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POR
LA AMPLITUD DEL ESTUDIO, SE HA DIVIDIDO EN DOS PARTES. ESTA ES LA
PRIMERA, EN LA QUE ANALIZAREMOS EL ARA DE CASA DEL TEMPLE. PARA LLEGAR A LA SEGUNDA, EN QUE TRATAMOS SOBRE LA DE CALAIBRIA, PULSAR:
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JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS:
Al
lado,
la estela de Calabria portuguesa. Esta antigua ciudad -también
llamada Calaibria-, es hoy un monte perdido junto a la población de
Almendra. Fue abandonada entorno al siglo XII de nuestra era, sin
conocerse los motivos de su desaparición.
Se considera un emplazamiento suevo, fundado como sede episcopal
dependiente de Braga; aunque al ser destruido por los árabes -hacia
el año 750-, quedó casi abandonada. Parece que se repobló en
tiempos de la Reconquista, creándose entonces el nuevo obispado de
Calabria, dependiente de Ciudad Rodrigo (ajeno a la diócesis de
Braga). Pero por
motivos que se desconocen, la ciudad fue despoblándose -quizás
debido a enfermedades-; llegando a convertirse en ruinas durante el
siglo XVI (tal como se menciona en los textos de la época). El
pedestal que vemos se encontró cerca de las ruinas de Calaibria;
sobre una valla de una finca particular y en un lugar llamado “la
piedra escrita”. Lo estudiamos en la parte segunda de este
artículo, que por su amplitud hemos de dividir en dos capítulos.
ABAJO:
Ara paleo-cristiana propiedad de La Casa del Temple, en Toledo. Esta
estela procede de Sos del Rey Católico, una de las Cinco Villas de
Zaragoza. Se fecha en el siglo VII d.C. y se encuentra en la
colección particular de esta monumental casa toledana, que tiene
unos mil años de antigüedad.
Los
capítulos se desarrollan en un texto escrito en negro y se acompañan
de imágenes con un amplio comentario explicativo (recogido
en rojo y cuya finalidad es razonar ideas).
Si desea leer el artículo entre líneas, bastará con seguir
la negrilla y las
letras rojas destacadas.
.
I
- INTRODUCCIÓN
Para
comenzar, narraremos los motivos y el origen de mi afición hacia lo
que vulgarmente se llaman “las piedras”. Ya que mi cariño
por el pasado, sus historias, su arquitectura, su escultura y sus
restos pétreos; nace de un mismo modo al que describen en sus
estudios Frco.Javier Zubiaur Carreño y Jesús Ukar Muguzábal. Donde
podremos leer como el primero tuvo ese despertar durante la niñez;
cuando pasaba sus días festivos en el precioso pueblo de San Martín
de Unx. Maravillosa zona donde tenían una casa sus padres;
personas muy conocidas y queridas en Navarra -Jose Angel Zubiaur
Alegre y Ma.Jose Carreño-. Allí fue donde su hijo Francisco Javier,
durante la infancia se aficionó a las piedras, a la Historia, al
arte popular y a cuanto deja un rastro y resto cultural que merezca
la pena estudiar. Convirtiéndose finalmente en uno de los más
insignes investigadores españoles, especializado en Historia,
folklorismo, arquitectura rural o civil, estatuaria y estelas;
derivando finalmente hacia ramas tan actualizadas como la fotografía
o el cine.
.
Por
su parte, Jesús Ukar, también pasó días felices y niñez en San
Martín de Unx, donde se aficionó a estudiar los restos y viejas
losas que poblaban el lugar. Pueblo donde conoció a F.J. Zubiaur
Carreño, del que obtuvo una gran influencia -como maestro y
convecino-; todo lo que le llevó a especializarse en estelas y aras.
Así lo narra en el prólogo de su extenso tratado sobre esas losas
discoidales
(1) ;
donde explica con las siguientes palabras, cómo y por qué se
interesó por ellas:
“cuando
todavía era estudiante de tercer curso en Bellas Artes, me enseñaron
unas piedras circulares con una prolongación rectangular o
trapezoidal, que se encontraban en la casa parroquia1 de la localidad
navarra de San Martín de Unx. “Recuerdo que, aquellas formas tan
rústicas,
me cautivaron por completo y no pude resistir la tentación de
preguntar por su función y su procedencia. Sin demasiadas
explicaciones, me dijeron que se llamaban estelas discoideas (…)
// Cual fue mi sorpresa cuando comprobé que, algunos escultores
vascos como Néstor Basterrechea, Jorge Oteiza, Eduardo Chillida,
etc., también habían trabajado el tema de las estelas discoideas y
habían realizado obras en las que aparecía implícito su sello
(...) En los primeros pasos, observé que ya existían estelas
discoideas en el tiempo de los iberos, romanos y, sobre todo, en la
época medieval, conservándose en algunos lugares hasta nuestros
días. Comprobé que las había en Navarra, Guipúzcoa, Alava,
Vizcaya, Cantabria, La Rioja, Aragón, Cataluña,Comunidad
Valenciana, las dos Mesetas, etc., y también en otros países como
Francia, Portugal, Reino Unido, Alemania, Escandinavia, Terranova,
Siria, Arabia, Armenia” (2)
.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS:
En
nuestra introducción narramos los motivos que aficionaron al estudio
de estas estelas, a investigadores como Zubiaur Carreño o Jesús
Ukar. Para
que veamos el encanto de aquellas losas, recogemos aquí algunas
fotografías del Museo de arte popular de Estremoz (Portugal); donde
su exposición es tan bella como ajustada a época. Agradecemos a
este Museo de Estremoz nos permita divulgar nuestras imágenes. Al
lado, paredes
del mencionado recinto donde se exhiben centenares de losas
discoidales encontradas en la zona. Abajo,
el patio del museo, con algunas columnas y capiteles tardorromanos.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Dos
imágenes más del Museo de Estremoz, al que agradecemos nos permita
divulgarlas.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Dos
imágenes más del Museo de Estremoz, al que agradecemos nos permita
divulgarlas. Observemos como entre las estelas más “comunes”,
están las llamadas discoideas y que suelen fecharse en la Baja Edad
Media (aunque muchas sean ya
de tiempos del Renacimiento o posteriores).
En
lo que a mí se refiere, el amor hacia el pasado y sus restos nació
en pleno campo; en una comarca sita entre la Extremadura de las
Villuercas y la de Trujillo -tan significativa como bella-. Allí
viví las vacaciones de mi infancia; en una zona denominada Las
Infantas, al haber sido habitada por las hijas de Felipe IV. Montes
que pertenecían al simpático municipio de Madroñera (Cáceres); a
unos cuatro kilómetros de la maravillosa población que conquistó
medio Mundo y patria natal de Pizarro. En ese lugar disfruté mis
días de descanso durante la niñez. Quizá los más felices de mi
vida... . Cuando íbamos de viaje todos: Padres, hermanos y hasta
primos... . Durante las Navidades y en Semana Santa; pudiendo
acercarnos también algunas fiestas a las que hoy llaman “puentes”.
En ese precioso lugar, frente a la ensoñación de Trujillo; fue
donde sentí mi primera vocación profesional. Tan solo con cinco
años. Un deseo laboral profundo y arraigado, pero que acabó
frustrado y me dejó marcado para siempre -como si se tratase de
un primer amor perdido...-. Pues al igual que suele suceder con la
persona a quien primero se ama; me chafaron aquella pasión por
trabajar en los campos trujillanos. Una vocación por ser pastor de
ovejas, que terminó en una ilusión cercenada.
.
Esto
fue lo que me sucedió cuando a los cinco años comuniqué a mi
familia que yo iba a ser ganadero; de ovejas o cabras, pero pastor.
Una profesión que en Castúo se dice “pahtol” y que aseveré
a todos, seguiría de mayor -se opusiera o no mi familia...- .
Asimismo, advertí que para ser “pahtol” no hacía falta ir al
colegio; por lo que ya no necesitaba regresar a Madrid, ni mucho
menos volver a este edificio de Aravaca -llamado Santa M. de los
Rosales- al que me llevaban a diario, en contra de mi voluntad.
Siendo ese mi deseo más profundo, no quería ya irme de aquellas
tierras junto a Trujillo. Comunicando también a mis padres y
hermanos, que varias familias de Madroñera me ofrecían “asilo”;
prometiendo cuidarme y acogerme en el pueblo mientras “estudiaba”
para pastor.
.
Mis
progenitores se reían de la idea, pero aún recuerdo la lluvia de
tortas que me cayó por parte de mis hermanos y de las institutrices
alemanas, que vivían con nosotros. Lo hacían para que volviera al
colegio y fuera “un hombre de bien”. Pero para mí, cada vez que
regresábamos de las vacaciones y había que dejar Las Infantas;
aquello, era un verdadero Calvario (pues quería irme con las ovejas,
fuera como fuese). Iba contando a todos los de Madroñera mi vocación
de ganadero y la situación “tan terrible” que yo vivía en mi
familia... . Todos allí comprendían que no quisiera regresar a
Madrid y me intentaron ayudar a pasar el mal trago. Así fue como
durante
las vacaciones me acogían en los chozos, para prepararme como
“ovejero”, invitándome siempre a comer y hasta dormir con ellos.
De ese modo me hice amigo de los pastores de la zona y muchos de
ellos me enseñaron sus costumbres y su cultura; cargada de leyendas,
artes, canciones y cuentos ancestrales maravillosos. Un saber popular
donde tenía un enorme arraigo Virato; cuya vida imaginada contaban
misteriosamente esos pastores
cada tarde, cuando se reunían a la luz de la lumbre -antes de
dormir-. Hablando
en multitud de ocasiones de este caudillo lusitano; que había sido
pastor -como ellos- y guerrillero en sus horas libres. De quien
afirmaban que estaba enterrado en un monte muy cercano, llamado Santa
Cuz; sito apenas a diez kilómetros de Madroñera. Así fue como me
aficioné a la Historia, a las piedras, al arte y al mundo popular
(cuya sabiduría era tan milenaria, como rica e imaginativa).
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS:
Dos
imágenes del Alto de Santa Cruz, en Cáceres, donde decían los
pastores que estaba enterrado Viriato. Algo que me enseñaron hace
más de cincuenta años; cuando quise trabajar con ellos cuidando
ovejas y me acogieron en sus chozos.
Donde todos se
reunían durante las noches, al calor del hogar de leña y narraban
fabulosas leyendas; historias que a ellos les habían contado sus
abuelos. Era
yo tan pequeño que apenas recuerdo alguno de esos cuentos o
canciones que contaban y cantaban, cada noche los pastores de la
Extremadura. Aunque sí me
acuerdo perfectamente del primer día en que les oí hablar de
Viriato.
Yo no sabía quién era aquel personaje y al decirlo, todos quedaron
asustados de mi ignorancia. Uno de ellos se levantó y me tomó por
el brazo replicando:
.
-
¡¿Que no sabes quién era Viriato?! ¿Y entonces tú que “C..”
estudias en el colegio ese?-.
Yo
respondí que apenas tenía cinco años y que aún no se había dado
ese tema. Tras lo que aquel hombre respondió:
-
Pues Viriato era pastor y extremeño, como nosotros; pero además era
general y caudillo. ¡¡Un tío “cojonuísimo” que se las hizo
pasar putas a los romanos!! -
.
Ante
mi cara de asombro reaccionaron el resto de los contertulios y
dijeron al que me increpaba:
-Anda,
saca al niño y enséñale dónde está enterrado Viriato...
Así
fue como salimos del chozo para ver el monte donde se encontraban los
restos del guerrillero lusitano. Recuerdo que anochecía y la puesta
de Sol era maravillosa; debía ser un mes de abril o marzo -en días
de Semana Santa-. En este trance, me señalaron hacia el monte
llamado Santa Cruz, diciéndome:
.
-Allí, en el segundo pico más bajo, se encuentra la tumba de Viriato.
-Allí, en el segundo pico más bajo, se encuentra la tumba de Viriato.
Yo
me quedé admirado de la magia de todo; de la antigüedad de cuanto
veía y escuchaba... . Desde entonces nunca dejé de soñar con la
Historia, pensando en Viriato, en los romanos, en los íberos y en
aquel cerro de Santa Cruz.
.
Muchos
años después, cuando me aficioné a la arqueología; pensé que
todo aquello eran historias sin fundamento. Hasta que un día visité
los pueblos situados bajo el monte que los pastores me señalaron. El
municipio del lado Este, se llama Puerto de Santa Cruz y sus casas
estaban llenas de estelas romanas adosadas a sus paredes, lo que
hablaba de una necrópolis muy cercana. El que está al norte y en
las faldas de la montaña, se llama Santa Cruz de la Sierra. Donde
increíblemente vemos en su plaza tres estelas colocadas en la
fachada de una casa; aras romanas cuya marca dicta que una de ellas
es la tumba de un ciudadano de nombre Viriato... .
JUNTO
BAJO ESTAS LINEAS:
Al
lado,
vista del pueblo de Santa Cruz de la Sierra (Cáceres). Sobre este se
alzan dos cimas del monte denominado Santa Cruz; la más baja es el
llamado Pico de San Gregorio, donde se dice que Viriato fue
enterrado, tras haber sido traicionado por sus lugartenientes. Abajo,
las
tres estelas que lucen todavía sobre la fachada de la casa antes
llamada “del médico”; en la plaza de Santa Cruz de la Sierra. En
una de ellas podemos leer escrito en abreviaturas: “Viriato.
Hijo de Tancino. Aquí yace. Que la tierra te sea leve”.
JUNTO
BAJO ESTAS LINEAS: Al
lado, fotografía tomada hacia
1966, cuando yo tenía unos cinco años y quería ser pastor.
Así era como me iba a Madroñera el día de la patrona a visitar al
Jesús de los pastores, para pedirle que me dejase vivir en el campo
y que no me llevasen más de vuelta a Madrid. El Niño Jesús
pastorcillo, no me hizo mucho caso; pero al menos todo aquello me
legó una enorme afición por la Historia y la Arqueología, nacida
de las leyenda de Viriato que narraban en el campo.
ABAJO:
Fotografía de la maravillosa muralla de Trujillo, en cuyo fondo
podemos ver los campos de Madroñera.
Al
lado, casa donde siguen estando
las estelas. Escribo “siguen
estando” porque se advierte que la fachada ha sufrido un asiento y
que esta grieta ha destrozado una de las aras. Quizás sería mejor
reponer allí unas copias y guardar en el ayuntamiento las
originales.
Abajo,
la famosa estela de Viriato. Sobre su primera palabra inscrita, hemos
marcado en la pared cada una de las letras; que se corresponden con
el nombre del caudillo lusitano.
JUNTO
BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, detalle
de la estela menor, situada a nuestra izquierda y en el mismo grupo.
Abajo, otra
imagen tomada desde la plaza de Santa Cruz de la Sierra, donde
podemos ver la cima de su monte homónimo y el pico de San Gregorio.
JUNTO
BAJO ESTAS LINEAS: Al lado,
detalle de la estela mayor, colocada a nuestra derecha en la fachada.
En la foto se observan los daños que ha sufrido,
a mi juicio, debido a un asiento o grieta del muro que la sustenta.
Por ello, creemos que sería mejor guardarlas en el ayuntamiento y
colocar allí unas copias. Pues estas
piezas se hallaban antes bajo techo y el interior de las casas del
pueblo; tal como atestigua Antonio Ponz en su “Viage de España”,
publicado en 1776. Abajo, otra
imagen del monte de Santa Cruz y sus dos cerros, vistos desde la
plaza de esta población homónima.
Nunca
llegué a culminar mi deseo de ser pastor y jamás
pude dedicarme a cuidar ovejas;
siquiera una punta de cabras. Así que
todo cuanto me quedó de aquella ilusión devota e imaginada, fue mi
afición por la Historia y por las “piedras”.
Estando prácticamente obligado a estudiar y escribir casi a diario
sobre ellas; para poder seguir soñando y olvidarme del triste mundo
de la empresa. De tal manera y una vez narradas mis “neuras”, que
curo gracias a sueño de Viriato, al de Tartessos y al que las
piedras me regalan. Regresaremos
al artículo que aquí comienza, expresando que no intentaremos
realizar un estudio generalizado sobre las estelas. Pues poco hay que
añadir tras los que expuso Frankowski -hace cien años- y lo que
posteriormente investigaron expertos como: Frco. Javier Zubiaur;
Gómez-Tabanera; Leo Barbe; Fermín de Leizaola; De la Casa; Menchón;
Mario Cardozo; Silgo; Peralta Labrador; Beleza; Marco Simón;
Domenech; Regueras;
Santos Yanguas; Ukar Muruzabal; Tabar Sarriá; Jusué Simonena;
Pascual Mayoral; Sáenz
de Urturi o Labeaga Mendiola.
.
