sábado, 15 de junio de 2024

CITAS DE ENIGMAS DEL RÍO GUADARRAMA (parte IV, V y VI)

Estas son las citas de los capítulos IV, V y ss.

PARA LLEGAR AL CAPÍTULO IV, PULSAR EL SIGUIENTE ENLACE: https://artesimbologiayhumanismo.blogspot.com/2024/06/el-misterio-de-augustobriga-del.html

Además:

Para leer las tres primera partes de ENIGMAS DEL RÍO GUADARRAMA consultar el índice:

Existe un índice general con los artículos que contiene este blog, al que se llegará pulsando

el siguiente enlace:

https://artesimbologiayhumanismo.blogspot.com/2023/07/indice-de-articulos.html


Se recomienda abrir la página del capítulo y esta de las "citas" a la vez, con el fin de consultarlas fácilmente; pudiendo leer sin problemas las referencias y el artículo.


CITAS LA CUARTA PARTE: EL MISTERIO DE AUGUSTÓBRIGA, DEL GUADARRAMA AL GUADALUPE (Enigmas del río Guadarrama, parte IV).


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CITAS:

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(1): A continuación vamos a recoger las hipótesis de caminos y sus distancias reales a día de hoy (siguiendo las rutas antiguas):

a) Desde Mérida, suponiendo Augustóbriga en Guadalupe:

Mérida a Guadalupe 130 kmts.

Guadalupe a Navalmoralejo 65 kmts.

Vascos a Toledo 100 ktms.

TOTAL = 295 kmts

b) Desde Mérida, suponiendo Augustóbriga en Vascos de la Jara (Navalmoralejo)

Mérida a Logrosán 96 kmts.

Logrosán a Vascos Navalmoralejo 90 kmts.

Vascos de la Jara a Toledo 100 kmts.

TOTAL = 286 kmts.

c) Desde Mérida a Toledo, pasando por Logrosán, suponiendo Augustobriga en Talavera la Vieja.

Toledo a Talavera de la reina 80 kmts.

Talavera de la Reina, a Bohonal de Ibor (Talaverilla) 72 kmts.

Bohonal de Ibor a Logrosán 80 kmts

Logrosán a Mérida 99 kmts

TOTAL = 331 Kmts

d) Desde Mérida a Toledo, pasando por Trujillo, suponiendo Augustobriga en Talavera la Vieja.

Toledo a Talavera de la reina 80 kmts.

Talavera de la Reina, a Bohonal de Ibor (Talaverilla) 72 kmts.

Bohonal de Ibor a Logrosán 80 kmtsLogrosán Trujillo 48

Trujillo Mérida 88

TOTAL = 368 kmts

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(2): José Miguel Lorenzo Arribas

(2a): Una singladura imposible (I)

Por José Miguel Lorenzo Arribas

https://cvc.cervantes.es/el_rinconete/anteriores/junio_07/25062007_01.htm

SIC

La particular orografía de la Península Ibérica ha condicionado desde siempre las comunicaciones de sus habitantes. Por ello, la existencia de grandes cursos fluviales ibéricos que unían diferentes y distantes unidades geográficas alimentó los proyectos de hacerlos navegables para ahorrar tiempo, dinero y riesgos.

Las ventajas de hacer navegable el Tajo eran considerables. Una vez realizada la infraestructura necesaria, sin duda la parte más costosa del proyecto, el transporte de carga salía considerablemente más barato y rápido, así como el transporte de viajeros a media y larga distancia, evitando las incomodidades de los medios tradicionales. Todavía en 1831, Mesonero Romanos informa que la diligencia que cubría el trayecto Aranjuez-Madrid tardaba de 4 a 5 horas en hacer ese recorrido, unos 50 kilómetros.

Aunque había precedentes de intentos fallidos de construir acequias para facilitar el transporte de mercancías a Toledo desde Aranjuez, el proyecto más ambicioso de este siglo será el de Juan Baustista Antonelli, ingeniero de Felipe II.

Antonelli, en la década de los ochenta navegará desde el Océano a Aranjuez, remontando luego por el Jarama y Manzanares hasta más allá del puente de Segovia (al pie del Alcázar, actual Palacio Real), hasta llegar a un sitio llamado «molino quemado», donde dio fin a esta hazaña. En alguno de los últimos tramos el propio rey navegó, despachando desde la propia embarcación.

En definitiva, fue una singladura prodigiosa de reconocimiento sobre una pequeña barca; una empresa que contó con el apoyo de personalidades tan ilustres, además de la regia, como la del arquitecto Juan de Herrera, el ingeniero Juanelo Turriano o el historiador Ambrosio de Morales. Esta tentativa será el referente de la posibilidad de esta aspiración durante los tres siglos venideros, fracasada una y otra vez, hasta que en 1829 otro ingeniero, Marco Artu, repita gesta, en un barco significativamente llamado Antonelli. Pero ésta, ya es otra historia.

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(2b): Una singladura imposible (II)

Por José Miguel Lorenzo Arribas

https://cvc.cervantes.es/el_rinconete/anteriores/junio_07/29062007_02.htm

SIC
los intentos de hacer navegable el río que unía el entorno de la Corte con el Atlántico continuaron. Felipe III y su valido, el Conde Duque de Olivares, se plantean la navegación hasta la Real Casa de Campo madrileña, pero no se consigue hacerla efectiva más allá del este de Alcántara. El sucesor, Felipe IV, retomará la idea mediante los técnicos italianos Carducci y Martelli, que trabajaron animados nuevamente por el poderoso Conde Duque. En este proyecto (1641) los problemas para hacer el camino de sirga desde el lugar de Silos hasta la desembocadura del Tiétar en el Tajo (unas 17 leguas con «peñas muy altas por ambas orillas») justificó planear una «cortadura» o canal de legua y media, para derivar por aquí la navegación hasta dicha desembocadura.

Hasta la invención y aplicación de la máquina de vapor con vistas a este fin (en España el primer viaje a vapor será en 1817, a bordo del barco Real Fernando, cubriendo la línea Sevilla-Cádiz, aprovechando la extraordinaria y caudalosa desembocadura del Guadalquivir), la única solución existente era la sirga. Este procedimiento rudimentario conseguía remontar la embarcación merced a la fuerza de caballerías (o, en ocasiones, hombres) que tiraban desde la orilla de sogas atadas a la embarcación. Para ello, bastaba conque una de las dos orillas del río fuera practicable. El principal inconveniente de este método era la extraordinaria inversión que conllevaba realizar un camino de sirga, llegando a importar, a veces, la mitad del presupuesto del proyecto de navegabilidad.

Un siglo después, en 1755, serán los ingenieros José Briz y Pedro Simó y Gil los encargados de reconocer el cauce del río para informar sobre su viabilidad, llegando a formarse la primera Compañía de Navegación de los ríos Tajo, Guadiela, Manzanares y Jarama, un año después, con cuarenta y dos accionistas. A Carlos IV y su técnico Juan de Villanueva, nombrado en 1786 arquitecto y fontanero mayor de la Villa de Madrid, le corresponderá otra intentona, culminada con la calamitosa demostración de 1795

Poco después de esta tentativa frustrada, los «cuatro grandes de España» (el marqués de Astorga y los duques de Medinaceli, Infantado y Osuna) presentaron a Carlos IV en 1797 un ambiciosísimo proyecto, tan ilustrado como utópico: la creación de un gran sistema de canales que sirviera tanto para el riego como para favorecer la navegación interior. Para ello había que finalizar los canales de Castilla, Aragón, Guadarrama y Aranjuez..., un total de 300 leguas de canales

Hasta agosto de 1828 no se aprueban los planos del arquitecto Agustín Marco Artu, que contaba ya con la aplicación de la tecnología del motor de vapor en las embarcaciones para ayudar en las tareas de sirga. El viaje, que levantó gran expectación en los pueblos ribereños, tardó en su ida cuarenta días, de los que veintiséis fueron navegados. Calculó el arquitecto, después de las travesías, que se podría tardar solamente 3 ó 3 ½ días en el trayecto Aranjuez-Lisboa, y 6 ½ ó 7 en el de vuelta. En esa fecha se establece por medio de una Real Orden la Compañía para la Navegación del Tajo. ¿Triunfaría esta vez?

Ya no eran tiempos de navegabilidad porque había hecho su irrupción el ferrocarril, la nueva revolución en los transportes. En el caso de Aranjuez, cuya línea electrificada se inaugura en 1851, la tardanza será de hora y media para hacer los 49 kilómetros de distancia
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(3): Miguel Méndez-Cabeza

(3a): EL PRIMER PROYECTO DE NAVEGACIÓN DEL TAJO A SU PASO POR TALAVERA

Blog de Miguel Méndez-Cabeza

https://lamejortierradecastilla.com/117-2/

SIC:

En el siglo XVI hay un hecho que debemos reseñar en primer lugar en la historia de nuestro río (...)

Y es el primer plan de navegación del mismo. Se debe al ingeniero Juan Bautista Antonelli, italiano para unos y rumano para otros, la propuesta y elaboración del primer proyecto de navegación del Tajo. Había trabajado anteriormente para Felipe II en diversas obras de fortificación y pensando tanto en el provecho que podría suponer para la corona la comunicación fluvial entre Madrid y Lisboa -las dos principales capitales de su imperio por la unión de los dos reinos por herencia- como en el interés estratégico de la navegación para el transporte de tropas ante los previsibles levantamientos de los portugueses, el rey Prudente apoyó con entusiasmo este primer intento de hacer navegable el río con mayor longitud de la península ibérica.

La empresa se desarrolló durante los años 1581 a 1588 y no ha quedado documentación alguna de los planos y proyectos propiamente dichos, aunque sí sabemos que su financiación siempre se vio aquejada de cierta precariedad económica. En el repartimiento destinado a obtener fondos entre las ciudades ribereñas correspondió a Talavera la cantidad de 170.000 maravedíes mientras que Toledo debía pagar 1.300.000. Los gastos para hacer navegable el tramo comprendido entre Talavera la Vieja y Toledo supusieron un total de 433.000 reales y se llevaron a cabo entre los años 1586 y 1588.

Entre las obras acometidas se sabe que se pagaron por rotura y acondicionamiento de las presas de Cabañuelas y El Tejar, cerca de Talavera, 1.156 y 13.305 reales respectivamente. Conocemos también que en Talavera se realizaron embarques por lo que es posible deducir la existencia de algún muelle aunque fuera sencillo en su construcción. Una estructura de obra hoy cubierta por el terraplén de la orilla, aguas abajo del puente viejo, pudo haber correspondido a ese embarcadero pero también pudo haber sido parte de los edificios de los molinos que se situaban aprovechando el primer ojo del puente.

En carta a Felipe II describía así Antonelli su paso por nuestra comarca:

Seguí mi camino y, pasado dos leguas encima de la dicha Puente ( del Arzobispo), hallé mejor tabla de río, y mejores orillas y mejor navegación hasta Talavera y Toledo; tanto que si no fuera los sotos que embarazaban la girga con estas crecientes que cubrían las presas, era tan buena la navegación como la del Po; y por la benignidad del cielo y fertilidad de la tierra, paréceme que se puede hacer otra Lombardía, aderezándose la navegación para de invierno y verano, como se puede con cuya comodidad y despacho, convidará a plantar viñas, olivares y frutales, y se llevarán aquí, a Madrid, y a una parte y a otra, harto barato, y será de mucho provecho y comodidad, Talavera y todos los pueblos comarcanos a Tajo…”

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(3b) : EL TAJO DEL SIGLO DE ORO Blog de Miguel Méndez-Cabeza

https://lamejortierradecastilla.com/el-tajo-del-siglo-de-oro/

SIC

En esta centuria se acomete un nuevo plan de navegación del Tajo que nos ofrece numerosos datos sobre el río en su recorrido por nuestra comarca. Se trata del Proyecto de Carducci y Martelli y es, después del de Antonelli, el siguiente intento de hacer navegable nuestro río. Se acomete durante el reinado de Felipe IV que, a propuesta de don Luis Bravo de Acuña, solicita a su tía doña Isabel que envíe desde Flandes dos ingenieros para que estudien la viabilidad del proyecto. Los ingenieros Luis Carducci y Julio Martelli inician el reconocimiento del curso fluvial en compañía del licenciado Eugenio Salcedo el 24 de Febrero de 1641. Durante el recorrido se levantan los primeros planos de uno de los proyectos de navegación del Tajo que conocemos. En el Archivo Municipal de Toledo se conserva uno de esos planos dibujado a color y en perspectiva caballera. La planta de estos mismos planos ha llegado hasta nosotros en copia datada en 1859 y trasladada del original que se había hallado en el archivo del Conde de Cifuentes y que se acompaña de los planos de otros dos proyectos.

La separación definitiva de Portugal de la corona española restó interés al proyecto que perdía así su aspecto estratégico.

En el reconocimiento desde Toledo hasta Alcántara se tardaron dieciocho días de los que cuatro se emplearon en desencallar un barco y en varias paradas de mantenimiento. Hallaron ochenta y seis presas de las que cuarenta y ocho servían a molinos, aceñas y canales mientras que otras treinta y ocho estaban perdidas. Cuarenta y dos canales y chorreras dificultaban también el paso.

En los mapas de este plan de navegación se expresan las distancias aproximadas entre los obstáculos en leguas con tres decimales. Si la presa sirve figura como “Corriente” y si se halla en desuso o derruida se señala con la frase “ No corre”.

Según Ildefonso Fernández se hicieron nuevas tentativas durante el reinado de Carlos II e incluso se proyectó llevar la navegación con canales desde Aranjuez hasta Madrid y Alcalá de Henares.

Consideraremos como inicio del recorrido por la comarca de Talavera el pueblo de Malpica cabeza del señorío de Valdepusa que hasta el siglo XIV formó parte de las Tierras de Talavera.

En el proyecto de Carduchi aparecen los molinos de Corralejo pero “no sirven” en ese tiempo, la crisis del XVII también se dejó notar en la molinería y son varias las paradas del Tajo que dejaron de funcionar durante ese siglo. Los molinos de Corralejo tienen la peculiaridad de servirse de un brazo del río para mover sus ruedas (fig. 4). Chorreras y presas arruinadas dan paso a los corrientes molinos de Azután propiedad de las monjas de San Clemente de Toledo señoras del pueblo. En el proyecto del Archivo Municipal de Toledo se dibuja todavía en pie la torre musulmana “del Sultán” que dio origen al nombre de Azután (fig. 2).

El puente construido por el arzobispo Tenorio se puede ver aún con sus dos torres y a continuación los molinos fundados también por él para la financiación del Hospital que daba en la Villafranca servicio a los peregrinos que se dirigían a Guadalupe. La presa de Calatravilla se encuentra frente a la ciudad de Castros y por delante de los tajamares de su puente que no dibuja Carducci. Sirvió este azud a los molinos que llevan su mismo nombre y que pertenecieron a esa orden. Hoy pueden verse los restos de su edificio típico de aceña de rueda vertical con una pasarela de acceso de mampostería.

Las siguientes aceñas son las del Conde de Oropesa, cuyo edificio permanece hoy en pie con el blasón de la casa de los Álvarez de Toledo junto a las compuertas. Otros molinos también propiedad del Conde de Oropesa, o molinos del Barbo se corresponden con los actuales molinos de Los Rebollos. El molino de Meneses se identifica como la construcción que actualmente se denomina molino de los Capitanes y que se encuentra en término de Valdeverdeja.

El siguiente artificio es el de los Sacristanes que figura en el plano como “de Ramos” y que tiene parada en ambas orillas. Sobre la de la derecha se sitúan hoy los restos de la pequeña central eléctrica que daba energía a Valdeverdeja y Valdelacasa y que permanece gran parte del año anegada por las aguas del embalse de Valdecañas.

Cerca de la chorrera de Pizarroso desemboca el río del mismo nombre que no se dibuja en el plano y a continuación, junto al castillo, están los molinos de Espejel que pertenecieron al monasterio de Guadalupe. Cerca de la finca de Bercenuño molía el molino del Barquillo, último artificio antes de llegar a los pilares del Puente del Conde, situado bajo el castillo de Alija que tampoco dibuja (fig. 8 ).

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(4): Jesús López Requena

(4a) : EL PROYECTO DE NAVEGACIÓN DEL TAJO DE CARLOS DE SIMÓN PONTERO (1753-1757)

JESÚS LÓPEZ REQUENA

COLECCIÓN JUANELO TURRIANO DE HISTORIA DE LA INGENIERÍA MADRID 2020

SIC
Los ingenieros José Briz y Pedro Simó realizaron numerosos mapas y planos para el proyecto de navegación de los ríos Tajo, Guadiela, Jarama y Manzanares ideado por Carlos de Simón Pontero en 1755. Este artículo analiza esta producción cartográfica, que se creía perdida. Además, presenta y estudia dos mapas: uno original de Briz y Simó,

del Tajo y Guadiela, y una primera copia de todo el proyecto realizada hacia 1769.”

Contiene el libro

III. UN MAPA ORIGINAL DE BRIZ Y SIMÓ: LA COROGRAFÍA DE LOS RÍOS TAJO Y GUADIELA DESDE SU NACIMIENTO HASTA TALAVERA

1. E l mapa Ar.E-T.10-C.única-4 del Archivo Cartográfico y de Estudios Geográficos del Centro Geográfico del Ejército

Así como otras imágenes

Curso Ydrographico y Corográphico de los ríos Tajo y Guadiela […] D.n Joseph Briz y D.n Pedro Simó y Gil. Año de 1755. Secciones i a v. España. Ministerio de Defensa. Archivo Cartográfico y de Estudios Geográficos del Centro Geográfico del Ejército

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(4b): Jesús López Requena “El proyecto de navegación del Tajo de Carlos Simón Pontero (1753-1757)” (Madrid, Fundación Juanelo Turriano, 1990). Figura 85. Primer fragmento del mapa, el más occidental, entre Talavera de la Reina y Fuensalida (archivo Cartográfico y de Estudios Geográficos del Centro Geográfico del Ejército, Ar.E-T.10-C.única-4) . Pag 314.

SIC

CAPÍTULO XI

EL FIN DE LA COMPAÑÍA DE NAVEGACIÓN DEL TAJO. LA MUERTE DEL PROMOTOR, LA MUERTE DE LA EMPRESA

Poco importaba ya la publicación de la Contrata. Era una victoria pírrica, como la definen bien Arroyo y Camarero. Estos autores explican muy gráficamente el círculo vicioso en que se había encerrado la Compañía: para lograr los favores reales debía asegurar solvencia y esta dependía de que se garantizasen esos favores. Si a eso le unimos la oscuridad con que Simón Pontero maneja sus inversores, los cambios en las cifras y la continua tergiversación de datos, se entiende perfectamente que la Junta desconfiara y que el promotor –y su Compañía– acabaran perdiendo todo el crédito moral y económico. Pero a todos estos inconvenientes se les unirá uno mucho más grave: la muerte.

La Compañía de Navegación del Tajo era una empresa personal. Su promotor había realizado todos los esfuerzos posibles, físicos, administrativos y económicos para que saliera adelante. Soportó con una asombrosa capacidad de trabajo los innumerables avatares del proyecto durante tres años y medio, especialmente los dos últimos. Ya vimos en el capítulo anterior cómo se quejaba, ya por mayo, de su soledad en todos estos trabajos y cómo se resentía su salud. Y

esta acabará por abandonarlo. Pag 291

LA COMPAÑÍA DE PONTERO DESPUÉS DE PONTERO

Efectivamente, con la muerte de Don Carlos, la Compañía de Navegación del Tajo se quedó en nonata. Sin embargo, su influjo, directo o indirecto, perduró a lo largo de todo el siglo XVIII. No se puede decir que, jurídicamente, esta Compañía se transformara en otras, desde luego: quedó extinta, no vacante de dirección. Aun más, no llegó a nacer del todo puesto que, para su establecimiento formal, se precisaba la seguridad de un capital inicial que nunca se consiguió.

Pero sí podemos afirmar que lo que pasó con ella sirvió para el establecimiento de otras. Cachau afirma que España era muy poco exigente con las nuevas Compañías, al contrario que Francia, donde la competencia por la concesión de canales era muy reñida. Las concesionesç otorgadas a la de Pontero resultaron, al final, bastante beneficiosas, a pesar de todas las enmiendas hechas a las pretensiones del promotor. Quizás por eso, el arquitecto francés Jacques Hardouin-Mansart de Sagonne, nieto del famoso Jules Hardouin-Mansart, llegó en el verano de 1768 a España con numerosos proyectos, favorecidos por el tratado de comercio de 2 de enero de 1768.

pag 292

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(5): Navegación fluvial e ingeniería militar en España, siglos XVI-XVII. De Pérez de Oliva y Antonelli, a Leonardo Torriani y Luis Carduchi

Por: Diego SUÁREZ QUEVEDO

Anales de Historia del Arte ISSN: 0214-6452 2007, 17, 117-153

SIC

Verdaderamente sería ingeniería sobre papel, pues en la práctica sólo se materializó lo mínimo, no obstante lo cual se trata de documentos fundamentales de la cultura artística española bajo la Casa de Austria, que ponen de manifiesto la importantísima labor de los ingenieros a su servicio, todo partiendo del excepcional discurso de Pérez de Oliva en las coordenadas de un hondo humanismo civil. Como contrapunto, la cruda realidad del arte de la guerra

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Fernán Pérez de Oliva (c. 1494-1531) y su Razonamiento sobre la navegación

del río Guadalquivir

pag 118

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Giovanni Battista Antonelli (c.1527-1588) y la navegación de los ríos de la penísula Ibérica.

Giovanni Battista Antonelli, figura imprescindible en relación con la pléyade de ingenieros italianos al servicio de la monarquía hispánica, ya muy probablemente en el ámbito del Emperador antes de trasladarse a España, c.1559, donde desarrolló una importantísima labor, obviamente para Felipe II, fue, o pasa por haber sido, un auténtico capostite de una familia oriunda de Gatteo (provincia de Forlì-Cesena en Romagna), aludiéndose a tres generaciones de ingegneri-architetti, con toda la contundencia del término así expresado, que era cómo entonces se entendía y cómo se ejercía, tal como hemos señalado; tres “generaciones de Antonellis”, pues, laborando para el rey católico y su imperio, durante la segunda mitad del siglo XVI y primera del XVII, con abundante documentación y obras conservadas de esta dinastía fundamentalmente dedicada a las ingenierías hidráulica y militar22

pag 125

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De vuelta ante el Rey en Tomar, Antonelli le expone su exhaustivo y pormenorizado informe que, se dice incluso, está resumido por excusar prolijidad que, a su vez, lleva data de Tomar a 20 de mayo de 1581. Incluidos designio y pinturas, como se dice y que debieron añadirse al original, o sea las trazas del tramo en cuestión Abrantes-Alcántara, algunas de las cuales eran, pues, diseños a color, fue todo visto y estudiado por Felipe II, comprendiendo su utilidad y alcance y, tal como Antonelli prescribía, que era posible y factible dicha navegación; y es entonces cuándo el ingeniero italiano anuncia su planteamiento global de navegación de ríos de la península Ibérica, que sería aún de más provecho y de mayor gloria y grandeza para la monarquía hispánica, y que excederá a las otras que han hecho todos los antiguos Príncipes y Monarcas

pag 128

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Sobre Leonardo Torriani (1559-1628)

Leonardo Torriani, ingeniero militar cremonés al servicio de la monarquía española, parece encarnar y asumir de modo preciso y completo esa idea de edificar, según la concepción albertiana de amplio espectro que reclama la cita anterior; de forma cada vez más nítida, como ya hemos indicado36, se nos perfila como un profesional perfectamente congruente con su tiempo y entorno, tanto en lo que se refiere a la no delimitación precisa de los dos polos del binomio ingeniero-arquitecto, según entonces se concebía, y a la formación interdisciplinar que Vitruvio37 demandaba para el último, como un hombre ávido de saber, interesado por todo y con un más que notorio bagaje cultural

pag 130

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La Chorographia del Tajo de Luis Carduchi (?; fines siglo XVI-1657).

Teniendo ahora como protagonista el río Tajo, de nuevo, y sus posibilidades de navegación de Toledo a Lisboa, proyecto que, en 1641 y aún el conde duque de Olivares en el poder, fue seguramente una cuestión no ajena al conflicto con Portugal, iniciado el año anterior, en función de traslados de tropas y material para las campañas bélicas, y en pro de la seguridad de la propia frontera. Factotum, en todos los sentidos, del proyecto fue Luis Carduchi, arquitecto militar e hidráulico, formado en la Academia real de ciencias de Madrid y al que su tío el pintor Vicente Carducho, en sus Diálogos de la pintura (1633), hace alumno de Julio César Firrufino, cuando éste enseñaba matemáticas y artillería en casa del marqués de Leganés.

Contaba como curriculum, al encarar la empresa, el haber publicado Modos de medir jurisdicciones y tierras (Madrid, 1634) y, sobre todo la traducción y comentarios de los Seis primeros libros de los elementos geométricos de Euclides (Alcalá de Henares, 1637).

pag 134

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(6): Luis Carduchi, de pintor a Catedrático de Matemáticas y Artillería

Margarita Ana Vázquez Manassero

Cuadernos de Historia Moderna ISSN: 0214-4018

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(7): Antonio López Gómez: La navegación por el Tajo. El reconocimiento de Carduchi y otros proyectos.

Real Academia de la Historia - 1998

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(8): APIANO DE ALEJANDRÍA LAS GUERRAS IBÉRICAS

LIBRO VI DE SU HISTORIA ROMANA, CON UN FRAGMENTO DEL LIBRO XIII

TRADUCCIÓN DE MIGUEL CORTÉS Y LÓPEZ ; VALENCIA, 1832

SIC:

63.Pero hago ánimo de recopilar esta guerra de Viriato tan ruinosa, y que tanto dió que hacer a las romanos; y al paso anadir lo que sucedio en otra parte de la Iberia al mismo tiempo. Vetilio llego hasta Tribola en persecucion de Viriato; pero este, en ademan de quien huia, dejó oculta una celada en cierto bosque, y cuando Vetilio lo hubo atravesado, revolvio contra él e hizo salir a los de la emboscada. Cogidos en medio los romanos, mata a unos, coge a otros prisioneros, y hace que se precipiten muchos. Vetilio fue cogido vivo; pero el que le apresó, al ver un viejo tan obeso, teniéndole por hombre despreciable, le quito la vida sin conocerle. De diez mil romanos que eran, apenas se salvaron seis mil en Carpesso, ciudad sobre la costa, que yo juzgo llamaron los griegos en otro tiempo Tartesso, y en donde reino Argantonio, de quien cuentan que llego a cientocincuenta años. Amedrentadas las tropas que se refugiaron en Carpesso, el cuestor de Vetilio las distribuyó sobre los muros, y envió contra Viriato cinco mil hombres aliados que había tomado de los belos y de los titos; pero este los mató todos sin dejar uno que llevase la noticia. Con esto el cuestor tuvo que estarse quieto dentro de la ciudad aguardando algun socorro de Roma.

64. Entre tanto Viriato, discurriendo por la Carpetania, region abundante, la talaba impunemente hasta que vino de Roma C. Plaucio con diez mil infantes y mil y trescientos caballos. Entonces el lusitano, volviendo a fingir que huía, y destacando Plaucio cuatro mil hombres en su alcance, revuelve contra ellos y los destroza, a excepcion de muy pocos. Después, pasado el Tajo, sentó su campo en un monte plantado de olivos, llamado el monte de Venus. Aqui le alcanzó Plaucio, y con el deseo de resarcir la perdida, vino con el a las manos; pero vencido, tuvo que refugiarse desordenadamente a las ciudades con perdida de mucha gente, y a la mitad del verano tomar cuarteles de invierno sin atreverse a salir a campana. De alli adelante, Viriato corrió por la provincia sin obstaculo, exigiendo de los hacendados un tributo por los frutos pendientes, y al que no se lo pagaba le destruía las mieses.

65. Informados de esto en Roma, enviaron a la Iberia a Fabio Maximo Emiliano (....) Entre tanto Viriato, atacando una partida que había salido a hacer leña, mató a muchos, amedrentó los restantes, y formados después en batalla por el segado, los volvió a vencer y les quitó un rico botín. Vuelto de Gades Maximo, Viriato formado en batalla le andaba provocando de continuo; pero este, como que estaba aun ejercitando sus tropas, rehusaba venir a una batalla campal, y se contentaba con frecuentes escaramuzas por partidas, procurando hacer experiencia de los enemigos e inspirar ardor en los suyos. Siempre que salía al forraje, cubría con gente armada y rodeaba con la caballería a los empleados en este ministerio; lección que había aprendido de su padre Paulo en la guerra de Macedonia. Pero despues que pasó el invierno y tuvo ejercitados sus soldados, hizo volver la espalda dos veces a Viriato, no obstante haberse defendido con valor: a dos ciudades de este, a una la saqueo y a otra la puso fuego; y al mismo Viriato, que se había refugiado a una fortaleza llamada Bacor, le persiguió y mató mucha gente, con lo cual se retiro a invernar a Cordoba.

66.Viriato, que ya no estaba tan satisfecho como antes con estos reveses, sedujo de la devoción romana a los arevacos, los titos y los belos, pueblos belicosisimos. Estos mantuvieron por sí mismos otra guerra larga y penosa contra los romanos, la cual fue llamada Numantina, del nombre de una de sus ciudades, y la que reunire bajo una cuerda después de la de Viriato. Entre tanto este, habiendo venido a las manos con otro general romano llamado Quincio en la Iberia ulterior, tuvo que retirarse vencido al monte de Venus, de donde volviendo a salir contra el enemigo, mató mil soldados a Quincio, le quito algunas banderas, y persiguió los demás hasta su campo. Después desalojó la guarnición que había en Itucca, y taló la region de los bastitanos. Entre tanto Quincio, lleno de miedo y poco experto en la milicia, sin acudir al socorro pasaba el invierno en Córdoba, adonde se había retirado desde la mitad del otono, contento con haber destacado allá en diligencia a C. Marcio, personaje español de la ciudad de Itálica. (....) Ya que le hubieron llegado las demas tropas, y venido de la Libia diez elefantes y trescientos caballos, poderoso con tan grande ejercito salió contra Viriato, y habiéndole derrotado le persiguió; pero como procediese con poco orden en el alcance, Viriato que lo observó volvió sobre sus pasos, le mató tres mil hombres, persiguió los demás hasta su campo, y forzó las puertas de este sin que apenas se le presentase un alma, teniéndo a todos escondidos el miedo dentro de sus tiendas, y no bastando el general y los tribunos a hacerlos salir. El valor de Tannio, suegro de Lelio, que en esta ocasión se señalo sobremanera, y la venida de la noche, salvaron a los romanos. Viriato sin dejar pasar ocasión ni de día ni de noche, molestaba de continuo a los romanos con su infantería ligera y velocísima caballería, hasta que por último hizo

retirar a Itucca a Serviliano.

68. Entonces Viriato, falto de víveres y disminuido su ejercito, puso fuego por la noche a su campamento y se retiro a la Lusitania. Serviliano, en vez de seguir el alcance, revolvio contra la Beturia, y saqueó cinco ciudades aliadas del lusitano. Despues llevó las armas contra los cuneos, de donde paso a la Lusitania contra el mismo Viriato. Durante esta marcha le salieron al encuentro dos capitanes de bandoleros, llamados Curio y Apuleyo, con diez mil hombres, y habiendo venido a una batalla en que murió Curio, pusieron en gran confusión a los romanos, y les quitaron el despojo; pero poco despues recobro su botín Serviliano, tomo a Escadia, Gemella y Obolcola, ciudades guarnecidas por Viriato, saqueó varios pueblos y perdonó a otros; y de diez mil prisioneros que hizo, a quinientos corto las cabezas y vendió a los demás. Con esto tomó cuarteles de invierno, siendo ya el segundo año que mandaba la guerra. Ejecutadas estas cosas marchó a Roma, sucediéndole en el mando Q. Pompeyo Aulo. Su hermano Maximo Emiliano cogió a cierto Connoba, capitán de bandoleros que vino a ponerse en sus manos, y perdonando a él solo, cortó las manos a cuantos militaban bajo sus banderas.

69. En otra ocasión Serviliano persiguió a Viriato, y puso sitio a una ciudad de este llamada Erisana; pero habiendo entrado en ella por la noche, Viriato hizo una salida al amanecer contra los trabajadores, en que no solo les obligó a huir arrojando los azadones, sino que rechazando igualmente al restante ejercito que tenia formado Serviliano, lo persiguió y forzo a refugiarse en ciertos precipicios, de donde era imposible escapar a los romanos. Aqui Viriato, lejos de ensoberbecerse con tan buena fortuna, le pareció podía terminar la guerra con ventaja, y hacer una especial gracia a los romanos; y así ajustó un tratado, que ratificado después por el procónsul romano, declaraba a Viriato por amigo, y concedía a los suyos las tierras que poseían. De este modo parecía haberse acabado y terminado amigablemente la guerra de Viriato, la mas ruinosa que habían tenido los romanos.

70. Pero duró muy poco la paz, porque habiendo venido a suceder en el mando Capión, hermano de Serviliano, que la había ajustado, escribió a Roma que se debían anular los tratados como indecorosos al pueblo romano. El senado por lo pronto le permitió incomodar por bajo de cuerda a Viriato como le pareciese; pero después, importunado con las continuas cartas que Capión enviaba, resolvió que anulase los tratados, y declarase abiertamente la guerra a Viriato.. Capión, apoyado cautamente con este decreto, tomo la ciudad de Arsa por haberla abandonado Viriato; y como tenía mayores fuerzas marchó en seguimiento del mismo Viriato, que iba huyendo y talando de paso la Carpetania. Aquí este, no teniendo por conveniente venir a las manos por ser pocos los suyos, hizo desfilar ocultamente la mayor parte del ejercito por cierto valle, y formó la restante sobre un collado, dando a entender que quería pelear; pero cuando le pareció que estarían en salvo los que iban delante, marchó a alcanzarlos con tanto desprecio y velocidad, que ni aún los que seguían el alcance supieron a donde se dirigía. Capión convirtió sus armas contra los vetones y gallegos, y taló sus campos.

71. A ejemplo de Viriato, otras muchas partidas de bandoleros destruían con correrías la Lusitania. Vino contra ellos Sex. Junio Bruto; (...)

73. Después marchó contra Talábriga, ciudad que le había auxiliado y desamparado varias veces. Los talabrigenses se le presentaron suplicando que los perdonase, y ofreciéndole que se rendirían a su arbitrio. El, primero les pidió los desertores y prisioneros romanos, todas las armas que tenían, y a más de esto rehenes: luego les mando desocupar la ciudad con sus hijos y mujeres. Ya que hubieron pasado por esta condición, rodeándolos con el ejercito, les hizo una arenga en que les recordó y echo en cara las veces que le habían abandonado y las que habían llevado contra el las armas; y cuando los tuvo amedrentados y persuadidos a que los iba a hacer mayor mal, remató con afearles el hecho. No obstante, les quitó cuantos caballos, viveres, dinero y demás aprestos públicos tenían; pero les permitió volver a habitar la ciudad contra lo que esperaban. Concluidas estas expediciones, Bruto marchó a Roma. He incluido estos alborotos en la historia de Viriato, porque en este mismo tiempo y a imitación suya, se comenzaron a suscitar movimientos por otros bandoleros.

74 Viriato envio a Audax, Ditalcon y Minuro, sus más fieles amigos, para tratar de concierto con Caepión pero estos, corrompidos por el romano con grandes dones y magníficas promesas, le prometieron quitarle la vida. En efecto, lo ejecutaron de este modo. Era Viriato de poquísimo dormir, a causa de los muchos cuidados y trabajos; descansaba frecuentemente armado para estar más pronto al primer aviso, y por lo mismo sus amigos tenían franca la entrada aun por la noche. Con esta costumbre, Audax y sus cómplices, como que ocurría una cosa grave, entraron en su tienda cuando estaba al primer sueño, y le atravesaron la garganta, la única parte del cuerpo que tenía desarmada. Luego sin que nadie lo sintiese, por estar la herida en tan buena parte, marcharon a Capión y le pidieron el premio. Este les concedió por el pronto la libre posesión de lo que antes tenían; pero por lo que hace a las promesas los remitió a Roma. Venido el día, los criados de Viriato y el demás ejercito, en el entender de que dormía su general, extrañaron una cosa tan poco acostumbrada, hasta que algunos supieron que yacia muerto con sus armas. Al instante todo fue lloros y lamentos en el campo, doliéndose todos de su muerte, temiendo cada uno por su salud, y representandoseles los peligros en que se hallaban con la falta de tan gran capitán; pero lo que más les afligía era no encontrar los agresores.

75. Entre tanto adornaron el cadáver magníficamente, y lo quemaron en una pira muy elevada, se degollaron en su honor muchas víctimas, y se celebraron sus exequias corriendo alrededor escuadras armadas de caballería e infantería, a la manera de los bárbaros. Nadie se separó del cadáver hasta que se extinguió el fuego. Concluido el entierro hubo combate de gladiadores sobre su sepultura: tanta fue la sensación que hizo la muerte de Viriato, hombre así como el mas apto para mandar entre los bárbaros, así también el primero en los peligros y el más exacto en la distribución de los despojos. Jamás consintió que le tocase mayor parte, bien que le instasen de continuo; y lo que le cabía lo distribuía entre los mas esforzados: de que provino que en ocho años que mandó las armas, jamás hubo sedición en su ejercito, bien que compuesto de diversas gentes, y siempre lo tuvo sumiso y pronto para los peligros; la mas dificil empresa para un general, y que no es fácil acaezca a otro alguno. Después de su muerte se eligio a Tántalo por general, y se emprendió una expedición contra Sagunto, ciudad que después de arruinada había reedificado Anibal, y llamada Cartago, del nombre de su patria. Rechazados de aquí los lusitanos, Capión los atacó cuando iban a pasar el Betis, y los puso en tal aprieto, que Tántalo tuvo que rendirse con todo el ejército, con la condición de que los tratase como a súbditos. En efecto, después de haberles quitado todas sus armas, les dió tierra suficiente para que no fuesen ladrones por necesidad. Tal fue el éxito de la guerra de Viriato”.

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(9): Viriato.—Lusitano, caudillo en las luchas contra los romanos. 147-139 antes de Cristo

Hans Georg Gundel - Traducción al español por José María Blázquez

Caesaraugusta, ISSN 0007-9502, Nº 31-32, 1968, págs. 175-198

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Pag 175 y ss. // PSNA 31 y ss.

SIC:

(9a): 1. — Nombre, fuentes y bibliografía. La grafía del nombre VIRIATO, con una sola «t», casi generalmente usada por la moderna investigación, puede apoyarse en antiguas inscripciones y en numerosos ejemplos en los manuscritos. Junto a ésta se encuentra también la grafía con —th—, la cual, según he podido comprobar, aparece por primera vez en escritura latina en el siglo III-IV después de Cristo en Liv. perioch. P. Oxy. 668 col. VII 172 (ed. Rossbach p. 140 u. Tafel), oponiéndose tan frecuentemente en los manuscritos que en la vieja investigación (hasta 1900 aproximadamente) se eligió principalmente esta grafía. Es natural suponer con Ad. Schulten (N. Jahrb. 1917, 215, 3) el modelo, para la grafía —th— en la escritura griega del nombre Ούιρίαθος, Ούρίατθος (tampoco el papiro de Livio significa un obstáculo serio). Mientras que para la forma latina existen sólo pocas variantes que se puedan considerar unívocamente como corrupciones (p. ej. Viriachus, Viriacus —Auct. de vir. ill. 71—, Viriatthus), para la forma griega se encuentran numerosas variantes, p. ej. Ούρίαδος (Cass. Dio frg. 78 =75 B.— véase las notas de U. Boissevain en frg. 73,1), Ούρίατθος (Appian. Iber. passim), Ούρίαθος; (Strab. III 4,5 p. 158. Charax Perg. frg. 36 FHG III p. 643), Ούρείε ος (Strab. VI 4,2 p. 287). Άρίατθος, Ύρίατθος (Diod. XXXIII 1; con variante Ύρίαθος), Βορίανθος (loann. Antioch. frg. 60 FHG IV L. Suda s. v. ; véase para esta grafía J. Schweighaeuser Opuse, acad. II —1806— 152 f.) ; véase en general Acm. Hübner, «Monumento lingual Ibericae» (Berlúe; 1893) 261. El nombre se deriva del ibérico «viria», pulsera (pl. «viriae» en Plin. n. h. XXXIII 39), una abreviatura del celta «viriola». de manera que Viriato corresponde al latín «Torquatus» : Holder Alt-celt. Sprachschatz III 378 s. viria. F. Marx a Lucil. 615. Ad. Schulten Numantia I (1914) 191. A. Walde-J. B. Hofmann Lat. Etym. WB3 II (1954) 799. Que el nombre es más céltico que ibérico, lo supone Ad. Schulten (N. lahrb. 1917, 215), pues se lo demuestran inscripciones (CIL III 15 192 a. V 3842.7222.XII 1514) también en las provincias del Danubio, la Galia Cisalpina y en la Provenza. En contraposición la derivación del nombre de «vires», ya en la edad antigua, que ha sido defendida por diferentes gramáticos, es pura ficción. (CGIL ed. Götz V 643. Non. Marcellus. 186 M.).

Un Viriato creado por el poeta sin duda en relación con el lusitano, aparece en Sil. Ital. III 354, X 219 como contemporáneo y aliado de Aníbal. Si en Lucil. 616 f. (55) se trata del nombre propio Viriato y del estratega (G. Cichorius Untersuch. zu Lucil. 1908, 120; para informaciones complementarias más amplias Ad. Schulten N. Jahrb. 1917, 234, 2) debe quedar indeciso, pues aquí también puede ser un adjetivo «viriatus», que debería estar unido al allí mencionado Aníbal (A. Walde - J. B. Hofmann Lut. Etym. WB3 II 800). Otros portadores del nombre no han tenido importancia histórica. La fuente principal para Viriato es la descripción en Appiano Iber. 60-75, que se remonta en lo esencial a la de Polibio, pero presenta en cuanto a ordenación y autenticidad numerosas cuestiones, cuya existencia sólo puede ser aludida aquí elementalmente ; véase Münzer R. E. VI. S. 1812. En la ediP. Viereck - A. G. Roos (Teubneriana 1939) el texto está dividido en los capítulos 60, 254-70, 300; 74, 311-75, 321 (puesto que esta edición me ha llegado justamente después de completar el manuscrito, se ha conservado en este artículo la numeración antigua, según la que se rigen hasta ahora los trabajos sobre Viriato). Junto a la de Appiano está la tradición en Diodoro XXXIII (1. 7. 19. 21a), que se basa en Poseidonio, que con seguridad ha usado a Polibio, pero que sigue un camino diferente a su modelo en detalles de la descripción del terreno por razón de la autopsia y consideración de la culpabilidad política. La versión romana completa más tardía se lee en Livio (por desgracia sólo en perioch. LII-LIV) y en sus comentaristas (especialmente Floro y Orosio). Si se prescinde de datos aislados, tenemos además la considerable versión independiente en Cass. Dio. frg. 73. 77. 78. Para la filiación, véase Ad. Schulten Herm. XLVI (1911) 568 ss; Numantia I (1914) 281 s. 288; Fontes Hispaniae Antiquae II (1925) 134 s. IV (Barcelona 1937) 96. F. Jacoby FGrH II C 157. Colección de fuentes: Becker Viriath (1826, cfs. infra. 104 ss. Ad. Schulten Fontes Hisp. Ant. IV (1937): Las guerras de 154-72 a. de J.C., 107-134 (ordenadas cronológicamente). Los rasgos comprendidos en la tradición existente sobre la figura de Viriato son no sólo casuales sino también seriamente combatibles por todo punto. No será lícito, no obstante, ir tan lejos como E. Pais «Storia di Roma durante le grandi conquiste mediterranee» (Torino 1931) 489: «Quel que nei frammenti della tradizione superstite si legge sulla sobrietá, sul corragio, sulle nozze, sui funerali di Viriato ha carattere di poema e di leggenda». Sin duda muchos detalles no podrían ser más que adición posterior de una visión ennoblecedora de Viriato, pero también existe en ello material histórico que hay que valorar para comprender la figura que de Viriato han hecho los autores posteriores. Descorrer velos y llegar a un resultado que supere meras hipótesis sería, sin embargo, sumamente difícil; esta tarea sobrepasaría además los límites de este artículo de la Real Enciclopedia y por eso no ha sido emprendida. El material, en el que se pueda o se deba denunciar dudas con respecto a su valor como fuente histórica primaria, ha sido también más bien considerado y comprobado (siempre en relación con la investigación moderna correspondiente). Hay que recordar sobre todo que para Viriato sólo existen fuentes del lado de los romanos, es decir, sus enemigos. Incluso si en escritos posteriores habría o han entrado también rasgos o particularidades de una tradición oral propia lusitano-ibérica (o posiblemente de una escritura existente) —tampoco se puede tratar esta cuestión más de cerca—, éstos han experimentado necesariamente una determinada elaboración y confirmación para romanos y habitantes del Imperio romano.

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(9b): 2. — Ascendencia, juventud y primeros años de madurez.

Los padres de Viriato no nos son conocidos ni nominalmente ni de ninguna otra manera. Su origen humilde está demostrado reiteradamente (Cass. Dio. Erg. 73,1 αφανέστατος μέν γένος, ωόςχγέ τισι δοχεΐ, ων. 4. Ioann, Antioch. frg. 60 EHG IV), pero no debe considerarse absolutamente seguro, pues puede tratarse de un tópico usual, que muestre la subida de un hombre desde el anonimato a un puesto dirigente únicamente por su valor personal. Sobre el año de su nacimiento sólo hay simples conjeturas. Si se acepta que a los veinte años aparece por primera vez en la historia (en el año 150, véase más abajo) hay que situar su nacimiento alrededor de 170 a. d. J. C.; pero es probable que haya que ir más atrás, quizá incluso por el año 190 (sobre todo si se acepta —así lo hace ya Becker 19— que en el año 150 tenía tras de sí una vida llena de acontecimientos. El lugar de su nacimiento habrá que buscarlo con Schulten (N. Jahrb. 1917, 215; «Gesch. von Numantia» 1933, 65) en cualquier lugar en las montañas de la Sierra de la Estrella, entre el Tajo y el Duero, en el antiguo «mons Herminius», ver A. Schulten «Iberische Landeskunde, Geographie des Antiken Spanien» I (1955) 160 s. Esto se puede deducir aproximadamente sólo de una manera general en Diod. XXXIII 1,1 ην... ούτος τών παρά τον ώχεανόν οιχούντωι Λυσιτανών. Asimismo véase W. Wallrafen «Die Einrichtung und Kommunale Entwicklung d. röm. Provinz Lusitanien», Diss. Bonn 1910, 31 s.: Sobre su juventud no existen datos, a no ser que se deduzca de Auct. de vir. illusr. 71,1 «ob paupertatcm primo mercennarius» que se crió en estrechas condiciones; hay que atribuir a adorno retórico la noticia recibida en Diod. XXXIII, 7,7 en parte: της μέν έγυκλίου παιδείας ά'πειρον οντά, πραχτική δε συνέσει πεπαιδευμένον. Lo vemos primero como pastor y cazador, después como salteador y jefe de cuadrillas, que eran frecuentes en Lusitania y veían en la rica comarca andaluza por lo menos temporalmente su objetivo natural. Como tal ha actuado posiblemente ya en el comienzo de la guerra lusitana en los años 154-154 (ver Schulten R. E. XIII pág. 1877). Liv. Perioch. LII «Viriatus in Hispania, primum ex pastore venator, ex venatore latro». Diod. XXXIII 1. Flor. I 33,15 Cass. Dio frg. 73,1. Eutrop. IV 16,2. Oros V 4,1 «Viriatus in Hispania genere Lusitanus homo pastoralis et latro, primum inrestando vias, deinde vastando provincias... postremo exercitus praetorum et consulum Romanorum vincendo fugando subigendo maximo terrore Romanis omnibus fuit». Ioann. Antioch. frg. 60 FHG IV. ¡Abrate (ware besser!). Viriato ha sido formado espiritual y corporalmente por la vida ruda en las montañas. Además su vigorosa corpulencia tomó la forma que se atribuye en las fuentes en sus continuas luchas contra los elementos, animales salvajes y en edad muy temprana contra los hombres : era extraordinariamente fuerte, rápido y ágil, además sumamente parco sobre todo en comer y dormir y tan endurecido que era insensible al hambre, la sed, calor y frío, Diod. XXXIII 1, 1 s. Cass. Dio. frg. 73,1 επεφό ει γαρ αι ήσ ητο τάχιστος μένδ ιωξαί τε αι ρνγέίν, ισχυρότατος δέ έν σταδία μάχη είναι τλ. Le era innato el talento militar. Lo que Strabon III 3,6 p. 154 alaba generalmente sobre las aptitudes de los lusitanos como espías, preparando emboscadas y liberando posiciones difíciles, se puede aplicar de manera especial a la figura de Viriato, ver Iustin. XLIV 2,7 «cavendi scientem et declinandorum periculorum peritum». Viriato llevaba en sí todas las aptitudes que le harían en los años posteriores un maestro en la guerra de guerillas. En el año 604 = 150 tenemos pruebas históricas por primera vez de Viriato. Entonces habían atacado los romanos por obra del pretor de la provincia ulterior, Ser. Sulpicius Galba, y del de la provincia del Norte, L. Licinius Lucullus. Los lusitanos habían rendido las armas ante la superioridad de las fuerzas. Galba no mantuvo el convenio, sino que hizo pasar a cuchillo a los lusitanos repartidos en diferentes grupos para los establecimientos convenidos, y desarmados. Viriato escapó de esta matanza. Appian. Iber. 60 s. Detalles sobre Galba y otras fuentes en Münzer R. E. IV A pág. 762. G. de Sanctis «Storia dei Romani» IV 1 (1923) 481. II. M. Scullard «Roman Politics 220-150 BC» (1951) 234. A. García y Bellido «Hispania» V (1945) 567 ss. Viriato se encontraba ya entonces entre sus compañeros de tribu invasores de la provincia Hispania Ulterior —se puede suponer con seguridad como jefe subalterno—; debió su vida a su capacidad y rapidez y a las aptitudes por las que se hizo más tarde tan característico y eficaz para la dirección de la guerra de los lusitanos. No sabemos qué papel desempeñó en los años siguientes. Quizá esté en el material de Suet. Galba 3, 2 «Galba... quem tradunt... triginta Lusitanorum milibus perfidia trucidatis Viriat(h)ini belli causam extitisse» una indicación de que inmediatamente después de 150 Viriato ha dirigido intensivamente la guerra de venganza contra Roma.

