pero aún así resultó ser muy inferior numéricamente al enemigo. En los primeros días de la primavera llevó su ejército a la Carpetania y fijó su campamento cerca de la ciudad de Ebura, enviando un pequeño destacamento para ocupar la ciudad. Pocos días después, los celtíberos acamparon al pie de una colina próxima, a unas dos millas de distancia. Cuando el pretor romano se dio cuenta de su presencia, envió a su hermano Marco Fulvio con dos turmas de caballería nativa para reconocer el campamento enemigo.
Sus instrucciones consistían en acercarse lo más posible a la empalizada para hacerse una idea del tamaño del campamento, pero si veía aproximarse a la caballería enemiga, debía retirarse sin combatir. Obedeció estas órdenes. Durante algunos días no sucedió nada más, aparte de la aparición de estas dos turmas que siempre se retiraban cuando la caballería enemiga salía de su campamento. Finalmente, los celtíberos salieron de su campamento con toda su infantería y caballería, formaron en línea de batalla a medio camino entre los dos campamentos y permanecieron así. El terreno era llano y adecuado para una batalla. Allí les esperaron firmes los hispanos, mientras el general romano mantenía a sus hombres tras su empalizada. Durante cuatro días sucesivos el enemigo formó en el mismo lugar en orden de combate, pero los romanos no se movieron. Después de esto, los celtíberos permanecieron descansando en su campamento, ya que no tenían oportunidad de luchar; solo la caballería salía y tomaba posiciones como en posición de avanzada, por si se producía algún movimiento por parte del enemigo. Ambas partes salían para forrajear y recoger madera en la retaguardia de sus campamentos, no interfiriendo los unos con los otros.
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[40,31] Cuando el pretor romano se hubo cerciorado de que, tras tantos días de inactividad, el enemigo no esperaba que él tomase la iniciativa, ordenó a Lucio Acilio que tomase la división de tropas aliadas y a seis mil auxiliares nativos, y que rodeara la montaña que estaba detrás del campamento enemigo. Cuando oyera el grito de guerra, debía cargar hacia abajo contra su campamento. Partiría de noche, para no ser observado. Al amanecer, Flaco envió a Cayo
Escribonio, el prefecto de las tropas aliadas, con su caballería extraordinaria del ala izquierda, contra la empalizada enemiga. Cuando los celtíberos vieron que se aproximaban hasta más cerca y con mayores fuerzas de lo que habían solido hacer antes, toda su caballería salió del campamento y dieron así mismo a su infantería la señal para avanzar. Escribonio, actuando según sus instrucciones, en cuanto oyó el estrépito del avance de la caballería enemiga, hizo dar la vuelta a sus caballos y se dirigió hacia su campamento. El enemigo le persiguió a toda velocidad. Iba por delante la caballería, con la infantería a poca distancia y no dudando de que aquel día asaltarían el campamento romano. Ya estaban a no más de media milla de la empalizada. En cuanto Flaco consideró que estaban lo bastante lejos de la protección de su propio campamento, ordenó que salieran sus fuerzas, que habían permanecido formadas tras la empalizada, por tres sitios a la vez. Hizo que lanzaran el grito de guerra con toda la fuerza que pudieran, no solo para estimular el ardor de los combatientes, sino también para que les oyeran los que se encontraban entre las colinas. Estos se lanzaron a la carga de inmediato, como se les había ordenado, contra el campamento enemigo donde no quedaban más de cinco mil hombres de retén. La fuerza de los asaltantes, en comparación con la escasez de su propio número, y la rapidez del ataque los aterrorizaron de tal manera que se tomó el campamento con poca o ninguna resistencia. Una vez capturado, Acilio le prendió fuego por aquella parte en que mejor podría ser visto desde el campo de batalla.
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[40.32] Los celtíberos que estaban en la retaguardia fueron los primeros en divisar las llamas; después se corrió la noticia por toda la línea de que el campamento se había perdido y era pasto de las llamas. Esto aumentó el pánico en los enemigos y elevó el ánimo de los romanos. Por un lado les llegaban los gritos victoriosos de sus camaradas y por el otro contemplaban en llamas el campamento enemigo. Los celtíberos dudaron durante unos momentos qué hacer, pues al no quedarles ningún refugio en caso de ser derrotados y estando su única esperanza en sostener la lucha, reiniciaron el combate con mayor determinación. Su centro estaba muy presionado por la quinta legión, pero avanzaron con más confianza contra el ala izquierda romana, donde veían situados a los auxiliares provinciales, que eran de su propia raza, y que habría sido derrotada de no haber llegado en su ayuda la séptima legión. Estando en medio de la batalla, aparecieron las tropas que habían quedado en Cuerva y Acilio se aproximó por la retaguardia del enemigo. Tomados entre ambos, los celtíberos fueron despedazados y los supervivientes huyeron en todas direcciones. Se envió a la caballería tras ellos, dividida en dos grupos, y provocó entre ellos una gran carnicería. Murieron hasta veintitrés mil hombres aquel día y se hizo prisioneros a cuatro mil setecientos; se capturaron quinientos jinetes y ochenta y ocho estandartes militares. Fue una gran victoria, pero no resultó incruenta. De las dos legiones, cayeron algo más de doscientos soldados romanos, ochocientos treinta de los aliados latinos y dos mil cuatrocientos de los auxiliares extranjeros. El pretor llevó a su ejército victorioso de vuelta al campamento. Se ordenó a Acilio que permaneciera en el campamento que había capturado. Al día siguiente, se reunieron los despojos y se recompensó ante todo el ejército a los que habían demostrado notable valor.
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[40.33] Los heridos fueron llevados a Cuerva y las legiones marcharon a través de la Carpetania hasta Contrebia. Al ser asediada esta ciudad, sus habitantes pidieron ayuda a los celtíberos. Esta se demoró, no por alguna clase de renuencia por parte de los celtíberos, sino debido a que no pudieron avanzar por los caminos intransitables y ríos desbordados por culpa de las lluvias. Desesperados de recibir ninguna ayuda de sus compatriotas, los habitantes se rindieron. El propio Flaco se vio obligado por las terribles tormentas a trasladar todo su ejército dentro de la ciudad. Los celtíberos, mientras tanto, habían partido desde sus casas ignorantes de la rendición; una vez cesó la lluvia lograron, finalmente, cruzar los ríos y llevaron ante Contrebia. No vieron ningún campamento fuera de las murallas por lo que, pensando que lo habían trasladado a otro lugar o que el enemigo se había retirado, se aproximaron a la ciudad sin tomar ninguna precaución ni mantener la adecuada formación. Los romanos lanzaron una salida por las dos puertas y, atacándolos mientras estaban desordenados, los derrotaron. Lo mismo que les hizo imposible resistir, es decir, su no marchar en un solo grupo o formando junto a sus estandartes, ayudó a que la mayoría huyera, pues todos los fugitivos se dispersaron por los campos y en ninguna parte pudieron los romanos interceptar a un número considerable de ellos juntos. No obstante, los muertos ascendieron a doce mil y los prisioneros a más de cinco mil; también se capturaron cuatrocientos caballos y sesenta y dos estandartes. Los fugitivos dispersos se dirigieron a sus hogares y al encontrarse con otro cuerpo de celtíberos, que marchaban hacia Contrebia, los detuvieron y les informaron de la rendición de la plaza y de su propia derrota. Rápidamente, todos se dispersaron y volvieron a sus fortalezas y pueblos. Partiendo de Contrebia, Flaco llevó las legiones a través de la Celtiberia, devastando el país según marchaba y asaltando muchos de los castillos hasta que la mayor parte de aquel pueblo vino a rendirse.
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(26): CONTERBIA, CONTEBRIA, CONTREBIA Ver: Atacada en el 181 a.C. por Flacco, de difícil resolución. Entre celtíberos y carpetanos. Se viene identificando con Conterbia Kárbica. (JRD pag 186)
-CONTREBIA Cárbica: “Contrebia Carbica = Fosos de Bayona, Villas Viejas, cerca de Segobriga.75,39// 77,42a”. (Arias, G. (2004). El Mil. Extr., Indice, Contrebia Carbica).(FRG)
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(27): NOTICIA DE LAS RUINAS DE TALAVERA LA VIEJA, LEIDA EN LA ACADEMIA DE 2 DE JULIO DE 1762. DE DON IGNACIO DE HERMOSILLA Y SANDOVAL
https://es.scribd.com/document/364550926/Noticias-de-las-ruinas-de-Talavera-la-Vieja-por-D-Ignacio-de-Hermosilla-con-la-continuacion-de-esta-memoria-por-D-Jose-Cornide-Saavedra-Tomo-I-de
o bien
SIC
(27a): Talavera la vieja es una villa de cien vecinos en la extremidad del arzobispado de Toledo, confinante con los obispados de Plasencia y Avila , diez leguas al poniente de Talavera de la reyna. Pertenece su señorio al conde de Miranda. Por estar esculpidas en la clave de la boveda gótica de la iglesia parroquial las armas de Zúñiga, y ser la fábrica semejante á las del siglo del señor emperarador don Cárlos V, congeturo que es de este tiempo la de la parroquia: que la villa, con otros pueblos que en sus cercanias posee la casa de Miranda, salió de la corona en los primeros años del reynado de los reyes católicos, o en los últimos del de Enrique IV, quando el duque de Plasencia adquirió tantos pueblos en Extremadura: y que habiendo despues hecho de algunos de estos mayorazgo para segundos, pasaron á la casa de Miranda, segunda notoriamente de la de Béjar, que es el título con que quedó la primogénita de Zúñiga, antes de Plasencia y Arevalo.
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Cerca de la villa empieza á verse por todas partes una infinidad de sillares de piedra berroqueña (de que abunda muchísimo todo el pais), los mas de quatro pies de largo, tres de ancho y dos de alto, algunos mayores, algunos con molduras y cornisas, y otros lisos. La puerta y esquinas de una ermita arruinada, que llaman de los mártires, á la entrada del pueblo, está hecha de estos sillares unidos muy rústicamente al resto del edificio, que es de ladrillo y barro; y aunque ya sin tejado ni techo, conserva quatro arcos góticos de muy mala construccion que lo sostenian. Delante de esta ermita hay un trozo de columna de un pie de diametro y seis de alto, de marmol blanquísimo y de grano tan fino como el de Carrara, con una cruz de hierro.
A cincuenta pasos de la cruz yendo al pueblo han hecho las lluvias un barranco, y para pasar sobre él se ha empedrado con si llares de los arriba expresados un espacio como de ocho varas en quadro: yá fin de que las aguas no los arrastren y para sostener el
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(27b): terreno, se ha llenado parte del mismo barranco con otras muchas y gruesas piedras de varios cortes y figuras, entre las qua les hallé el tronco de un verraco de piedra berroqueña, que medido por el lado, como se vé en la estampa 1º let. A (...) el de un ternero de la misma piedra, de siete pies de largo, figurado en la misma estampa, visto por un lado let. C., y por el lomo let. D:y últimamente el de una ternera de la misma piedra, de poco mas de quatro pies de largo, cuyo lado se vé en la misma estampa let. E.
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En la casa de un labrador en una pared de su corral está colocada y bien conservada una cabeza de cerdo, tambien de piedra berroqueña de admirable escultura, como lo son los troncos del verraco y terneros de que acabo de hablar: y en la dehesa boyal, á poca distancia de la villa al oriente de ella, hallé dos cabezas de ternera de la propia piedra. Servian de mojones para dividir del egido la misma dehesa: están muy destruidas, pero se percibe que no se hicieron para los troncos que estaban en el barranco, ni para otros, porque estan hechas de suerte que las bocas miran al cielo, y de los cortes del resto de la piedra se infiere con evidencia que se unian quatro en un solo cuello, formando un grupo, á semejanza de los Janos quadrifrontes que habia en Roma y otras partes.
Conseguí con los alcaldes que puestas otras dos grandes piedras donde estaban las dos cabezas, se llevasen estas á las casas de ayuntamiento donde las dexé; y para el mismo fin, aunque con gran trabajo, hice sacar del barranco los troncos del verraco y terneros, bien que por la gran mole y enorme peso de estas piezas no pudieron conducirse.
Desde que se entra en la villa, apenas se ve otra cosa que esquinas hechas con los referidos sillares, las jambas de las puertas se componen de tres o quatro, y el dintél por lo comun es una Piedra labrada de dos y media á tres varas de largo, por tres quartas de grueso. A los lados de las puertas de cada casa hay en lugar de Poyos dos ó mas capiteles, la mayor parte toscanos o doricos y algunos jónicos, de la misma piedra berroqueña de varios diametros;
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En la calle real, á la puerta de un labrador sirviendo de poyo, hay un fragmento de columna estriada de marmol. Por falta de instrumento no pude determinar á punto fixo el diametro que tendria la columna de que es seccion, pero por el tamaño de las estrías, y la poca porcion de círculo de su ámbito, inferí que excedia de seis pies. En el zaguan de otra casa de la misma calle reconocí un trozo de pilastra de marmol tambien estriada, de eque solo se vé el extremo de un lado, y tiene poco mas de dos pies de ancho. Es de notar que el marmol de estas dos piezas es mas fino que el de Carrara, y por la palidez á que declina sospecho que sea pario.
En los muros de las casas, principalmente en lo interior, hay una infinidad de inscripciones casi ilegibles en piedras de varios tamaños y molduras, la mayor parte del baxo imperio, pertenecientes á la gentilidad y tal qual al christianismo. Para dar alguna idea de ellas, pongo cinco en la estampa 2.º La de la let, F sirve de parte de jamba en la puerta de la alcova de la casa que llaman del cirujano: es casi quadrada y tiene dos pies y medio por lo mas largo. La de la let. G es tambien casi quadrada, y por lo mas alto de pie y dos tercios: está fixa en el portal de una casa de la calle real. La de la let. H sirve de parte inferior de la jamba en la puerta de un labrador en la misma calle, y tiene quatro pies y tres quartos de alto, por dos y un sexto de ancho. La de la let. Y manifiesta haber sido una ara, está muy destruida, su grueso es poco mas de un pie, y poco mas de dos de alto. Está suelta en casa del teniente cura don Sebastian Rufo Morgado. Ultima mente la de la let. Jes otro pedazo de ara de un pie y quarto en quadro, que de una viña hice llevará la casa del mismo teniente cura : todas son de piedra berroqueña.
Hay otras en muy crecido número que no pueden leerse, por que de intento estan picadas las letras; y aun supe por cosa no toria, que quando se hace o se repara alguna casa, cuidan mucho los dueños de que el portugués (son precisamente de esta nacion
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los albañiles de toda aquella comarca) ponga las letras de las pie dras dentro del muro de modo que no se vean, porque son (así se explican) rétulos de condenados.
Reconocí tambien muchas de elegantísimo caracter, nada inferior en proporcion y forma á las del siglo de Augusto: tales son las de la estampa 3.º La de la let. K es un trozo de marmol muy fino de poco mas de dos pies de alto y ancho, que está en una pared del corral de un labrador en la calle real, se percibe labrada en él muy delicádamente una moldura. La de la let. Les tambien marmol muy fino de pie y medio de alto y poco mas de uno de ancho : está fixa en la bodega de la casa del teniente cura, y tiene tambien moldura labrada excelentemente. La de la let. M, que suelta se conserva en poder del mismo teniente cura, es una tabla de marmol de casi dos pies de largo, pie y quarto de ancho, y seis dedos de grueso : permanece bien conservada, toda su moldura esculpida con exquisito gusto, y sus caractéres con particular elegancia. El propio teniente refiere que la hallo en el muro de la capilla mayor de la parroquia al lado de la epistola, y que él la hizo quitar al tiempo de colocar un retablo.
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(27c): La de la let. O es una ara sepulcral de marmol muy destruida, de poco mas de un pie de grueso y dos de alto. Tiénela en su poder el mismo teniente cura, que dice la hallo en una pared del corral de su casa , y que la sacó á presencia de don Francisco Ayuso, presbítero ya difunto. Se venera mucho en aquellos pueblos esta piedra, y está reputada como una prueba de que Talavera la vieja es la antigua Ebura ó Elvora; y de que en ella nacieron y padecieron martirio los Santos Vicente, Sabina y Cristeta. No me detendréá exäminar esta opinion, pero me parece justo describir la piedra con toda la prolixidad que la observé.