Los
profesores citados anteriormente muestran el número y el prestigio
de quienes escribieron sobre este tema; pero asimismo, demuestran la
gran documentación existente. Por cuanto, tras leer sus múltiples y
variados análisis sobre estelas peninsulares -en ocasiones
extensísimos-; podremos comprender que el conocimiento de estos
pedestales está perfectamente documentado y “prácticamente
completado”. Por cuanto lo único que podemos realizar, para
ampliar este tema, es dar a conocer nuevos ejemplares (aún
inéditos). Asimismo, el anterior listado de escritores que han
estudiado estelas pétreas -tratando especialmente las discoideas-;
nos va a servir como base y guía de nuestra bibliografía.
Valiéndonos de sus publicaciones, donde lograron recopilar miles de
ejemplares de lápidas desconocidas. Losas discoidales
descubiertas especialmente desde que se inició un nuevo gran impulso
a esta investigación; avance protagonizado por expertos como Zubiaur
Carreño y Gómez-Tabanera, hace ya más de cuarenta años.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS:
No
es extraño ver estelas colocadas en las fachadas de pueblos con una
gran tradición o Historia. En algunas ocasiones, las sitúan en un
lugar preferente; aunque hay veces que se utilizan como mojones y
hasta como bolardos, para que no choquen los coches contra la
fachada. Este es el caso de una que encontré en el precioso pueblo
portugués de Monsaraz. Donde
en las distintas fotografías que mostramos, podemos ver una estela
discoídea, totalmente desgastada y usada como bolardo en plena calle
mayor.
JUNTO
ESTAS LINEAS:
Otras imágenes de la calle principal de la preciosa población
alentejana de Monsaraz (con una estela usada como bolardo).
Al
lado, una furgoneta transita por las cercanías de donde
está la estela.
Al
lado, la iglesia mayor de Monsaraz y bajo aquella, la
estela (a nuestra izquierda).
Al
lado, detalle de la estela, donde se observa que es de
mármol y se encuentra completamente desgastada (al menos en las
zonas que se ven).
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Imágenes de castillo de
Alaondral (Portugal). Al lado, interior
de la muralla, con una excavación. Abajo,
restos romanos hallados en la cata. En la fotografía se puede
apreciar lo que parece una columna romana reconvertida en un ara o
altar quizás paleocristiano.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Imágenes de la villa
alentejana de Alaondral (Portugal). Al
lado, el castillo en esta preciosa población.
Abajo, restos que surgen en una excavación de su
fortaleza.
II
- CONCEPTOS GENERALES SOBRE LAS ESTELAS
.
Nos
dicen C.
Jusué y M. I. Tabar
en su obra que analiza la aparición y significado de estas losas en
Navarra (3)
;
como
desde “la
Edad del Bronce se
conocen
en la Península Ibérica
numerosas
estelas que responden, según las distintas interpretaciones, a
rituales funerarios relacionados con
inhumaciones
o
bien a marcadores territoriales,
que
-a la vez- informan de una
cierta
jerarquización de la sociedad que los erige"
(...) “También
son sobradamente conocidas una serie de estatuas-menhires o
estatuas-pilares relacionadas con el mundo
dolménico,
decoradas con grabados, y representando personas o dioses”. (...)
“Entre
otras significaciones, el menhir parece haber tenido el papel de
guardián de sepultura,
con este fin se colocaba generalmente cerca o en los alrededores de
un depósito funerario. El
monolito tenía función de proteger contra los animales, las rapiñas
y sobre todo, contra la muerte.
Así, de la misma manera que la incorruptibilidad de la piedra, el
alma del difunto subsistirá indefinidamente sin dispersarse” (4)
.
.
Bastará
leer las anteriores frases para comprender que el origen de las
estelas y su uso como pedestales conmemorativos para un fallecido, es
tan antiguo como la misma civilización. Pues ya las utilizaban
con este fin durante la cultura dolménica; que fue la primera de
Occidente. Civilización megalítica, que sabemos nace en el litoral
atlántico de Europa antes del V milenio a.C. y que permaneció viva
hasta la llegada plena del Hierro (al menos hasta el Bajo Bronce, que
se fecha a mediados del II milenio a.C.). Todo lo que significa que
desde nuestro más remoto pasado y en pleno neolítico, ya se usaban
las estelas, aunque dándole formas dolménicas o muy sencillas.
Por su parte, F.J. Zubiaur Carreño, escribe acerca de las aras
medievales y discoidales lo siguiente:
“La
estela discoidea es el resultado de una larga evolución, cuyo punto
de partida parece estar en el deseo de proporcionar al muerto su
imagen, para que pueda reencarnarse su alma errante.
Ello va en perfecta consonancia con su silueta antropomórfica. J. M.
Barandiarán la considera como una representación y estatua de los
antepasados y ve sus posibles antecedentes en los menhires
antropomorfos, tesis coincidente con las de Frankowski, Colas,
Latronne y O’Shea entre otros”. (…) “La
decoración imita con frecuencia el fenómeno de irradiación solar
y, así, muchas veces los adornos se disponen circularmente alrededor
del centro del disco como en una continua expansión, provocando
una gran cantidad de efectos ópticos de claroscuro, que confieren a
la estela una especie de vida interior. Vemos, pues, que las estelas
encierran un mensaje simbólico: tratan de evidenciar la
supervivencia del alma del difunto, homenajean al Creador del Sol que
es Dios, atestiguan una transcendencia. Y el simbolismo no es
generalmente inconsciente o imitativo. Por lo cual, puede concluirse
que la estela es mucho más que un mero objeto decorado: es una
prolongación de la personalidad del hombre, es la expresión de una
fe y de unas creencias” (5) .
AL
LADO: Ídolo con puñal de Peña Tú,
dibujado por mí. Se trata de una de las primeras lápidas con
representación humana de la Península (fechada en el calcolítico).
AL
LADO: Dolmen antropomorfo de Mollet
del Valles. Con un tamaño de unos cinco metros y medio de altura y
un peso que sobrepasa las seis toneladas; es quizás la escultura
antropomorfa más antigua de la Península. Desde este tipo de
representaciones nacerían las estelas de la Edad de Bronce;
posteriormente, las de la Edad de Hierro y finalmente, las romanas y
las medievales.
JUNTO Y BAJO ESTOS PÁRRAFOS: El
carácter sagrado de las estelas en el saber popular, se muestra
hasta nuestros días; donde continúan conservándolas en las
fachadas de edificios y templos. En imagen, al
lado una casa de construcción
reciente en el pueblo de Villanueva de la Sierra (Cáceres). Abajo,
dos estelas romanas adosadas a su fachada.
Al
lado, detalle una de las estelas
pertenecientes a esta fachada de Villanueva de la Sierra. Vemos que
se trata de una losa romana, con un cuarto lunar en su parte alta
Al
lado, detalle de la otra pieza
adosada al muro de la casa. Igualmente romana, en este caso tiene
como motivos decorativos, dos estrellas y la luna. Su forma recuerda
una figura de mujer, vestida con un traje talar; con los dos pechos
en los astros y un collar en el cuarto lunar. Su diseño
antropomorfo, nos hace pensar que quizás ambas losas representarían
a un matrimonio; donde este
pedestal sería el femenino y la de imagen anterior, el masculino.
Concediendo esos valores a las lápidas para simbolizar a los finados
y recordarlos eternamente.
.
JUNTO
ESTOS PÁRRAFOS: Diversas
estelas del Museo de Estremoz (Portugal), al que agradecemos nos
permita divulgar nuestras imágenes. En el interior de este precioso
museo se explica que la mayoría de sus piezas proceden de una
excavación realizada en 1967 en la iglesia de San Pedro, en
Evoramonte (población muy cercana a Estremoz). Casi
todas son de mármol, caliza de la que hay grandes canteras en el
Alentejo (cerca de Villaviciosa). Al parecer, en esta excavación de
Evoramonte hallaron decenas de losas. Al menos se encontraron dos con
motivos de oficios; una con discos; veinte con señales de cruces;
dos con pentagrama (estrella de cinco puntas) y otras señas de
trabajo en anverso; tres piezas con decoración de objetos laborales
y el resto con flores o escudos. Añade la explicación de Museo, que
las que contienen estrellas -aunque sea la de David- no se relacionan
con sepulturas judías; sino que este era un símbolo para combatir
al diablo. Por su parte, las decoraciones cruciformes con lises o
flores, suelen pretender recrear las letras griegas nike
Ic (NIKE IX) ;
significando la “VICTORIA DE JESUS”.
Al
lado, una
de estas piezas del Museo de Estremoz, en la que vemos un ojo
esculpido. A mi juicio se trata de un símbolo apotropáico
relacionado con el aojo y por lo tanto con “la higa”.
Si así fuera, su simbolismo se uniría al de la vulva, como icono de
la fertilidad y del bien. Un signo positivo durante el Medievo y una
representación de la vagina (principalmente de mujer) que se colgaba
en las fachadas de las iglesias hasta el siglo XV, con el fin de que
las cosechas fueran buenas y el ganado nunca sufriese la esterilidad.
Culto a la fertilidad común a todas las épocas y lugares, que hasta
El Renacimiento tuvo un gran arraigo (tal como muestran las estatuas
del llamado “románico erótico”). Para
conocer más sobre el tema, recomendamos leer mi libro: "HIGA,
HIGO, HÍGADO Y AOJO (magia, religión y medicina) "El cuerpo en
la tradición", Valladolid 2007 (ed. fundación Joaquín Díaz
-y
mis estudios sobre el tema, que recojo en cita
(12)
-.
Al
lado, otra estela del Museo de
Estremoz, con un triángulo; figura que quizás recuerda a una punta
o reja de arado. Aunque sería más conveniente considerar esta
figura como otro símbolo profiláctico.
Al
lado, estela del Museo de Estemoz
con un extraño diseño que asemeja una media Luna sostenida. Quizás
se trate de la idealización de un candil o de un candelabro, y se
trata de la profesión del muerto para el que fue tallada la losa.
Aunque hay que pensar nuevamente en un diseño estilizado que nos
lleva a recordar el cuarto lunar.
Al
lado, estela del Museo de
Estremoz, con un cáliz y una Sagrada Forma sobre este. Probablemente
se trata de una pieza dedicada a un clérigo.
Al
lado, estela del Museo de
Estremoz, perfectamente conservada y que contiene una estrella de
David, en cuyo centro se halla una rueda astral. Ya hemos comentado
que estos símbolos no
significan que se trate de la tumba de un judío (pues se halló en
campo santo cristiano). Sino que
tenían un carácter mágico, para ahuyentar al diablo y con fines
profiláctico astrales.
Al
lado, estela del Museo de
Estremoz, con un caldero. Seguramente para rememorar al fallecido al
que se hizo, quien quizás fue calderero. Pese a todo, la cazuela o
el cazo eran figuras sagradas entre los celtas, conservadas
también con carácter ritual entre los cristianos. Significando la
iniciación, y por ende, el paso al más allá; ya que se relaciona
con el ciclo del Grial, que originariamente procede de mitos como el
Caldero de Lug y los “potes” de druidas celtas -donde realizaban
magia-.
Al
lado, estela del Museo de
Estremoz con un divertido símbolo: El toro. Pudo tratarse de la
tumba de un ganadero, aunque prefiero deducir que fuera un símbolo
apotropáico, cuyo
significado une al bóvido con el sentido genésico de fuerza, valor
y masculinidad.
Al
lado, estela del Museo de
Estremoz que representa unas tenazas junto a lo que parecen un altar.
Evidentemente, quizás se
trata de una losa dedicada a un herrero; pero su carácter nos
recuerda más a alguien que quiere idealizar esas tenazas,
colocándolas sobre un ara. Es decir, que la herramienta sería el
símbolo de una vida (de un trabajo) pero su sentido va más allá
del simple instrumento. Posiblemente, relacionado con un fuego o
altar sagrado.
Al
lado, estela del Museo de
Estremoz conteniendo una herradura. No
se trata del dorso de la anterior, como podía pensarse al tener
aquella unas tenazas. Sino de otra pieza cuyo
simbolismo parece más bien unir la herradura con la Luna.
Al
lado, estela del Museo de
Estremoz, con un Sol. Aquí vemos claramente que la representación
de estas piezas es muy pagana y se acerca más al mundo romano que a
las figuras cristianas. En
este caso observamos una figura solar idealizada como una margarita.
.
JUNTO Y BAJO ESTOS PÁRRAFOS: Dos imágenes de otra curiosa estela perteneciente al Museo de Estremoz; al que de nuevo agradecemos nos permita divulgar nuestras fotografías. En estas tenemos una losa con la representación de dos toritos. Quizá rememorando que el finado fuera ganadero, aunque me inclino más a pensar en que aquel que la encargó idealizaba la figura de este totem ibérico -como lo es, el morlaco-.
Tras
las interesantes frases de Zubiaur Carreño -que hemos leído antes
de las imágenes-; en el mimo estudio el investigador continúa
creando una clasificación de estas losas y de sus motivos
decorativos
-tal como recogemos abreviadamente en cita
(6)
-. Todo
lo que lleva a Jesús Ukar, a definir las tipologías de estelas y
sus diferencias figurativas. Diciéndonos que se distinguen en
“DISCOIDEAS,
cuando su estructura básica es un disco o círculo, con una
prolongación o pie para unirse al suelo. CUADRADAS,
cuando
está formada por cuadrados. RECTANGULARES,
también
denominadas tabulares cuando su estructura es prismática.
EN FORMA DE ARCO, en
sus múltiples
variantes, apuntados, semicirculares, polilobulados, góticos, etc.
TRIANGULARES,
PIRAMIDALES, CILÍNDRICAS, etc”
(7)
. Continúa
el mismo autor refiriendo las clasificaciones y diferencias de esas
aras, conforme fueron determinadas en los estudios de Zubiaur Carreño
-ver
cita (8)
-.
Añadiendo
que: “Normalmente
se pretende demostrar que la forma circular del disco y la
trapezoidal del pie son el final del proceso evolutivo de la
figuración humana o astral. A nuestro juicio, esto es un error
grave,
ya que la estela se debe valorar en su conjunto. No se puede desligar
el perímetro exterior de la estela con las imágenes que aparecen en
su interior” (9)
.
Ante
estas últimas palabras de Jesús Ukar, siento expresar que disiento
de ellas; pues -a mi entender- la forma de pedestal con cabeza en
estos cipos, procedería de una idealización antopomórfica o
cósmica.
Considerando personalmente, que precisamente ese diseño similar al
cuerpo humano o que asemeja los astros; es el motivo que otorga un
halo santo y mistérico a estas piedras, tal como refiere F.J.
Zubiaur: Simbolizando así, el Universo y el finado sobre cuya tumba
se colocan.
.
Sigue
Jesús Ukar explicando el arraigo en la Península de estas estelas,
escribiendo que su uso tenía una finalidad ligada a la intención de
facilitar al fallecido su ascenso al cielo.
De este modo menciona hechos y costumbres paralelas; como que en
ciertas zonas de España, se abriese una teja sobre el techo del
dormitorio de los que agonizaban. O el uso de los libros del “Arte
de Morir”, enseñados a los familiares de enfermos para que
ayudaran a expirar y marchar al más allá, a quienes tenían sus
días contados (10)
. Asimismo,
todos los investigadores convienen en que las aras (discoideas o no)
gozaban de un carácter mágico y hasta apotropáico. Escribiendo
Jesús Ukar que sus diseños tenían este uso, por cuanto estaban
conformados por
“Imágenes
con fines profilácticos, contra todo tipo de peligros y maleficios.
L.
Colas y F.J.Zubiaur han advertido de esta posibilidad, que obedecería
a creencias supersticiosas. En
todo el ámbito del Pirineo se ha demostrado que, muchas de las
marcas que se colocaban en el ganado eran para
identificar a su dueño o para proteger
al animal contra posibles enfermedades". Y
que acerca de ello: “J.
Ramírez de Lucas, nos indica que en varias granjas noruegas se
colocan símbolos abstractos
-geométricos y no geométricos- en la puerta de entrada, para
prevenir de enfermedades a los animales. (...) F.J.Zubiaur se ha
referido a la posibilidad de la existencia de una arte abstracto
popular” (11)
.
.
Tras
las anteriores frases, deseamos realizar un inciso, para
comentar lo que expresa al respecto, Juan Ramírez de Lucas
-experto en arte popular al que tuve el honor de conocer, cuando yo
contaba tan solo diez años; mientras él era el crítico de ABC y
colaboraba con mi padre en la Revista Arquitectura-. Porque esta
idea de que las granjas noruegas se decoraban con figuras abstractas
con un valor apotropáico, daría un enorme valor a la escritura en
runas (desarrollada en el mundo escandinavo) y explicaría su
simbolismo esotérico. Ya que
-como es sabido- las runas eran usadas desde tiempos ancestrales para
adivinar el futuro; a modo de un tipo de “tarot”, que seguramente
se basaba el en valor profiláctico de cada uno de sus signos. Ello
-a su vez- nos lleva a deducir por qué determinados símbolos tienen
un carácter mágico desde los más remotos tiempos; pudiendo
comprenderse así la sacralización de diversas formas, como
la de: Estrella; espiral; discoidal; círculos; rombos y
triángulos; cuarto lunar; lineas tipo espinas de pescado; aspas, y
hasta las cruces o crismones. Todo lo que respondería a la idea
de Zubiaur Carreño, que afirma la existencia de un “arte abstracto
popular”, cuyo sentimiento -a mi juicio- nace del valor apotropáico
de ciertos diseños. Es decir, que aquellas abstracciones
significarían un ente mágico o sagrado; siendo la esquematización
del cielo, la tierra, el agua, el sol, las estrellas, el hombre y
largo etcétera de motivos en los que podemos inspirar nuestras
creencias. Gran parte de ellos, representados así desde los
tiempos más remotos; incluso desde el neolítico. Por lo que suelen
mantenerse signos sagrados y abstractos, de origen milenario; en
muchas de las aras, lápidas y estelas discoidales.