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(9c): 3. — La lucha contra Roma (147-146). En el año 607 = 147 se convirtió en el caudillo supremo y general de su pueblo, o sea, según la expresión de Mommsen R. G. II 9, su «Guerillachef». Fue elegido en una fecha sumamente crítica (Appian. Iber. 61. ver Diod. XXXIII 1, 1, no obstante sin relación causal con la situación de emergencia; algo diferente Iustin. XLIV 2, 7 «quem ipsum non iudicio populi electum, sed ut cavendi scientem declinandorumque periculorum peritum secuti sunt»). Los lusitanos, entre los cuales se había encontrado también Viriato, habían penetrado con aproximadamente 10.000 hombres, en Turdetania (en el valle del Betis, hoy Guadalquivir) y fueron rechazados y cercados por el pretor Vetilio. Las fuentes no permiten fijar con más precisión la fecha de este suceso. E. Kornemann Klio Beih. 2 (1904) 97 lo sitúa a finales del 147 o a principios del 146, sin que yo vea la necesidad de este tardío emplazamiento. G. de Sanctis «Storia dei Romani» IV 1 (1923) 483 traslada el suceso a la provincia Citerior y pone de relieve sólo la victoria de Vetilio (con indicación especial a Liv. epit. Oxy. LI «Lusitani subacti») ; supone que la noticia de esta victoria romana llegó a Roma en el año 147, cuando simultáneamente llegaban las importantes noticias de las victorias de Cartago y Corinto; no se le podrá seguir, según mi parecer, ni en las indicaciones geográficas ni en las consecuencias siguientes, pues los acontecimientos de la victoria romana y del asunto de Viriato adyacente deben ser seguidos uno a continuación de otro, y una comunicación victoriosa provisional de Vetilio a Roma es en verdad posible como suposición, pero de ninguna manera concluyente. En esta situación aparentemente sin salida en la que ya estaban entabladas negociaciones con los romanos. Viriato hizo recordar a sus paisanos la falta de fidelidad de los romanos a los tratados (también este punto es instructivo para la disposición (de los lusitanos) contra Roma, véase fundamentalmente H. Fuchs «Der geistige Widerstand gegen Rom» (1938), 15, 44 s.) y les mostró la posibilidad de una huida. Si podemos creer la noticia de Appian. Ib. 61, Viriato se ha apoderado desde este momento de la iniciativa y ha actuado primeramente como un orador convincente. Se puede deducir de Liv. epit. LII, por el contrario, que Viriato ya antes de la correría ha puesto a Lusitania bajo su caudillaje e inmediatamente después ha entrado en contacto con Vetilio: «Viriathus... mox iusti quoque exercitus dux factus, totam. Lusitaniam oceupavit, M. Vetilium praetorem fuso eius exercitu cepit» de forma similar en Oros. V 4 2 «siquidem Hiberum (véase más abajo) et Tagum, máxima et diversissimorum locorum Ilumina, late transgredienti et pervaganti C. Vetilius praetor occurrit». Pero seguimos la detallada descripción de Appiano: Viriato fue elegido y sacó a los lusitatanos del cerco romano con una estratagema, que frecuentemente volvería a usar: él hizo formar a todos como para la batalla y dio la señal de romper por diferentes puntos la línea del cerco en montones cerrados, tan pronto como él subiese a su caballo: pues quería distraer y entretener a los enemigos con sus 1.000 jinetes elegidos hasta que los otros estuviesen en seguridad. Fue el comienzo de una evasión bien planeada y violenta, que él realizó con éxito. Dio Tribola como punto de reunión a los grupos aislados que se habían desperdigado inmediatamente y que por esto no ofrecían ya un objetivo a los romanos perseguidores, también esto previéndolo en sus planes (véase Frontin. Strat. II 13, 4). Primeramente con su división particular entretuvo a los romanos todavía durante dos días aproximadamente en las inmediaciones de Urso (Schulten N. Jahrb. 1917, 218 s.) para ir rápidamente a la región de Tribola, cuya situación no se ha encontrado (Trebula, Becker 27 la buscaba en las cercanías de Gades, véase arriba R. E. VI A pág. 2413). Habrá que buscar esta zona sirviéndose de los dalos de Appian. Ib. 63, como Schulten op cit. al Sur de Urso y localizar los sucesos siguientes en el desfiladero entre Sierra de Ronda y de Libar, o sea, en el valle del río Barbesula (hoy Guadiaro), que representaba la única comunicación posible desde el valle del Betis con Carteia, distante 60 kilómetros del desfiladero. Aquí dispuso Viriato sus divisiones según un plan bien elaborado para un ataque por sorpresa sobre seguro, con el que desbarató al ejército de Vetilio que le seguía (véase arriba R. E. A. pág. 1835. Art. Vetilius Nr. 1. Bosch-Gimpera - Aguado «Historia de España» II —1935— 123) ; de los 10.000 romanos escaparon unos 6.000, pero que éstos, reunidos en Carteia por el cuestor de Vitelio, estaban ya fuera de combale. Se podrá fechar este gran éxito de Viriato en la segunda mitad del año 147, incluso aunque la duración tradicional del caudillaje de V. de ocho años (147-139, véase abajo) parezca calculada algo imprecisamente; no hay que pensar que se debiera encajar entre la victoria de Vetilio y su derrota varios meses, es decir, aproximadamente el invierno (la suposición de Kornemann para el año 146 ha sido también aceptada por Schulten Fontes Hisp. Ant. IV 109 s.). Viriato se había convertido en todo caso por su victoria «de golpe en señor de la provincia ulterior». Nos podremos representar la situación, Viriato dominando y saqueando con sus tropas Beturia y el rico valle del Betis. Poco después llegó de la provincia del Norte a los restos romanos una petición de ayuda de los celtíberos (5.000 bellos y tittos) que fue interceptada y aniquilada por Viriato (quizá en la zona de Baecula) Appian. Ib. 63. Con estos sucesos había empezado la guerra de Viriato contra Roma. Sobre la cronología de los años siguientes reina la oscuridad más absoluta, pues no se podía fechar con precisión los diferentes romanos citados en la tradición. Todavía para Mommsen RG II 9, nota, tenía valor por esto el siguiente fundamento metódico : «De los jefes romanos con los que Viriato peleó, sin duda pertencen varios a la provincia septentrional, pues Viriato desarrolló su actividad preferentemente, pero no exclusivamente en el Sur (Liv. 52) ; por tanto no se puede calcular por el número de estos nombres el número de los años de su caudillaje». Sobre esto hay datos muy discrepantes : se calcula la duración de su caudillaje en ocho años, en Appian. Ib. 63. 72; en diez años, en Vell. Pat. II 90, 3 (Lipsius) ; Iustin. XLIV 2, 7; en once años, en Diod. XXXIII, 21 a (es decir, a partir del año 149, después de la traición de Galba) ; en catorce, en Liv. Perioch. LIV (Flor. I 33, 15. Oros. V 4, 14. Eutrop. IV 16, 2. Ioann. Antioch. frg. 60 FHG IV, por tanto considerado como caudillo subalterno desde el principio de la guerra lusitana por inclusión de una acción de Viriato) y en veinte años en Vell. II 90, 3 (Mss.) Es importante el tratamiento Detl. Wilsdorf «Fasti Hispaniarum provinciarum» Diss. Leipzig 1878, que tiene en cuenta cuidadosamente todas las fuentes. En hallazgo de un papiro aportó nuevos detalles, fue mérito de E. Kornemann «Die neue Livius - Epitome aus Oxyrhynchus» IKlio 2. Beih. 1904) 96 ss., el haber investigado con más precisión las condiciones de mando de cada persona en sí. Por él y los correspondientes trabajos de Schulten se fija la época del comienzo del caudillaje de Viriato con una verosimilitud casi segura en los años 147-139, de manera que la afirmación de Appiano (ocho años) ha encontrado una confirmación por la moderna investigación. Durante estos años la estrategia de Viriato ha permanecido igual en sus rasgos principales (véase más abajo, apartado 6). Por la heterogénea reacción de Roma, que por otra parte se relaciona con la situación general en el Imperio romano, se dan en el transcurrir histórico dos apartados, que están marcados por el paso del 146 al 145. En el año 608 = 146 fue enviado a la provincia Ulterior como sucesor de Vetilio el pretor C. Plautius. Appian. Ib. 64. Liv. perioch. LII. Oros. V 4, 3 (véase Diod. XXXIII 1, 5). Véase Münzer R. E. XXI pág. 9 Nr 9 (además T. R. S. Broughton «The Magistrates of Roman Republic» I (1951) 466 —el sobrenombre Hypsaeus, dado allí, aunque sólo entre paréntesis, es aproximado, pero no necesariamente seguro—). Mientras tanto se había dirigido Viriato (quizá en el contrataque después del éxito contra los celtíberos) desde la zona andaluza a la rica Carpetania con objeto de saqueo (Appian. Ib. 64; según A. Schulten «Fontes Hisp. Ant.» IV 110: Castilla la Vieja; por el contrario E. Pais «Storia di Roma durante le grandi conquiste mediterranee» —Torino 1931— 492, 4, quiere leer en Appian. 64, en lugar de Καφπητανία, Τυρδ'ιτανία). Así se mantuvo V. en la comarca meridional de la meseta, que pertenecía a la provincia septentrional. Allí entró en contienda con Plautio y le derrotó (brevemente: Liv. perioch. LII) por medio de un simulacro de fuga: cuando Plautio le envió 4.000 hombres de repuesto, Viriato les aniquiló totalmente. Entonces atravesó el Tajo y se asentó en el «Monte de Venus» (Appian. Ib. 64 εμ ορει Αφροδίτης): este estratégico monte lo ha identificado Schulten (ÍV. Jahrb. 1917, 220; Iber. Landeskunde 1 —1955— 160) con gran probabilidad con la Sierra de San Vicente (1.366 m.), que domina el valle del Tajo, remate oriental de la Sierra de Gredos. Cuando Plauto atacó esta posición, nuevamente le venció V., pero ahora de manera que el romano instaló en pleno verano los cuarteles de invierno (como Appiano dice, no sin sarcasmo). Oros. V 4,3 «C. Plautium... Viriatus multis proeliis fractum fugavit». El resultado fue que V. desde ahora había extendido por el Norte su influencia hasta el Sistema Central (Sierra de Guadarrama). Circuló por este territorio e hizo respetar sus órdenes por todo él (véanse Appian. Ib. 64 τήν χώραν άδεώς περιιών). Se puede fechar (Schulten. N. Jahrb. 1917, 220; Font. Hisp. Ant. IV, iii) fácilmente en este tiempo la expedición a Segovia al territorio de los vacceos, que no le fue fructífera (Frontin. Stral. IV 5, 22), aunque precisamente se podría acercar esta expedición al año 143, en el que Viriato consiguió mover a la lucha contra Roma también a las tribus de la provincia Citerior. —Tampoco se pueden fechar las noticias de una intervención de Viriato en la comarca del Ebro (Flor. I 33, 15; según Oros. V 4, 2 incluso antes de la batalla con Vetilio, véase arriba) — ; no quisiera tocar la cuestión de si se debe rechazar ciertamente, como hace M. Hoffmann Diss. Greifswald 1865, 29, estas noticias completamente; hay que considerar que para toda la estrategia de Viriato son típicas una gran movilidad y grandes expediciones (que se explican sin duda en parte en necesidades alimenticias). Es mucho más seguro fechar la toma de Segóbriga, avanzada la Carpetania, en el año 146 (Frontin, str. III 10, 6 -11, 4 véase IV 5, 22). Por medio de una emboscada, aparente retirada, una marcha forzada, un asalto por sorpresa, consiguió Viriato su objetivo (para la ciudad véase Schulten R. E. II A S. 1077. Bosch Gimpera - Aguado («Historia de España» II 125 ss.). No hay que suponer que los romanos hayan aguantado todo sin tomar medidas contra ello. Por lo tanto, habrá que suponer, con gran probabilidad, que el pretor de la provincia Citerior se ha adelantado contra Viriato lo más tarde en este punto. Pero también éste, Claudio Unimano, fue derrotado por Viriato; Flor. I 33, 16, Auct. de vir ill. 71,1. Oros. V 4, 2, véase Münzer R. E. III S. 2885 Nr. 376 (con la fechacíón «aproximadamente 147», mientras que Broughton «The Magistrates of the Roman Republic» I 466 fecha en el 146 y Kornemann opus cit. en el 145 —y en el Sur de España—). De todas maneras no habrá que rechazar la posibilidad de situar la expedición de Unimano simultánea a la de Plautio; en este caso, Viriato habría conseguido derrotar a los romanos marchando separados, pero operando según un plan común, todavía antes de su probablemente intencionado encuentro; a esta suposición no se opondría tampoco el «post etiam» en Oros. V 4, 3. A finales de 146 domina Viriato la situación. Los trofeos de sus brillantes victorias se vieron en el país. Flor. I 33, 16 «insignia trabeis et fascibus nostris quae ceperat in montibus suis tropaea fixit» (sin posibilidad más precisa de fechar esta noticia en el año elegido aquí). Oros. V 4, 4 (según el relato de las derrotas de Unimano).

(9d): 4. — Las luchas desde el 145 al 140. A partir del 145 Viriato se enfrentó con una nueva situación, cuando los romanos inmediatamente después de la victoriosa conclusión de las guerras contra Cartago y en la península balcánica, se habían decidido a ocuparse del peligro español con mayor intensidad. La seriedad con que se tomaron las cosas en Roma se ve claramente por el hecho de que no se envió un pretor, sino un cónsul a la provincia Ulterior, Liv. perioch. LII «tantumque terroris is hostis intulit, ut adversus eum consulari opus esset et duce et exercitu» (véase perioch. Oxy. 1. 151. Brevemente Diod. XXXIII 1, 3. Véase Kornemann Klio 2. Beih. —1904— 96). Q. Fabius Maximus Aemilianus, hermano de Escipión, recibió el mando, véase Münzer R. E. VI S. 1793 Nr. 109 Broughton «The Magistrates of the Roman Republic» 1 469. De todos modos no se había reconocido todavía en Roma toda la significación de Viriato, ni la dureza de la lucha. Pues sólo le dieron al cónsul un ejército de 17.000 hombres en total, que constaba predominantemente de reclutas, una medida que se explicaba en parte por el deseo de preservar a los veteranos de las anteriores campañas (Appian. Ib. 65), en parte también por causas de política interna de una oposición senatorial contra los Escipiones (véase Münzer Rom. Adelsparteien 245 ss). En la provincia septentrional fue sucesor de Unimano el pretor C. Nigidius (véase Münzer R. E. XVII s. 200, también Broughton «The Magistrates» I 469; Kornemann Klio 2. Beih. 99, quiso ver en él al subalterno de Fabio Emiliano, vencido por Viriato en 145, mencionado por Appian. Ib. 65 y fechó —ebd. 102— su gobierno en 144; habrá que pensar en situarlo, no obstante, en el año 146 como sucesor inmediato de Unimano. Pero los dos nuevos hombres del 145 no tuvieron suerte contra Viriato. Hay que suponer que se había detenido el año anterior sobre todo en Carpetania, entró en primer lugar en combate con Nigidio. Pues sabemos (Auct. de vir. ill. 71, 1), que Viriato derrotó a Nigidio. Después se habrá enfrentado al ejército consular de Fabio en España meridional. Probablemente estuvieron enfrentados todavía más tiempo. Viriato atacó en todo caso secciones aisladas y tropas especiales de los romanos frecuentemente y también venció a un subjefe de Fabio, cuando éste se le enfrentó. Este fue el motivo de que el cónsul evitase inmediatamente todo encuentro con Viriato, preparase a sus soldados táctica y moralmente para la lucha con los españoles y conjuntase a la joven tropa. El tenía su centro en Urso (Osuna, al Sudeste de Sevilla, Appian. Ib. 65, véase Mommsen RG II 11. Fontes Hisp. Ant. IV 114). En todo caso Schulten N. Jahrb. 1917, 222: durante todo el año 145, Viriato dominó la situación y la provincia debió sufrir bastante bajo su dominio. En el 144 V. tuvo algunos fracasos con los romanos. Ahora en este año Fabio había podido seguir aprovechando como procónsul su imperium prorrogado (a los dos cónsules del año no les había sido concedido por el Senado el imperium contra Viriato, Val. Max. VI 4,2, ver Münzer Rom. Adelspart. 247). En la España citerior había asumido el gobierno C. Laelius Sapiens, amigo íntimo de los Escipiones (véase Münzer R. E. XII s. 406. Broughton «The Magistrates» I 469, lo data en el 145; pero yo supondría que hay que fechar las luchas de Laelio contra V. mencionadas por Cicerón en el 144, ya que Münzer Rom. Adelspart. 248 supone una prolongación del mando para Laelio en el 144). Viriato no tuvo mucho éxito contra Laelio, como se puede seguir en el informe sin duda muy parcial de Cicerón off. II 40 «praetor fregit et comminuit ferocitatemque eius ita repressit, ut facile bellum reliquis traderet» (véase Brut. 84). Después de un largo período de preparación Fabio Emiliano se había dispuesto para la lucha con Viriato. Con respecto a las operaciones de la lucha no se pueden obtener pormenores de Appian. Ib. 65. Viriato perdió — αλώς άγωνισάμενος — dos ciu dades en el Sur (los nombre no son conocidos; entre éstos pudo haber estado Tucci, que había cambiado de dueño varias veces según el testimonio de Viriato transmitido en Diod. XXXIII 7, 5 s.). No sin pérdidas V. fue rechazado hasta Baikor (Baecula, hoy Bailén, en la vertiente del valle del Betis a la meseta, antes del hoy llamado paso del Despeñaperros —Mapa : Historia de España II, 1935, 43, fig. 27—). Viriato había perdido con esto sus puntos de apoyo en Andalucía y todo este territorio; pues Fabio invernó en Córdoba. Así, el año 144 trajo para Viriato, con la pérdida del valle del Betis los primeros reveses, que deben ser atribuidos a la hábil dirección del procónsul romano. Cuando en 611. = 143 fueron ocupados por parte de Roma los puestos de mando por nuevos hombres desconocedores de la guerra española. Viriato fue de nuevo dueño de la situación. Sucesor de Emiliano en la provincia del Sur fue el propretor Q. Pompeius (sólo documentado en Appian. Ib. 66; esta noticia es rechazada después de algunos precedentes por Miltner R. E. XXI S. 2056 —más documentación allí mismo— mientras que, a mi entender, hay que mantenerla a todo trance, lo mismo que hacen DrumannGroebe «Gesch. Roms.» IV 2 314. Schulten N. Jahrb. 1917, 222. T. R. S. Broughton «The Magistrates of the Roman Republic» I 473). En Roma tenían la opinión de que la situación se normalizaría de nuevo, de manera que no sería ya necesario un cónsul para la provincia del Sur. Gobernador de la Citerior fue el pretor Quinctius, Appian. Ib. 66 (ver Schulten op. cit., Broughton, op. cit. I 474, 474, nota 3, Münzer R. E. VI S. 1813, 10 ss. busca en el Κοΐντιος de Appiano el nombre del cónsul de 142 L. Caecilius Metellus Calvus, probablemente apenas correctamente, y tampoco mencionado por Broughton I 474 —con nota 1—). Para la acción militar de V. en este año fue decisivo el nuevo comienzo de la guerra celtíbera. Algunas tribus, Arevacos, Tittos y Bellos, habían hecho defección a Roma, muy probablemente no sin intervención de Viriato (así Appian. 76. 66. Schulten Gesch. von Numantia —1933— 65. E. Kornemann RG 1 371, «el 143 es el año decisivo en la historia de la guerra hispánica»). En todo caso vemos a V. por lo pronto entrar en combate (según Appiano perdido) con Quinctius en la meseta; se retiró después hasta el Mons Veneris, quizá sólo aparentemente (según Schulten N. Jahrb. 1917, 222: «probablemente»), para causar grandes pérdidas (según Appiano, 1.000 hombres) y rechazar al pretor persiguiéndolo con la conocida estrategia del ataque repentino después de la huida simulada. Acto seguido habrá avanzado Viriato a la provincia del Sur y habrá tenido allí también éxito (ver abajo). Q, Pompeius (Κοΐντίου en Appian. Ib. 66 extr.) volvió a Córdoba y no apareció más este año. Solamente C. Marcius de Itálica (ver Münzer R. E. XIV S. 1543 Nr. 10) parece haberse esforzado en enfrentarse a las expediciones de los Lusitanos. En contrataques pudo Viriato ganar un punto fijo de apoyo en la inmediata proximidad de Córdoba. Se trataba de la posición de montaña Itykke (Itucei, Tucci, Γέμελλα, hoy Martos, situado al Sudoeste de Jaén y a unos noventa kilómetros al Este-Sudoeste de Córdoba, véase Schnlten, R. E. VII A. S. 765). Desde allí extendió ahora sus saqueos hacia Bastetania, o sea, en territorio del posterior reino de Granada. Así había pasado el año 143, y Viriato había confirmado su acción decisiva desde el océano hasta la meseta y de nuevo se extendió hacia Andalucía. Appiano no notifica nada para el año 142. De esto hay que concluir que no ocurrió un cambio de la situación ni tuvieron lugar importantes operaciones militares. Roma tenía en este año bastante que hacer en la provincia septentrional en las luchas con los celtíberos; allí tenía el mando el procónsul Q. Caecilius Metellus Macedonicus, vid. Münzer R. E. II S. 1215 Nr. 94. Broughton «The Magistra--es» I 471 f. Algunas indicaciones permiten, no obstante, la suposición de que Viriato también el 142 tuvo contactos bélicos con los romanos no sin éxito, al Nordeste de su propio territorio. Liv. perioch. Oxy. 167 «Metellus cos. a Lusitanis vexatus est» hay que ponerlo en relación con Obsequ. 22 (para el año 612-142) «exercitus Romanus... adversus Viriathum dubie dimicavit». (Pero si se acepta, siguiendo a Kornemann RG I 371, el gobierno de Metellus en 143 y 142, se podría situar esta noticia también en el 143). En el año 613 = 141 se esforzaron los romanos de nuevo en el Sur, para liquidar de una vez la costosa guerra contra Viriato. Fue enviado de nuevo un procónsul. Q. Fabius Maximus Servilianus, hermano adoptivo de Fabius Maximus (cos. 145), Appian. Ib. 67. Liv. perioch. Lili, ver Münzer R. E. VI S. 1813 Nr. 115 Broughton «The Magistrates» I 447 s. Como consecuencia de la guerra con los celtíberos tenía sólo dos legiones no muy fuertes (con tropas auxiliares 19.600 hombres) después reforzadas con diez elefantes y jinetes africanos. Pero con ellas liberó la provincia del Sur. Poderosamente atacó los puntos de apoyo de Viriato en Beturia. Viriato tuvo que desalojar probablemente pronto Tucci. Se debieron trabar violentas batallas, en el curso de las cuales Viriato volvió a usar el efectivo método de la huida simulada, con lo que causó a los romanos en el contrataque una pérdida de 3.000 hombres y les acosó gravemente en su campamento; pero finalmente fue rechazado, distinguiéndose en el lado romano especialmente Fannius. (Münzer R. E. VI S. 1988). Viriato se dedicó entonces a interceptar e intranquilizar incesantemente a sus enemigos, Appian. Ib. 67 ή νυ το; ή αύματος ώρα αμινά επιών αι οΰ τινα αιρόν αδο ητον έ λείπων (también Lucil. 472 «puncto horae qui quoque invasit». C. Chicorius «Unters. zu Lucilius» —1908— 33). En el curso de las luchas siguientes debió tener Viriato también considerables fracasos —Appiano habla de debilidad y escasez en los víveres—, de tal manera que se retiró a Lusitania. Servillano pudo ahora castigar en la Beturia a cinco ciudades arrebatadas a V., entrar en el país de los Konios e incluso avanzar hania Lusitania. Pero allí sufrió un descalabro por obra de los guerrilleros Curius y Apuleius, que posiblemente no estaban relacionados con Viriato, y tuvo que dar la vuelta. Las ciudades conquistadas a Viriato, Tucci (Γέμελλα en Appian.), Astigis (Εισ αδία) y Obúlcola (Όβολ ολα - Porcuna), fueron duramente castigadas. La relación de Liv. perioch. Lili es breve y probablemente exagerada por la narración del éxito romano: «a Q. Fabio pro cos. magna pars Lusitaniae expugnatis aliquot urbibus recepta est», perioch. Oxy. 171 s. Flor. I 33, 17. Oros. V 4, 12 «Fabius... Bucciam oppidum, quod Viriathus obsidebat, depulsis hostibus liberavit et in deditionem cum plurimis alis castellis recepit». Servilianus permaneció también el año siguiente 140, como promagistrado en la provincia Ulterior. Liv. perioch. LIV. Broughton I 480. En este año hay que datar fundamentalmente los acontecimientos notifificados en Appian. Ib. 69, pues la presencia de Viriato en la provincia es de nuevo comprobable. En la ciudad Erisane (Arsa, en Beturia, véase Hübner R. E. VI S. 466) alcanza éxito contra una parte de las tropas romanas. Poco después obtiene su mayor triunfo sobre los romanos. Acorraló el grueso del ejército consular (τήν τε αλλην στρατίάν) de tal manera que se hacía esperar una catástrofe, Appian. Ib. 69 ο εν ου ην τοις 'Ρωμαίοις διαωνγείν. Se entablaron negociaciones, que condu jeron a una conclusión de la paz (Diod. XXXIII. 1). El ejército romano tuvo que retirarse. Viriato confirmó el territorio poseído por él como independiente y se hizo «amicus populi Romani», Appian. Ούρίατ ον είναι 'Ρωμαίων φίλον αι τους ύπ'αϋτω ης εγουσι γης άρχειν. Liv. epit. Oxy. 1.85: «Q. Fabius Maximus a Vir(i)athio devictus deformem cum hostibus pacem fecit». En Charax Pergam. frg. 36 (FHG III 643 = FGrH II 488 Jacoby) es menciona do el tratado para un Κύϊντος... ήσσώμενος ύπο Ουρίά ου un pasaje que Schulten «Fontes Hisp. Ant.» IV 116 supone en los sucesos del 143. Si a continuación aquí hubo luchas, debe quedar en dura, aunque Liv. perioch. Oxy. 186 ss. alude a ello por la mención de Q. Occius, que se distinguió en especial, véase Mülizen R. E. S. 1763; habrá que pensar antes en una guerra anterior de este año. Este tratado concertado «aequis condicionibus» (Liv. perioch. LIV) fue ratificado por el pueblo romano (véase fundamentalmente E. Taubler «Imperium Romanum» —1913— 133 ss. 142. 355), Appian. Ib. 69. Véase Mommsem RStR III 691. V. Ferrenbach «Die amici populi Romani republikanischer Zeit» Diss. Strassburg 1895, 40 s. (L. Lange Röm. Altert. II3 347 ha considerado el tratado incluso favorable a Roma). Por eso Viriato ha conseguido después de largas luchas el reconocimiento por parte de Roma y concertado una paz digna para la guerra lusitana. Estaba en la cumbre de su carrera. Se ha discutido calurosamente los motivos de Viriato para concertar esta paz. Es un tópico la afirmación de Appian, Jb. 63, de que a Viriato no le movió presunción, sino benevolencia, Ουρίατ ος δέ ες τήν εΰτυχίαν ουχ ύβρισεν, άλλα νομισας εν αλώ ήσεσθαι τον πολεμον έπί χαριτι λαμβρα. Otras fuentes antiguas callan. Remitiéndose al pasaje de Appian. escribe W. Ihne R. G. III 335 con mucha precaución: «aber der Barbar raissbrauchte das Kriegsglück nicht». Ilaakh Pauly R. E. VI S. 2669 buscó los motivos para el tratado al parecer sorprendente en dificultades internas, especialmente familiares, de Viriato; hizo referencia a que Viriato (quizá no mucho antes del 141) se había casado con la hija del rico príncipe Astolpas y que las relaciones entre yerno y suegro debieron haber sido posiblemente desfavorables, porque Viriato, desprecia a Astolpas como antiguo partidario de los romanos y no se dejó impresionar por la riqueza de éste (véase Diod. XXXIII y, 1 ss. ; véase la relación Viriato-Astolpas —o Istolpas— descrita detenidamente por A. Carcía y Bellido «Hispania» V —1945— 575 ss., 44·) tales disensiones internas entre los dirigentes y las familias de los lusitanos habrían frenado el poder combativo hasta tal punto que Viriato estaría dispuesto a concertar la paz. Pero tales tensiones no pueden haber sido tan serias, pues Diod. XXXIII 21 a dice expresamente: ένδε α γαρ ετη δυναστεύοντος αύτοϋ Αυσιτανών oυ Μονον (Appian. Ib. 72) αστασίαστοι διέμειναν, άλλα αι σχεδόν ανί ητοι. También Schulten N. Jahrb. 1917, 225 parte de que en el propio Viriato «es imposible encontrar la causa de esta indulgencia suicida. Sostiene la tesis de que: «Viriato debe haber sido obligado por su pueblo, que al modo ibérico estaba visiblemente cansado de la larga carrera. Encontramos al mismo cansancio en medio del triunfo ya otras veces entre los iberos. Es parejo a la falta de perseverancia en la miseria. A este cansancio de la guerra se une la necia credulidad de los iberos, que a pesar de todas las amargas experiencias sigue aceptando tratados. Hay que suponer, por tanto, que Viriato respetó al ejército romano, sólo obligado». También en «Fontes Hisp. Ant.» IV 119 menciona este cansancio: «esta conducta insólita de Viriato sólo se explica por el cansancio de los lusitanos, que hubo de forzar a Viriato a concluir la paz» (igual en Bosch Gimpera - Aguado «Historia de España» II 132). Por el contrario, hay que hacer notar que no es sicológicamente verosímil hablar de cansancio bélico en un ejército que ha cercado al enemigo y que ve ante sus ojos el triunfo seguro. Es ir demasiado lejos pensar que fuese necesario mucho tiempo para las correspondientes negociaciones entre ambos ejércitos, en una situación militar en que eran necesarias rápidas resoluciones. Seguramente no le habría sido posible a Viriato convocar una asamblea del ejército, excepto una necesaria entrevista con los subjefes para sondear la opinión general. Finalmente, es más que improbable que Viriato, cuya personalidad había dado carácter a las luchas precedentes, hubiese dejado escapar en esta fase victoriosa la ley del pacto. Habrá que explicar, por tanto, este tratado, primero por las circunstancias del momento y después por la personalidad de Viriato m, que había dirigido la lucha contra Roma desde entonces en una ofensiva defensiva. Luchaba sin duda por la independencia de su patria y la garantía de lo ganado. Hasta ahora no había encontrado todavía un romano que le proporcionase estos objetivos en la forma de un tratado. Ahora, por fin, había ofrecido la situación militar una ocasión, que había que aprovechar, para alcanzar el objetivo político; está en duda si este objetivo era el primer lugar la adquisición de terenos rentables como J. Costa suponía probablemente en sus trabajos («Estudios Ibéricos» 1 —Madrid 1891-1895— XLV ss., citado en Bosch Gimpera - Aguado «Hist. de España» II 144, 124. También importante para este problema agrario A. García y Bellido «Hispania» V —.1945— 558). Es cierto que Viriato conocía las tensiones internas de los lusitanos y estaba enterado de que sus propias reservas militares estaban bastante agotadas y que levemente se introducía entre sus compañeros de tribu un cansancio de la guerra, así como de la perfidia romana; ésta apareció por lo demás precisamente hacia el 150 (154 según Calpurnius Piso frg. 33 —Plin. n. h. XVII 245, véase Cichorius R. E. III S. 1394—, ver.H. H. Scullard «Roman Politics» 220-150 B. C. —1951— 232), pero ya había florecido desvergonzadamente en la lucha contra Cartago. Seguramente pensaría que no podía mantener la guerra contra Roma prolongadamente y quizá se había dado cuenta de que no podía competir de ninguna manera con las fuerzas lusitanas contra las fuerzas del Imperio Romano. Una sobria reflexión le permitiría llegar a la conclusión de que el aniquilamiento de un ejército romano no conseguiría nada para sus fines políticos y que con ello sólo aseguraría la prolongación de la guerra y aumentaría entre los romanos la inexorabilidad de la lucha (una idea parecida respecto a Viriato presentó ya M. Hoffmann Diss. Greifswald 1865, 46). Sólo no reconociendo en Viriato ninguna capacidad política puede considerarse cierto el juicio de Schulten N. Jahrb. 1917, 225: «La hora de la liberación había llegado. Pero ahora ocurre lo increíble. Viriato deja pasar al ejército romano contra toda promesa. Estamos ante un enigma». ¿Hay que creer realmente que un hombre como Viriato habría identificado la aniquilación de las fuerzas romanas cercadas con la liberación? —dejando aparte que no se trataba de una liberación, sino de la confirmación de la libertad, o sea, de la independencia— (ver Flor. I 33, 15 «non contentus libertatem suorum defendere»). Por esto tampoco puedo asentir a la interpretación que se expresa en Schulten Cambr. Anc. Hist. VIII 316: «Viriathus might have put the whole army to the sword, and thereby ended the war, for the Romans never have retrieved such a loss».

Para juzgar el tratado del 140 no habría que partir de los hechos del año siguiente, sino sencillamente de la situación en el año 140, de los fines políticos de Viriato y de su posible consideración de una lucha ulterior. Además no debió considerar del todo positiva la posibilidad de una actuación en conjunto con los celtíberos, que luchaban contra los romanos desde el 143 en la provincia del Norte, no sin éxito; pero en el 140 fueron gravemente acosados por Q. Pompeius y posiblemente había entrado ya en negociaciones con los romanos (véase Miltner R. E. XXI S. 2057). El cálculo, el individualismo ibérico, debió aprovechar la ocasión que le podía llevar a su meta. Mucho más claro lo había visto todo ya Becker 44, cuando escribió: «El sabía, enseñado por la experiencia de muchos años, que rompería el ánimo guerrero de los romanos con las derrotas. El esperaba hacer de los viejos enemigos amigos seguros para sí y para su pueblo por medio de la generosidad y de un hecho noble» (en verdad, la insistencia en estos motivos aparece típica de las corrientes del tiempo del autor). Una interpretación nacionalista sugerida por la concepción histórica del XIX (ver abajo apartado 6) es un anacronismo absoluto, para las circunstancias ibéricas del siglo II (a. de J.C.). Digámoslo tranquilamente: eran objetivos egoístas por parte de los lusitanos, lo que perseguían, ya que la solidaridad entre los lusitanos era en sí un asunto bastante problemático (ver Schulten R. E. XIII S. 1870). Con respecto a la conducta futura de Roma debió haber contado con la anulación del tratado. Por lo menos tan grande debe haber sido a su juicio la posibilidad de que se confirmase el tratado en Roma y de que le fuese permitida la independencia sobre todo (como a algún otro de los «amici populi Romani» en el transcurso de la historia romana). Precisamente si uno se decide a ver en Viriato un hombre cuya significación no se agota con simples habilidades y éxitos militares, habrá que decir que podrían haber sido puntos de vista políticos, bien meditados, los que le indujeron a la conclusión del tratado del 140. De momento tuvo con él realmente un éxito pleno, pues el pueblo romano ratificó el tratado. Naturalmente se podrá objetar que una acción político-militar que ya un año más tarde es completamente ineficaz, no es para su autor un testimonio de amplia visión política. Pero aquí se ha planteado un problema que siempre se origina cuando una pequeña fuerza —y esto eran las tribus lusitanas en aquel tiempo— tiene que relacionarse con una gran potencia vecina. La gran potencia es, en caso de que ya no esté internamente debilitada del todo, dominante en todos los aspectos. A la potencia secundaria le queda solamente la posibilidad de aprovechar una situación militar que se presenta, de manera que resulte lo mejor posible para ella. Viriato creyó que este momento había llegado y por eso hay que entender su manera de obrar en función de su tiempo. Hay que indicar en verdad que la lucha con Arminio consiguió por el aniquilamiento de un ejército romano asegurar por parte de Roma la independencia de un país, a la larga. Pero no se puede olvidar que Roma, poco más tarde del año 9 d. de J. .C, reunió todavía fuerzas considerables para dominar las tierras de Alemania septentrional, y que después de las expediciones de germánicos fueron rotas las acciones militares en el año 16 por Tiberio, de manera que aquí después de la batalla se dieron todavía duras luchas durante muchos años. Por lo demás habrá que hacer notar en tal comparación (que con sentido común no es convincente en lo fundamental) la diferencia en extensión de la llanura norte alemana en relación con la frontera de la situación geopolítica entonces en la Península Ibérica, sus provincias y los territorios todavía independientes por el año 140. Justamente porque Viriato no era un aventurero cuya única meta era una lucha que frente a una gran potencia conduciría con el tiempo a un inevitable desastre, concertó el tratado del año 140.

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(9e): 5. — Desenlace. La paz del 140 duró sólo poco tiempo. El pueblo romano había ratificado, es verdad, el tratado. Pero ya simultáneamente no faltarían votos que declararían la paz como indigna, pues fueron cedidos territorios, que habría que buscar probablemente en Beturia (Liv. epit. LIV «labem imposuit pace cum Viriato aequis condicionibus facta». epit Oxy., 185 «deformem pacem»). Las cosas empezaron a marchar en el año siguiente, 615 = 139, cuando el hermano de Fabio Serviliano, Q. Servilius Caepio, tomó el mando como procónsul en la Hispania Ulterior (Münzer R. E. II A. S. 1782 s. Nr. 48, T. R. S. Broughton «The Magistrates» I 479). Se manifestó enérgicamente contra la disposición encontrada a su llegada, Appian. Ib. 70 διέβαλλε σονθή ας αι έπέστελλε 'Ρωααίοις άπρεπεστάτας είναι ver Diod. XXXIII 1, 4. Con consentimiento del Senado actuó rápidamente e interesadamente. Provocó a Viriato para inducirle a romper las hostilidades. Pero cuando Viriato se acogió al tratado, el Senado rompió la resolución del año precedente y dio a Caepio la posibilidad a la guerra abierta. Ver Mommsen RStR III 345. 1169 (Schulten «Gesch. von Numantia» —1933— 74 fechó el rechazo del tratado por el Senado en 140), Eutrop. IV 16, 2 «Caepio ad id bellum missus est, quod Viriathus contra Romanos in Lusitania gerebat» es un simplificación inadmisible de los hechos y confunde la región de origen del caudillo con el emplazamiento de la lucha. Viriato se mantuvo a la expectativa. Evacuó la ciudad de Arsa (—Erisane, y probablemente también las otras ciudades dominadas por él). Después se retiró ante la superioridad de los romanos hacia Carpetania. Después esquivó una batalla abierta, cuando Caepio pensaba tenerlo colocado, se escapó con su brillante dirección de la situación, a lo que siguió la estratagema del ataque por sorpresa repentino, que tan eficaz había sido al comienzo de su caudillaje. Consiguió apartarse por completo de Caepio, que acto seguido entró en el territorio de los Vettones y los Kallaicos. Viriato era seguramente tan débil que tuvo que «limitarse a la defensiva em sus montañas» (Schulten N. Jahrb. 1917, 226). La ruta de Caepio está en cierto modo comprobada por el campamento fundado por él, castra Servilla en las cercanías de Cáceres (para Münzer R. E. II A S. 1782 ver Schulten Arch. Jb. XXXIII —1918— 75 ss.; Forsch. u. Fortschr. 1928, Febrero; Arch, Anz. 1933, 531 ss. Kromayer-Veith Schlachtenatlas, Rom. Abt., mapa 11, 6) y por Castra Caepiana (al lado de Decimbra, al sur de Lisboa, ver Hübner R. E. III S. 1279. Schulten Sertorius 70). Sin detenerse en nada especial sigue relatando Appian. Ib. 71 negociaciones, que Viriato entabló con Caepio (véase más abajo). La situación en que éste sucedió ha sido reconstruida por Schulten N. Jahrb. 1917, 226, como una sugestiva suposición. El utiliza a Cass. Dio. frg. 77, 2 (78, 2. B) en donde se relata que Caepio envió una sección montada a través de un río para traer madera del monte donde estaba Viriato: identifica el monte aquí nombrado con el «mons Veneris», que se eleva al otro lado del Tajo, y supone que Viriato se había retirado a este monte preferido por él antes o a otra posición montañosa igualmente segura; para Cass. Dio. véase Liv. pe· rioch. Oxy. 194 s. «Servilius Caepio a(b equitibus, quos Viriatho) obiecerat, claus(us praetorio et paene ustus)», donde las partes completadas no son seguras contra toda duda.

Pero antes de que tratemos del desenlace de estas negociaciones entre Viriato y Caepio, debemos mencionar que a éstas precedió probablemente otro cambio de opiniones. C. Cichorius «Unters. zu Lucilius» (1908) 30, 36 y Schulten op. cit. suponían que Viriato estuvo primero en relación con el gobernador del Norte de España, con el cónsul M. Popillius Laenas; Cass. Dio. frg. 78 (-75 B.). Diod. XXXIII 19 hacen referencia a ello, véase también Volkmann R. E. XXII S. 60 s. Nr. 22. Es imposible demostrar que los dos gobernadores romanos hubiesen planeado una acción conjunta contra Viriato y menos que la hubiesen empezado. No parece haberse llegado a encuentros esenciales entre Viriato y el ejército del Norte, pues Appiano ce calla, aunque C. Cichorius 32 s. de Lucil. 288-290 dedujo que se trataba de una batalla de Popilius contra Viriato. En las negociaciones Viriato habría venido al campamento romano de modo que los romanos tendrían la posibilidad de «ver de cerca» al famoso enemigo; pero esto ya lo pudieron hacer el año anterior cuando el tratado de Viriato con Fabio Serviliano. Las negociaciones, si en realidad han tenido lugar, y las noticias antiguas no se pueden ordenar de otra manera), condujeron a la exigencia por parte de los romanos de entregar a todos los desertores importantes. Viriato obedeció; mató a una parte de los que debía entregar, entre éstos se encontraba su suegro (Astolpas) (Cass. Dio. frg. 78 —75 Β — εν οίς αι ό ηδεοτής αύτου, αίπερ ιδίαν δύναμιν εχων, έφονεύθη), y entregó a otros. Los romanos hicieron cortar las manos a los entregados y con esto se igualaron a los duros usos guerreros ya practicados en la guerra lusitana (ver Appian. Ib. 68 —donde Fabio Máximo utilizó este castigo en el 141, ver Oros. V 4, 12 «quingentis enim principibus eorum, quos societate invitatos deditionis iure susceperat, manus praecidit»— Val. Max. II 7, 16, Frontin. Strat. IV 1, 42. Véase Schulten «Numantia» I —1914— 207). Después el cónsul siguió adelante y exigió la entrega de las armas, véase de vir. ill. 71,2 «pacem a populo (Romano) maluit integer petere quam victus; et cum alia dedisset et arma retinerentur, belum renovavit». Diod. XXXIII 19. Cass. Dio frg. 75; según los datos de Flor. I 33, 7, Viriato fue la víctima de Popillius —una clara confusión con Caepio. Esto indicó a Viriato que era imposible para él un nuevo pacto con el cónsul. Rompió las negociaciones y se retiró a sus montañas. El estado de las fuentes no permite explicar la conexión de estos sucesos con los siguientes. Habrá que suponer que transcurrió poco tiempo hasta que fueron necesarias negociaciones con Caepio, que posiblemente había llevado entre tanto su expedición al territorio de los Gallaicos y atravesado la región a la espalda de Viriato y la había asolado. Las negociaciones entre Viriato y Caepio se conocen por las noticias de Appian. Ib. 71. Diod. XXXIII 1, 3, 21 (Cass. Dio. frg. 78 —75 B—). Tuvieron lugar en el 139, pues Liv. epit. Oxy. 197 s. fija la muerte de Viriato para el año 139 (ver Kornemann Klio 2. Beih. —1904— 102. Schulten «Cambr. Anc. Hist.» VIII 316 lo fecha en el 138). Como enviados de Viriato fueron tres de Urso, es decir, hombres procedentes de la provincia romana, al. campamento romano: Audax, Ditalco y Minuros (así sus nombres en Appian. Liv. Perioch. Oxy. 197; sobre otros nombres y las personas ver Miinzer R. E. V S. 1203 —además Suppl.— Bd III S. 340, 55 ss. —XV S. 1989). No debió ser muy difícil para Caepio hacerles renegar y convencerles a asesinar a Viriato δώροις μεγάλοις αι υπόσχεσι πολλαίς pues : «als man mit der blanken Waffe nicht vorwárts kam, griffen die Römer zum Verrat» (Ε. Kornemann «Weltgeschichte des Mittelmeersraums», hrsg. von H. Bengtson II —1949— 349). La mayoría de las fuentes ven en Caepio el promotor de este hecho vil: La fuente principal, Appiano, que remite a Polybio, y las noticias que remiten a la posterior versión romana oficial en Liv. epit. LIV; epil. Oxy. 197; Vell. Pat. II 1,3. Val. Max. IX 6, 4. Flor. I 33, 17. Auct. de vir ill. 71, 3 (duos satellites). Solamente la versión de Diod. XXXIII 21 que se puede atribuir a Poseidonio trata de disculpar a Caepio diciendo que los mandatarios llegaron por propia iniciativa a Caepio, para pedir el consentimiento en el crimen. En todo caso, Caepio participaba como cabeza del plan. Los enviados volvieron al campamento de Viriato, y le apuñalaron mientras dormía en su tienda. Así cayó por la infidelidad de sus propios paisanos (Eutrop. IV 16, 2. Oros. V 4.14. Ioann. Antioch. frg. 60 FIIG IV). En Roma se conoció lo indigno de esta acción. Los asesinos no recibieron la paga prometida por Caepio. Appian. Ib. 71. Eutrop. IV 16, 3. Oros. V 4, 14. Suda véase Βορίανθος (la versión que aparece en estas fuentes de que los romanos contestaron que ellos nunca habían aprobado que un jefe muriese a manos de sus propios soldados, es calificada por W. Ihne R. G. III 337 con bastante verosimilitud como una versión posteriormente «forjada por la vergüenza»). Ioann. Antioch. frg. 60 FHG IV. Según Liv. perioch. Oxy. 201 s. tuvo lugar este desenlace ya en el año 138. El senado negó la confirmación del pacto y el triunfo a Caepio. Las noticias antiguas son unívocas, por ejemplo Vell. Pat. II, 1, 3 «interempto Viriatho fraude magis quam virtute Servilii Caepionis». Val. Max. IX 6, 4 «Viriathi etiam caedes duplicem perfidiae aecusationem recipit, in amicis, quod eorum manibus interemptus est. in Q. Servilio Caepione, quia is sceleris huius auctor inpunitate promisse fuit victoriamque non meruit, sed emit». Auct. de vir. ill. 71, 4. Flor. I 33, 15 «(imperator Romanus) hanc hosti gloriam dedit, ut videretur aliter vinci non posse». Los lusitanos hicieron a su general muerto unas exequias singulares. El cadáver fue quemado en una pira gigantesca; fueron ofrecidos numerosos animales. La totalidad del ejército estuvo presente; se cantaron canciones en honor a Viriato. Después se levantó un túmulo y hubo una demostración de doscientas parejas de soldados. Appian. Ib. 72. Diod. XXXIII 21 a. Liv. perioch. LIV «Viriathus... ab exercitu suo multum comploratus ac nobiliter sepultus, vir duxque magnus et per XIV annos, quibus cum Romanis bellum gessit, frequentius superior». La lucha de los lusitanos contra los romanos continúa. El sucesor de Viriato lo fue Tautalos (Münzer R. E. V A. S. 72 s.). Después de poco tiempo tuvo que capitular sin condiciones. El resto de los compañeros de armas de Viriato fue establecido al año siguiente por Decimus Iunius Brutus Callaicus, sucesor de Caepio, en la colonia recientemente fundada, Valentía. Appian. Ib. 72. Liv. epit. LV. véase Münzer R. E. X S. 1022, 30 ss. Schulten R. E. VII S. 2148 Nr. 4.

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(10): FLORO (I 33, 16); OROSIO (V 4, 2,)

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(11): Arturo Álvarez Álvarez, “Guadalupe. En los clásicos y en los viajeros antiguos” - Madrid 2002

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(11a): Pag 358 y ss. El Barón de Rosmithal; cuñado del rey de Bohemia, viene a España en 1466.

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(11b): Pag 322 y ss. Jerónimo Münzer, nacido en El Tirol en 1459;

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(11c): Pag 310 y ss, Antonio Lalaing. Nacido en Países Bajos en 1480, vino a España con Felipe el Hermoso.

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(11d): Pag 341 y ss. Andrés Navajero, nació en Valencia en 1483

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(11e): Pags 272 a 274. Hernando Colón, hijo del descubridor, nació en Córdoba en 1488 y murió en 1497. E

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(11f): Pag 382 y ss. Pedro Juan de Viluga. Geógrafo valenciano del que apenas hay datos, sabemos que en 1546 escribió su relación de viajes.

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(11g): Pags 208, 209 y 210. Joseph de Sigüenza, nacido en 1544

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(11h): Pags 176 y 177 . Rodrigo Méndez Silva, portugués nacido en Celórico en 1606 y muerto en Italia en 1680.

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(11i): Pag 300 y 301. Alfred Jouvin. Sacerdote nacido en Francia en 1672.

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(11j): Pag 404 y ss. Martín Zeiller. Publica en 1656 su Itinerarium Hispaniae

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(11k): Pags 262 a 268. Norberto Caímo, nacido en Olmedo en 1730 y muerto e Italia en 1754

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(11l): Pags 276 y 277 Antonio Conca Alcaráz, nacido en 1746 y muerto en 1793, fue sacerdote jesuita.

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(11m): Pag 294 y 295. Richard Ford nacido en Londres en 1796

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(11n): Pag 304 y ss. el conde de Laborde. Nacido en París en 1773

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(11o): Pag 386 y ss. Samuel Edward Widdrington; marino inglés que publicó Spain and Spaniards in 1843

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(11p): Pags 45 a 48 . Vicente Barrantes y Moreno nació en Badajoz en 1829

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(11q): Sobre el viaje de Miguel de Unamuno a Guadalupe, el libro de Arturo Álvarez Álvarez resume sus palabras desde la pág 363.