Es, como dexo dicho, una ara sepulcral que primitivamente estuvo escrita en el lado opuesto al en que está hoy la inscripcion: la antigua que tuvo se advierte picada y borrada de intento; y aunque en el neto donde estaba no se percibe entera diccion ni
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letra alguna, se echan de ver vestigios de ellas, y mas claramente varios adornos, con especialidad Iðs de la cornisa. En el friso se conocen hechos de intento tres como agujeros, en los sitios donde estas aras suelen tener el D. M. S. ú otras semejantes de dicaciones. Aun se perciben señales de volutas jónicas que la adornaban: las molduras inferiores están del todo destruidas. Este estado tiene hoy la verdadera y primitiva frente de esta ara, y sus lados se hallan del todo desfigurados. En la que fue su verdadera espalda, y ahora su frente, está la inscripcion historica del nacimiento y prision de los santos martyres. Los caractéres imitan con bastante arte los de la de L. VI BIO. let. M, sin que haya alguno arruinado ni comido, sin embargo de lo desigual y corroida que está la superficie sobre que se hallan. En las dos ultimas líneas estan muy poco incisas las letras, y van salvando las roturas de la piedra, de suerte que se leen bien. Todos los renglones acaban desigualmente, sujetandose á la linea tortuosa que la ruina ha hecho en la piedra, y aun alguna letra se encogió demasiado por no caer en la rotura: tal es la segunda I de Vincentius en el penultimo renglon. De que se infiere con harta seguridad, que se puso esta inscripcion sagrada despues de haber el tiempo o el autor piadoso destruido la profana. Los doctos serán jueces del lenguage, estilo y demas calidades de la moderna.
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(27d): En la casa de ayuntamiento hay suelta otra ara sepulcral de marmol finísimó de casi dos pies de ancho y tres y medio de alto; y sin embargo de estar muy destruida, se perciben en baxo relieve la figura de un joven, los vestigios de una inscripcion y los orna mentos que se manifiestan en la estampa 4º , let. P. trabajados con todo el arte, primor y delicadeza que se admiran en los preciosos restos que hay en Roma del siglo de oro de las artes. A los lados están de baxo relieve un vaso y una especie de lámpara, como se ven en la misma estampa. El vulgo creía que el joven esculpido en esta ara era el ídolo que adoraban los gentiles, y por esto lo han destruido y desfigurado á pedradas, dexando menos ofendidos los adornos.
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En todos los corrales de los labradores y en muchos sitios del pueblo hay un número prodigioso de piedras, ya quadrilongas, ya quadradas, ya de otras figuras, cavadas para servir de pilas y pesebres á los bueyes y todo genero de caballerias : unas fueron trozos de columnas, otras piezas de cornisa, otras de friso, otras de arquitrabe; unas con molduras y otras sin ellas. Por muestra vá en la estampa 6º , let. X una que hallé en el corral de la casa de un labrador: fue la parte angular de una cornisa, tiene de alto y grueso tres pies, y poco mas de cinco de largo.
A la entrada del pueblo y á poca distancia de las casas se encuentran grandes vestigios de una muralla de nueve pies de grueso, que en forma de medio círculo (cuya linea de diametro es el rio) cercaba la antigua poblacion ó su principal parte. Esta muralla es de mejor construccion que las inmediatas á la ribera Alíja: hace algunos ángulos muy obtusos para formar la circunvalacion: en ellos hay piedra labrada, el resto es rústica y rollos, pero siempre de hiladas iguales y la mezcla firmísima. A la parte de mediodia se conserva un trozo de esta muralla de quatro hasta ocho pies de alto, y de dos mil y setecientos de largo: desde donde se pierden sus vestigios hasta la baxada del rio, donde vuelven á verse sus cimientos, hay todavia mil y veinte pies. Por falta de instrumentos, y por estar algunos pedazos de la muralla en sitios inaccesibles, no pude medir las demas lineas de circunvalacion, ni venir en conocimiento de la area comprehendida entre esta muralla y el rio.
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(27e): La muralla en circuito desde la barranca del rio por oriente, hasta dicha barranca por poniente, tiene quatro mil novecientos, veinte y nueve pies.”, Incluso el templo, atravesando por el mediodia hácia la muralla, desde el rio, hay mil quatrocientos setenta pies.” De oriente á poniente por la calle real, de muralla á muralla, hay dos mil y setecientos pies.”
No propongo estas medidas como seguras, porque como dexo dicho, no pude hacerlas con la exàctitud debida; pero como el teniente cura las tenia hechas sin mas regla ni método que el depasear los sitios, contar por el rosario los pasos y reducirlos á pies, segun él mismo me aseguro, es forzoso desconfiar mucho de ellas.
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(27f): En la baxada del rio, ademas de los cimientos del expresado murallon, y de otros muchos que servian para sostener el terreno, el foro y templos de que hablaré despues, á la parte mas oriental de la villa se descubren los fragmentos de una arca, depósito de repartimiento general de aguas. Quise exàminarlo para venir en conocimiento de su forma y distribuciones; pero fué en vano, por que su situacion en la mayor pendiente al rio no sufre ya excavaciones, y los restos de su fábrica corpulenta y durísima están ya muy desfigurados. A cincuenta pasos de estos fragmentos ha quedado un pedazo de aqüeducto subterraneo, cuya seccion va figurada en la estampa 4º , let. Q. Es un cañon de bóveda de cinco quartas de alto, y dos pies menos un dedo de ancho. Por estar en escarpe los dos muros de esta bóveda, en el sitio desde donde empieza á formarse la vuelta tiene de ancho dos pies y medio dedo. El suelo está envaldosado con losas quadradas de todo su ancho hechas de tierra, preparadas de tal suerte que resisten al fuego mas que las piedras. El cimiento de este aqüeducto, y una rosca de fábrica de pie y medio que lo abraza, es un hormigon de rollos y cal durísmo. Esta obra y las de todos los murallones que miran al rio cargan sobre un terreno de rollos y tierra roxa, tan firme y compacto, que al primer exámen parece un hormigon artificial.
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(27g): En la extremidad de la villa que mira al norte han quedado mas visibles y sujetos á exämen otros fragmentos de estas antigüedades. El principal es un templo, cuyo zócolo y pavimento existe entero: por la parte que mira al mediodia se conservan en él quatro columnas, otra al oriente y otra al poniente, todas de tres pies de diametro. Sobre ellas duran sus arquitrabes , parte de las cornisas y sobre el intercolumnio del centro un arco formado con trece piedras : toda la de este edificio es berroqueña, de grano grueso y aspero. Las columnas son estriadas y tienen todas las proporciones del orden corintio, pero los capiteles son bárbaros é irregulares: forman una especie de corona sin caulícolos, volutas, ni otro adorno di figura arreglada á los ordenes conocidos de arquitectura.
En las estrias de las columnas, y en los arquitrabes (que son de una pieza de columna á columna) se advierten unos baxos relieves de mal gusto, hechos con un estuco al parecer de cal y polvo de marmol, que permanece mas firme que la misma piedra. Es muy de notar que las basas son áticas, pero sin plinto, como se vé en la estampa 5º , let. S, sentando su toro inferior sobre la cornisa del pedestal. En la estampa 6º se vé la planta y elevacion geometrica de la frente de este templo que mira.á mediodia.
Todo el pavimento es de piedra berroqueña, de sillares de quatro y tres pies de largo, por tres y dos de ancho : se conserva íntegro por todas sus quatro líneas, y remata con una especie de cornisa ó cordon bien trabajado, sobre el qual cargan los pedestales de las seis columnas que subsisten
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A distancia de setenta y cinco pies de las columnas de este templo caminando á mediodia, se encuentran los vestigios de otro que hoy sirve de cilla para los granos del conde de Miranda. Estos vestigios se reducen á un quadrilongo formado por las tres líneas que miran á oriente, mediodia y poniente hasta la altura de siete pies con un muro antiguo muy grueso de piedras iguales á las del otro templo: el resto es de fábrica moderna hecha, como se vé en un mal letrero que está en la fachada del norte, el año de 1757.
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(27h): Sirve pues de cilla este templo en la forma que está hoy, y creia todo el pueblo con su teniente cura, y aun toda la comarca, que la pieza o sótano que está debaxo del granero, fue la carcel en que fueron martirizados en tiempo de Decio los santos Vicente, Sabina y Cristeta : que está allí el ecúleo ó potro donde los atormentaron:y que la rota bóveda sobre que estaban las gradas (que aun llaman la leonera) era el sitio donde los gentiles tenian encerradas las fieras para martirizará los christianos. El manifiesto error de esta última persuasion me hizo sospechar que lo habria igual en quanto á la carcel y el ecúleo: y para salir de dudas
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envié á pedir las llaves de toda la cilla al administrador del con de que reside en el Gordo, capital de aquel estado. Tuvo la cortesanía de enviarlas, y habiendo baxado á la soñada carcel, hallé un sótano regular, muy bien alumbrado por una ventana pequeña en el muro antiguo, que el corte de las piedras manifiesta haberse hecho al tiempo que él. Su techo, que es de madera y de muy mala construccion, tendrá quando mas quarenta d cincuenta años, sin descubrirse division ni señas de haberla habido, ni calabozo, ni encierro, ni el menor vestigio de prision o cosa que tenga semejanza á carcel. Lo que llamaban ecúleo y potro de dar tormento es un caballete o instrumento quadrilongo de menos de dos varas de largo, muy semejante á los que en Madrid llaman fregaderos, sin otra diferencia que la de ser dos de sus pies mas cortos que los otros dos, y pasar de un batiente á otro unos mal labrados palos, como los peldaños de las escaleras de mano, todo trabajado muy rústicamente y con manifiestas señales de menor antigüedad que el techo del sótano.
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(27i): Al poniente de este templo y como á quarenta pasos de él (no pude medir con exàctitud esta distancia por no tener plancheta y por estar en medio una casa) permanece una columna de la misma piedra berroqueña, de tres pies y quatro dedos de diámetro, sin estrias ni canales, y le falta casi todo el tercio superior. Al lado de oriente del mismo templo y como á distancia de cien pies (segun juzgué á primera vista y antes de hacer medidas) hay ocho pilas redondas de poco mas de un pie de alto, y tres pies y quatro dedos de diámetro, que corren de norte á mediodia. Figuroseme que podian ser una serie de columnas; pero el teniente cura, el escribano y las gentes mas cultas del pueblo que me acompañaban se reían, asegurándome que siempre habian sido pilas para beber los bueyes, sin que hubiese memoria de quando ni por quien se hicieron. Esto me afianzaba mas en mi idea: y así toman do el centro de la let. a, estampa 7º, tiré una visual hasta la de la let. b, y hallé que pasaba perfectamente por el centro de todas. Dado este paso, medí las respectivas distancias de unas á otras, y las hallé todas iguales, sin mas diferencia que la levísima que resulta de las roturas que en su circunferencia han padecido.
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Demostrado que estas ocho pilas fueron columnas (...) imaginé que podian pertenecer quantas columnas vestigios se ven á un solo edificio, sin embargo de la diversidad de los diámetros, o á lo menos á un agregado hecho con orden, como un foro o una plaza.
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una casi demostracion, de que las de los números 3, 2, 1, y la de la let. a pertenecen á un mismo edificio, y de consiguiente que están descubiertas las series de columnas que por el lado de oriente, mediodia y poniente formaban un gran foro.
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Resulta pues de lo dicho, que el templo de la cilla, dá lo menos su fachada al norte, y el templo en que subsisten las seis columnas, estaban comprehendidos en un foro formado por la parte del mediodia con catorce columnas, contadas desde la del num. S hasta la de la let. a, sin incluir las quatro de la cilla : y por las lineas de oriente y poniente con doce ó tal vez con otras catorce dímas, de que han quedado al lado de oriente los ocho trozos que sirven de pilas; no pudiendo descubrirse las restantes ni las que habria por la parte del norte, porque es forzoso se hayan todas precipitado al rio, siendo evidente que por aquella parte ha robado una gran porcion del terreno.
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Para que esta imaginacion no se quedase en mera conjetura, aunque la combinacion de unos fragmentos con otros y la regularidad que en suposicion de ella resultaba á todo el edificio la hacian bastante segura, pasé á exáminar el terreno en el sitio que me figuré debió ocupar este templo. Y porque sobre la mayor parte de él hay casas, recurrí al lado que cae al rio , en cuyo declivio á la parte superior se ve un espeso cimiento de piedras rústicas y algunas labradas, y como treinta pies mas abaxo otro murallon que sostiene no solo el terreno en que carga este cimiento, sino tambien el del templo de las seis columnas. Dixe al teniente cura, alcaldes, regidores y escribano, que buscaba piedras con molduras para exáminarlas y compararlas con las del zócolo ó basamento del templo existente, y me aseguraron todos que ellos mismos habian acabado de desnudar toda la parte que se ve de el cimiento superior de la mucha piedra labrada que lo vestia , contestando todos que remataba con una cornisa o cordon semejante á la del zócolo o basamento del templo que subsiste; en cuya prueba el teniente cura me hizo observar dos sillares sueltos y rodados en la misma pendiente al rio,
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(27j): Se fortifica esta prueba con la noticia que me dieron, de que la mayor parte de los sillares se ha ido precipitando al rio, en el qual á fines de septiembre y por octubre, quando lleva menos agua, se descubre una infinidad de estas piedras labradas, trozos de columna, pedazos de cornisa y otras, no solo en el trecho que está frente de los templos, sino tambien por todo lo largo de la villa, afirmando que la multitud de ellas ocupa un espacio sin
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comparacion mayor que todo el pueblo: en lo que contextó habiéndolo visto muchas veces D. Nicolas Joseph Lobo, canónigo de la iglesia colegial de Talavera de la reyna, persona de escogida literatura, que me acompañó y ayudó mucho en estas investigaciones
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(27k): Ademas de estos insignes restos de antigüedad, hay otros muchos que están ya muy desfigurados, y cada dia se van desvaneciendo á pesar de las providencias que para su conservacion se tomaron siglos ha : referiré una de ellas, porque da bastante idea así de los edificios que hubo y ya no se ven , como de la estimacion con que se miraban.
Los regidores y jurados de esta villa con los procuradores de la de Poveda y del Bodonal, hicieron en 14 de Abril de 1578 unas ordenanzas para su gobierno; y en 16 de Septiembre del mismo año las confirmó D.Juan de Zúñiga Abellaneda y Bazan, con de de Miranda
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CONTINUACIÓN DE LA MEMORIA DE DON IGNACIO HERMOSILLA, SOBRE LAS RUINAS DE TALAVERA LA VIEJA. POR DON JOSEF CORNIDE
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(27l): En los fines occidentales de Castilla la nueva , se conservan hácia la Extremadura dos villas, llamadas la una Talavera de la reyna, por haberse concedido en arras á la muger del señor don Enrique II, y nombrada en toda España por la excelencia de su clima, por su agradable situacion, y por sus muchas fábricas, y la otra Talavera la vieja , casi desconocida por su corto vecindario, por hallarse apartada del comercio, y por la poca cultura de sus vecinos campos, de que solo se conserva noticia entre los pasto res que recorren aquellas dehesas
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el señor Hermosilla, á quien la noticia de sus ruinas llevó hácia aquellas partes en 1762, y á quien la abundante mies que halló entre ellas hizo repetir el viage en 1774. No obstante la mucha diligencia de este sabio antiquario, la del médico de Guadalupe don Francisco Forner, no menos aficionado que el señor Hermosilla á semejantes investigaciones, y la de nuestro académico el señor D. Antonio Ponz, que en uno de sus viages, con presencia de los trabajos de uno y otro, quiso reconocer por sí mismo el terreno ; hasta ahora ninguno de ellos ha podido descubrir entre tantas inscripciones, alguna en que se hubiese con servado memoria de qual hubiese sido el nombre de esta fuerte é ilustre poblacion. Pero aun es mas de admirar que los mismos naturales que ha mas de 2oo años fueron interrogados de orden del señor D. Felipe II sobre estas y otras circunstancias, lo ignorasen del todo; y que el célebre padre Gerónimo Roman de la Higuera, que por aquellos tiempos vivia en Toledo y en Ocaña, y que se ocupaba con empeño en aclarar nuestra geografía, no hubiese podido descubrir documento en que se afianzase el antiguo nombre de este pueblo, que como se verá mas adelante, se habia empezado á formar un siglo antes sobre las ruinas del antiguo. Por esta razon y por la falta de documentos será preciso buscarlo por otro medio y tal será el de los geófrafos é historiadores antiguos y de la media edad, entre los quales se conservan menciones.
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Algunos de aquellos, y generalmente todos los de nuestro tiempo, convienen en que en el nombre moderno de Talavera, se contiene el de un pueblo conocido en Ptolomeo , Livio , Mela, Strabon y Estephano, con los de Ebura, Aébura, Líbora y Ebora, nombre que el autor de la España sagrada , siguiendo al sabio Bochart, cree trae su origen de la lengua fenicia, pero que mas bien parece de la celtica ". Pero dexando esta averiguacion á un lado , porque no es esencial para nuestro caso, veamos qual de las Eboras mencionadas por los antiguos, pudo haber dado orígen al nombre de Talavera. Sabemos por Ptolomeo que la una caia en los edetanos º : por Plinio y Estrabon, que habia dos en la Bética, la una mediterránea, y la otra litoral 3: por Mela, que entre el Tajo y el Mondego tenia otra su asiento 4: por el Itinerario de
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(27m): Cornice continúa su estudio sobre las diferentes Eburas.