.
JUNTO Y BAJO ESTOS PÁRRAFOS: Dos estelas del Museo Arqueológico y provincial de Burgos (al que agradecemos nos permita divulgar nuestras imágenes). Al lado, pedestal con una estrella de cinco puntas. Parece que este signo fue muy utilizado entre gentes unidas al Temple, como fórmula de ahuyentar al diablo. Su significado está unido al pitagorismo y se basa en el pentágono como clave de la circunferencia; lo que marca el grado 72º (ya que 360/5 = 72). Así pues, siendo el 5 la clave para trazar la sección áurea; que se descubre en las “cuerdas”, “senos” y “cosenos” de una estrella de cinco puntas, dentro de una circunferencia (lo que Maestin definió finalmente como Ѵ5/2 + ½ = 1,618033988 ). El pitagorismo basó toda su teoría numérica en este número 5, unido al círculo y de ello, la estrella de pentagonal que marcaba los grados 72 del redondel. Finalmente este complejo símbolo se tuvo como demoniaco y anticatólico, cuando los templarios cayeron en desgracia y fueron juzgados, atribuyéndoles conocimientos otorgados por el diablo.
.
JUNTO Y BAJO ESTOS PÁRRAFOS: Dos estelas del Museo Arqueológico y provincial de Burgos (al que agradecemos nos permita divulgar nuestras imágenes). Al lado, pedestal con una estrella de cinco puntas. Parece que este signo fue muy utilizado entre gentes unidas al Temple, como fórmula de ahuyentar al diablo. Su significado está unido al pitagorismo y se basa en el pentágono como clave de la circunferencia; lo que marca el grado 72º (ya que 360/5 = 72). Así pues, siendo el 5 la clave para trazar la sección áurea; que se descubre en las “cuerdas”, “senos” y “cosenos” de una estrella de cinco puntas, dentro de una circunferencia (lo que Maestin definió finalmente como Ѵ5/2 + ½ = 1,618033988 ). El pitagorismo basó toda su teoría numérica en este número 5, unido al círculo y de ello, la estrella de pentagonal que marcaba los grados 72 del redondel. Finalmente este complejo símbolo se tuvo como demoniaco y anticatólico, cuando los templarios cayeron en desgracia y fueron juzgados, atribuyéndoles conocimientos otorgados por el diablo.
Abajo,
preciosa estela con una cruz en forma de flor. Se rodea de un disco
dentado, lo que nos lleva de nuevo a representaciones solares
anteriores al cristianismo.
JUNTO Y BAJO ESTOS PÁRRAFOS: Dos
estelas muy interesantes y distintas a las comunes. Al
lado, losa del Museo de
Santillana del Mar (al que agradecemos nos permita divulgar nuestra
imagen). Procede de la ermita
de Santa Ma. De Valverde y se fecha entre los siglos IX al X.
Contiene una figura humana, con letras (quizás representando al
fallecido y recordando su nombre). Abajo,
preciosa estela del Museo
Arqueológico y provincial de Burgos (al
que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen). Se trata de un
ara del siglo X, que fue hallada en la iglesia de Santa María, en
Tordomar (Burgos). Su
refinamiento y simbolismo cristiano son un ejemplo de arte
prerrománico, acercándose al visigodo.
JUNTO Y BAJO ESTOS PÁRRAFOS: Para
finalizar esta serie de imágenes, presentamos algunas estelas
romanas, todas del Museo
Provincial y Arqueológico de Cáceres -al que agradecemos nos
permita divulgar nuestras imágenes-;
lo hacemos con el fin de comprender el arraigo y la procedencia de
las aras medievales. Al lado, losa
sepulcral del principios del siglo I d.C., hallada en Zorita
(Cáceres), con la inscripción “aquí yace Ligirio, hijo de
Dobitero”. Observemos la
tosquedad con la que está hecha, aunque a su vez deja bien claro el
carácter antropomorfo. Abajo,
estela hallada en Garrovillas, con la inscripción “aquí Yace
Melanius, hijo de Caecilio”. Se trata de un ejemplar con símbolos
sincréticos y casi ajenos a la religión romana; recordando más a
las estelas fenicias. Coronado
por un triángulo (signo de Tanit) idealiza los tres betilos de la
religión cartaginesa, como la fachada de un templete con tres
columnas. Bajo ello, el nombre del finado.
.
JUNTO Y BAJO ESTOS PÁRRAFOS: Dos imágenes de la curiosa estela antropomorfa que exhibe el Museo Provincial y Arqueológico de Cáceres -al que agradecemos nos permita divulgar nuestras imágenes- Fue hallada en el Casar de Cáceres y es de fecha incierta. Del mismo modo, es ilegible la inscripción que contiene sobre el cuerpo representado; que dicta: - I.D.T. // N.I.N. // ILVCIA // SP. N.A. // SVB. DIE // CH.A. // S.N. -. Mucho se ha especulado acerca de este ara y de su figura, habiendo quienes han visto hasta astronáutas en ella... . Pero a mi juicio se trata de una vieja escultura que podemos fechar en la Edad del Hierro (cercana al 400 a.C.), paralela a los verracos de granito y representando un idolillo guerrero ibérico. Deidad vettona que sería retocada y reaprovechada en época romana. Recortando de una roca esta imagen de un dios ancestral ibero, para convertirla en un ara cuadrada. Tras ello, probablemente tallaron sobre ella los atributos y el nombre de la deidad peninsular, escribiéndolas con iniciales romanas sobre el cuerpo. Realizando así una síncresis de cultos, con el fin de llevarla hasta un templete latino, donde los vettones pudieran adorarla junto a los dioses romanos. Su figura recuerda claramente a un guerrero, con casco, con protectores de hombros y cardiofilax. Su aire me sugiere paralelos con los verracos vettones, por cuanto creo que se trata de una deidad indígena de la guerra, tallada en el mismo tiempo que las esculturas de bóvidos o cerdos ibéricos y con una inscripción posterior latina (tal como sucede en los toros de Guisando).
JUNTO Y BAJO ESTOS PÁRRAFOS: Dos imágenes de la curiosa estela antropomorfa que exhibe el Museo Provincial y Arqueológico de Cáceres -al que agradecemos nos permita divulgar nuestras imágenes- Fue hallada en el Casar de Cáceres y es de fecha incierta. Del mismo modo, es ilegible la inscripción que contiene sobre el cuerpo representado; que dicta: - I.D.T. // N.I.N. // ILVCIA // SP. N.A. // SVB. DIE // CH.A. // S.N. -. Mucho se ha especulado acerca de este ara y de su figura, habiendo quienes han visto hasta astronáutas en ella... . Pero a mi juicio se trata de una vieja escultura que podemos fechar en la Edad del Hierro (cercana al 400 a.C.), paralela a los verracos de granito y representando un idolillo guerrero ibérico. Deidad vettona que sería retocada y reaprovechada en época romana. Recortando de una roca esta imagen de un dios ancestral ibero, para convertirla en un ara cuadrada. Tras ello, probablemente tallaron sobre ella los atributos y el nombre de la deidad peninsular, escribiéndolas con iniciales romanas sobre el cuerpo. Realizando así una síncresis de cultos, con el fin de llevarla hasta un templete latino, donde los vettones pudieran adorarla junto a los dioses romanos. Su figura recuerda claramente a un guerrero, con casco, con protectores de hombros y cardiofilax. Su aire me sugiere paralelos con los verracos vettones, por cuanto creo que se trata de una deidad indígena de la guerra, tallada en el mismo tiempo que las esculturas de bóvidos o cerdos ibéricos y con una inscripción posterior latina (tal como sucede en los toros de Guisando).
JUNTO Y BAJO ESTOS PÁRRAFOS: Un
caso de “sincretismo arquitectónico”. Las imágenes están
tomadas en el maravilloso castillo de Coca (Segovia), donde en su
patio de armas podemos encontrar insertado en el muro interior un
precioso verraco ibérico. En
la fotografía (al lado), la torre con la escultura vettona en su
base. Abajo, el
verraco dentro de la pared del castillo. La
reutilización de piezas sagradas antiguas, no solo demuestra el buen
gusto de las élites que las recuperan; sino también la sabiduría
popular, que sigue las tradiciones y las costumbres ancestrales.
Valorando todo lo que fue del
pasado; un aprecio que solo cambia cuando se producen revoluciones
-políticas o sociales-, momento en que se suele despreciar todo lo
ajeno a esa revolución y por ende, el pasado y las raíces
culturales.
JUNTO Y BAJO ESTOS PÁRRAFOS: De
nuevo dos imágenes del Museo de Estremoz -Portugal- (al que
agradecemos nos permita divulgarlas). En ellas vemos estelas con la
tipología más común: Discoideas, cruciformes, con estrellas y con
crismones. Tras la serie de fotografías que hemos recogido, se
demuestra que no son estelas normales, las dos piezas que analizamos
en este estudio -la de Casa del Temple en Toledo y la de Calaibria,
en Portugal-. Sino, muy por el contrario; sus diseños y dibujos son
atípicos. Acerca de ello y
de las estelas poco comunes, tratamos en el siguiente epígrafe
.
III
– ESTELAS Y PEDESTALES EXTRAÑOS (en sus diseños y
representaciones)
.
Tal
como hemos comentado en el pie de fotos anteriores, los dos
ejemplares que protagonizan este artículo, son bastante inusuales
(al menos, en su diseño y tipología). Debido a ello hemos
intitulado nuestro estudio con la voz “pedestales”, pues lo que
vamos a analizar no son propiamente estelas. Aunque sus soportes sean
comunes a estas losas; ya que la de Casa del Temple es una caliza y
la de Calaibria se trata de un bloque de granito. Los dibujos y
hasta las formas que guardan estas laudas que analizamos son poco
normales; tratándose de diseños raros y apenas vistos entre lo que
propiamente se denomina “estela”. Debido a ello, hemos de
considerarlas más bien aras o pedestales; tal como figura en el
cartel de exposición en Casa del Temple (Toledo) -donde leeremos
bajo aquella, las palabras “ara de altar”-.
.
III
– a) Ejemplares de Vizcaya expuestos en el Museo de Bilbao:
Vamos
a internarnos brevemente en el mundo de las estelas “extrañas”,
comenzando por las de Vizcaya. Donde existe una tipología heredada
del mundo prerromano, que perduró hasta el siglo V ó VI de nuestra
era; creando ejemplos verdaderamente atípicos, a los que se denomina
“esquemáticos”. Su rareza y abstracción de diseño es tal,
que estas piezas fechadas en los siglos I a.C. al VI d.C. fueron la
fuente de inspiración de escultores como Chillida y los
constructivistas vascos.
.
BAJO
ESTOS PÁRRAFOS: Diversas
estelas expuestas en e Museo Arqueológico de Bilbao (al que
agradecemos nos permita divulgar nuestras imágenes). En principio,
vamos a ver las que contienen diseños más comunes; pero que son las
menos antiguas.
SOBRE
Y JUNTO ESTOS PÁRRAFOS: Anverso
y reverso de una estela altomedieval, con motivos francos;
expuesta en el Museo Arqueológico de Bilbao (al que agradecemos nos
permita divulgar nuestras imágenes). Se
data entorno al siglo VIII d.C.; presenta cruces sobre espigas,
circunferencias y aspas. En el lado opuesto, una figura humana
sostiene una cruz.
SOBRE
Y JUNTO ESTOS PÁRRAFOS: Dos
estelas de arenisca también
expuestas en el Museo Arqueológico de Bilbao (al que agradecemos nos
permita divulgar nuestras imágenes); son
reproducciones de las que pertenecen a la necrópolis de Arguiñeta
-siglos VII y VII d.C.-. En ellas se aprecian símbolos astrales,
triángulos en forma de sierras.
Al
lado: Losa sepulcral del siglo
X expuesta en el Museo Arqueológico de Bilbao (al que agradecemos
nos permita divulgar nuestras imágenes) .
Al
lado: Tumba altomedieval; tal
como se expone en el Museo Arqueológico de Bilbao (al que
agradecemos nos permita divulgar nuestras imágenes).
Al
lado: Anillos
de bronce y plata de los siglos IX a X d.C. de la necrópolis de
Momoitio -Garai-; tal como se
exponen en el Museo Arqueológico de Bilbao (al que agradecemos nos
permita divulgar nuestras imágenes).
Observemos que ya la decoración en cruz con aspa (cruz de ocho
puntas) consistía un motivo sagrado para los habitantes de esta
zona. Todo lo que derivaría
seguramente hacia el diseño de la “Unión Jack” en las Islas
Británicas; que nacería a mi juicio de este símbolo medieval, como
idealización de la cruz de San Jorge, San Andrés y San Patricio
(antecedente claro de la Ikurriña -bandera vasca-).
Al
lado: Estela escrita en
arenisca, fechada en el siglo X d.C.; de la necrópolis de Momoitio
-Garai-; tal como se expone
en el Museo Arqueológico de Bilbao (al que agradecemos nos permita
divulgar nuestras imágenes).
Al
lado: Estela en arenisca del
siglo X de la necrópolis de Goiurra (Iurreta) tal
como se expone en el Museo Arqueológico de Bilbao (al que
agradecemos nos permita divulgar nuestras imágenes). Observemos
aquí su extraña forma, en punta de lanza.
Al
lado: Estela
en arenisca del siglo IX de San Miguel de Elejabeitia (Artea); tal
como se expone en el Museo Arqueológico de Bilbao (al que
agradecemos nos permita divulgar nuestras imágenes).
Al
lado: Losa sepulcral de la
iglesia de Santa Ma. De Arrigorriaga; tal
como se expone en el Museo Arqueológico de Bilbao (al que
agradecemos nos permita divulgar nuestras imágenes). Se
trata de un ejemplar del siglo XVI, en que se muestran diversos
instrumentos de trabajo (quizás en homenaje al difunto).
SOBRE,
JUNTO y BAJO ESTOS PÁRRAFOS: Varias
imágenes de la interesante estela en arenisca, fechada entre los
siglos I a.C. y I d.C., procedente de Baldatikia (Forua) ;
tal como se expone en el Museo Arqueológico de Bilbao (al que
agradecemos nos permita divulgar nuestras imágenes). Con
figuraciones esquemáticas, es una pieza de gran importancia. De ser
acertada su datación, la cruz nunca podría tratarse de un símbolo
cristiano; pues esta religión no se extiende por España hasta el
siglo IV d.C.. A mi juicio,
la primera representación de la cruz en la Península -como signo de
Cristo-, pienso que esta en una pátera de vidrio del Museo de
Linares (procedente de Cástulo); encontrada hace unos dos años y
fechada entorno al 350 d.C.. Así pues, estas
lineas que vemos en la pieza se deberían identificar con figuras
astrales, antropomorfas y quizás solares. Ya
que el Sol se figura en algunas culturas antiguas como un círculo
con una cruz en su interior (indicando su forma redonda, pero también
los cuatro puntos cardinales que podemos localizar gracias a su luz,
y que se representan a modo cruciforme). Pese
a todo, la cercanía entre este ejemplar y las estelas
paleocristianas; me hace pensar que quizás estuviera datada con unos
siglos de anterioridad -al final de este primer artículo recogemos
otra foto de la misma pieza, para compararla con aras paleo
cristianas, del siglo V-.
..
Acerca
de las estelas esquemáticas vascas, nos dice Miguel Unzueta, que se
hicieron en sillares apenas labrados, consistentes en trozos
naturalmente extraídos de cantera (comúnmente con un simple golpe
de mazo). Por ello, son bloques toscos y sin forma completada,
“que presentan los temas decorativos sobre lajas de formación
natural para cuya obtención no se requiere una gran labor de
cantería.
Son generalmente prismas de piedra arenisca de pequeño tamaño cuya
procedencia viene de la disgregación natural de la roca. Estas
piezas, dadas las características de erosión de la arenisca, se
fragmentan dando lajas o plaquetas prismáticas con una o varias
caras planas” (13)
. Concluye
este mismo autor su estudio, afirmando que la datación de estas
extrañas piezas comprende los siglos II a.C. al V d.C.; basándose
en su morfología y análisis de C/14 de los terrenos y yacimientos
en que fueron halladas. Aunque la caída en desuso de estas curiosas
estelas las fecha entorno al siglo V de nuestra era,
en base a la desaparición de ciertas formas de tradición pagana y a
la aparición de diseños cristianos
(14) .
.