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(12): https://www.upo.es/revistas/index.php/atrio/article/view/3076/3790

El Cortijo del Rincón, en el paisaje agrícola del Monasterio de Guadalupe // José Maldonado Escribano

"A lo largo de la Edad Moderna dicha institución religiosa se abasteció del aceite sacado de su olivar, así como obtuvo importantes rentas gracias a su explotación. Incluso le sirvió como residencia campestre temporal para monjes e invitados, completándose con las viviendas estables de los trabajadores del latifundio. Destacan de él la capilla construida en la segunda mitad del siglo XVI, que presenta un excelente retablo de azulejos talaveranos que cubre toda la cabecera con una rica iconografía religiosa, de buena calidad y conservación. Por otro lado, la bodega, de planta rectangular y gran capacidad, es de las más atractivas que conocemos en Extremadura. Estudiamos este complejo desde su origen hasta la actualidad, utilizando fuentes inéditas de la Edad Moderna que se ocupan de él, libros de contabilidad propios, además de mapas y planos realizados ya en el siglo XVII".

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(13): Antonio Ponz “Viage de España”; Madrid, el año 1784

SIC:

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CARTA III .

1 Amigo mió : Salí de Talavera para Guadalupe y adonde llegué felizmenmente ,

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(13a): sin embargo de la aspereza , y soledad de los caminos. Estoy contento por tener materia de llenar una carta agradable, y según el genio de V . Los lugares, y distancias de este camino , cuyo total asciende a diez y siete leguas , es como sigue:

Desde Talayera á Calera. . . 3. leguas.

á Alcoléa . . . . . . ................ 3 leguas .

á Villanueva , ó Puente del

Arzobispo. . . . . . . . ........... 1 legua

á Villar del Pedroso. . . . .... 2 leguas

á Guadalupe. . . . . . . . ........ 7 leguas

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(13b): Se va desde Talavera á Calera por territorio llano , dexando el Tajo á la mano izquierda: Hay cultivo básta la distancia como de una legua, que es donde acaban los olivares , y desde allí adelante todo lo vi pelado de estos , y otros árboles, sin haber notado labores de gran consideración.

A la izquierda se descubre el lugar de Herencias, y una granja de los PP. de S. Gerónimo de Talavera llamada Pampajuela. Calera es pueblo de quinientos vecinos, á lo que me dixeron, con casas bastante bien construidas y el altar mayor de la parroquia es de regular arquitetura, como también las pinturas de sus intercolumnios.

Se ven algunos olivares al rededor de la villa

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(13c): pero pocos, según lo que podía dar el terreno. De allí es de donde se lleva la tierra que gastan los alfareros de Talavera.

3 Causa lástima ver quán eriales son las tierras desde Calera hasta el Puente del Arzobispo: siendo estas de excelente calidad, no se descubre sino tal qual casa de labranza, muy distantes unas de otras. Se atraviesa una dehesa perteneciente al convento de las Señoras de las Huelgas de Burgos. A la mano derecha de este camino se descubre el

castillo de Gropesa, y á la izquierda en la parte opuesta de Tajo a Aldea nueva de V a ldearroya.

4 Villanueva del Puente , vulgarmente llamada Puente del Arzobispo, la fundó el insigne Prelado D . Pedro Tenorio, Arzobispo de Toledo, quien asimismo mandó hacer juntó á ella un famoso puente sobre el Tajo con once ojos. Se ha renovado últimamente, reedificando tres de ellos: es de las obras mas dignas, grandiosas , y benéficas entre las muchas que aquel gran Prelado dexó hechas: su construcción es fortísima, y para defensa mandó hacer dos torreones en los tercios del puente. Sobre el arco del primero, saliendo de la villa, hay un letrero de muy bellos caraderes, según la usanza de entonces, en que se lee: Esta puente con sus torres de ella mandé

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facer el mucho honrado en Christo Padre , y Señor D . Pedro Tenorio , por la gracia de Dios Arzobispo de Toledo, Acabóse de hacer en el mes de Ottuhre el año del Señor de MCCCXXXVUL

5 A cada lado de la sobredicha inscripción se ve el escudo de armas de aquel Prelado con un león rapante, y el capelo encima. En un nicho mas arriba del letrero hay una figurilla de marmol, que representa la Caridad , y tiene un niño en brazos, y otro de la mano. En verdad que en parte ninguna puede colocarse con, mas propiedad dicha figura.

Dudo que sea tan antigua como el puente; pero el que la puso bien sabia á qué grado llega este género de caridad en beneficio común , de que había de haber muchos exemplos.

6 El vecindario de esta villa se reputa de trescientas familias, de las quales se ocupan algunas en la fábrica de losa, pues hay alfares como en Talavera ; y aunque la obra es mas común, tiene su despacho regular. Encontré algunos arrieros Aragoneses , que me dixeron traían el color azul de su tierra para vender á los alfareros , y era el que usaban en la losa. Después me acordé si sería el cobalto de la famosa mina del valle de Guistau en la parte de los Pirineos de aquel Reyno, de que hace tan ventajosa , y útil des-

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cripcion D. Guillermo Bowles en su Geografía Füica de España , pag. 397.

(13d): 7 Saliendo del Puente del Arzobispo para el lugar del Pedroso, se ve á la mano izquierda en corta distancia la villa de Azután, y su territorio , que es de las Monjas de S. Clemente de Toledo; á la derecha Torrijos, y el monte de Oropesa , que se extiende hasta el mismo Villanueva , como también los términos de Azután, Torrijos , y el Pedroso, pues Villanueva apenas tiene término a l guno.

8 A medio camino del Villar se pasa el Pedroso, arroyo que da el nombre á dicho pueblo: perecen en él los pasageros de quando en quando por falta de un pontón, que podía costar muy pocos reales: va siguiendo el camino por entre lomas mal cultivadas , y pedazos de monte poco cuidádos. Algunos sembrados, y olivares cerca del pueblo i n dican que la tierra es bastante buena para mantener muchos vecinos.

(13e): 9 Las siete leguas que hay desde el pequeño lugar del Pedroso á Guadalupe , son de un verdadero desierto, sin hallar en todo el camino mas que una casa llamada el hospital del Obispó, situada en una alta cumbre a la distancia de quatro leguas , caminando siempre por senderos fáciles de perder;

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pues aunque se va mejor desde el Puente del Arzobispo á Guadalupe por un pueblo llamado Mohedas, se rodean dos leguas.

10 A la izquierda saliendo del Villar , se ve Carrascalejo , y á la derecha está Valdelacasa, lugares cortos. A l cabo de una llanura entre encinas, y sembrados, se empiezan á subir los altos cerros de la cordillera, de Guadalupe. El primero y segundo son muy elevados, y fragosos, entre los quales hay un terreno interrumpido de lomas , y frondosos, aunque estrechos valles, que parece convidan á hacer allí muchas poblaciones. Toda la tierra está vestida de carrascas , madroños, romeros, y otros géneros de arbustos inútiles en aquella soledad. El segundo de estos altos cerros está coronado de grandísimos robles, y es donde se encuentra el hospital, que llaman del Obispo. En lo antiguo fue casa de recreación del Rey D. Pedro, y el Rey D. Enrique su hermano la destinó para hospedage de peregrinos. Después la dilató , y ensanchó D . Diego de Muros, Obispo de Canarias. D . Juan del Castillo, Obispo de Cuba, dotó dicho hospital para que á cada peregrino se le diese en él un pan de á libra. Al presente se halla en decadencia esta obra aunque todavía se da algún socorro á los pobres que pasan por allí.

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11 Las tres leguas de camino desde el hospital hasta Guadalupe son, como las antecedentes, montuosas , solitarias, y al mismo tiempo fecundas de su naturaleza; pero sin provecho para los hombres. Se concluye esta jornada de desierto con una baxada hasta el monasterio , de las mas terribles que he visto. El monte , á cuyo pie está situada la villa , y el monasterio , tiene cultivo de olivos, sembrados, viñas, castañares. Veremos lo que hay de particular en este nombrado sitio , y se lo comunicaré á V . en la inmedíata Carta. Nuestro Señor guarde á V . muchos años. Guadalupe.

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CARTA IV

(13f): Amigo: Sin embargo de la aspereza, y a la soledad de estas encumbradas sierras, estoy resuelto á atravesarlas otra vez de oriente á poniente, ya que las tengo andadas desde norte á mediodía; y me mueve a ello cierta curiosidad que diré luego, y el saber que hay algunos sitios muy bellos por donde ahora pienso encaminarme ; pero antes oiga V . las cosas notables de Guadalupe.

2 Es villa de seiscientos vecinos á lo que te reputa , y la mayor parte dependen en una lanera ú otra del monasterio de Monges de .....

CARTA IV (sigue)

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30 Quieren algunos , que en donde está hoy Guadalupe hubiese un antiquo pueblo llamado Cecilia Germelina, Si es así , se puede conjeturar, que el nombre de Cecilia se lo diese Quinto Cecilio Mételo, Capitán, y Cónsul en la España citerior, y que el de Germelina se le atribuyese por su gran fertilidad, que anualmente conserva , dimanada de la bondad de la tierra , de lo freqüentes que allí son las lluvias , de los muchos arroyos, y rios de sus contornos , de lo templado del clima, originándose de esto , que lo mas del año es una primavera, y siendo mas seguros

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que en otras partes los frutos de las plantas mayores , como son olivos, naranjos , limones, y todo género de frutales. Son excelentes los vinos, y últimamente las carnes, los pastos , y demás semillas de estos contornos, que no ceden á las de ningún otro pais, pudiéndose añadir, que si á las cordilleras de los montes de Guadalupe se les diese todo el cultivo de que son capaces, podían serían útiles como una: Provincia entera. Ahora suministran todo género de caza

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C A R T A V.

(13g): Estimado amigo: El dia que salí de Guadalupe, llegué, casi retrocediendo hacia Madrid , á un pueblo en la rivera del Tajo, llamado Talavera la vieja , cuyo itinérario es:

á Navalvillar de Ibór....... 4 leguas,

á Castañar de Ibór. . . . . . 1 legua

al Bohonal ...................... 3 leguas

a Talavera la vieja .......... 1 legua

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(13h): Estas nueve se me hicieron muy largas desde que dexe los montes de Guadalupe, pues aunque el camino es de los mas fragosos, la variedad de objetos lo hacen fácil , corto, y sumamente deleitable.

2 Desde Guadalupe se sube caminando hácia poniente por la ladera de un monte junto al mas alto de estos cerros, que llaman las Villuercas, y se encuentra por este camino un famoso aqüedufto por donde van las aguas á la villa , y monasterio. En lo alto, distante un quarto de legua de Guadalupe, hay una ermita de arquitectura gótica , magnifica en esta clase , y de las mas gentiles que he visto , dedicada á la Santa Cruz. Está situada en medio de la loma entre las dos altas cumbres de Villuercas , á la izquierda, y á la derecha de Altamira» Se continúa en estas quatro leguas por un territorio lleno de copiosos arroyos , que todos van á juntarse con el rio Ibor, cuyo origen es al lado de las Villuercas, y corre á unirse con el Tajo, no lexos del Puente de Almaraz, por espacio de siete u ocho leguas, en las quales cria truchas.

3 La travesía de las dos primeras leguas hasta Navalvillar se llama el Deheson , que pertenece al monasterio del Escorial, y se extiende en redondo algunas leguas hasta Cas-

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tilblanco , pueblo situado tres ó quatro, mas al oriente de Guadalupe. Sin embargo de su buena calidad , abundancia de aguas , y otras ventajas, se ve casi despoblado , y solo cubierto de monte baxo , pudiendo haber en él (hablo solo por donde yo lo atravesé) muchos lugares, como parece que Ips hubo, quedando todavía sus nombres á los sitios

donde estuvieron, como son el Mostajo, Liléazos , Lihañazuelos , la Hoya

5 las Vendolas,

4 Al salir del Deheson se atraviesa et rio Ibór por puente, y se le une en dicho parage otro riachuelo llamado Cehea. Un quartode legua mas allá se pasa otro mal puente sobre el riachuelo Espinarejo , que se une al mismo Ibór , adonde van otros mil arroyuelos , y fuentes , cuyas márgenes frondosísimas de alisos, robles, quexidos, encinas, alcornoques, y Otros muchos árboles repartidos por el monte, excitan ideas amenísimas en la imaginación, y recrean extraordinariamente el ánimo: en esta forma se andan sin sentir las quatro leguas hasta Navalvillar , atravesándose antes de llegar un sitio llamado Garganta honda cuya frondosidad es imponderable.

5 Navalvillar de Ibór es pueblo de sesenta vecinos. Los castañares , que se ven en

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sus cercanías, y algunos en la falda de los opuestos cerros , son claro indicio de que todos podrían estar cubiertos de estos árboles, y si se quisiera , de vinas, olivares y sembrados, en lugar dé los espinos , jaras , y otros arbustos inútiles en aquellos parages. La misma naturaleza de terreno es la que hay entre Navalvillar , y Castañar de Ibór, distante una legua el uno del otro ; pero el - segundo todavía mas ameno , y frondoso que el primero , cercado de altísimos, nogales, castaños, cerezos, y de otras suertes de frutales , con linares , legumbres, cristalinas, y abundantes aguas: á la mano derecha hay una travesía por esta sierra "aldelacasa, en un parage de la qual se ha descubierto una fuente de agua medicinal aceda y que van á tomarla desde muy lexos con la fama de su virtud para varias dolencias.

6 Continuando el camino desde Castañar, se pasa junto á un pequeño pueblo llamado Avellaneda, cercano al citado rio, y se va ya descendiendo de la serranía de Guadalupe basta un valle dilatado, y muy espeso de inútiles árboles entre dos cerros, que estrechándose después por largo espacio, sirven de angustiar el ánimo del caminante hasta el Bahonal pueblo pequeño. Dexado éste á

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(13i): mano izquierda, tomé la ruta de Talayera la Vieja , distante de él una legua , por entre centenos , y monte encinar.

7 Es tanto lo que me ha gustado la serranía de Guadalupe, que quiero volvamos á ella por un momento, antes de tratar de Talavera la vieja. Lo mas encumbrado de dichas sierras son dos puntas, que, como queda dicho, se nombran Villuercas, distantes una legua del monasterio. De ellas, como cabeza de toda la cordillera, salen varios ramales de cerros , que extendiéndose desigualmente por diversos lados, forman esta frondosa , é intrincada serranía, de las mas famosas de España, y aun de las mas útiles, si se cuidara, y cultivara su suelo perfectamente. No hay palmo de tierra que no sea fructífera en su vasta extensión , produciendo hasta el esparto en las hendeduras de las peñas , sin que los frios, nieves , ó escarchas embaracen su fertilidad. Castaños , encinas , quexidos , robles, fresnos , pinos , avellanos, son plantas que produce la naturaleza en las cumbres, y laderas, no faltando donde quieren cultivarlos, todo género de frutales para el sustento desús moradores. Alisos, tillos , aloros , durillos, aceres, mostazos , sauces, y otras infinitas especies de árboles , y arbustos cubren las orillas de sus nos, y arroyos.

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8 Las yerbas medicinales son muchas,y de notable virtud : se encuentran el vicentóxico, espinacardi , carquesa , el eléboro ó verdegambre. Los bosques , ó espesuras son por algunas partes impenetrables, y sirven de abrigo á los venados, ciervos , corzos, javalíes , cabras montesas , y asimismo á los lobos , y á otros animales carniceros. Hállase por todo gran copia de caza menor.

9 En lo mas elevado de las Villuercas tienen su origen quatro ríos. Dos de ellos, que son Guadalupe , y Ruecas , corren, el primero hácia oriente , y el segundo ácia mediodía, y van á desaguar en Guadiana. Los otros dos corren ácia el norte: son el Ibór, y el Almonte, que desaguan en el Tajo , recibiendo antes gran número de arroyos. Son abundantes de truchas de exquisito sabor, pescándose también en ellos barbos, cachuelos, bogas. Los mismos peces, á excepción de las truchas, se pescan en los que caminan á mediodía.

10 Es constante , según la opinión de algunos, que hay en estas sierras minas de plata , hierro , piedra alumbre , vitriolo , y que á la vista de Logrosan hay una de esmeraídas. Tampoco faltan mármoles de diversa especie y particularmente negro con vetas blan

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cas, y otras piedras, que admiten pulimenta. Las losas de pizarra de grandísimo tamaño son comunes. Entre las infinitas fuentes, que se hallan en valles , y cumbres , las hay de conocida virtud ; pero como de estas no se ha praélicado análisis para reconocer los minerales qué se la comunican , solo por experiencia se aprovechan los naturales en sus achaques. No ha mucho se ha descubierto la que se dixo arriba de agua aceda entre Castañar de Ibór , y Valdelacasa , cuyas qualidades comunicadas por el hierro , y vitrio lo han producido, y producen excelentes efectos en diversas enfermedades. Ultimamente los habitadores de esta sierra poquísimos ,en comparación de los que podia haber, aprovechándose de las aguas que se descuellan para regar sus huertas, logran todo género de legumbres , hortaliza, y frutas, y asimismo de lino muy exquisito.

(13j): Pero metámonos en Talavera la vieja para hablar un poco de antiguallas.

11 Está situada la villa en la misma orillá oriental de Tajo en territorio llano: se reputa de mas de cien vecinos : dista diez leguas de Talavera de la Reyna, y nueve de Guadalupe. En sus contornos hay algunos sembrados, y viñas ; pero lo mas son encinares, y pastos , que sirven para la cria de

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(13k): vacas , y cerdos. Si no fue esta la Ebora , Ibora , Ebura , ó Talahrica , por lo menos sus ruinas son de una considerable población Romana. Apenas hay casa cuyas jambas , y linteles no sean piedras de edificios antiguos arruinados. Buena parte de la torre de la iglesia, la panera del Conde de Miranda, quien pertenece el Señorío de este pueblo, los corrales , y cercados tienen de estas piedras.

12 En las eras se descubren todos los días cimientos antiguos, y se ven por aquella parte pedazos de la fortísiraa muralla, construida de hormigón, y dura cal, que cercaba el pueblo , dando vuelta á cordel por los lados de oriente , y norte hasta el rio, continuando sus ruinas por la rivera. En un arroyo hácia oriente se ve un aqüeducto de argamasón, por donde podia caminar una persona, como se ve en su boca baxando del lugar adonde está la barca de Tajo. Parece que el tal aqüedufto venia de donde antiguamente estaba el lugar de Alija, distante media legua , hoy destruido ; no quedando allí mas del castillo. Se hallan en un parage en dicho arroyo tres figuras muy informes de grandes trozos de piedra berroqueña, que parecen de bueyes, ó terneros, fuera de uno , que tira á la figura de verraco

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Inmediata á este sitio hay una ermita construida en gran parte de antiguos sillares.

13 También vi en la casa de un labrador, llamado Joséf Sánchez Cano, una. cabeza de javalí , ó cerdo empotrada en la pared, y muy bien executada. Junto á las puertas de las casas del lugar , y en otros sitios se encuentran capiteles, por lo regular dóricos, y jónicos, que sirven de asientos : asimismo se encuentran basas, trozos de columnas grandes, y de estas formados pesebres para comer el ganado; aunque regularmente son de piedra berroqueña, se encuentran también fragmentos de fino marmol. Se conoce que hubo en este pueblo porción grande de inscripciones, y las hay,aunque las mas tan gastadas, que no pueden leerse. D . Ignacio de Hermosilla, Oficial segundo de la Secretaría del Despacho de Indias, en la noticia que publicó de Talavera la vieja el ano de 1763, pone dichas inscripciones , figuradas también las piedras con noticia de sus medidas. Las mas legibles son estas dos, que se pueden reducir al alto Imperio.

L, V I B I O . Q V I R I

REBVRRO.

V A L E R I A . T A G A N A

D V L I O N I S . F I L I A

TESTAMENTO. PONT. IVSSV.

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I , ELENA

AL-ffiSII

H. S. E. S. T . T . L .

MODEi- :

: : A : :

(13l): 14 Hay otros fragmentos también de inscripciones de mas excelente carader , sin duda del siglo de Augusto , y además de los que trae el Señor Hermosilla , en el corral de una casa vi este principio en una piedra. MAVRE. En la huerta de Matías Parra hay una con caracteres desconocidos muy arruinados. La siguiente es la mas estimada de los del pueblo, considerándola como prueba de que él fue la antigua Elvora, ó Evura, y patria de los Santos Mártires Vicente, Sabina, y Cristeta. Se encuentra hoy en la sacristía de la parroquia , y en caraóléres bastante buenos está escrito lo siguiente : F centius, Sabina , et Cristeta in hac civitate Evurae nati fuerunt , ¿? Vinceniius inclus. in carcere pat. coe. V . conocerá desde luego la poca opinión que dicha piedra puede hacer. En mi sentir la piedra se labró antes que las letras , aunque imitan á las del buen tiempo; es fragmento de ara de marmol.

15 Lo mas notable de Talavera la vieja son las ruinas de un templo situado acia el norte de la villa: en su lado que mira

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(13m): al mediodía, se conservan en pie quatro columnas, una en la que mira al oriente , y otra al lado de poniente. Mantienen todavía los arquitrabes, y porción de la cornisa. Sobre las dos columnas de ácia el centro se forma un arco de piedra berroqueña en sillares, de cuya materia es el resto de la fábrica. Las columnas son istriadas con proporción corintia, aunque sus capiteles son una especie de compuesto caprichoso. En las istrias de las columnas , y arquitrabe permanecen ciertas labores de estuco, no de muy buen gusto.

16 El pavimento de losas berroqueñas se termina con un zocolo , ó especie de imposta, en que sientan los pedestales de las, columnas, de tres pies de diámetro, las quales debieran ser diez y seis, quatro en la frente, quatro en el lado opuesto, y seis en los colaterales, contando las de los ángulos, que constituyen el numero quatro de las dos fachadas referidas.

17 En la cilla , ó granero, perteneciente al Señor de la villa, quedan residuos de otro tiempo casi enfrente del referido , y se reconocen hasta la altura de unos siete pies en los lados de oriente , poniente, y mediodía, consistiendo en un gran número de gruesas piedras sillares como las del antecedente. En el lado del norte se conservan la ma-

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yor parte de tres columnas con sus basas, y son también istriadas; pero de menor diámetro que las antecedentes, y están embutidas en la pared. En la fachada se ve un pedazo de bóveda rota , sobre la que hay escalones. Es común opinión en el pueblo, que el sótano debaxo este templo es donde fueron encarcelados los Santos Vicente , Sabina, y Cristeta.

18 El que quiera mas individuales noticias de las antigüedades de Talavera la vieja, con estampas de sus monumentos, vea las que el Señor D. Ignacio Hermosilla publicó en el citado año , y hallará diversas conjeturas sobre el edificio, que hoy es cilla, ó panera, y la relación que este pudo tener, con otros adyacentes , fundándose en los residuos de columnas , pavimentos, y otros, que todavía existen, algunos caidos en el rio, y Varios esparcidos por el pueblo.

19 Resulta de todo haber sido Talavera la vieja pueblo de consideración en lo antiguo; y que si no fue el que los naturales pretenden, tiene honores de ello. Sin duda á este territorio lo encontraron los Romanos abundante, y adaptado para el cultivo, en Vista de las grandiosas memorias que dexaron en él. No dudo que ellos regarían las mejores porciones de su término como son

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las que llaman Dehesa Boyal, y Dehesa Retuerta, pudiéndose sacar para esto , y para mucho mas las aguas del Tajo. De esta misma opinión eran algunas personas de juicio de la villa.

(13n): 20 No le dé Dios á nadie posada semejante á la que yo encontré en Talavera la vieja. Nada habia á qué apelar , ni para los hombres, ni para las bestias; pero nos abrió Dios un camino en la bondad, y cortesanía de Andrés Mendo, Alcalde, quien nos recogió en su casa, procurándonos todo lo necesario en el poco tiempo que estuvimos en ella.

21 Desde aquí tomé el camino de Plasencia, adonde llegué en dos dias: los lugares, y las distancias son: desde Talavera la vieja á

Valdehuncar . . . . . . .......................... 2. leguas.

á Belvis . , . y á Almaraz y al Toril .... 2. leguas

á Malpartida ....................................... 5. leguas

á Plasencia ......................................... 1. leguas

22 Inmediatamente que se sale de Talavera, se pasa el Tajo en barca, y se camina una legua cerca de su ribera por tierras de sembradío, entre encinas , y xarales liasta llegar á Alarza, granja de Religiosos

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Bernardos. En la otra legua que se camina hasta Belvís, se dexa á la derecha un lugarejo nombrado las Casas de Belvís, y á la izquierda se ve un convento de Franciscos Descalzos en parage eminente arrimado al Tajo.

23 Belvís tiene asimismo situación elevada, descubriéndose desde él un dilatadísimo territorio, y una larga cordillera de montes que dividen Castilla la vieja de Extremadura, desde antes del Puerto del Pico, hasta mas allá del de Baños. Hay en esta villa, además de la parroquia , dos conventos de Monjas. El castillo, que todavía se mantiene bien

conservado, puesto sobre una roca, manifiesta que fue lugar muy fuerte en otro tiempo. Actualmente es tan corto como Talavera la vieja.

24 La población de la villa de Almaraz es á poca diferencia como las referidas: por allí pasa el camino Real de Extremadura, y Portugal á Madrid. Lo mas notable es la fachada de la iglesia parroquial, que consiste principalmente en quatro columnas de orden jónico. En la distancia de una legua, caminando á mediodía , se encuentra el célebre puente de Almaraz sobre el Tajo : fui á verle, y digo sin rezelo , que es comparable á las fábricas mas magníficas en esta linea ....

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(14): Idem cita (7)

Antonio López Gómez: La navegación por el Tajo. El reconocimiento de Carduchi y otros proyectos.

Real Academia de la Historia - 1998

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(15): Miguel Méndez-Cabeza Fuentes “LA MEJOR TIERRA DE CASTILLA”, COLECCIÓN DE ARTÍCULOS DE ESTA WEB https://lamejortierradecastilla.com/tag/miguel-mendez-cabeza-fuentes/

(15a): EL CAMINO REAL DE GUADALUPE (6) LOS PUENTES DE PUENTE

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Se puede decir que Puente del Arzobispo es un pueblo que nace directamente del camino de Guadalupe. Aguas abajo de Talavera de la Reina eran muchos las leguas que recorría el Tajo sin que hubiera ni un solo puente estable desde el tiempo de los romanos. Talavera mantenía a ultranza sus derechos sobre el paso del río por los grandes beneficios económicos y estratégicos que ello le reportaba, y ponía por ello toda clase de dificultades a la construcción de algún otro puente que hiciera competencia al suyo, aunque a duras penas se mantuviera en pie y hubiera de sufrir continuas reparaciones causadas por las crecidas. Por este motivo, incluso llegó a haber encuentros violentos con las gentes de la villa de Azután que defendían el paso a través del Puente Pinos, situado bajo el embalse de la villa de Azután cerca del muro. Era éste muy precario en su construcción y pertenecía a las monjas del convento de San Clemente de Toledo, señoras de esta villa ribereña. Las gentes que querían cruzar el Tajo y aventurarse en La Jara, bien para repoblarla o para dirigir hacia los pastos de invierno a sus ganados trashumantes, debían vadearlo en las zonas más favorables durante el estiaje o atravesarlo en las barcas y cajones que cruzaban el río y que estaban frecuentemente situados aguas arriba de las presas molineras.

A finales del siglo XIV detentaba la mitra toledana el arzobispo Tenorio quien al parecer tenía propiedades en la zona de Alcolea que había heredado de su madre Juana Duque, de una noble familia talaverana. El prelado frecuentaba la zona por esta razón y conocía de los peligros que debían hacer frente los miles de peregrinos que se dirigían al monasterio de Guadalupe. Conmovido por los riesgos que afrontaban, el arzobispo inició la construcción de un magnífico puente medieval, aunque parece que antes de este puente existió otro de madera junto a una pequeña población llamada Alcherina.

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(15b): EL CAMINO REAL DE GUADALUPE (7) EL PATRIMONIO DE PUENTE DEL ARZOBISPO

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La afluencia de romeros a Guadalupe era tal que se hizo necesaria la institución de dos hospitales que acogieran por un lado a las mujeres y niños expósitos y por otro a los hombres. Sus dependencias se situaban en torno a dos patios y su estructura general se conserva, pues formaban parte del edificio que ocupa todo el lado oeste de la plaza mayor puenteña. El concepto medieval de hospital es muy diferente del actual y en su mayor parte eran simplemente edificios donde se cobijaban de las inclemencias del tiempo los viajeros pobres sin que su fundación conllevara, en la mayor parte de los casos, la manutención ni los servicios de médico o barbero-cirujano propios de la época. En el caso de los hospitales de esta villa, el arzobispo Tenorio dejó ordenada la entrega de pan a los peregrinos

LOS MOLINOS DE PUENTE: Varados en el río se hallan los olvidados molinos de Puente que por su importancia etnográfica e histórica bien merecerían la atención de las diferentes administraciones para su conservación. En el siglo XVIII se dice de ellos que “no hay en el Tajo otros mejores ni más resistentes”

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(15c): CAMINO DE GUADALUPE (8) UNA EXCURSIÓN A LA FORTALEZA DE CASTROS

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Desembocadura del río Pedroso, donde se desarrolla la leyenda de la mora

Después de andar unos dos kilómetros tropezamos con la desembocadura del río Pedroso que se despeña en cascada sobre el Tajo en un hermoso paraje

En la elevación situada entre los dos ríos se sitúa la fortaleza que formaba, junto a Vascos, Espejel, Alija, Azután, Canturias o Talavera, parte de una línea defensiva destinada a impedir que los cristianos atravesaran la línea del Tajo en su avance hacia el sur.

Se trata de una alcazaba con un poblado alrededor sin contar en este caso con el amurallamiento que rodea al caserío en el caso de la Ciudad de Vascos pero que, como se deduce por sus características constructivas, también se construyó entre los siglos IX y XI por las aguerridas gentes bereberes con las que los árabes repoblaron estas orillas.

Reconquistada esta tierra por Alfonso VI fue encomendada la defensa de este castillo a los caballeros de Calatrava y de ahí que a unos molinos cercanos, situados río arriba, se les conociera como molinos “de Calatravilla”.

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(15d): CAMINO REAL DE GUADALUPE 5, NOS ACERCAMOS AL EMBALSE DE AZUTÁN Y EL BERCIAL

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UN CASTRO JUNTO AL MURO DE AZUTÁN

Otro castro que está siendo estudiado se sitúa también junto al río cerca de El Bercial, en Alcolea de Tajo, muy cerca del embalse de Azután. Bajo el pantano estaba el antiguo vado de Puente Pinos.

Recreación de la planta del castro de Puente Pinos en El Bercial

El castro está amurallado, con dos recintos levantados en piedra con taludes que la refuerzan y con torres de diferente planta. En el interior se encuentran varias fases de población iniciándose en la fase orientalizante anterior de la que se han hallado significativos elementos cerámicos.

También hay junto al muro de la presa de Azután un importante yacimiento paleolítico excavado en el que se han encontrado numerosos útiles de piedra.

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(15e): CAMINO REAL DE GUADALUPE 4, HASTA ALCOLEA

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Los romanos dejaron también su impronta en la zona, como en la cercana finca Torrejón, situada junto a la cañada y cuyo nombre es sugerente de antiguas fortificaciones. En una fuente cercana se ha utilizado otro sepulcro antropomorfo como abrevadero. En la finca El Rincón se han encontrado capiteles labrados y columnas como muestra del paso de los visigodos.

La huella musulmana la lleva Alcolea en su propio nombre pues “Al- culay´a” quiere decir “el castillejo” en árabe.

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(15f): CAMINO DE GUADALUPE (10) VILLAR DEL PEDROSO

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En primer lugar tenemos que resaltar que nos encontramos en la población de la comarca donde se han hallado un mayor número de verracos. Hasta ocho ejemplares diferentes de estas esculturas zoomorfas se han podido localizar en el casco urbano y en diferentes parajes de su entorno. A la entrada de la población se puede ver hoy día una de ellas en una zona ajardinada por el ayuntamiento, otros se localizan en una calle cercana paralela al arroyo Cagancha y otras halladas en fincas privadas como el toro de La Oliva que también se ha llevado a Villar y está situado en una de las plazas del pueblo.

Otras lápidas han sido encontradas en La Oliva y en la dehesa de La Argamasa, cuyo nombre ya nos indica la presencia de restos de muros romanos en un importante yacimiento que además contaba con una antigua mina en su entorno.

La presencia musulmana está constatada por la fortaleza de Castros que ya conocemos y por la referencia en antiguas relaciones a una cerca de tapial que protegía el caserío de El Villar. En la sierra de El Villar se puede ver una torre de observación o atalaya rodeada por una pequeña muralla.

Toro vettón de La Oliva en El Villar del Pedroso

El significado y función de estas esculturas ha sido muy discutido. Algunas estaban situadas a la entrada de los castros y de las cercas donde encerraban los vetones a sus ganados, tal vez con una simbología mágico-religiosa de protección de los ganados y las personas. Hay autores que van más lejos y los consideran elementos religiosos que podrían representar a una divinidad, mientras que otras teorías proponen a los verracos como indicadores de caminos ganaderos, de pastos, de abrevaderos o de zonas de influencia de una tribu determinada. Algunas de estas esculturas han aparecido asociadas a enterramientos o reutilizadas en ellos como monumentos funerarios.

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(15g): COSAS DEL CAMINO REAL DE GUADALUPE EN VILLAR DEL PEDROSO (11)

https://lamejortierradecastilla.com/cosas-del-camino-real-de-guadalupe-en-villar-del-pedroso-10/

También se pueden visitar en el pueblo algunos edificios de interés directamente relacionados con el Camino de Guadalupe. Es curioso observar como el caserío más antiguo se situaba en torno a la iglesia, pero el trasiego de romeros y todo lo que conllevaba hizo extenderse al pueblo hacia la transitada vía de peregrinación.

Placa fundacional del hospital de Peregrinos de Villar del Pedroso

En primer lugar hemos de fijarnos en un gran edificio con portada gótica que albergó en su tiempo al hospital de Villar del Pedroso. Una placa con escritura del siglo XV conmemora su fundación por el canónigo de la Colegial de Talavera don Hernando de Alonso, un personaje que, durante toda su vida y en el legado que dejó a su muerte, dedicó sus afanes a la caridad hospitalaria. En Talavera fundó el Hospital de la Misericordia cuyo edificio se conserva hoy frente a la “Colegial”, dirigió también el hospital de Puente del Arzobispo y fundó éste de Villar del Pedroso, pueblo en el que había vivido como párroco.

Fachada que es tradición fue la hospedería de Villar donde pernoctó Carlos V.

Frente a este edificio se sitúa la actual casa-curato que en sus tiempos fue la hospedería, lugar donde se alojaban los viajeros sanos, mientras que los peregrinos enfermos eran acogidos en el hospital. A lo largo de la calle se pueden ver todavía algunas casonas entre la que destaca una blasonada también de estilo gótico.

El pilón que hay junto al camino de Navalmoralejo es casi monumental, aunque hay otros pozos y fuentes en el pueblo donde podemos también imaginarnos a los peregrinos lavando sus heridas o calmando su sed. En muchos pueblos de los que vamos a visitar se pone en las fuentes una imagen de la Virgen de Guadalupe dibujada en azulejos e incluso representada con una figura de plástico.

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(15h): CAMINO REAL DE GUADALUPE (13) EL VILLAR- CARRASCALEJO

El trayecto primitivo se dirigía hacia las desaparecidas ventas de San Miguel que acogían a los peregrinos antes de subir por la empinada sierra hasta el puerto de Arrebatacapas. Los que no quieran perderse campo a través pueden continuar en la bifurcación antes aludida por el camino que nos llevará hasta Carrascalejo y ascender después por la carretera.

CAMINO REAL DE GUADALUPE (14) CARRASCALEJO- NAVATRASIERRA

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Si hemos pernoctado en Carrascalejo, podemos subir hacia el puerto de Arrebatacapas siguiendo la carretera y disfrutando del paisaje y la vegetación de las laderas de la sierra de Altamira, donde el monte agreste se puebla de alcornoques, grandes madroños, castaños, chaparrales, brezo y un sin fin de plantas aromáticas que harán muy agradable el ascenso. La otra opción es intentar subir por el antiguo Camino Real partiendo desde el paraje donde se situaban las antiguas ventas de San Miguel.

Este despoblamiento fue una de las causas que llevaron al paulatino abandono de este camino de Guadalupe, el más atractivo y antiguo de todos, pero el más inseguro, pues contemplando su paisaje podemos imaginar a las gentes que desde el siglo XIV se aventuraban por estas sierras, cuando sus montes y bosques estaban habitados por lobos y osos, como demuestra el hecho de que la Santa Hermandad Real y Vieja de Talavera, bajo cuya jurisdicción se hallaban estos despoblados, pagara cantidades de cierta importancia a quienes mataran a los osos y a sus crías,

Estas circunstancias motivaron la fundación en el siglo XIV del conocido como Hospital del Obispo, a mitad de camino entre Navatrasierra, último pueblo habitado del camino, y la puebla de Guadalupe. Por todo lo reseñado, el camino que discurre por Puerto de San Vicente y Alía fue tomando auge hasta conseguir casi sumergir en el olvido a este otro viejo Camino Real en el que tantos viajeros fueron asaltados o devorados por los lobos.

Otro camino alternativo asciende desde Carrascalejo directamente hasta Navatrasierra mediante una senda muy agradable sin pasar por el Puerto de Arrebatacapas sino por el puerto llamado de Navatrasierra.

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(15i): CAMINO REAL DE GUADALUPE 17: HOSPITAL DEL OBISPO-HUMILLADERO

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Hospital del Obispo en el camino Real de Guadalupe

El lugar es delicioso, situado entre las sombras de los robles y la frescura de los prados se levanta el Hospital del Obispo. El edificio ha sido rehabilitado, principalmente la capilla gótica de esta casa que sirvió de refugio pues “los peregrinos pasan por montañas yermas, sin poblado alguno, y muchos mueren por el campo”, como se recoge en el privilegio que Pedro I el Cruel otorga en Sevilla el doce de octubre de 1360 para que se funde una venta en el puerto de La Cereceda y se ponga a su servicio a dos matrimonios, vecinos de Guadalupe que tendrán viandas francas y libres y estarán bajo la autoridad del prior del monasterio. Parece que el lugar escogido es un antiguo refugio cinegético de Pedro I o de su padre, el rey cazador, don Alfonso el Onceno. Como ya veremos más tarde, el concejo y oficiales de Talavera no se resignaban a la pérdida de Guadalupe como parte de su extenso alfoz y por ello ocasionaban daños a los venteros y molestaban a los romeros, por lo que Enrique II, ante las protestas del prior, confirma los privilegios de la hospedería despachando cédulas para consolidar la posesión y el buen funcionamiento de la venta.

A finales del siglo XV, el edificio es ampliado por el canónigo de la catedral de Sigüenza don Diego de Muros, que luego fue obispo de Canarias, circunstancia de la que deriva el nombre de este hospital y de la dehesa que le circunda. Más tarde, el obispo de Cuba, don Juan del Castillo, dota de rentas a este hospital para que a cada peregrino se le socorriese con un pan de libra.

antes de iniciar el descenso desde el collado del Hospital, podemos hacer una pequeña excursión que vale la pena por lo pintoresco de las vistas que nos esperan al final del camino. Tomaremos una pista que sale a la izquierda y asciende casi hasta la cumbre del pico Carbonero de 1428 metros de altura, con un recorrido de unos tres kilómetros.

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(15j): El camino de Guadalupe discurre por el valle del Ibor en su último tramo

Volvamos a la carretera. Si queremos seguir escrupulosamente el viejo camino descenderemos por una senda que parte a la derecha desde el mismo collado durante un kilómetro escaso, para volver otra vez a la carretera por debajo del puerto del Cubero. El camino cruza la carretera y se dirige por Cabeza Rebollosa descendiendo entre robles y pinos de repoblación hasta la zona conocida como Venta Real, dejando la Casa del Cubero a la izquierda. De la venta que da nombre al paraje, no queda nada, aunque sabemos que se situaba en este lugar de confluencia entre este viejo camino de Talavera y el otro camino real que subía paralelo al Ibor desde Navalmoral.

El camino viejo coincide con ella durante un kilómetro para después cruzar el puente de Los Álamos en un paraje muy ameno y seguir ya por la derecha de la carretera hasta el Humilladero.

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(15k): CAMINO REAL DE GUADALUPE (18) Y LLEGAMOS CON CERVANTES A GUADALUPE,

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Es obligada la parada en El Humilladero, lugar desde donde los peregrinos daban vista por primera vez al monasterio y agradecían a la Virgen de Guadalupe su protección en el camino. Es el equivalente al Monte do Gozo desde donde los peregrinos ven Santiago de Compostela por primera vez, y se trata de un monumento gótico-mudéjar de gran valor artístico.

(15l): CAMINO DE LOS BANDOLEROS A GUADALUPE (1)

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Iniciamos hoy el segundo camino más utilizado por los peregrinos para acercarse a Guadalupe. El Camino Real o Camino Viejo, ya descrito, es el más antiguo pero debido a lo inseguro, despoblado y agreste de su recorrido fue menos utilizado desde el siglo XVII en adelante, cuando se comenzó a utilizar el camino que discurría a través de La Jara cruzando los Guadarranques. Sobre esta vía de acceso y sus variantes versarán los siguientes capítulos.

Los viajeros debían cruzar primero el Puente Viejo de Talavera, arruinado por las avenidas del río y en muchas ocasiones restaurado precariamente con tablas y maderos. Ya en la otra orilla, tomaban el camino a la derecha hacia el puente de Hierro donde, paralelo a la carretera de Alcaudete, discurre más próximo al río, el antiguo camino de Las Herencias.

Una de las estelas de guerrero de Las Herencias en la Edad de Hierro

Vamos a discurrir por parajes de nombre antiguo, heredades llamadas de la misma forma desde la Edad Media como Miralrío, Los Álamos, Aldea del Rey, Albiches, Tejadillo o Manzanas. Tierras fértiles de vega que han sido pobladas desde la prehistoria como iremos viendo.

Esquema de estela de guerrero en el que se aprecia el escudo,el guerrero, la lanza, el carro o la cimera

UN POCO FENICIOS

El siguiente arroyo es el Manzanas donde el erudito talaverano, y tal vez el primer defensor del maltratado patrimonio histórico de la ciudad, Luis Jiménez de la Llave, encontró en el año 1860, en el paraje conocido como Las Fraguas, una tumba de dos mil seiscientos años de antigüedad en cuyo interior se hallaban varios objetos de gran interés por cuanto demostraba en sus influencias orientalizantes que nuestra comarca fue la frontera norte del mítico mundo tartésico.

Otra muestra arqueológica de esas influencias orientales en los pueblos indígenas de nuestra comarca se encuentra en las estelas de guerrero, datadas ochocientos años antes de Cristo. Una de las más significativas se halló también en estas elevaciones al sur del Tajo. Se trata de una laja de pizarra en la que se representa esquemáticamente al guerrero enterrado bajo la misma.

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(15m): PASAMOS POR LAS HERENCIAS, CAMINO DE LOS BANDOLEROS A GUADALUPE (2)

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Continuamos nuestro viaje y llegamos poco después al caserío de Las Herencias. Como vamos viendo, el territorio es sumamente rico en restos arqueológicos de prácticamente todos los periodos históricos. Además de los ya reseñados debemos señalar la referencia a dos verracos hallados en la labranza de El Gamito, uno de ellos localizado hoy día en Alcaudete de la Jara.

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(15n): LAS TABLILLAS DE AZUTÁN Y EL PARAJE DE LOS CASTILLOS, CAMINO DE LOS BANDOLEROS A GUADALUPE (3)-

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CAMINO DE LOS BANDOLEROS A GUADALUPE (4): LAS HERENCIAS-ALDEANUEVA

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Abandonamos Las Herencias tomando el camino de Belvís que asciende desde la parte oriental del casco urbano. No debemos confundirlo con el de Alcaudete, que sale del mismo punto pero más hacia la izquierda. Después de un empinado ascenso llegamos a las elevaciones donde nace la impresionante barranca de Valdecasillas. Limita por el oeste con los cortados de Los Castillos.

LLEGAMOS A ALDEANUEVA POR EL CAMINO DE LOS BANDOLEROS A GUADALUPE (5)

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Calzada romana de Aldeanueva de barbarroya

Uno de los primeros núcleos de población de la comarca se encontraba dentro del actual término de Aldeanueva. Se situaba al sur del casco urbano, en torno a una iglesia hoy desaparecida llamada Santiago de Zarzuela que ya aparece referida en el Libro de la Montería de Alfonso XI, donde podemos leer que en el siglo XIV era éste buen monte para la caza del oso en invierno. Esta parroquia fue hasta su desaparición iglesia madre de muchos de los templos de esta parte suroccidental de La Jara.

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(15o): DE ALDEANUEVA HASTA EL USO. CAMINO DE LOS BANDOLEROS A GUADALUPE (6),

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PARAMOS EN LA ESTRELLA, CAMINO DE LOS BANDOLEROS A GUADALUPE (8)

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En el siglo XIV Alfonso XI debía frecuentar estas tierras porque a la sierra de La Estrella la nombra en su Libro de la Montería como “Real Monte”. Aún quedan restos de una casa señorial de los Caballeros de Calatrava sobre cuya portada se conserva la cruz de la orden militar. Otra gran cruz se encuentra en el interior de la propia iglesia. Existió un hospital en el pueblo que sin duda alojó a muchos de los peregrinos que iban camino de Guadalupe, ya sea por el camino que vamos recorriendo, o bien conectando con el Camino Viejo mediante un camino que va desde La Estrella a Carrascalejo.

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(15p): LA ESTRELLA, SU SIERRA Y SU ARQUEOLOGÍA. CAMINO DE LOS BANDOLEROS A GUADALUPE (7)

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A poniente contemplamos desde la pista la Sierra de La Estrella. Esta encantadora sierrecilla, que se levanta como un bastión en medio de la Jara Baja, conserva en la vertiente oriental su vegetación de bosque mediterráneo con arroyuelos que riegan terrazas y huertecillos. Sus cumbres fueron siempre un lugar estratégico de observación y refugio donde actualmente se proyecta instalar un parque de energía eólica.

En la cima de la Sierra Ancha, la mayor de las dos elevaciones que la forman, podemos visitar los restos del amurallamiento de un castro de la Edad del Hierro en el que es curioso observar los huecos disimulados en el grueso del muro y que servían como refugio. Probablemente, estas cuevas camufladas también fueron utilizadas como escondite por los cristianos que, tras la reconquista, se atrevían a repoblar estas tierras inhóspitas batidas por las razzias de almohades y almorávides que les obligaban a refugiarse en estas alturas que eran denominadas “ las moradas” por los asustados repobladores que dejaron en otras elevaciones de La Jara topónimos y murallas similares.

En la Buha, el cerro más puntiagudo, se sitúa una explotación minera antigua. La forma del monte y la cueva minera han hecho que la fantasía popular haya querido ver un antiguo volcán en la cumbre de esta montaña.

Por debajo de Cabeza del Conde discurre el río Uso sobre el que cruza un puente del siglo XVI construido para el paso de los ganados trashumantes por un cordel que anteriormente vadeaba la corriente río arriba para llegar hasta la pequeña aldea de Fuentes. Unos setecientos metros río abajo del puente, podemos visitar las ruinas de un antiguo molino, situado también en un lugar muy ameno en el que durante las primaveras y comienzos del verano disfrutaremos del baño en sus tablas solitarias.

Hay quien quiere hacer derivar Estrella de “stella”, es decir que éste sería un lugar donde se encuentran enterramientos con estelas que llevan inscritas inscripciones sepulcrales romanas en las que aparecen nombres latinos como Sereno, Apiano o Ifito. Jiménez de Gregorio sugiere también que el nombre de “El Estrella” quiere decir en realidad “El castillo”, y pudiera que la fortaleza en cuestión fuera el castro céltico encaramado en la cumbre de sierra Ancha del que hablamos en el capítulo anterior.

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(15q): NOS VAMOS PARA ALDEANOVITA. CAMINO DE LOS BANDOLEROS A GUADALUPE (9)

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Dolmende la Aldehuela en La estrella, cerca de Aldeanovita

Antes de llegar a “Aldeanovita”, vamos a visitar uno de los monumentos megalíticos con los que cuenta La Jara. Me refiero al dolmen llamado de La Estrella.

Hay que señalar que a la distancia de algo más de un kilómetro en dirección oeste se pueden observar todavía las curiosas trincheras de unas antiguas minas de cobre conocidas como las minas de La Borracha. No es extraño que estos afloramientos de metal, así como los del cercano pueblo de Campillo de la Jara, fueran ya explotados por las gentes que construyeron el dolmen y que,

Muralla del castro de Castrejón en Aldeanovita

Aldeanueva de San Bartolomé. Este pueblo es conocido en la zona como “Aldeanovita” para diferenciarlo de Aldeanueva de Barbarroya, y ya que estamos con temas arqueológicos debemos reseñar que el caserío se sitúa a los pies de una pequeña elevación que se denomina el Castrejón. Como su nombre indica, este lugar fue un antiguo castro amurallado cuya fortificación es conocida en el pueblo como “La Cerca de los Moros”, de cuyas defensas todavía podemos observar restos arruinados que habrían sido construidos en la Edad del Cobre como el dolmen antes referido. También se observan restos de los muros de las viviendas del poblado que posteriormente estuvo habitado también durante la Edad Media. Vale la pena encaramarnos a esta pequeña altura y disfrutar de la vista jareña que desde allí se contempla.

Estela de guerrero de la Edad del Bronce de Aldeanueva de San Bartolomé

Al igual que Las Herencias, cuenta este pueblo jareño con una estela de la Edad del Bronce en pizarra. En ella se observan una serie de motivos grabados entre los que destaca una figura humana de guerrero tocado con un casco del que salen dos enormes cuernos.

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(15r): CAMINO DE LOS BANDOLEROS A GUADALUPE (12) DESDE MOHEDAS A PUERTO

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Mohedas se encuentra muy cerca de la Sierra de Altamira por lo que podemos organizar desde el pueblo alguna que otra excursión a sus laderas. Los caminos suben por entre los arroyos que descienden de sus cumbres y

Abandonamos Mohedas por el camino de Puerto de San Vicente que coincide con la actual carretera desde el límite del término de Mohedas, aunque los primeros cinco kilómetros discurre paralelo a la carretera. Ya sabemos que también podemos acceder directamente por la cañada que desde “Aldeanovita” nos lleva a Puerto sin pasar por Mohedas.