1. Los carpentanos, los arevacos y otras naciones del norte de España, eran verisímilmente originarios del mismo sitio que los celtíberos; esto es, descendientes unos y otros de aquellos celtas que despues de varias peregrinaciones se derramaron por la Alemania, la Francia y la Inglaterra , en cuyos paises se hallan varios pueblos en que se contiene el nombre de Ebora, como son Eburobriga,á quien el Itinerario de Antonino y la Tabla peutingeriana, colocan entre Autisiodorum (Auxerra) y Augustobriga ó Tricases (Troyes), y D'Anville la reduce á san Florentin: los eburones, pueblos que Cesar en sus comentarios lib. 6. sitúa entre el Rhin y el Mosa, y que fueron conocidos despues de su tiempo con el nombre de tungros, y Eboracum , situado por Ptolomeo enlos brigantes de Inglaterra, y reducido hoy á la ciudad de York.
2 El señor Traggia en su aparato para la historia eclesiástica de la provincia tarraconense, reduce esta Ebora edetana á la puebla de Alborton, entre Albarracin y Zaragoza, pero yo no le hallo mas razon para colocarla en este pueblo que en qualquiera otro en los confines del reyno de Valencia y Aragon; y si hemos de estará las graduaciones de Ptolomeo, que en esta parte no están muy erradas, puede ser la villa de Colanda, ó la de Cantavieja,á donde se hallan vestigios de antigüedad que con poca razon quieren algunos lo sean de una ciudad llamada Carthago vetus, que suponen estuvo por allí.
3 La Ebura mediterránea conocida por Plinio con el nombre de Cerealis, estaba situada, segun Ptolomeo, en los turdulos del convento de Córdoba, y se reduce por lo comun á la villa de Alcalá la real. La Ebora litoral es el Castellum Ebure de Mela, situado entre el puerto de santa María y san Lucar, en el sitio llamado Salmedina , hoy anegado con las aguas del océano , y cuyos vestigios aun descubren los que navegan en aquella costa.
(27m.1)
4. Llamabase Eburobritium, y la reducen los mas de los autores portugue ses á Ebora de Alcobaza, una legüa al N. de este célebre monasterio, Brito sospecha fuese el pueblo de Alfeiceraóm al poniente de dicho monasterio, y no lejos de la costa. Vease el mapa de Portugal de Juan Bautista de Castro tom. 1. pag. 2o. Antonino que otras dos caian en la Lusitania : y finalmente y. por el ya citado Ptolomeo y Livio que Otra pertenecia á los carpetanos, region regada por el Tajo, limitada al oriente por la Celtiberia , al norte por los arevacos , al occidente por los vettones, y al mediodia por los oretanos, á la qual se deben reducir las dos Talaveras, vieja o de la reyna.
La situacion de los pueblos contenidos en esta extensa y cé lebre region, nos la ha conservado Ptolomeo en la tabla segunda de la Europa, reimpresa en el tomo quinto de la España sagrada, y á pesar de las muchas diligencias practicadas por su sabio autor, y por tantos ilustres varones como ha producido esta parte de nuestra España, hasta ahora se nos ocultan las verdaderas reduccio nes de la mayor parte de ellos envueltas en las tinieblas de la respetable antigüedad, á no ser que queramos dar crédito á las voluntarias imaginaciones del conde de Mora,
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Aunque sobre las graduaciones de Ptolomeo hay poco que fundar, no obstante para que se conozcan los pueblos que habia en la Carpetania, y entre ellos se busque el que pretendemos descubrir, ofrezco la lista de los que señala en dicha tabla,á que van añadidos otros algunos mencionados por diversos autores en la siguiente forma 2.
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1 La una es la célebre ciudad de Ebora, patria del docto Resende, llamada por los portugueses Ebora ciudad, para distinguirla de la otra hoy reducida á una pequeña villa conocida con el nombre de Ebora monte.
2 En el mapa de la Celtiberia que he dispuesto para la inteligencia del informe sobre las ruinas de Cabeza del griego, se halla comprehendida la Carpetania, cuyos pueblos se han colocado, segun la mas verisimil reduccion, y sus correspondencias se hallarán en la lista que acompaña á dicho mapa.
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Ademas de los dichos, señala Plinio á los consaburenses que sin duda eran los habitantes de Consaburum o Consabora, de quien tambien hace mencion el Itinerario de Antonino, colocandola á 1o leguas antes de Toledo, en el camino de Laminio á dicha capital, y este mismo documento se acuerda de Augustobriga, de Miacum , de Titulcia, de Carcuvium, de Turres y de Libisosa, en los que desde la misma Mérida pasaban á Zaragoza.
Plutarco tratando de la guerra que Sertorio hacia en la Carpetania, habla de otro pueblo á la orilla del Tagonio llamado Carraca, que aunque algunos le hacen uno mismo con Arriaca , y le reducen áGuadalaxara, yo creo puede ser la villa de Carabaña
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De estos pueblos hay algunos de cuya reduccion no se duda, ya por su misma celebridad, ya por concurrir en ellos las distancias señaladas en el Itinerario de Antonino, otros cuya situacion es dudosa, y otros en que nos es enteramente desconocida.
Entre los primeros solo se pueden contar Toletum , Titulcia y Arriaca, Complutum , Laminium, Murus, Egelesta, Toletum que corresponde á la imperial ciudad de su nombre, Complutum cuyos vestigios se ven en el cerro de san Juan del Viso cerca de Alcalá, Tituatia o Titultia en el cortijo de Requena frente al real sitio de Aranjuez, Laminum en el sitio de Lagos cerca de Ruydera, Murus en Villacentenos en la Mancha, Egelesta en la villa de Iniesta en la misma provincia, y Arriaca en Guadalaxara .
En las segundas, Ilarcurris que se sospecha pudo haber estado en Alarcos hácia Calatrava, Carraca en Carabaña, Mantua en Villamanta, y Maicum en el sitio de los Meaques sobre la real casa del campo cerca de esta corte. Pero el extender las razones para probar lo dicho, seria obra larga y no del caso para nuestro asunto, reducido á la pura averiguacion del sitio de Líbora ó Aébora, que es como la nombraré, porque este es el nombre mas general, y del qual es verisimil se hubiese pasado al de Líbora que unicamente se halla en Ptolomeo.
(27m2): Coloca pues este autor á nuestra Líbora ó Ebura en 9 grados y 4o minutos de longitud, y en 4o grados y 5 o minutos de latitud; pero de estas graduaciones pocas congeturas podemos sacar para determinar la situacion de este antiguo pueblo, y aplicarle á una de las dos Talaveras, ya porque en las graduaciones de Ptolomeo no hay constancia ni seguridad , ya porque siguiendo el Tajo por esta parte una línea casi recta, no nos podemos aprovechar de la diferencia de altura de polo para aplicar mas bien á un
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pueblo que al otro la que aquel geógrafo señala al de la presente qüestion, no obstante diré lo que resulta por sus tablas. Pone á Aebura en 9 grados y 4o minutos de longitud , como va dicho, y por el mapa de España, ultimamente publicado por nuestro académico el señor Lopez, resulta que Talavera la vieja se halla situada en 11 grados y 13 minutos, y Talavera de la reyna en 11 grados y 45 minutos, y por consiguiente la primera de las dos es la mas proxima á la graduacion señalada por Ptolomeo , como que se halla nueve leguas mas occidental que la segunda. Pero como en las graduaciones de aquel geógrafo, segun va dicho, hay tan poco que confiar, dexaré aparte este argumento, y en la falta de otro geógrafo que hable con individualidad de este pueblo, apelaré á la mencion que de él hace el príncipe de los historiadores romanos Livio, al darnos noticia de una batalla ganada en el año de 179 antes de la venida de Christo por el consul Quinto Fulvio Flaco contra los celtiberos, pues me parece que la descripcion del sitio en que sucedió esta batalla será el medio mas seguro de acercarse á la resolucion de aques ta duda.
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(27m.3): Dice pues el citado historiador, que habiendo entendido Quinto Fulvio Flaco, á quien habia tocado en suerte la España citerior, que los celtiberos se ponian en armas para atacar le, habia tambien él juntado, no solo sus tropas, sino las de varios pueblos españoles amigos, que conduxo al principio de la primavera á la Carpetania , y situando sus reales cerca de un pueblo llamado Ebura puso en él un corto presidio; que luego llegaron los celtíberos, y plantaron igualmente su campo en una colina apenas distante dos millas; que despues de varias mano bras en que se ocuparon algunos dias, quando ya le pareció á Fulvio que llegaba la ocasion de poner en práctica lo que en conseqüencia de ellas convenia, mandó á Lucio Acilio que con el ala izquierda y 60 de los auxiliares, observando el mayor silencio, rodease un monte que caía á la espalda de los enemigos, y se mantuviese emboscado de modo que no pudiesen reconocerlo hasta
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LIVIO: Lib. 40. cap. XXX.; XXXI; XXXII; XXXIII
que oyese una gran voceria que serviria de señal para atacar el campo enemigo. Que al dia siguiente, y al romper el alva, envió á Cayo Scribonio , general de los auxiliares, para que con un cuerpo de caballería del ala izquierda se presentase ante el campo de los celtíberos, que creyendo que los romanos venian á acometerles, salieron de luego á luego con toda su caballería, dexando órden para que les siguiese la infantería ; que entonces Scribonio, obedeciendo la que habia recibido del pretor, volvió la espalda, y empezó á retirarse hácia sus reales ; que le siguieron los celtíberos, creyendo que este era el 'dia mas glorioso para ellos, pues lograrian ocupar el real de los romanos, pero que aun bien no se habian apartado como unos quinientos pasos de su campo, quando Fulvio Flaco hizo salir su exército por tres partes, y levan-
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tando una terrible vocería, no solo para animar su tropa, sino mas bien para que le oyese Lucio Acilio, les atacó por todas partes siendo correspondido por las tropas emboscadas, que entrando en el real de los celtíberos, se apoderaron de él sin resistencia y le pusieron fuego, lo que visto por los celtíberos tardaron poco en desordenarse, y fueron vencidos completamente por el pretor romano.
A este le supone el historiador, como por su relacion se puede ver, atrincherado, y apoyado con su exército en el pueblo de Ebura; á los celtíberos campados en unas alturas, separados solo de la plaza por una llanura como de media legua, y dice que el primerro, para tomarles su campo por la espalda, destacó su ala izquierda, previniendola que rodeando el monte cayese sobre el enemigo; y esto solo se podia verificar teniendo Flaco asentado su campamento en la parte occidental de Talavera, y hallandose los celtíberos fortificados en las alturas hácia Bodonal y el rio Ibor, pues de otra suerte tendria la ala izquierda que pasar y repasar el Tajo ya demasiado caudaloso y sin puente en esta parte, y con semejantes dificultades mal podria haber desempeñado la accion con el secreto y diligencia que nos refiere Livio.
(27m.4): Compárese ahora el terreno de Talavera la vieja con el de Talavera de la reyna, y se verá que en el primero ocupaba la poblacion romana un puesto elevado inminentemente á las corrientes del Tajo que por la parte del norte le hace inaccesible; una llanura de la misma extension que supone el historiador romano tendida entre la plaza y las alturas del poniente , resguardada por el norte con el rio, y dominada por el mediodia con una cadena de colinas que formando un semicirculo desde la plaza van á unirse con las ya dichas alturas del poniente: y vease si en la situacion que debia hallarse Fulvio podia haber tomado providencias mas oportunas para desempeñar su proyecto, que era el de atacar sin ser sentido el campo de los celtíberos por la espalda , á fin de obligarlos á salir de él, y acometerlos, siempre que lo verificasen, con mas ventaja por el frente; para lo que destaca su ala izquierda previniendole oculte su marcha áfavor de las colinas del medio dia, las rodee y se dexe caer sobre sus enemigos, y así lo practica este destacamento.
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(27m.5): Por otra parte el terreno de Talavera de la reyna, (bien se estime fundado este pueblo en el sitio en que hoy se halla, bien media legua mas abaxo en la granja de la Alcoba, donde se han descubierto algunos vestigios de antigüedad) solo ofrece una extensa llanura á la margen derecha del Tajo, de mas de dos leguas de largo, y cuyo ancho no baxará de una; distantes las alturas, y difíciles de rodear, porque insensiblemente se van alzando hasta terminar en las elevadas cordilleras del puerto del Pico y otras vecinas, y aun quando así fuese facil darlas vuelta, supongase el exército de Fulvio situado, bien sea al oriente, bien al occidente de Talavera, y es constante que por una ni por otra parte no se hallará altura á distancia de media legua, donde pudiesen estar acampados los 352 celtíberos, y á donde, sin ser vistos, pudiesen acometerlos Lucio y Acilio.
Me he extendido un poco mas de lo que quisiera en estas reflexiones, porque la comparacion del terreno en que se dió esta batalla con la situacion moderna de estos dos pueblos, me parece decide la qüestion áfavor de Talavera la vieja.
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(27m.6): Pero dexemos ya lo que para este efecto podemos saber del tiempo de los romanos, y veamos lo que nos ofrece el de los godos, y sea lo primero lo que resulta de las actas del martirio de san Vicente y sus hermanas Sabina y Cristeta (....) Es constante que en tiempo de los godos habia entre sus sedes episcopales una que llevaba el nombre de Elbora, algo al
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terado por la ignorancia de aquella nacion , y todos los mas clásicos autores convienen en que esta Elbora o Ebora era la lu sitanica situada en la region de los célticos, cuya celebridad en tiempo de los romanos la habia hecho digna de ser colocada en ella una sede episcopal. Pero esta no es una razon suficiente para que allí mas bien que en otra parte hubiesen nacido los santos martires; mayormente quando de las mismas actas, y de la noticia que nos dan del presidente Daciano, se infiere que el pueblo á donde halló estos confesores de la religion , no estaba lejos de Toledo ni de Ávila, á donde habiendo huido de la persecucion los fué siguiendo, y donde consumaron su martirio.
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Sale Daciano de Toledo despues de haber mandado encerrar en una carcel la santa virgen Leocadia ; dase prisa por llegar á Ebora en cuyo pueblo manda hacer pesquisas para averiguar quienes profesaban la religion christiana; manda prender al joven Vicente, lo exämina sobre su creencia, y lo pone en un encierro para obligale á renunciará su religion; visitanle en la carcel sus hermanas Sabina y Cristeta , aconsejanle que evite la persecucion huyéndose con ellas, admite su consejo, y salen todos tres de Ebora dirigiéndose á la ciudad de Ávila; síguelos el presidente, alcánzalos en aquella ciudad, los manda martirizar, y continua su ruta á Mérida donde practica lo mismo con otra santa virgen llamada Eulalia.
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marcha á toda prisa hácia Ebora, y esto supone que el pueblo don de residia el santo Vicente no estaria lejos de Toledo; vémos le separarse del camino recto, y emprehender un viage extraordinario y apartado, qual era el de Avila, con solo el fin de seguir á los santos confesores, y así luego que satisface su rabia, le vemos dirigirse á su principal destino que era la capital de la Lusitania , sin que tengamos oira noticia de que hubiese estado en la Ebora de aquella provincia mas de lo que quieren sacar sus defensores de una inscripcion divisoria de terminos entre aquella ciudad y la de Beja
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la Ebora en donde nació el santo en semejantes piadosas memorias ¿que argumento mas poderoso que el de la inscripcion publicada por el señor Hermosilla, y descubierta en Talavera la vieja por el teniente cura de aquella villa don Sebastian Rufo Morgado , y conservada en la sacristia de su iglesia, pues en ella se halla expresa mencion del nombre de aquella ciudad y del nacimiento del santo en ella? Pero los vicios que padece esta inscripcion ya los reconoció el señor Hermosilla.
De lo expuesto resulta que las actas de santa Leocadia y san Vicente no son documentos por los quales se pueda decidir entre las dos Talaveras qual fué la patria de este último santo, y por consiguiente tampoco se puede determinar á que pueblo moderno se debe reducir esta Ebora, poco distante de Toledo y de Ávila, á donde con precipitacion marchó el pretor Daciano
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(27m.7): Pero aun nos falta la principal razon para probar que Talavera de la reyna no era en tiempo de los romanos la Ebora donde empezó la persecucion de san Vicente, o á lo menos que no lo creia así el autor de las actas de santa Leocadia, si es que vivia en tiempo de los godos, como le sucedió á san Braulio, á quien suelen atribuirse. Los mismos defensores de Talavera de la reyna , para ilustrar esta poblacion, pretenden que en ella se erigió en tiempo de aquella nacion un obispado con la denominacion de Aquis; que para él ordenó el virtuoso metropolitano de Mérida Stefano, por con descender con los deseos de Wamba , un obispo llamado Cumiulao , que luego fué no solo depuesto, sino suprimida su cátedra.
Aun quando este obispado se pueda suponer en distrito per teneciente á Toledo, lo que repugna por ser el metropolitano de Mérida el que ordenó al nuevo obispo, solo sabriamos que en tiempo de Wamba Talavera se llamaba Aquis, y que por consiguiente el autor de las actas de santa Leocadia no pudo haberla tenido por la Ebora del tiempo de los romanos. Pero ni aun este recurso nos queda, porque para la aplicacion de este obispado de Aquis á Talavera no tuvo mas fundamento el que lo fraguó, que el mencionarse este nombre en el concilio.