Sobre la antigüedad y pervivencia de estas “inusuales” losas
vizcaínas, nos dirá la profesora M.ª
José Zabala Altube,
que para “deslindar
dentro del propio conjunto de estelas medievales, cuáles son las más
antiguas y cuáles las más modernas debemos tener gran prudencia,
pues como ya hemos apuntado arriba, el fenómeno de las perduraciones
es muy complejo (...).
Aún teniendo esto en cuenta podríamos arriesgamos a decir que las
estelas que poseen un mayor número de símbolos medievales (sobre
todo en detrimento de los antiguos) serían más modernas (...)
mientras que las que sólo tienen motivos heredados (...) serían más
antiguas. Es interesante señalar también que los motivos más
antiguos parecen ser exclusivamente geométricos, aunque su técnica
de talla y ejecución son de gran perfección, lo que nos hace
suponer que la ausencia de la figura humana, por ejemplo, se debería
seguramente a otro tipo de factores”
(15)
.
.
Conforme
a ello, distingue a autora los diseños más antiguos (con
pervivencia prerromana y romana) de los más modernos, dictaminando
la siguiente clasificación: Las que se heredan desde la Edad del
Hierro y romanización serían aquellas que representan “Bandas
horizontales o verticales originadas por dos líneas incisas
separadas entre sí unos ocho centímetro (…)
Motivos
cruciformes originados por bandas horizontales y verticales creadas
por dos líneas incisas separadas entre sí unos ocho centímetros
que se cortan (….)
Motivos
radiales originados por bandas creadas mediante líneas incisas
paralelas separadas entre sí unos ocho centímetros (…) Espiga
(...)
Dientes
de sierra (...)
Círculos
concéntricos incisos o en relieve alterno (...)
Semicírculos
tangentes a una línea”
(16a)
.
Mientras
los diseños más recientes consistirían en: “Triángulos
concéntricos y líneas acodadas paralelas (...)
Motivos
circulares (...)
Ovalas
(…) Laberinto (...)
Róleos
(…) Ajedrezado (...)
Fusiformes
(…)
Representaciones
animales (...)
Manos
(...)
Representaciones
Humanas y
Estilizaciones
de bustos humanos similares
a las que aparecen en las estelas romanas” (16b)
.
SOBRE
Y JUNTO ESTOS PÁRRAFOS: Dos
fotografías de una estela fechada entre los siglos I a.C. y I d.C.,
realizada en arenisca y hallada en Larraganena (Gorriz); tal
como se expone en el Museo Arqueológico de Bilbao (al que
agradecemos nos permita divulgar nuestras imágenes). Observemos
que sus símbolos solares, se alternan con lo que parece un escudo
con “umbo”. Aunque sin
lugar a dudas, se trata de dos representaciones de los grandes astros
(Sol y Luna) contrapuestos y cada uno de ellos por distintas caras de
la losa.
Al
lado: Curiosísima
estela fechada entre el siglo IV a I a.C.; realizada en arenisca y
hallada en Bastazarri-Gasiburu (Aratzu) -tal
como se expone en el Museo Arqueológico de Bilbao (al que
agradecemos nos permita divulgar nuestras imágenes)-. Su
esquemático diseño imita a las espinas de pez, pero nos recuerda
-sobre todo- a figuras muy anteriores; hablamos de decoraciones
conectadas con el calcolítico y con la Edad del Bronce; donde las
formas triangulares se repetían de un modo semejante. Es
posible que estas lineas esquemáticas nos hablen de redes para
pescar y cazar (tal como a mi juicio lo hacen los diseños de Los
Millares o de El Argar); o bien de mimbres usados como jaulas y
cestas por esos pescadores y cazadores. Aunque también podrían
idealizar tejidos y trenzados hechos de esparto; imprescindibles en
la antigüedad, para obtener sogas, calzados, capazos y etc...
SOBRE
Y JUNTO ESTOS PÁRRAFOS: Otras
dos fotografías que comprenden ambas caras de una estela fechada
entre los siglos I a.C. y I d.C., realizada en arenisca y hallada en
el castro romanizado de Berraga (Mungía; Zamudio) -tal
como se expone en el Museo Arqueológico de Bilbao (al que
agradecemos nos permita divulgar nuestras imágenes)-. Del mismo modo
contiene figuras astrales, que
creo se corresponden con el Sol y la Luna; junto a representaciones
como el “triskele” con las hélices; símbolo del giro en el
Universo.
Al
lado: Estela con forma de ara
cuadrangular, fechada en misma época y procedente de un igual
oppidum a la de imágenes anteriores (siglos I a.C. y I d.C.,
realizada en arenisca y hallada en el castro romanizado de Berraga;
Mungía, Zamudio) -tal como
se expone en el Museo Arqueológico de Bilbao, al que agradecemos nos
permita divulgar nuestras imágenes-. En
este caso contiene dos circunferencias que llevan en su interior los
“triskeles” traspasados por una gran cruz. Su simbolismo es
evidentemente astral (no cristiano) y seguramente señala el Sol y la
Luna (con su rotación propia), marcando los puntos cardinales con
esa cruz. Pues en época
precristiana, aquel símbolo cruciforme señalaba las lineas de
orientación, que se lograban observando los astros: Norte-Sur
(Cardo) y Este-Oeste (Decumanus) -tal como trazaban los augures
latinos-.
SOBRE,
BAJO Y JUNTO ESTOS PÁRRAFOS: Tres
imágenes de otra interesante estela procedente del mismo castro
ibero-romano que las anteriores. De igual modo se trata de una pieza
hecha en caliza y fechada entre los siglos I a.C. al I d.C.; hallada
en Berraga, Mungía; Zamudio -tal
como se expone en el Museo Arqueológico de Bilbao, al que
agradecemos nos permita divulgar nuestras imágenes-. Presenta una
gran cruz realizada con dos lineas que atraviesan “empacando” la
losa entera; dejando ver cruces en todas sus caras y aristas. A
mi juicio, claramente estos símbolos significan los puntos
cardinales; que eran fundamentales para los pescadores y gentes del
mar (necesitados de orientación para sobrevivir en el Cantábrico y
retornar a tierra).
BAJO
Y JUNTO ESTOS PÁRRAFOS: Dos
fotos de una curiosa estela con forma de cabeza cortada -tal
como se expone en el Museo Arqueológico de Bilbao, al que
agradecemos nos permita divulgar nuestras imágenes-. Se trata
también de una arenisca y procede de San Esteban de Mesterika
(Meñaka), estando fechada
entre los siglos III al I a.C.. Las cabezas cortadas eran un símbolo
de poder sagrado entre los celtas -al igual que el roble-. Estos,
cercenaban las testas a los enemigos, para lucirlas colgadas o bien
para decorar sus templos y hasta los dinteles de las casas. Se
considera que concedían a esos “trofeos” el poder de trasmitir
el alma o la fuerza del vencido. Una costumbre común entre muchos
pueblos antiguos y guerreros.
Al
lado: Estela
funeraria romana, donde “Severiana la dedica a su esposo Salvicalo
de los Certimios” -tal como
se expone en el Museo Arqueológico de Bilbao (al que agradecemos nos
permita divulgar nuestras imágenes)-.
También procede de San Esteban de Gerekiz (Morga) y se fecha en
época cercana a las anteriores; aunque podemos observar que casi
nada tiene en común con ellas, pues ya es romana.
BAJO
Y JUNTO ESTOS PÁRRAFOS: Dos
imágenes de otra estela hallada en Elorriaga (Lemoa) -tal
como se expone en el Museo Arqueológico de Bilbao (al que
agradecemos nos permita divulgar nuestras imágenes)-.
Fechada en los siglos III al IV d.C., representa dos personajes, que
debemos identificar con los difuntos. Al dorso una cruz aspada (de
ocho puntas).
Al
lado: Estela hallada en
Amorebieta, datada en los siglos I al II d.C. -tal
como se expone en el Museo Arqueológico de Bilbao, al que
agradecemos nos permita divulgar nuestras imágenes-.
Se observa en ella una media luna y bajo esta, una inscripción
latina.
SOBRE,
BAJO Y JUNTO ESTOS PÁRRAFOS: Tres
imágenes de otra estela procedente de Elorriaga (Lemoa), fechada en
los siglos III al IV d.C. -tal
como se expone en el Museo Arqueológico de Bilbao, al que
agradecemos nos permita divulgar nuestras imágenes-.
En ella se presenta una losa con dibujos cruciformes iguales a los
que contienen otras estelas fechadas en siglos antes de Cristo. Por
cuanto sus signos, que nos pueden parecer cristianos, no se
corresponderían con esta época ni religión. Sino con una
simbología pagana y solar; conteniendo discos y cruces como señal
de los puntos cardinales y los astros.
III
– b) Ejemplares de Asturias, expuestos en el Museo de Oviedo:
Jose
M. Gómez-Tabanera trata de estas lápidas en su magnífica reedición
de la obra de Frankowski, ESTELAS DISCOIDEAS DE LA PENÍNSULA
IBÉRICA; donde añade un capítulo intitulado “Estelas
discoideas del Noroeste” (17) .
En ese estudio podremos ver las características de unos
pedestales de etapa romana, procedentes de tierras astur-galáicas,
datados en los siglos I al V d.C.; cuyo diseño es muy diferente a
los de aquella etapa y cultura imperial. Tomando formas totalmente
inusuales, entre las que destacan las aras talladas sobre una simple
roca y las estelas con diseños antropomórficos. Para comprenderlo
mejor, las mostraremos en fotos; añadiendo en los comentarios de
imágenes lo que de ellas nos dice Gómez-Tabanera.
SOBRE,
ESTE PÁRRAFO: Sala del Museo
Arqueológico de Oviedo -al que agradecemos nos permita divulgar
nuestras imágenes-, donde se observan varias estelas. Llama la
atención las que están labradas sobre una simple roca de enorme
tamaño.
AL
LADO: Pieza hallada en Selorio
(Ribadesella) hoy en el Museo
Arqueológico de Oviedo -al que agradecemos nos permita divulgar
nuestras imágenes-. Sobre
esta nos dice Gómez-Tabanera que a su juicio, esa forma humana, nada
tiene que ver con la que posteriormente tomarán de las estelas
discoideas (18)
. Una apreciación con la que no podemos estar del todo de acuerdo;
pues es posible que muchas de las lápidas discoidales se originen en
este diseño antropomórfico.
AL
LADO: Estela de Marco Licinio hoy
en el Museo Arqueológico de Oviedo -al que agradecemos nos permita
divulgar nuestras imágenes-. Fechada
en los siglos II al III d.C., fue hallada en San Esteban de las Leces
(Ribadesella). Se trata de
una arenisca que presenta dos personas unidas y bajo ellas, una
inscripción latina. Estas
simplificaciones de humanos esculpidos, son a mi juicio el origen de
muchas de las estelas discoidales y de otras con apariencia
antropomorfa -como quizás es
el caso de a de Calaibria, que vamos a estudiar en la segunda parte
de nuestro trabajo-.
ARRIBA
Y AL LADO: En la superior, otra
fotografía de las salas del Museo Arqueológico de Oviedo
-al que agradecemos nos permita divulgar nuestras imágenes-.
Junto
a estas lineas, estela antropomorfa de san Esteban de Leces
(Ribadesella). También fechada entre los siglos II al III d.C., es
igualmente una arenisca. En ella vemos ya claramente el diseño
discoidal que van a seguir otras losas durante toda la Edad Media.
.
.
.
.
ARRIBA
Y AL LADO: Otras dos lápidas, esta
vez talladas sobre a piedra bruta
-tal como las muestra el Museo Arqueológico de Oviedo; al que
agradecemos nos permita divulgar nuestras imágenes-. A la izquierda,
Estela de Magnentia; sobre cuarcita, hallada en Cangas de Onis y
fechada hacia el siglo V d.C.. A la derecha, losa de Noreno, también
procedente de Cangas de Onis y fechada hacia el siglo IV d.C.. Al
lado en imagen, detalle de la
segunda.
AL
LADO: Pieza trapezoidal, llamada
Estela de Evedutonio (siglos III al IV d.C.),
tal como la expone el Museo Arqueológico de Oviedo; al que
agradecemos nos permita divulgar nuestras imágenes.
Sobre esta pieza tiene un magnífico estudio Mario Blanco Suárez,
que recomendamos consultar en cita (19) .
ABAJO:
Otra fotografía de las lápidas
medievales en el Museo Arqueológico de Oviedo; al
que agradecemos nos permita divulgar nuestras imágenes-.
Sobre ellas destacamos de nuevo el trabajo de Mario Blanco Suárez,
CARACTERIZACIÓN DE
MATERIALES PÉTREOS: LÁPIDAS,LAUDAS Y ESTELAS, DEPOSITADAS EN EL
MUSEO ARQUEOLÓGICO DE OVIEDO (publicado en 2015, por la Universidad
de Oviedo).
III
– c) Estelas publicadas, semejantes a las que vamos a estudiar:
A
continuación recogemos una serie de imágenes con piezas que se
asemejan a las que estudiaremos en la primera y segunda parte de este
trabajo nuestro:
ARRIBA
Y AL LADO: Estela de Piedra Hita, tal
como la expone el Museo Arqueológico provincial de Ávila -al que
agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-. Al
lado su cartel en la pared, donde
vemos que se trata de una estela con forma de disco y aspas. Sobre
estas lineas, la pieza en granito. Se asemeja a la de Calabria, tal
como veremos en la segunda parte de nuestro estudio.
AL
LADO: Pieza paleocristiana, del Museo
de Santillana del Mar -al que agradecemos nos permita divulgar
nuestra imagen-. Su extraña cruz, recuerda a las formas que guarda
el ara de la Casa del Temple (Toledo).
AL
LADO: Dibujo coloreado digitalmente
por mí, desde el que publican en su libro ESTELAS DISCOIDEAS DE LA
RIOJA; M.A. y Ma. Pía Pascual Mayoral -pag. 319-. En
cita (20)
incluimos lo que nos dicen
sobre esta estela los autores. Observemos
que su tosquedad nos va a recordar a la de Calaibria (Portugal).
AL
LADO: Estela de Valgañón. Dibujo
coloreado digitalmente por mí, desde el que publican en su libro
ESTELAS DISCOIDEAS DE LA RIOJA; M.A. y Ma. Pía Pascual Mayoral -pag
320-. En cita
(21)
incluimos lo que nos dicen
sobre ella los autores. Observemos
que su tosquedad y su dibujo en aspa; nos recuerda a la de Calaibria
(Portugal).
AL
LADO: Pieza empotrada en la iglesia
de Tricio. Dibujo coloreado
digitalmente por mí, desde el que publican en su libro ESTELAS
DISCOIDEAS DE LA RIOJA; M.A. Y Ma. Pía Pascual Mayoral -pag 333-. En
cita (22)
incluimos lo que nos dicen
sobre ella los autores. Observemos
que su tosquedad y su dibujo, nos recuerda a la de Calaibria
(Portugal).
AL
LADO: Estela de Vilamediana.
Dibujo coloreado digitalmente por mí, desde el que publican en su
libro ESTELAS DISCOIDEAS DE LA RIOJA; M.A. Y Ma. Pía Pascual Mayoral
-pag. 357-. En cita (23)
incluimos lo que nos dicen
sobre ella los autores. Por su
tosquedad nos recuerda a la de Calaibria (Portugal).
AL
LADO: Estela de Entrena. Dibujo
coloreado digitalmente por mí, desde el que publican en su libro
ESTELAS DISCOIDEAS DE LA RIOJA; M.A. Y Ma. Pía Pascual Mayoral -pag.
357-. En cita (24)
incluimos lo que nos dicen
sobre ella los autores. Por su
simplicidad de lineas y su representación nos recuerda a la de Casa
del Temple (Toledo).
AL
LADO: Estela
del monasterio de Bujedo (Burgos). Dibujo
coloreado digitalmente por mí, desde el que publican en su libro
ESTELAS DISCOIDEAS DE LA RIOJA; M.A. Y Ma. Pía Pascual Mayoral
-pag.359-. Donde nos dicen sobre ella: “No
54 (fig. 51) De
origen desconocido,
actualmente
está colocada en los parques que rodean al monasterio de Bujedo
(Burgos).
Realizada
en piedra arenisca, tiene una decoración muy semejante en ambas
caras: una estrella de seis puntas formada por seis radios incisos
que se entrecruzan en un punto central”.
Como vemos, es muy parecida a la que esstudiaremos, procedente de
Calaibria (Portugal).
AL
LADO: Fotografía publicada por
Carmen Jusué Simonena en su libro ESTELAS
FUNERARIAS DISCOIDEAS
DE OLITE
(NAVARRA) CARMEN JUSUE SIMONENA (25) .
Agradecemos a la autora nos
permita divulgar esta imagen publicada en su trabajo; donde
se observa otro dibujo similar al de la estela de Calaibria (que
vamos a estudiar en la segunda parte de este trabajo).
AL
LADO:
Estela de Iranzu, publicada en la página 67 de “
La colección de estelas discoideas del Museo de Navarra” de Ma.