Tanto el camino como la carretera son agradables pues sus nueve kilómetros de trayecto pasan muy cerca de las faldas de la sierra, entre pinares de repoblación con buenas vistas sobre La Jara profunda.

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(15s): LLEGAMOS A PUERTO DE SAN VICENTE Y CONOCEMOS ALGO DE SU HISTORIA

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Debido al estratégico lugar en que se sitúa este encantador pueblecito jareño, no es extraño que haya sido habitado desde antiguo en torno a las fuentes que brotan en el casco urbano o en sus alrededores. Es probable que también en este paraje se localizara una antigua ermita además de las ventas referidas. Pero incluso antes de los primeros núcleos habitados por la repoblación cristiana, los visigodos dejaron aquí muestras de su paso, como lo demuestra el tenante de altar labrado típico de esta época que se puede ver en la iglesia parroquial

Cerca del lugar había entonces dos ermitas, la de San Bartolomé de la Raña, que probablemente coincide con el actual lugar de Puerto Rey, “que está dos leguas de este lugar y por donde sus majestades han pasado y pasan a Nuestra Señora de Guadalupe”; y por otra parte también hay constancia de la existencia de la ermita de Nuestra Señora de la Concepción, que se encontraba en el mismo collado del puerto, en el hermoso lugar desde el que, al trasponer la sierra, se contemplan los desiertos valles serranos de los Guadarranques, y el curso del río Gualija, entre las sierras del Obispo y la de Altamira. Lugares todos ellos muy agrestes, como decían en 1578 sus vecinos: “…no es tierra abundosa y que tiene leña abundosa y que es muy montosa de montes bajos de jara y berezo y madroñas y aulagares y que hay muchos osos y lobos y zorras y texones y guarduñas y gatos monteses y algunos venados y ciervos y jabalínes y conejos y liebres y otras cazas que por la prolixidad no se ponen y salvaxinas con que comen los panes y no dexan medrar los labradores comiéndose los ganados y las colmenas en que les hacen mucho daño”.

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CAMINO DE LOS BANDOLEROS (13) CONOCEMOS PUERTO DE SAN VICENTE

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Su iglesia dependió de la ya nombrada parroquia de Santiago de Zarzuela que agrupó a gran parte de la Jara occidental, pasando más tarde su cabecera a la iglesia de La Estrella. El actual templo de Puerto probablemente se asentó sobre una primitiva ermita de San Vicente. A su vez, de la parroquia local dependió un hospital que durante siglos sirvió de refugio a pobres, enfermos y peregrinos.

El día 22 enero se celebra la fiesta de San Vicente y el 24 de agosto la fiesta estival dedicada a San Bartolomé. En San Antón persiste de costumbre de salir los jóvenes tocando cencerros a recorrer las calles cantando y bebiendo. En Puerto puede adquirirse miel y buen queso de encargo.

En Puerto de San Vicente es el lugar de La Jara más apropiado para hallar yacimientos donde abundan los fósiles. En varios parajes, pero sobre todo en las pizarras cortadas por el talud de la vía a su paso por la zona del Túnel de la Loba,

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(15t): CAMINO REAL DE GUADALUPE (3) CALERA EL BERCIAL

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Verracos vettones de El Bercial con el curioso verraco siamés

Algunas de estas antiguas labranzas construidas con adobes mantienen sus arruinados muros lamidos por las aguas sobre colinas cercanas, pero otra gran parte de este territorio estuvo aprovechado para pastos pues toda la comarca era visitada por los ganados trashumantes que encontraban aquí las hierbas de invierno que las frías tierras de Castilla la Vieja o de León les negaban.

Cerca del kilómetro veintiséis de la carretera parte hacia la izquierda una pista que nos acercará a un viejo edificio que se divisa al sur, se trata de las casas de El Bercial.

Columna probablemente romana del El Bercial junto a los verracos. Tal vez fue el rollo jurisdiccional de la villa de El Bercial

nscripción romana sobre mármol en el patio de El Bercial de San Rafael

Hoy día esta finca se denomina El Bercial de San Rafael y pertenece al patronato que financia al hospital de San Rafael de Madrid. Quedan muestras en su entorno de haber sido habitado el territorio desde antiguo, como demuestran los dos curiosos verracos unidos por el costado a modo de siameses y otro más deteriorado, esculturas zoomorfas que nos hablan de las raíces célticas de estas tierras que antes de los romanos estuvieron habitadas por los vetones que las esculpieron. Varios son los hallazgos romanos de los alrededores, como la fuente de La Solana,

Fuente de La Solana con dos sepulcros romanos como abrevaderos

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(15u): CAMINO REAL DE GUADALUPE , DE TALAVERA O CAMINO VIEJO (1)

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Vamos a comenzar nuestro viaje a Guadalupe por el camino más antiguo. Se trata del camino que históricamente unía Talavera de la Reina, capital de un extenso alfoz, con las aldeas de La Jara más occidental. Es una de las vías que condujo a los primeros pobladores medievales hasta los valles de los ríos Ibor y Gualija y a las dehesas del Pedroso y de Los Guadalupes.

La villa romana de Saucedo. Nos desviaremos de nuestra ruta y nos acercaremos a Talavera la Nueva para seguir después por el camino de El Casar y, pasado el puente sobre el ferrocarril Madrid-Lisboa, tomaremos a la derecha el camino que discurre paralelo a la vía y luego nos desviaremos por el primero a la derecha. Algo más de dos kilómetros en total que nos acercarán a esta villa romana en la que se realizan campañas estivales de excavación y estudio.

Restos de los baños de la villa romana de Saucedo en Talaverilla

También se debe reseñar la existencia de un complejo termal con su vestuario y baños caliente, templado y frío para el disfrute de los habitantes del conjunto señorial. Entre sus ruinas se han encontrado fichas y otros elementos de los juegos con los que mataban el tiempo sus usuarios.

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(15v): RUTA DE LOS RIBEROS Y MOLINOS EN VALDEVERDEJA

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Vemos un risco que domina el paisaje y a él nos subiremos. Primero por tener desde su cumbre unas vistas impresionantes sobre el Tajo, que en estos parajes hace honor a su nombre, y después porque es interesante curiosear los restos arqueológicos que en él se asientan, pues allí se hallan los restos de un antiguo poblado de la Edad de Hierro sobre una elevación coronada por dos cerretes, en uno de los cuales se ha labrado en la roca viva un curioso aljibe para almacenar el agua y resistir así los asedios de otros grupos humanos enemigos en aquella época. También se encuentran restos de cerámicas a hechas a mano y otras sigillatas de origen romano, además de algunas piedras trabajadas de poblamientos anteriores con algunos restos de murallas.

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Una de ellas puede consistir simplemente en cruzar el río para curiosear en el castillo de Espejel, fortaleza musulmana que se sitúa justo enfrente, en término ya de Valdelacasa de Tajo. Los molinos de Espejel, río arriba, se mantienen bajo el agua y solamente puede verse la casa de los molineros y de los frailes, ya que pertenecieron durante años al monasterio de Guadalupe.

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(15x): EXCURSIÓN A LA MINA DE ORO DE SIERRA JAEÑA

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Archivo de la etiqueta: La Nava de Ricomalillo

(15x-a): LAS MINAS DE ORO DE SIERRA JAEÑA

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Fueron las de mayor producción aurífera de la península durante el siglo XVIII, aunque se tiene constancia de su explotación desde el tiempo de los romanos hasta el pasado siglo. De sus vetas se extraía el oro finísimo con el que se fabricaban durante el siglo XVI las monedas conocidas como “doblas jaeñas”.

En el año 1731 fueron arrasadas sus instalaciones por el alcaide mayor de Talavera obedeciendo una orden real por un problema de concesiones, al haber enfermado el corregidor de Oropesa al que se le había encomendado en principio. Se destruyeron sus dependencias y se quemaron las chozas de los mineros.: «llegaron a las minas con escolta de caballería, atemorizaron sus gentes, se apoderaron de las llaves de ella, de los materiales y pertrechos, quemaron las casas de los trabajadores e hicieron otras vejaciones, hasta que consiguieron el intento de que se dejase la mina desierta»

En su última etapa se conocieron con el nombre de “La Oriental” y hasta hace poco se conservaban en Buenasbodas algunas de las viejas cajas blindadas con fuertes herrajes para guardar el polvo de oro extraído.

Después la benefició don Juan Portalegre en nombre de la real hacienda hasta 1736, año en que se volvieron a cerrar por su muerte y se entregaron sus llaves a un regidor «vecino de dicho lugar», quien luego le entregó los enseres a Francisco Portalegre, hijo del anterior que hizo otros trabajos y fundiciones y ordenó mandar 5 arrobas del material a la corte.

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(15x-b): LA MINERÍA EN LA JARA I

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Hace ya más de cuatro milenios, en la Edad del Cobre, unos pueblos que empezaban a conocer la metalurgia se situaron en cerros fácilmente defendibles, en las vías de comunicación que eran entonces los riachuelos que descendían de las sierras de La Jara. Eran las llamadas culturas del periodo Calcolítico Precampaniforme, conocían ya la agricultura y el pastoreo, pero solamente la explotación de recursos mineros superficiales justifican la densidad despoblamiento de estas zonas poco rentables para la agricultura, si las comparamos con las muy cercanas del valle del Tajo. De hecho, se han hallado trincheras con un claro intento de beneficiar el mineral, en las cercanías de estos asentamientos de la Edad del Cobre, en los valles del Jébalo, Uso, Cedena y Pusa.

(15x-c ): Los pueblos que construyeron los dólmenes de Azután, o de la Estrella siguieron aprovechando las vetas, pobres pero muy superficiales y por tanto de fácil acceso, de las tierras de Talavera, otras explotaciones de su entorno así lo atestiguan. Muchas trincheras y pozos de La Jara de difícil datación, pueden orientar hacia un aprovechamiento minero del hierro por parte de los pueblos prerromanos y de los mismos romanos, a los que se relaciona ya con los primeros intentos de extraer el mineral de la principal mina de esta comarca, la mina de oro de La Nava de Ricomalillo, ésta, llamada La Oriental, así como la mina de la Sierra Jaeña, con la que no debemos confundirla, parece que estuvieron unidas por un antiguo camino o calzada con la Ciudad de Vascos. Las escorias halladas en las excavaciones arqueológicas de esta impresionante ciudad hispanomusulmana parecen añadir ese aspecto minero a la ya conocida función defensiva de la frontera del Tajo contra los cristianos.

En el siglo XVI aparecen las primeras referencias documentadas a intentos, muchas veces fallidos, de prospecciones y explotaciones mineras en La Jara. La población actual de La Mina de Santa Quiteria se fundó cuando a mediados de esa centuria los habitantes de la vieja aldea de Cordobílla se trasladan junto a una mina de plomo en la que encontraban más trabajo.

En 1599 se da una pragmática por la que se ordena llevar un registro de minas, y por tanto, desde esa fecha podemos tener datos más concretos de las explotaciones.

La mina de oro «La Oriental» a la que ya nos hemos referido, se sigue labrando en el 1690 con abandonos y reaprovechamientos sucesivos durante los siglos XVIII y XIX. En Buenasbodas se han conocido cajas fuertes con el nombre de la mina, y llegaron a funcionar varios hornos de pan y un mortero para pulverizar el mineral. En la Historia de Talavera de Cosme Gómez de Tejada, hay una referencia a las doblas de oro finísimo acuñadas con el metal de estas minas.

En el siglo XVIII se produjo un curioso episodio, cuando se intenta por parte de varios socios recomenzar la extracción del mineral en La Oriental; las desavenencias entre ellos hacen que una de las partes reclame a la Corona sus supuestos derechos. El Rey ordena al corregidor de Oropesa que tome las medidas necesarias para interrumpir los trabajos, éste parece escurrir el bulto, tal vez por encontrarse la mina fuera de su jurisdicción, y dice encontrarse enfermo, delegando en el alcalde de Talavera, el cual acude a la explotación arrasando y quemando las viviendas y chozas de los trabajadores y las dependencias donde se procesaba el mineral. El evidente abuso autoridad supuso incluso lesiones físicas para algunos mineros e hizo que se entablen procesos judiciales donde se reconocen los daños causados, pero ya la mina quedó de nuevo sin explotación.

(15x-d): Si subimos a las cumbres de las sierras de Sevilleja podemos percibir sobre el terreno los montones de escoria, los pozos y trincheras que desde la prehistoria se han venido excavando, pero parece que al igual que en el Oeste americano, aventureros y visionarios intentaron enriquecerse rápidamente.

Todavía a principios de siglo, los habitantes de La Nava, veían como algunos entusiastas intentaban buscar pepitas de oro con la batea en el arroyo Joyegoso que desciende de La Oriental, al más puro estilo de las películas del Oeste. Incluso en los años posteriores a la Guerra Civil, hubo intentos de sacarle a estos jarales algo más que unas pocas espigas de centeno, y así, en la década de los cuarenta, aún se tramitan permisos de prospección y explotación. La mayor parte de las vetas de La Jara occidental son de galenas argentíferas y de blenda, y la última intentona minera en esta comarca quiso aprovechar, en los años ochenta, la plata de una de ellas en Anchuras, otro pueblo de La Jara con gran tradición minera además de los ya nombrados, y de Los Navalucillos, en La Jara Oriental.

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(15y): LA MINERÍA DE LA JARA II: MAZOS, MARTINETES Y FERRERÍAS

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En este segundo capítulo de La Minería en La Jara comentamos los artificios hidráulicos que procesaban el mineral y el metal de las minas y ferrerías jareñas

(15y-a): La actividad minera ha dejado en el paisaje diferentes topónimos como impronta de aquellos afanes y así, encontramos términos como “Casa de la Mina”, “Camino de la Mina” o “Camino de los Plateros”, este último es el caso de una senda que daba servicio a una mina de plata en San Martín de Pusa, Los Navalucillos y Los Navalmorales disputaron desde antiguo su jurisdicción sobre Herrera, lugar con nombre minero ya documentado en el siglo XII, y con explotaciones de sus pozos hasta mediados del siglo pasado. Tuvo fama en toda la comarca la ermita de Nuestra Señora de la Herrera; a ella concurrían en su fiesta gran cantidad de comerciantes entre los que destacaban por su número los plateros y fabricantes de utillaje de labor, tal vez residuo esta feria de la antigua actividad metalúrgica del lugar. Las herraduras fabricadas en Los Navalmorales fueron también famosas, y llegaron a exportarse incluso fuera de nuestras fronteras, dando sustento a muchas familias de este pueblo.

El Mazo es otro topónimo de interés que indica la existencia de un gran martillo movido por energía hidráulica para la trituración del material, y sobre todo, para el forjado del hierro ya extraído. Además del ya aludido Mazo del Pusa, existe otros topónimos como “mazuelo”, en las cercanías del cruce del Jébalo con la carretera de Espinoso a Buenasbodas.

También, rio abajo, se encuentra el lugar que se conoce con el nombre de “El Martinete”, seudónimo de mazo, y que consiste en un artilugio que, como muestra el dibujo tomado de un martinete aún en buen estado en Navafría), acciona mediante el caudal derivado por el canal (C), al abrir la trampilla (T), una rueda vertical (R), que hace girar su eje. Dentro ya del edificio, el eje o árbol A tiene encajados cinco dientes o levas (L) que con el giro del mismo van golpeando sobre el mango del mazo propiamente dicho (M).

El mazo metálico podía pesar entre doscientos y mil kilos, y golpear con una frecuencia de 120 a 180 martillazos por minuto, con lo que podemos hacemos una idea de lo que estos artificios hidráulicos suponían en ahorro de trabajo físico a los procesos metalúrgicos. El martinete del Jébalo conserva todavía el canal y los muros del edificio, junto a otra dependencia en forma de torre, que correspondería al horno, también adosado al canal, lo cual nos hace pensar en que el agua accionaría un barquín, que no es otra cosa que un artilugio soplante, el cual, mediante otro eje, en este caso con solamente dos levas, movilizaría mediante un sistema de palanca dos grandes fuelles que avivarían el fuego de la fragua.

En el siglo XVI vemos como estos sencillos jareños llamaban a esta incipiente tecnología “hechizo”; por sus palabras parece que no llegaron a conocer el artilugio y es más probable a mi parecer que se tratara de un mazo minero reutilizado quizás para espantar a los golosos plantígrados, ya que no es poco el esfuerzo que requiere hacer la presa, el canal y el propio artificio para Iuego darle solamente esa utilidad. En las inmediaciones del cruce de la carretera de Anchuras con el río Fresnedoso podemos, todavía hoy, contemplarlas ruinas de una ferrería del siglo pasado, un gran cubo se mantiene en pie; con el agua en el contenida se movilizó una rueda probablemente horizontal, que a su vez accionaría la maquinaria, martinetes y barquines necesarios para la actividad metalúrgica.

Pero las instalaciones de mayor entidad fueron las ya referidas de las ferrerías de San José del Mazo. En 1844, don José Safont, rico hacendado catalán, especulador que había hecho su fortuna adquiriendo bienes desamortizados, compró un molino en las orillas del Pusa y construyó todo un complejo metalúrgico movido por energía hidráulica que se abastecía de una presa sobre el río, y para el que fue necesario construir un canal de gran longitud con acueductos para salvar arroyos y perforaciones costosas en el terreno pizarroso de las orillas. Lo construyó el ingeniero francés Elías Michelin (hay quien dice que era hermano del descubridor del neumático), que se encuentra enterrado en Los Navalucillos. Esta industria llegó a emplear a trescientos hombres, y supuso un gran impulso demográfico para la población de Los Navalucillos, ya que mantuvo su actividad fabril hasta principios de siglo.

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(15z): Hoy en día estas ferrerías y martinetes no son más que ruinas, que antes de su completa destrucción deberían ser catalogadas, estudiadas y, en la medida de lo posible, restauradas por la administración pues son de un gran interés por su interés para la arqueología industrial y el patrimonio cultural de La Jara.

HASTA AQUÍ LAS CITAS LA CUARTA PARTE:

"EL MISTERIO DE AUGUSTÓBRIGA, DEL GUADARRAMA AL

 GUADALUPE (Enigmas del río Guadarrama, parte IV)".

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DESDE AQUÍ, LAS CITAS DEL CAPÍTULO QUINTO:

AUGUSTÓBRIGA EN TALAVERA LA VIEJA; CAMINO A NINGUNA PARTE (Enigmas del río Guadarrama, capítulo V).

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(16): Los hechos históricos que a continuación relatamos, sobre Felipe II; Sebastián de Portugal, la unión de tronos y sobre Fernando el Católico. Son acontecimientos muy divulgados y conocidos, sin necesitar su reeferencia en citas a pie de página. De todos modos, para los interesados en el tema, recomendamos los estudios de Geoffrey Parker (https://dokumen.pub/felipe-ii-9788408184737.html) o los de G. Maurenbrecher; C. Justi y M. Philippson.

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(17): En nuestra parte primera, relatábamos como en el siglo XVI se procuró identificar Madrid con Mantua Carpetana; lo que a continuación recojo, resumiendo el Capítulo I: MANTUA CARPETANA Y MIACCUM: Enigmas del río Guadarrama, parte I.

Para llegar al artículo, pulsar https://artesimbologiayhumanismo.blogspot.com/2023/12/mantua-carpetana-y-miaccum-enigmas-d

Para consultar las citas: https://artesimbologiayhumanismo.blogspot.com/2023/12/citas-de-enigmas-del-rio-guadarrama.html

SIC

B-1): Mantua carpetanorum y los orígenes de Madrid:

Mantua Carpetana fue un misterio histórico que hizo correr grandes ríos de tinta durante el Renacimiento español; cuando algunos de los hombres más cultos de los siglos XVI y XVII identificaron la Villa de Madrid, con esta antigua ciudad ibérica (mencionada por Ptolomeo). De ese modo, se pretendió dar un origen ancestral a la capital del reino. Nuestra ciudad del oso y el madroño, que en verdad tan solo fue en sus inicios Magerit; una fundación árabe, de las muchas que se llevaron a cabo durante los siglos X y XI en la zona del Guadarrama, para defender la línea de montañas comprendidas entre Buitrago y La Adrada. Pese a ello, los académicos y mas estudiosos de le época cervantina, identificaron la antigua urbe ibera de Mantua, con el Madrid que ellos habitaron. Hechos que nos narra de forma magistral un artículo intitulado MANTUA CARPETANA, y firmado con el seudónimo de Ocno Bianor. Donde se relata (2) :

Mantua Carpetanorum, ciudad mencionada únicamente por Ptolomeo en su Geografía (2, 6 y 16), y de la cual no sabemos mucho más aparte de que era centro administrativo de una zona. Se quiso identificar con un Madrid romano de entidad. Tanto es así que si nos remitimos al famoso plano de Madrid de Pedro de Teixeira de 1656, el nombre bajo el que se cita a la ciudad no es otro sino Mantua Carpetatorum sive Matrium Urbs Regia” (...) “No obstante esta teoría parece claramente descartada, al menos desde comienzos de este siglo con los hallazgos en Villamanta (casi llegando al límite provincial entre Madrid y Toledo) donde se ha conseguido datar fases constructivas de los siglos I y II d.C. que avalan la presencia de grandes edificaciones y numerosos restos cerámicos. Además, tanto en Villamanta como en Quijorna (localidad adyacente), encontramos el corpus epigráfico más extenso del oeste de la Comunidad de Madrid, donde aparecen estelas funerarias como las del ciudadano romano Lucio Aelio Symmacho, de la tribu Quirina o Aemilio Flavo Euturicón, un antiguo legionario licenciado (con honesta missio)”.

Pasa a relatar posteriormente, esta página dedicada a MANTUA CARPETANA; una historia legendaria sobre la fundación de la urbe ibérica, originada por un príncipe prerromano. Del que dice (citando a Gregorio Hernández de Velasco) : “Ocno Bianor, el héroe que fundo Madrid Ocno asi mesmo. El celebre hijo del tusco Tíber y de la hada Manto llevaría escuadrón copioso de su Tierra. Este es, ó Mantua, quien te dio cimientos, Él te cercó de fuertes y altos muros, Y te nombro del nombre de su madre Mantua: felice en ínclitos mayores” - idem (2) -. Sigue el autor manifestando que “éste interés por determinar la antigüedad y el origen de la fundación de Madrid, están intrínsecamente relacionados con la proclamación de la ciudad como capital del reino en 1561. Hasta éste momento, la villa era una población con un ascendente significación dentro del reino de Castilla pero aún no gozaba de una notable importancia para que surgiese la necesidad de escribir su historia (...) Tras la elección por Felipe II de Madrid como capital existirá la necesidad de equiparar la villa castellana con las más honorables ciudades europeas, de aquí el recurrir a la búsqueda de un origen antiguo y heroico y, muy importante, desligado de la civilización musulmana” - idem (2) -.

Finalmente, resume el autor la leyenda de la fundación de Madrid, por Ocno Bianor; tal como la recogemos en cita (3) . Donde nos narra que el héroe era hijo del rey Tiberis de los toscanos; quien dio nombre al río Tiber, al ahogarse en sus aguas poco antes de que Ocno viera la luz. Por lo que al nacer póstumo y no serle entregado el reino que debía heredar en Toscana, hubo de aventurarse a venir hasta la Península Ibérica, para probar fortuna. Su madre era la afamada “adivina Mantho, de origen tebano y profetisa como su padre Tiresias” ; y así en su nombre, Ocno fundó Mantua de Carpetania (acontecimiento que se fecha 126 años antes de que Roma fuera creada, es decir en el 879 a.C.). Narrando la leyenda, como posteriormente a originar Mantua Carpetana, el héroe regresó a Italia; donde pondrá los cimientos de una urbe homónima a la de Iberia (la famosa Mantua itálica). Para terminar, diremos que el autor de la página que citamos, menciona como en el siglo XVII esta leyenda tuvo un gran arraigo en toda la Villa y Corte; aunque en el XVIII se reconoció como apócrifa y finalmente fue quedando en el olvido (abandonándose desde entonces el nombre de Mantua Carpetana, para citar a Madrid).

(…)

Continuando con autores que relataron la historia de Mantua y su relación con el Madrid de los siglos XVI y XVII; Josemi Lorenzo Arribas (5) , narra una historia similar acerca de aquella capital de los Carpetanos; que en tiempos de Cervantes se creyó era la antigua ciudad en que Felipe II estableció la Corte. Intentando cambiar el verdadero origen de la Villa, tal como expresa este autor describiendo que: “Hoy parece haber un cierto consenso historiográfico en situar el nacimiento de Madrid en tiempos del emirato cordobés, en la segunda mitad del siglo IX, cuando el emir Muhammad I instala una atalaya de vigilancia (luego al-mudayna, al-mudena) con una pequeña guarnición en terrenos donde más tarde se construiría el Alcázar, actualmente Palacio Real”. Pero en el siglo XVI este origen musulmán de la urbe, se consideraba vergonzante; por cuanto se buscó una fundación grecorromana creando la leyenda del toscano Ocno Bianor.

Más tarde, Josemi Lorenzo Arribas (5b) expone lo que Fernández de Oviedo recoge acerca de la leyenda de Mantua Carpetana y el nacimiento de Madrid. Mencionando a López de Hoyos como uno de los primeros que habla de ello y añadiendo que “carpetano” significa en latín “carro”, nombre que le dieron a la zona porque al ser muy llana se transitaba fácilmente en este medio de transporte tirado por cabalgaduras. Las leyendas cruzadas y la intención de ocultar los orígenes árabes de Madrid, obligaron afirmar a los sabios del siglo XVII, que si alguien dictaba que en la capital no había estado la famosa Mantua; menos aún podía decirse que aquella ciudad ibérica se localizaba en Villamanta y junto a Navalcarnero (al considerar que era un pequeño pueblo, sin apenas importancia). Citando a Juan Pérez que: “en su Razón de Corte (1601-1621) resume diciendo que la fundación de la urbe madrileña por griegos o romanos es circunstancia bien dudosa. Ahora bien, lo más cierto es que Madrid fue antiguamente llamada Mantua Carpetana, y sin fundamento la opinión de los que quieren que Villamanta, ese lugarcillo cinco leguas poco más o menos deste de Madrid, haya sido la antigua Mantua Carpetana, por sola la alusión del nombre... (5b) .

Mas curiosas son las ideas que expresa acerca de los mismos hechos, Enrique Pertierra (6) ; quien comienza exponiendo el oscuro origen de la capital de España, lo que llevó a que esta ciudad tenga infinidad de nombres:Magerit, Magerito, Magit, Mugit, Maiorito, Matrice, Magrit, Miarum, Ursania y Mantua Carpetana o Carpetanorum(6a) -al que el autor se ha olvidado incluir el de “Matris”, como ciudad de los manantiales, voz que muchos dan como otra de sus etimologías- . Hablando más tarde de Mesonero Romanos quien califica de aduladores a quienes para crear un falso pasado de Madrid “llegaron a plagiar la historia de Virgilio en la Eneida al atribuirle a Ocno-Bianor, el mítico príncipe que erigió Mantova a orillas del Mincio, la fundación en la península ibérica de una ciudad llamada Mantua Carpetana, identificada posteriormente por algunos historiadores con Madrid. (6b) . Añadiendo de forma rotunda el referido primer cronista de la capital: “Resulta, pues, probado hasta la evidencia, que lo de la fundación de Mantua por el príncipe Ocno-Bianores a todas luces falso e imposible, y que la población que cita Tolomeo con aquel nombre (ya fuese fundada por griegos, cartagineses o romanos) no es ni pudo ser con algunas leguas de diferencia la que actualmente se denomina Madrid; que el mismo Tolomeo no dijo tal cosa, sino que fue una ligereza de alguno de sus ignorados anotadores. Acaso, sin embargo, pudo existir Madrid en tiempo de la dominación romana en España, y aun antes, como pretenden la mayor parte de los escritores antiguos y muchos modernos, e intentan probarlo con algunas lápidas sepulcrales que dicen haberse hallado en esta villa y describen e interpretan a su sabor; pero en ninguna de dichas lápidas (que pudieron ser traídas, y alguna consta que lo fue efectivamente, de otros puntos), aun violentando todo lo posible las interpretaciones, se encuentra la más mínima referencia a Madrid con el nombre de Mantua ni con otro alguno.(6c) .

(….)

Continúa Enrique Pertierra tratando directamente sobre Mantua Carpetana, su historia y leyenda relacionada con Madrid. Comenzando por resumir la fábula ya relatada, sobre su fundación por Ocno Bionar; inspirada -o copiada- desde La Eneida de Virgilio (6d) . Más tarde pasa el autor a recoger los datos históricos que tenemos acerca de esa urbe, comenzando por la cita de la Geografía de Ptolomeo; donde se menciona su latitud y longitud, junto con la de otras tantas de Carpetania, polis iberas entre las que figuran: “ Iturbida, Egelesta, Ilarcuris, Varrada, Thermida, Titulcia, Toletum, Complutum, Libura, Ispinum, Metercosa, Bamacis, Altemira, Patermiana, Rigusa, Laminum, Caracca, y Mantua; todas muy bien avaladas por coordenadas geográficas (6e) . Expresando posteriormente y de un modo agnóstico, la falta de datos acerca de estos lugares carpetanos y sus posibles localizaciones; en especial, sobre la mantuana. Para atestiguar esta carencia de documentación fidedigna; y en especial, la inexistencia de evidencias que hagan identificar Madrid con la Mantua Carpetana, cita a Lopez de Hoyos y a Cervantes; en sus aspiraciones por intentar hacernos creer que las armas y símbolos de la capital se relacionan con aquella urbe perdida (6f) .

Siendo de enorme interés los datos que Pertierra aporta al hablarnos de Mantua Carpetana, resumiendo un texto, del que por su importancia recogemos el párrafo entero:se quiso localizar a Mantua Carpetanorum en la misma Madrid para dar carta de antigüedad a la capital, hoy se tiende a buscar esa ciudad cerca de Villamanta, topónimo que habría conservado el nombre antiguo, donde, en la confluencia de los ríos Perales y Palomero, el Padre Fita reporta numerosos restos de un asentamiento de cierta importancia en época romana. El territorio de Mantua alcanzaría por el norte hasta la sierra de Guadarrama y el conventus Cluniensis. Por el oeste, los ríos Cofio y Alberche constituirían el límite con Avela que pertenecía a la provincia de Lusitania, mientras que por el este el mojón terminal de Colmenar Viejo hace pensar el límite con el territorio Complutense, ya del conventus Caesaraugustanus, seguiría aproximadamente el curso del río Manzanares; a continuación, estaría el territorio de Titulcia. Hacia el sur es más difícil establecer por donde colindaba con el territorio de Toletum. Toda la zona norte del territorio era cruzada por la calzada que desde Segovia, por el puerto de la Fuenfría, conducía a Titulcia; pegada a ella, en el lugar llamado Monesterio (alrededores de Collado-Villalba), se ha excavado recientemente una probable mansio, identificada por algunos con la Miaccum citada en el Itinerario de Antonino (página 435,6), aunque ésta permanece sin localizar con seguridad pues la distancia indicada, 24 millas, puede contarse desde Miaccum hasta Segovia o hasta Titulcia; por ello otros prefieren localizar dicha mansio en Meaques, despoblado de la Casa de Campo de Madrid.(6g) .

A todo, Enrique Pertierra une los datos históricos de las llamadas “Guerras de Hispania”, que comienzan con el desembarco de las tropas romanas en nuestras costas (el 218 a.C.). Mencionando las luchas entre los cartagineses y los venidos desde Roma, que en el 195 a.C. se producen en plena llanura carpetana. Pudiendo deducirse que hacia el 191 a.C. esta zona central de Hispania estaba incorporada al dominio latino, sin haber presentado grandes rasgos de resistencia al invasor (6h) . Para finalizar, el autor vuelve a mostrar una absoluta incredulidad acerca de los datos sobre Mantua y su identificación con Villamanta; llegando a proponer Talamanca del Jarama, como candidata a esa localización (6i) . Todo lo que resulta más que absurdo; no solo por lo ajeno a las coordenadas que Ptolomeo aporta, sino -sobre todo- por la falta de evidencias arqueológicas importantes en Talamanca. Y por no tener en cuenta Pertierra, los innumerables hallazgos que desde el siglo XVI se han venido produciendo en Villamanta. Principalmente, las evidencias de últimas excavaciones en esa localidad; que han aportado incluso epigrafía, donde aparecen individuos con el sobrenombre “mantus”. Al margen de haber aparecido en Villamanta un pozo (con cauce), restos de una presa y una villa romana, junto a dos necrópolis, plenas de aras con leyendas en latín. Siendo el corpus de inscripciones hallado en la zona de Villamanta hasta Quijorna, el más variado y extenso, conocido en las inmediaciones de Madrid”.

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(18): Seguíamos diciendo en el artículo antes citado, sobre Miacúm lo que a continuación recojo, resumiendo el Capítulo I: MANTUA CARPETANA Y MIACCUM: Enigmas del río Guadarrama, parte I.

Para llegar al artículo, pulsar https://artesimbologiayhumanismo.blogspot.com/2023/12/mantua-carpetana-y-miaccum-enigmas-d

Para consultar las citas: https://artesimbologiayhumanismo.blogspot.com/2023/12/citas-de-enigmas-del-rio-guadarrama.html

SIC

C - I ) Miacúm en la leyenda. El Meaques y la búsqueda de los orígenes romanos de Madrid:

El enigma de esa polis perdida llamada Miacum, es muy similar al que vivió Mantua Carpetana; pues si en el siglo XVI decidieron los más cultos de la Corte, que la polis antecesora de la capital, era la famosa Mantua. En el XIX, sucedió algo similar; cuando tras diversos hallazgos de villas romanas en Carabanchel y en Villaverde, se volvió a generalizar la opinión de que aquellas, quizás fueran la perdida Miacum, como civitas romana que dio origen a Madrid. Abandonando la teoría de Mantua, para sustituirla por Miacum; considerando que posiblemente esta otra Mansión, que figura en los itinerarios latinos; pudo ser la primitiva ciudad, luego capital; inicialmente situada cerca del arroyo de Meaques. Pequeño riachuelo, que nace en las proximidades de Somosaguas, donde estuvo la División Acorazada nº1 (frente a la Ciudad de la Imagen). Bajando desde allí hasta el barrio madrileño de Campamento; pasando a terrenos de la Casa de Campo y alimentando antaño el famoso Lago (hoy artificial). Saliendo de este parque en las proximidades del Palacio Real, para confluir allí con el río Manzanares. Por lo que, teniendo el Meaques apenas caudal y un recorrido de unos tres kilómetros, fue el lugar en que muchos situaron la Miacum romana en el siglo XIX. Sin más base, que la simple coincidencia fonética; aunque hacia 1980, en las inmediaciones del arroyo se sucedieron algunos hallazgos arqueológicos (correspondientes a una pequeña Villa Romana situada en el Puente de Segovia -ver imágenes-). Pese a ello, el hecho anterior que hizo identificar Miacum con el Meaques, fue la aparición de dos importantes villas en emplazamientos no muy lejanos al arroyo: Carabanchel y Villaverde. Dos domus encontradas durante el siglo XIX y comienzos del XX; lo que de nuevo creo la esperanza de un origen romano para la capital. Por lo que otra vez, muchos consideraron que Madrid fue Miacum y que el riachuelo Meaques, conservaba aquella voz latina aparecida en el Itinerario de Antonino -señalada como una de sus mansiones en el camino XXIV entre Segovia y Toledo-

De este modo lo narran Sebastián Rascón y Ana L. Sánchez Montes, quienes en su trabajo La Antigüedad romana en la actual Comunidad de Madrid” (20) describen como las redes viarias romanas, obligaron a localizar desde la más remota antigüedad, tres ciudades perdidas cercanas a Madrid: Miacum, Titulcia, Mantua Carpetana. Debido a “la necesidad de buscar un origen digno, entroncando con la prestigiosa Antigüedad clásica, a la capital del Reino. De ahí el interés por dotar a Miacum de una relevancia urbana que nunca tuvo, por situarla en la propia ciudad de Madrid, o por relacionar a la propia Madrid con Mantua(20a) . Pasando los autores del texto citado, a explicar que modernamente se han excavado infinidad de yacimientos en la provincia, llegando a descubrir la verdadera Complutium, en las inmediaciones de Alcalá de Henares; por lo que se han barajado nuevas hipótesis sobre la localización de Mantua, Titulcia y Miacum (20b) . Mencionando lo que se refiere a otras polis carpetanas, como Caracca o Vico Cominario; de las que no hay vestigio, ni señal alguna de su verdadera localización -pues como ya hemos apuntado, Sebastián Rascón y Ana L. Sánchez Montes; son bastante escépticos, por no decir un tanto derrotistas, al hablar sobre identificaciones de esas urbes- (20c) .

Llegando los autores a negar la Miacum de Collado Mediano o El Escorial; pese a que es un hecho aceptado por la gran mayoría de los arqueólogos. Idea que ratifican con las siguientes palabras: Por el momento no es posible situarlas topográficamente con precisión, ni relacionarlas con seguridad con paraje moderno alguno (a pesar de los últimos intentos por identificar el yacimiento del Beneficio, en Collado Mediano, con Miacum). Ni siquiera creemos que su localización sea hoy por hoy un problema arqueológico de primer orden(20d) . Finalizando este capítulo, con una mención a la “pobreza arqueológica” de la provincia madrileña; donde citan tan solo la relevancia de Complutum y la posible localización de la perdida Titulcia (20e) . Pasando a valuar la importancia de la red viaria en esta zona, perteneciente a la antigua Carpetania. Donde se unían los caminos que iban desde Extremadura y la Ruta de la Plata, con los que se dirigían hasta Zaragoza, el Mediterráneo y la Galia (es decir, desde Lusitania, hacia Roma). A la vez que confluían las vías que unían la meseta con La Mancha y Andalucía (20f) .

(...)

Por su parte, el insigne Juan de Dios de Rada, en 1875 realizó una separata publicada en su obra MUSEO ESPAÑOL DE ANTIGÜEDADES (30) donde se decía acerca de Miacum: Entre las opiniones que de estos primeros tiempos de la historia de Madrid se habían sustentado, figuraba la de creer que en el sitio ocupado por la corte habia existido antigua población romana (...) si hubiesen meditado sobre el Itinerario de Antonino, fácilmente se hubieran persuadido de que para ir de Segovia á Bayona del Tajuña, se había de seguir la orilla del Manzanares , hallándose en la situación alta y fuerte y del todo abundosa que ocupa Madrid, el único sitio á propósito para servir de mansión ó lugar de descanso á los pretores y legiones, como lo era Miacum ó Miaqum”. En este caso Juan de Dios de Rada, vuelve a caer en el error -normal en su época- de considerar que la romana Titulcia era la localidad hasta entonces denominada Bayona de Tajuña. Pueblo al sur de Madrid y en la ribera de este río, que fue cambiado de nombre en 1814; llamándolo Titulcia, tras afirmar los historiadores de comienzos del siglo XIX que allí se situaba esa civitas carpetana.

Como final y para terminar este epígrafe, dedicado a la legendaria Miacum y a su relación con los orígenes de Madrid. Incluyo lo que Montero Vítores comenta al respecto; escribiendo en su tesis doctoral:La vieja teoría de identificar Miacum con el arroyo de Meaques de la Casa de Campo no puede aceptarse sin crítica pues los yacimientos existentes no pasan de ser, en su mayor parte, villas romanas (...) A este respecto cabe señalar la propuesta de Villalba como enclave en la vía que se dirigía hasta ta Segovia por el puerto de Fuenfría. Esta posición puede aceptarse si se tiene en cuenta que la calzada, tras cruzar el puerto de Fuenfría, se dirigía hacia Cercedilla (...) A partir de Cerdedilla cruzaría el pueblo de Guadarrama y enlazaría con Villalba y Torrelodones siguiendo la ruta de la cañada Segoviana (23a) -ver (26)-. A lo que añadiremos que dicha Cañada Segoviana, se dirige desde el río Guadarrama hacia Villamanta; donde una de sus calles se denomina así (situada al final del pueblo, junto al cauce del Arroyo Grande).

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C - II ) Miacúm, de la leyenda a la Historia. Los hallazgos en Carabanchel y Villaverde:

Comenzaremos este epígrafe recogiendo lo que escribe sobre el tema, Vigil Escalera, en su magnífica obra “Granjas y aldeas altomedievales al Norte de Toledo (450-800 dC)(24) . Donde expresa como “Se han propuesto varias localizaciones para Miaccum, siendo una de ellas Madrid, en el barrio de Carabanchel, del que hablaremos en breve, pero finalmente parecen coincidir con la indicación del Itinerario de Antonino los restos hallados en Collado Mediano(24a) . Pasando a mencionar cuales fueron los principales descubrimientos hallados en la capital, destacando La villa romana de Villaverde Bajo fue descubierta por D. Fidel Fuidio el 30 de diciembre de 1.927. Se halló un mosaico y una cabeza de Sileno en alabastro. Están expuestos en el museo de San Isidro de Madrid(24b) . Junto a cuanto lo encontrado en Carabanchel, con la obras de la M-30 aparecieron los vestigios de un poblado romano, bajo un amplio trecho excavado que atraviesa el parque de Eugenia de Montijo. En el siglo XIX, varios historiadores situaron en la misma zona la villa de Miaccum, origen romano de Madrid(24c) . Refiriéndose al interesante descubrimiento de la domus que se ubicaba en el palacio del conde de Montijo -en tiempos de Próspero Merimeé-, cuyo hallazgo se convirtió en un hito durante el romanticismo madrileño. Haciendo que los intelectuales de la época identificasen Miaccum, con el Meaques y Carabanchel.

Acerca de esta conocida villa romana, que fue considerada Miacum por infinidad de sabios y artistas del siglo XIX; nos dice Rubio Ortega en su libro sobre Madrid (25) ; que surgió del terreno removido en esa “hermosa quinta, donde pasó largo tiempo de su vida la célebre Teresa Cabarrús. La quinta fué comprada por el padre de Teresa. Mujer de tan singulares prendas casó con el marqués de Fontenay y después con el convencionalista Tallién. Tiempo adelante adquirió dicha finca la condesa de Montijo, residiendo en ella su hija Eugenia, mujer luego de Napoleón, emperador de los franceses(25a) . Afirmando este autor en su obra publicada en 1921 que: “La población romana Miacurn (Meaco) es hoy -según Cortés y López- la moderna Madrid; pero Pellicer cree que es Alcorcón y Ceán, las Rozas. Sostiene el Sr. González Valencia que Miacum debió tener su asiento donde al presente se encuentra Carabanchel Bajo, esto es, cerca de la citada ermita de Nuestra Señora” (25b) . Siendo la idea de Rubio Ortega, que Miacum estuvo en el arroyo Meaques, lo que ya vimos en el epígrafe anterior; citando lo que expresaba el autor con las siguientes palabras: “Como dijimos en el prólogo de esta obra, nosotros creemos que Miacum es el despoblado de los Meaques en la Casa de Campo (...) el arroyo de los Meaques entra en la Casa de Campo y corre por un extremo de dicha finca (25c) .

(...)

Para finalizar el estudio que analizamos de Alexandra Uscatescu; añadiremos que la autora menciona como en 1861 Juan de Dios de Rada, estudió los mosaicos. Publicando poco después un artículo que contiene litografías de estos suelos -junto a Amador de los Ríos-. Opúsculo donde se ofrece por vez primera una descripción detallada de la villa y se muestran sus suelos de forma gráfica. Narrando asimismo Uscatescu, que tras la Guerra Civil, el palacio y la finca habían quedado destrozados. Por lo que en 1942, sus propietarias (las monjas oblatas) solicitaron una subvención para reconstruirlo. Momento en que el ayuntamiento de Madrid ofreció comprar los mosaicos, facilitando esos fondos, con el fin de que rehabilitasen el convento-asilo (adquiriéndolos por 10.000 pesetas un año más tarde) (32c) -. Por su parte, del modo en que terminó la quinta y su jardín; ya dimos cuenta unos párrafos antes, cuando hablábamos del final de Villa Miranda. Que fue vendida por las monjas en 1968; procurando quienes lo compraban, que se quemase y destruyera -mientras se cumplimentaban los trámites-, para que no interviniese Bellas Artes. Quedando el palacio en estado de ruina, lo que propició que la familia Santafé también se viera obligada a deshacerse de su parte; vendiendo igualmente su zona de finca y la casa de recreo, que la emperatriz les había regalado a comienzos del siglo XX. Finalmente, los edificios y jardines fueron convertidos en solares; construyendo allí bloques de viviendas y un parque (llamado Eugenia de Montijo). Perdiéndose así, todo vestigio del yacimiento romano.

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C - III ) Miacúm y su localización en El Escorial o en Collado Mediano:

C-III · A) Ubicación en Monesterio, San Lorenzo de El Escorial:

Tras relatar las identificaciones de Miaccum o Miacum, admitidas durante el siglo XIX y comienzos del XX. Hemos de exponer dónde se localiza esta Mansión o posada actualmente; existiendo dos teorías, aunque ambas la sitúan en las cercanías de Collado Villalba. Marcando una de ellas la finca Monesterio, en San Lorenzo de El Escorial; mientras la segunda, la ubica cerca de Collado Mediano. Así, su nueva localización, se debe a numerosos estudios de arqueólogos contemporáneos; quienes con gran acierto descubrieron que la calzada romana discurría por la vereda del Guadarrama. Sin seguir el camino que hasta 1960 se trazaba: Viniendo desde Segovia a Toledo, bajando por Navacerrada hasta la capital, en lo que actualmente es la A-6. Creyendo aquellos académicos, un siglo atrás; que debido a ello, Miaccum estuvo en Madrid (en el Meaques) y que Titulcia se situaba junto al Tajuña. Todo lo que se explicaba por una red de calzadas imaginadas, que discurrían entre Segovia y Madrid, para llegar a este afluente del Tajo. Tal como podemos ver en las primeras imágenes, a continuación; donde se encuentra el mapa “clásico” de las vías romanas, con el modo en que los arqueólogos admitían, hasta hace medio siglo. Considerando que las Rutas 24 y 25 de Antonino, que unían Segovia - Complutum - Toledo (pasando por Titulcia). Cruzaba Navacerrada, para llegar a Madrid, en paralelo con la actual “carretera de la Coruña”. Tras alcanzar el Meaques (junto a Carabanchel); seguía el río Manzanares, para llegar a la actual Titulcia. Un pueblo que hasta comienzos del siglo XIX se llamó Bayona del Tajuña; aunque los académicos decidieron en 1814 que allí se ubicaba la antigua Titulcia (cambiando su nombre). Finalmente, esos expertos, igualmente consideraron que la calzada romana partía desde esta localidad camino Este, llegando a Toledo; teniendo un segundo tramo que unía esa supuesta Titulcia con Alcalá de Henares (Complutum). -ver las imágenes siguientes-

Todas estas hipotesis han sido desechadas, principalmente por dos motivos: Primeramente por la dificultad del tramo y accesos, para ir desde Segovia a Toledo y a Alcalá de Henares desde el sur de la provincia. Tras hacer escala en Madrid con el fin de bajar hasta esa localidad hoy llamada Titulcia; tomando luego rumbo Este para dirigirse a Toletum y Oeste para ir a Complutum. Pero sobre todo, por la falta de hallazgos y la inexistencia de calzadas, ni de miliarios en su recorrido. Restos que sí han ido apareciendo en la zona de Cercedilla y El Escorial, y en la vereda del río Guadarrama. Lo que finalmente ha hecho localizar Miacum en los yacimientos de El Beneficio (Collado Mediano) o bien en el de Monesterio (El Escorial). Identificación que vamos a estudiar; analizando los últimos trabajos que la ubican en esos puntos cercanos a Collado Villalba. Aunque antes, repetiremos cuales son las referencias históricas, para hallar esta Mansio carpetana. Cuya cita en los textos clásicos se reduce al Itineario de Antonino, que en su RUTA XXIV, marca un camino desde Segovia a Complutum; donde saliendo de Segovia, se llega hasta Miacum, después de 24 millas romanas. Marcando que a continuación sigue la calzada hasta Titulcia, después de recorrer otras 24 millas. Indicando asimismo el Itinerario, en su RUTA XXV; que desde Titulcia a Toledo, hay otras 24 millas. Siendo estos los datos que hemos de barajar, para hallar la civitas o posada de Miacum; considerando que la milla romana son unos 1550 metros.

(...)

En su siguiente epígrafe, Rodríguez Morales y Caballero Casado, tratan sobre las distancias que los itinerarios marcan desde Miacum a Segovia, a Titulcia, Compultum, Toledo etc.. Recogiendo las siguientes conclusiones:Añadiremos los datos de distancias en millas según el Itinerario de Antonino (...): Rutas 24/26: Miacum-Tituciam: 24 millas; Ruta 25: Toletum- Titulciam: 24 millas; Titulciam-Complutum: 30 millas”. Pasando los autores a valorar las diferencias actuales, considerando Titulcia en Móstoles y Miacum en Monesterio (El Escorial) (32e) . Lo que nos exponen se puede resumir diciendo que el itinerario de Antonino (rutas XXIV a la XXVI), dicta que de Miacum a Titulcia había 24 millas; las mismas que de Toledo a Titulcia. Mientras de Toledo a Complutum habría 30 millas romanas. Ante lo que hemos de hacer un alto y reflexionar; pues, a mi juicio, los datos que manejamos nos ofrecen un panorama bastante “desolador· -por no decir cargado de dudas-. Debido a que la distancia aérea entre Toledo y Alcalá de Henares, sería de unos 90 kilómetros; mientras, por carretera, actualmente se deben recorrer al menos 103 kilómetros. Es decir, si la milla romana se valora en unos 1550 metros; entre Toledo y Alcalá no hay 30 millas R., como indica el Itinerario, sino habría unas 58 millas R. (volando) y unas 67 millas R. (por las carreteras más modernas). Lo que me lleva a deducir -personalmente-, grandes errores en la información de Antonino; tantos que deberíamos al menos multiplicar las distancias por dos, para lograr acercarnos a la realidad entre Toledo y Complutium. Debido a ello, considero que las citas en millas que nos dan los Itinerarios (este y el de Rávena), debemos manejarlas como referencias y no como un hecho cierto y exacto -al igual que sucedía con las coordenadas de Ptolomeo-.