Yo creo que el nombre de Talavera en Talavera de la reyna empezó hácia los fines del siglo X, acaso por haberse trasladado de la antigua Talavera, que, como voy á referir, habia es
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tado ocupada por los moros hasta el tiempo de don Ordoño el segundo. En el año 93 de la Egira que corresponde al 715 de Christo, Muza, gobernador de la África por el califa de Egipto, pasó la mar, y vino á Córdoba para informarse del estado en que se hallaba la conquista de nuestra España. Instruido allí de la conducta de su subalterno Tarek, que mandaba en Toledo como soberano, y que hacia poco caso de sus órdenes, lleno de colera y zelos salió á campaña , y apoderandose de varias plazas de Extremadura y de la Andalucía, como fueron Sevilla, Niebla , Beja y Mérida, glorioso con sus victorias, y cargado de despojos, se dirigióáToledo, en donde residia Tarek, que disimulando su enojo con mucha arte, y afectando el mayor gusto con su venida, le salió á recibir á los confines de Talavera, y le encontró cerca de un rio llamado Teitar, desde donde vinieron en buena paz juntos áToledo. Por esta noticia del encuentro de Muza con Tarek, que nos han conservado nuestros historiadores, se ve que muy á los principios del imperio de los sarracenos en España ya se conocia un pueblo con el nombre de Talavera, no lejos de un rio, que aunque algo desfigurado en su nombre se conoce ser el Tietar, que naciendo no lejos de la villa de Cadahalso va á entrar en el Tajo, siete ú ocho leguas mas abaxo de Talavera la vieja, y por consiguiente se conoce que Talavera, en cuyas vecindades se encontró Tarek con Muza, no podia ser la de la reyna que se halla catorce leguas mas arriba de la confluencia de estos dos rios, sino la vieja, como va dicho, que le cae mucho mas cerca. -
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Nuestro Morales cree que este lugar llamado Trémulo, puede ser el que aun hoy conserva el nombre de Tiemblo, situado en la falda de la sierra de Guisando y no lejos del monasterio de este nombre, y en ello no hallo repugnancia, pues para volverse don Garcia á su reyno desde Talavera la vieja, ó habia de hacerlo por el puerto del Pico, d por la falda de la sierra de aquel nombre, siguiendo la cañada del Tajo , y luego la de Alberche para pasar por el puerto del Berraco, o de Cebreros, á la ciudad de Ávila , en cuyo camino cae el Tiemblo. Esto es lo que parece mas verisimil, ya por ser en esta parte menos áspera la sierra , ya por ser camino freqüentado de muy antiguo, como lo indican varios monumentos que se hallan en él
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Confirma igualmente la existencia del nombre de Talavera hácia esta parte, á principios del siglo XII, la crónica latina del emperador don Alonso el VII, publicada por Florez en el apendice 8 del tomo XXI de la España sagrada. En ella al año 1132 dice su autor, que restituyendose á su reyno el rey don Alonso desde el de Sevilla, cuyos campos y otros de la Andalucia la habia talado en aquel verano, despues de haber pasado el puerto de Amarela , vino á salir á su ciudad de Talavera, donde despidió sus tropas.
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La crónica dice, que viendo el rey Alí de Córdoba que todo el peso de la guerra caia sobre los sarracenos y que sus príncipes y tropas iban pereciendo sin número, dexando el sitio de Toledo, sobre cuya ciudad se hallaba, pasó con su exército á las ciudades y castillos de la Transierra y arruinó los muros de Madrid, Talavera, Olmos y Canales. Pero observa el autor que se le resistieron los alcázares de estos quatro pueblos, y que en ellos se preservaron las reliquias de muchos christianos. Esta noticia no solo confirma la que nos conservó la historia de Rasis de la fábrica de los muros y alcazar de Talavera , sino que aclara el tiempo en que se hicieron las varias reparaciones de dichos muros de que habla su historiador Cosme Gomez de Tejada, que las atribuye á los tiempos de los moros. El geógrafo nubiense, que vivia á mediados del siglo XII, habla tambien de un pueblo llamado Talaviret, que dice estaba situado á
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dos jornadas de un castillo nombrado Albalat, y otras dos de una poblacion llamada Machada. Albalat estuvo á la margen izquierda del Tajo, casi enfrente de su confluencia en el Tietar, y como una legua mas abaxo del puente de Almaráz. Machada es la villa de Maqueda, y por consiguiente entre estos dos puntos debemos buscar la poblacion llamada Talaviret de que habla el nubiense. (...) Talavera la vieja no volvió á restablecerse en su antiguo esplendor desde la ruina que habia sufrido en tiempo de don Ordoño II, quedando enteramente despoblada hasta que el conde de Miranda trató de repoblarla, segun la tradicion conservada entre sus moradores.
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(27 m.8): Estos en la ya dicha informacion, hecha en el año de 1578 de orden del señor don Phelipe II, declararon á la pregunta primera :, que aquel pueblo se habia empezado á poblar habria como unos ochenta o noventa años, que se le puso el nombre de Talavera la vieja con respeto á ciertas antigüedades que en él habia y de que adelante se daria noticia, y que no habia rastro del nombre que antes tuvo. A la tercera respondieron
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que la mandó fundar don Pedro de Zúñiga, segundo conde de Miranda, y que antes de esta dicha fundacion no se entiende haber sido poseida de moros, porque los edificios que antes de ella mostraba tener eran todos de romanos, y parecian estar llanos y asolados, y demolidos de mucho tiempo; asegurandose con la nueva fortificacion en las riberas meridionales del Tajo.”
Parece que aunque los moros de Talavera se habian visto precisados á abandonar esta plaza, no habian podido por otra parte olvidar enteramente su campiña, pues habian edificado á una legua de este pueblo una nueva fortaleza o castillo, que segun dicen los vecinos, se llamaba la villa y castillo de Alija , sin duda por estar cerca de un arroyo de este nombre, que corre, segun el señor Hermosilla, y entra en el Tajo un quarto de legua mas arriba de Talavera la vieja . De aquel castillo o villa dicen los vecinos, que fué abando nada por su mal sano temperamento, y que de él traslado el conde de Miranda el vecindario á las ruinas de Talavera la vieja.
Si la piedad del conde se hubiese suspendido hasta nuestros tiempos, hallariamos acaso mas monumentos en que afianzar nuestra conjetura , pues á pesar de las precauciones que el ayuntamiento de la nueva poblacion tomó en el año de 1578 para preservarlos, no por eso ha dexado de continuar la destruccion, que cada dia dificulta mas y mas los medios de averiguar el nombre verdadero de este antiguo pueblo
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1 El nombre de Alija parece árabe, en cuya lengua vale lömismo que en la castellana exido ó término de un pueblo, y asi Guadalija será rio del exialo. Vease el Tesoro de la lengua castellana de Covarrubias v. Alijares.
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reconocieron este terreno. Aquellos en la respuesta 29 dixeron , que en esta villa no hay castillo ni casa fuerte ninguno, sino solo los edificios romanos que están en pie, y que en su jurisdicion está el ya dicho de Alija, que parece ser edificio morisco, é que ansi mismo hay en esta jurisdicion, en la ribera de Tajo á la parte de poniente, otras dos torres é casas fuertes que llaman el Casar blanco, é torre de Alonso, los quales edificios están arruinados y parecen ser obra de romanos, é que todos los quales dichos edificios étorres son de mampostería , é argamasa de piedra y cal.
En la 31 añaden , que en esta villa no hay algun edificio moderno señalado, pero que en ella hay mucha cantidad de edificios antiguos que manifiestan en sí mucha grandeza , de los quales estan en pie, sobre las aguas del dicho rio de Tajo, seis columnas ochavadas con un arco de medio punto por remate de las dos de ellas, y el remate de las demas da á entender que estaban de la misma forma , y de ellas sale un paseo hácia el dicho rio enlosado, y el remate de este enlosado está muy bien labrado sobre las dichas aguas, y en él están ciertas señales que parecen encaxo de algunas verjas de hierro, que debian servir de antepecho, é que estas dichas seis columnas miran á otras tres hácia el mediodia, que las tienen desviadas como quince o veinte pasos, é son de la misma labor, y estas tres están fundadas sobre una bóveda de argamasa , étodas nueve serán de altor de seis estados poco mas ó menos cada una.
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(27m.9): Que en esta villa hay otra columna que está puesta por fundamento del rollo de esta villa , y que ansi mismo entre los rastros de mucha grandeza que hay de estos edificios está uno sobre la ribera del Tajo
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en la misma muralla de esta villa, que en la forma de él parece ser arca de agua, hecho de una mezcla, que llaman argamasa, depiedra menuda é cal, é por la parte de adentro está toda embetunada é tiene de largo al presente, con haberse caido mucha parte de ella , como diez dí doce pasos dentro. E que frontero de la villa , y en medio del rio de Tajo hay un edificio azudado de piedra labrada, y en él un canal, do paresce que andaba una rueda de agua, que la subia y vertia en esta dicha arca , y que de ella se iba repartiendo, por todo el circuito que toma la cerca, por muchos caños de plomo. Que ansi mismo hay otros rastros de edificios notables, como son baños hechos de ladrillo de inmensa grandeza y argamasa , los quales están dentro é fuera de la muralla, á quien al presente la gente que habita esta jurisdicion llaman albuheras y estancos, y que asimismo hay muchas piedras areniscas labradas en quadro, que servian de sepulcros, y en ellas escritos letreros, y epitáfios, y que habian oido decir que entre ellos habia habido dos, uno de los quales estaba en la ermita de los mártires de dicha villa, el qual decia :
PONPEIA INVENTA.
con cierto número de tiempo que en él está, y que el otro latin muy elegante decia en substancia. "Aqui yace la desdichada Silva Tita , que por avaricia mató dos hijos suyos; tu que pasas, si piadoso eres, mira esto". Y que demas de estos letreros habia otros muchos que en el mes de Mayo de aquel año de 78 habia venido áver Ambrosio de Morales coronista de S. M, el qual podria dar mejor razon de estas cosas por ser de su facultad; y que ansi mismo se habian hallado muchas monedas de plata y de otros metales, algunas de las quales tenian rostros de mugeres é hombres. Que unas manifestaban ser de Pompeyo, y otras de Julio César, y que asímismo demas de las dichas antiguallas habia otra que manifestaba haber sido esta poblacion muy insigne , y era haber al rededor de esta villa, y en la dicha ribera é terminos de esta villa, gran cantidad de rastros de lagares de aceyte, de donde se inferia que los acebuchales silvestres que hay en este término, eran en aquel tiempo olivares
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muy fructíferos: añadiendo en la pregunta 44 que demas de las dichas antigüedades que iban declaradas habian hallado en aquella jurisdiccion , en la ribera del Tajo, algunos vecinos andando plantando heredades , sepulcros antiguos, ésacado los huesos que dentro estaban, é que eran de tan inmensa grandeza, que los cascos de las cabezas se ponian los hombres en esta villa por capacetes, y que esto acontecióá un tal Miguel Gutierrez, y la canilla de la pierna era tan grande que con ser bien dispuesto el dicho Miguel le llegaba cerca del medio muslo.”
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(27m.10):
El médico don Francisco Forner que cita uno y otro autor enmsus antigüedades de Extremadura (todavia manuscritas) tratando de las de esta villa (...) El mismo Forner, que segun dice parece estuvo en Talavera la vieja despues del señor Hermosilla, observa algunas ligeras equivocaciones en las inscripciones copiadas por este señor academico, cuya memoria tuvo presente. Yo las pondréá la vista de la academia y del público para que pueda enmendar las unas por las otras.
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Ademas de las publicadas por el ya dicho señor Hermosilla, aumenta Forner las dos siguientes, de las quales la primera dice es un fragmento que se halla en la sacristía de la parroquial
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De la de la letra O en que se cuenta el nacimiento y martirio de san Vicente y sus hermanas, dice que qualquier inteligente en materia de inscripciones conoceráá primera vista que es apocrifa , y que segun ha podido averiguar, es ficcion de un cura párroco de aquella villa que la hizo pública por los años de 1742 y 44, haciendo abrir unos cimientos en su casa, donde años antes la habia enterrado, en lo que conforma admirablemente con lo que dice el señor Hermosilla en sus expresadas memorias
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En las varias noticias que nos da el citado Forner de esta villa contexta con el señor Hermosilla sobre su situacion y antigüedades, de las que dice dan claro indicio de lo que fué en tiempo de los romanos, y á las que añade haber descubierto un aqüeducto de fuerte argamason y de la altura de un hombre , que desde el rio Guadalija cree conducia las aguas á la poblacion.
Don Antonio Ponz que en 1777 estuvo en este pueblo, que tuvo presente la memoria del señor Hermosilla y que trato segun da á entender don Francisco Forner, habla de este aqüeducto, el qual cree que tenia su salida por la bóveda de cinco quartas de alto, y dos pies y medio dedo de ancho, que el señor Hermosilla describe en la pagina 1 r, y cuya seccion figura en la estampa IV letra Q,
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Este cúmulo de noticias fortifica el juicio que sobre la magnificencia de este pueblo hicieron, no solo los tres principales curiosos que le han visitado, sino algunos otros que por incidencia hablaron de estas ruinas. En efecto murallas de 9 pies de grueso, y de mas de media legua de circunferencia, suponen una fortificacion respetable y un pueblo numeroso: vestigios claros de un templo, con geturas muy verisímiles de otros dos, y señales poco dudosas de que todos tres se hallaban contenidos en la área de una gran plaza, y rodeados de una espaciosa galería o pórtico, suponen culto tributado ávarias deidades, y grande afluencia de pueblo, qual debe resultar de un comercio activo. Los diversos trozos de columnas, basas y capiteles de varios ordenes y distintos mármoles no comunes en el pais, descubiertos en varias calles y casas por el señor Hermosilla, son una visible prueba de otros tem plos o edificios públicos y privados en que no se habria economizado el dinero, y aunque hasta ahora , á excepcion del aqüeducto de que hablan los señores Forner y Ponz, no se han descubierto vestigios claros de aquellos edificios públicos con que solian adornarse las ciudades célebres, y que proporcionaban el entretenimiento y comodidad de sus vecinos, como son circos, anfiteatros, teatros, y naumaquias ¿quien sabe si en los contornos de la poblacion estarán encubiertos? ¿ o si se los habrian robado las aguas del Tajo que se han inclinado hácia aquella parte, á donde segun la regla observada por los antiguos, debian estar colocados semejantes edificios? ¿y quien sabe si tambien se han ocultado á la diligencia del señor Hermosilla como ha su cedido con el ya dicho aqüeducto?
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Sabemos que en los de Fulvio Flaco era un pequeño pueblo, oppidum , que no pudo contener su exército, pues tuvo que acamparlo fuera de su recinto. Sabemos que en tiempo de Ptolomeo era uno de tantos como se contenian en la Carpetania; y sabemos que no habia mejorado de suerte en tiempo de Diocleciano, pues en todo él no halló su pretor Daciano mas que tres solos confesores de la religion christiana. Por otra parte Talavera no era capital de chancillería, no era puerto , ni era paso para parte alguna, pues de este pueblo no hay la menor mencion en el Itinerario de Antonino, y aunque uno de los caminos que salian de Mérida se dirigía á Toledo, y debia pasar no muy lejos de esta ciudad, ni el menor vestigio se conserva de que hubiese tocado en ella. En este silencio de los autores no hay mas que apelar á testigos mudos, y tales son los destrozos que nos han quedado del empleo que tuvieron las artes en este pueblo.
El mas visible es el templo, cuya planta y alzado nos ha conservado el señor Hermosilla en las estampas VI y VII, pero de su arquitectura no sacaremos gran partido á favor de su antigüedad , pues en efecto esta obra no es anterior á los tiempos de Trajano, como lo prueban las incorrecciones de su estilo. Mas señales tenemos de la existencia de otras de arquitectura y escultura, propias del siglo de Augusto, en las basas y capiteles dibuxados en las estampas III y V, las cabezas de ternera y jabalí o cerdo, citadas y no diseñadas por los señores Hermosilla , Forner y Ponz, los troncos de bueyes, terneros y berracos de la estampa I de la memoria, y finalmente las inscripciones contenidas en la tercera, entre las quales descubrió algunas que por la rudeza del cincel parecen del tiempo de la república.
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No son estas las únicas razones que pudo haber habido para la fundacion de este ilustre y opulento pueblo. El mismo señor Hermosilla, tan dignamente citado, me ofrece en su relacion nuevo motivo para la congetura de que la principal ocupacion de este pueblo, y la causa verdadera de su opulencia, podia ser el la boreo de algunas minas que no estaban distantes. Para la manipulacion de los metales que se extragesen de estas, serian sin duda aquellos hornos, cuyos vestigios, segun el mismo autor, se hallaban en la baxada del rio, aquellos conductos horizontales por donde se conoce todavia que corria líquido el metal, aquellas bovedas y subterráneos por donde se servian, y aquellas señales de cañones de chimeneas por donde salia el humo de los elabotorios.