INÉS TABAR SARRÍAS. En esta nos dice la autora que: “La
estrella de ocho puntas tiene paralelos en estelas de Apardués,
Lizaoáin,
Induráin, Sansoáin, Oroz Betelu, San Martín de Unx, Ujué, Reta,
Igal,
Nardués Andurra, Guerguetáin, Oriz, Ibiricu, Badostáin
(pag 66)”. Observemos
su similitud con un Crismón.
AL
LADO: Fotografía
publicada por Paquita
Sáenz de Urturi Rodríguez en NUEVAS
ESTELAS DISCOIDALES
EN
ALAVA (26)
.
Agradecemos a la autora nos permita divulgar la fotografía de J.
Tarriño que ella recoge en página 142; cuyos comentarios podremos
leer en cita antes mecionada. Tenemos
aquí otro ejemplo de estrella de ocho puntas toscamente labrada.
ARRIBA
Y AL LADO: Estela de San Julián, por
ambas caras, tal como la publica Paquita Sáenz de Urturi en su obra
antes mencionada. Agradecemos
a la autora nos permita divulgar la fotografía de J. Tarriño que
ella recoge en páginas 135 y 136. En
ella fecha estas dos estelas (la de Castros de Lastra y de San
Julián) entre los siglos IX y XI d.C.. Tal como recogemos en cita
(27) , donde
podemos leer los comentarios acerca de esta pieza -que por su
tosquedad y sencillez puede recordarnos a las dos que vamos a
estudiar (la de Casa del Temple y la de Calaibria)-.
ARRIBA
Y AL LADO: Sobre estas líneas,
dibujo coloreado digitalmente por mí; del que Paquita Sáenz de
Urturi presenta en obra citada y página 130. En ella vemos los
diseños de dos lápidas de los Castros de Lastra, con dibujos de
cruz de ocho aspas. Al lado, estela
tardorromana del Museo Arqueológico de Jaén; al que agradecemos nos
permita divulgar la imagen. Esta curiosa pieza presenta rasgos
“naifs” que recuerdan vagamente a las que vamos a estudiar.
AL
LADO:
Fotografía publicada por Juan Cruz Labeaga Mendiola, en su obra:
NUEVAS
ESTELAS DISCOIDEAS
DE
SANGÜESA-ROCAFORTE
(NAVARRA).
Agradecemos al autor nos permita divulgar su fotografía, de la que
expresa lo siguiente: “Apareció
este ejemplar en el año 1950 al reformarse algunos solares junto al
cementerio exterior de la iglesia. La estela se conserva completa,
aunque con algunos desconchados en el pie, y está realizada en
arenisca gris claro, y depositada en la sacristía parroquial. Dentro
de su sencillez, su anverso presenta un diseño original, un círculo
inciso recorre el disco y en sus ejes principales y en el centro
colocaron orificios redondeados. No alcanzamos a descifrar su
significado. En el reverso han reproducido, mediante líneas incisas,
un círculo central del que parten cuatro brazos en forma de cruz”
(28)
. Su tosquedad y dibujos también nos recuerdan a las que vamos a
estudiar a continuación.
SOBRE
Y JUNTO ESTAS LNEAS: Arriba,
fotografía de la estela
existente en el Museo de San Telmo, tal como la publica Jesús Ukar
Muguzábal en su obra ya citada (29
a) -agradecemos
al autor y a este museo de San Sebastián, nos permitan divulgar la
imagen-. Observemos su dibujo
en aspas y su diseño tan parecido a la estela de Calaibria, que
luego estudiaremos. Al
lado, estela de Oscásriz,
tal como la publica también Ukar Muguzábal en obra citada
(29 b) -dibujo
coloreado digitalmente por mí-. Observemos
la tosquedad de su diseño y la abstracción de sus lineas.
.
.
III
– d) Algunas imágenes de Frankowski:
Como
hemos expuesto al comenzar nuestro estudio; el libro de Eugenio
Frankowski “Estelas discoideas de la Península Ibérica”
-editado hace exactamente cien años-, constituye una cumbre
en el análisis e investigación de esas lápidas. Donde el autor
realiza una magistral exposición sobre las aras peninsulares,
conocidas hasta 1920. Añadiendo datos acerca de los pedestales
romanos y muy distintas losas antiguas (recorriendo desde las del
neolítico hasta las medievales). Esta obra, que a todos recomendamos
leer; es una de las más bellas publicadas en su tiempo sobre
antigüedades hispanas. Plena de fotografías o dibujos, y muchas
de sus láminas nos pueden resultar útiles para el estudio que
seguimos; por cuanto recogemos algunas de ellas a continuación.
AL
LADO:
Imagen tomada de la página 20 del libro de Eugenio Frankowski
“Estelas discoideas de la Península Ibérica”. En ella
comprendemos la estilización de figuras en tiempos visigóticos, tal
como sucede en las monedas; comprendiendo como desde el Crismón se
llegaría a la estrella o a la cruz de ocho puntas. Nos dice el autor
sobre ello: “Leovigíldo,
que en su corte adoptó el ceremonial de los emperadores de
Constantinopla; vestido con el traje regio, en uno con la coraza y
en otro con el manto romano (...) podemos observar una infinidad de
variedades de repetición de la coraza copiadas sin darse cuenta de
lo que representaba en su principio, hasta llegar a las figuras 8,
16, 24 y otras que sólo por comparación pueden ser consideradas
como representación del mismo objeto. Semejante estilización del
manto representan las mismas figuras”. (SIC pag. 21 )
AL
LADO: Lámina tomada de la
página 41 del libro de Eugenio Frankowski “Estelas discoideas de
la Península Ibérica”. Diferentes estelas españolas, con
distintos y complejos diseños.
AL
LADO: Lámina de la página 46 del
libro de Eugenio Frankowski “Estelas discoideas de la Península
Ibérica”. En ella vemos la esquemática Estela de Barros,
Santader.
ARRIBA
Y AL LADO: Dos imágenes tomadas del
libro de Eugenio Frankowski “Estelas discoideas de la Península
Ibérica”. En la superior, fotos
de la pag. 52, con estelas de Vizcaya. Al lado,
Estelas de Guipúzcoa, tal como
las recogía en su página 54.
ARRIBA
Y AL LADO: Dos láminas tomadas del
libro de Eugenio Frankowski. Arriba,
estelas del Valle de Baztán, recogidas en su página 77. Al
lado, estelas del país
vasco-francés, imagen tomada en su página 86.
.
ABAJO:
Pieza casi igual a la estela de
Calaibria, que publica Frankowski en su página 103. Fue fotografiada
en Lozoya (Madrid) aunque no se ha conservado.
ABAJO:
Estelas romanas del Valle del Duero,
según Frankowski (pag 150).
ARRIBA
Y AL LADO: Dos láminas más, tomadas
del libro de Eugenio Frankowski “Estelas discoideas de la Península
Ibérica”. A lado,
diversos tipos de diseños en las estelas, figura de la página 175.
Abajo, mapa de los descubrimientos de estelas, en el Norte Peninsular (pag 176). Observemos que junto al Duero, en el área de Portugal; fueron halladas multitud de estas piezas.
Abajo, mapa de los descubrimientos de estelas, en el Norte Peninsular (pag 176). Observemos que junto al Duero, en el área de Portugal; fueron halladas multitud de estas piezas.
IV
- LA ESTELA DE CASA DE TEMPLE (Toledo)
Antes
de internarnos en el análisis de la pieza, vamos a recoger varias
fotos de esta:
ARRIBA
Y AL LADO: Dos imágenes del ara de
Casa del Temple en Toledo. La pieza procede de Sos del Rey Católico
(Zaragoza) y hasta hoy se fecha en el siglo VII d.C.. En
la foto superior, vista desde un
lateral sin inscripciones, donde se observa que es claramente un ara
o pilar. Al lado, sus
dibujos incisos en una sola cara.
ARRIBA
Y AL LADO: Dos fotografías del ara
de Casa del Temple en Toledo. Arriba,
detalle de su lateral con dibujos (que más tarde analizaremos). Al
lado, vista superior donde se
comprende que es a parte alta de un pedestal terminado en forma de
cono con un vano (figurando un cipo, o más bien un obelisco).
.
.
ABAJO: Otra imagen de la misma pieza,
en su zona baja (lugar que entraría en la tierra o solado). Se
observa que precisamente esta parte -que quizás tuvo en su día
mortero- es por donde ha partido. Probablemente al sacarla de su
última ubicación (una casa
antigua de Sos del Rey Católico que fue reconstruida en los años
sesenta del siglo pasado).
IV
– a) Estelas visigodas y lápidas judías:
La
datación y atribución que hoy tiene este ara de La Casa del Temple;
nos lleva hacia unas conclusiones muy cercanas a su verdadera fecha,
a su uso y significado. Bastando compararla con otras losas
altomedievales, para llegar a determinar que se trata de una pieza
paleocristiana, próxima a los siglos VI-VII d.C.. Pero con el fin de
demostrarlo y comprobarlo, primeramente veremos lo que nos dicen
varios especialistas entorno a las estelas y pedestales de estos
siglos. Sobre los que Inés Tabar y Carmén Jusué escriben:
.
“ÉPOCA
VISIGODA: Las necrópolis visigodas están formadas por
enterramientos de inhumación en los que los cadáveres eran
enterrados dentro de cajas de madera, o simplemente depositados en
sepulcros formados con piedras sueltas, muretes de mampostería o
losas. Se cubrían con una gran losa o varias más pequeñas, que
daban una total protección al enterramiento. También se utilizaron
sarcófagos de piedra monolíticos. La señalización de estas
sepulturas se realizaba con estelas, conocidas con el nombre de
cruces con laúrea. De esta época cultural se conocen en Navarra
únicamente dos necrópolis: la de Villafranca y la de Pamplona (...)
La excavación de la necrópolis de Villafranca fue una intervención
de urgencia realizada en 1987, (...) La breve excavación no
proporcionó ningún elemento que pudiera considerarse como una
estela o señalización de las sepulturas”.
.
“PRERROMÁNICO:
El único ejemplar de
estela funeraria correspondiente a estos siglos y que se puede
clasificar como "prerrománica” es un fragmento recuperado en
las recientes excavaciones de la catedral de Pamplona, reutilizado
en la cimentación de uno de los pilares góticos. Se trata de la
parte superior de una estela tallada en arenisca, de forma
redondeada, decorada únicamente en una de sus caras (43 x 37 x 22'5
cms.). La composición decorativa está formada por un círculo que
ocupa el centro de la estela, en el que se inscriben cinco círculos
yuxtapuestos que se entrecortan y originan pequeiíos espacios
poligonales ocupados por semiesferas. Este motivo central está
rodeado a su vez por un anillo de círculos con rosáceas de seis
pétalos inscritas en ellos. El conjunto está realizado con talla a
bisel, y su trazado es irregular (...) consideremos a la estela
recuperada en la catedral de Pamplona de esa misma época, por lo
tanto, con una datación en el siglo VII” .
.
“RESTOS
JUDÍOS: Los
enterramientos están señalados por lápidas de diversa tipología:
cuadrangulares, planas y horizontales, o de forma de pirámide
truncada. Talladas
en
diversos materiales, generalmente de no muy buena calidad, los
motivos
decorativos
son poco frecuentes, excepcionalmente palmas, candelabros de
siete brazos, pájaros, etc. Las inscripciones en hebreo recogen el
nombre del difunto,
la causa de la muerte, pasajes bíblicos o textos literarios, y la
fecha. De la judería de Estella procede la única lápida en hebreo
de toda la región. Está dedicada a un judío llamado Na´amán,
asesinado en tiempo y forma desconocidas, ya que la lápida conserva
solo cinco vocablos. Fue hallada junto al castillo de Belmecher,
cerca de uno de los barrios de la ciudad, Y se conserva en el Museo
de Navarra” (30)
.
AL
LADO: Estela prerrománica de la
catedral de Pamplona -tal
como la publican Inés Tabar y Carmén Jusué en su obra citada,
pagina 14-. Agradecemos a las autoras nos permitan divulgar la
imagen, en la que se aprecia un estilo claramente islámico. Sin
parecidos con el ara de Casa del Temple.
ABAJO: Lápida hebrea, procedente de la judería de Estella -tal como la publican Inés Tabar y Carmén Jusué en su obra citada, pagina 15-. Agradecemos a las autoras nos permitan divulgar la imagen, en la que se aprecia que no tiene paralelos con la estela de Casa del Temple.
Vemos
en los anteriores ejemplos que el ara de Toledo es una pieza
paleocristiana, muy distinta a las aras visigodas plenas, a las
judías o a las mozárabes. Pero cercana a los diseños más
precarios del arte pre-visigótico y tardo-romano. De tal manera,
vamos a adentrarnos en las piezas de este periodo que se conocen.
.
IV
– b) Lápidas paleocristianas:
Para
juzgar si el pedestal de Casa del Temple es una pieza mozárabe;
bastará comparar las aras de iglesias como la de Wamba o San Cebrián
de Mazote, para comprender que carece de formas relacionadas con este
estilo, cargado de influencias islámicas. Como hemos dicho, tampoco
es una pieza visigoda plena, pues la tosquedad que presenta se aleja
mucho de los rasgos godos; que tienden a la imitación barbarizada
del arte latino. Así pues, la Estela de Casa del Temple, no es una
pieza prerrománica ni mozárabe; al carecer de esta necesaria mezcla
de arte cristiano y árabe (ver abajo, imágenes de Wamba y San
Cebrián de Mazote)-. Ni tampoco una estela o losa visigoda; ya que
no contiene el refinamieno del arte bárbarizado.
.
Todo
lo que nos indica que se trata de una “estela” tardo-romana y
anterior a las godas. Ya que todos sus rasgos nos llevan hacia épocas
mucho más cercanas al comienzo del cristianismo. Conforme
a esas características, vamos
a analizar los últimos hallazgos y estudios sobre lápidas de los
siglos V y VI d.C. -momento en que se dispersó esta nueva religión
en nuestra Península-. Para ello nos basaremos dos obras recientes
que exponen los últimos descubrimientos de arte paleocristiano: Una
de Santos Yanguas
-“El cristianismo en Asturias en época visigoda”-; y
otra de Carmen Fernández Ochoa-Fernando
Gil Sendino-Javier Salido Domínguez
(“Nuevas
evidencias del cristianismo en Asturias: los crismones de la villa
romana de Veranes,
Gijón)”.
.
Santos
Yanguas nos dice en El
cristianismo en Asturias en época visigoda: “Cabe
destacar, a este respecto, algún ejemplar especialmente
significativo, como el correspondiente a la piedra con
representación de varios crismones hallada en Veranes (Gijón)
(...) “Tales enclaves tendrían como marco tanto a los antiguos
asentamientos castreños
(…) En este sentido la basílica de Marialba de León y la
primitiva iglesia de San Pedro de Veranes parecen ofrecernos una
idea aproximada acerca de las características propias de aquel
cristianismo aislado (...) Aunque esta organización
eclesiástica no nos sirva para confirmar el carácter de antigua
basílica episcopal de Veranes (donde han aparecido restos de un
mosaico romano), no debemos olvidar que, desde los años centrales
del siglo V, se refugiarían en las regiones septentrionales hispanas
algunos obispos procedentes de la Meseta, al igual que sucedería
durante el siglo VIII como consecuencia de la invasión musulmana”
(31)
.
.
Por
su parte Carmen
Fernández Ochoa, Fernando Gil Sendino y Javier Salido Domínguez,
escriben en Nuevas evidencias del cristianismo en
Asturias: los crismones de la villa romana de Veranes
(Gijón): “Los
testimonios que se presentan a continuación corresponden a dos
sillares de arenisca que
contienen
símbolos
cristianos, pero
que
proceden
de
dos
lugares distintos (...) El
que denominaremos
“crismón
de la Abadía”
se encuentra
actualmente en
la puerta
de
acceso a la sacristía de la
actual Abadía de
Cenero (...) Los crismones, ampliamente representados en todo tipo de
soportes desde el siglo IV
d.C., cuando Constantino toleró el culto del Cristianismo después
del Edicto de Milán
del año 313 d.C., están
constituidos por las letras griegas Χ
y Ρ,
que corresponden a
las dos primeras
del
nombre de Cristo en griego
(Χριstός,
el ungido)
(...)
.
“En
cuanto a la datación de los crismones del primer tipo del sillar de
Veranes, pueden fecharse entre finales del siglo V d.C., que coincide
con el momento de abandono de la villa romana, y el siglo VIII d.C.,
datación obtenida por C-14 para el primer individuo inhumado en
la tumba 593. Este tipo de cristogramas simples son frecuentes en
representaciones cristianas procedentes del entorno de Roma y datadas
en momentos anteriores, entre finales del siglo IV d.C. y comienzos
del V d.C. Se han localizado en lugares tan emblemáticos como la
catacumba de Panfilo en Roma donde además de cruces, son numerosos
los crismones de este tipo (…). El amplio arco cronológico que
encierran los crismones de Veranes se puede aquilatar más a partir
de otras evidencias como, por ejemplo, los grabados, las
inscripciones y otras representaciones de cristogramas plasmadas en
manuscritos. En este sentido, el tipo de grafía de los crismones
de Veranes se asemeja notablemente a las inscripciones en soporte
pétreo fechadas entre los siglos VI y VII d.C. en Hispania, en
concreto, en las pizarras de época visigoda” (...)