Para terminar el resumen del trabajo de Rodríguez Morales y Caballero Casado, diremos que en su parte final, se centran en mostrar como este camino, que ellos consideran fue el de la calzada romana RUTA XXIV. No es el mismo y ni siquiera discurre paralelo a la Cañada Real Segoviana; afirmando los autores que esta vía descrita en su trabajo (desde El Escorial a Toledo) coincide con la que más tarde se conoció como Cordel Segoviano. Mencionando las innumerables citas históricas que hay sobre este Cordel Segoviano, que viene utilizándose como unión entre la Meseta y La Mancha desde tiempos inmemoriales. Citando que ya “En el privilegio de las alberguerías de 1273, de su hijo Alfonso X, se detallan las ventas segovianas colocadas al pie de este camino(32e) . Al respecto, añadiremos que la Cañada Real Segoviana, no se dirigía bajando el Guadarrama, hacia Titulcia (Móstoles o Carranque); sino, va a Villamanta y desde allí baja a Toledo. Todo lo que confirmaría que Villamanta es Mantua Carpetana, como diferente parada y desvío, conectando la calzada XXIV con tierras vettonas. Teniendo esta Ruta XXIV (Segovia-Toledo) un tramo general, que iría desde Miacum (El Escorial o Collado Mediano) hasta Titulcia (Móstoles o Carranque). Mientras una segunda opción se abriría, a la altura de Villaviciosa de Odón; dirigiéndose hasta Mantua Carpetana (Villamanta). Tramo que conectaría Segovia con la zona extremeña y el Guadarrama con Capera (en la Ruta de la Plata; como vemos en imagen, a continuación).

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C-III · B) Ubicación en El Beneficio; Collado Mediano (¿Collado Miacum?):

Un interesante estudio que localiza Miacum en Collado Mediano, podemos leerlo en la Red -concretamente en las páginas de Celtiberia. Net-. Nos referimos a un trabajo de J.J. Guijarro, intitulado Miaccum: en busca de la mansio perdida” (34) donde el autor expone todos los pormenores que hubo, hasta que se pudo identificar esta Mansio carpetana en las inmediaciones de El Escorial. Comenzando por narrar que ya en 1917, el párroco de Collado Mediano, le dirigió una carta al Padre Isla, narrando los hallazgos romanos de su localidad. Misiva que quedó en el archivo de la Real Academia de la Historia, sin que nadie le pusiera atención; pese a contener una información valiosísima (34a) . Aunque, por su parte, “Saavedra, uno de los máximos especialistas en caminería romana de fines del siglo XIX, había señalado entre Segovia y Miaccum la clara omisión de una mansio que él creía haber localizado en el Ventorrillo del Duende, a tres kilómetros de Guadarrama (Saavedra,1862)” (…) Con estas noticias y conocimientos D. Antonio Blázquez se dispuso, desde 1906, a buscar el paso serrano que conectase, siguiendo el Itinerario, ambas mesetas. Fruto de estos desvelos fue el hallazgo por parte del avisado ingeniero de montes, D. Alberto Martínez, de un miliario en las proximidades del Puente de la Venta” (34b) . Miliario que por entonces no pudo leerse; pero que gracias a un trabajo de Ruiz Trapero y de Santiago Olmos, se ha llegado a transcribir, del siguiente modo:

[-]CO +[-]DECIO LG AVG PR P[-]+ P XVII .

Interpretación de esta marca romana, cuyo significado sería que desde la anterior “parada” hasta este punto; había XVII millas. Por cuanto se cree, que el miliario marcaba 17 millas romanas hasta Segovia, en el camino de Miacum; un Miacum que por lógica distaría desde ese “mojón” otras 7 millas -pues el Itinerario de Antonino señala 24 M.R. entre ambas paradas (34c) -. Ante lo que J.J. Guijarro, añade: “Por ello, desde el puente del miliario hasta Miaccum debe haber VII millas, esto es, 10’36 kilómetros tomando la milla de 1480 metros o un máximo de 11’66 kilómetros tomando la de 1666 metros. Así, la situación de Miaccum no puede superar esta extensión máxima en línea recta. Curiosamente El Beneficio queda perfectamente comprendido en esa misma distancia, mientras que otra de las pretendidas candidatas a situar esta mansio, allá por las tierras de Collado Villalba (...) queda fuera del límite máximo dedistancia tomada en línea recta(34c) . Determinando de este modo, que Miacum se situaba en el yacimiento de Collado Mediano, llamado El Beneficio y no en Monesterio; que -como vimos antes- es una finca cercana a El Escorial. Ante lo que añade el autor, que Miacum debía de ser una pequeña posada; mientras el siguiente destino marcado en el Itinerario (Titulcia) se trataría ya de una urbe; donde se cruzarían los ejes de las Rutas XXIV, XXV, XVI y la XIX (34d) .

(...)

Termina J.J. Guijarro su estudio aportando una extensa referencia de millas y distancias, además de unas inteligentes conclusiones; que recomendamos consultar en nuestra cita (34g) . Ante las que desearía realizar algunas puntualizaciones personales; valiéndome de los datos que aporto en cita (35) . La primera, es que si la RUTA XXIV nos dice que desde Segovia a Miacum había 24 millas R. y desde Miacum a Titulcia otras 24 M.R.; mientras la RUTA XXV habla de que Titulcia distaba de Toledo 24 M.R. Nuestra conclusión es que desde Segovia a Toledo, había 72 millas romanas: 24 de Segovia a Miacum; 24 de Miacum a Titulcia y 24 de Titulcia a Toledo. Un hecho que -igualmente- es imposible, pues la distancia aérea entre Segovia y Toledo es de 120 kilómetros y actualmente el camino más corto (por carretera) recorre 160 kilómetros. Ello supone, que tomando una milla de 1550 metros; volando entre ambas capitales, habría unas 78 M.R. y viajando en coche, más de 100 M.R. . Es decir, nuevamente tenemos un desajuste que en este caso nos lleva a unas 28 millas de error, lo que supera con mucho 40 kilómetros y supone un tercio de lo que el Itinerario marca entre Toledo y Segovia. Por cuanto, estas distancias de las Rutas de Antonino, hemos de tomarlas nuevamente como una aproximación; aunque los miliarios hallados sí pueden tener gran aproximación. Ya que los lugareños podrían medir longitudes con pasos o con ruedas que señalaban justamente esas millas; en los tramos entre unas y otras posadas. Con el fin de controlar bien el esfuerzo y el tiempo que necesitaban parar a cada paso, sabiendo donde descansar y para que las bestias no sufrieran demasiado. Algo que añadimos, con el fin de aclarar que, aunque los datos de Antonino hemos de entenderlos como una referencia; los que aporta ese miliario hallado en las cercanías de Collado Mediano, pueden ser exactos.

Finalmente, hablaremos de otras distancias que marca el Itinerario de Antonino, que en su RUTA XXIV dicta que desde Complutum hasta Titulcia, había 30 millas. Ello supone unos 47 kilómetros, por lo que en el siglo XIX situaron esa polis carpetana perdida, en la actual población así llamada; cuyo nombre fue cambiado en 1814. Localidad que se denominaba Bayona del Tajuña y pasó a ser la nueva Titulcia; entre otros motivos, por estar a esas 30 millas romanas de Alcalá -tal como marca la Ruta XXIV-. Aunque, en verdad, resulte absurdo que la vía desde Segovia hasta Toledo o hacia Alcalá; baje a Madrid capital y luego marche hacia orillas de Tajuña. Siendo el camino natural entre Segovia y Toledo, descender por el río Guadarrama, llegando pronto a Batres-Carranque y poco después a las estribaciones del Tajo -en las inmediaciones de la capital manchega-. Por tal motivo, considero personalmente, que la tesis de Dimas Fernández-Galiano, situando Titulcia en Carranque la Vieja; es la más lógica. De ello, habríamos de considerar la distancia entre Batres-Carranque y Alcalá, para averiguar lo que tendríamos que entender cuando el Itinerario nos dice que entre Complutum y Titulcia había 30 millas. Pues al estar separados Alcalá y Batres-Carranque por unos 52 kilómetros (en ruta aérea) y por unos 70 kmts. (en carretera). Equivaldría esa vía terrestre a unas 45 millas romanas; lo que supone un error similar al que hemos observado antes. Cuando vimos que el Itinerario se equivocaba al menos en una tercera parte, fijando 72 M.R. entre Toledo y Segovia (pues como mínimo, separan 100 millas a ambas capitales). Para terminar nuestra disertación, desearía incluir una idea propia, acerca de las etimilogías de Collado Villalba y Collado Mediano. Siendo obvio que “collado” es un alto (un monte); Villalba significaría “villa blanca” quizás por comenzar allí los collados con nieves. Mientras Collado Mediano, posiblemente fuera en origen Collado Miacum; derivando la voz Miaccum hacia “mediano”.

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(19): C-III · C) Miaccum; calzadas y distancias marcadas por el Itinerario de Antonino. Conclusiones finales:

Las hipótesis que sitúan esta Mansio -parada o posada ibero romana- en las cercanías de Collado Villalba; son muy recientes y se deben a dos expediciones arqueológicas que apenas han cumplido dos décadas. La más antigua, fue la de Monesterio, excavada en los años 1996-97; en las que se obtuvo la primera conclusión de que Miacum pudo situarse en esa finca cercana a El Escorial. Cuyos datos particulares podemos leer en el trabajo de Carlos Caballero Casado -antes citado- (36) . Donde este arqueólogo, que intervino en las campañas, recoge fotos y pormenores, mientras se procedía a analizar aquel yacimiento. Punto que -finalmente- el autor identifica con la posada Miacum, mencionada por la Ruta XXIV. En lo que se refiere a la localización en El Beneficio (Collado Mediano), sus prospecciones fueron más tardías y no se excavó hasta el año 2003; aunque los edificios allí encontrados son aún de menor importancia que los hallados en Monesterio. Pese a la poca “fastuosidad” de lo aparecido en El Beneficio; no se desestimó como localización de Miacum. A pesar de que sus restos tan solo muestran una casa cuadrangular y parte de una posible calzada. Pero hay que señalar que aquella construcción romana de Collado Mediano, no es una pequeña aldea o un barrio dedicado a atender a viajeros; sino un simple edificio. Ante lo que nos podemos plantear, si realmente aquel punto fuera Miacum. Siendo, en parte, parecido lo que sucede con Monesterio; donde apareció una casa de baños, que se marcaba desde tiempos antiguos como un molino (con mayor importancia y dimensiones que la de El Beneficio).

En referencia a ello; conviene estudiar los restos de calzadas encontradas en sus áreas. Sobre lo que Vigil Escalera -en obra ya mencionada (37) -; nos dice que En Cercedilla se han hallado restos de una calzada y puentes romanos. La calzada comunicaba Segovia con Titulcia. Se conservan tramos en buenas condiciones. Durante el recorrido que empieza en las Dehesas y termina en el Puerto de la Fuenfría, podrá admirar tres de los cuatro puentes romanos existentes: Puente de la Venta, Puente del Descalzo, y Puente de En medio. El puente del Molino o del Reajo se encuentra en las inmediaciones de la estación de Renfe.(37a) . Y que asimismoLa calzada de las Machotas, o la calzada romana de Zarzalejos. Mojones y tramos enlosados salpican el camino, que arranca en Pajares y se prolonga por espacio de cinco kilómetros hasta El Escorial” (37b) . Terminando por escribir que: La calzada romana de Galapagar, construida entre el 213 y el 217, era la denominada Vía Antonina y unía Mérida con Zaragoza, pasando por Segovia, Galapagar desde el Puente del Herreño hasta el Puente del Toril, Titulcia, y Alcalá de Henares. Todavía se conservan los mojones en la vía conservados en el valle de la Fuenfría, uno de ellos localizado en la Plaza del Ayuntamiento de Galapagar.” . A lo que el autor añade que en 2017 se recuperaron casi 200 metros de esta calzada, que se encuentra en el Parque Alto del Guadarrama (de la que afirma, era la ruta que unía Cesar Augusta con Segovia; a través de esta zona de Galapagar) (37c) . Terminando por escribir Vigil Escalera, sobre el yacimiento de El Beneficio; que en sus cercanías se ha descubierto también un tramo de calzada romana; junto a un edificio que se considera posada (con cocina, comedor etc); lo que muchos arqueólogos han identificado con Miacum (37c) .

Con todos los datos aportados podemos plantearnos si la Miacum perdida, es el yacimiento de Monesterio o el de El Beneficio. Para lo que resulta imprescindible regresar a las distancias que nos da el Itinerario -repasando las millas que Antonino recoge, como separación de las mansiones o posadas-. Lo que podremos consultar en otro trabajo de Carlos Caballero -ver cita (38) -; donde se recoge lo que marca el famoso Itinerario. Aunque ampliaremos más los conocimientos, si tomamos la información extensa que aporta Pilar González-Conde en su libro sobre Carpetania; con la que podemos detallar perfectamente estas Rutas y el trazado de las calzadas romanas del Itinerario -ver cita (39) -. De tal manera, en el trabajo de González-Conde, comprobamos de nuevo lo expuesto: Que no solo Segovia estaba a 24 millas R. de Miacum y a otras 24 M.R de Titulcia; sino que asimismo, Toledo distaba también 24 M.R. De Titulcia. A la vez que Complutum se situaba a 30 M.R. de Titulcia. Mientras entre Ocelo Duri (Zamora) y Toledo, había 194 M.R.; y desde Toledo a Zaragoza, 215 M.R.. Estando Titulcia a solo 18 M.R. de Vico Cuminario -un punto que algunos identifican con Qijorna, o con Villaviciosa de Odón-. Pequeña civitas o Mansio, llamada Vico Cuminario, que hemos de suponer situada al nordeste de Titulcia y muy cercana a Mantua Carpetana.

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(20): “Como ya hemos expuesto repetidamente, seguimos la teoría de Dimas Fernández-Gaaliano; que situaba Titulcia en las proximidades de Carranque. Para conocer los motivos que nos llevan a esta conclusión se puede leer la Segunda parte de esta serie TITULCIA, AUGUSTÓBRIGA Y SUS CAMINOS PERDIDOS: Enigmas del río Guadarrama, parte II. Para leerlo, pulsar https://artesimbologiayhumanismo.blogspot.com/2024/02/titulcia-augustobriga-y-sus-caminos.html

A continuación resumo algunos de los párrafos más importantes, donde expongo la teoría y su localización; el texto contiene citas, que han de consultarse en las CITAS DE LA PARTE 1ª, 2ª Y 3º . Para ver, pulsar: https://artesimbologiayhumanismo.blogspot.com/2023/12/citas-de-enigmas-del-rio-guadarrama.html

SIC:

En nuestra primera parte ya vimos como la localización de Titulcia debía de hacerse en virtud de los datos contenidos en el Itinerario de Antonino y en la Geografía de Ptolomeo. Siendo la latitud y longitud que el geógrafo aporta para la que llama “Tituacia”: 10º 20´ O. ; 41º 20´ N. . Mientras para Toletum nos da como coordenadas geodésicas: 10º 00´ O. ; 41º 00´ N. . Todo lo que significa que entre ambas ciudades había una distancia de 20 millas romanas al Oeste y otras 20 millas al Norte. Debiendo interpretarse las coordenadas ptoloméicas, que invierten Este con Oeste; por comenzar el Globo ese geógrafo, desde un “Meridiano 0”, que él sitúa sobre las islas Canarias (calculado a 10º Este, de Toledo). Lo que hemos apuntado, supone que Titulcia estaba a unos 31 kilómetros al Norte de Toledo, a los que hay que sumar otros 31 kilómetros de posición al Oeste. Por cuanto, aplicando coordenadas y trigonometría esférica, hace saber que entre ambas urbes había unos 55 kilómetros de distancia. Asimismo, si corregimos el error de 1º (un grado) que ya dijimos, tenía La Geografía; situando Toledo correctamente, en el 40º N.; 10º E. . Y Titulcia, en el 40º 20´ N; 10º 20´ E. . La posición de esta última se debe calcular en el área de El Álamo, Batres, Arroyomolinos. Cuyas coordenadas serían las siguientes; traducidas al sistema de Ptolomeo -con un meridiano inicial en Las Islas Canarias a 10º Oeste de Toledo-: El Álamo (40º 13´ N.; 10º 00´ E.). Batres (40º 12´ N.; 9º 55´ E.). Arroyomolinos (40º 16´ N.; 9º 56´ E.). Es decir, que conforme a distancias y coordenadas que nos marca La Geografía, Titulcia se situaría en la zona de Carranque a Arroyomolinos.

Por su parte, también vimos que el Itinerario de Antonino, situaba esta civitas carpetana en el camino entre Segovia, Complutum y Toledo; distando (según los datos de sus Rutas) 48 millas romanas de Segovia, 24 millas desde Miacum, 30 millas desde Complutum y 24 desde Toledo. Una localización, que si aplicamos el valor común de la milla con una equivalencia de 1550 metros; supondría que Titulcia debería estar a unos 74 kilómetros de Segovia, a unos 46 de Alcalá de Henares; a unos 37 kilómetros de Collado Mediano o El Escorial (Miacum) y a otros 37 de Toledo -aproximadamente-. Todo ello, nos llevaría a crear un cerco de localización, que se dirigiría desde el Sur de Segovia, llegando a un lugar al Oeste de Madrid capital. Situándose en un área entre Villaviciosa de Odón y El Arroyo Meaques; puntos que distan unos 80 kilómetros de Segovia (siguiendo la vía que cruza el alto de Navacerrada). Asimismo, Titulcia, conforme marca el Itinerario de Antonino, distaba a unos 37 kilómetros de Collado Mediano o de El Escorial; en el camino hacia Toledo. Lo que de nuevo nos lleva hasta las cercanías de Villaviciosa de Odón o del Arroyo Meaques (a unos 40 kilómetros de donde se localiza Miacum). A la vez los datos ofrecidos por las Rutas del Itinerario, nos conducen a unos 46 kilómetros de Complutum, llevándonos hasta un punto sito al Este de Madrid; lo que de nuevo apunta a las cercanías de Villaviciosa de Odón (ya que desde Alcorcón a Alcalá hay 44 kilómetros y a Villaviciosa unos 5 más). Finalmente, habríamos de buscar esa ciudad de Titulcia, que también estaba a unas 24 millas de Toletum (unos 37 kilómetros). Por lo que dirigiéndonos desde la capital manchega a Segovia; llegaríamos a un lugar próximo a Carranque, que dista unos 40 kilómetros de Toledo. Todo ello concluye que Titulcia estaba entre Villaviciosa de Odón y Carranque; debiendo quizás buscarse en mitad de ambas localidades. Es decir: En la zona de Arroyomolinos, Batres, Móstoles y Carranque.

B-1) Titulcia en Bayona de Tajuña y su ubicación en Móstoles (o en Carranque). Los trabajos de Fernández-Galiano y de Rodríguez Morales junto a Caballero Casado:

En nuestra parte primera habíamos tratado ampliamente sobre la localización de Titulcia durante el siglo XVIII y XIX. Momento en que los ilustrados e historiadores, llegaron a la convicción de que esta urbe carpetana se situaba en Bayona del Tajuña; debido a la interpretación que dieron a la Ruta XXIV del Itinerario antoniniano. Considerando los sabios de aquel entonces, que esa calzada procedente de Segovia; bajaba hasta Madrid capital por Navacerrada, siguiendo el trazado de lo que actualmente es la A-6. Llegando así hasta el Arroyo Meaques (junto a la Casa de Campo), donde también situaron Miacum. Deduciendo, asimismo, que la Ruta luego seguía por el curso del Manzanares, para alcanzar Bayona del Tajuña. Población que por este motivo cambió de nombre en 1814, pasando a llamarse Titulcia. -A los interesados en el tema, que no hayan leído esta parte primera, les recomendamos ver nuestras citas: (15e) (16f) (20b) (34f) -.

Pese a todo, muchos arqueólogos, aún consideran correcta esa ubicación de Titulcia, fijada por los historiadores del siglo XIX y comienzos del XX. Tal como se expresa en numerosos estudios recientes; incluso en un ecléctico trabajo de Rascón Marqués y Sánchez Montes (47) . Quienes desde sus primeras paginas, exponen el modo en el que desde El Renacimiento se buscó un origen romano a Madrid; identificándolo con Miacum o con Mantua Carpetana. Aunque fue después de la Ilustración, cuando los expertos en arqueología creyeron haber localizado algunas de esas ciudades centrales peninsulares. Especialmente Titulcia, que ubicaron a través de los datos ofrecidos en La Geografía de Ptolomeo y en las Rutas del Itinerario de Antonino (47a) . Pese a ello, Rascón y Sánchez Montes, consideran que aún queda mucho por excavar y por investigar en la provincia de Madrid. Afirmando que de las dos civitas ibero-romanas principales de Carpetania, tan solo se ha estudiado con eficacia y localización cierta: Complutum (Alcalá). Mientras la otra, que es Titulcia; para ellos carece de datos fidedignos y de hallazgos suficientes, como para poder situarla con verdadero rigor en la localidad homónima (47b) . Afirmando los autores que esta urbe, se hallaba al Oeste de Complutum y al Sur de la provincia de Madrid; debiendo situarse tras el río Tajuña (47c) . Una localización, muy influenciada por el criterio de los ilustrados, quienes aceptaron su emplazamiento indiscutible en esa localidad sureña de Madrid. Llegando a denominar Titulcia a ese pueblo que hasta entonces fue llamado Bayona del Tajuña. Al considerarse en 1814, que con absoluta seguridad; allí estuvo la ciudad carpetana. Principalmente debido a encontrarse a mitad de camino entre Toledo y Alcalá; situada a unos 37 kilómetros de la primera y unos 47 de la segunda; distancias que coincidían con lo que el Itinerario de Antonino señala. Aunque en sus cálculos, los sabios de los siglos XVIII y XIX, dejaron a un lado que Titulcia también debería estar a unos 74 kilómetros de Segovia y a unos 37 kilómetros de Miacum (Collado Mediano o El Escorial).

Acerca de la localización de Titulcia y Miacum, hace unos tres años se publicó un extenso y detallado trabajo escrito por Jesús Rodríguez Morales y Carlos Caballero Casado (48) . Interesante opúsculo, sobre el que ya hemos tratado en nuestra primera parte. Obra que da comienzo con un resumen, donde los autores nos explican que la finalidad de su estudio es explicar y razonar que Titulcia debe situarse en Móstoles -y no tanto en Carranque; tal como ya propuso Fernández-Galiano en 1988-. Para ello, los investigadores parten la localización de Miacum en las cercanías de El Escorial (en la finca Monesterio) y trazan una línea de bajada, partiendo desde esta localidad, en dirección a Toledo, siguiendo el río Guadarrama; llegando finalmente hasta Móstoles -a unos 37 kilómetros de distancia- (48a) . Es así como, tras dictaminar que Miacum estuvo en aquel yacimiento escurialense, perteneciente al municipio de Galapagar; llegarán a la conclusión de que la siguiente parada de la Ruta XXIV estaba en Móstoles ciudad. Comenzando por explicar que sería Dimas Fernández-Galiano, quien en 1990 fue también el primero en afirmar que Miacum se hallaba en el yacimiento de Monesterio (junto a El Escorial). Idea que finalmente fraguó; admitiendo prácticamente la totalidad de los arqueólogos, que Miacum se situaba en las laderas del Guadarrama. Aunque entre el año 2006 y el 2008, comenzó el debate entre quienes consideraron que quizás debió estar en Collado Mediano (El Beneficio) y no tanto en el yacimiento de El Escorial (Monesterio). Siguiendo Rodríguez Morales y Caballero Casado la primera teoría, de Fernández-Galiano; que ubica en este lugar escurialense la antigua Miacum carpetana (48b) .

Consecuentemente, partiendo desde un punto cercano a Galapagar -como Miacum-, los autores, trazan una ruta siguiendo el curso del río Guadarrama, por su cuerda alta; para llegar a encontrar Titulcia (siguiendo unos 37 kilómetros al Sur y en dirección a Toledo). De este modo, se guiarán por una vía pecuaria que fue usada desde tiempos inmemoriales; y que se denominó Vereda Segoviana. Mientras, irán recogiendo datos sobre los puntos con hallazgos romanos, durante el recorrido de este camino; mencionando los restos aparecidos en sus proximidades. Destacando Rodríguez Morales y Caballero Casado, cómo en Villanueva del Pardillo se realizaron dos importantes excavaciones recientes (Los Palacios y El Basurero) (48c) . Al igual que entre Boadilla del Monte y Villaviciosa de Odón, donde se halló una villa romana y una necrópolis visigoda, llamada San Babilés (48d) . De tal modo, siguiendo la referida Vereda Segoviana, finalmente alcanzan el municipio de Móstoles, donde los autores sitúan Titulcia. Justificando su localización en base a los múltiples hallazgos romanos que se han producido en esa ciudad -donde desde el siglo XVI hay testimonio de aparición de restos- (48e) . Finalmente, acreditan su teoría en base a la distancia en millas desde Titulcia (Móstoles) hasta Complutum, Toledo y Miacum; afirmando que las “Millas reales según nuestra propuesta, con Titulcia en Móstoles: Miacum-Titulciam: 26 millas R.; Titulciam-Complutum: 30,5 millas R.; Titulciam-Toletum: 35 millas R.(48f) .

Terminan su interesante estudio Jesús Rodríguez Morales y Carlos Caballero Casado, documentando la antigüedad e importancia que tuvo esa vía que han señalado, entre Galapagar y Móstoles; llamada Vereda Segoviana (cuyos orígenes son ancestrales). Citando a Hernando Colón, que mencionan como esos eran “los caminos de Toledo y Andalucía a Segovia y la Meseta Norte, el de Extremadura a Alcalá y Zaragoza y el de Valencia a Salamanca, que coinciden con el trazado de las rutas 24, 25, 26 y 29, que son las que, según el Itinerario de Antonino, pasaban por Titulcia. Como por potencia demográfica Móstoles no pudo atraer por sí misma todos estos caminos, es de suponer que su papel de gran centro de comunicaciones medieval sea heredado de una época más antigua(48g) .Vía que se recoge en numerosos documentos antiguos, donde se acredita como para ir desde Segovia a Toledo central, se tomaba esta “Vereda” -al menos desde la Edad Media-. Aunque debemos añadir, que ese camino se dirigía hacia Ocaña; no propiamente hasta la capital manchega. Tal como podemos leer en cita (49) , donde se menciona el viaje de Hernando Colón, que en 1515 fue desde Sotosalbos hasta Sevilla; siguiendo esa vía del Cordel Segoviano. Vereda que en Villaviciosa de Odón se desviaba hacia Móstoles; pero que -a mi juicio- se distanciaba del río, porque se encaminaba hacia Ocaña (punto de enlace con Andalucía, Albacete o Valencia). Es decir, que aquella Vereda Segoviana, llevaba hasta la intersección de caminos con dirección a Despeñaperros o al Levante. Lo que explica que fuera seguida por Hernando Colón, del que sabemos, residía en Sevilla. Comprendiendo que se desviase hacia Móstoles, para llegar hasta el Sur de Madrid (Aranjuez) y más tarde a la intersección de caminos que le conducirían a Andalucía. Debido a ello -a mi juicio- hemos de desechar la Vereda Segoviana como hipótesis del recorrido de la Ruta XXIV de Antonino. Pues esa calzada romana estaba trazada para ir desde Segovia a Titulcia, y de Titulcia a Complutum o a Toletum. Debiendo así situar esta urbe intermedia, en el curso del río Guadarrama; ya que sin desviarse de sus orillas llegamos hasta la ciudad manchega. Por lo que a mi entender, Titulcia está en el valle comprendido entre Arroyomolinos, El Álamo, Batres y Carranque.

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(21): Pedro Juan de Villuga; primera edición en 1546

Repertorio de todos los caminos de España, hasta ahora nunca visto, en el que hallará cualquier viaje que quiera andar muy provechoso para todos los caminantes”

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(22): Francesc Costa Oller

Villuga comentado Reportorio de todos los caminos de España

Mataró 2018 - Cuarta edición (Enero, 2021)

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(22a): pag 9

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(22b): pag 10

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(22c): pag 14

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(22d): pag 108 y ss.

SIC

De Segovia a Guadalupe: Venta de la Fuenfría. Venta de la Cruz. Guadarrama. Navalquejigo. Venta del Molinillo. Villanueva de la Cañada [La Despernada]. Brunete. Sacedón. Zarzuela Vieja. Carranque. El Viso de San Juan. Cedillo del Condado. Cabañas de la Sagra. Olías del Rey. Venta del Promutor. Toledo. Venta Estivel. Burujón. La Mata. Cebolla. Casa Blanca o de Sotocochino [Venta]. Venta del Alberche. Talavera de la Reina. Venta de la Cierva. Puente del Arzobispo. Villar del Pedroso. Venta de los Nogales. Venta de la Magdalena. Venta del Hospital. Venta de la Hermandad. Monasterio de Guadalupe.Comentando Costa Oller: “A la salida de Madrid se atravesaba el río Guadarrama por el pequeño puente de la Zarzuela, frente a Arroyomolinos. Su nombre lo recibía de la población de la Zarzuela Vieja, en la parte derecha del río. Abandonada hacia 1530, un topónimo la recuerda en un despoblado al Este de Navalcarnero, al lado del mencionado río. Sus habitantes se establecieron en la orilla izquierda del Guadarrama, en un lugar ahora también despoblado”

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(22e): pag 109

SIC

A la salida de Madrid se atravesaba el río Guadarrama por el pequeño puente de la Zarzuela, frente a Arroyomolinos. Su nombre lo recibía de la población de la Zarzuela Vieja, en la parte derecha del río. Abandonada hacia 1530, un topónimo la recuerda en un despoblado al Este de Navalcarnero, al lado del mencionado río. Sus habitantes se establecieron en la orilla izquierda del Guadarrama, en un lugar ahora también despoblado”.(22d)

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(22f): pag 58

SIC
De Valencia al monasterio de Guadalupe: Quart de Poblet. Chiva. Siete Aguas. Requena. Utiel. Caudete

de las Fuentes. Casa Nueva [Venta Nueva]. El Pajazo. La Pesquera. Campillo de Altobuey. Motilla del Palancar.

Alarcón. Atalaya del Cañavate. La Alberca de Záncara. El Pedernoso. Santa Maria de los Llanos. Mota del Cuervo. El Toboso. Miguel Esteban. Villacañas. Tembleque. Villanueva de Bogas. Almonacid de Toledo. Nambroca. Toledo. Venta Estivel. Burujón. La Mata. Cebolla. Casa Blanca o de Sotocochino [Venta]. Venta del Alberche. Talavera de la Reina. Venta de la Cierva. Puente del Arzobispo. Villar del Pedroso. Venta de los Nogales. Venta de la Magdalena. Venta del Hospital. Venta de la Hermandad. Guadalupe.

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(22g): pag 109

SIC
De Guadalupe a Toledo: Venta de la Hermandad. Venta del Hospital. Venta de la Magdalena. Venta de los Nogales. Villar del Pedroso. Puente del Arzobispo. Venta de la Cierva. Talavera de la Reina. Venta del Alberche. Casa Blanca o Casa de Sotocochino [Venta]. Cebolla. La Mata. Burujón. Venta Estivel. Toledo.

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(22h): pag 171 SIC, recogiendo los caminos desde Guadalupe.

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(22i): pags 60 y 61

SIC
Después se sigue el camino hacia el monasterio de Guadalupe. En Villar del Pedroso se conserva el antiguo hospital de peregrinos, gentes que al salir se enfrentaban a un territorio abrupto y salvaje, que ya el rey Alfonso XI lo dejó escrito: «el monte de sobre Santa María de Guadalupe es buen monte de osos en verano».

Y Jerónimo Munzer cuenta que «una multitud de fieras tiene en ella sus guaridas y abunda en barrancos y precipicios». En estas soledades otro rey, Pedro I, el año 1360 mandó construir una venta en el puerto de la Cereceda, porqué «son grandes montañas e muy yermas, e sin poblado alguno, e los romeros que por y pasan

non fallan viandas nin lugar poblado do se puedan acoger. E yo sope que por mengua de viandas e por non haber poblado do se acojan los que por y pasan, que peligran e mueren muchos en aquel camino». Es la venta del Rey o de los Palacios, de la que solo quedan rastros en la cartografía.

El incremento contante de peregrinos hizo que el año 1500 Diego de Muros, obispo de las Canarias, decidiera la construcción de un hospital entre la venta del Rey y la de Calabaçino, lo llamó de la Santa Cruz y con los años se conoció como del Obispo, dedicado a «resçibir los pobres y personas que al dicho hospital se acogieren e darle fuego e agua e sal e cama e mesa e manteles en que coman». El bello edificio aún se conserva.

En el trayecto hacia Guadalupe encontramos la memoria de antiguas ventas en documentos y mapas. A una legua de Villar del Pedroso, la venta de los Nogales. Alrededor de Carrascalejo los topónimo de las Ventas y las Posadas, se trata de la venta de San Miguel, activa en tiempos de Villuga. En el puerto de Arrebatacapas se conserva el topónimo collado de la venta del Puerto o puerto de la Venta. Después de Navatrasierra los de dehesa del Hospital y el edificio de la casa de la Venta, quizás la de la Magdalena, de la que habla Villuga. Le sigue el caserío Hospital del Obispo, que es la antigua venta. Cerca del cruce de la carretera que va a Navalvillar de Ibor con la de Navatrasierra el topónimo venta Real o del Rey, y en sus aledaños se situaba la venta de la Hermandad, y más cerca de Guadalupe la venta del Río seguramente al lado del río Ibor.

El monasterio de Guadalupe fue construido el siglo trece por orden del rey Alfonso después de su victoria sobre los árabes en la batalla del Salado. Con los años se convirtió en un centro de peregrinación muy popular. Escribe el viajero Shascheck: «éste es un lugar en que hay un convento dedicado á la Virgen, situado entre altos montes, siendo muy ásperos y difíciles los caminos que a él llevan. Es fama que en ninguna región de la cristiandad suele haber tan gran concurso de gente, como aquí, por devoción y piedad» (1466).

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(22j): pag, 183: Venta de la Cierva (Calera y Chozas) 30S E326569 N4415074

Pag 59: “Cerca de Talavera de la Reina el camino de Montearagón pasa por la venta de Sotocochino, ahora llamada casa Blanca, en la planicie que conserva el nombre del antiguo despoblado, y poco después se llega al río Alberche con su venta al lado. Se continúa hacia Calera y a poca distancia se pasa por la casa de la Cierva, la antigua venta que el año 1576 era de Pedro Meneses, noble de Talavera. Pronto se llega al pueblo de Puente del Arzobispo frente al río Tajo, crecido al lado de la importante obra que hizo construir el año 1383 el de Toledo, don Pedro Tenorio,”

.

(22k): Las rutas en las que aparece la Venta de la Cierva, son:

De Guadalupe a Segovia

Venta de la Hermandad. Venta del Hospital. Venta de la Magdalena. Venta de los Nogales. Villar de Pedroso. Puente del Arzobispo. Venta de la Cierva. Talavera de la Reina. Venta del Alberche. Casa de Sotocochino [Venta]. Cebolla. La Mata. Burujón. Venta Estivel. Toledo. Venta del Promutor. Olías del Rey. Cabañas de la Sagra. Cedillo del Condado. El Viso de San Juan. Carranque. La Zarzuela. Sacedón. Brunete. Villanueva de la Cañada. Venta del Molinillo. Navalquejigo. Guadarrama. Venta de la Cruz. Venta de la Fuenfría. Segovia.

Pag.171

De Segovia a Guadalupe

Venta de la Fuenfría. Venta de la Cruz. Guadarrama. Navalquejigo. Venta del Molinillo. Villanueva de la Cañada [La Despernada]. Brunete. Sacedón. Zarzuela Vieja. Carranque. El Viso de San Juan. Cedillo del Condado. Cabañas de la Sagra. Olías del Rey. Venta del Promutor. Toledo. Venta Estivel. Burujón. La Mata. Cebolla. Casa Blanca o de Sotocochino [Venta]. Venta del Alberche. Talavera de la Reina. Venta de la Cierva. Puente del Arzobispo. Villar del Pedroso. Venta de los Nogales. Venta de la Magdalena. Venta del Hospital. Venta de la Hermandad. Monasterio de Guadalupe.

Pag 108

De Valencia al monasterio de Guadalupe

Quart de Poblet. Chiva. Siete Aguas. Requena. Utiel. Caudete de las Fuentes. Casa Nueva [Venta Nueva]. El Pajazo. La Pesquera. Campillo de Altobuey. Motilla del Palancar. Alarcón. Atalaya del Cañavate. La Alberca de Záncara. El Pedernoso. Santa Maria de los Llanos. Mota del Cuervo. El Toboso. Miguel Esteban. Villacañas. Tembleque. Villanueva de Bogas. Almonacid de Toledo. Nambroca. Toledo. Venta Estivel. Burujón. La Mata. Cebolla. Casa Blanca o de Sotocochino [Venta]. Venta del Alberche. Talavera de la Reina. Venta de la Cierva. Puente del Arzobispo. Villar del Pedroso. Venta de los Nogales. Venta de la Magdalena. Venta del Hospital. Venta de la Hermandad. Guadalupe.

Pag 58

De Guadalupe a Toledo

Venta de la Hermandad. Venta del Hospital. Venta de la Magdalena. Venta de los Nogales. Villar del Pedroso. Puente del Arzobispo. Venta de la Cierva. Talavera de la Reina. Venta del Alberche. Casa Blanca o Casa de Sotocochino [Venta]. Cebolla. La Mata. Burujón. Venta Estivel. Toledo.

Pag 109

De Guadalupe a Toledo

Venta de la Hermandad. Venta del Hospital. Venta de la Magdalena. Venta de los Nogales. Villar del Pedroso. Venta de la Cierva. La Mata.

Pag 171

.

(22l): Las rutas en las que aparece la Venta de la Mata, son:

De Barcelona a Santa María de Belén, en Lisboa

Hospitalet de Llobregat. Molins de Rey. Martorell. Masquefa. Piera. Pobla de Claramunt. Igualada. Porquerissas. Montmaneu. Los Hostalets. Cervera. Tárrega. Bellpuig. Mollerusa. Bell-lloc dUrgell. Lérida. Alcarrás. Fraga. Candasnos. Bujaraloz. Venta de Santa Lucia. Osera de Ebro. Alfajarín. Puebla de Alfindén. Zaragoza. La Muela. La Almunia de Doña Godina. El Frasno. Calatayud. Terrer. Ateca. Bubierca. Alhama de Aragón. Cetina [Luna]. Ariza. Monreal de Ariza. Santa Maria de Huerta. Arcos de Jalón. Medinaceli. Fuencaliente de Medinaceli. Sigüenza. Baides. Molinos de Edancho. Bujalaroz. Miralrío. Casas de San Galindo [Casa]. Padilla de Hita. Hita. Tórtola de Henares. Guadalajara. Alcalá de Henares. Canillejas. San Martín de la Vega. Ciempozuelos. Seseña. Borox. Villa seca de la Sagra. Mocejón. Toledo. Venta Estivel. Burujón. La Mata. Cebolla. Venta del Alberche. Talavera de la Reina. Oropesa. Calzada de Oropesa. Valparaíso. Navalmoral de la Mata. Almaraz. Barcas de Albalat. Casas de Miravete [Casas del Puerto]. Jaraicejo. Venta de la Lavadera. Cáceres. Malpartida de Cáceres. Aliseda. Venta Albarragena. Alburquerque. [Portugal

Pag 55 y 56

De Valencia al monasterio de Guadalupe

Quart de Poblet. Chiva. Siete Aguas. Requena. Utiel. Caudete de las Fuentes. Casa Nueva [Venta Nueva]. El Pajazo. La Pesquera. Campillo de Altobuey. Motilla del Palancar. Alarcón. Atalaya del Cañavate. La Alberca de Záncara. El Pedernoso. Santa Maria de los Llanos. Mota del Cuervo. El Toboso. Miguel Esteban. Villacañas. Tembleque. Villanueva de Bogas. Almonacid de Toledo. Nambroca. Toledo. Venta Estivel. Burujón. La Mata. Cebolla. Casa Blanca o de Sotocochino [Venta]. Venta del Alberche. Talavera de la Reina. Venta de la Cierva. Puente del Arzobispo. Villar

del Pedroso. Venta de los Nogales. Venta de la Magdalena. Venta del Hospital. Venta de la Hermandad. Guadalupe.

Pag 58

De la Peña de Francia a Toledo

La Alberca. Sotoserrano. Lagunilla o Valdelageve [Aldea]. Abadía. La Granja. Jarilla. Villar de Plasencia. Plasencia. Malpartida de Plasencia. Barcas de Bazagona. Almaraz. Navalmoral de la Mata. Valparaíso. Calzada de Oropesa. Oropesa. Talavera de la Reina. Venta del Alberche. Cebolla. La Mata. Burujón. Venta de Guadarrama. Venta Estivel.

Toledo. Nuestra Señora del Sagrario de Toledo.

Pag 62

De Évora a Toledo [tramo español]

Alburquerque. Venta Albarragena. Aliseda. Malpartida de Cáceres. Cáceres. Venta de la Lavadera. Jaraicejo. Casas de Miravete [Casas del Puerto]. Barcas de Albalat. Almaraz. Navalmoral de la Mata. Valparaíso. Calzada de Oropesa. Oropesa. Talavera de la Reina. Venta del Alberche. Cebolla. La Mata. Burujón. Venta Estivel. Toledo.

Pag 89

De Lisboa a Valencia [tramo español]

Alburquerque. Venta Albarragena. Aliseda. Malpartida de Cáceres. Cáceres. Venta de la Lavadera. Jaraicejo. Casas de Miravete [Casas del Puerto]. Barcas de Albalat. Almaraz. Navalmoral de la Mata. Valparaíso. Calzada de Oropesa. Oropesa. Talavera de la Reina. Venta del Alberche. Cebolla. La Mata. Burujón. Venta Estivel. Toledo. Nambroca.

Almonacid de Toledo. Villanueva de Bogas. Tembleque. Villacañas. Miguel Esteban. El Toboso. Mota del Cuervo. Santa María de los Llanos. El Pedernoso. La Alberca de Záncara. Atalaya del Cañavate. Alarcón. Motilla del Palancar. Campillo de Altobuey. La Pesquera. El Pajazo. Casa Nueva [Venta Nueva]. Caudete de las Fuentes. Utiel. Requena. Siete Aguas. Chiva. Quart de Poblet. Valencia.

Pag 89

De Segovia a Guadalupe

Venta de la Fuenfría. Venta de la Cruz. Guadarrama. Navalquejigo. Venta del Molinillo. Villanueva de la Cañada [La Despernada]. Brunete. Sacedón. Zarzuela Vieja. Carranque. El Viso de San Juan. Cedillo del Condado. Cabañas de la Sagra. Olías del Rey. Venta del Promutor. Toledo. Venta Estivel. Burujón. La Mata. Cebolla. Casa Blanca o de Sotocochino [Venta]. Venta del Alberche. Talavera de la Reina. Venta de la Cierva. Puente del Arzobispo. Villar del Pedroso. Venta de los Nogales. Venta de la Magdalena. Venta del Hospital. Venta de la Hermandad. Monasterio de Guadalupe.

Pag 108

De Guadalupe a Toledo

Venta de la Hermandad. Venta del Hospital. Venta de la Magdalena. Venta de los Nogales. Villar del Pedroso. Puente del Arzobispo. Venta de la Cierva. Talavera de la Reina. Venta del Alberche. Casa Blanca o Casa de Sotocochino [Venta]. Cebolla. La Mata. Burujón. Venta Estivel. Toledo.

Pag 109

De Zaragoza a Lisboa

La Muela. Venta de la Romera. La Almunia de la Doña Godina. El Frasno. Calatayud. Terrer. Ateca. Burbieca. Alhama de Aragón. Luna. Ariza. Monreal de Ariza. Monasterio de Santa María de Huerta. Arcos de Jalón. Medinaceli. Fuencaliente de Medinaceli. Siguenza. Baides. Molinos de Edancho. Bujalaroz. Miralrío. Casas de San Galindo. Padilla de Hita. Hita. Tórtola de Henares. Guadalajara. Alcalá de Henares. Arganda del Rey. San Martín de la Vega. Ciempozuelos. Seseña. Borox. Villaseca de la Sagra. Mocejón. Toledo. Venta Estivel. Burujón. La Mata. Cebolla. Venta del Alberche. Talavera de la Reina. Oropesa. Calzada de Oropesa. Valparaiso. Navalmoral de la Mata. Almaraz. Barcas de Albalat. Casas de Miravete [Casas del Puerto]. Jaraicejo. Venta de la Lavadera. Cáceres. Malpartida de Cáceres. Aliseda. Venta Albarragena. Alburquerque. [Portugal]

Pag 169

De Guadalupe a Segovia

Venta de la Hermandad. Venta del Hospital. Venta de la Magdalena. Venta de los Nogales. Villar de Pedroso. Puente del Arzobispo. Venta de la Cierva. Talavera de la Reina. Venta del Alberche. Casa de Sotocochino [Venta]. Cebolla. La Mata. Burujón. Venta Estivel. Toledo. Venta del Promutor. Olías del Rey. Cabañas de la Sagra. Cedillo del Condado. El Viso de San Juan. Carranque. La Zarzuela. Sacedón. Brunete. Villanueva de la Cañada. Venta del Molinillo. Navalquejigo. Guadarrama. Venta de la Cruz. Venta de la Fuenfría. Segovia.

Pag 171

De Guadalupe a Toledo

Venta de la Hermandad. Venta del Hospital. Venta de la Magdalena. Venta de los Nogales. Villar del Pedroso. Venta de la Cierva. La Mata.

Pag 171

.

(22m): pag 62

SIC

De Guadalupe a la Peña de Francia: Venta del Río. Venta Real. Navalvillar de Ibor. La Avellaneda. Almaraz. Toril. Malpartida de Plasencia. Plasencia Jarilla. Abadía. Lagunilla. Valdelageve [Val de la Peña (de

Francia)]. Sotoserrano. Cepeda. Val de Laguna. Peña de Francia.

.

Dos notas. La Avellaneda es un lugar mínimo y apartado en la sierra de San Bartolomé. Está al lado del camino del valle del arroyo Horcajo y cerca del río Ibor, y forma parte del municipio de Castañar de Ibor. Es desconocido el lugar de Val de Laguna, pero cerca del pueblo de la Alberca, a los pies de la peña de Francia, se descubre el topónimo laguna de San Marcos, tal vez relacionado.

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(22n): Las barcas de Al-Balat, en el lugar donde en la época de Villuga se hizo el puente de Almaraz, se citan del siguiente modo:

De Zaragoza a Lisboa

La Muela. Venta de la Romera. La Almunia de la Doña Godina. El Frasno. Calatayud. Terrer. Ateca. Burbieca. Alhama de Aragón. Luna. Ariza. Monreal de Ariza. Monasterio de Santa María de Huerta. Arcos de Jalón. Medinaceli. Fuencaliente de Medinaceli. Siguenza. Baides. Molinos de Edancho. Bujalaroz. Miralrío. Casas de San Galindo. Padilla de Hita. Hita. Tórtola de Henares. Guadalajara. Alcalá de Henares. Arganda del Rey. San Martín de la Vega. Ciempozuelos. Seseña. Borox. Villaseca de la Sagra. Mocejón. Toledo. Venta Estivel. Burujón. La Mata. Cebolla. Venta del Alberche. Talavera de la Reina. Oropesa. Calzada de Oropesa. Valparaiso. Navalmoral de la Mata. Almaraz. Barcas de Albalat. Casas de Miravete [Casas del Puerto]. Jaraicejo. Venta de la Lavadera. Cáceres. Malpartida de Cáceres. Aliseda. Venta Albarragena. Alburquerque. [Portugal]

pag 169

De Évora a Toledo [tramo español]

Alburquerque. Venta Albarragena. Aliseda. Malpartida de Cáceres. Cáceres. Venta de la Lavadera. Jaraicejo. Casas de Miravete [Casas del Puerto]. Barcas de Albalat. Almaraz. Navalmoral de la Mata. Valparaíso. Calzada de Oropesa. Oropesa. Talavera de la Reina. Venta del Alberche. Cebolla. La Mata. Burujón. Venta Estivel. Toledo.

Pag 89

De Lisboa a Valencia [tramo español]

Alburquerque. Venta Albarragena. Aliseda. Malpartida de Cáceres. Cáceres. Venta de la Lavadera. Jaraicejo. Casas de Miravete [Casas del Puerto]. Barcas de Albalat. Almaraz. Navalmoral de la Mata. Valparaíso. Calzada de Oropesa. Oropesa. Talavera de la Reina. Venta del Alberche. Cebolla. La Mata. Burujón. Venta Estivel. Toledo. Nambroca. Almonacid de Toledo. Villanueva de Bogas. Tembleque. Villacañas. Miguel Esteban. El Toboso. Mota del Cuervo. Santa María de los Llanos. El Pedernoso. La Alberca de Záncara. Atalaya del Cañavate. Alarcón. Motilla del Palancar. Campillo de Altobuey. La Pesquera. El Pajazo. Casa Nueva [Venta Nueva]. Caudete de las Fuentes. Utiel. Requena. Siete Aguas. Chiva. Quart de Poblet. Valencia.

Pag 89

De Barcelona a Santa María de Belén, en Lisboa

Hospitalet de Llobregat. Molins de Rey. Martorell. Masquefa. Piera. Pobla de Claramunt. Igualada. Porquerissas. Montmaneu. Los Hostalets. Cervera. Tárrega. Bellpuig. Mollerusa. Bell-lloc dUrgell. Lérida. Alcarrás. Fraga. Candasnos. Bujaraloz. Venta de Santa Lucia. Osera de Ebro. Alfajarín. Puebla de Alfindén. Zaragoza. La Muela. La Almunia de Doña Godina. El Frasno. Calatayud. Terrer. Ateca. Bubierca. Alhama de Aragón. Cetina [Luna]. Ariza. Monreal de Ariza. Santa Maria de Huerta. Arcos de Jalón. Medinaceli. Fuencaliente de Medinaceli. Sigüenza. Baides. Molinos de Edancho. Bujalaroz. Miralrío. Casas de San Galindo [Casa]. Padilla de Hita. Hita. Tórtola de Henares. Guadalajara. Alcalá de Henares. Canillejas. San Martín de la Vega. Ciempozuelos. Seseña. Borox. Villaseca de la Sagra. Mocejón. Toledo. Venta Estivel. Burujón. La Mata. Cebolla. Venta del Alberche. Talavera de la Reina. Oropesa. Calzada de Oropesa. Valparaíso. Navalmoral de la Mata. Almaraz. Barcas de Albalat. Casas de Miravete [Casas del Puerto]. Jaraicejo. Venta de la Lavadera. Cáceres. Malpartida de Cáceres. Aliseda. Venta Albarragena. Alburquerque. (Portugal)

Pags 55 y 56

.