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(27m11): En las ya citadas averiguaciones hechas en tiempo del señor don Phelipe II dicen los vecinos de Talavera de la reyna á la pregunta que se les hizo sobre minas: , que en la sierra de Jaena, cerca del lugar de la Estrella, ocho leguas distante de aquella villa, hay una de oro que se conoce haber sido trabajada , y que era tanta la riqueza que habia tenido, que para llevar el metal al lavadero estaba hecho un carril en la sierra de grandísima costa: y que quatro leguas mas arriba en la misma margen del Tajo, cerca de otro rio que se dice Jusso, poco antes de donde entra en el Tajo, estaba una villeta muy pequeña que llamaban los labradores la ciudad de Bascos, que estaba cercada de cal y piedra labrada, lo mas de ello en quadra de muy hermoso muro aunque no era ancho, y tenia una sola puerta, y junto al agua estaba una fortaleza terrera, que parecia ser edificio hecho solamente para la labor de la mina, porque habia dentro señal y rastro de hasta 2oo casas pequeñas de 15 ó 2 o pies de hueco, y la mitad de ancho para morada de los jornaleros, y que en la fortaleza se fundia el metal porque hasta allí iba el carril; que por el dicho y oida de los antiguos solia estar muy señalado antes que lo cubriese el monte , y añaden que habia muchas minas que tenian plomo y plata, pero tan pobres de metal , que no se sufria la brallas, y que tambien las habia de cobre cerca del lugar de san Roman, pero que por estar mezclado con hierro no era de provecho , y que ansi algunos habian gastado sus haciendas engañados con la buena muestra de la cabeza de la mina , y habiendo sacado mucho metal se hallaron burlados porque no corria el metal, ni se fundia como al principio , y que allí junto habia tierras de alumbre que han hecho gastar muchos dineros sin provecho, y otras de alcohol de que se hace el vidriado amarillo; pero que por ser fuerte no usaban de él.
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El ya citado é infatigable señor Hermosilla ha reconocido en el año de 1777 esta ciudad de los Bascos, y la descripcion que de ella hace la conserva la academia entre sus manuscritos. Su
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juicio se reduce á que sus fábricas las cree del tiempo de don Fernando el emplazado, o de don Alonso el XI, esto es, de principios del siglo XIV, y que su extension será como de 30 varas de circunferencia sobre un áspero cerro, como media legua distante de la margen del Tajo, sobre la corriente del Jusso, sin que se atreva á decidir sobre el destino que pudo haber tenido este pueblo, en terreno tan áspero y enriscado. Pero yo fundado en las noticias arriba referidas, que suponen la abundancia de metales en estos contornos, creo que destruida Talavera la vieja , (pero no perdida la memoria del manantial de sus riquezas) procuraron aprovecharlas los naturales, y acaso los principes castellanos , cuya corte solia estar en Toledo, y hallando la proporcion de las aguas del rio Jusso, poco distante de la mina , restablecieron aquí los laboratorios que antes habian tenido los romanos en Talavera, edificando para su proteccion y defensa el castillo o ciudadela llamada de los Bascos, porque los operarios emplea dos serian acaso de esta nacion , cuya pericia en la Metalurgia y laboreo de las minas ha sido en todos tiempos conocida.
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(27m.12): Aunque lo dicho me parece suficiente para reducir la Aébura de Livio, la "Líbora de Ptolomeo, y la Ebora de las actas de santa Leocadia , al sitio que hoy ocupa Talavera la vieja , para excluirla de Talavera de la reyna , y para suponer que esta última poblacion (en el estado en que hoy se halla) no es anterior al año de 942 en que se fabricaron sus murallas de orden del miramamolin, por eso no dexo de creer que cerca de Talavera de la reyna hubo antiguamente alguna otra poblacion romana de las muchas que tenia la Carpetania , y cuyo verdadero nombre hasta ahora ignoramos.
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Todas estas inscripciones, monedas y antigüedades, suponen como dexo dicho que en Talavera de la reyna ó en sus inmediaciones hubo alguna antigua poblacion romana, y aunque el objeto principal que he tenido en ofrecer las noticias de ellas á la academia y al público, ha sido para que comparándolas con las de Talavera la vieja pueda hacer juicio á qual de las dos pueda convenir mejor el antiguo nombre de AEBVRA aventuraré no obstante algunas conjeturas sobre qual pudo ser el de Talavera de la reyna, caso que el dicho antiguo nombre se aplique á Talavera la vieja.
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Este destino, á que los moros aplicaron la antigua Ebora de los romanos y la Elbora de los godos muy luego que entraron en España , es el que ha producido el nombre de Talavera. La oportuna situacion de la vieja sobre la margen del Tajo, y en los con fines de sus primeras conquistas, ofrecian muchas proporciones para hacer de ella una excelente plaza de armas, y por tanto dexándola el nombre antiguo con solo la terminacion de su lengua, como solian practicarlo con todas las ciudades que iban conquistando, solo añadieron otro que caracterizase y explicase su destino, llamandola Talavireth, esto es, atalaya de Elvira o de Elbora .
Con solo abrir un diccionario arábigo, ó el de nuestra lengua castellana, en la palabra Atalaya, se verá que del verbo árabe talaya , que vale en caste llano inspeccionar ó reconocer, se deriva el nombre thala, el que inspecciona
ó reconoce, al que añadido el artículo al, resultó nuestra atalaya, que es la orre fabricada para reconocer é inspeccionar los movimientos del enemigo; por esta razon la palabra tala entra en la formacion de varios nombres de pueblos, algunos de ellos no muy distantes de las dos Talaveras, como son Talarubias hácia el Guadiana, y Talayuelas en la provincia de Extremadura.
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(27m.13): FINAL: SOBRE JOSE CORNIDE SAAVEDRA, VER LA TESIS DOCTORAL de Carlos Piñeiro Rivas, en el siguiente enlace. Comprenderemos en su biografía como fue un gran historiador, cuya obra ha quedado en el olvido.
https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesis?codigo=145010
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(28): Talavera de la Reina en la Antigüedad. Una ciudad romana. De los orígenes al siglo VI d.C.
Dionisio Urbina /// Talavera de la Reina, Toledo 2000
"Aebura, es fácilmente identificable con la asentamiento indígena del Cerro Calderico en Consuegra, y los ejércitos romanos atravesarían Carpetania de Sur a Norte, de Consuegra a Contrebia (Fosos de Bayona, Cuenca), para adentrarse en plena comarca celtibera hacia las serranías del Alto Tajo.
Más adelante Livio (XL, 34) dice: Haec in citeriore Hispania eo anno gesta. In ulteriore Manlius praetor secunda aliquot proelia cun Lusitanians fecit. "Estos fueron los hechos de ese año (de Aebura) en Hispania Citerior. En la provincia Ulterior, el pretor Manlio consiguió varias victorias sobre los lusitanos. La Aebura prerromana que cita Livio, es evidente que no pudo estar en Lusitania ni en sus cercanías, porque entonces habría sido competencia del gobernador de la provincia Ulterior y, sin embargo, lo fue Fulvio Flaco, pretor de la Citerior, que además se acercó a Carpetania para luchar contra los Celtiberos. Una identificación pues, de Aebura con Talavera de la Reina, carece de todo fundamento".
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(29): Relaciones Topográficas de los Pueblos de España
Lo más interesante de ellos escogido por DON JUAN ORTEGA RUBIO
Madrid 1918 // Pags 567 y 568 SIC
Talavera la Vieja.
El escribano José Díaz dio fe (29 octubre 1578) de la relación que hicieron Miguel Gutiérrez y otros.
I, II y III. Comenzó a poblarse la villa hace 80 o 90 años, y la dieron el nombre de Vieja por ciertas antigüedades que en ella se encontraron. Tendrá unos 200 vecinos, y dispuso poblarla D. Pedro de Zúñiga, segundo conde de Miranda; pero antes debió existir—como indican algunos edificios—población romana.
V. Radica en el reino de Toledo y en la vicaría de Talavera de la Reina.
VIII. Pertenece al conde de Miranda.
X. Distante de Toledo 21 leguas, y de Talavera 9.
XVII y XVIII. Tierra llana y rasa, también montuosa y áspera, abunda la leña de encina, alcornoques, acebuches, quejigos, jarales, etcétera; cría caza de conejos, liebres y perdices, venados, jabalíes y
corzos, lobos, etc.
XIX y XX. Encuéntrase al pie y falda de las sierras de Guadalupe. Además del Tajo, corren por el término el Guadalija (a media legua de la villa) y el Ibor (a dos).
XXVIII y XXIX. Está edificada en las riberas del Tajo, en un sitio llano y un poco alto; la cerca se encuentra en ruinas, notándose que fué obra de romanos (edificada de manipostería y mezcla de piedra y cal) y cuya anchura no baja de tres varas. A media legua de Talavera se admira el castillo de Alija, que está en pie; también en la ribera del Tajo la torre de Alonso y el Casar Blanco, ya arruinados; dichos edificios son de mampostería y argamasa de piedra y cal.
CITAS:
(1) Relaciones topográficas etc., tomo II, págs. 296-333.
(*) Del partido judicial de Navalmoral de la Mata en la provine!» de Cáceres.
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X X X y XXXI. Las casas son de tierra, cubiertas de teja Muchos edificios antiguos indican la grandeza de Talavera en sus meros tiempos: sobre las aguas del Tajo se ven 6 columnas todas con arco de medio punto por remate en dos de ellas, siendo de creer que el remate de las demás era de la misma forma. A unos pasos de las seis columnas hay otras tres. Lo mismo las primeras que las segundas tienen de altura seis estados. Todo el edificio que acaba de citarse, estaba cercado en cuadro de unas columnas toscamente labradas, que tendria de frente algo más de una vara. Sobre la ribera del Tajo hay un edificio que parece ser arca de agua hecha de argamasa. Muéstrase otro en medio del río, y de éste sale un canal do paresce que andaba rueda que subía y vertía el agua a la dicha arca. Aparecen baños hechos de ladrillos dentro y fuera de la muralla, muchas sepulturas con sus correspondientes epitafios. En uno de ellos, que al presente está guardado en la ermita de los Mártires, se lee:Pompeya inventa; y en el otro decía en sustancia: Aquí yace la desdichada Silvatita, que por avaricia mató dos hijos suyos. Tú que pasas, si piadoso eres, mira esto. Además de los citados letreros, hay otros muchos que ha visto en mayo del presente año Ambrosio de Morales, cronista del Rey. En diferentes puntos se han encontrado monedas de plata y de otros metales, con los bustos de Pompeyo y de Julio César. Alrededor de la villa, en la ribera del río y, en general, en el término, hay muchos rastros de lagares de aceite.
XXXV. Los vecinos de Talavera viven de la agricultura y de la crianza de ganados.
XXXVIII. La iglesia parroquial tiene por patrono a San Andrés
XL. Nuestra Señora de la Fuensanta, que se adora en una ermita, ha hecho muchos milagros.
XLIII. En esta jurisdicción, era cabeza la villa de Alija, donde está el castillo citado en el capítulo
XXIX; pero lo áspero y enfermizo del sitio obligó, hará unos 90 años, a sus habitantes, a abandonarlo, y hace 50 que terminó de despoblarse (1).
(1) Relaciones topográficas etc., tomo II, págs. 572-582.
HASTA AQUÍ LAS CITAS DEL CAPÍTULO VII
Para llegar al texto, pulsar: https://artesimbologiayhumanismo.blogspot.com/2024/10/augustobriga-y-la-ebura-carpetana-o.html
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CITAS DEL CAPÍTULO VIII
EBURA, ELBORA, LEBURA Y LIBORA; EL CAMINO DE TOLEDO A TITULCIA (Enigmas del río Guadarrama, capítulo VIII). Para llegar al texto, pulsar: https://artesimbologiayhumanismo.blogspot.com/2024/11/ebora-elbora-lebora-y-libora-el-camino.html
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(30): Talavera de la Reina en la Antigüedad. Una ciudad romana. De los orígenes al siglo VI d.C.
Dionisio Urbina
TALAVERA DE LA REINA. TOLEDO 2000
https://www.academia.edu/3281200/Talavera_de_la_Reina_en_la_Antig%C3%BCedad
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1.1. El nombre de Talavera de la Reina en la Antigüedad.
(30a): "(Ortelius, 1578). La identidad Aebura-Talavera la recoge Ortelius de Bentherio, mientras que la similitud fonética Talabriga-Talavera, que acepta Ortelius, la niega Barreiros, puesto que Talabriga aparece claramente ubicada en las fuentes clásicas junto al Atlántico, en Portugal".
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(30b): "En las relaciones de Felipe II del siglo XVI (Viñas y Paz, 1963:II,444) se recogen ya las opiniones del comentarista del falso Beroso, Annio de Viterbo, quien ostenta el dudoso honor de haber iniciado la serie de falsificaciones que culminarán en los Falsos Cronicones españoles del siglo XVII: La vanidad antigua de los Griegos, Impostores, y las fábulas modernas del famoso dominicano de Viterbo, son dos lagunas inmundas que han ofuscado con sus vapores las antiguas Historias Españolas (de Masdeu, 1784:II,1). En tiempos antiguos, según Beroso, cronista, y Anio, su comentador, y el doctor Francisco de la Hierba, a los cuales se refiere fray Alonso Verone en su Inquiridion de los tiempos, se llamo Cobriga, por el rey Brigo que la fundo, e aunque digan que Talabriga sea Tavira, paresce ser Talavera por la semejanza del nombre, y por ser nombre compuesto de Tagus, que es el rio que por ella pasa, y de Brigo su fundador, y por el asiento e termino de ser en los fines de la Carpetanea y la Lusitania" "El maestro Herrera…dice que se llamó Elbora y Conrado Jesuhero dice que se llamo Libora o Elbora, pero entendemos seria esto en tiempos de los moros, porque Elbora es nombre arabico, y asi en la cronica del rey don Fernando huyo a la ciudad de Marruecos, e murio en su arrabal de ella, que se llamaba Elbora, …porque <el-ber> en arabigo significa "pozo o ayuntamiento de agua" y en tiempo de los godos dicen haberse llamado Agua que es <el-Ber> y <el-Bora>…y <brigo> significa fortaleza".
"Aunque las explicaciones sobre el significado de los nombres puedan ser hoy criticadas a luz de los conocimientos filológicos que poseemos, es de destacar el esfuerzo realizado, que no se encuentra en muchos de los autores posteriores. La relación que se establece entre Aguas (sede episcopal visigoda de Aquis) y Elbora es, en parte correcta, ya que la castellanización del vocablo musulmán que designa un estanque de agua es Albuer, Alboer o Alboher, que dará Albuhera o Albufera. Este topónimo se encuentra en Santa María de las Albueras, lugar muy próximo a La Orbiga, en término de Pueblanueva. El nombre Cobriga tanto podría interpretarse como una lectura errónea de Caesarobriga, como de La Orbiga. La terminación -briga, se traduce, efectivamente, por ciudad fortificada".
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(30c): "Con Tejada de los Reyes (s. f.) se inicia ya una serie de obras defensoras de la identidad de Talavera con Elbora o Aebura, en un tono hasta ahora inusitado. A finales del siglo XVI el historiador talaverano Juan de Mariana lo defendía (1599: XIII y XV): Ebora, á la cual los godos llamaron Elbora: Don Lúcas de Tuy sintió que esta ciudad era la misma que en el reino de Toledo llamamos Talavera. Los mismos razonamientos se hallan en la obra de Fco. de Soto cuyo título: Elbora de los carpetanos es ya de por sí expresivo (1768), o de García de Bores, (1762) afirmando categóricamente en el título de la misma la identidad entre Talavera de la Reina y la Ebura (Elvora) carpetana.
A pesar de que el padre Flórez (1747) tras examinar las evidencias en pro y en contra de la identidad Talavera-Elbora, expresa la imposibilidad de encontrar una solución satisfactoria por falta de pruebas concluyentes, en las obras de los historiadores locales, esta identidad se continúa defendiendo a ultranza: Pedro Antonio Guerra (1768) o I. Fernández (1896). La defensa de la identidad de la ciudad de la cerámica con Elbora lleva aparejadas connotaciones de fuerte fervor local, como es la adscripción de la sede episcopal visigoda y patria de los santos Vicente Sabina y Cristeta.
Menos fanático se muestra el viajero ilustrado Antonio Ponz: De los antiguos nombres que dan nuestros escritores á Talavera, como Libora, Ebura, Evora, ó Talabrica, escoja V. el que le parezca que sirva de origen al de hoy (1784:VII, 15). Luego añade: En varios parages de Talavera se hallan lápidas con inscripciones Romanas, cuyas copias con algunas piezas originales posee D. Francisco Aponte… él mismo tiene trabajada una obra con el fin de darla al público, y probar que Talavera es la "Aevura" mencionada por Livio, y que los Santos Mártires Vicente, Sabina y Christeta fueron naturales de la misma (ibidem:26).
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(30d): "Como venimos diciendo, el interés de la identificación de Talavera de la Reina con la antigua Elbora o Aebura, se debe a la ubicación allí de una sede episcopal y las referencias a los santos Vicente, Sabina y Cristeta, antes que la intención de llevar su antigüedad a época romana o prerromana, se trata por tanto de una cuestión de prestigio religioso antes que de orgullo arqueológico.