.
No
obstante, según la tipología establecida por Eisenlohr,
cristogramas similares aparecidos en Hispania se podrían situar a lo
largo del siglo VI d.C. e incluso en momentos anteriores, como los
grabados interpretados como crismones localizados en Peñalba de
Villastar (Teruel), (…). El
segundo tipo de cristogramas del sillar de Veranes, mucho menos
frecuente en el
registro arqueológico, cuenta con tres trazos cursivos paralelos en
la parte inferior (…). Por otro
lado, los cristogramas de este segundo tipo de Veranes son similares
al crismón grabado en la inscripción colocada en la puerta de
acceso, quizás principal, a un monasterio de religiosas en el año
651 d.C. o 661 d.C.. descubierta en las inmediaciones de la iglesia
de Santa María de Eulalia de Mérida
(...) Todo este proceso, difícil de aquilatar cronológicamente,
debió producirse entre los siglos V y VI d.C. (…) La importancia
de los crismones hallados en Veranes, cuya datación proponemos entre
los siglos VI y VII d.C., debe apreciarse en el marco del exiguo
elenco de documentos materiales disponibles sobre las etapas
iniciales del cristianismo en Asturias”. (32)
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Estela hebrea en
la fachada de una casa de San esteban de Gormaz. El hallazgo repetido
de estas losas -de época romana, paleocristiana y judeo medieval- en
las paredes de las casas de San Estaban; hablan de necrópolis
cercanas a la población.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Dos imágenes de
la iglesia de Wamba (Valladolid), a
la que agradecemos nos permita divulgarlas.
Al lado los
restos de una columna visigótica a
la salida al claustro de Wamba.
Abajo, un
capitel mozárabe del siglo X. La estela de Casa del Temple (Toledo),
no contiene rasgos prerrománicos, siquiera visigodos -propios-.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Dos imágenes de
la iglesia de San Cebrián de Mazote (Valladolid) a
la que agradecemos nos permita divulgarlas.
Al lado,
pila bautismal tallada en un capitel mozárabe del siglo X. Abajo,
imagen del templo, con columnas romanas y visigodas reutilizadas.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Dos imágenes
del ara de Casa del Temple, con sus símbolos analizados y descritos
por mí. En nuestra teoría, contiene un Pez y un Crismón, signos
claros de su datación y significado. Tratándose de un pilar sagrado
que conmemora a Cristo con la forma griega de ICQUS
. Cuya fecha podemos calcularla más cercana al año 450 que al 550
d.C. -tal como hemos visto en
los ejemplos de Veranes, Gijón-.
.
.
.
.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Dos
imágenes tomadas del estudio: “Nuevas evidencias del cristianismo
en Asturias” (pag 399); escrito
por Carmen
Fernández Ochoa, Fernando Gil Sendino, Javier Salido Domínguez
-a quienes agradecemos nos permitan divulgarlas-.
Al
lado, sillar
de Veranes con inscripción católica, fechado entorno a los siglos
VI y VII. Abajo,
dintel con crismones de Veranes; procedente de alguna construcción
paleo-cristiana y reaprovechado en una tumba posterior; se fecha
entorno a los años 450-550 d.C..
En
ellas se observan los signos religiosos, que se datan entre los
siglos V al VI d.C.. Se
trata de dos losas que fueron usadas posteriormente fuera de su
primera ubicación (quizás una ermita paleocristiana); una de ellas
colocada en el muro del cementerio próximo, unos cien años más
tarde. Contienen
símbolos típicamente romanos, fechables entre los siglos IV al V
d.C.. A mi juicio, son de la misma época que el ara de Casa del
Temple; que debemos datar entre los años 450 y el 550.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Dos imágenes de Santa
Lucía del Trampal (Montánchez, Cáceres). Al lado,
pieza decorativa de tipo visigodo hallada en esta ermita cercana a
Montánchez, tal como se expone en el Museo Arqueológico de Cáceres
-al que agradecemos nos permita divulgar nuestra imagen-. Abajo,
la basílica de tres naves, con origen visigodo y hechuras mozárabes
-Santa Lucía del Trampal-. Observemos que la estela de Casa del
temple, muy poco tiene ya que ver con el visigodo puro, ni menos con
el mozárabe; siendo más tosca y a mi juicio muy anterior a estos
estilos.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Otras dos imágenes de
Santa Lucía del Trampal (Montánchez, Cáceres) -a la que
agradecemos nos permita divulgar nuestras fotografías-. Al
lado, detalle de un ara tardo-romana
utilizada como solado, en la parte de entrada al altar de la
basílica. Abajo, diversas
aras y piezas tardo-romanas que esperan ser situadas en su lugar de
origen, mientras se restaura la ermita. Observemos que la estela de
Casa del Temple, se asemeja mucho más a losas con rasgos
tardorromanos. Aunque al contener inscripciones cristianas, se
convierte en una “rara avis”, solo comparable a los sillares de
Veranes (Gijón)
AL
LADO: Diseños
con crismones grabados el santuario ibérico de Peñalba de
Villastar, reutilizado como eremitorio en época paleocristiana. El
dibujo es de Pérez Vilatela, publicado en el libro de Fernandez
Ochoa-Gil Sandino-Salido Domínguez (a los que agradecemos nos
permitan divulgarlo). Observemos
que estos Crismones fechados entre los siglos V y VI; son iguales a
los que contienen los sillares de Veranes (Gijón) y a las figuras
que aparecen en la estela de Casa del Temple (Toledo).
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Dos imágenes una
Estela
funeraria procedente de la Villa Romana de Buniel, conservada en el
Museo de Burgos -al
que agradecemos nos permita divulgar nuestra foto-.
Se fecha en el siglo V, tal como afirma Carmen Martín Gutiérrez
(33)
y sus dibujos e inscripciones son un interesante documento paleo
cristiano. Debemos de trazar un paralelo entre esta pieza excepcional
y la que contiene Casa del Temple; que aun siendo mucho más sencilla
y sin tanto valor, también se trataría de una de las figuras
cristianas más antiguas de España con el dibujo del “Pez” y el
“Crismón”.
IV
– c) Conclusiones a la “estela” de Casa del Temple:
A
nuestro juicio, se trata de una pilastra sagrada católica coetánea
a la estela de Buniel y a los sillares de Veranes. En cuanto a su
datación, la consideramos más cercana a las pieza fechadas hacia el
450 que a las que se fijan entorno al 600. Pudiendo así ser uno de
los primeros documentos cristianos de la Península y quizás el más
primitivo que luce un Crismón junto al Pez, de Jesús (Yctus).
.
Muy
interesante es añadir también la procedencia de la estela; de la
que sabemos estuvo hasta hace unos cincuenta años adosada en el
dintel interior de una casa antigua de Sos del Rey -en una ventana o
puerta-. El edificio fue remodelado en los años sesenta; momento
en que un derribista compraría varias piezas procedentes de la
demolición de esta vivienda. Tras ello, la estela considerada una
“peana vieja”, fue adquirida por un anticuario, que la vendió
posteriormente a un coleccionista de Madrid. Así pues, no es
extraña la antigüedad de esta pilastra, ni su importancia; dado el
lugar del que procede: Sos del Rey. Una de las Cinco Villas de
Zaragoza, cuya zona y poblaciones colindantes, están plenas de
yacimientos romanos y de restos tardo-romanos.
.
Acerca
de la importancia de este lugar, desde hace más de dos mil años;
bastará leer la magnífica página dedicada a Sos del Rey Católico
-que recogemos en cita (34)-
. Comprendiendo así la función de esta población y de sus
calzadas, desde la época de Augusto. Sobre sus yacimientos y restos,
la referida web dice textualmente: “El
contenido de las inscripciones romanas puede ser muy variado:
religioso, jurídico, monumental, histórico, honorífico,
sepulcral...; una de las inscripciones más comunes halladas en Sos
son las monumentales, realizadas en los miliarios, donde se indican
la milla de la vía, autor, motivo, fecha de construcción, nombre
del gobernador bajo el que se construyó, etc..., pero sobre todo son
numerosas las inscripciones funerarias o sepulcrales, debido, sin
duda, al descubrimiento de necrópolis en la zona”
(34)
.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Al
lado, signos paleo-cristianos que a mi
juicio guarda el ara de Casa del Temple. Abajo,
otra fotografía de la estela guipuzcoana de Baldatika (Forua), tal
como la exhibe el museo arqueológico de Bilbao -al que agradecemos
nos permita divulgar nuestra imagen-. Está
fechada en el siglo I d.C.; pero por su diseño y formas, nos
recuerda mucho al arte paleo cristiano.
Cuanto
hemos recogido en párrafos anteriores, nos puede llevar también a
concluir que Sos del Rey pudo ser uno de los emplazamientos donde se
refugiarían eremitas o clérigos católicos, durante las crisis de
los siglos V y VI. Lugar al que quizás huyen sacerdotes hispano
romanos, tras la entrada de los godos a nuestras tierras; y escapando
de los bárbaros, que eran arrianos. Pues tal como manifiestan los
estudios sobre otras losas paleo-cristianas similares y fechadas en
el siglo V. Se supone que con la caída de Roma, algunas de las
antiguas villas de zonas montañosas o inaccesibles, se convierten en
templos refugio para católicos. Lugares donde se guarecen los
cristianos hispano romanos, ante el ataque de vándalos, suevos,
alanos y godos. Este es el origen que se supone a los sillares de
Veranes (Gijón) -ver citas (31) y (32)-;
refiriendo quienes los estudiaron, su posible procedencia desde
antiguas villas, reconvertidas en santuarios y refugios para los
católicos escapados de los bárbaros. Que huirían a zonas
apartadas, trasladándose a las montañas de Asturias y Cantabria, al
aparecer las hordas de gentes que seguían la fe de Arrio. Por
todo ello, tras ver en paralelo de las laudas gijonesas, con el ara
de Casa del Temple; no debemos descartar una igual procedencia.
Nacida debido a que el área de las Cinco Villas hubiera sido también
un refugio de cristianos hispano romanos durante el siglo V y VI. Ya
que esta zona al Norte de Zaragoza, se encuentra apartada de las que
dominaban los suevos, vándalos, alanos y visigodos. Quienes
hasta el 500 principalmente se extendían por Galicia y Norte de
Portugal; el Oeste de Andalucía y por la Meseta Castellana
-territorio de los godos, denominado por ello Campos Góticos o bien
Gotoros (Torozos en Valladolid y Toro en Zamora)-
.
La
época en que fechamos la “estela” de Casa del Temple
(coetánea a los sillares de Veranes); es un momento de gran
crisis social y económica. Cuando una población hispano romana,
que había vivido en paz desde el siglo I a.C. y que desde Teodosio
profesaba la religión católica; se ve atacada por los pueblos
bárbaros. Siendo sometidos desde mediados del siglo V por los suevos
-en el Noroeste- y por los godos en la zona centro; cuando
viniendo desde Francia, avanzaron hacia la meseta y el Sur
peninsular. Todo ello culmina con la victoria de Leovigildo
-entorno al 575-, quien vence a los suevos y bizantinos; recuperando
el poder pleno del reino de Toledo. Llegando nuevamente una
estabilidad peninsular y un momento de bonanza para los hispano
romanos; cuando Recaredo -hijo de Leovigildo-, se convierte a la fe
hispano romana (el catolicismo).
.
Por
cuanto exponemos, los siglos en que se fechan las piezas de Veranes y
-a mi juicio- la de Casa del Temple; constituyen un periodo de enorme
crisis e inestabilidad. Con más de cien años de decadencia e
invasiones en la antigua Hispania. Etapa en que las comunidades
eremitas católicas se verían obligadas a esconderse en lugares de
montaña y bien protegidos -como Asturias y posiblemente, los
picos cercanos a Las Cinco Villas-. Huyendo del poder y las urbes,
menos hasta la victoria de los visigodos sobre otros bárbaros (en el
575); pudiendo desde entonces los hispano romanos regresar a la vida
social. Sobre todo tras la conversión de Recaredo, lo que permitió
fusionar las élites peninsulares con las godas, bajo una misma
religión. Por todo lo expresado, creemos que la pieza que hoy guarda
Casa del Temple; pertenece a esta época de convulsiones -que
comprende desde el 450 al 575-. Procediendo quizás de alguna de la
villas romanas cercanas a Sos del Rey Católico, reconvertidas en
cenobios o en iglesias de refugio, durante el siglo V y hasta
mediados del VI.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS:
Otras dos estelas
conservadas en Casa del Temple; en este caso se trata de piezas
discoideas; una de ellas templaria.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS:
Casona en San Esteban
de Górmaz (Soria) cuya fachada está decorada con aras romanas.
Esta población se halla muy próxima a Termantia (Tiermes) y a Uxama
(El Burgo de Osma); lo que explica la proliferación de estelas en la
zona. Al lado, una de sus ventanas (con lápidas latinas); abajo
vista general de la casa.
.
.
.
.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS:
Detalles de las estelas
en la referida casa de San Esteban de Gormaz.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Detalles de las
estelas dentro de la pared, en esta casona de San Esteban de Gormaz.
JUNTO
Y BAJO ESTAS LINEAS: Una estela romana de
la iglesia románica, en San Esteban de Gormaz. La preciosa ara
latina se conserva adosada el muro lateral del templo.
Sobre una puerta de salida para cabalgaduras; desde la que montaban
directamente a caballo -o sobre mula-; de ello la altura del vano.
.
.
SIGUE EN UNA SEGUNDA PARTE, DONDE SE ANALIZA LA ESTELA DE CALAIBRIA (Portugal). PARA LLEGAR A ELLA, PULSAR:
-----------------------------------------------------
CITAS:
-----------------------------------------------------
(1):
Nos
referimos al libro de
JESÚS UKAR MURUZABAL
“Ayer
y hoy de la estela discoidea en Navarra”
Cuadernos
de etnología y etnografía de Navarra, ISSN 0590-1871, Año nº 26,
Nº 64, 1994, págs. 275-606
.
(2):
Frases
tomadas del prólogo de Jesús Ukar -op cit. (1)-
páginas 7 y 8.
.
(3):
Estelas
funerarias en Navarra. Su evolución en el tiempo
CARMEN
JUSUÉ SIMONENA y MA. INÉS TABAR SARRÍAS
liberado
en la red como: Dialnet-EstelasFunerariasEnNavarra-144867
.
(4):
Páginas
3, 4 y 5 de la referida obra, citada en
(3)
.
.
(5):
Estelas
discoideas de Navarra Escrito
en abril de 1896 por Francisco Javier Zubiaur Carreño.
Liberado
en la red y publicado en el libro:
ESTELAS
DISCOIDEAS
DE
LA
PENÍNSULA
IBERICA
EUGENIUSZ
FRANKOWSKI (Madrid 1920)
Reeditado
por Gómez-Tabbanera en Oviedo 1989, páginas 352 y ss.
.
(6):
Ibidem
cita anterior (SIC): “Principales
motivos decorativos: 1.°
Geométricos y astros; a) los motivos geométricos (círculos,
semicírculos, arcos, escuadras, triángulos, líneas y entrelazos
etc.) están presentes en todas las estelas, prácticamente. Los
casquetes esféricos y el ajedrezado son más numerosos en
Ultrapuertos; b) las estrellas se representan en una amplia
extensión”
.
(7):
JESÚS
UKAR MURUZABAL
“Ayer
y hoy de la estela discoidea en Navarra”
Pag.
19 ; op. Citada en
(1)
.
.
(8):
Op.
Citada en
(1)
pag 20
"Sobre
las fuentes de la decoración y la simbología que aparecen en ellas,
F. J. Zubiaur basándose en el trabajo de L. Colas, señala que
muchas de las imágenes existentes en las estelas pueden tener la
siguiente procedencia:
1-
De una tradición decorativa muy antigua arraigada en el pueblo.
2-
De la magia de tipo profiláctico.
3-
De antiguas
monedas en curso.
4-
De los anagramas de Cristo y de las inscripciones funerarias y
religiosas.
5-
De la heráldica.
6-
De los relieves y monumentos del entorno.
7-
De los instrumentos propios del difunto que le sirvieron para su
trabajo en vida.
Nosotros
añadiríamos:
8-
De la capacidad creadora del artesano, capaz de combinar y crear
representaciones nuevas sin que tengan un referente anterior.
9-
También del entorno vivencial, de sus propias inquietudes y deseos,
así como de la realidad circundante que pueden proyectarse en
fenómenos artísticos.
10-
De unos libros llamados Artes del Bien
Morir utilizados
para que el cristiano pueda llevar mejor sus últimos momentos
durante la agonía.
11-
De algunas reliquias de la época medieval que presentan unas
decoraciones muy parecidas a las de las estelas.
12-
De los sellos que se utilizaban para firmar los documentos”.
Siguiendo
a ZUBIAUR CARREÑO, en
"Estelas discoideas de Navarra". E.D.P.I.