(22o): pag 56

SOBRE LAS BARCAS Y SAN PEDRO DE ALCÁNTARA, COSTA OLLER ESCRIBE (sic)

"Al norte del pueblo de Majadas se cruzaba el río Tiétar por las barcas de Bazagona. Queda el recuerdo en algunos topónimos, en la cartografía Sid-Dae y la actual: camino de la Bazagona, vado de las Barcas, la Barca, camino de las barcas de la Pinareja, el Barco. De este lugar de paso, ya utilizado en tiempos de los árabes, hay muchas referencias. El invierno del año 1515 San Pedro de Alcántara «Llegó al rio Tiétar, donde se pasa la barca de Bazagona, como se halló milagrosamente por la virtud divina de la otra parte del río, en el camino que avia d.e tomar». El Interrogatorio de la Real Audiencia, Partido de Plasencia, del año 1791, informa del pueblo de Toril: «Sobre el Rio Tiétar hay una barca que llaman de la Bazagona, camino real para la ciudad de Plasencia, corresponde a los efectos de propios de la misma ciudad donde se arrienda por subasta y se paga por cada persona y cavalleria dos reales vellon de barcage». Sobre la venta de la Bazagona, al lado del río, comentan: «está destinada para el descanso de los viajantes, pero la tiene dicha ciudad tan mal cuidada y reparada que se está arruinando, es indecente para dicho ministerio, quasi inhavitable y solo sirve de refugio a vagos y mal entretenidos, y deve ser obligada dicha ciudad a repararla y componerla por la necesidad tan conocida que hay de dicha casa venta».y no hallando al barquero, ni por donde passar, sin saber" (pags 62, 63)

.

San Pedro de Alcántara hacía el milagro de travesar los ríos sin barca porque las aguas le obedecían: «la qual gracia se extendía también aun á los animales irracionales; y así en el rio Tajo sucedió otro caso bien raro y de gran maravilla, el qual contaba muchas veces un hombre anciano, vecino del Lugar, que llaman el Hinojal, dos leguas del Pedroso. Decía, que siendo muchacho iba muchas veces con un jumentillo á llevar la limosna al Convento del Palancar ó Pedroso, donde entonces estaba el Santo: y una vez llevando pan y otras cosas, llegó al rio Tajo, que está en el camino, y entendió, que era un arroyo, que está antes de él, porque por ser de noche no advirtió bien, ó quiso Dios que no reparase, para que se obrase el milagro. Quando llegó á la orilla del agua no quería el jumentillo pasar, y entonces dixo : ¿Pues no quieres andar yendo yo á ver á Fr. Pedro, y llevarle la limosna? Dicho esto, anduvo el jumentillo, y él detrás, y después de haber andado parte del camino, encontró á unos harrieros del mismo Pueblo, que le preguntaron dónde quedaba la barca, y él respondió, que no había llegado al rio. Porfiaron los harrieros con él, que ya lo había pasado, y para que lo conociese le hicieron volver atrás; y con esto se enteró, que quando el jumentillo no quería pasar, se detenía á la orilla del rio Tajo, y que en diciéndole cómo no quería andar yendo él á ver á Fr. Pedro, y llevarle la limosna, se arrojó al agua, de modo, que pasaron sin saber por donde pasaban, y lo que mas es, sin mojarse».

Pero las más señaladas eran las barcas de Alconétar, a las que se accedía por el Norte por la población de Cañaveral y por el Sur por Casar de Cáceres. La historia de Alconétar es lejana, con los restos de un puente romano y un castillo. Veinte años antes del libro de Villuga pasa por aquí el viajero Bronseval y ve «un puente romano arruinado, una obra poderosa que los siglos habían abatido, y que un rey intentó reparar con maderas con poco éxito porque una riada se llevó el tinglado»". (pags 102 y 103)

.

(22p): Mérida se cita del siguiente modo:

De Valladolid a Sevilla

Puente Duero. Valdestillas. Ventosa de la Cuesta. Rodilana. Medina del Campo. La Golosa. Carpio. Fresno el Viejo. Cantalapiedra. Villoria. Alba de Tormes. La Maya. Guijuelo. La Calzada de Bejar. Baños de Montemayor. Aldeanueva del Camino. Ventas de Cáparra. Carcaboso. Aldehuela de Jerte. Galisteo. Venta de la Barranca. Holguera. Cañaveral. Barcas de Alconétar. Casar de Cáceres. Cáceres. Aldea del Cano. Ventas de las Herrerías. Aljucén. Mérida. Torremejía. Almendralejo. Fuente del Maestre. Los Santos de Maimona. Calzadilla de los Barros. Fuente de Cantos. Monesterio. El Real de la Jara. Las Ventas. Almadén de la Plata. Venta Martín. Castilblanco de los Arroyos.

Alcalá del Río. Sevilla.

106 y 107

.

(22q): aunque afirma que es una guía «de todos los caminos de España» es indudable que no es así, porqué la red es densa en la parte central de la Corona de Castilla, a lo que ya se ha referido Gonzalo Arias en su edición de la obra de Villuga, y también José I. Uriol,5 pero las omisiones son importantes. Desconoce la ruta principal a Portugal por Mérida y Badajoz, en Cataluña solo sigue los caminos hacia Toledo y Valencia, y de la cornisa Cantábrica y Galicia la información es mínima. Al Oeste de Ciudad Real y hasta Portugal hay un vacío que solo atraviesa la ruta de la Plata. Al Sur de Sevilla y hasta Cádiz no hay caminos.”

10 y 11

.

(22r): Las menciones de Viluga a las Barcas de Al-balat, Miravete y Jaraicejo, son las siguientes:

De Zaragoza a Lisboa

La Muela. Venta de la Romera. La Almunia de la Doña Godina. El Frasno. Calatayud. Terrer. Ateca. Burbieca. Alhama de Aragón. Luna. Ariza. Monreal de Ariza. Monasterio de Santa María de Huerta. Arcos de Jalón. Medinaceli. Fuencaliente de Medinaceli. Siguenza. Baides. Molinos de Edancho. Bujalaroz. Miralrío. Casas de San Galindo. Padilla de Hita. Hita. Tórtola de Henares. Guadalajara. Alcalá de Henares. Arganda del Rey. San Martín de la Vega. Ciempozuelos. Seseña. Borox. Villaseca de la Sagra. Mocejón. Toledo. Venta Estivel. Burujón. La Mata. Cebolla. Venta del Alberche. Talavera de la Reina. Oropesa. Calzada de Oropesa. Valparaiso. Navalmoral de la Mata. Almaraz. Barcas de Albalat. Casas de Miravete [Casas del Puerto]. Jaraicejo. Venta de la Lavadera. Cáceres. Malpartida de Cáceres. Aliseda. Venta Albarragena. Alburquerque. [Portugal]

pag 169

De Évora a Toledo [tramo español]

Alburquerque. Venta Albarragena. Aliseda. Malpartida de Cáceres. Cáceres. Venta de la Lavadera. Jaraicejo. Casas de Miravete [Casas del Puerto]. Barcas de Albalat. Almaraz. Navalmoral de la Mata. Valparaíso. Calzada de Oropesa. Oropesa. Talavera de la Reina. Venta del Alberche. Cebolla. La Mata. Burujón. Venta Estivel. Toledo.

Pag 89

De Lisboa a Valencia [tramo español]

Alburquerque. Venta Albarragena. Aliseda. Malpartida de Cáceres. Cáceres. Venta de la Lavadera. Jaraicejo. Casas de Miravete [Casas del Puerto]. Barcas de Albalat. Almaraz. Navalmoral de la Mata. Valparaíso. Calzada de Oropesa. Oropesa. Talavera de la Reina. Venta del Alberche. Cebolla. La Mata. Burujón. Venta Estivel. Toledo. Nambroca. Almonacid de Toledo. Villanueva de Bogas. Tembleque. Villacañas. Miguel Esteban. El Toboso. Mota del Cuervo. Santa María de los Llanos. El Pedernoso. La Alberca de Záncara. Atalaya del Cañavate. Alarcón. Motilla del Palancar. Campillo de Altobuey. La Pesquera. El Pajazo. Casa Nueva [Venta Nueva]. Caudete de las Fuentes. Utiel. Requena. Siete Aguas. Chiva. Quart de Poblet. Valencia.

Pag 89

De Barcelona a Santa María de Belén, en Lisboa

Hospitalet de Llobregat. Molins de Rey. Martorell. Masquefa. Piera. Pobla de Claramunt. Igualada. Porquerissas. Montmaneu. Los Hostalets. Cervera. Tárrega. Bellpuig. Mollerusa. Bell-lloc dUrgell. Lérida. Alcarrás. Fraga. Candasnos. Bujaraloz. Venta de Santa Lucia. Osera de Ebro. Alfajarín. Puebla de Alfindén. Zaragoza. La Muela. La Almunia de Doña Godina. El Frasno. Calatayud. Terrer. Ateca. Bubierca. Alhama de Aragón. Cetina [Luna]. Ariza. Monreal de Ariza. Santa Maria de Huerta. Arcos de Jalón. Medinaceli. Fuencaliente de Medinaceli. Sigüenza. Baides. Molinos de Edancho. Bujalaroz. Miralrío. Casas de San Galindo [Casa]. Padilla de Hita. Hita. Tórtola de Henares. Guadalajara. Alcalá de Henares. Canillejas. San Martín de la Vega. Ciempozuelos. Seseña. Borox. Villaseca de la Sagra. Mocejón. Toledo. Venta Estivel. Burujón. La Mata. Cebolla. Venta del Alberche. Talavera de la Reina. Oropesa. Calzada de Oropesa. Valparaíso. Navalmoral de la Mata. Almaraz. Barcas de Albalat. Casas de Miravete [Casas del Puerto]. Jaraicejo. Venta de la Lavadera. Cáceres. Malpartida de Cáceres. Aliseda. Venta Albarragena. Alburquerque. [Portugal]

pag 55 y 56

.

(22s): Sobre Almaraz y Miravete, dice el prof. Costa Oller:

SIC

Al Sur de Almaraz se pasaba el río Tajo por las barcas de Albalat, y en algún momento se construyó un puente precario, seguramente de madera. Comenta Pedro de Rojas que era «una puente muy pequeña y angosta, donde peligrava y moría al passo mucho ganado». Y que «deseosa la Ciudad de Plasencia de remediar daño tan grande, hizo a su соstа esta puente, que puede competir con las obras de romanos: y es tradición que costó cien mil ducados, tiene a los lados dos mui fuertes passamanos, y dentro della una ermita». Una obra terminada el 1552, y treinta años después lo atraviesa el pasajero Caverel y comenta que es «uno de los más bellos que se puede ver, aunque solo tiene dos arcos, pero admirablemente altos y anchos». Se trata de un lugar estratégico que en tiempos árabes contaba con un poblado y un castillo pçara controlarlo. En época medieval es paso muy concurrido del ganado de la cañada, y siglos después será escenario de batallas en la guerra de la Independencia.

El puerto de Miravete, en la sierra del mismo nombre, era un punto vital, paso de la cañada y camino principal de Madrid a Portugal. Lo atestigua una torre de vigilancia y antiguo castillo árabe. En la parte alta, pastores trashumantes establecieron las ventas de San Andrés, de las que solo quedan algunos rastros. Dice Bronseval que «por un camino pedregoso, penoso, montañoso y escarpado fuimos a pasar bajo una torre llamada Miravete construida en la cima de una roca peñascosa. Y a partir de allí bajamos por un largo camino al valle donde hay un aldea llamada Casas de Miravete» (1532). Caverel también pasa por aquí: «subimos a pie el camino que conduce por las montañas a las Casas del Puerto, mientras la carroza seguía el camino ordinario, y dejamos a mano derecha la ancha torre que llaman Miravete, situada en la cima de la montaña» (1582). Siglos después el viajero Widdrington comenta que es «uno de los puertos de montaña más salvajes de España, famoso como escondrijo de ladrones,

los vastos bosques y despoblados en ambos lados se ajustan admirablemente a sus propósitos» (1831).

En el trayecto entre Jaraicejo y Cáceres Villuga solo sitúa la venta de la Lavadera. Pero se trata de un camino de gran importancia ganadera y con diferentes lugares de interés. Después de Jaraicejo se cruza el río de Almonte por el puente de piedra del Cardenal, así llamado por Juan de Carvajal impulsor de la obra en1440. La ruta sigue la cañada Trujillana, aquí conocida como de la puente Mocha. Pronto se encuentra el río Tozo que se cruzaba por el puente de la Lavadera, o de la Vadera, con una venta lindante. En tiempos de Madoz comenta que la venta, «sirve para descanso de los viajeros y nada ofrece de notable». La cañada encuentra la venta de Guadalperar, y llega al río Tamuja que se cruza por el puente Mocha, y a Cáceres.

Finalmente, y antes de entrar en Portugal por Alburquerque, se descubría la venta de Albarragena, ahora un edificio agrícola al Este de San Vicente de Alcántara, al lado del río Casa Diego. Los viajeros la llaman: Barrachina, Vatagena y Varajena. Y la ruta terminaba en el monasterio de Santa María de Belén en la ciudad de Lisboa, reino de Portugal”

pags 56, 57 y 58

.

(23): Ana Castro Santamaría

DOCUMENTOS PARA LA HISTORIA DEL PUENTE DE ALMARAZ

Alcántara, 69 (2008): pp. 25-48

chrome-extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/https://romangordo.org/wp-content/uploads/2015/06/PuentedeAlbalat.pdf

.

(24): Hemos de destacar que en Itineraio de Antonino se la nombre como Castris Caecili y no como Norba Cesárea.

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(25): PRIMERES PARADAS EN LA VÍA XXIV DEL ITINERARIO DE ANTONINO

433

1 ítem ab Emerita (Desde Mérida)

2 Caesaraugusta. mp. DCXXXII: (a Zaragoza 632 millas romanas -980 kilómetros-)

3 Ad Sorores m.p. XXVI (a Santiago de Bencáliz 26 millas romanas -40 kilómetros-)

4 Castris Caecili m.p. XX (a Cáceres, 20 millas romanas -31 kilómetros-)

5 Turmulos m.p. XX (a Alconetar, Garrovillas 20 millas romanas -31 kilómetros-)

6 Rusticiana m.p. XXII (a Larios, Galisteo, Pantano de Alcántara 22 millas -34 kilómetros-)

7 Capara m.p. XXII (a Capera, Caparra de Plasencia, 22 millas -34 kilómetros-)

434

1 Caelionicco m.p. XXII (a Baños de Montemayor 22 millas -34 kilómetros-)

2 Ad Lippos m.p. XII (a Valverde de Valdelacasa 12 millas -18,5 kilómetros-)

3 Sentice m.p. XV (a Frades de la Sierra 15 millas -23,5 kilómetros-)

4 Salmatice m.p. XXIIII (a Salamanca 34 millas -52,5 kilómetros-)

5 Sibarim m.p. XXI (a Sibaria, Cubo del Vino, 31 millas -48 kilómetros-)

6 Ocelo Duri m.p. XXI (a Zamora capital 31 millas -48 kilómetros-)

7 Albocela m.p. XXII (a Toro 32 millas -50 kilómetros-)

.

(26): Seguimos la edición:

REPERTORIO DE CAMINOS // POR ALONSO DE MENESES

MINISTERIO DE EDUCACION Y CIENCIA DIRECCION GENERAL DEL PATRIMONIO ARTISTICO Y CULTURAL // Madrid 1976

COLECCIÓN DIRIGIDA POR D. JUSTO GARCIA MORALES Y D. VICENTE SANCHEZ MUÑOZ

Comentado por JOSE I. URIOL

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(26a): pag 185 y 186

.

(26b): pag 200; SIC: Madrid para Torrijos

Pasa por Alcorcón, puente de la Zarzuela —donde cruza con el camino de Guadalajara para Segovia—, El Álamo, Casarrubios y Fuensalida —donde debe cruzarse con el camino de Medina del Campo para Toledo.

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(26c): pag 192; SIC: Barcelona para Lisboa

Coincide hasta Alcalá de Henares con el camino de Barcelona para Segovia. Desde Alcalá va a Toledo por Loeches, San Martín de la Vega, Seseña y Borox. De Toledo sigue a Talavera junto al curso del Tajo, pasando por La Mata; desde Talavera sigue más o menos el trazado de la carretera nacional de Madrid a Cáceres, pasando por Jaraicejo; en Aliseda empalma con el camino de Burgos a Lisboa. Desde Alcalá hasta Aliseda se señalan cuatro ventas: Venta

Estinel, Venta Albergue, Venta la Radera y Venta Varagena. El paso del Tajo es por Almaraz, aunque no se menciona que se pase por puente, lo que es extraño, ya que el puente de Almaraz es de 1552.

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(26d): pag 195; SIC: Guadalupe para Segovia

Un primer tramo corresponde al camino de Guadalupe a Talavera, en el que se indican cinco ventas: Venta de la Hermandad, Venta del Hospital, Venta de la Magdalena, Venta de los Nogales y la Venta de la Cierva, y un puente, la puente del Arzobispo, por donde se pasa el río Tajo.

Un segundo tramo, desde Talavera a Toledo, es repetición de un tramo del camino de Barcelona para Lisboa, ya considerado, si bien, naturalmente, en sentido inverso. Por último, desde Toledo a Segovia, el camino llega hasta

Cabañas, donde se separa del de Toledo a Burgos de este Repertorio, y por Cedillo, Carranque, Zarzuela, Brúñete y Guadarrama llega a Segovia por la Fuenfría. Se mencionan la Venta del Molinillo, la Venta de la Cruz y la Venta de la Fuenfría.

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(26e): pag 187

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(27): En nuestro anterior capítulo decíamos:

12º) Coetáneo a Caímo y también clérigo, fue Antonio Conca Alcaráz, nacido en 1746 y muerto en 1793 (11l) . Sacerdote jesuita, en su DESCIZIONE ODEPORICA DELLA SPAGNA describe su viaje a Guadalupe, comenzando por Talavera de la Reina. Desde donde salieron hacia el santuario, y cuya distancia era de diecisiete leguas. Tres hasta Calera y Chozas, llegando luego al Puente del Arzobispo, que por entonces tenía dos torres y once arcos. Dos leguas más tarde, se alcanzaba Villar del Pedroso y después al Hospital del Obispo, pasando por Arrebatacapas. Tras conocer el santuario, Antonio Conca comenta que visitó Madrigalejo, que distaba ocho leguas de Guadalupe, para conocer la casa de los monjes jerónimos donde murió Fernando el Católico. Pero debiendo encaminarse desde allí, hacia Madrid; tomó dirección opuesta, poniendo rumbo a Los Ibores, llegando a Talavera la Vieja; para desde esta localidad, encaminarse hacia La Corte.

HASTA AQUÍ. LAS CITAS LA QUINTA PARTE:

AUGUSTÓBRIGA EN TALAVERA LA VIEJA; CAMINO A NINGUNA PARTE (Enigmas del río Guadarrama, capítulo V).

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DESDE AQUÍ, LAS CITAS DEL CAPÍTULO SEXTO:

AUGUSTÓBRIGA EN TALAVERILLA, Y LA HISTORIA DE UNA FALSIFICACIÓN (Enigmas del río Guadarrama, parte VI).

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(28): Decíamos en nuestro capítulo IV
Vamos a recoger los datos que tenemos sobre esta civitas que hoy se reduce a Talaverilla (bajo el embalse de Valdecañas). Citas de fuentes clásicas que tan solo nos aportan cuatro menciones de época. Siendo tan solo tres fuentes romanas y una tardo romana; las que nos hablan sobre la ciudad. Menciones que a continuación exponemos, a las que más tarde se sumaron los trabajos de investigadores; desarrollados desde el Renacimiento y que continuaron hasta el siglo XIX. Proponiendo la mayoría que la civitas perdida estuvo en La Jara, próxima a Vascos; hasta que Hübner la redujo a Talavera la Vieja (encontrándose -extrañamente- pocos años después; una inscripción que ratificaba la teoría de Hübner).

1ª- Augustóbriga se menciona por primera vez a mediados del siglo I, en la “Historia Natural” de Plinio el Viejo. Citándola como estipendiaria de Évora y -por lo tanto- perteneciente a la Lusitania; aunque fue considerada una ciudad vettona.

2ª- Ptolomeo unos cien años más tarde (hacia el 150 d.C), la vuelve a recoger en su “Geografía2, como civitas de los vettones. Situándola en una latitud muy cercana a la de Toledo y con una longitud, que la separaría unos 180 kilómetros de la capital manchega. Debiendo ubicarse según esas coordenadas de Ptolomeo: A unos 23 kmts. al Norte + 180 kmts. al Oeste, de Toledo. Lo que situaría Augustóbriga en las proximidades de Plasencia (algo más al sur). Pese a ello, hay que destacar los comunes errores de latitud y longitud existentes en esta “Geografía”, debido a que las mediciones proceden de otras muy antiguas y debieron ser referidas desde los puntos de origen de cada ciudad.

3º- La tercera y más importante referencia clásica a esta urbe, homónima de Augusto; es la que proporciona el Itinerario de Antonino (datado en el siglo III). Que la localiza en su “Ruta XXV”; entre Mérida y Zaragoza, pasando por Toledo y Titulcia. Ubicándola a unas 56 millas romanas de Emérita (o bien a 66, ya que en este punto hay dos versiones) y a 55 millas de Toledo. Debiendo considerarse así que Augustóbriga estaba aproximadamente a 80 (o bien a 96) kilómetros de Mérida y por lo tanto en la zona de Guadalupe. Aunque acerca de la distancia entre Augustóbriga y Toledo fijada, hay un enorme problema; cuando dicta el Itinerario que la ciudad vettona se sitúa a 55 millas de Toletum (unos 85 kilómetros actuales); lo que la posicionaría en la zona de La Jara. Existiendo un error de medida entre ambas capitales; pues entre Mérida y Toledo hay unos 280 kilómetros (siguiendo la ruta más corta). Aproximadamente 190 millas romanas y no 150, tal como refiere el Itinerario; faltando así unas 50 millas en el trayecto descrito por el texto (aprox. 78 kilómetros).

Las paradas que dicta este Itinerario de Antonino en su Ruta XXV fueron interpretadas por mi del siguiente modo:

- Mérida

- Lacipea = Miajadas, a 55 kilómetros (35 millas) MARCA XX M. (error 15 millas)

- Leuciana = Logrosán a 44 kilómetros (28 millas) MARCA XXIIII M. (error 4 millas)

- Augustobriga = Berzocana-Guadalupe a 30 kmts. (20 millas) MARCA XII M.; o bien XXII.

- Toletum = Toledo = Toletum a 85 kilómetros (55 millas) MARCA LV M. (error 50 millas)

- Titulcia = Arroyomolinos-Batres a 40 kilómetros (25 millas) MARCA XXIV (error 1 milla)

Como veremos, no es posible que un lugar esté a 95 kilómetros de Mérida y a 85 de Toledo, ya que la distancia entre ambas capitales -en línea recta y volando- es de 225 kilómetros. Ello, unido a lo que añadiría un camino tortuoso, en el que hay que cruzar puertos y superar ríos; supone un claro error de copia. Un fallo en la distancia descrita entre Mérida y Augustóbriga, o bien entre Augustóbriga y Toledo; pero nunca dos errores, tal como se propone al reducirla en Talavera la Vieja. Pues la ciudad dedicada a Augusto, estaría a unos 85 kilómetros de Toledo, o bien a unos 95 de Mérida. Sin poder ubicarse a 160 kilómetros de Toledo y a 140 de Mérida, que es donde se sitúa Talaverilla (en el embalse de Valdecañas).

Debido a ello, propuse dos soluciones a las 50 millas que faltan en el camino:

- O había un error de transcripción que debía indicar CV millas entre Augustóbriga y Toledo; lo que situaría la primera ciudad, en Guadalupe.

- O el fallo de copista está en la parada anterior, debiendo haber escrito que entre Leuciana y Augustóbriga había LXII millas y no las XXII descritas (o bien las XII que se toman en la segunda versión). Dándose la casualidad de que hay dos versiones sobre este punto del itinerario; una que dicta entre Leuciana y Augustóbriga 12 M.; mientras otra que menciona 22 M.. Podemos deducir que entre ambas paradas se pudo dar el error en las cincuenta millas que faltan. Debiendo haber escrito entre Leuciana y Augustóbriga “LXII millas” y no las “XXII” o las “XII” que recogen (según las versiones). Una distancia, que cruzando San Vicente, nos sitúa en La Jara y en las proximidades de Vascos.

Así pues, bajo mi análisis, el Itinerario de Antonino debe de interpretarse del siguiente modo:

PRIMERA OPCIÓN:

- Mérida

- Lacipea = Miajadas, a 55 kilómetros (35 millas) MARCA XX M. (error -15 millas)

- Leuciana = Logrosán a 44 kilómetros (28 millas) MARCA XXIIII M. (error -4 millas)

- Augustobriga = Guadalupe a 30 kmts. (20 millas) MARCA XXII M. (error -2 millas).

- Toletum = Toledo = Toletum a 165 kilómetros (105 millas) MARCARÍA CV M. (error -4 millas)

SEGUNDA OPCIÓN:

- Mérida

- Lacipea = Miajadas, a 55 kilómetros (35 millas) MARCA XX M. (error -15 millas)

- Leuciana = Logrosán a 44 kilómetros (28 millas) MARCA XXIIII M. (error -4 millas)

- Augustobriga = Vascos a 96 kmts. (62 millas) MARCARÍA LXII M. (error +2 millas).

- Toletum = Toledo = Toletum a 85 kilómetros (55 millas) MARCA LV M. (error 10 millas)

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4º- La cuarta referencia clásica, es la aparición de Augustóbriga en el Anónimo de Rávena (que se fecha entre los siglos IV y V d.C.); donde se habla de esta civitas llamándola Augustabria, como mansión en el camino entre Toledo y Mérida. Sin mencionar distancias; pero ubicándola entre Lebura y Lomundo.

De tal modo, las paradas que describe en este camino el texto ravenniese, son las siguientes:

-Toleton (Toledo)

-Lebura (cerca de Puente del Arzobispo)

-Augustabria (admitida como Talavera a Vieja, aunque en mi opinión es Guadalupe o bien Vascos de la Jara)

-Lomundo (Cerca del río Almonte; entre Retamosa y Aldeacentenera).

-Turcalion (Trujillo)

-Rodacis (al sureste de Cáceres, quizás próximo a Ruanes. A mi juicio, Santa Cruz de la Sierra); -Lacipe (Lacipea; que hemos considerado Miajadas)

-Emérita (Mérida)-

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Estas que antes hemos recogido, son las fuentes clásicas que nos hablan de la ciudad vettona dedicada a Augusto. Ante lo expuesto, si unimos las cuatro citas históricas existentes; obtendremos la siguiente conclusión: Augustóbriga de los vettones, era estipendiaria de Lusitania. Se situaba casi a la misma Latitud (geográfica) que Toledo y a unos 180 kilómetros, al Oeste de la capital manchega. Estaba en el camino entre Emérita y Toletum, a unas 56 (o bien 66) millas romanas de Mérida y a 55 M.R. de Toledo. Finalmente, en la ruta que se seguía entre estas dos capitales durante los siglos IV-V de nuestra era; fue llamada Augustabria y se encontraba entre las paradas de Lebura (cerca de Alcaudete de la Jara) y Lomundo (identificada con Aldeacentenera).

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(29): ALIO ITINERE AB EMERITA CAESARAUGUSTA

La vía romana entre Talavera de la Reina y Toledo y la implantación humana en el Valle Medio del río Tajo

M. FERNÁNDEZ MIRANDA, J. MANGAS MANJARRÉS, J. PEREIRA y D. PLÁCIDO SUÁREZ

chrome-extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/https://ifc.dpz.es/recursos/publicaciones/14/29/15fdezmirandaetal.pdf

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SIC pag 156:

(29a): La tradicional identificación de Augustobriga con Talavera de la Reina, presenta dudas razonables.

(29b): La identificación de Augustóbriga con Talavera la Vieja deriva de CIL II, 5346, donde aparece citado un Senatus populusque Augustobrigensis, lo que situaría esa ciudad bajo las aguas del actual embalse de Valdecañas, de cuya inundación se salvaron, mal documentados, ciertos restos monumentales reconstruidos en la ribera del pantano.

Sin embargo, debe advertirse que es opcional la indicación de origo.

(29c): Así, por ejemplo, puede haber dudas para la identificación Caesarobriga-Talavera de la Reina, identificación sostenida también en trabajos recientes (GonzálezConde, 1987, 17), ya que se basa en inscripciones halladas en Talavera de la Reina que mencionan a personas como caesarobrigenses (CIL, II, 896; 5320). Pues también, en la misma ciudad, hay personas con otras indicaciones de origo: una cluniensis (CIL, II, 889), un segisamensis (CIL, II, 900),...

Lo mismo serviría para la identificación Augustobriga a partir de la referencia de la inscripción funeraria de Flauia Rufina, augustobrigensis, hallada en el Villar de Pedroso o bien "junto a la puente del Arzobispo en el Villar del Pedroso" (CIL, II, 941). Tampoco tiene gran fuerza el contenido de la citada inscripción CIL, II, 5346.

(29d): El texto de esa inscripción es el siguiente: C(aius).Iulius.C(ai).f(ilius).Gl[aber] / Senatui.Popu[loque] / Augustobri[gensi] / hospes [d(onum) / dat.

Creemos con Hübner que donum dat no debe relacionarse con el dativo Senatui Populoque sino con un dativo implícito, deo alicui. El que C. Iulius fuera hospes del Senatus Populusque Augustobrigensis no debe necesariamente ser entendido como indicativo de que Augustobriga se identifique con Talavera la Vieja, lugar donde se halló la inscripción; la indicación de hospes puede funcionar como un título honorífico o de modo análogo a una indicación de origo.

(29e): No hay duda de que tanto Augustobriga como Caesarobriga fueron municipios (CIL, II, 5346; 896); Galsterer (1971, 68-69) sólo menciona una Augustobriga en Muro de Agreda (Soria) y a Caesarobriga-Talavera de la Reina como municipios. Pero cabe preguntarse si la identificación tradicional no está cruzada y nos encontramos más bien ante una Augustobriga Talavera de la Reina y una Caesarobriga-Talaveva la Vieja u otro núcleo urbano próximo.

(29f): La localización de Augustrobriga con Talavera la Vieja se aleja considerablemente de la distancia que fija el Itinerario de Antonino, algo más de 80 kilómetros, distancia que sin embargo coincide bastante con su posible trayecto entre las actuales ciudades de Toledo y Talavera de la Reina. De ahí los intentos por situar Augustobriga en otros varios lugares, por ejemplo y sobre todo, el actual despoblado de Bascos, con restos de una impresionante ciudad musulmana fortificada, a fin de hacer cuadrar la distancia en millas que el Itinerario señala desde Toletum. Una primera cuestión, por tanto, a resolver es la de la exacta situación e identificación de Augustobriga o la reconsideración de la distancia señalada entre ella y Toletum.

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SIC pag 157:

(29g): La separación total en millas entre Augustobriga y Toletum también resulta sorprendente para la que suele ser costumbre entre dos puntos inmediatos en una vía romana. Parece como si en el itinerario faltara una mansio, o una ciudad, entre ellas dos. La referencia en el Anónimo de Rávena de Lebura entre Toleton y Augustobriga solucionaría, en principio, el asunto, aunque nos obligue, en consecuencia, a identificar esa Lebura de la que no tenemos más noticia que la reflejada en tal relación viaria.

(29h): No obstante, Livio (XL, 30-34) menciona la ciudad carpetana de Aebura. En la edición de W. Weissenborn-H. J. Müller, para estos podría equivaler a la Libora mencionada por Ptolomeo (2,6,57) entre las ciudades carpetanas. Y no hay duda de que, en la transmisión textual, la equivocación es perfectamente posible. Si Augustobriga se fija en Talavera la Vieja, donde apareció (?) la inscripción C1L II, 5346, Lebura podría ser Talavera, donde sin duda hubo un asentamiento romano importante.

(29i): Pero entonces, como ya se señaló más atrás, la distancia de 55 millas entre Augustobriga y Toletum no se cumple. Si Augustobriga se ubica en Talavera de la Reina las millas que indica el Itinerario de Antonino se corresponden aproximadamente con la realidad, pero entonces es necesario buscar entre Talavera y Toledo la Lebura del Anónimo de Rávena, que podría corresponderse con El Carpio del Tajo, donde se documentan restos romanos de cierta importancia y, sobre todo, visigóticos, o con las inmediaciones de la Puebla de Montalbán, por donde cruza un camino norte-sur que salva el Tajo más abajo de esa última población. Todo ello en el caso de que nos inclinemos por la hipótesis de una vía que transcurra en todo su recorrido, o en la mayor parte de él, por el norte del Tajo, hipótesis que en efecto es de la que hemos partido en nuestra propuesta de investigación.

(29j): Todo ello en el caso de que nos inclinemos por la hipótesis de una vía que transcurra en todo su recorrido, o en la mayor parte de él, por el norte del Tajo, hipótesis que en efecto es de la que hemos partido en nuestra propuesta de investigación. En tal supuesto, la asimilación de Talavera de la Reina con Augustobriga tendría que hacerse sobre una nueva interpretación de la inscripción citada más arriba. Obligaría, además, a reconsiderar la identificación de una Caesarobriga con Talavera de la Reina e implicaría la localización hacia el oeste, en puntos por determinar, de Leuciana y Lacipea, lo que tampoco resulta fácil con la información hasta ahora disponible. Por el contrario, no aceptar la ecuación Augustobriga- Talavera de la Reina y llevar la primera más a occidente supone reconsiderar en el fondo las noticias que da el Itinerario de Antonino o, cuando menos, revisar las distancias en millas que facilita. Otras muchas interrogantes quedan abiertas.

SIC 158 y 159

(29k): Los problemas para la consideración de estos caminos como obra de época romana han sido siempre muchos. El propio Coello abre su citado informe diciendo que es uno de los trozos más difíciles de señalar, entre los comprendidos en el Itinerario de Antonino. Nuestro autor daba por segura la identificación de Augustobriga con Talavera la Vieja y sugería la existencia de siete vías distintas entre Mérida y Toledo, con varias modificaciones parciales y otros ramales importantes. Talavera de la Reina es asimilada a Caesorabriga, núcleo que como ya se ha indicado no aparece mencionado en ningún itinerario ni relación viaria, pese a la discutible relevancia que la población allí asentada tuvo en época romana, según reflejan tanto los hallazgos en la propia ciudad como por sus alrededores, así como la situación geográfica y estratégica indiscutible del sitio. Cuantos itinerarios reconstruye Coello los hace guiándose de topónimos y hallazgos aislados de carácter más o menos arqueológico, pero ni en un sólo caso llegó a registrar con certeza una calzada o vía de época romana clara, aunque sí anotara multitud de caminos antiguos de cuyo uso aun había constancia indiscutible en su tiempo, así como de la tradicional utilización de los mismos.

(29l): Blázquez (1920, págs. 23 y ss.), frente a las distintas hipótesis de Coello que perseguían en todos los casos buscar rutas que yendo hacia Toledo tuvieran su origen exactamente en Mérida, propuso indagar en torno a la posibilidad de un camino que arrancara desde la vía de la plata, de manera que viniese a ser una especie de ramal de aquella hacia oriente, y de esa manera hacer cuadrar las distancias totales que proporciona el Itinerario de Antonino, empeño que resulta prácticamente imposible de lograr si se toma al pie de la letra la ciudad de Mérida como lugar de partida para la cuenta. La vía en cuestión tendría su origen en la mansio Rusticana, sobre la propia vía de la plata; Augustobriga quedaría situada en Bascos, identificación que se basa fundamentalmente en el hecho de su coincidencia en distancia con Toledo según fija el Itinerario, a razón de 1.600 mts. por milla romana. Pero, salvo tales precisiones, nada hay en el trabajo de Blázquez que ayude positivamente a la localización de la vía. Sus reconstrucciones, tantas veces acertadas y sugestivas, deben ser tomadas en el caso que nos ocupa como meras especulaciones, aunque contengan ciertos datos de indiscutible valor, sobre todo en lo que se refiere a la localización de despoblados y otros lugares con restos visibles de época romana.

(29l): En síntesis: los datos arqueológicos, epigráficos y toponímicos refuerzan la tesis de que la vía entre Talavera de la Reina y Toledo iba por el norte del Tajo. En cambio, la documentación no es tan consistente para garantizar si su trayecto iba próximo al río o más bien en la dirección Talavera-Torrijo-Toledo. Tal vez estemos ante dos vías: la vía oficial del Itinerario de Antonino, o vía Talavera-Torrijos (u otro yacimiento próximo)-Toledo, y la otra vía, más tardía y muy próxima al río, construida en función de las uillae bajoimperiales. Esperamos que próximas exploraciones arqueológicas permitan definir estos últimos supuestos.

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(29m) : EN otro estudio de los mismos autores, llegan a conclusiones muy semejantes. Nos referimos al siguiente opúsculo: INDIGENISMO Y ROMANIZACION EN LA CUENCA MEDIA DEL TAJO PLANTEAMIENTO DE UN PROGRAMADE TRABAJO Y PRIMEROS RESULTADOS

Manuel Fernández Miranda // Julio Mangas // Domingo Plácido

FERNANDEZ, M. MANGAS, J. PLACIDO, D. [1990] Indigenismo y romanización en la Cuenca Media del Tajo

Actas del primer Congreso de Arqueologia de la provincia de Toledo 1990

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La Augustobriga del tinerario de Antonino está situada a 55 millas de Toletum. La identificación de su lugar exacto es problemática. Un posible emplazamiento ha sido sugerido en Talaverala Vieja, actualmente bajo el embalse de Valdecañas, en el río Tajo, apartir de CIL 11, 4345, donde aparece citado un senatus populusque augustobrigensis, referencia que nosotros consideramos insuficiente dado el contextode la inscripción en cuestión (Fernández-Miranda etalii, op. cit)

Lasruinas de la ciudad de Vascos han sido también propuestas paraesa ciudad o mansio (Roldán, 1973, pág. 220, siguiendoa Blázquez, 1920), una identificación que carece de apoyo arqueológico pesealya considerable número de campañas de excavación que Izquierdo ha efectuado en el sitio. Otra inscripción funeraria con mención de una Flavia Rufina Augustobrig (ensis)(CIL 11,941) se encontró en

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Villar del Pedroso, junto a Puente del Arzobispo. Cualquiera de esas dos localizacionesse aleja bastante del cálculo resultante de aplicar sobre el terreno las 55 millas que fija el Itinerario, salvo que el acusativode dirección To/etumse interprete como una referencia de dirección desde un punto sito a notable distancia de la propia ciudadde destino, un supuesto que, de aplicarse, crea a su vez otras dificultades para la interpretación del Itinerario.

Si Toletum es mansio situada enlas inmediacionesdela ciudad romana de ese mismo nombre, hacia el norte de la misma, enla vega, donde Coello afirma haber visto restosde calzada y algún miliario,la distancia de 55 millas nossitúa en torno a la actual Talavera dela Reina, pero en ningún caso hacia Puente de Arzobispo y menos aún bajo el embalse de Valdecañas. Por otro lado los datos recogidos por Coello serían suficientespara explicar el acusativo dedirección, ya quela calzada ranscurriría porfuera de la ciudad y continuaría en dirección al este sin entrar en ella. Debe sin embargo notarse que unadistancia de ese orden entre dos mansiones de una vía resulta sorprendente. Sin duda estamosante uno de esos pocos casos indiscutibles en que debe suponerse que el Itinerario omitió una mansio intermedia, la Lebura del Anónimode Rávena, Esta estación de la vía, o mejor ciudad pues como (al es citada por Ptolomeoy Livio, permanece hasta el momento sin identificar, por lo que su merareferencia en un itinerario poco ayuda a solucionar el problema, aunque quizá así constituya un sólido argumentoen favor de la existencia de omisiones enla relación antoniniana

¿Puede reducirse Augustobriga Talavera de la Reina? Tradicionalmente Talavera se ha identificado con un municipio de nombre Caesarobriga apartir de variasinscripciones halladas en la ciudad que mencionan a personas caesarobrigenses (CIL.11,896 05320),una indicación de origo que, en principio, tampoco resulta definitiva, La relevancia de Talavera de la Reina en época romanaparece fuera de toda duda, de acuerdo con la epigrafía hallada en la ciudad, el amplio poblamiento rural en villae que se conoce en torno a ella aprovechando la fértil vega del Tajo, e incluso la opinión de que fue ciudad amurallada ya en ese momento (Fita, 1886, pág, 36). Caesarobriga no está mencionada sin embargo, en ningún itinerario, aunque exista coincidencia por parte de los autores en suponerque por Talavera pasaba la vía camino del puente sobre elrío Alberche, siempre por a ribera septentrional del Tajo. Todo esto no deja de sersorprendente. Si Augustobriga está másal oeste, ¿cómo esposible que no aparezca citada esta otra ciudad, habida cuenta, además, de la gran distancia que el Itinerario de Antonino marca también en el Itinerario Caesarobriga, según han sugeridoalgunos investigadores? En al hipótesis, que porel momento no pasa de ser una mera especulación, cabria pensar, conforme insinúa Arias(1987,págs. 126 y 367), que la distancia de 55 millas citada

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enel Itinerario fuera la existente entre la omitida Caesarobriga y Toletum, mientras que las 12.millas que aparecen separando Augustobriga dela mansio anterior hacia el ocste, Leuciana, corresponderían en realidad a la distancia entro Augustobriga y Caesarobriga. Una explicación complicada, difícil de aceptar y que, además, es inútil para fijar Augustobriga en donde ahora está el embalse de Valdecañas, a más de 50 Kms. de Talavera de la Reina. Los aproximadamente dieciocho Kilómetros entre Augustobriga y Caesarobriga colocarían la primera, si la segunda es Talavera, a mitad de camino entre esta ciudad y Oropesa,siempre que la vía, como suponemos, camine en dirección oeste a entroncar con la dela Plata en la Mansio Rusticiana, según explicaremos más adelante. La identificación de la posición exacta de Augustobriga constituye, por tanto, una de las cuestiones básicas a resolver, un asunto que en lo concerniente a la documentación epigráfica disponible fue planteado ya en la reunión de Tarazona citada más atrás.

Si, como parece probable, algunos restos del puenteviejo sobre el Alberche junto alacarretera nacional V son romanos,la calzada debía salir de Talavera hacia el este siguiendo aproximadamente la dirección que ahora lleva la carretera a Madrid. Tres kilómetros más adelante hay una bifurcación: la nacional y sigue en dirección noroeste, hacia Santa Olalla, mientras que la comarcal 502 a Puebla. de Montalbán lo hace en dirección sureste. Ambas carreteras se superponen a caminos más antiguos, pero en ninguno hemos localizado por ahora restos evidentes de calzada ovía romana. La prospección sistemática delos dos en su tramo, inicial ha dado resultados negativos, aunque junto al meridional existen restos de alguna villa y otros de cronología antigua.

Coello (1889) fue quien primero se preocupó de la identificación de este tramo. de la vía entre Toledo y Mérida, ciudades quellegó a unir a través de hasta siete “caminos diferentes, todos ellos hipotéticos en mayor o menor grado, Años más tarde Blázquez (1920) intentó buscar un camino que con origen en la Vía de la Plata y no en la propia Emerita Augusta, comohiciera Coello, se ajustase a la deseripción y distancias del Itinerario de Antonino, Sugirió la Mansio Rusticiana como punto de partida de la vía 25, es decir un punto situado a medio camino entre Caparra y Turmulos (¿Alconetar?), tal vez enla finca denominada Larioso hacia el pueblo de Galisteo, suposición que Roldán hizo suya (Roldán, 1971, pág. 17D y también Caballero (1980, plano, 1), partidario igualmente de una vía principal

septentrional al río, aunque alejada ligeramente de él, por Torrijos, es decir a lamada vía toletana recogida asimismo por Coello y que transcurría por Santa Olalla (de Sancta Heulalia ad Talaveran).

La ausencia hasta ahora de restos arqueológicos que sirvan para confirmar el trazado de la vía romana nos llevó a buscar en la documentación existente sobre

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antiguos caminos entre Talavera de la Reina y Toledo, por versi existía alguna pervivencia significativa, En el repertorio de Villuga (1546) se cita un único camino entre esas poblaciones que de Talavera vaa Torrijos(?) por Cobolla, es deciral sur de Santa Olalla, para allí bifurcarso, uno hacia Madrid y otro hacia Toledo.

Las llamadas “Relaciones Topográficas” (1575-1580) citan dos caminos entre Talavera y Toledo. Uno va por Santa Olalla y Novéspara desde allí girar hacia el sureste a Huecas y luego alsur a Rielves. Esla vía to/etana de Coello, desplazada hacia el norte respecto de Torrijos para seguir por Casarrubios hacia Madrid por el camino más corto. El otro, tras franquear junto al anteriorel Alberche, sedirige a Erustos por Montearagón y Cebolla, para continuar por La Mata y Carmena a Torrijos y desde ahí por Rielves ganar Toledo, Esa ruta desde Toledo continúa luego por Borox, Seseña, Arganda y Locches hasta Alcalá de Henares.

Habrá, pues, que explicar la municipalización de la ciudad romana situada en el actual en clave de Talavera, así como la organización de la ciudad de Aebura/Libora en relación con este hecho de coexistencia de organizaciones supra familiares que, hasta el momento, no han sido documentadas para el ámbito de Toletum, ni para todo el oriente de la actual provincia toledana.

e) Ya sabíamosdel asentamiento de una guarnición militar romana (modico praestdio in urbe posito) en la ciudad de Aebura el año 181 a. C.(Liv., 40,30,3). La epigrafía nos está poniendo en evidencia quela actual posición estratégica de la. provincia de Toledo también fue aprovechada durante el Alto Imperio.

Pag 32

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(30): Francisco Coello de Portugal y Quesada

Vías romanas entre Toledo y Mérida

BOLETÍN DE LA SOCIEDAD GEOGRÁFICA DE MADRID

TOMO XXVII; segundo semestre de 1889

Hemos de destacar que este autor realiza su trabajo, partiendo de la base de que Augustóbriga está en Talavera la Vieja, tal como afirmó Hübner y ratificó Fidel Fita. Sin poner en duda la localización. Llegando a situar la mansio de Leuciana en una población de igual nombre, sita en Ciudad Real y terminando su estudio con las siguientes palabras, que hablan por sí mismas. Ya que menciona una segunda Augustóbriga en Carpetania, para poder localizar esa Leuciana en tierras de La Mancha (aunque en verdad debemos situar Leuciana cerca de Logrosán y Augustóbriga en tierras vettonas):

Evidentemente el camino que corresponde mejor á la situación, ya definitiva, de la AVGVSTÓBRIGA Vettona en Talavera la Vieja, es el segundo de los descritos, pasando por esta entre Trujillo y Talavera de la Reina, el cual se presta también á la combinación con algunos pueblos nombrados en el Anónimo de Ravenna; pero la distancia es muy larga y faltan en el Itinerario de Antonino mansiones muy importantes, cuya omisión no puede explicarse. En cambio, el séptimo camino por Almadén á Toledo, admitiendo el empalme, en la primera población, con la vía mal llamada por LVSITANIA, se adapta perfectamente á las distancias, tiene las notables comprobaciones de poder colocar á LEVCIANA en un pueblo que casi ha conservado su nombre y de ser conocidamente vía romana; sólo presenta el grave inconveniente de que obliga á suponer la existencia de otra ciudad de AVGVSTÓBRIGA en la CARPETANIA, pues parece poco probable que pudiera llamarse AVGVSTÓBRIA, como la nombra uno de los códices del Itinerario, aunque sea más análogo á la Augustabria citada por el Ravenate

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(31): El capítulo III, se encuentra el el siguiente link (pulsar): https://artesimbologiayhumanismo.blogspot.com/2024/03/los-caminos-que-llevaban-roma-cruzando.html

Las citas del capítulo III, están en la siguiente página (pulsar):https://artesimbologiayhumanismo.blogspot.com/2023/12/citas-de-enigmas-del-rio-guadarrama.html

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Las citas de la Parte III, dedicadas al trabajo de Francisco Coello de Portugal y Quesada; tienen el número (65). De tal manera, se corresponden con las nuestras; siendo la (65a) igual a nuestra (31a) y así sucesivamente.

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(31a): (65a) ver citas del capítulo III, en: https://artesimbologiayhumanismo.blogspot.com/2023/12/citas-de-enigmas-del-rio-guadarrama.html

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(31b): (65b) ver citas del capítulo III, en: https://artesimbologiayhumanismo.blogspot.com/2023/12/citas-de-enigmas-del-rio-guadarrama.html

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(31c): (65c) ver citas del capítulo III, en: https://artesimbologiayhumanismo.blogspot.com/2023/12/citas-de-enigmas-del-rio-guadarrama.html

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(31d): (65d) ver citas del capítulo III, en: https://artesimbologiayhumanismo.blogspot.com/2023/12/citas-de-enigmas-del-rio-guadarrama.html

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(31e): (65e) ver citas del capítulo III, en: https://artesimbologiayhumanismo.blogspot.com/2023/12/citas-de-enigmas-del-rio-guadarrama.html

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(31f): (65f) ver citas del capítulo III, en: https://artesimbologiayhumanismo.blogspot.com/2023/12/citas-de-enigmas-del-rio-guadarrama.html

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(31g): (65dg ver citas del capítulo III, en: https://artesimbologiayhumanismo.blogspot.com/2023/12/citas-de-enigmas-del-rio-guadarrama.html

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(31h): (65h) ver citas del capítulo III, en: https://artesimbologiayhumanismo.blogspot.com/2023/12/citas-de-enigmas-del-rio-guadarrama.html

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(31i): (65i) ver citas del capítulo III, en: https://artesimbologiayhumanismo.blogspot.com/2023/12/citas-de-enigmas-del-rio-guadarrama.html

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(31j): no existe, en este caso.