La identificación de la supuesta Elbora visigoda con la romana Aebura o Evora, parte de la obra de R. Jiménez de Rada, (siglo XIII), pero el arzobispo toledano identifica Talavera con Aquis".
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(30e): "La tradición de ubicar Aquis en Talavera de la Reina o sus inmediaciones corre pareja de la confusión entre la sede episcopal de la Evora portuguesa y la Elbora carpetana identificada con la ciudad del Tajo, Cronica General de España I, cap. 537: De las cibdades que an los nombre cambiados, seguida por Lucas de Tuy, Jiménez de Rada, Mariana, Duque de Estrada, etc. El afán por dotar de una sede obispal a Talavera llevó a numerosos autores a confundirla con Elbora (Evora) o identificarla con Aquis.
La cita de Aquis sólo se halla en el Canon IV del XII Concilio de Toledo, celebrado en el siglo VII: Dijo (Esteban, obispo de Mérida) que había sido obligado por presiones del rey (Wamba) a hacer una nueva ordenación episcopal en la sede del monasterio de la aldea de Aquis, donde descansa con el debido respeto el venerable cuerpo del santísimo confesor Pimenio”
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(30f): “José Cornide la identifica Talavera la Vieja con Aebura, porque piensa que su topografía se adecua mejor a la descrita por Livio para la batalla entre romanos e indígenas, mientras que lleva Aquis a Talavera de la Reina (1796:345ss). Esta proposición para la ubicación de Aebura es recogida por Madoz en su diccionario (1846:III). Los trabajos de José Cornide significan el punto de inflexión de la erudición y el anticuarismo, a favor de un históricismo más crítico, trayectoria de investigación fuertemente arraigada entre los historiadores hispanos, que se verá influenciada por la exégesis o crítica textual que los trabajos de los filólogos alemanes habían desarrollado en los Estudios Clásicos. La mejor prueba de ello se encuentra en los corpus de inscripciones que recopilará Emilio Hübner, y la crítica de los falsos epígrafes. En esa línea se encuentra Fidel Fita, que siguiendo a Hübner, deduce de la lectura de algunas inscripciones de Talavera de la Reina, el nombre de Caesarobriga (1882 y 1883)”
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(30g): "En ese caso, y de acuerdo a otros tipos de fuentes como son los itinerarios, la ciudad romana de Talavera de la Reina se habría llamado Augustobriga (Fernández Miranda et al., 1990:16ss), nombre dado anteriormente a Talavera la Vieja"
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(30h): "Todavía existen en pleno siglo XX trabajos en la antigua línea pseudo filológica. Gómez Menor (1965), revisó las tesis tradicionales para rechazarlas todas partiendo de la existencia del topónimo Talabara en las lenguas indígenas prerromanas: Plinio, IV, 113, Apiano Ib. 73; (se trata en realidad de una única mención a Talabriga). Gómez Menor cartografía todos los topónimos de la geografía peninsular relacionados con Talavera. Estos son abundantes y están repartidos por todo el territorio si atendemos al prefijo tala-, pero Talaveras sólo existen 6, 3 de ellas en torno a Talavera de la Reina, Talavera la Real en Badajoz, junto al Guadiana, otra en Almería, otra en Lérida y una Talaveruela en Cáceres".
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(30i): "Tampoco la cartografía de los topónimos antiguos Ebura-Aebura, arroja demasiada luz sobre el caso talaverano. Existió una Ebora en Galicia (Mela III, 1,11), otra portuguesa (Mela III,1,8, Plinio IV,117), otra en el Ebro (Ptolomeo II,6,62) y otra en la Bética (Estrabón III,1,9, Mela III,1,4, Plinio III,10), además de la Aebura de Livio (XL,30,33).
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(30j): "Por lo que respecta al obispado visigodo, Gómez Menor sitúa Aquis próxima a Talavera y en la Lusitania, en contra de lo que escribiera R. Jiménez de Rada, y que ya defendiera F. Fita. Jiménez de Gregorio relega Aebura a Talavera la Vieja y junto a Caesarobriga o Talavera de la Reina pone Aquis y Lorviga (1983:IV). Con ello se introducen las variantes de Lórviga o Libora, junto a las de Elbora, que no todos los autores identifican con Aebura o Ebora.
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el desarrollo de una toponimia prerromana implica lógicamente una ocupación prerromana, algo que nunca existió en Talavera de la Reina. (....) De este modo la Aebura prerromana podría o no ser la misma que la Lebura de los textos tardorromanos, pero parece difícil aceptar la identidad entre éstas, juntas o por separado, y la Elbora de los concilios visigodos. (...) Tanto los "hacedores de cronicones" como los eruditos locales talaveranos que los siguieron o algunos modernos paleolingüístas, parten de la premisa que identifica el asentamiento prerromano de Aebura con Talavera de la Reina. Pero hoy sabemos sin lugar a dudas que esto no es posible, porque no existe asentamiento prerromano en Talavera de la Reina. De modo que toda la analítica basada en los nombres Talavera o Elbora parte de una premisa errónea".
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(30k): "Ya Gómez Menor defendía la falta de identidad entre Elbora-Aebura y ubicaba ésta entre Cebolla y la Puebla de Montalbán. Recientemente, una inscripción hallada en el valle de Alpuébrega aporta un nuevo dato a favor de llevar Aebura hacia el embalse de Castrejón (Mangas y Carrobles, 1992), donde se encuentra el arroyo y antiguo despoblado de Alpuébrega, topónimo quizá relacionado con el del epígrafe. Se trata de la reconstrucción albo- por albobrigenses, de Albobriga o Alpobriga, derivación medieval del supuesto nombre de Lebura- Libora, derivación a su vez de Aebura. Los autores especifican, no obstante, que la identificación Aebura=Libora, sólo puede explicarse por error en las copias, por lo que Aebura, Libora y la supuesta Albora de la inscripción, pueden ser 3 ciudades distintas".
(30l): "Además está el hecho de que Aebura se encuentra en la Carpetania y Talavera pertenecía a los vettones."
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"Las excavaciones arqueológicas en Talavera han puesto de manifiesto que la ciudad fue fundada en época romana y de ello se hacen eco ya algunos autores, a pesar de que existe: un fragmento que se publicara años antes: todo parece indicar que no existen materiales con una antigüedad superior al siglo I d.C. a pesar de alguna cita que trata de un hallazgo mal descrito, nunca publicado y para nosotros mal valorado (Mangas y Carrobles, 1992:111).
El fragmento en cuestión es un galbo de cerámica a torno pintada y con estampillas, característica de los momentos tardíos del mundo ibérico, nunca antes del siglo III a.C. y que llega al s. I a.C".
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(30m): "Algún autor ha sugerido que antiguos enclaves prerromanos cambian de ubicación tras la conquista romana, y conservan su antiguo nombre. Los nombres de estas ciudades suelen ser indígenas, mientras que sus "apellidos" o cognomina latinos, son títulos puestos por los romanos:
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Pero nada de esto se puede sostener hoy. De entrada, no se conoce ningún enclave prerromano "junto" a la romana Talavera. Y, en segundo lugar, no está constatado ese supuesto "baile" de topónimos".
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(30n): "Aebura, es fácilmente identificable con la asentamiento indígena del Cerro Calderico en Consuegra, y los ejércitos romanos atravesarían Carpetania de Sur a Norte, de Consuegra a Contrebia (Fosos de Bayona, Cuenca), para adentrarse en plena comarca celtibera hacia las serranías del Alto Tajo.
(30o): Más adelante Livio (XL, 34) dice: Haec in citeriore Hispania eo anno gesta. In ulteriore Manlius praetor secunda aliquot proelia cun Lusitanians fecit. "Estos fueron los hechos de ese año (de Aebura) en Hispania Citerior. En la provincia Ulterior, el pretor Manlio consiguió varias victorias sobre los lusitanos. La Aebura prerromana que cita Livio, es evidente que no pudo estar en Lusitania ni en sus cercanías, porque entonces habría sido competencia del gobernador de la provincia Ulterior y, sin embargo, lo fue Fulvio Flaco, pretor de la Citerior, que además se acercó a Carpetania para luchar contra los Celtiberos. Una identificación pues, de Aebura con Talavera de la Reina, carece de todo fundamento".
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(30p): Haec in citeriore Hispania eo anno gesta. in ulteriore Manlius praetor secunda aliquot proelia cum Lusitanis fecit. [40,34] Tales fueron los hechos ocurridos este año en Hispania Citerior. En la Hispania Ulterior, el pretor Manlio libró varios combates con éxito contra los lusitanos
Tito Livio (XL, 34) dice: Haec in citeriore Hispania eo anno gesta. In ulteriore Manlius praetor secunda aliquot proelia cun Lusitanians fecit. "Estos fueron los hechos de ese año (de Aebura) en Hispania Citerior. En la provincia Ulterior, el pretor Manlio consiguió varias victorias sobre los lusitanos.
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(30q): "En ese caso sólo nos quedan los nombres avalados por la epigrafía, como Caesarobriga o Augustobriga, nombres romanos que hacen referencia a una ciudad nacida en época de César o Augusto, tal y como los datos arqueológicos de las excavaciones ponen de manifiesto. Caesarobriga o Augustobriga vendrían a designar: la "ciudad de César o Augusto. La terminación en -briga se interpreta por lo general como la designación de ciudades fortificadas o bien defendidas (Humboldt, 1879)".
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(30r): "Pero de igual modo que no es posible identificar la Aebura de los carpetanos con Talavera de la Reina, no se puede negar que existió en época imperial romana una ciudad o aldea con el nombre de Lebura. Esta Lebura aparece en el itinerario de caminos del siglo VI d.C. conocido como el Anónimo de Rávena (Müller, 1916 y 1940), que intercala esta mansión entre Augustobriga y Toletom del Itinerario Antonino del siglo I d.C. Probablemente el error de la historiografía antigua radique en la identificación de esta Lebura con la carpetana Aebura, puesto que ejemplos de ciudades con el mismo nombre o nombres muy parecidos abundan en la toponimia prerromana y romana de la Península. Por otro lado, esta Lebura o Libora del siglo VI d.C. sí que podría identificarse con el Elbora visigoda de los concilios que, como ya hemos visto, no puede reducirse a la Evora portuguesa"
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existe un lugar en las cercanías de Talavera que bien pudo corresponderse con la Elbora de los textos visigodos o la Lebura o Libora de los itinerarios tardíos romanos. Se trata de Santa María de las Albueras, o las Vegas de Pueblanueva, en donde se halló hace años un espléndido mausoleo paleocristiano único en la comarca (Hauschild, 1978), junto a un sarcófago de la misma época con los doce apóstoles cuyas cabezas están, aparentemente, destruidas a propósito. El propio topónimo de Albuera, nos remite de nuevo al agua, y nos acerca a Elbora.
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(31): Diversas publicaciones que consideran Cerro Calderico de Consuegra, la Consobura carpetana. Bibliografía extraída del proyecto de investigación arqueológica 2014 denominado: “Consabura: ciudad y territorio”, dirigido por D. Juan Fco. Palencia García:
ABASCAL, J. M. y GONZÁLEZ-CONDE, Mª P. (2007): “Carpetania: argumentos para una delimitación del territorio”, en Estudios sobre la Edad del Hierro en la Carpetania. Registro arqueológico, secuencia y territorio. Alcalá de Henares, M.A.R. 10, 290-301. BLANCO FREJEIRO, A (1983): “Presa romana de Consuegra (Toledo). Declaración de Monumento Histórico-Artístico, Boletín de la Real Academia de la Historia 180, Cuaderno 1, 191-192 CABALLERO, R., SÁNCHEZ, E., JÁRREGA, R. (2011): “Hallazgo de un fragmento de ánfora en Consuegra (Toledo). Otro ejemplo del comercio y difusión de ánforas”, Boletín Ex Officina Hispánica, 3, pp. 23-24. CABALLERO, R., PALENCIA, J.F. y RODRÍGUEZ, D. (2014 S.P.): Memoria de la Intervención Arqueológica para limpieza y documentación de la estructura de opus caementicium del Cerro Calderico. Consuegra (Toledo), Novas-Arqueología S.L. CARROBLES SANTOS, J. (2006): “Los Carpetanos”, en Prehistoria y Protohistoria de la Meseta Sur (Castilla La-Mancha). (Coord. PEREIRA SIESO, Juan), Ciudad Real, Biblioteca Añil-Almud, 160184. CURCHIN, L. A. (2001): “Circulación monetaria en la Carpetania”, Hispania Antiqua, 25, 183-197. FERNÁNDEZ OCHOA, C.; SELDAS FERNÁNDEZ, I. y ZARZALEJOS PRIETO, M. (1990): “Entre Consabro y Laminio: aproximación a la problemática de la vía 30 del Itinerario de Antonino”. Simposio sobre la red viaria en la Hispania Romana. Institución Fernando El Católico: 165-182. Zaragoza. FERNÁNDEZ-LAYOS DE MIER, J.C. (1983): Historia de Consuegra. Tomo I: Edad Antigua. Toledo. FUIDIO, F. (1934): La Carpetania romana, Madrid, Ed. Reus. GARCÍA DIEGO, J.A. et al. 1980-83: “Nuevo estudio sobre la presa romana de Consuegra”, Revista de Obras Públicas: 487-505 y 491-502. GILES PACHECO, F.J. (1971): “Contribuciones al estudio de la arqueología toledana. Hallazgos hispanorromanos en Consuegra”. Anales Toledanos, V: 139-165. GILES PACHECO, F. 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(2013 b): “La captación y el abastecimiento de aguas como vertebradores del territorio de una ciudad romana de la antigua Carpetania: Consabura (Consuegra, Toledo)”, (Preactas) en XVIII Congreso Internacional de Arqueología Clásica, Mérida, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte- Museo Nacional de Arte Romano, pp. 65-66. PALENCIA GARCÍA, J.F. (2014 a): “Una ciudad romana de la Meseta Sur durante la República romana: Consabura (Consuegra, Toledo)”, en I Simposio sobre los pueblos Carpetanos, Alcalá de Henares, Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid (M.A.R.), pp. 124-138. PALENCIA GARCÍA, J.F. (2014 b): “La asimilación de las sociedades prerromanas por Roma en la Meseta Sur de la Península Ibérica”, en XII Encuentro de Jóvenes Investigadores, Revista Antesteria, nº 3, Universidad Complutense de Madrid, pp. 93-104. PALENCIA GARCÍA, J.F. 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Bibliografía extraída del proyecto de investigación arqueológica 2014 denominado: “Consabura: ciudad y territorio”, dirigido por D. Juan Fco. Palencia García.
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(32): Miguel Méndez-Cabeza
LOS PRIMEROS CRISTIANOS DEL VALLE DEL TAJO
Nuevo capítulo de la serie «Ríos de Historia» que trata sobre los primeros yacimientos arqueológicos del valle del Tajo con muestras de la cristianización de romanos y visigodos
https://lamejortierradecastilla.com/los-primeros-cristianos-del-valle-del-tajo/
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(33): Para las coordenadas de Ilurbida y Toletum, obtenemos los datos de la tesis doctoral de Jesús Montero, dirigida por Julio Mangas y presentada en 2002 (Univ. Complutense):
Carpetanos y vettones en la Geografía de Ptolomeo. Ciudades y vías romanas en Carpetania y Vettonia en época altoimperial
Jesús Montero Vítores
TOLETUM, COORDENADAS, Pag 181
ILURBIDA, COORDENADAS, Pag 339
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(34): En nuestro artículo anterior hablábamos de estas cuatro Eburas, tal como las recojo en mi Nomenclator Ibérico (VER, SOBRE LOS TEXTOS IBÉRICOS, DE MARIO GÓMEZ-MORÁN):
- EBORA: Liberalitas Iulia; Ebura, Eboura; hoy Evora (Portugal); p. de los lusitanon. "Ebora, ciudad lusitana nombrada en el Itinerario de Antonino. Plinio & Pomponio Mela la ubican en el promontorio Magnum... La actual Evora aun conserva su nombre (Ortelius, A. (1596). Thes., Ebora). "Varias ciudades hubo en España con el nombre de EBORA, pero el sobrenombre de Liberalitas Julia que ofrecen las presentes medallas, a ninguna conviene sino a la actual de Lusitania, en que sin mutación persevera la voz de Ebora en la ciudad, capital de la provincia de Alentejo, con el honor de Silla Episcopal desde los primeros siglos de la Iglesia... [Ceca] / LIBERALITATIS IVLIAE EBORensis. (Florez, E. (1757). Med. t. I, pag. 380).(FRG)
- EBORA: Ciudad del Alentejo. Quedaría incluida en el área de Tartessos. Posteriormente pasó a ser de los lusitanos. Ceca. (JRD pag 207-208)
- EBURA = EBORA (JRD pag 208)
- EBURA: Hacia Talavera de la Reina. (JRD pag 208)
- EBURA carpetana. "... En España se hallan cuatro Eboras o Eburas... La mas famosa es la de la Lusitania, de que escribieron Ptolomeo, Plinio, el Itinerario de Antonino y otros; y la han ilustrado con sus escritos Andres Resende y Iacobo Vasconcelos, ilustres lusitanos. La otra es en la Carpetania, y esta antiguamente fue menos famosa; algunos le llaman Ebora, otros Elbora o Delbora, y se tiene hoy por Talavera de la Reyna..." (Caro, R. (1634). Antig. Sevilla, III, pag. 120). “... Es muy cierta la opinion que reduce esta Ebura a Talavera la Vieja, a la orilla derecha del Tajo, tocando ya con los vetones...". (Cortes, M. (1836). Dicc. t. II, pp. 419-420). Ebura Aebura. “Villa de la Espana Tarraconense en el territorio de los carpetanos, segun Tito Livio. Es hoy Talavera de la Reyna en la ribera septentrional del Tajo y al occidente de la conflluencia de la pequena rivera del Alberche, en Castilla la Nueva”. (Bruzen, A. A. (1730). Le Grand Dict. Geog. t. I, pag. 111).(FRG)
- AEBURA: Territorio de frontera entre carpetanos y vettones. Luego entre la Ulterior y Lusitania: Cuerva, La Puebla de Montalbán, El Carpio, Talavera a Vieja, incluso con Caesarobriga (Talavera de la Reina). (JRD pag 31)
-LIBORA: Libora; Cuerva, p. de los carpetane. “… Talavera la Vieja ”. (M. Cortes. Diccionario…, T. III, p. 136). A mi juicio, Lebura = cerca de Talavera de la Reina.(FRG)
-LIBORA: AEBURA, hacia Talavera de la Reina.(J.R.D. Pag. 325)
Anotación nuestra. Citada por Ptolomeo como ciudad Carpetana, sita entre Toletum y Augustóbriga.