1989
.
(9):
Idem
cita anterior, pág 45
.
(10):
Idem
cita
(1):
“Al
cristiano siempre le ha preocupado morir en gracia de Dios y ya desd
la época medieval existen los "Artes bene Moriendi"".
El
Dr. Ildefonso Aldeva, dice que estos libros no están destinados al
sacerdote, sino más bien a un seglar (amigo o familiar) para que,
con su lectura, ayude al difunto a "llevar bien los últimos
momentos" en el tránsito hacia la vida eterna”. (pag 136)
“Cuando
la agonía se prolongaba, en algunas zonas de la región, algunos
familiares levantan una teja de la techumbre de la casa, para que el
alma tenga una salida libre. Se cree que eso facilita la muerte. (pag
28) CITANDO
A: BARANDIARÁN J. M. Estelas del país vasco. Ed Txertoa. San
Sebastián 1980
“Numerosos
dólmenes navarros presentan una abertura en una de las piedras
laterales, llevando a los estudiosos a creer que, posiblemente, sea
para que el alma pueda salir y entrar a la cámara funeraria. También
por esa abertura, se echaba alimento para los difuntos” (pag 28)
“C.
Clavería y J. M. de Barandiarán recogen que en algunos municipios,
era costumbre notificar la muerte del amo a las abejas, golpeando con
la mano el colmenar. También a los demás animales domésticos, a
los cuales obligan a levantarse, se les transmite el mismo aviso. No
procediendo así, luego mueren las abejas y algunos de los otros
animales” (pag
29). CITANDO
A: BARANDIARÁN J. M. Estelas del país vasco. Ed Txertoa. San
Sebastián 1980
.
(11):
Idem
cita (1)
, pag. 265
.
(12):
A
los interesados en el tema recomendamos leer
mi
libro"HIGA,
HIGO, HÍGADO Y AOJO (magia, religión y medicina) "El cuerpo en
la tradición", Valladolid 2007 (ed. fundación Joaquín Díaz).
-
y
mis artículos:
-
DE FALOS, JOYAS Y OTRAS... "BOLLAS". (Lo invisible en la
mitología: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte
XXIV). COMIENZA
AQUÍ UN ANÁLISIS SIMBÓLICO DE LAS JOYAS; con sentido mágico hasta
nuestros días.
VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/09/1-8-9.html
- DE FALOS, JOYAS Y OTRAS... "BOLLAS": CONTINUACIÓN. (Lo invisible en la mitología: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXV). -SIGNIFICADO APOTROPAICO DE LOS ABALORIOS Y COLGANTES QUE SE USABAN Y AÚN UTILIZAMOS PARA COMBATIR EL MAL FARIO- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/09/1-7.html
- DE FALOS, JOYAS Y OTRAS... "BOLLAS". CONTINUACIÓN: Pater Libero (Lo invisible en la mitología: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXVI). -SENTIDO SEXUAL DE LAS JOYAS QUE PROTEGEN, SU RELACIÓN CON EL MAL DE OJO- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/09/1-8.html
- DE FALOS, JOYAS Y OTRAS... "BOLLAS". CONTINUACIÓN: Fascinus (Lo invisible en la mitología: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXVII). -PROTEGERSE DE LA MIRADA Y DE LOS MALES SOCIALES A TRAVÉS DE LAS JOYAS CON FORMAS OBSCENAS; LA SUERTE UNIDA A UN COLGANTE QUE EVITABA LAS MALAS MIRADAS- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/09/1-7-8.html
- DE FALOS, JOYAS Y OTRAS... "BOLLAS". Continuación: El Ojo "cónico o en bola" -"alcorciles y bollas"-. (Lo invisible en la mitología: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXVIII).-VAMOS DESCUBRIENDO EL MUNDO DE LAS JOYAS EN FORMA DE BULLA O ESFERAS, RELACIONADAS CON EL OJO Y SUS MALES- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/10/1.html
- DE FALOS, JOYAS Y OTRAS... "BOLLAS". Continuación: Permanencia del arte egipcio en el mundo ibérico. (Lo invisible en la mitología: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXIX). -DEMOSTRACIÓN DE LA PERVIVENCIA DE MODELOS Y SIGNIFICADOS DE TALISMANES Y COLGANTES DURANTE CINCO MIL AÑOS- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/10/1-8-9.html
- DE FALOS, JOYAS Y OTRAS... "BOLLAS". Continuación: Dioses de la Fertilidad; Min o Minu egipcio. -RELACIÓN DEL SEXO Y LAS ENFERMEDADES VENÉREAS CON EL MAL DE OJO, SU PLASMACIÓN EN LAS JOYAS QUE LO EVITAN- (de Lo invisible en la mitología: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXX). VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/11/1-8.html
- DE FALOS, JOYAS Y OTRAS... "BOLLAS". Continuación: Dioses de la Fecundidad y su posible significado calendárico -de Egipto a Japón-. -VEMOS LA RELACIÓN PLANETARIA DE LA SEXUALIDAD Y SU CONEXIÓN DIRECTA SOBRE EL OJO Y SUS MALES, PLASMADO EN LOS DIOSES DE LA LUZ-(de Lo invisible en la mitología: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXXI). VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/11/1-9.html
- Dioses de la fertilidad, de la luz, del Sol y del oro; diosas del agua, de la Luna y la plata. (de Lo invisible en la mitología: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXXII). -MÁS SOBRE EL SIGNIFICADO DE LA SEXUALIDAD Y LA LUZ, TODO ELLO UNIDO A LOS TALISMANES Y JOYAS QUE ALEJABAN EL MAL DE LAS TINIEBLAS; EL AOJO- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/12/1-6.html
- DE FALOS, JOYAS Y OTRAS... "BOLLAS": CONTINUACIÓN. (Lo invisible en la mitología: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXV). -SIGNIFICADO APOTROPAICO DE LOS ABALORIOS Y COLGANTES QUE SE USABAN Y AÚN UTILIZAMOS PARA COMBATIR EL MAL FARIO- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/09/1-7.html
- DE FALOS, JOYAS Y OTRAS... "BOLLAS". CONTINUACIÓN: Pater Libero (Lo invisible en la mitología: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXVI). -SENTIDO SEXUAL DE LAS JOYAS QUE PROTEGEN, SU RELACIÓN CON EL MAL DE OJO- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/09/1-8.html
- DE FALOS, JOYAS Y OTRAS... "BOLLAS". CONTINUACIÓN: Fascinus (Lo invisible en la mitología: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXVII). -PROTEGERSE DE LA MIRADA Y DE LOS MALES SOCIALES A TRAVÉS DE LAS JOYAS CON FORMAS OBSCENAS; LA SUERTE UNIDA A UN COLGANTE QUE EVITABA LAS MALAS MIRADAS- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/09/1-7-8.html
- DE FALOS, JOYAS Y OTRAS... "BOLLAS". Continuación: El Ojo "cónico o en bola" -"alcorciles y bollas"-. (Lo invisible en la mitología: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXVIII).-VAMOS DESCUBRIENDO EL MUNDO DE LAS JOYAS EN FORMA DE BULLA O ESFERAS, RELACIONADAS CON EL OJO Y SUS MALES- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/10/1.html
- DE FALOS, JOYAS Y OTRAS... "BOLLAS". Continuación: Permanencia del arte egipcio en el mundo ibérico. (Lo invisible en la mitología: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXIX). -DEMOSTRACIÓN DE LA PERVIVENCIA DE MODELOS Y SIGNIFICADOS DE TALISMANES Y COLGANTES DURANTE CINCO MIL AÑOS- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/10/1-8-9.html
- DE FALOS, JOYAS Y OTRAS... "BOLLAS". Continuación: Dioses de la Fertilidad; Min o Minu egipcio. -RELACIÓN DEL SEXO Y LAS ENFERMEDADES VENÉREAS CON EL MAL DE OJO, SU PLASMACIÓN EN LAS JOYAS QUE LO EVITAN- (de Lo invisible en la mitología: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXX). VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/11/1-8.html
- DE FALOS, JOYAS Y OTRAS... "BOLLAS". Continuación: Dioses de la Fecundidad y su posible significado calendárico -de Egipto a Japón-. -VEMOS LA RELACIÓN PLANETARIA DE LA SEXUALIDAD Y SU CONEXIÓN DIRECTA SOBRE EL OJO Y SUS MALES, PLASMADO EN LOS DIOSES DE LA LUZ-(de Lo invisible en la mitología: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXXI). VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/11/1-9.html
- Dioses de la fertilidad, de la luz, del Sol y del oro; diosas del agua, de la Luna y la plata. (de Lo invisible en la mitología: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte XXXII). -MÁS SOBRE EL SIGNIFICADO DE LA SEXUALIDAD Y LA LUZ, TODO ELLO UNIDO A LOS TALISMANES Y JOYAS QUE ALEJABAN EL MAL DE LAS TINIEBLAS; EL AOJO- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/12/1-6.html
.
(13):
Miguel
Unzueta Portilla
LA
ESTELA PRERROMANA EN BIZKAIA: Nuevas aportaciones y ensayo de
interpretación histórica
Cuadernos
de Sección. Antropología-Etnografía 10. (1994) p. 19-38 ISBN:
8487471-57-9 Donostia: Eusko Ikaskuntza
“TIPOLOGIA
DE LA ESTELA PRERROMANA
“Para
la elaboración de los diversos tipos dentro de la estela prerromana
hemos tenido en consideración tanto la técnica de talla, como su
forma y decoración. En función de estas variables hemos de
considerar tres apartados:
Estela
sobre soportes no labrados o escasamente preparados. Tipos N. Se
trata de piezas que presentan los temas decorativos sobre lajas de
formación natural para cuya obtención no se requiere una gran labor
de cantería. Son generalmente prismas de piedra arenisca de pequeño
tamaño cuya procedencia viene de la disgregación natural de la
roca. Estas piezas, dadas las características de erosión de la
arenisca, se fragmentan dando lajas o plaquetas prismáticas con una
o varias caras planas”. (SIC pag 32)
.
(14):
idem
cita anterior (SIC pags 33 y 34)
“FECHACION
Y ATRIBUCION CULTURAL
(pag 33)
“Cuando
elaboramos la hipótesis de trabajo inicial trazamos un marco
cronológico amplio,
desde
el siglo I a.C. hasta el IV. d.C. para fechar los materiales que
entonces tratábamos” (33)
“La
argumentación era sencilla, pero evidente ya que vinculaba el origen
de este tipo de estelas sobre soporte labrado a la aparición, más o
menos directa, del influjo romano, que
permitió
la introducción de una técnica perfeccionada para la talla de
piedra a partir del
siglo
I a.C.
Hoy
podemos ampliar este razonamiento al disponer de los ejemplares de
Mesterika
y
Gastiburu, que nos permiten relacionar los grandes temas a base de
líneas paralelas incisas
documentados
en
Berreaga,
Jainko
y
Elorriaga
con
los
esquematismos
también
incisos
de
la estela de Gastiburu. Dos fechaciones de radiocarbono C/14
procedentes de este yacimiento datan, de un modo amplio, una
ocupación
del lugar en torno a los siglos II y I a.C., al
margen
en el que debe inscribirse la estela citada”
(34)
“Sin
embargo, hemos de considerar las posibles perduraciones de estos
temas decorativos,
así
como
testimoniar
la
existencia
de
variantes
dentro
de
estos
tipos
que
pudieran
estar
motivados
tanto
por
razones
de
taller
como
por
una
evolución
de
los
modelos
iniciales
a
lo
largo
del
período romano.
Para
aproximarnos a la fecha de abandono o caída en desuso de estas
estelas anepigráficas
nos
basábamos
en
los
epígrafes
de
Elorriaga
donde
están
asociadas
-en
un
contexto
moderno-
estelas romanas, prerromanas y otras donde se superponen a los temas
cruciformes
indígenas, los elementos propios de una estela romana datable en los
siglos III a V d.C”.
(pag 34)
“Hoy
creemos que la segunda, aceptando una perduración y una convivencia
de diferentes
estelas
en una misma necrópolis, es la más adecuada para explicar la
realidad en
torno
a los siglos III y V d.C.”
(pag 34)
.
(15):
PERVIENCIAS
ICONOGRAFICAS PRE-ROMANAS EN LAS
ESTELAS MEDIEVALES VIZCAINAS
M.ª
José Zabala Altube KOBIE
(Serie Paleoantropología), Bilbao Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación
Foral de Bizkaia N.º XX, 1992/93
4.
CONCLUSIONES
Es
llamativa la gran frecuencia que encontramos de motivos heredados en
las estelas medievales vizcaínas. Si nos planteamos, en un intento
de ordenar cronológicamente, de deslindar dentro del propio conjunto
de estelas medievales, cuáles son las más antiguas y cuáles las
más modernas debemos tener gran prudencia pues como ya hemos
apuntado arriba, el fenómeno de las perduraciones es muy complejo y
una ausencia de motivos"nuevos" en una estela medieval
puede simplemente deberse a un mayor apego a motivos tradicionales
por diversas razones y no ser muestra de una mayor antigüedad. Aún
teniendo esto en cuenta podríamos arriesgamos a decir que las
estelas que poseen un mayor número de símbolos medievales (sobre
todo en detrimento de los antiguos) serían más modernas: Artea,
Iturreta, sepulcros de Zenarrutza ... mientras que las que sólo
tienen motivos heredados: Abrisketa, algunas de Argiñeta,
Larrabetzu, Meñakabarrena,Totorika ... serían más antiguas. Es
interesante señalar también que los motivos más antiguos parecen
ser exclusivamente geométricos, aunque su técnica de talla y
ejecución son de gran perfección, lo que nos hace suponer que la
ausencia de la figura humana, por ejemplo, se debería seguramente a
otro tipo de factores.
.
(16a):
Idem
cita anterior (SIC pag 204)
“A)
PERVIVENCIAS ICONOGRAFICAS
“Vamos
a comenzar este estudio presentando una serie de
motivos
de época pre-romana que perviven en los
ejemplares
que
conservamos
de
la Edad Media vizcaína. (pag
204)
1)
Bandas horizontales o verticales originadas por dos líneas incisas
separadas entre sí unos ocho centímetros.
Estas
bandas verticales formadas por incisiones paralelas las encontramos
en los cantos de estelas tabulares como la de Artea, Arrigorriaga ...
(204)
2)
Motivos cruciformes originados por bandas horizontales y verticales
creadas por dos líneas incisas separadas entre sí unos ocho
centímetros que se cortan.
Este
mismo motivo se reproduce en la estela de Meñakabarrena, estela de
inconfundible técnica medieval (204)
3)
Motivos radiales originados por bandas creadas mediante líneas
incisas paralelas separadas entre
sí
unos ocho centímetros.
Los
motivos radiales, en los que se ha querido ver siempre referencias
astrales, están plenamente representados en algunas de las estelas
más bellas de Argiñeta y en los sepulcros de Zenarrutza, entre
otros ejemplos. Su versión más simple como mera incisión en forma
de ASPA atravesada longitudinal mente por otra línea incisa,
también puede encontrarse en el registro superior del reverso de la
estela de Abrisketa (Arrigorriaga) y en el de la estela de
Arrigorriaga que antes hemos comentado con el n.º 20 ó bien como
estrella de ocho puntas en el sepulcro de Zenarrutza n.º 19. (204)
4)
Espiga.
Motivo
conocido ya desde el Hierro 1 y
repetido ampliamente. Nosotros hemos podido constatarlo en estelas
como la de Abrisketa (reverso), Arrigorriaga o Artea, si bien en
estas
dos
últimas decoran los cantos. (204)
5)
Dientes de sierra.
Este
motivo es también muy antiguo y repetido existiendo sólo en la
estela pre-romana en ejemplares discoideos y encontrándolo nosotros
tanto en cantos como en caras principales y tanto en estelas
tabulares (Arrigorriaga, Abrisketa... ) como discoideas (Argiñeta,
Larrabetzu ... ). (204)
6)
Círculos concéntricos incisos o en relieve alterno.
Tenemos
ejemplos de los dos: del primero en las estelas de Ranes
(indudablemente medieval) y Totorika (204)
7)
Semicírculos tangentes a una línea.
En
las estelas pre-romanas como en la de Lamindano (Dima) aparecen
decorando la orla. Nosotros los encontramos muchas veces como pares
de círculos concéntricos tangentes a la orla, en estelas discoideas
(Mesterika 1 y 2 ... ) o tangentes a una línea vertical recta en
estelas tabulares (Zeberio, Arrigorriaga... ) pero nunca formando
parte de la orla propiamente dicha” (204)
(16b):
Idem cita
anterior (SIC pag 205)
“B)
NOVEDADES ICONOGRAFICAS
Por
lo tanto podremos ahora discernir cuáles de los motivos que nos
aparecen en las estelas medievales vizcaínas sonexclusivos de ese
período, teniendo en cuenta, evidentemente que los epígrafes no
empiezan a aparecer hasta época romana. (204)
8)
Los triángulos concéntricos y líneas acodadas paralelas. No
aparecen de esta forma en las estelas anteriores aunque podrían ser
una derivación o estilización posterior de temas como el de espiga
o el de dientes de sierra, ambos plenamente documentados. (204)
9)
Motivos circulares.