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(31k): (65k) ver citas del capítulo III, en: https://artesimbologiayhumanismo.blogspot.com/2023/12/citas-de-enigmas-del-rio-guadarrama.html

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(32): SIC de nuestro capítulo III:

Por último, hará un resumen de los caminos descritos, considerando el autor como el más apropiado para identificarlo con la ruta XXV; el segundo de los que recoge. Siendo este el catálogo que vías entre Toledo y Mérida que nos presenta Francisco Coello:

-1.º: De Mérida por Trujillo, puente de Almaraz, Calzada de Oropesa, Talavera de la Reina y la Puebla de Montalbán á Toledo, con variantes desde Talavera por Carríches y Riélves, ó por Santa Olalla y Torríjos de los Oliváres á Toledo; los tres últimos trazados en la derecha del Tajo, ó bien por Malpica en la izquierda del mismo río.

-2.º: De Mérida por Trujillo y Aldeacentenera á Talavera la Vieja y por Calera á Talavera de la Reina, con las prolongaciones á Toledo indicadas en el anterior, ó bien con las variantes desde Talavera la Vieja para empalmar con la otra vía en Calzada de Oropesa, ó por Valdelacasa, Villafranca del Puente del Arzobispo y Las Heréncias á Talavera de l a Reina, siguiendo la orilla izquierda del Tajo.

-3.º: De Mérida por Miajádas, Zorita, Logrosán, Cañamero, la raña de San Simón, portillo de la Cijarra, ermita de San Bartolomé y Villar del Pedroso á Puente del Arzobispo, con las prolongaciones indicadas á Talavera de la Reina y Toledo por ambas orillas del Tajo: una variación posible de este, es la de seguir desde Cañamero á Guadalupe, Alía y al puerto de San Vicente,para empalmar con el anterior al Norte de la ermita de San Bartolomé, y otra más oriental puede ser la de continuar desde el último punto por Espinoso del Rey y Nuestra Señora deMelque á Toledo.

-4.º: De Mérida por Santa Amalia, Rena, las dos Orellanas y raña de San Simón al portillo de la Cijarra, aprovechando este último trozo de la línea anterior, y luego por el Horcajo de los Móntes, puerto Marchés y Menasálbas á Toledo.

-5.º: De Mérida por Medellín, Villanueva de la Serena, Puebla de Alcocer y Garbayuela al Horcajo de los Móntes, para seguir por el anterior hasta Toledo: este resulta el más directo ybreve: como enlace, algo dudoso entre ambos, puede señalarse el camino desde la raña de San Simón por Herrera del Duque á Fuenlabrada de los Móntes ó Villarta de igualapelación.

-6.º: De Mérida por Villanueva de la Serena á Capilla, Almadén, Saceruela, caserío de Nava elrincón, torre de Abrán, siguiendo por el puerto del Milagro y Cuerva á Toledo.

-7.º y último: de Mérida á Almadén, como en el anterior, y por Abenójar y Luciana á empalmar con el mismo frente á la torre de Abrán: en este se supone una ciudad de AVGVSTÓBRIA, ó mejor AVGVSTÓBRIGA, Cántabra en la unión del río Bullaque con el Alcobilla.”

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(33): DISCURSOS LEIDOS ANTE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA EN LA RECEPCION PUBLICA de DON EDUARDO SAAVEDRA (el día 28 de Diciembre de 1862) publicado en Madrid 1862

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(33a): PAG 74

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(33b): Lacipea: (25) La corta distancia qne senala el Itinerario desde Toledo a Merida obliga a intercalar la estación de Medellin antes de la primera mansion. De dicha ciudad sale una calzada que dice Viu (Ant.ieExir) conocerse hasta Bena; y desde alli es natural seguir como mas breve el camino de las Gargaligas, que se prolonga luego por el llamado

de la Plata al paso de la Cijara. De este modo se coloca Lacipea en Villavieja, despoblado del termino de Navalvillar de Pela. Confirma esta reduccion el Bavenate, que pone esta ciudad en línea con Rodacis,

qne debe corresponder al valle de Suecas.

PAG 96

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(33c): Leuciana: (25). Aunque hay en Luciana, cerca de Piedrabuena un despoblado con ruinas que se hallan a una legua del Guadiana y dos del pueblo, segun noticia del ingeniero Sr. Iznardi, no puede hacerse aquí la reduccion por lo largo que habria de salir el camino en este caso. Prefiriendo la direccion del camino de la Plata , cuyo plano me ha comunicado el Sr. Moreno Nieto, se encuentra la correspondencia en las ruinas que hay cerca de Valdecaballeros.

PAG 97

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(33d): Augustobriga (25). Tomando la distancia de Toledo por el camino mas recto que conduce a Extremadura y pasa por el puerto Marches y Alcoba, se obtiene un punto en la dehesa del Ahijón, donde el camino se llama de la Plata según noticia comunicada por el Sr. Moreno Nieto. Si se buscan las ruinas de Luciana por el otro camino llamado también de la Plata, se llegaría con la indicada distancia cerca del Raso del Pozo de los Calderones; pero esta dirección tiene el inconveniente de desviarse mucho del principio de la línea.

Augustobriga (27). En Muro de Agreda, según esta demostrado en la descripción especial de este trozo de via que h a premiado la Academia.

PAGS 86 y 87

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(34): Nuevo estudio sobre el Itinerario de Antonino

Antonio Blázquez y Delgado-Aguilera BRAH, XXI, 1892.

Nuevo estudio del Itinerario de Antonino. 1892 Boletín de la Real Academia de la Historia, tomo XXI, págs. 54 á 128. https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/nuevo-estudio-sobre-el-itinerario-de-antonino-0/html/0095847a-82b2-11df-acc7-002185ce6064_5.html#I_0_

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(34a): pag 123

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(35): Informe relativo a parte de la vía romana, núm. 25, del Itinerario de Antonino

Boletín de la Real Academia de la Historia, Tomo 60 (1912), pp. 306-317 Blázquez Delgado-Aguilera, Antonio, 1859-1950

pag 306 y ss

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(35a): La inscripción descubierta en una teja de Vülafranca de los Barros, ha venido á facilitar la solución de uno de los problemas de la Geografía española de la antigüedad: la del trazado de la vía núm. 25 del Itinerario romano de Antonino, que partiendo al parecer de Mérida, iba por Toledo á Zaragoza, respecto dé la cual no concordaban las opiniones, pues mientras personas tan doctas como nuestro compañero el Sr. Saavedra, maestro en estos estudios, opinaba que la referida calzada partía de Medellín, y situaba á Lacipea, en el despoblado de Villavieja, del término de Navalbillar de Pela; Leuciana, en el despoblado, próximo á Valdecaballeros, y Augustobriga, en la dehesa de Ahijón, el insigne cartógrafo español D. Francisco Coello, que también fué compañero nuestro, se inclinaba, después de reseñar toda la zona de probabilidad del camino, á creer en el arranque de la vía desde Almadén, y situaba en Fontanosas, Leuciana y la torre de Abraham, junto al Bullaque, las tres mansiones mencionadas. El Sr. Roso de Luna, correspondiente nuestro, y por cierto de los más diligentes y entendidos, se hizo ya cargo, hace unos ocho años, del contenido de la inscripción mencionada que fija la situación de Lacipea próxima á Montánchez, puesto que tenía límites comunes, y ahora, recapacitando acerca de la situación de Lacipea y poniendo á contribución los datos recogidos en sus viajes de exploración por tierras de Extremadura

(1) Consúltense los BOLETINES DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA. Tomo ir, págs. 248-306; iv, 209; vi, 74; xv, 5; xix, 247-519; xxx, 432-483; xxxiv, 417; xxxvi, 444; XLIII, 526; XLIV, 113, y el número de Marzo del presente año. En el xv, 5, está el estudio del Sr. Coello, al que acompaña mapa, y en el xxxiv, 417, lo relativo á la inscripción de la teja de Villafranca.

pag 306

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(35b): En primer lugar conviene traer á la memoria que en el Itinerario de Antonino, el camino á que correspondía la mansión ó punto de etapa denominada Lacipea, es el núm. 25 de los correspondientes á la parte española del Itinerario de Antonino, según los colocó el Sr. Saavedra en su discurso de ingreso en esta Academia, y el que suscribe en el estudio publicado en la página 54 del tomo xxi de nuestro BOLETÍN. Dicho camino aparece así en sus primeras líneas: Alio Itinere ab Emérita Caesaraugustam CCQXLVIII-CCCXL VIIII.

Lacipea, XX.

Leuciana, XXIV.

Augustobriga, XII-XXII.

Toletum, LV.

pag 307

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(35c): conteniendo después once mansiones con los mismos nombres y las mismas distancias (aunque efectos de errores de copia presenten variantes), que el camino núm. 24 (...) El trayecto de la vía núm. 25, que vamos á examinar, sólo pudo tener, según las variantes de los Códices ó Manuscritos, 111 ó 121 millas; mas como quiera que de la confrontación del resto del camino, que es común en las vías 24 y 20, medía éste 214 ó 215 millas, la única longitud aceptable para el primer trayecto, deducida de estos datos, es la de 111 millas. Por esto, tanto el Sr. Saavedra como el Sr. Coello partían de una de las mansiones situada en otro de los caminos de Mérida á Zaragoza, ya que entre Mérida y Toledo la distancia geográfica es superior á la distancia en millas del Itinerario.

Pag 308

para afirmar que era imposible, geográficamente, la existencia de un camino que tuviera un desarrollo de 111 millas de 1.666 metros, entre Toledo y Mérida, y también está fuera de la realidad un camino de 121 millas, entre los mismos puntos, pues tanto en el mapa que acompaña el Sr. Roso de Luna, como en el -del Instituto Geográfico, en escala I : I.500.OO0; en el de Vogel, en los de Coello y en otros muchos, la distancia geográfica entre ambos puntos excede á los 201,5 6 185 kilómetros (....) Hay, pues, que desechar el arranque directo desde Mérida, y afirmar rotundamente que era una bifurcación de otro de los que arrancaban de esta población.

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(35d): El segundo punto á discutir es el de fijar de un modo razonable, y por tanto admisible, la vía en que tomaba su origen, o punto de partida, y respecto de él diremos que el Sr. Saavedra la hacía arrancar de Medellín, y el Sr. Coello de Almadén, ó sea de las mansiones denominadas Metellinum y Sisapone, ambas incluidas en el camino núm. 29; y esto, á mi modo de ver, no es muy aceptable, porque colocar la descripción de la vía que empalma (la núm. 25)

Existe, además de esta consideración, otra, y es que antes ha descrito el Itinerario una vía (la núm. 24), que iba de Mérida á Zaragoza, y lógicamente al señalar la siguiente con el epígrafe Alio itinere, se debe sobrentender que el alio suponía una vía anterior, entre los mismos puntos, circunstancia que concurre en la núm. 24, y no en la 29; y sí en el título y epígrafe general la referencia corresponde á la ya citada con el núm. 24, que iba desde Mérida hacía el Norte, el empalme ó bifurcación debía verificarse á partir de una de sus mansiones, y no de cualquiera de las mencionadas en el camino posterior, desconocido todavía para los lectores del Itinerario.

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(35e): Ahora debemos fijar, por tanto, la mansión de la vía núm. 24,de una de sus mansiones

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Dicha vía pasaba por las mansiones de Sórores, Castra-Caecilia, Turmulus, Rusticiana, Capara, Caecilio vico, Ad Lippos, Sentíca y Salmatica, que aproximadamente algunas, y exactamente otras, se sitúan en las Casas de Don Antonio, Cáceres, Ventas de Alconetar, Ríolobos Venta de Caparra, Puerto de Béjar, Valdelacasa, Frades y Salamanca, (...) La mansión más adecuada para esto es la de Sórores, porque en ella el alejamiento de la recta Mérida-Toledo hay que prescindir del valor geográfico de la teja de Villafranca de los Barros, que al señalar un límite común á Montánchez (mont Anceti ó Mon Tanceti) y á Lacipea, obliga á buscar aquella población cerca de Montánchez, de Trujillo y de Cáceres; y si damos mayor importancia á la inscripción que hay en dicha teja que al itinerario,

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(35f): tenemos que rectificar el número de millas que aparece como más conveniente, y sustituir en el total el número de CCCXLVIII por CCCLVIII, ó el de CCCXLVIIII por CCCLVIIII, suprimiendo una X en las lecturas.

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que el número de millas estaba equivocado y medía 358 ó 359, y no 348 ó 349 la vía de Mérida y Zaragoza que pasaba por Toledo, y que eran 22 millas en vez de 12 las correspondientes á la mansión de Augustobriga: y para fijar más claramente los datos diremos que admitimos como cierto lo que consigna la teja de Villafranca de los Barros

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(35g): El punto de arranque de la vía pudo efectuarse en Sórores (Casas de Don Antonio),

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la línea recta que une á Casas de Don Antonio con Toledo, y la mansión de Lacipea á 20 millas ó 33 kilómetros del arranque de la calzada, junto al Puerto de Santa Cruz de la Sierra (...) puesto que según el Sr. Roso de Luna iba ó existía una calzada en dicha dirección.

Por las inmediaciones del Puerto de Santa Cruz debió pasar, en nuestra opinión, la vía romana, bien fuera por la parte Norte ó por la del Mediodía, y la mansión pudo estar, ya sobre la vía, ya en el puerto, pues sabido es que en algunos casos las mansiones distaban dos ó tres kilómetros del camino al cual correspondían; acerca de la situación de Lacipea y de la inscripción de la teja de Villafranca, que en el transcurso del tiempo Lacipea, que al principio fué, quizás, sólo una piedra terminal, pudo llegar á ser una población romana que recibiera término de los colindantes, y á esto se debió la inscripción mencionada, relativa á una época en que los límites del Mont Tanceti se habían reducido y aproximado á Montánchez, situándolos acaso en Zarza de Montánchez.

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(35h): La dirección, completamente recta hacia Toledo, nos obligaría á situar á Leuciana en uno de los picos más elevados de la Sierra de Guadalupe, llevando el camino á través de barrancos y

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Por el trazado septentriona', la mansión de Leuciana podría coincidir aproximadamente con Robledollano, junto al Almonte, por el del Sur con Cañamero, fortaleza importante de la Edad Media asentada sobre el camino militar de Toledo á la provincia de Badajoz y principalmente á Mérida. La distancia que media entre el pie del Puerto de Santa Cruz y Robledollano es de unos 40 kilómetros, equivalentes á 24 millas de 1.666 metros, y en el intermedio está Herguijuela, que antes se llamó Calzada de Herguijuela, sin duda por hallarse junto á una de estas vías, hay puente antiguo sobre el Almonte (puente del Conde), y después cerca de Robledollano el despoblado de Avellaneda.

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(35i): Hay que recordar, por otra parte, que la mansión siguiente (Augustobriga), se hallaba en el territorio inmediato á Villar del Pedroso y á Talavera de la Reina (1); pero conviene puntualizar en lo posible su situación, añadiendo que Augustobriga, que distaba 55 millas o 82 kilómetros de Toledo, no pudo estar en ninguno de estos pueblos, aun contando la milla de 1.666 metros, sino en las inmediaciones de Estrella, donde también existen minas y lápidas, aunque sin el nombre de la. ciudad. Desde el Puerto de Santa Cruz señalaba D. Francisco Coello otro camino que iba á Talavera de la Reina, por Deleitosa, donde como hemos dicho, colocaba á Augustobriga, circunstancia que conviene tener presente para negar su correspondencia con el camino núm. 25 del Itinerario, al menos en su última parte, próxima al Tajo y á Talavera. También ha de advertirse que en

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su trazado describía un rodeo, cosa poco frecuente en los trayectos mansionarios, y que siguiendo la dirección de la Estrella sería más probable la identificación con dicha calzada del Itinerario de Antonino. El mismo Sr. Coello reconoce como más natural el trazado por Robledollano, y esto es muy digno de anotarse.

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(35j): Desde la Estrella hasta Toledo el terreno es llano, la vía no necesitaba describir rodeos ni salvar pendientes pronunciadas, y la distancia es de 55 millas de 1.666 metros (92 kilómetros); pero hasta la fecha no se ha hecho exploración alguna que descubra los restos del camino, que más bien se señala por Coello, yendo de Toledo (en sentido inverso al que hemos considerado la vía) por Melque á Espinosa del Rey en línea recta, y continuando después por cerca de Mohedas, donde hay despoblado y ruinas; como camino romano dudoso señala la continuación por Alia hasta cerca de Logrosán, y luego, como cierto por este punto y Miajadas para ir á Mérida.

Este nuevo trazado sería muy aceptable si coincidiera con las distancias, lo cual no sucede, y si no se hubieran encontrado las lápidas de Augustobriga en Villar del Pedroso y Talavera, porque las ruinas inmediatas á Mohedas distan de Toledo muy poco menos de las 55 millas, y la diferencia puede explicarse por las pendientes y rodeos al salvar el quebrado terreno próximo á los montes de Toledo. Leuciana estaría cerca de Cañamero, pero algo más al NE., y Lacipea, en Campo, al NE. de Escurial, pero ya Mérida distaría bastante más de este último punto que lo asignado en el Itinerario.

Aceptando la sustitución de Mérida por Medellín, ya la coincidencia resultaría; pero el estudio y mapa del Sr. Coello no señala camino desde Campo á Medellín. También debe advertirse que en este caso la misma sierra de Montánchez pudo servir de límite entre Mont Tanceti, como quiere el Sr. Roso de Luna, y Lacipea, sin que la mayor facilidad para el trazado del camino romano por la parte N. fuera obstáculo á que ésta tuviera el que se asigna, en atención á que el mismo Sr. Roso de Luna lo dibuja en el bosquejo que acompaña á su noticia.

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(35k): En cuanto á otro camino que el'Sr. Roso conceptúa romano y conduce desde Mérida á Trujillo y luego á Talavera por el Puerto de Miravete, no es posible identificarlo con la vía núm. 25 del Itinerario, pues á ello se opone su excesiva longitud. Desde el Puerto de Miravete á Toledo hay en línea recta 142 kilómetros; á Trujillo, 32; á Casas de Don Antonio, 42, y de aquí á Mérida (en línea recta todos estos trayectos), 37, sumando un total de 253 kilómetros, cuando las millas eran cuando más 121.

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El Sr. Roso de Luna aporta los datos del Ravenate en apoyo de la situación que asigna á Lacipea, y cree que Ebura, Lomundo, Turcalium, Rodacis y Lacipea son mansiones del camino que describimos, porque en el autor citado aparecen mencionadas en ese orden; conveniente será recordar que ya hizo presente el Sr. Coello, comentador del Ravenate, que éste tenía por sistema citar mansiones de las vías contiguas, por donde no puede inferirse de la presencia de los nombres de Toledo, Augustobriga y Lacipea en su libro, al mismo tiempo que los de las poblaciones de Ebura, Lomundo, Turcalium y Rodacis que estuvieron éstas en la misma vía que Augustobriga, Leuciana y Lacipea, y como en esta hipótesis se funda al parecer el Sr. Roso de Luna para colocar á Lacipea, preciso es hacer notar que la hipótesis tiene escaso valor.

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Bastan las consideraciones apuntadas para sintetizar nuestro pensamiento en la siguiente forma: El trazado más probable de la vía núm. 25 entre el punto de partida ó bifurcación y Toledo, es el que empezando en Sórores (cerca de las Casas de Don Antonio) va al Puerto de Santa Cruz, luego al despoblado de Avellaneda y á la Estrella, donde se inflexiona para dirigirse rectamente á Toledo; pero debe explorarse también la dirección Medellín, Cañamero, Mohedas, Toledo, el territorio comprendido entre ambas vías y una zona exterior á las mismas de 6 á 8 kilómetros de anchura, que aporte datos suficientes para determinar claramente cuáles fueron las mansiones.

Madrid, 24 de Marzo de 1912.

ANTONIO BLÁZQUEZ

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(36): Hablamos de la primera edición de su obra INSCRIPTIONES HISPANIAE LATINAE ; publicada en 1869 y que completará con una segunda edición (revisada y ampliada en 1892).

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(37): Anticuarios y Epigrafistas // Siglo XIX en adelante

https://centrocil.web.uah.es/Epigrafistas/Introduccion.htm

E.W. EMIL HÜBNER

A.U. Stylow y H. Gimeno Pascual

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(37a): SIC cita antrerior

Entre sus más queridos colaboradores se cuentan Antonio Delgado, Aureliano Fernández Guerra, Eduardo Saavedra, Pascual de Gayangos, Vicente Carderera, Joaquín Costa, Eduardo de Hinojosa, José Ramón Mélida todos ellos en Madrid; Manuel Rodríguez de Berlanga, los Loring o los hermanos Oliver en Málaga; Manuel Gómez Moreno padre e hijo y Manuel de Góngora en Granada; Esteban Paluzie, Buenaventura Hernández Sanahuja, Antonio Elias de Molins en Cataluña; Demetrio de los Ríos y Francisco Mateos Gago en Sevilla; Gabriel Llabrès en Palma de Mallorca; Antonio Chabret en el país valenciano; Federico Baraibar en Álava; Mario Roso de Luna o el Marqués de Monsalud en Extremadura, una nómina que se podría alargar mucho más pero entre la que destaca sin duda Fidel Fita,el cual dedicó gran parte de su obra científica a la edición de inscripciones en el Boletín de la Academia, a partir de las noticias que le enviaban los miembros correspondientes.

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(38): Noticia de las ruinas de Talavera la Vieja

Ignacio Hermosilla y Sandoval, 1796; MADRID

Desde el discurso leído en la Real Academia de la Historia; en 1762

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(39): PONZ; Antonio

Viage de España; Madrid 1784

En su Carta V; narra su periplo desde Guadalupe a Plasencia, pasando unos días en Talavera la Vieja, comentando que existía este ara inscrita, donde se indicaba que el lugar se había llamado Ebura y allí habían nacido los Santos Vicente, Cristeta y Sabiba. Pieza que muchos consideraban falsa.

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(40): INSCRIPTIONVM HISPANIAE LATINORUM

AEMILI VS HÜBNER // MDCCCXCII

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(40a): XXXI. AVGVSTOBRIGA [Talavera la vieja) cf. p. 112. n. «16—937. 939 (v. infra n. 5343). 939—946. 947 (v. n. 5344). In Talavera Ula altera la vieja dicta olini suspicatus sum non raro Eburave Carpetanorum quaerendam esse (quod fecerunt ducti quidam Hispani propter viciniam loci alicuius deserti ta Ursa de Ibar dicti), sed Augustobrigam Vettonum oppidum , ab altera Augustobriga Pelendonum diversum, secutus testimonia veterum de Augustobriga Vettonum, quae composui plena (p. 413), el titulum unum ibi in vicinia,

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(40b): el titulum unum ibi in vicinia, quonam pertinuerint incertum manet- Accessit eis nuper Belvis de Monroy locus, qui silas est ex adverso Talaverae ; et ipse vrsligia oppidi vetusti babet certa prodierunlque inde aliquot tituli (n. 5349 — 51). Pauca adnotanda babui ad n.938 et ad titulum tauri Torralvcnsis (n.947). 5343 ad n. 938. Pars sinislra drmio ap- paruit a. 1 884, est cippus parvus litteris elegantibus saeculi secundi , altis v. I m. 0.40, reliquis vv.

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(40c): In Villar del Pedroso vico, repertum, qui mulieris Auguvtobrigensi est (n. 941). Neque vero potui, in tanta oppidorum dirutorum per Hispanias multitudine, nomen illud certo ei tribuere. Nuper contecturam meam confirmavit talulus ibi repertus (n. 6346); unde iam titulis reliquis, qui inde prodierunt (n. 916 — 940), caput proprium tribuendum est uua cum fragmentis eis, quae Ludovicu» Jimenez nuper inde ret- tulit (n. 5345 — 48). Probabiliter eidem oppido tribuentur tituli duo in Villar det Pedroso reperti (n, 941. 941), etiamsi fortasse vici alicuius sunt ab ipsa Augustobriga diversi, sed cum eadem contributi. De reliquis locis, quorum titulos coniunxi cura Talaverensibus (n. 943 — 947), VAlIR' qr/g/aa IffJtO \A TAO A HA

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(40d): Talavera la vieja, rep. a. 1887 por ta parte de la muralla que mira a Tajo, rari a flor de meto eat Ubula lapidea alta m. 0.40, la Utem 0-40, litteris optimis saeculi primi, altis m. 0-55, gracilibus, aetatis puto Augustae.

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(40e): Eduardus Canneus Valdés, iudex del parlido de Navalmoral de ta Mata, repperil; ecpum a Ludovico Jimenez sumptum misit Aurelianus Guerra

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(40f): GL (GLABER), neque vero celypum, perquam bonum, vestigium a litterae minoris nullum praebet. Latet potius cognomen velut Glaber.

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(40g):

C. Iulius C. f. d GL

senatui populoque

Augustobrigensi

hospes , donum

dat.

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(40h): Ab editore comparatur C. luliut C. f. (JoJ. Tiro Gaetulicus tituli Ebusilani (n. 3661). quem putat hic fortasse indicari.

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(40i): Sed is homo fuit saeculi puto secundi.

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(40j): Neque iungendum est senatui populoque donum dat, ut voluerunt; sed fuit ille hospes senatui populoque Augustobriga donuroque dedit deo alicui non nominato in hoc titulo.

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(41): IV Inscripciones romanas inéditas de Vascos y Valdeverdeja.

FIDEL FITA Boletín de la Real Academia de la Historia 1883, pags 245 y ss.

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(41a): -Valdeverdeja tenía el puente del Conde que cruzaba el río, destruido por los franceses. El cual en 1568 merecia llamar la atencion del rey Don Felipe II, y era descrito en estos terminos:

En un ribero de la parte de medio dia junto a la ribera del rio Tajo está una gran peña alta y muy fuerte, que por su nombre se llama Peñaflor; y en la redonda y circuito de ella ay muchos edificios y antiguallas de cimientos de casas antiguas, y piedras labradas en las quales y algunas de ellas estan unas letras esculpidas que dicen las unas Galeirio Valerio, y otras dicen Julia Felicitat”.

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(41b): “Lastima es que los arqueologos no se hayan fijado mejor en tan copioso venero de antiguedades. El epigrafe de Galerio Valerio Maximiano indicaba tal vez la presencia de un miliario, testigo de la construccion o reparacion del puente entre los años 296 y 305 de la era cristiana; o bien la dedicacion de una estatua al emperador, en cuyo caso, el nombre romano de la localidad habría hecho por ventura dar un paso mas a nuestra Geografia. Del mismo sitio probablemente broto el cipo romano inedito, que trajo a Talavera de la Reina no ha muchos anos el ilustrado académico D. Ramon Depret, despues de haberlo recogido en las inmediaciones de Valdeverdeja. Con el cipo se hallo un mojón terminal en figura de jabali. Ambos objetos fueron cedidos a don Luis Jimenez de la Llave, distinguido anticuario de Talavera, quien los conserva y acaba de mostrarmelos en el jardin de su casa, calle de la Concha, 7. El cipo es de mármol blanco, coronado por un atico triangular y dos cilindros colaterales, donde campean las cifras sacramentales de estilo que expresan la dedicación a los Manes. El monumento, de elegante construccion, mide 39 centimetros de alto por 19 de ancho y 10 de grueso. Lo hizo labrar Aurelio Cosconiano, y lo consagró a la memoria de su difunta hermana Julia Vital, fallecida en la no temprana edad de sesenta y cinco años. Las letras, de forma un tanto prolongada y de carácter marcadisimo, reflejan el del siglo II”.

Pag 245

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(41c): El castillo de Peñaflor y la ciudad de Vascos ofrecen muy claros indicios de haber tenido en la antiguedad poblacion romana. Como Valdeverdeja, Vascos esta comprendida en el distrito de Puente del Arzobispo; pero descuella en la otra ribera del Tajo, sobre el cerro de la confluencia del Juso. El reconocimiento de sus fuertes murallas, casi intactas, en donde habita la soledad, y la luz que sobre la explotacion de sus minas de oro pueden asimismo derramar las cronicas arabes, mayormente al tratar de la epoca de los Almoravides

pags 247/248

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(42): Miguel Méndez-Cabeza

LA MEJOR TIERRA DE CASTILLA (blog)

Excursión al Puente del Conde // 11 enero 2024

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(43): https://extremadurarural.es

El puente del Conde // Turismo Rural

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(44): FIDEL FITA

X EPIGRAFÍA ROMANA Y VISIGÓTICA // BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA 1897

Madrid, 17 de Abril de 1897 .

pags 422 y ss

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(44a): Nava de Ricomalillo .

Hállase este lugar en la provincia de Toledo, partido de Puente del Arzobispo, á mano izquierda del Tajo. Limitan su término los del Belvis de la Jara, Aldeanueva de Barbarroya (...) Rodéanlo altos cerros, entre ellos el de Jaeña con una mina de oro, y lo cruza separándolo del de Buenas Bodas, que cae al Oeste, la vía romana, que trazó el Sr. Coello en este paraje, guiándola desde Toledo al puerto de San Vicente por Alpóbrega en termino de Polán y por Espinoso del Rey, que creyó ser el ISPINUM de Ptolemeo. Cabalmente junto á esta vía, á un cuarto de legua de Ricomalillo y en el llano que denominan de Guerra, me escribe nuestro antiguo correspondiente D. Luís Jiménez de la Llave, haberse hallado, hace años, tina piedra epigráfica que ha desaparecido

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(44b): Belvís de la Jara .

Linda su término al Sur con el de Nava de Ricomalillo, y al Norte con el de las Herencias. A corta distancia hacía el Sudoeste mezcla el Gébalo sus aguas con las del Tajo. En aquellas inmediaciones, como lo ha demostrado el Sr. Coello (4) debió existir el castelluin Ciseli, mencionado por una lápida romana (5320), geográfica también de Caesarobriga (Talavera de la Reina) . Quedan allí vestigios del puente, que directamente enlazaba esta ciudad por una parte con Augustobriga (Talavera la Vieja), y por otra con el puerto de San Vicente

Inscripción del siglo VII.

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(45): VI INSCRIPCIONES ROMANAS DE MÉRIDA Y NAVA DE RICOMALILLO.

Fidel Fita /7 Boletín RAH 1900 // Pags 444 a 446

La Nava de Ricomalillo .

A las dos inscripciones romanas, ya conocidas (2), de esta población, hay que juntar la siguiente :

FESTIVA · LVC

AIOSECI · SER

AN · XX · H · S · E

S · T · T · L

FestivaLucí(i) Aioseci sie(va) an(noritin) XXh(ic) sita) e(st) . S(it) t(ibi)

t(erra) t(evis) .

Festiva sierva de Lucio Ayoseco, de 20 años de edad, aquí yace. Séate la tierra ligera.

Pag 445

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(46): INSCRIPCIONES ROMANAS DE LA CIUDAD Y PARTIDO DE TALAVERA

Fidel Fita / Boletín RAH 1888 /// Pags 248 a 302

FUENTES.

Historia de la antiquisima ciudad y colonia romana, Elbora de la Carpentania, hoy Talavera de la Rexjna. Dividida en tres libros. El primero trata de su antigua fundacion, el segundo describe la planta que hoy tiene; el tercero menciona los santos y varones ilustres que ha tenido. Su autor D. Francisco deSoto, canonigo de la insigne Colegial de dicha villa

Antiguedades de Elvora Carpentana, hoy Talavera de la Rexina por D. Pedro Antonio de Guerra. Para hacer el suplemento de la Historía tenía ánimo de hacer un articulo que dixese Varias inscripciones ineditas; poniendo las que van aqui, y dando razón de donde se hallan y por quien se comunicaron a la Academia. otras tantas además de la lista de Hübner

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6) (H. 896). Perdida. Con la siguiente se saco de las ruinas de las murallas en 1757, y se colocaron en la fuente del jardín de las Reales fabricas. Era de marmol blanco.

D M S

L > ANNIO PLACI

DO QVIR CAESA

ROBR1G AN · XL

preiericulo AEDIL QVAESTO patera

R1 - IIVIRO TER

DOM1T1A ATTIA

MARITO OPTIMO

FECIT

Consagrado a los dioses Manes. A Lucio Annio Placido, de la tribu Qutrina, Cesarobrigenae, de edad de 10 anos, edil, cuestor y tres veces duumviro, marido optimo, lo hizo labrar su esposa Domicia Atcia.

NO DUDA DE QUE SEA CAESAROBRIGA Y PONE CAESAROBRIGENSE

7) (Hübner. 897). Existe empotrada en la pared del patio de la casa (plaza de San Andres, 16), que pertenece a Dona Librada Redonda.

D(is) m(anibus) s(aorum). Domitia Attia Caesarobrigiensis), annor(um xxvit, h ic) s(ita) e(st;'. S(lt) t(ibi) t(erra) l(evis). Annii Tagana et Paulinus flui ffaeiendum) c(uraverunt.).

Pag. 260

Consagrada & los dioses Manes. Domicia Ateta, Cesarobrigense, de 27 años de edad

aqui yace. Seate la tierra ligera. Sus hijos Annio Tagana y Annio Paulino cuidaron de

hacer este monumento.

Pag. 261

No duda y pone Caesarobriga

VER FOTO PAG 261 EN FITA TALAVERA

mio aquí pone caesarobrigense y no duda de que sea Caesarobriga

8) Inédita. Habíala visto el Sr. Monje en 1847 dentro de un patio, en una casa de la calle de Gaspar Duque. Saco a luz el texto, pero tan desfigurado, que Hubner lo condeno por apocrifo.(...)

D(is) M(anibus) s(acrum). Or(aaiue?) Patria Quilina) Cae^arobrigensi?) ex cas(tellc;

Ciseli ann(or:im) lxv. Aml>at() masito) pinqissimc) de suo ; (.-suit).

Consagrado a los dioses Manes. Yace aqui Granio Pateyo, de la trP u Quirina, Cesarobrigense, fallecido a la edad de 65 anos. Ambata puso y costeo este sepulcro eu memoria de su marido piadosisimo.

Pags 263/264

Aquí vuelve a llerse Caesarobrigense, y no es un forastero.

10) (H. 899). Cipo marmoreo, alto 30

dis MAN

SEXTILIAE MARC*L

prefericulo LAE M F CLVNIENSI patera

AN-X/UI-C-VALERIVS

CARICVS · VXORI

A los dioses Manes de Sextilla Marcela, hija de Marco, nacida en Clunia, de 18 años de edad, su marido Cayo Valerio Carico.

11) (IT. 900). Laja de mármol blanco (...)

dis MAN1B

ANTONIVS · SEVERVS

SEGISAMENSIS

ALL'AE MATRI · SEVERAS SORORI

ANTONIO AVONCVLo · VALEKAE VX

SEVERINO F AN XXI

ET SIBI AN · LXXVI1I

HOC MVNIMENTVNl HER

NON SEQVETVR

A los dioses Manes. Antonio Severo, natural de Segisama y de 18 años de edad, hizo

labrar esta sepultura para si, para su madre Alia (1), hermana Severa, tio materno Antonio, esposa Valerla, . hijo Severino fallecido en la edad de 21 anos. Este monumento ha de pasar a los herederos.

10 y 11 vemos que indistintamente se pone el origen, sea o no del lugar

Pone oriundo de Segisama, en el anterior de Clunia

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(47): XI NUEVAS INSCRIPCIONES ROMANAS Y VISIGÓTICAS DE TALAVÁN Y MÉRIDA

Fidel Fita // Boletín RAH 1914

Pags 304 a 313

Talaván: En la provincia de Cáceres, partido judicial de Garrovillas la villa de Talaván, ribereña de la izquierda del Tajo, no se había distinguido hasta el presente, como Talavera de la Reina (Caesarobriga), y Talavera la vieja (Augustobriga), por su nombre romano.

Pag 304

(47a ): trátase de una gran piedra granítica, de granos gruesos, (0,75 m. de altura por 0,37 de ancho). La parte superior forma un arco, debajo del cual hay una hornacina, en la que se destaca en relieve una figura grotesca de aspecto, primitiva de factura y formas cuadradas, que recuerdan las de algunos idolillos ibéricos, y sobre todo á algunos encontrados en Mérida

Pag 305

Munidi Eberobrigae Toudopalandaigae Ammaia Boutea ex [voto pipsuit) Á da diosa) Munis de Eberobriga, Toudopalandaiga. Este exvoto le puso Ammaya Boutea.

Pag 306

La efigie esculpida en el monumento es el de una diosa madre, Terra mater, o simplemente Mater o Matrona, de las que innumerables monumentos epigráficos atestiguan la adoración. Puede compararse con la Venus genitrix, á la cual se erigió una estatua en Cazlona (3.270) y pertenecen las de Libia y Deobrígula, cuyas fotografías publiqué en el tomo LV del BOLETÍN, páginas 5°4 y 5°5. La rudeza de la Talavanera no impide reconocer su significado, previo á la explicación del epígrafe, que nos ofrece el nombre propio de la diosa y sus dos calificativos.

Pag 307

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(48): Otras dos interpretaciones de esta epigrafía las podemos leer en DEA SANCTA MUNDIEBEROBRIGAE

https://www.celtiberia.net/es/conocimientos/?idp=3026

J. Mª Blázquez, Dicc.rel. prerr. Hisp. , 176, habla de una divinidad llamada
Munidi Eberobrigae Toudopalandaigae.
Eberobriga sería el nombre de una ciudad
Toudo vendría del indoeur. *Teut. y
Palandaigae vendría de la ciudad de Palantia.
Habla de 3 aras, una de Talaván, otra de Chaves (Portugal)y otra de Idanha a Vella (Portugal)
Jose d'Encarnaçao, Divinidades indigenas sob o dominio romano em Portugal, pp. 237- 240 describe las 3 inscripciones. El nombre de la diosa sería Munis, y sería una divinidad o numen tutelar como Banda o Arentius, que variaría de epíteto (Eberobrigae, Igaeditana) según la región
La traducción sería "Para Munis de Eberobriga Toudopalandega, Ammaia Boutea puso el exvoto."

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(49): Arturo Álvarez Álvarez, “Guadalupe. En los clásicos y en los viajeros antiguos” - Madrid 2002-

En sus páginas Pags 276 y 277 narra el viaje de Antonio Conca Alcaráz, hasta Guadalupe. Un jesuita nacido en 1746 y muerto en 1793, que peregrinó hasta el santuario extremeño y después regresó a Madrid siguiendo la carretera de La Calzada de Oropesa. Por lo que tomó camino desde el monasterio, hacia Talavera la Vieja; y de allí pasó el Tajo en un barco que salía desde Alija. Lo que indica que en ese punto algunos preferían cruzar en embarcación, quizás debido al mal estado del Puente del Conde.

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(50): Algo parecido narra Ponz, cuando nos hace ver que lo mejor era cruzar el Tajo en Barca. De este modo, para ir desde Talavera la Vieja a Plasencia, no usa el Puente del Conde, siguiendo hacia Navalmoral, llegando luego a la zona placentina. Sino que baja hasta Almaraz y sube a Jaraicejo, para alcanzar Plasencia.

Idem cita (39); Antonio Ponz. VIAGE DE ESPAÑA // CARTA V -pags 85 y 86-
SIC:
22 Inmediatamente que se sale de Talavera, se pasa el Tajo en barca, y se camina una legua cerca de su ribera por tierras de sembradío, entre encinas , y xarales liasta llegar á Alarza, granja de Religiosos

Bernardos. En la otra legua que se camina hasta Belvís, se dexa á la derecha un lugarejo nombrado las Casas de Belvís, y á la izquierda se ve un convento de Franciscos Descalzos en parage eminente arrimado al Tajo.

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(51): Boletín de la Real Academia de la Historia. Tomo 11, Año 1887 | Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

Fidel Fita Colomé, en 1887 describe el referido hallazgo, en su artículo: "Noticias" pags 357-362.

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(51a): Pags 257 y 358

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(51b): Pags 359 y 360

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(51c): Pag 360

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(51d): Pags 360 y 361

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(51e): Pag 362

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(51f): Pag 1

SIC : Vix minus debeo amicis Malrilensihus tribus F. Fideli Fita, Aureliano Guerra, Eduardo Saavedra, qui iam volumen vetus edenti mihi comites fuerunt liberales atque benigni neque continuanti unquam defuerunt. Qui praeterea in vitae Romanae ….

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(52): La inscripción apócrifa de los santos mártires Vicente, Sabina y Cristeta; en Talavera la Vieja (Cáceres); un ejemplo de falsificación epigráfica

CÉSAR PACHECO JIMÉNEZ

UNIVERSIDAD DE MURCIA ÁREA DE HISTORIA ANTIGUA ANTIGÜEDAD Y CRISTIANISMO

MONOGRAFÍAS HISTÓRICAS SOBRE LA ANTIGÜEDAD TARDÍA

Serie dirigida por el Dr. D. Rafael González Fernández XXIX REALIDAD, FICCIÓN Y AUTENTICIDAD EN EL MUNDO ANTIGUO: LA INVESTIGACIÓN ANTE DOCUMENTOS SOSPECHOSOS 2012 (Ed. 2014)

PAGS 159-172

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(52a): SIC

En las actas del Concilio de Elvira, celebrado a principios del siglo IV d.C., justo antes de las persecuciones de Diocleciano figura como obispo de un lugar llamado Elbora un tal Quinciano, representando a su comunidad cristiana en un lugar de la Lusitania. Junto con los epíscopos de Legio (León), Toletum (Toledo), Emerita (Mérida), Caesaraugusta (Zaragoza) y Ossonoba (Faro) eran los únicos representantes de comunidades organizadas de cristianos fuera de la Bética; al menos eso es lo que se deduce de la sanción de las actas.

Tradicionalmente la historiografía ha venido atribuyendo la asignación de Elbora a la ciudad portuguesa de Évora, por la similitud del topónimo, y las evidencias de sus restos romanos, así como su condición de ciudad episcopal. Pero esta fórmula se ha visto de nuevo puesta en tela de juicio tras una revisión del problema; la aportación que hiciera Margarita Vallejo Girvés en 1991 (“Elvora, antiguo nombre de Talavera de la Reina (Toledo)”, Anales Toledanos, vol. XXVIII (1991), pp. 25–32) se ha visto secundada por una corriente de historiadores que consideran con gran peso la posibilidad de que la Elbora mencionada en el concilio iliberritano (c. 302), siendo la misma que

Pag.160

aparece en el ciclo narrativo de las passio de Santa Leocadia y la de los tres hermanos mártires San Vicente, Sabina y Cristeta, asociadas a la figura de Daciano, como gobernador ejecutor de las persecuciones decretadas por Diocleciano y Maximiano en Hispania.

El caso objetivo es que Elbora se recoge por segunda vez en este ciclo hagiográfico como un topónimo situado en el camino entre Toledo y Mérida, por lo que es obvio que el redactor de la passio de Santa Leocadia y los Santos Mártires aludidos identifica una ciudad concreta en ese entorno geográfico que resulta evidente, como lugar de nacimiento de los tres hermanos. Los historiadores de la iglesia hispana han mostrado divergentes teorías acerca del asunto. El Padre Flórez no tiene ninguna duda de identifi car esta Elbora con la urbe portuguesa.

Por su parte el editor bolandista Van Hecke, que se encarga de la edición de la passio dentro de la serie Acta Sanctorum en el siglo XIX, opta por Talavera de la Reina como lugar de nacimiento de Vicente y sus hermanas. Entre otras razones lógicas se aporta el recorrido o itinerario que el propio praesides o gobernador tuvo que hacer desde Zaragoza—Toledo—Elbora—Mérida, lo que sin duda nos remite a la vía romana que unía ambas ciudades en la antigüedad. Las discusiones sobre el particular tienen su origen en el siglo XVI, cuando el racionero y maestro de capilla de la catedral toledana, Bartolomé de Quevedo, saca a la luz una apología sobre el origen talaverano de los santos, la cual se ve inmediatamente contradicha por el erudito y humanista portugués, oriundo de Évora, Andrés de Resende; en un carta dirigida a Quevedo pone de manifiesto las razones de “peso” para abogar por un origen evorense y no talaverano de los hermanos mártires. Por su parte, pronto tuvo contestación por otro docto humanista de origen talaverano, el doctor Bartolomé Frías de Albornoz que escribió una amplia y erudita carta a Resende, donde se exponían los méritos que la ciudad del Tajo tenía para defender su candidatura a patria de los gloriosos mártires.

Aparte de estas diatribas intelectuales que han alimentado esa larga discusión durante cuatro siglos, la confi guración del problema toma hoy un nuevo enfoque y relieve a la luz de otros elementos que entran en juego.

Si en efecto el redactor de la PVSC era conocedor de Elbora como lugar físico y no como entelequia geográfica, y forma parte de un panorama literario conocido como ciclo de Daciano, que incluye varias passio de santos a las que algunos atribuyen un origen común basado

pag 161

en una passio de communi, parece cada vez más evidente que la Talavera la Reina tardoantigua debió de tener tal nombre en la fase bajoimperial y la etapa visigoda. El cambio de Caesarobriga a Elbora está por dilucidar a falta de epigrafía que nos revele más información.

Investigadores modernos se han inclinado a revisar la tradicional teoría a favor de la ciudad toledana; entre ellos destaca uno de los mayores especialistas en la tardoantigüedad hispana como es García Moreno. En varios de sus últimos trabajos en los que ha tenido que enfrentarse al problema mantiene la hipótesis talaverana: “La identificación de la Elbora bajoimperial y visigoda con Talavera de la Reina y no con Évora resulta un hecho difícil de discutir” llega a decir recientemente.

Los estudiosos de la numismática visigoda apoyan también esta teoría de identificar Elbora con la Talavera toledana. Ello implica considerarla como centro de acuñación de monedas en época visigoda. Tras las últimos trabajos, dicen Franco y Vico, “parece que ha quedado demostrado que hay que localizarla en la actual Talavera de la Rein los tipos de sus monedas son similares a los usados en esta última provincia, es más, podemos afi rmar que los bustos reales de las cecas de Elvora y de Toledo son prácticamente idénticos, tanto es así que si la leyenda de ceca ha desaparecido podrían confundirse”.

Pag 162

Eso sí concretada en las figuras de tres hermanos mártires, que puede responder al empeño de la jerarquía católica toledana del momento para combatir el empeño arriano antitrinitario, de una parte, y de otra, establecer una apropiación mediante el discurso hagiográfico de esencia ortodoxa católica, de espacios que habían sido “manchados” por las corrientes priscilianistas. No olvidemos que ya en el concilio I de Toledo (400) se constató la condena de los seguidores y las doctrinas de Prisciliano que había sido ejecutado en Tréveris en el 385. Y no fue por casualidad que se eligiera Toledo precisamente, ciudad y sede episcopal de la provincia Cartaginense, pero situada en la zona más “rural” de la misma, cerca de Ávila, la patria de Prisciliano. Un hecho que sin duda obligó a los herederos cristianos a tener muy presente el poso priscilianista que la Iglesia pretende erradicar. Recuperando el culto martirial en ambas ciudades caracterizado en la citada passio se supone que se contribuía a afianzar la recta doctrina y el dogma católico, expresado en el culto a los santos.

En conclusión, tenemos una comunidad cristiana que evoluciona desde un tiempo de convivencia difícil con la administración romana durante al menos la segunda mitad del siglo III d.C., en el que las relaciones con las grandes comunidades de Mérida o Toledo debieron de marcar el rumbo; el grado de organización e importancia de la urbe bajoimperial de Elbora hizo posible la erección de un obispado con una amplio territorio a su cargo, cuyo representante Quinciano asistió a la cita del Concilio de Elvira. Ignoramos hasta qué punto fueron evidentes las persecuciones de Diocleciano entre el 304 y 305 en el territorio elborense, pero el recuerdo de la memorial martirial de algunos miembros de esa comunidad produjo pasado el tiempo, ya en época visigoda católica, una passio de los Santos Mártires elborenses que vinculan a Talavera con Ávila, en un intento de contener y acabar con posibles desviaciones de tradición priscilianista y arriana.

Los testimonios arqueológicos que en la actualidad tenemos de la cultura paleocristiana en la zona de Talavera tan sólo nos permiten esbozar parte del problema, a espera de conclusiones más definitivas en el campo de la arqueología, la epigrafía o las referencias históricas. Aun así, son suficientemente importantes como para fijar unas bases para el estudio del primitivo culto y organización cristiana en Talavera. Por último, tras el proceso de revisión historiográfico reciente, parece que debemos considerar seriamente la identificación de Elbora con Talavera de la Reina, al margen de que la Évora portuguesa haya tenido su propia evolución histórica asociada al cristianismo primitivo.

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(52b): SIC

TALAVERA LA VIEJA

Es la otra localidad, ubicada en la actual provincia de Cáceres, deshabitada en la década

Pag165

Ese pasado romano reconocido fue motivo para iniciar, como lo habían hecho ya Évora y Talavera de la Reina, una promoción del pueblo como lugar de nacimiento de los famosos y controvertidos mártires. Al hilo de la disputa entre los intelectuales portugueses y castellanos, los de la antigua Talavera también articularon sus propias estrategias para reivindicar la identificación de la Elbora de la passio martirial de Vicente y sus hermanas con su Talavera la Vieja.

Posiblemente habría que explicar la aparición de la inscripción apócrifa en ese contexto, ante el silencio que el debate erudito mantenía sobre esta “tercera vía” para justificar la localización de la Elbora Carpetana. De otro lado, es en el último cuarto del siglo XVI cuando se produce el proceso de recuperación de la memoria martirial en la zona toledana, que como ya hemos visto enfrenta al canónigo Quevedo con el clérigo Resende. Pero además viene a coincidir que a partir de 1599 se produce en Talavera de la Reina un nuevo paso en esa reinvención de los mártires con la dedicación de una nueva ermita en la villa y toda una serie actos y celebraciones que acabarán con el traslado de parte de las reliquias de los santos desde San Pedro de Arlanza, donde supuestamente reposaban desde la Edad Media

Pag 166

Con ese trasfondo es fácil explicar la aparición de la valiosa pieza hagiográfic oepigráfica y su falsificación. El motivo por el que realiza una inscripción apócrifa sin duda tiene que ver con el proceso de autoafirmación de la comunidad local de Talavera la Vieja, y en la progresiva toma de posición de las entidades urbanas en el panorama devocional de la Contrarreforma. Como sucedía en otros lugares de la geografía española, en Talavera la Vieja también se creó todo un universo topográfico asociado al ciclo martirial de los santos por el cual determinados espacios antiguos de la villa venían a justifi car la presencia de los hermanos cristianos. En el siglo XVIII cuando Hermosilla y demás viajeros eruditos visitan el lugar estaba muy arraigada la tradición que mantenía que el edificio denominado la cilla, primitivo templo de construcción romana, y su cripta había servido de cárcel para el sufrido Vicente, argumentando además el pueblo llano que sirvió para encerrar fieras en los tiempos de la persecución contra los cristianos.