-LEBURA: Cuerva o Puente del Arzobispo, Toledo. Citada en el Anonimo de Rávena como segunda parada, entre Toledo y Augustóbriga. A mi juicio, Talavera de la Reina (J.R.D. Pag. 321)
-ELBORA: Ébora, Evora (JRD pag 214)
-ELBORA: Obispado visigodo. Es Ebura carpetana, en Talavera de la Reina.
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(35): Esta EBORA = Evora del Alentejo, se cita por
Estrabón (III, 1, 9 -140-)
Pomponio Mela (III, 4)
Esteban de Bizancio (P. 145)
Mencionada por Ptolomeo con las coordenadas 7 OE; 39,5 N.
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(36): EVANDRIA en Ptolomeo Εὐανδρία
Coordenadas 7,20 OE; 39,15 N.
NORBA (Cáceres) Coordenadas 7,50 OE; 39,55 N.
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(37): TITO LIVIO
HISTORIA DE ROMA DESDE SU FUNDACIÓN (AB URBE CONDITA) . XL, del 30 al 33:
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(38): LIBORRA o LIBORA
(38a): mencionada por: Ptolomeo, como Λιβόρα con las coordenadas 9,25 OE; 40,50 N.
(38b): En el Anónimo de Rávena, se citan las siguientes paradas:
-Toleton (Toledo)
-Lebura (a mi juicio, en Talavera de la Reina; en tierras vettonas, antes de entrar a la ciudad por el lado Este)
-Augustabria (admitida como Talavera a Vieja, aunque en mi opinión es Villar del Pedroso o bien Vascos de la Jara)
-Lomundo (Cerca del río Almonte; entre Retamosa y Aldeacentenera).
-Turcalion (Trujillo)
-Rodacis (al sureste de Cáceres, quizás próximo a Ruanes. A mi juicio, Santa Cruz de la Sierra);
-Lacipe (Lacipea; que hemos considerado Miajadas)
-Emérita (Mérida)-
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(39): ELBURA, obispado visigodo generalmente admitido en Talavera de la Reina.
Sobre ella nos dice Dionisio Urbina -idem (30) -
"Con Tejada de los Reyes (s. f.) se inicia ya una serie de obras defensoras de la identidad de Talavera con Elbora o Aebura, en un tono hasta ahora inusitado. A finales del siglo XVI el historiador talaverano Juan de Mariana lo defendía (1599: XIII y XV): Ebora, á la cual los godos llamaron Elbora: Don Lúcas de Tuy sintió que esta ciudad era la misma que en el reino de Toledo llamamos Talavera. Los mismos razonamientos se hallan en la obra de Fco. de Soto cuyo título: Elbora de los carpetanos es ya de por sí expresivo (1768), o de García de Bores, (1762) afirmando categóricamente en el título de la misma la identidad entre Talavera de la Reina y la Ebura (Elvora) carpetana.
A pesar de que el padre Flórez (1747) tras examinar las evidencias en pro y en contra de la identidad Talavera-Elbora, expresa la imposibilidad de encontrar una solución satisfactoria por falta de pruebas concluyentes, en las obras de los historiadores locales, esta identidad se continúa defendiendo a ultranza: Pedro Antonio Guerra (1768) o I. Fernández (1896).
Sic Pag 12. Talavera de la Reina en la Antigüedad. Una ciudad romana. De los orígenes al siglo VI d.C.
Dionisio Urbina TALAVERA DE LA REINA. TOLEDO 2000
https://www.academia.edu/3281200/Talavera_de_la_Reina_en_la_Antig%C3%BCedad
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(40): AQUIS, sobre ella nos dice Hermosilla en su estudio -ver (27) - . SIC:
Los mismos defensores de Talavera de la reyna , para ilustrar esta poblacion, pretenden que en ella se erigió en tiempo de aquella nacion un obispado con la denominacion de Aquis; que para él ordenó el virtuoso metropolitano de Mérida Stefano, por con descender con los deseos de Wamba , un obispo llamado Cumiulao
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(41): Plinio H.N. III (24 y 25)
Fuente: HISTORIA NATURAL LIBROS III-VI
TRADUCCION Y NOTAS DE ANTONIO FONTÁN, IGNACIO GARCÍA ARRIBAS, ENCARNACIÓN DEL BARRIO, M.a LUISA ARRIBAS
Ed. Gredos; Madrid 1998
24- Cesaraugusta, colonia exenta de tributo, es bañada por el Ebro. En su emplazamiento hubo antes una poblacion que se llamaba Salduvia, del territorio de Edetania. Acuden a ella cincuenta y cinco pueblos: entre los de ciudadanos
romanos estan los bilbilitanos, los celsenses, antes colonia, los Calagurritanos que se apellidan nasicos; los ilerdenses, que son de la nacion de los surdaonos junto a los que corre el rio Sicoris; los oscenses— del territorio de Suesetania—-, los turiasonenes. Entre los de derecho latino los cascantenses primitivos, los ergavicenses, los gracurritanos, los leonicenses, y los osicerdenses. Entre los federados, los tarracenses. Entre los tributarios los arcobrigenses, los andelonenses, los aracelitanos, los bursaonenses, los Calagurritanos que se apellidan fibularenses, los complutenses, los carenses, los cincienses, los cortonenses, los damanitanos, los ispalenses, los ilursenses, los iluberitanos, los jacetanos, los libienses, los pompelonenses y los segienses.
25- A Cartagena acuden sesenta y cinco pueblos, aparte de los habitantes de las islas: los de la colonia Accitana Gemelense,
los de la Libisosana apellidada Foroaugustana, que han recibido las dos el derecho italico; los de la colonia Salariense; los de Castulo de antiguo derecho latino, llamados tambien Caesarii Juvenales; los setabinos o augustanos, y los valerienses. De los tributarios, los mas conocidos son los alabanenses, los bastitanos, los consaburrenses, iosdianenses, los egelestanos, los ilorcitanos, los laminitanos, los mentesanos de sobrenombre oretanos, los mentesanos de sobrenombre bastulos y los oretanos a los que tambien se llama germanos; los de Segobriga, capital de Celtiberia; los de Toledo, la ciudad sobre el rio Tajo, capital de Carpetania, los viacienses y los virgilienses
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(42): Dionisio Urbina Martínez
La Carpetania romana y los carpetanos indígenas: tribu, etnia, nación o el país de los escarpes
Gerión Nº 16 Revista de Historia Antigua Enero 1998
SIC: Plinio (III, 24) menciona las comunidades de los complutenses (Compluto), carenses (¿Caracca?), iluberitani (¿Ilurbida?), e ilursenses (¿llarcuris?). En el convento Caesaraugustano que, a priori, podrían ubicarse en la Carpetania. En el convento Cartaginense nombra a los consaburrenses (Consabura), los egelestani (Egelesta), los laminitani (Laminium), los segobrigenses (Segóbriga), que hacen la «cabeza» de la Celtiberia y los toletani (Toletum), que forman la «cabeza» de la Carpetania.
Pag 189
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(43): LA PENINSULA IBERICA EN LA GEOGRAFÍA DE CLAUDIO PTOLOMEO Problemas y perspectivas
JUAN L. GARCIA ALONSO /// VITORIA 2003
Sobre Ilurbida SIC:
ETIMOLOGIA. El nombre puede ser considerado claramente ibérico, pues podría incluir uno de los elementos nominales que mejor conocemos de esta lengua que tan mal conocemos: Il(t)i-/Il(t)u-, un (.o dos?7) elemento en innumerables nombres de lugar (y personales) que significaba con casi completa seguridad ≪ciudad≫, igual que el termino vasco con que suele relacionarse: iri, presente en nombres como Iruna, Irun, etc., aunque hay problemas fonéticos de envergadura que nos llevan a rechazar que se trate del mismo elemento: vasco iri procede de un antiguo ili, mientras que el equivalente del elemento ibérico tendría que haber sido en vasco antiguo iLi, y haber dado en vasco moderno ili (cf. aquitano ilun- frente a vasco il(h)un ≪oscuro≫ y demas paralelos que senalamos enseguida).
Hay otra posibilidad de análisis para el topónimo carpetano, quizá mas correcta porque el paralelo fonetico es mas exacto, y con unas implicaciones que vuelven a poner en el tapete las concomitancias entre los elementos nominales vascos e ibéricos: ver una relación entre el topónimo carpetano Ilur-bida y el elemento Ilur-, aislado por J. Gorrochategui en los teónimos aquitanos Iluroni, Ilurberrixo e Ilurberrixon[, con variante Lur- en Lurgorr[, y puesto en relacion por el con el vasco lur, ≪tierra≫, un contenido semántico, por cierto, que no encaja mal en un
topónimo. A favor de esta posibilidad, y ello a pesar de la distancia entre la Carpetania y la Aquitania, estaría el hecho de que un corte asi nos deja con un segundo elemento en este nombre carpetano que debe de ser el mismo que vemos
en Idu-beda y en Ortos-peda (donde tenemos que -b- > -p- por efecto de una asimilación a la fricativa sorda precedente).
Pero es que además la presencia de un elemento nominal Il(t)ur- no se limita al área aquitana. De hecho, y quiza sean los paralelos que mas debemos tener en cuenta para el nombre carpetano, tenemos atestiguado, solamente en escritura
indígena (junto a nombres como Illurtibas y Umarillum en inscripciones latinas abundantes nombres ibericos con un elemento iltu´r- o iltun-. Es decir, tenemos una forma i.l.tu.- junto a otras dos fomas, i.l.tu.n.- e i.l.tu.´r.-. Este elemento,
segun senala Siles15, que parece considerar las tres formas como meras variantes, ≪es frecuente en la formación de topónimos y nombres personales≫, remitiendo a Albertos16. En otro lugar17 senala que el elemento i.l.tu.n18 ≪acaso
corresponda al vasco il(h)un, “oscuro”≫. Es interesante señalar que en ello coincide parcialmente J. Gorrochategui19, quien aisla un elemento Ilun- también en los antropónimos aquitanos Ilunn-osi (genitivo) e Ilunna, asi como en los teónimos Iluni, Ilunni, Herculi Ilunno y Astoilunno, elemento que relaciona con vasco il(h)un, ≪oscuro≫, e incluso con los nombres personales ibericos, pero que distingue del elemento Ilur-, que el asocia con vasco lur, ≪tierra≫.
Adonde nos puede llevar esto no es fácil de decir. Quizá convenga señalar que paralelos como este, por muy sorprendentes que sean, no deben en cualquier caso ser sobrevalorados. Conformémonos simplemente con concluir que este topónimo carpetano no es indoeuropeo y que debe ser propio de un sector de la poblácion carpetana afin a los pueblos iberos vecinos, como puede comprobarse en la presencia de un elemento nominal conocido en vasco y en ibérico.
No puede dejar de decirse de todas formas que es extraordinariamente llamativo que el vasco y el iberico (incluyendo aqui, y ello es pertinente para nosotros en este momento, a una parte de la población carpetana, que por comodidad
y simplicidad llamaremos iberica) compartan tres (si el analisis es correcto) muy frecuentes elementos nominales relativamente proximos entre si ademas: Il(t)i(r)-/iri, ≪ciudad≫20, Il(t)u-r-/lur, ≪tierra≫ e Il(t)un-/il(h)un, ≪oscuro≫. El topónimo carpetano Ilurbida contendria el segundo de estos elementos. Pero es que quizá no debamos pensar, al menos para los topónimos, en tres elementos nominales totalmente independientes. Quiero decir que tambien ha
sido expresada la opinión de que Ilu- pueda ser (al menos en algunos casos, especialmente en toponimos), como decíamos al principio de este analisis, una mera variante de Ili-. R. Menendez Pidal21, a proposito del pueblo vascon que Plinio llama Iluber(r)itani o Ilumberitani, dice:
La ciudad o fortaleza de este pueblo se llamaba Iluberri, donde ilu sería variante de ili ≪pueblo, ciudad≫, segun Campion y Schuchardt23, o mas bien Ilumberri, identificable con el moderno Lumbier, donde el Padre Moret veia el adjetivo ilumbe ≪nebuloso, oscuro≫24, pero donde es evidente que no podemos dejar de considerar un segundo elemento berri, y entonces, para el primer elemento, Jaurgain veía irun e ≪lugar de agua≫, o donde mejor puede verse (Con Vinson) una variante irun en vez de iri, ili; comp. el nombre de lugar moderno Ilunzarr, en Vizcaya, ≪pueblo viejo≫, como contrapuesto a Lumbier ≪pueblo nuevo≫.
De ello, en todo caso, se desprendería que seria posible, después de todo, ver en un topónimo como Ilu-r-beda el elemento con el significado de ≪ciudad≫. Pero lo único que podemos hacer con relativa seguridad es clasificar el topónimo como ibérico y señalar que contiene Ilu-r- que puede ponerse en relación con uno, dos o tres elementos conocidos en vasco y en iberico.
Pags 310, 311 y 312
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(44): Idem (43) , pag 310 // ILURBEDA; IDENTIFICACIÓN.
(44a) Segun Tovar1, ≪el P. Mariana la ponia cerca de las Albueras, en el valle de Sangrera, donde se cita el nombre moderno de Lorgivo≫.
(44b) Para Coello estaba a la orilla izquierda del Tajo. Müller la pone en relación con los Iluberitani del conuentus Caesaraugustanus, pero no le parece ≪convincente≫ a Tovar.
(44c) Para Schulten, Keune y la TIR (K-30, 132) no ha sido localizada.
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(45): Idem (42) Pag. 188
Dionisio Urbina Martínez // La Carpetania romana y los carpetanos indígenas
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(46): CARTA ARQUEOLÓGICA DE CEBOLLA
Miguel Contreras Martínez // Madrid 1998
En ella encontramos ocho yacimientos romanos y tres calcolíticos.
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(47): JESUS MONTERO VITORES
CARPETANOS HISPANIA CIUDADES Y VETTONES DE PTOLOMEO Y VIAS ROMANAS EN CARPETANIA Y VETTONIA EN EPOCA ÁLTOIMPERIAL
Tesis doctoral DIRECTOR: JULIO MANGAS MANJARRES CATEDRATICO Y DIRECTOR DEL DEPARTAMENTO DE HISTORIA ANTIGUA UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE GEOGRAFÍA E HISTORIA DEPARTAMENTO DE HISTORIA ANTIGUA 1.991
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La misma situación se presenta para Libora,. que podría responder a las coordenadas de Ilurbida, 9º 40’ long. 4º2 lat.
Si tomamos estas coordenadas en. base al valor de grado de Toletum, el punto obtenido presenta la posibilidad de los alrrededores de la Puebla de Montalbán, pero también podemos encontrar una respuesta con el valor de Complutum en Maqueda (Toledo), que explicaría además ese exceso de millas que encontramos en el itinerario de A-Edrisi, que define la vía entre Toledo y Talavera de la Reina a través de Al-Maichada, y por tanto permite la posibilidad de pensar en una via, paralela a. la que se ofrece en el Itinerario de Antonino (Wess. 456.6—7) (43). Y fuera de estos puntos,
no contarnos con otros criterios de análisis.
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(48): Bibliografía que presenta Wikipedia, sobre ILURBEDA
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AE (1985). «Lusitanie, 543». L’Année épigraphique. Revue des publications épigraphiques relatives à l’Antiquité romaine (París).
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García, José Manuel (1991). Religiões antigas de Portugal. Aditamentos e observações as Religiões da Lusitânia de J. Leite deVasconcelos. Fontes epigráficas. Lisboa.