Así lo relataba Hermosilla:

Sirve pues de cilla este templo en la forma que está hoy, y creía todo el pueblo con su teniente cura, y aun toda la comarca, que la pieza o sótano que está debaxo del granero, fue la cárcel en que fueron martirizados en tiempo de Decio los santos Vicente, Sabina y Cristeta: que está allí el ecúleo o potro donde los atormentaron: y que la rota bóveda sobre que estaban las gradas (que aun llaman la leonera) era el sitio donde los gentiles tenían encerradas las fi eras para martirizar a los christianos. El manifiesto error de esta última persuasión me hizo sospechar que lo habría igual en quanto a la cárcel y el ecúleo…”

Para fijar aún más la vinculación de la comunidad local de Talavera con los santos se había construido una ermita dedicada los mártires que curiosamente se había levantado en parte con material romano procedente del proceso de spolia propio de lugares con anteriores asentamientos, como bien subrayó Hermosilla. En el siglo XIX debieron de situar junto a la ermita el cementerio del lugar, aunque cuando se hace la descripción del sitio en el Diccionario Geográfico de Madoz ya estaba arruinada y sin techo.

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(52c): SIC

INTRODUCCIÓN

En esta comunicación tratamos el caso de una falsifi cación epigráfi ca, realizada en torno al siglo XVI, en la localidad desaparecida de Talavera la Vieja (Cáceres), la antigua Augustobriga romano-vetona. La supuesta identifi cación de este lugar con la Elbora de la Passio de los Santos Mártires Vicente, Sabina y Cristeta, su ciudad natal, llevó a algún erudito o eclesiástico a crear una falsa reliquia que hiciera irrebatible dicha hipótesis; todo ello en medio de una polémica que duró varios siglos entre los partidarios de asignar a esta Talavera dicho privilegio, y los que preferían identificarla con la Évora de Portugal y los que opinaban que se trataba de Talavera de la Reina (Toledo). Para ello se utilizó un ara de época romana en la que se grabó una inscripción relativa a los santos. La falsa autenticidad de la pieza ya fue puesta de manifiesto por estudiosos como Ponz y Hübner.

Una inscripción, intencionadamente realizada sobre una primitiva ara de cronología romana con caracteres latinos, pretendía certifi car a modo de acta notarial que los Santos Mártires Vicente, Sabina y Cristeta, más conocidos por su vinculación con Ávila donde según las fuentes hagiográficas habían sufrido el martirio, eran oriundos de Talavera la Vieja, que sus valedores no dudaban en identificar con la Aebura antigua o la Ebora o Elbora visigoda. Este proceso no se hubiera dado sin en el campo de juego no hubieran surgido las otras dos candidatas que abogaban igualmente por ese privilegio como la Évora portuguesa y Talavera de la Reina en la provincia de Toledo

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(52d): SIC

LA INSCRIPCIÓN

Desgraciadamente, a pesar de nuestros esfuerzos por localizar en la sacristía de la iglesia parroquial de Bohonal de Ibor, adonde fue a parar la pieza en cuestión una vez que desapareció el pueblo de Talavera la Vieja, y realizadas las averiguaciones pertinentes no hemos podido dar físicamente con ella para poder documentarla y hacer las consiguientes mediciones. Por tanto nuestra descripción se basa en fotografías a las que hemos tenido acceso entre ellas una que nos proporcionó A. González Cordero, profesor de Navalmoral de la Mata y arqueólogo que tuvo ocasión de estudiarla en su momento, a quien agradecemos esta deferencia.

Sobre un ara votiva posiblemente de época altoimperial realizada en mármol se practicó la inscripción que ocupa todo el frontal convirtiéndolo en campo epigráfico, entre las molduras superiores o cornisa y el plinto. El campo epigráfico está formado por ocho líneas distribuidas de arriba abajo con la siguiente leyenda:

pag 167

VINCENTIVS

SABINA ET

CRISTETA

IN Ac CIVITATE

EBURAE NATI

FVERUNT ET

VINCENTIUS INCLVS

IN CARC [ERE PAT.COE(LI)]

pag168

La escritura utilizada imita la capital romana pero con una factura más propia de la época moderna, en la que se hacía su uso en inscripciones sobre piedra fundamentalmente. Mientras que en las primeras líneas el artífice del grabado de las letras ha puesto un cuidado especial en guardar cierta armonía y orden, colocando en el inicio de cada una de ellas una capital más grande, a partir de la 7ª la propia rugosidad del ara, por coincidir con la zona de la base, obligó a plantear un tamaño menor de la letra, así como una menos cuidada elaboración, lo que sin duda acrecienta aún más la defi ciente ejecución epigráfi ca.

El origen de la pieza tan sólo lo conocemos por las referencias que nos dan Hermosilla y Cornide en sus trabajos académicos. El teniente cura de la villa Sebastián Rufo Morgado, al abrir los cimientos de su casa, aseguraba que encontró la preciada reliquia ante el presbítero Francisco Ayuso, y esto ocurrió entre los años 1742 y 1744. Pero según las indagaciones que Cornide nos relata, el propio cura habría sido el artífice de la falsificación enterrándola unos años antes y como acontecimiento de invención y descubrimiento lo hizo público en esos años citados, “en lo que conforma admirablemente con lo que dice el señor Hermosilla en sus expresadas memorias, cuyas observaciones nos da a entender haber visto, y por consiguiente las hace por su parte para demostrar la falsedad de este monumento” dice Cornide.

Después de estar unos años en la casa del cura debió de pasar a la iglesia parroquial donde permaneció hasta la desaparición y desmantelamiento del pueblo con la construcción del pantano. Hay sabrosas descripciones de la pieza por parte de los estudiosos del siglo XVIII que primero la descubrieron y la dieron a conocer. El primero de ellos, Ponz, se refiere en su famoso Viaje de España en estos términos:

Talavera la Vieja (Cáceres) era otra de las localidades que abogaba por ser la patria chica de los Santos Mártires. Entre los motivos de su defensa figura una inscripción, a todas luces falsa, en la que se aseguraba que Vicente y sus hermanas habían nacido en Ebora, identificada con esta Talavera. El texto epigráfico, posiblemente del siglo XVII habría sido grabado sobre la cara frontal de una antigua ara romana, y actualmente se conserva en la parroquia de Bohonal de Ibor. Ponz que la vio ya reparó en su carácter apócrifo:

La siguiente es la más estimada por los del pueblo, considerándola como prueba de que él fue la antigua Elvora o Evura, y patria de los Santos Mártires Vicente, Sabina y Cristeta. Se encuentra hoy en la sacristía de la parroquia de la parroquia (de Talavera la Vieja) y en caracteres bastante buenos está escrito lo siguiente: “VINCENTIUS/ SABINA ET/ CRISTETA / IN (H)AC CIVITATE EBURAE NATI/ FUERUNT ET / VINCENTIUS INCLUS / IN CARCERE PAT. COE(LI)”.

Usted conocerá desde luego la poca opinión que dicha piedra puede hacer. En mi opinión la piedra se labró antes que las letras, aunque imitan a las del buen tiempo; es fragmento de ara de mármol. En la misma línea, otros académicos también viajarán hasta Talavera la Vieja para documentar y constatar sus antigüedades. Ignacio Hermosilla había realizado unos años antes un viaje a tierras extremeñas, y tuvo ocasión de llevar a cabo un completo y exhaustivo estudio, leído en la Academia en 1762, que incluye la pieza que nos ocupa reproduciendo además un grabado o dibujo de la misma, aunque algo desvirtuado. El texto explicativo que introduce Hermosilla

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acompañado de láminas con las inscripciones, desde la óptica académica, está planteado como un análisis interpretativo diacrónico de la pieza:

EL REFERIDO TEXTO DE Noticias de las ruinas de Talavera la Vieja por D. Ignacio de Hermosilla, con la continuación de esta memoria por D. José Cornide Saavedra (1796) LO HEMOS RECOGIDO DIRECTAMENTE DE LA OBRA DE HERMOSILLA EN CITA (54a) . VER NUESTRO ANÁLISIS EN IMÁGENES ANTERIORES.

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SIGUE CÉSAR PACHECO:

La falsedad de la inscripción fue constatada posteriormente por otros autores, entre ellos el propio Hübner que la incluye sin duda entre el grupo de epígrafes falsos. Pero lo que a nivel académico y erudito se tenía como una obra fruto de la inventiva contrarreformista, en la tradición popular de los lugareños y autores locales seguía siendo una de sus más apreciadas señas de identidad.

Pag 170

En todo caso parece que la piedra fue perdiendo valor e interés para los estudiosos de la epigrafía latina antigua al considerarse ya una falsificación constatada; y es sintomático que J. Ramón Mélida cuando escribe su estudio sobre Talavera la Vieja nada dice de la misma, debido a que en el debate científico e historiográfico de principios del siglo XX la versión tradicional de considerar a Talavera la Vieja como la antigua Ebora o Elbora ya había sido desbancada por la aportación que la arqueología había hecho con el descubrimiento de una inscripción donde claramente se identificada Augustobriga con esta Talavera cacereña.

Pag 171

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(52e): En un opúsculo anónimo, posiblemente del siglo XIX, el autor detalla una serie de costumbres del pueblo, y describe asimismo los restos arqueológicos entonces visibles de cierta antigüedad de aquella “Ebura” que ya mencionaba Tito Livio. En la misma línea manifestaba con orgullo las evidencias que relacionaban esta Talavera la Vieja con los santos mártires: Se halla custodiada en la villa el potro en que por tradición dicen sufrieron el tormento los Santos Vicente, Sabina y Cristeta, martirizados en Ávila….se creen que estos tres hermanos son de dicha villa y no de Talavera de la Reyna, pues en una lápida que hay

Pag 170

en la iglesia aunque arrojada dice: Vicenc. Sabin. Crist. hijos de Ebura Carpetana a tres millas del Rio Ybor vivían…” Ignoramos si el cronista se está refiriendo a nuestra inscripción pues como podemos ver en poco coincide con la lectura real, si bien puede ser que en sus cortos conocimientos del latín hubiera hecho una traducción muy libre de la leyenda. Aunque a juzgar por la transcripción que apunta a continuación en el texto de otra segunda inscripción, puede que más se trate de lápidas complementarias que buscan también la legitimidad de Talavera como lugar de nacimiento de los santos.

Pag 171

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(53): Monumentos romanos de la antigua Augustóbriga, hoy Talavera la Vieja, en la provincia de Cáceres / José Ramón Mélida y Alinari // Boletín de la Real Academia de la Historia. Tomo 75, Año 1919

Foto de “la curia”, pag 423. Imagen de La Cilla, pag 421.

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(54): Noticias de las ruinas de Talavera la Vieja por D. Ignacio de Hermosilla, con la continuación de esta memoria por D. José Cornide Saavedra (1796)

https://bibliotecavirtualextremena.blogspot.com/2017/11/noticias-de-las-ruinas-de-talavera-la.html

BIBLIOTECA VIRTUAL EXTREMEÑA. Proyecto altruista privado del Club Universo Extremeño en acceso libre desde 2003,

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(54a): Pags 6 y 7 ; SIC

Reconocí tambien muchas de elegantísimo caracter, nada inferior en proporcion y forma á las del siglo de Augusto: tales son las de la estampa 3.º La de la let. K es un trozo de marmol muy fino de poco mas de dos pies de alto y ancho, que está en una pared del corral de un labrador en la calle real, se percibe labrada en él muy delicádamente una moldura. La de la let. L es tambien marmol muy fino de pie y medio de alto y poco mas de uno de ancho : está fixa en la bodega de la casa del teniente cura, y tiene tambien moldura labrada excelentemente. La de la let. M, que suelta se conserva en poder del mismo teniente cura, es una tabla de marmol de casi dos pies de largo, pie y quarto de ancho, y seis dedos de grueso : permanece bien conservada, toda su moldura esculpida con exquisito gusto, y sus caractéres con

particular elegancia. El propio teniente refiere que la hallo en el muro de la capilla mayor de la parroquia al lado de la epistola, y que él la hizo quitar al tiempo de colocar un retablo. La de la let. N es un sillar de piedra berroqueña de tres pies de alto y uno y tres quartos de ancho: está en las gradas del altar mayor de la ermita arruinada de los mártires, á la entrada de la villa. La de la let. O es una ara sepulcral de marmol muy destruida, de poco mas de un pie de grueso y dos de alto. Tiénela en su poder el mismo teniente cura, que dice la hallo en una pared del corral de su casa , y que la sacó á presencia de don Francisco Ayuso, presbítero ya difunto. Se venera mucho en aquellos pueblos esta piedra, y está reputada como una prueba de que Talavera la vieja es la antigua Ebura ó Elvora; y de que en ella nacieron y padecieron martirio los Santos Vicente, Sabina y Cristeta. No me detendré á exäminar esta opinion, pero me parece justo describir la piedra con toda la prolixidad que la observé.

Es, como dexo dicho, una ara sepulcral que primitivamente estuvo escrita en el lado opuesto al en que está hoy la inscripcion: la antigua que tuvo se advierte picada y borrada de intento; y aunque en el neto donde estaba no se percibe entera diccion ni letra alguna, se echan de ver vestigios de ellas, y mas claramente varios adornos, con especialidad Iðs de la cornisa. En el friso se conocen hechos de intento tres como agujeros, en los sitios donde estas aras suelen tener el D. M. S. ú otras semejantes dedicaciones. Aun se perciben señales de volutas jónicas que la adornaban: las molduras inferiores están del todo destruidas. Este esta do tiene hoy la verdadera y primitiva frente de esta ara, y sus lados se hallan del todo desfigurados.

En la que fue su verdadera espalda, y ahora su frente, está la inscripcion historica del nacimiento y prision de los santos martyres. Los caractéres imitan con bastante arte los de la de L. VIBIO. let. M, sin que haya alguno arruinado ni comido, sin embargo de lo desigual y corroida que está la superficie sobre que se hallan. En las dos ultimas líneas estan muy poco incisas las letras, y van salvando las roturas de la piedra, de suerte que se leen bien. Todos los renglones acaban desigualmente, sujetandose á la linea tortuosa que la ruina ha hecho en la piedra, y aun algu na letra se encogió demasiado por no caer en la rotura: tal es la segunda I de Vincentius en el penultimo renglon. De que se infiere con harta seguridad, que se puso esta inscripcion sagrada despues de haber el tiempo o el autor piadoso destruido la profana. Los doctos serán jueces del lenguage, estilo y demas calidades de la moderna.

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(55): Ciudades Romanas de Hispania II Cities of Roman Hispania II

Trinidad Nogales Basarrate: MÉRIDA Museo Nacional de Arte Romano, 2022

EMILIO GAMO PAZOS, JUAN JOSÉ GORDÓN BAEZA, JOSÉ MARÍA MURCIANO

CALLES, RAFAEL SABIO GONZÁLEZ, ÁNGEL VILLA GONZÁLEZ.

Augustobriga // Pag.417 y ss

Una escueta mención final merecen las áreas funerarias de Augustobriga. Se han identificado un total de tres necrópolis, todas ellas próximas a los primitivos accesos a la urbe, como suele ser habitual en el mundo romano: la primera se emplazaría junto a la puerta sur, la segunda al este de la ciudad, próxima a la Ermita de los Santos Mártires y otra más al oeste de la ciudad. A este último ámbito si bien a una cota inferior, en un punto permanentemente sumergido bajo las aguas del embalse, se han querido identificar a partir del testimonio aportado por las Relaciones Topográficas de Felipe II dos posibles torres funerarias que llegarían a alcanzar los 2 m de altura.

Pag. 424

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(56): Las necrópolis de Talavera la Vieja 1

Antonio González Cordero

chrome-extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/https://chdetrujillo.com/las-necropolis-de-talavera-la-vieja/?pdf=11905

https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8929981

SIC

(56a): Las peculiares circunstancias de Talavera la Vieja, la antigua Augvstobriga romana, sumergida desde hace ya casi sesenta años, han impedido una investigación a fondo del yacimiento, aunque gracias a los ocasionales descensos del nivel del agua del pantano de Valdecañas, y a los potentes arrastres hacia el interior de la cuenca de grandes volúmenes de lodo, numerosas estructuras y monumentos que permanecían enterrados, han vuelto a ver la luz, facilitando con ello su estudio. Entre los lugares que aún no se conocían, estaban las necrópolis, donde se han identificado un número importante de enterramientos, a través de los cuales, hemos podido conocer la variabilidad de sus prácticas funerarias, siendo las sepulturas rectangulares con cubiertas de tejadillo a doble vertiente, las cistas cuadrangulares y los mausoleos de planta rectangular, los más destacados ejemplos.

También hemos podido atestiguar la celebración de banquetes funerarios, tanto por la presencia de restos de comida en el exterior de las tumbas, como de tubos de libación, ambos probablemente sirvieron de elementos de señalización del sepulcro, junto a los numerosos epígrafes y otros tipos de elementos objeto de estudio en el presente trabajo.

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(56b): 2. LA NECRÓPOLIS DE LOS MÁRTIRES.

La primera de las necrópolis y más importante por el número y tipo de sepulcros descubiertos, es la que se encuentra en el solar de la ermita de los Santos Mártires Fabián y Sebastián. Su ubicación, extramuros de la Augustobriga romana, coincide con el lugar donde finalizaba el decumano máximo de la ciudad y comenzaba el camino hacia los baños de la Cuadra, muy cerca de la confluencia del río Alija en el Tajo. La huella de esta arteria debió de permanecer tras el abandono de la población, pese a la ruina que minaría los edificios levantados por los romanos, pues a finales del s. XV, y cuando se repuebla con el nombre de Talavera la Vieja, su trazado es respetado, convirtiéndose en la principal arteria de la localidad con el nombre de calle Real. Este eje, tanto en el presente como en el pasado, serviría para vertebrar los barrios de la ciudad, articulados por medio de una gran parrilla, cuyas calles se corresponden igualmente con la parcelación de cada manzana dispuesta por los agrimensores romanos.

Pag 3

Puede ser una coincidencia, pero este punto fue considerado, asimismo, el límite urbano de la moderna Talavera la Vieja, erigiendo frente a la ermita, en el chaflán de un corral, y entre los caminos de la barca de Alija y el carril de la Palomera, un crucero adornado con una columna de mármol blanco rosáceo, originaria probablemente de las canteras de Borba-Estremoz, permaneciendo allí junto al pedestal que los sustentaba, hasta los años ochenta, cuando la ciudad se convirtió en una improvisada cantera, mientras que los torsos de los verracos y otras piezas singulares, permanecen sumergidas cerca de la pasadera del arroyo de la Ruiza, el cual circunvalaba por el oeste la colina donde se levanta la ermita, delimitando tal y como hemos dicho el área de los enterramientos.

Pag 5

(56c): Hoy las ruinas de la ermita apenas sugieren lo que fue, pero siglos atrás, tanto el edificio, como los solares anexos, fueron objeto de atención por quienes visitaron “Talaverilla”, atraídos, no por la construcción en sí del edificio, de una arquitectura bastante modesta, típica de las arquitecturas góticas rurales, sino por la reiterada presencia de epígrafes latinos en los alrededores

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(56d): De sus avatares dan cuenta varios documentos. El más antiguo data de 1571, aproximadamente 80 años después de la reocupación y refundación de esta población, y trata de una carta que el humanista toledano Alvar Gómez de Castro remite al Obispo de Plasencia D. Pedro Ponce de León. En dicho documento habla de una lápida escrita en latín que se hallaba en el interior de la ermita, distinta de la que se menciona unos años más tarde en las Relaciones Topográficas de Felipe II y a su vez diferente de aquella otra a la que se alude en un manuscrito del P. Román de la Higuera. En suma, una crecida colecta de epígrafes, muchos de los cuales aparecen en los estudios dedicados al lapidario de este

municipio.

Pag 5

La ermita y sus epígrafes constituyen por tanto uno de los principales alicientes para viajeros y curiosos que recalan en Talavera la Vieja, de ahí, que sin sospechar aun lo que albergaba éste enclave, le dediquen bastantes párrafos, a través de los cuales se puede seguir la historia del edificio y comprender incluso el porqué de su advocación. En este sentido,

tenemos la suerte de contar con las descripciones de Hermosilla y Córnide, las más importantes sobre las antigüedades que albergaba la población. La primera, es una larga crónica con algunas conjeturas sobre la ubicación de las principales estructuras de la ciudad romana, la segunda, sin embargo, profundiza en unos supuestos orígenes de la villa y su nombre, sin obviar la importancia de las ruinas y reparar en algunos detalles que el anterior académico pasó por alto.

Pag 6

Acerca de la ermita en cuestión, la crónica de Hermosilla, por ejemplo, no hace sino certificar el estado de ruina y abandono en el que se encuentra, es decir, cuando habían transcurridos tres siglos aproximadamente de lo que debió de ser la fecha de su construcción, y dos siglos posteriores a la visita de Alvar Gómez. En el texto, se alude a su estado de la siguiente manera:

«Cerca de la villa empieza á verse por todas partes una infinidad de sillares de piedra berroqueña (de que abunda muchísimo todo el país), los mas de quatro pies de largo, tres de ancho y dos de alto, algunos mayores, algunos con molduras y cornisas, y otros lisos. La puerta y ésquinas de una ermita arruinada, que llaman de los mártires, á la entrada del pueblo, está hecha de estos sillares unidos muy rústicamente al resto del edificio, que es de ladrillo y barro; y aunque ya sin tejado ni techo, conserva quatro arcos góticos de muy mala construccion que lo sostenían. Delante de esta ermita hay un trozo de columna de un pie de diametro y seis de alto, de marmol blanquísimo y de grano tan fino como el de Carrara, con una cruz de hierro«.

La descripción se completa con la noticia de varios epígrafes, algunos conocidos, otros inéditos y el hallazgo de sendos fragmentos de esculturas zoomorfas conocidas popularmente como verracos. Es posible que estas figuras pudieran

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haber sido incorporadas a alguna tumba o monumento sepulcral de la necrópolis en época romana, costumbre nada inhabitual por otra parte, como parece deducirse de los casos en que presentan sobre sus costados epígrafes funerarios, siendo un ejemplo cercano el de la localidad de Villar del Pedroso.

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(56e): En ese estado de decadencia se presentará también a otros ilustres visitantes de la localidad que antecedieron a los académicos antes mencionados, entre ellos Antonio Ponz, al propio Ambrosio de Morales, que no consigna, al menos que conozcamos, ninguna noticia sobre el particular, además de las respuestas a la encuesta enviada por el Cardenal Lorenzana a las cuales los Vicarios y Curas Párrocos de la época debían de responder.

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Más de medio siglo después, cuando se redacta el Diccionario Histórico-Geográfico de Pascual Madoz, se constata ya el empleo del solar de la ermita como el nuevo cementerio de Talavera la Vieja

«…y en las afueras el cementerio construido en una ermita destechada, titulada los Mártires”, interesante circunstancia que se mantiene desde 1870 hasta 1908, fecha en la que con motivo de una inspección, se decreta el traslado del camposanto a una nueva ubicación. El documento alusivo a dicho traslado, fue salvado junto a otros, por el secretario del ayuntamiento D. Julio Brasero Arroyo, cuando se produjo éxodo de sus habitantes. Es en extremo interesante, pues en las alegaciones para su clausura, se dice que el cementerio no reúne las condiciones para los fines a los cuales estuvo destinado, no pudiéndose efectuar a la profundidad debida las inhumaciones por las malas condiciones del terreno, además, dándose el caso de por su poca extensión, al hacer las aperturas de las fosas, se da con restos de cadáveres, algunos de ellos recientes, ofendiéndose los sentimientos de estos habitantes, que ven así maltratados los restos de sus antepasados.

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Es lamentable que, en este lugar concreto, es decir, el de la necrópolis, nunca se haya realizado una excavación arqueológica, pese a que todos los indicios apuntaban a que aquí se hallaba una de las áreas de enterramientos más destacadas de la ciudad. La única campaña que en este sentido se puso en marcha fue a la par que se ultimaba el abandono de Talavera la Vieja, es decir hace más de cincuenta años, cuando el equipo de García Bellido

planteó algunos cortes en distintas áreas dentro del casco urbano. Las razones por las cuales no se interviene, por ejemplo, la zona de la ermita y en otros lugares señalados, son varias, pero la más poderosa obedece a los dictados políticos del régimen imperante, según la cual no convenía obtener mayores conocimientos de una ciudad que iba a quedar sumergida, por tanto, todo lo que se hizo, y en contra de la opinión de los arqueólogos que intervinieron, simplemente pretendía cubrir las apariencias.

Pag 9

Las quince tumbas documentadas hasta ahora, se hallan en una cota cercana a la línea de mínimo descenso del nivel del agua, que es lo mismo que decir, en el punto donde el embate y el ataque erosivo cobra una mayor virulencia, de tal forma, que cada una de las unidades sepulcrales detectadas, parecen acomodarse al óvalo que describe el cerro sobre el que se asienta la necrópolis y en el punto donde cambia con mayor rapidez el grado de buzamiento de la pendiente, aunque esta percepción se debe probablemente a la desigual intensidad con la que se ha ido decapando la zona. La orientación de las tumbas es diversa y aunque predomina la componente Este a Oeste con la cabeza del inhumado supuestamente colocada hacia este último punto cardinal, hay al menos dos sepulcros con orientación Norte-Sur.

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Entre las tumbas que se han podido documentar, una se hallaba aparentemente intacta, de seis podemos ofrecer una descripción parcial, pues casi todas han visto degradadas alguna de sus partes, de cuatro podemos intuir su existencia gracias a la presencia de tubos de libación visibles a ras de suelo y de otras podemos inferir su presencia merced a las

diferentes evidencias conservadas. Predominan las tumbas de tejadillo a dos aguas, hoyos excavados en el suelo entibados con paredes de ladrillo y cubiertas planas, dos estructuras cuadrangulares delimitadas por piezas latericias que suponemos sirvieron de postrer depósito de una incineración, y, por último, un sepulcro que debió de tener el aspecto de un mausoleo, del que sólo permanece la cimentación de cantos rodados que correspondía al basamento.

Pag 10

(56f): La obliteración de la necrópolis romana diez siglos después por un edificio cristiano, obedece seguramente a una costumbre que cambió la topografía funeraria de las ciudades romanas y que tiene su origen en la expansión del cristianismo, según la cual los cementerios, ya sea intramuros o extramuros se asociarán a basílicas cristianas, a martyiria o a lugares donde se evoca la memoria de un mártir. El hallazgo en este lugar de lápidas escritas en latín, algunas con sonoros nombres cristianos o asociados a esta religión por los colonos que repueblan este lugar a finales de la Edad Media, les indujo probablemente a creer que se hallaban ante uno de esos espacios, por lo que los nuevos moradores deciden edificar una ermita consagrada a los santos Fabián y Sebastián (mártires de mediados del s. III y principios del s. IV respectivamente). San Sebastián especialmente, no falta en los altares de los pueblos extremeños, por ser entre otras cosas el patrón protector de las cosechas y defensor contra

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plagas y enfermedades, siendo mimetizada y/o sincretizada su celebración con otras fiestas de abolengo pagano.

Más adelante asistiremos a una falsificación sobre un ara romana que pretendía adjudicar a otros santos mártires como Vicente, Sabina y Cristeta a esta localidad, bautizando de paso con el nombre de la Ebura carpetana a la misma, de modo que la tradición martirial en Talavera la Vieja parece que tiene un acendrado origen, que no sabemos si tiene que ver con el descubrimiento del cementerio romano en cuestión y sus epígrafes.

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(57): SIC de la página referida

PARROQUIA SANTOS MÁRTIRES DE TALAVERA DE LA REINA

https://santosmartirestalavera.blogspot.com/p/la-parroquia-historia.html

HISTORIA DE LA PARROQUIA

La información publicada en esta página del blog pertenece al libro: "Piedras Viajeras, Historia de los Santos Mártires" Escrita por Don Juan Martín-Maestro.

(Les recomiendo que vean todo hasta el final, las fotos son pura añoranza)

Esta Parroquia - en su estructura material - procede del traslado del templo de la Parroquia de Talavera la Vieja desaparecido a causa de la construcción del Embalse de Valdecañas llevado a cabo por Hidroeléctrica Española, con cuya subvención dieron comienzos los trabajos de acarreo de materiales y reconstrucción de la Iglesia.

Estamos ante una foto histórica –strictu sensu- En la reconstrucción posterior de la Iglesia en Talavera se prescinde del bellísimo ábside que formaba la cabeza del templo. Probablemente se privó al templo de esta pieza magnífica debido a la complejidad del casado de las piezas con sus respectivos nervios. En la andamiada apreciamos los preparativos para el derribo del arco toral.

Se empezó el traslado de materiales en el año 1962 y en Agosto de este mismo año el Sr. Obispo Auxiliar de Toledo D. Anastasio Granados García colocó la Primera Piedra, Regentaba la Diócesis el Cardenal. PLA Y DENIEL, gobernando el Ayuntamiento de Talavera el Alcalde D. Justiniano Luengo.

El templo se construyó con la intención no de que fuera Parroquia sino filial de la Parroquia de Santiago, por esta razón interviene en la colación de la primera piedra el Párroco de Santiago D. Fidel López Lorenzo.

Pasados pocos años y debido al crecimiento de la Ciudad ya nadie piensa en que el templo sea Iglesia filial, sino Parroquia propia e independiente.

Su construcción fue muy dilata ya que se prolongaría hasta el año 1976 interviniendo en estos quehaceres de levantar el templo, D. Fidel López Lorenzo, el sucesor en la Parroquia de Santiago D. Eladio López Iglesias. En el año 1973 el Sr. Cardenal D. Vicente Enrique Tarancón comisiona al sacerdote D. Pablo Gil Utrilla quien tras breve estancia y motivos de salud abandona el cometido. En Octubre de 1974, el Cardenal D. Marcelo González, destinaba a don Juan Martín-Maestro quien sería el encargado de llevar a cabo la obra.

El día 6 de Noviembre de 1976, aunque en precario, era abierta al culto, con la inauguración del nuevo Templo Parroquial. La ceremonia (Santa Misa) fue presidida por D. Nicolás Fernandez-Marcote, Arcipreste de Talavera.

La Parroquia se dedicaba a los Santos Mártires Talaveranos, VICENTE, SABINA Y CRISTETA, por voluntad del Sr. Obispo Auxiliar de Toledo D. Anastasio Granados, al fin y al cabo, suya fue la idea de acometer el traslado de la iglesia y suya también la idea de nombrar como titulares a los Santos Mártires pues antes, en su primitivo emplazamiento esta iglesia estaba dedicada a S. Agustín. De esta manera D. Anastasio tan vinculado a estas tierras quiso rendir homenaje a Talavera y evocar la memoria de los Santos Mártires.

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(58): LA DOCUMENTACIÓN INÉDITA DE LAS EXCAVACIONES DE A. GARCÍA Y BELLIDO EN AUGUSTOBRIGA (TALAVERA LA VIEJA, CÁCERES)

Carlos J. Morán Sánchez

RESUMEN

En 1958 y 1959 Antonio García y Bellido dirige dos campañas de excavación en Talavera la Vieja

(58a): El hallazgo casual, a finales del siglo XIX, de un epígrafe dedicado al Senatus populusque augustobrigense (Fita 1887), vendrá a confirmar que la población es la Augustobriga de origen vetón citada por las fuentes (Salas 1985). La institución que se menciona en la inscripción, el senado, sugiere, por otra parte, que la población habría alcanzado el estatus de municipium.

Pag. 3

(58b): La carpeta que contiene la documentación relativa a las excavaciones arqueológicas, realizadas entre 1958 y 1959, presenta varios tipos de documentos: correspondencia personal, diarios de excavación, fotografías, fichas epigráficas y calcos numismáticos. También se pueden encontrar numerosas notas, dibujos y planos realizados por el profesor García y Bellido durante los años que duraron las campañas arqueológicas.

Pag 4

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(59): Hispania Epigraphica 2016-2017 (HEp 2016-2017) Archivo Epigráfico de Hispania

Isabel Velázquez Soriano y María del Rosario Hernando Sobrino (eds.) // MADRID 2023 COMPLUTENSE

205. H. GIMENO PASCUAL, 2016, 163-167, nº 2, figs. 4-8 (fotografía y dibujo); AE 2016, 707 (CIL II 5348; CPILC 481; HEpOL 24999). Posible placa de mármol blanco rota en todo su contorno. Medidas: (27) x (32) x 5. Letras:

8,5; capital cuadrada de buena factura. Interpunción: triángulo. Estudiada por Hübner a partir de un calco enviado por Fita, fue vista y estudiada de nuevo por García Bellido en marzo de 1957 en casa de doña Agustina Arroyo, donde se encontraba en la jamba de la puerta. Aunque fue trasladada al Ayuntamiento, hoy día su paradero es desconocido. Se proponen dos restituciones:

a)

- - - - - - / [aed(ilis) · du]ovir [pontifex mun(icipum) / mun(icipii)] Flav(i)

[Augustobrig(ensis) /3d(e) s(ua) p(ecunia)] d(edit) · [d(edicavit)]

b)

[- - -] Quir(ina) [- - - IIvir? / mun(icipum) mun(icipii)] Flav(i)

[Augustobrig(ensis) - - - /3d(e) s(ua) p(ecunia)] d(ono) · [d(edit)]

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En la lín. 1 de a) llamaría la atención la restitución [du]ovir dado que lo más frecuente es encontrar este término expresado con numerales, pero hay ejemplos que avalan la restitución (CIL II2/14, 1120; IRC IV 72). En la lín. 2 la presencia del epíteto Flavium sugiere que en esta línea se puede restituir el nombre completo del municipio de Augustobriga. En la lín. 3 aparece un trazo que se ha interpretado como un D y que formaría parte de la fórmula final que, debido a la esmerada ordinatio, seguramente ocupó la última línea de la placa. La lectura propuesta en b) se deriva de la aceptación de que la primera letra visible no se trate de una O, sino de una Q, de modo que habría que restituir Quir[ina] en lugar de [du]ovir. En este caso, lo esperable es que en esta lín. 1 hubiese aparecido el nombre completo del individuo, su filiación y algún cargo civil o religioso por él desempeñado. Independientemente de la lectura que se escoja, se trata de un fragmento de placa que refleja un acto evergético, como la erección de una estatua en honor del individuo mencionado en la inscripción.

Pag 123

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(60): HIPANIA EPIGRÁPHICA On line Database

BOHONAL DE IBOR – TALAVERA LA VIEJA

No. de registro. 24999 Placa - Indeterminada

Fragmento inscrito indeterminado Nº 24999

Encontrado en Bohonal de Ibor -Talavera la Vieja, Cáceres, Extremadura, España

En casa de Agustina Arroyo

Almacenado en: Perdida

Entregada en marzo de 1957 al Ayuntamiento de Talavera la Vieja

Inscripción

- - - - - - / [- - -]OVIR[- - - / - - -] Flav[-- - / - - -]++ ·

Descripción

Placa rota por todos sus lados, de la que se conservanparcialmente tres renglones, con 9 letras

Biblio: FITA COLOMÉ, F., 1887: “Noticias - Lápidas romanasinéditas”, Boletín de la Real Academia de la Historia 11:357–363 y CIL II 5348, a partir (...)

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(61): Aportaciones a la epigrafia de Augustobriga (Talavera la Vieja, Cáceres)

Helena Gimeno Pascual

Nuevas interpretaciones del Mundo Antiguo: papers in honor of professor José Luis Melena on the ocassion of his retirement / coord. por Elena Redondo Moyano, María José García Soler; José Luis Melena Jiménez (hom.), 2016

págs. 155-171 SIC:

Se publican aqui dos fragmentos ineditos de dos inscripciones de la Augustobriga vetona que fueron descritos y dibujados por D. Antonio Garcia Bellido en la decada de los anos 50 del siglo pasado. Asimismo se da a conocer su propuesta de lectura de CIL II 5348.

Hübner en CIL II incluyó las inscripciones de Talavera la Vieja en el ager de Caesarobriga (Talavera de la Reina; capitulo XXX, p. 109). Pero en el Supplementum (p. 881) ya constituyo con Augustobriga un capítulo con entidad independiente, el XXXI, en el que a los nn. 926-947 del primer volumen añadía varios nuevos editados por Fita (1887, 361), casi todos a partir de calcos que le había proporcionado Jiménez de la Llave (CIL II 5345-5350), de los cuales el mismo recibió algunos. Uno era la parte izquierda de una inscripción ya publicada (CIL II 938 + 5343) y otra le llego a través de un informe de A. Delgado (CIL II 947 + 5344). Incluía en su territorio las de Villar del Pedroso y Belvis de Monroy. A partir de este nuevo lote de inscripciones ya no le quedaba ninguna duda de que sus sospechas iniciales se confirmaban (cf. CIL II p. 112): Talavera la Vieja era el sitio de la Augustobriga vetona (CIL II Suppl. p. 881).

Tras la edición del corpus Augustobrigensis por Hübner, el esfuerzo mas importante por ponerlo al día ha sido el de A. Gonzalez Cordero, el cual, en su ≪Catalogo de las inscripciones romanas del Campo Arañuelo, La Jara y los Ibores≫ (Gonzalez Cordero 2000) publica un total de cincuenta y ocho, de las que dieciocho corresponden al oppidum de Talavera la Vieja; el resto se distribuyen entre los municipios de Navalmoral de la Mata, Millanes, Belvis de Monroy, Peraleda de San Roman, Garvin, Valdelacasa de Tajo y Villar del Pedroso, todos incluidos en el territorio que debió de formar parte del ager Augustobrigensis.

Pag 155 y 156

En el año 2001, gracias a la generosidad de Dona Maria Paz Garcia Bellido, ingresaron en el Centro CIL II de la Universidad de Alcala unas schedae epigraphicae de la ciudad romana de Augustobriga. Estos documentos fueron elaborados por su padre durante sus excavaciones (Moran, e.p.) en el yacimiento con anterioridad a que fuera cubierto por las aguas. Su celo por recopilar los materiales ha permitido la salvaguarda de dos inscripciones que han permanecido ineditas y que sacamos ahora a la luz. Además ofrecemos la propuesta de lectura de Garcia Bellido de una tercera ya incluida por Hubner en el corpus.

Pag 156

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(61a): 2. UNA INSCRIPCION REVISADA (CIL II 5348)

Hübner (fig. 5) edito este fragmento a partir de un calco de Jimenez de la Llave que le envio Fita (fig. 6) despues de que este (cf. Fita 1887, 361) publicara únicamente (fig. 7) las letras que el veia en el calco sin ningun otro dato. Hübner, sin intentar establecer una lectura, propuso entender en las lineas 1 y 2 [Cl]outii y Flav[i] en el comentario a la inscripcion indicando que aparentaban ser nombres.

Pags 163/164

Bellido anoto que la vio a 14 de marzo de 1957 en casa de D.a Agustina Arroyo, a la entrada, bajo la jamba de la puerta. Solicito que la sacaran y la llevasen a las excavaciones. Segun consta en su ficha, paso al Ayuntamiento el mismo dia. Lamentablemente no se conoce el paradero actual de esta inscripcion.

El texto que transmite G. Bellido es como sigue:

[- - -]OVIR [- - -]

[- - -] FLAV [- - -]

[- - -] P [- - -]

Pag 165

(61b): Sin embargo, dicho termino no vendría mal con los elementos de las líneas siguientes: en la segunda FLAV que convendria al epiteto Flav[ium] o quizá abreviado Flav(ium) precedido de mun(icipium) y seguido del nombre del mismo que en este caso sería Augustobrig(ensis). Esta restitucion también se compadece con los restos de la última línea donde se ve la parte superior de una letra con una panza superior seguida de interpuncion -quizá una D de menor tamano o una P, menos probable es una B a no ser que las letras de la ultima línea hubiesen sido mas altas-, que formara parte de alguna formula como d(e) s(uo) p(osuit), d(e) s(ua) p(ecunia) d(edit), d(onum d(edit), d(edit) d(edicavit) o cualquier otra de las combinaciones posibles de esta formula. Considerando la buena calidad de ejecucion de las letras y la esmerada ordinatio es bastante probable que la clausula, más o menos extensa, hubiera ocupado por si sola la última línea de la placa.

Asi prefeririamos un esquema de un tipo similar al siguiente:

[nomen dei/deae]

[praenomen nomen -. f. tribu? cognomen]

[aed. du]ovir [pontifex mun(icipum)] [mun(icipii)] Flav(i) [Augustobrig(ensis)]

[d(e) s(ua) p(ecunia)] d(edit) [d(edicavit)]

Sin embargo no hay que descartar que la primera letra hubiera sido una Q que hubiera perdido la cola por el desgaste del marmol. Entonces en vez de [du] ovir restituiriamos Quir[ina], la tribus a la que, como hemos dicho, parecen haber estado adscritos los ciudadanos de Augustobriga (...) tras el edicto de latinidad.

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Quiza en la tercera detras de Flav(ium) un acusativo indicaria el objeto de la donacion. Asi resultaria un esquema similar al siguiente:

[praenomen, nomen -. f(ilius)] Quir(ina) [cognomen IIvir?]

[m(unicipum) mun(icipii)] Flav(i) [Augustobrig(ensis) - - - -m/-s]

[d(e) s(ua) p(ecunia)] d(ono) [d(edit)]

(61c): En ambos casos estaríamos ante un fragmento de una placa que parece pertenecer a algún edificio público y que deja constancia de un acto evergetico de un miembro de la elite de Augustobriga que ocupo alguna magistratura civil y quiza tambien ejercio algun cargo religioso. No hay que descartar tampoco que la placa hubiera revestido un pedestal de mampostería que sostuviese una estatua bien erigida por el personaje mencionado en la primera linea, bien dedicada a el por los decuriones del municipio o por los municipes del municipio.

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(62): Idem (51) ver

Boletín de la Real Academia de la Historia. Tomo 11, Año 1887 | Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes // Fidel Fita Colomé, describe distintos hallazgos, en su artículo: "Noticias" pags 361 y 362.

Con las siguientes palabras, SIC:

"D. Luís Jiménez de la Llave, que presento en su nombre, y remitiré (si place á la Academia) al Dr. Hübner para la segunda edición del vol. II del Corpus inscriptionum latinarum. Debo asimismo al Sr. Jiménez calcos de cuatro fragmentos lapidarios; tres de los cuales son inéditos, y el último rectifica la leyenda de la inscripción 938 publicada por Hübner".

Tras ello, en imágen segunda podemos ver la "transformación" que se pretende hacer de la inscripción, para que leamos en ella: FL – AV .

En vez de observar "FLAV" ; que es lo que pone.

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(63): Hispania Epigraphica 2016-2017 (HEp 2016-2017)

Archivo Epigráfico de Hispania

Isabel Velázquez Soriano y María del Rosario Hernando Sobrino (eds.)

MADRID 2023 COMPLUTENSE

34. J. EDMONDSON – J. M. MURCIANO CALLES, 2012-2013, 163-165, nº 22, fig. 13 (fotografía); AE 2017, 620 (HEp 13, 2003/04, 169; HepoL 24478).

(63a): Nueva edición de este fragmento central de una estela o placa de mármol blanco (Estremoz) con el campo epigráfico moldurado, que ha perdido por la rotura sus partes superior e inferior. La cara izquierda está bien pulida, así como su cara posterior, lo que sugeriría que el monumento era visible por todos sus lados y no estuvo fijado o empotrado en una pared. Medidas: (28) x 18 x 3,3-2,8. Letras: 4,3-1,7; capital cuadrada de buena factura y una cierta elegancia, sobre todo en lín. 5-6; en lín. 6 nexo sobre levado IT y V minuta. Interpunción:?. Se descubrió en la escombrera cerca de Tejar del Río en Mérida. Se conserva en el almacén del Museo Nacional de Arte Romano, inv. nº 17635.

(63b): - - - - - - / Augustob(rigensi) / Hispano /-C(aius) Iulius / Nectar(eus?) · /

lib(ertus) · /-posut

Se trata del epitafio (o, menos probablemente, de una inscripción honorífica) de un inmigrante de la ciudad lusitana de Augustobriga (Talavera la Vieja, Cáceres). La identificación por su étnico –Augustob(rigensi)– y por su origen regional –Hispano– es rara, pero no carece de paralelos (RIB 159 = ILS 2517). El cognomen griego del liberto, NECTAR carece de paralelos en todo el Imperio Romano, por eso, se propone restituirlo como Nectar(eus?) o Nectar(ius?), cognomen conocido, por ejemplo, por C. Iulius Nectareus de Roma (CIL VI 38484a), aunque sin gran difusión en el mundo romano. Por la paleografía se podría datar en la segunda mitad del siglo I d. C.

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(64): Anas 25-26 (2012/2013) pp. 133-171 ISSN:1130-1929

LAS ESTELAS FUNERARIAS MARMÓREAS DE AUGUSTA EMERITA: NOVEDADES, REVISIONES Y APUNTES TIPOLÓGICOS, TÉCNICOS E ICONOGRÁFICOS

JONATHAN EDMONDSON / JOSÉ MARÍA MURCIANO CALLES

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Se presentan en el artículo nuevas estelas marmóreas de la Colonia Augusta Emerita, y, sumándolas a las ya conocidas, se reelabora el catálogo tipológico-formal de las mismas. Se añaden, además, las necesarias precisiones técnicas relativas a su creación, función y ubicación en las áreas funerarias emeritenses

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(64a): 22. Fragmento de una posible estela erigida para conmemorar a un inmigrante de Augustobriga (Figura 13)

Fragmento central de una estela o placa de mármol blanco de tipo del Anticlinal de Estremoz con su epitafio enmarcado por una moldura sencilla de 1,3 cm de anchura a sus dos lados. Faltan por causa de una rotura sus partes superior e inferior, lo que nos impide establecer su tipología precisa.

(64b): Su cara derecha ha sufrido daños, impidiéndonos conocer su forma original. Su cara izquierda está bien pulida así como su cara posterior, lo que sugeriría que el monumento era visible por todos sus lados y no estuvo fijado o empotrado en una pared. Este es un factor a favor de su posible iden tificación tipológica como estela en lugar de placa. La cara posterior, además, conserva unos ligeros resaltes longitudinales que deben ser las huellas del paso del cepillo, con un ancho uniforme de unos 9 cm.

El fragmento mide un máximo de (28) cm de altura en su eje derecho, 18 cm de anchura y entre 2,8 (derecho) y 3,3 cm (izquierdo) de grueso.

El texto se grabó con letras capitales cuadradas de buena factura y una cierta elegancia, sobre todo en las dos últimas líneas, con la 5ª línea bien centrada. Además,

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en la palabra posuit (línea 6) se observa un nexo sobreelevado de las últimas dos letras (I+T) y una V de tamaño reducido inmediatamente antes. En la 6ª línea hay trazos de una línea guía entre la P, O y S. Sin embargo, en la parte superior la ordinatio del texto es defectuosa sin centrar las 2ª y 3ª líneas y con el gentilicio del dedicante en la línea 3 mal espaciado con un vacío tosco entre los elementos IVL- y -IVS. Las letras miden 2 cm (línea 1), 1,7 cm (líneas 2-3), 2,2 – 2,0 cm (línea 4, con las dos iniciales mayores que las siguientes), 4 cm (línea 5) y 4,3 (línea 6, con nexo IT sobreelevado de 5,8 cm y V reducida a 1,5 cm).

A causa de la ausencia de alguna fórmula funeraria o mención de la edad de fallecimiento, no es seguro que estemos ante un epitafio. Podría ser un texto honorífico erigido por un liberto en honor de su patronus, cuyo nombre no se conserva enteramente al inicio del texto a causa de la rotura de la piedra. Sin embargo, hay paralelos emeritenses del uso del término posuit en epigrafía funeraria y, por eso, nos inclinamos a interpretarlo como epitafio41.

La forma de las letras sugiere una fecha de la segunda mitad del siglo I d.C. El estado fragmentario del monumento no permite más precisión.

Se descubrió en la escombrera cerca de Tejar del Río en Mérida. La entregó D. Ángel Vivas García en el MNAR el día 28 de marzo de 1973 (inv. 17635), donde se conserva en el almacén.

Bibliografía: Breve noticia (sin texto) en RAMÍREZ SÁDABA, José Luis, “La integración social de los indígenas en la sociedad emeritense”, en ARMANI, Sabine, HURLET-MARTINEAU, Bénédicte y STYLOW, Armin U. (eds.), Epigrafía y Sociedad en Hispania durante el Alto Imperio: estructuras y relaciones sociales, Acta Antiqua Complutensia 4. Alcalá de Henares, 2003, 59 (HEp, 13, 2003-2004, 169, con más detalle gracias a información enviada por el autor de la noticia original)

(64c): Texto:

- - - - - -

Augustob(rigensi)

Hispano

C(aius) Iulius

Nectar(eus?) •

5 lib(ertus) •

posuît

Traducción:

A [- - - - - -], de Augustóbriga, Hispano. Gayo Iulio Nectáreo, su liberto, (lo) puso.

Comentario:

(64d): Se trata del epitafio (o, menos probablemente, de una inscripción honorífica) de un inmigrante de la ciudad lusitana de Augustobriga (Talavera la Vieja, prov.

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Cáceres), a 150 km al NE de la capital lusitana. La identificación por su étnico – Augustob(rigensi) – y por su origen regional – Hispano – es rara, pero no carece de paralelos. Por ejemplo, otro lusitano, L. Vitellius Mantai f. Tancinus, eques del ala Vettonum c(ivium) R(omanorum), que murió en Britannia en Aquae Sulis (Bath) en la primera parte del siglo II d.C., se presenta en su epitafio como cives Hisp(anus) y Caurie(n)sis, es decir, ciudadano de origen hispano y también de la comunidad cívica de Caurium (Coria) en el conventus Emeritensis (RIB 159 = ILS 2517). El cognomen del liberto aparece en la forma NECTAR en la línea 5, pero no existen paralelos de este cognomen griego en ninguna parte del Imperio Romano. Por eso, preferimos restituirlo como Nectar(eus?) o Nectar(ius?), cognomen conocido, por ejemplo, por C. Iulius Nectareus de Roma (CIL VI 38484a), aunque sin gran difusión en el mundo romano.

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HASTA AQUÍ, LAS CITAS DEL CAPÍTULO SEXTO:

AUGUSTÓBRIGA EN TALAVERILLA, Y LA HISTORIA DE UNA FALSIFICACIÓN (Enigmas del río Guadarrama, parte VI).

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