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Rodríguez-Almeida, Emilio (2003). Ávila romana. Notas para la arqueología, la topografía y la epigrafía romanas de la ciudad y su territorio(2ª edición corregida y ampliada edición). Ávila.
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Solana Sáinz, José María; Hernández Guerra, Liborio (2000). Religión y sociedad en época romana en la Meseta Septentrional. Valladolid:Universidad de Valladolid, Secretariado de Publicaciones e Intercambio Editorial. ISBN 84-8448-037-2.
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(49): Idem. (30) Pag 47
Dionisio Urbina TALAVERA DE LA REINA. TOLEDO 2000
https://www.academia.edu/3281200/Talavera_de_la_Reina_en_la_Antig%C3%BCedad
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(50): LOS VETTONES. ARQUEOLOGIA DE UN PUEBLO PROTOHISTÓRICO.
JESUS R. ALVAREZ-SANCHIS - TESIS DOCTORAL 1997 Dirigida por el Profesor O. Gonzalo Ruiz Zapatero,
Real Academia de la Historia; segunda edición, 2003
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(50a):La cuenca del Tajo es una fosa tectónica hundida entre el Sistema Central y los Montes de Toledo. Se articula en torno a los derrames que proceden de la Sierra de Gredos, Bejar, Peña de Francia y parte de la Sierra de Gata: el Alberche, el Tiétar y el Alagón. El encajamiento del río no permite un paso fácil, excepto en los vados de Alconétar - en la confluencia con el río Almonte - y Azután - entre Talavera de la Reina y Puente del Arzobispo -
Pag. 39
Con todo, sabemos de auténticas fundaciones a finales del s. III a.C. y en las dos centurias siguientes: El Raso de Candeleda, Avila/Obila. Talavera de la Reina/Caesarobriga. Talavera la Vieja/Augustobriga.. etc.
Pag. 162
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(50b): 4.3.3. El valle medio del Tajo. La zona de estudio propiamente dicha comprende un triángulo teórico cuyos vértices corresponden a Talavera la Vieja - hoy anegada por el embalse de Valdecañas (Cáceres) - Talavera de la Reina (Toledo) y las estribaciones más septentrionales de la Sierra de Altamira y los Montes de Toledo. Puede decirse que el hábitat responde a dos tipos de emplazamiento: en unos casos la población se instala preferentemente sobre las alturas inmediatas a la vega del Tajo y el Gébalo. Se trata de pequeñas elevaciones fácilmente identificables - Arroyo Manzanas "Las Herencias" - que en algunas ocasiones pueden proporcionar restos de murallas, como los castros de La Estrella (Estrella de la Jara) y Castrejón (Retamoso). En otros, encontramos pequeños establecimientos en zonas más llanas o de fondo de valle - Calera de Fuentidueña (Azután), Cascajoso del Rio (Belvis de la Jara)- no demasiado alejados de aquellos. Una parte importante del hábitat se circunscribe en la margen izquierda del río, tanto en la zona alta como hacia la vega. La intensidad de la ocupación, con una distribución de los asentamientos que rara vez exceden los seis kilómetros de distancia al próximo más inmediato, da lugar a un patrón de asentamiento bastante regular; las visibilidades se circunscriben sobre todo a la vega y al vado de Azután, término que concentra una parte importante del habitat,
Pag 266
cita (3) Otro nivel de análisis vendría determinado por los dos grandes núcleos urbanos del territorio. A la vista de la documentación lingúistica y epigráfica parece razonable suponer que Augustobriga (Talavera la Vieja) y Caesarobriga (Talavera de la Reina) fuesen resultado del proceso romanizador de la comarca, cuyos núcleos urbanos tendrían su origen en los siglos I a. C, al I d.C. respectivamente (Salas 1985: 59; Mangas y Carrobles 1992: 111). Es muy probable que ambas ciudades estuvieran amuralladas en origen, como ayala el sufijo céltico en brtg. topónimo prerromano característico que continuó en uso hasta época imperial (Almagro-Gorbea 1994a: 30) y del que se dan otros casos (Deobriga, Mirobriga) entre los propios vettones. Carecemos de pruebas seguras respecto del papel que pudieron haber desempeñado estos centros en el Hierro pleno, aunque algunos argumentos podrían orientarse en dicho sentido: seria el caso de las conocidas esculturas de verracos, de gran tamaño, procedentes de los alrededores.
Pag 268
los compuestos con -briga, que confirmaría asimismo una fecha tardía en la celtización de algunos sectores periféricos (Almagro-Gorbea 1993W 156), como en el caso de Caesarobriga/Talavera de la Reina y Augustobriga/Talavera la Vieja, en la frontera del Tajo y ofreciendo ya nombres romanos
Pags 320 / 321
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(50c): cita 235 verracos
No obstante, aproximadamente en el 15% de estas piezas se desconocen sus características y estado actual de conservación, ya sea por la dificultad de acceder a su estudio, como ocurre en las esculturas de 5. Martin de Pusa o Ahigal (Alvarez-Sanchis 1993b: 160 y nota 10), o bien al tratarse de noticias de muy reciente incorporación, por ejemplo los hallazgos de El Fresno, El Barraco. Muñochas y el castro de Chilla en Avila. Talavera de la Reina en Toledo, y Madridanos y Villardiegua en Zamora,
pag 347
Entre las esculturas no seleccionadas en el análisis, podríamos incluir en este apartado a las piezas de Medinilla (Avila), Talavera la Vieja (Cáceres), Talavera de la Reina (Toledo), Dehesa de La Oliva en Villar dei Pedroso (Cáceres), Monleón ....
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Entre las esculturas no seleccionadas, se podrían incluir también las piezas de Avila, Calzada de Oropesa (Toledo), Talavera de la Reina (Toledo), y las trasmontanas de Cabanas de Baixo, Coelhoso y Fornos
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(50d): El culto de Ataecina en Hispania se extendió por las regiones orientales de la provincia de Lusitania, bien implantada entre el Tajo medio y el Guadiana con un total de treinta y cinco inscripciones (Abascal 1995: 34ss., 89-91, fig. 55), varias de ellas en territorio vettón: Talavera de la Reina/Caesarobriga y Caleruela en Toledo, El Gordo, Herguijuela, Santa Ana y Salvatierra de Santiago en Cáceres. La internretatio de que parece ser objeto esta diosa con la clásica Proserpina, de connotaciones infernales, sugiere que tendría un carácter similar (Blázquez 1991: 61), pero la evidencia epigráfica demuestra que ambos cultos tenían áreas específicas de desarrollo, por lo que el dato no debe ser del todo generalizable (Abascal 1995: 97).
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(50e): los limites vettones, lo primero que esto nos plantea es la incorporación de otros importantes núcleos urbanos en la región. Es el caso de Bletisama (Ledesma), Mirobriga (Ciudad Rodrigo), Turgalium (Trujillo), Alea (Alia, al este de Guadalupe), Caesarobriga (Talavera de la Reina), Urunia-Irueña en Fuenteguinaldo y tal vez Caurium (Coria), citando sólo aquellos cuyos nombres antiguos nos son conocidos por otras fuentes y es posible identificar (Roldán Hervás 1968-69: 106; Tovar 1976: 247- 248; Salinas 1982a: 38-39; González-Conde 1986).
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Existe cierto consenso en aceptar la extensión de los vettones prácticamente hasta la margen derecha del Guadiana. Sin embargo la cuestión entra en conflicto con la escasa distribución de verracos en la zona y la ausencia de otros elementos arqueológicos que a duras penas trasgreden el sur del Tajo, problema que consideraré a continuación. Por el contrario una explicación paralela vale según creo para la frontera oriental, que iría desde la sierra de Altamira y los Montes de Toledo a buscar la linea del Tajo, en un punto cercano al este de Caesarobriga (Talavera de la Reina), para seguir en dirección Norte entre las sierras de Gredos y Guadarrama, remontando el río Alberche, y dibujar así una línea sensiblemente igual al límite actual de las provincias de Avila y Madrid.
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(50f): Listado de verracos hallados en Talavera de la Reina (numeración de las piezas):
278. TALAVERA
Procedencia: Toro (47 x 75 x 43 cm.). Tipo indeterminado.
Descripción: Granito. La pieza está muy desbastada y sólo queda visible el tercio anterior. Le falta la cabeza y las extremidades anteriores están partidas a la altura de las rodillas. POSIBLEMENTE SEA LA QUE SE GUARDA EN TALAVERA LA NUEVA, EN UN EDIFICIO DEL AYUNTAMIENTO.
Bibliografía: Fernández Guerra 1862: 48; Paredes Guillén 1902: 356; López Monteagudo 1989: 104, n0 205, 1Am.
279. TALAVERA
Procedencia:Hallada en las inmediaciones de una gravera municipal de Talavera la Nueva. Se conserva en el Museo de Santa Cruz de Toledo.
Descripción: Cerdo (170 x 112 x 65 cm.). Tipo 1. Granito. La pieza está prácticamente completa. Presenta muy
alteradas la cabeza y la cara posterior, Consta de peana original, aunque las extremidades están rotas, las delanteras por debajo de las rodillas y las traseras a la altura de los corvejones.
Bibliografía: Alvarez-Sanchís 1993b: 160, fig. 2,1, 1Am. 2A.
280 TALAVERA DE LA REINA
Procedencia: Desconocida. Se conserva empotrada en la muralla, en la fachada norte de la Torre del Polvorín.
Descripción: Toro (47 x 75 x 43 cm.). Tipo indeterminado. Granito. La pieza está muy desbastada y sólo queda visible el tercio anterior. Le falta la cabeza y las extremidades anteriores están partidas a la altura de las rodillas.
Bibliografía: Fernández Guerra 1862: 48; Paredes Guillén 1902: 356; López Monteagudo 1989: 104.
281 TALAVERA DE LA REINA
Procedencia: Hallada en las inmediaciones de una gravera municipal de Talavera la Nueva. Se conserva en el Museo de Santa Cruz de Toledo.
Descripción: Cerdo (170 x 112 x 65 cm.). Tipo 1. Granito. La pieza está prácticamente completa. Presenta muy alteradas la cabeza y la cara posterior, Consta de peana original, aunque las extremidades están rotas,
las delanteras por debajo de las rodillas y las traseras a la altura de los corvejones.
Bibliografía: Alvarez-Sanchís 1993b: 160, fig. 2,1, 1Am. 2A.
282. TALAVERA DE LA REINA
Procedencia: Dehesa La Alcoba, Casar de Talavera. Apareció junto al camino de Talavera a Pinar de la Alcoba e inmediata a una cruz de piedra que allí había. Desaparecida (79).
Descripción: Cerdo (147 x 52 x - ctm.). Tipo indeterminado. Granito. Tenía rotos el hocico y las extremidades.
Bibliografía: López de Ayala-Alvarez de Toledo 1959: 43-44, n0 72; López Monteagudo 1989: 102, n0 197.
Pags. 557 y 558 del libro de Álvarez- Sanchís
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(50g): Con duplicidad de número, se catalogan estos otros tres
280. TALAVERA DE LA REINA
Procedencia: Hallada junto con la anterior en las inmediaciones de una gravare municipal de Talavera la Nueva. Se
desconoce su paradero actual.
Descripción: Cerdo (7). Tipo indeterminado. Granito.
Bibliografía: Alvarez-Sanchís 1 993b: 160.
281 . TALAVERA DE LA REINA
Procedencia: Dehesa La Alcoba. Fue hallada en la gravera municipal o en sus alrededores, cerca de donde proceden los dos ejemplares anteriores. Se conserva junto a la fachada de la puerta principal del caserío, en la pila
del abrevadero.
Descripción: Cerdo (150 x SS x 43 cm.). Tipo 3. Granito. Tiene roto el hocico y las extremidades, las traseras desde su arranque y las delanteras a la altura de las rodillas. Por las dimensiones y las características de la pieza pudiera tratarse del ejemplar citado por López de Ayala-Alvarez de Toledo (1959: 43-44) que López Monteagudo (1989:102, n0 197) da por desaparecido. Véase la pieza siguiente del catálogo.
Bibliografía: Alvarez-Sanchís 1993b: 160, fíg. 2,2, 1Am. 2B.
282. TALAVERA DE LA REINA
Procedencia: Dehesa La Alcoba, Casar de Talavera. Apareció junto al camino de Talavera a Pinar de la Alcoba e inmediata a una cruz de piedra que allí había. Desaparecida (79).
Descripción: Cerdo (147 x 52 x - ctm.). Tipo indeterminado. Granito. Tenía rotos el hocico y las extremidades.
Bibliografía: López de Ayala-Alvarez de Toledo 1959: 43-44, n0 72; López Monteagudo 1989: 102, n0 197.
Pags. 557 y 558 del libro de Álvarez- Sanchís
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(51): Idem (43) LA PENINSULA IBERICA EN LA GEOGRAFÍA DE CLAUDIO PTOLOMEO Problemas y perspectivas // JUAN L. GARCIA ALONSO /// VITORIA 2003
“Δεοβρίγα X. Δρίβριγα L.
TESTIMONIA. Solo Ptolomeo. IDENTIFICACION. Desconocida, aunque las coordenadas de Ptolomeo la sitúan no lejos de la frontera de Lusitania en el Tajo. La TIR (K-30, 110) no ofrece ninguna sugerencia.
ETIMOLOGIA. Es, sin duda, el nombre mas claramente céltico de entre los topónimos de los vettones. Formado con “briga” y “deiuos”, significaría algo así como “altozano de los dioses”. Relacionado con este nombre esta el Deobrigula autrigon y el Deobriga turmogo (como veremos en 2. III. 26 y 25). En ese sentido la posibilidad de la que me hablo el Prof. Almagro durante el VIII Coloquio de identificar este lugar, de ubicacion desconocida, con el castro de Ulaca, un lugar de culto en un alto, me parece muy sugerente, aunque, claro, el carácter cultual de las alturas no es un hecho aislado.”
Pags 124 y 125
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(52): Idem anterior, (43)
Λάμα
TESTIMONIA E IDENTIFICACION. Para Menendez Pidal74 es Baños de Montemayor (Caceres), donde han aparecido inscripciones con este nombre. En la TIR (K-29, 63) se apunta la posibilidad de que sea la misma Plasencia.
ETIMOLOGIA. Este nombre parece haber sido muy popular en una amplia zona de la Hispania antigua, especialmente en el O y NO. Para Menendez Pidal tiene un origen ilirio, lo que para el y su época quiere decir lo que nosotros llamamos indoeuropeo precéltico. Hay cientos de nombres basados en esto por todo el norte y noroeste de Espana, asi como en todo Portugal. En el norte de España hoy lama significa “pradera en tierra húmeda”. En la antigua Lusitania había un lugar llamado Lamaecum, hoy Lamego. En la inscripcion de Lamasde Moledo encontramos la palabra lamaticom usada en lusitano.
El que aparezca la palabra en inscripciones lusitanas puede inducirnos a creer que se trata de una palabra lusitana. Siguiendo por este camino, podríamos pensar que el área de difusión de topónimos Lama en la Peninsula podria corresponder con la máxima dispersión de hablantes de lusitano (lo que incluiría claramente la zona galaica y todo el N y NO). Pero no necesariamente. No sabemos si la palabra era originaria o exclusivamente lusitana. Que hablantes de hoy del N de España la utilicen todavía, incluso como apelativo, sin ser lusitano-parlantes, es una prueba de que es posible que los lusitanos la hubieran tomado de poblaciones vecinas o previas. Puede ser significativo que, a primera vista, su fonética recuerde una de las características mas claras del ant. europeo: la abundancia de la vocal “a”.
pags 125 y 126
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(53): Idem anterior, (43)
Κοτταιόβριγα Κοτταϊόβριγα Z. Κοτταγοβρίγα X.
TESTIMONIA. Solo Ptolomeo.
IDENTIFICACION. Pudo estar cerca de Almeida, junto al Coa, que acabamos de mencionar, en Portugal, cerca del limite con la provincia de Salamanca. La TIR (K-30, 107) no da fe a ninguna sugerencia de localización.
ETIMOLOGIA. Tiene un aspecto celtico particularmente claro entre los nombres vettones. Aunque debemos manejar esto con cuidado5, la clara celtidad del elemento -briga- parece que puede llevarnos a considerar céltico el nombre.
Por lo que se refiere al primer elemento, es considerado céltico por Rivet- Smith7: *kotto- significa ≪viejo≫8. Seria equivalente al gr. Παλαία πόλις. Evans da la misma etimología, y recoge una buena serie de nombres con esta
raíz. Cita entre ellos Κοτταιόβριγα.
Pag 119
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HASTA AQUÍ CITAS DEL CAPÍTULO VIII
EBURA, ELBORA, LEBURA Y LIBORA; EL CAMINO DE TOLEDO A TITULCIA (Enigmas del río Guadarrama, capítulo VIII). Para llegar al texto, pulsar: https://artesimbologiayhumanismo.blogspot.com/2024/11/ebora-elbora-lebora-y-libora-el-camino.html
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