También
se presentan con variaciones: círculos aislados (Argiñeta, Zeberio,
Finaga... ), círculos con punto central marcado (triangular de
Argiñeta), herraduras (triangular de Argiñeta y tallada, la lauda
sepulcral de Deusto), círculos abiertos con pie concéntricos
(Argiñeta), etc. 205
10)
Ovalas.
Concéntricos
encontramos en el reverso de una estela de Argiñeta, con una cruz
incisa, semejante a un laberinto. 205
11)
Laberinto.
En
la estela de S. Cristóbal de Iturreta. 205
12)
Róleos.
En
la estela de Artea y en el sepulcro exento de Zenaruza situado en la
Colegiata (datado en el s. XIII).
13)Ajedrezado.
205
En
el mismo sepulcro.
14)
Fusiformes.
En
ambos sepulcros de Zenarrutza. Estilizaciones vegetales. En algunas
estelas fragmentarias de S. Juan de Arzuaga en Zeanuri que
representan líneas incisas junto a las que hay otras más cortas
perpendiculares a éstas, Iñaki García Camino ha querido ver
estilizaciones vegetales, asignándoles el s.X.
15)
Representaciones animales. 205
En
el sepulcro de Zenarrutza situado en la Colegiata se aprecia
claramente un ave y el perfil de otro animal aunque resulta
inidentificable. Son las únicas representaciones animales que
tenemos. Estos dos sepulcros, sobre todo el de la Colegiata
ejemplifican muy bien la unión y simbiosis que realiza el hombre
vizcaíno medieval entre la copia seleccionada de motivos anteriores
y la modernidad que supone la adopción de los románicos.
16)
Mano. 205
Sólo
tenemos un ejemplo, en la estela de Gorozika. El paralelo más
cercano que hemos encontrado se halla en el Monasterio de Poblet
(Tarragona) si bien la mano de esta estela está en actitud de
bendecir y su ejecución es de mucha mejor calidad por lo que no es
exactamente igual a la nuestra. F. Cabestany, que es quien lo ha
estudiado, le asigna una datación del s. XII aunque asigna una fecha
algo más tardía a las demás estelas de este monasterio
(ss.XIII-XN). Esta fecha quizá fuera adecuada a nuestro ejemplar
debido no sólo a su decoración sino a su talla, únicamente
relieve, que denota una mayor pericia que la de épocas medievales
anteriores.
17)
Representaciones Humanas. 205
De
todas las representaciones humanas que tenemos podríamos hacer tres
grupos diferentes:
a)
Estilizaciones de bustos humanos similares a las que aparecen en las
estelas romanas (estelas de Artea e Iturreta)”. Pag 205
.
(17):
ESTELAS
DISCOIDEAS
DE
LA
PENÍNSULA
IBERICA
EUGENIUSZ
FRANKOWSKI (Madrid 1920)
Reeditado
por Gómez-Tabbanera en Oviedo 1989, ESTELAS DEL NOROESTE páginas
483 y ss.
.
(18):
Idem
cita (17)
, pag 498 y ss
.
(19):
CARACTERIZACIÓN
DE MATERIALES PÉTREOS: LÁPIDAS,LAUDAS Y ESTELAS, DEPOSITADAS EN EL
MUSEO ARQUEOLÓGICO DE OVIEDO. Mario Blanco Suárez, Universidad de
Oviedo 2015.
.
(20):
ESTELAS
DISCOIDEAS DE LA RIOJA -9 candara -
Los
columbarios de La Rioja, Antig.
Crist. (Murcia) XVI, 1999, págs. 313-368
M.A.
y M. PÍA PASCUAL MAYORAL -
HERRAMELLURI
(FIG 5)
nos
dicen los autores sobre ella
“Estela
numero 3
(Figura
5 y
lamina I)
Ejemplar
en arenisca de color beige bastante
oscuro,
empotrado en la misma pared que Ia estela
anterior.
De ella solamente se conserva el
disco
y
parte del zócalo, la union entre ambas
partes
esta
realizada de manera muy suave sin
apenas
diferenciaciOn
del cuello, de hecho, a
partir
de
los,
brazos
horizontales de la cruz, el
disco
comienza a estrecharse progresivamente.
En
la parte superior se aprecia un desconchado.
Material:
Piedra arenisca
Procedente
de la localidad de Herramélluri; actualmente se encuentra depositada
en el Mu-
seo
Provincial de Logroño. (Número de inventario 1662).
Decoración,
muy tosca, realizada mediante incisión. Consta de una cruz latina
inscrita en un
círculo
abierto en su parte inferior. El anverso carece de decoración.
La
tosquedad no esta solamente en la decoración, también en la talla,
tanto del disco como
del
vástago. El perfil muestra un abultamiento en su parte inferior”
.
(21):
Idem
cita anterior,
“VALGAÑÓN
(fig.
6)
Material:
Piedra arenisca
Actalmente
se encuentra depositada en el baptisterio de la Ermita de Nuestra
Señora de Tres-
fuentes
(Valgañón).
Entre
el disco y el vástago tiene dos pequeños lóbulos, de forma más
triangular que cir-
cular.
La decoración, tanto en el anverso como reverso fue realizada
mediante incisiones y consta
en
el anverso de cruz griega de brazos ensanchados y en el reverso de
seis rayos inscritos den-
tro
de un círculo.
Medidas:Anchura
máxima del disco: 26 cm ; Anchura del cuello: 19 cms; Anchura del
vástago: 23 cm
Grosor:
desde 12 (extremo superior) a 15 (extremo inferior)
Altura
total: 49 cmts”.
.
(22):
Idem
cita anterior,
“No
21 Tricio
(1) (fig. 21)
En
el muro oeste del edificio, sobre la puerta Oeste, hay empotrada una
de ellas. Conserva
solamente
el disco.
Material:
Piedra arenisca
La
decoración, realizada por incisión, es tan sencilla como original:
dentro de un círculo es-
tán
marcados tres brazos de una cruz. En lugar del cuarto brazo, hay dos
puntos, que podían recordar unos ojos. Al estar a gran altura,
desconocemos sus medidas”.
.
(23):
Idem
cita anterior,
"No
49-50 VILLAMEDIANA
Aunque
no hayamos tenido acceso a ellas, LUEZAS PASCUAL, R. A., «Necrópolis
medie-
val
de 'los templarios'. Villamediana de Iregua»,
Estrato,
5, 1993, pp. 62-66,
señala la existen-
cia de dos ejemplares,
aparecidos en las excavaciones realizadas en dicho yacimiento”.
.
(24):
Idem
cita anterior.
"No
48 ENTRENA
Esta
estela fue encontrada junto a la ermita de Santa Ana (...)
También
en La Rioja es complicado el tema de la datación. Por ejemplo. ¿De
qué época
son
las de Villavelayo o Tricio si los edificios en que fueron halladas
tienen tan larga tradición
de
Antigüedad?
O
también: ¿De cuándo datan las dos de Cenicero (no 36
y 37)
siendo
tan parecidas a la de Santa Ana de Entrena?
Por
ello, podemos decir que la de Santa Eugenia, tal vez sea de origen
paleocristiano, como
afirman
los autores del artículo citado en la bibliografía. Pero creemos
que la mayor parte de
ellas
es de época medieval, de los
SS.
XI, XII y XIII.
Y
las de Tómalos, Mojón de Fuente Ber-
meja,
Gallinero de Cameros y Sajazarra las más modernas, en tomo al s.
XIV 6 XV
(todo ello
con
las debidas reservas...).
(pag 360)”
.
(25):
ESTELAS
FUNERARIAS DISCOIDEAS
DE
OLITE (NAVARRA) CARMEN JUSUE SIMONENA
ANUARIO
DE EUSKO-FOLKLORE
Eusko
Ikaskuntza
Sociedad
de Estudios VascosTomo
32. —
1984. — Págs. 91-99 SIC:
“Estela
numero 3
(Figura
5 y
lamina I)
Ejemplar
en arenisca de color beige bastante
oscuro,
empotrado en la misma pared que Ia estela
anterior.
De ella sOlamente se conserva el
disco
y
parte del zOcalo, Ia union entre ambas
partes
esta
realizada de manera muy suave sin
apenas
diferenciaciOn
del cuello, de hecho, a
partir
de
los,
brazos
horizontales de la cruz, el
disco
comienza a estrecharse progresivamente.
En
la parte superior se aprecia un desconchado”
.
(26):
Paquita
Sáenz de Urturi Rodríguez en NUEVAS
ESTELAS DISCOIDALES
EN
ALAVA Cuadernos
de Sección. Antropología-Etnografía 10. (1994) p. 125-150
ISBN:
8487471-57-9
"Estela
nº 3
Procedencia:
Los
Castros de Lastra (Caranca).
(Figura
2-2; Foto 4-5).
Material:
en caliza blanda, de color blanco amarillento
en
los cortes y grisáceo en la superficie.
Estado
de conservación: malo. Se encontró muy fragmentada,
pero
manteniéndose
su
forma,
lo
que
permite su
reconstrucción.
Medidas:
Altura
total: 38 cms. (+)
Diámetro
disco anverso: 27,5 cms.
Diámetro
disco reverso: 28 cms.
Grosor
disco: 9,5 cms.
Altura
vástago: 15 cms. (+)
Anchura
vástago: en los hombros: 23 cms. y en el centro 17 cms.
Grosor
vástago: 9,5 cms.
Descripción
y decoración: es una de las piezas de
menor
tamaño que hemos encontrado y responde a las estelas de tipología
antropomorfa. Conserva el disco y parte
del
vástago en el que se marcan los hombros. Se halla
decorada
por ambas caras con un motivo radial inciso e
inscrito
en un círculo. La incisión es de tipo triangular
profunda
y
con
una
anchura
de
5
mm.
Técnicamente
es
mejor
la
realizada
en el reverso que en el anverso.
Anverso:
hemos considerado como tal la cara que
encontramos
de frente si nos situamos al pie de la sepultura.
El
motivo
decorativo
es
de
tipo
radial
siguiendo
los
ejes
primarios
y
secundarios
del
disco,
inscrito
en
un
círculo
que
no
se
ha
llegado
a
completar.
Aparecen
un
total
de
8
radios.
Algunos autores consideran este motivo como una
cruz
doble mezcla de una cruz griega
y
una cruz aspada.
Las
medidas de los radios principales son 17 cms. para el
vertical
y 24 cms. para el horizontal.
Reverso:
la decoración de esta cara es similar a la del anverso, pero más
perfecta. El
círculo
que encierra el motivo radial se halla completo. Las medidas de los
radios principales
son
23 cms. y 25 cms.
Observaciones:
En el transcurso de la Xª campaña fue localizada junto a la
cabecera de
la
sepultura nº 49.
Lugar
de depósito: en el Museo de Arqueología de Alava.
Bibliografía:
inédita.
Paralelos:
Ofrece similitudes con el motivo radial del reverso de una estela
procedente
de
Olite (Jusue, 1984, nº 1), de otra de Lozoya (Madrid) (Frankowski,
1920, 103);
de la necrópolis de Tiernes (Casa - Domenech, 1983), Navarra
(Zubiaur, 1989, 358); La Bureba (Burgos) (Peralta, 1989a). Por su
forma, ligeramente antropomorfa, la relacionamos con piezas de:
Ríocerezo (Burgos) (Frankowski, 1920, 40); Renieblas (Casa -
Domenech, 1983). Arguiñeta (Azkarate, 1984) y la de Espejo que
estudiamos más adelante”.
.
(27):
Idem
cita anterior. Paquita
Sáenz de Urturi Rodríguez (SIC, pag. 146)
“Estela
nº 8
Procedencia:
Ermita de
San
Juan y Santa Basilisa de Aistra (Zalduendo)
(Foto
nº 7 y 8).
Material:
piedra caliza muy blanda, color blanquecino.
Estado
de conservación: regular. Le falta una parte del disco y el vástago.
En el resto
ostenta
algunos desconchados
Medidas:
Altura
total: 36 cms. (+)
Diámetro
disco anverso: 32 cms.
Diámetro
disco reverso: 32 cms.
Grosor
disco: 8,5 cms.
Descripción
y decoración: Estela discoidea
que
sólo conserva el disco y el inicio del vástago
que
nos hace pensar por la forma que presenta que
pudiera
corresponder a una pieza con hombreras,
de
tipo antropomorfo, como la nº 3 de
Los
Castros
de
Lastra. Está decorada con motivos incisos por
ambas
caras y un círculo rehundido en el anverso.
La
incisión muy marcada es de tipo triangular.
Anverso:
el motivo decorativo consiste en un
círculo
rehundido en la parte central flanqueado en
la
parte superior por un triángulo formado por líneas
incisas,
dividido en dos partes; en la parte inferior
aparecen
tres líneas incisas en abanico. ¿Se trata
de
un esquemático antropomorfo?
Reverso:
su decoración, exclusivamente incisa,
presenta
un rombo dividido en cuatro partes por un
cruciforme,
en cuya base aparece un rectángulo, de
lados
ligeramente curvados, cruzado por cinco líneas
verticales,
una
de ellas es prolongación de la
línea
central del rombo.
V.
Pérez de Villarreal considera estos símbolos
como
representaciones de lo que él denomina la cruz
cósmica.
(Pérez de Villarreal, 1988).
Observaciones:
fue localizada en la tumba nº 10
de
la necrópolis que rodeaba la ermita, formando
parte
de la cabecera de la misma. Este hecho hace
pensar
a Elisa García Retes que ese no era su lugar
original,
sino que fue reutilizada de una sepultura
anterior.
Quizás no sólo se quiso completar la sepultura
sino
que también se situó como un símbolo.
Bibliografía:
García Retes, E. (1986)
Paralelos:
en lo referente a la forma encajarían los ejemplares que hemos
citado para
las
de Los Castros de Lastra. Pero en cuanto al motivo decorativo no
hemos localizado ninguno
similar.
.
Sin
embargo, sobre la primera fecha, siglo XI, por la que abogan la mayor
parte de los
investigadores
de esta problemática para datar las primeras estelas, consideramos
que se
debe
adelantar hasta el siglo IX, basándonos principalmente en los datos
que nos ha proporcionado
la
excavación
de
Los
Castros de Lastra, y que nos van a permitir no sólo fechar
las
estelas de este yacimiento, sino también las que responden
estelas
de este yacimiento, sino también las que responden a un esquema
tipológico
similar,
y que es el que nosotros hemos considerado como los tipos
a
y b.
Los
Castros de Lastra ha proporcionado dos niveles medievales, el
inferior, al que
corresponde
la ermita en torno a la cual se construyó una necrópolis, se ha
podido datar -basándonos en elementos arquitectónicos
prerrománicos, cerámicas y superposición de un
nivel
superior-, entre los siglos IX al XI. Por lo tanto al haber aparecido
varias estelas en
esta
necrópolis no tenemos dudas de fecharla entre esos siglos (IX al
XI). Datos que nos
confirman
también los epígrafes de Argineta y Abadiano. (pag 146)”
.
(28):
NUEVAS
ESTELAS DISCOIDEAS
DE
SANGÜESA-ROCAFORTE
(NAVARRA)
Juan
Cruz Labeaga Mendiola /// Cuadernos
de Sección. Antropología-Etnografía 10. (1994) p. 329-340
SIC
Pag 332
.
(29
a): JESÚS
UKAR MURUZABAL
“Ayer
y hoy de la estela discoidea en Navarra” -op citada en (7)-
imágen
pag 160 .
.
(29
b): JESÚS
UKAR MURUZABAL
“Ayer
y hoy de la estela discoidea en Navarra”
imágen
pag 160 .
.
(30):
Estelas
funerarias en Navarra. Su evolución en el tiempo CARMEN JUSUÉ
SIMONENA y MA. INÉS TABAR SARRÍAS -7 calibrí 12-
Dialnet-EstelasFunerariasEnNavarra-144867
Pags,
13 y 14. (SIC)
.
(31):
El
cristianismo en Asturias en época visigoda Narciso
Santos Yanguas -2 arial 12 tumbada-
Tiempo
y Sociedad Núm. 5, 2011, pp. 6-42 (ISSN: 1989-6883) (SIC)
Santos
Yanguas en El
cristianismo en Asturias en época visigoda: “Cabe
destacar, a este respecto, algún ejemplar especialmente
significativo, como el correspondiente a la piedra con
representación de varios crismones hallada en Veranes (Gijón), o
bien la cerámica, sin duda paleocristiana, en la que aparecen
figurados igualmente dichos objetos cristianos y que se fecha en el
siglo V, aparecida igualmente en Gijón”. (pag 15) “Tales
enclaves tendrían como marco tanto a los antiguos asentamientos
castreños (San Chuis de Allande como ejemplo más representativo)
como a las villae
astur-romanas (origen, por ejemplo, de la primera iglesia
prerrománica de Asturias en Santianes de Pravia) o, finalmente, a
antiguas termas (el caso del conocido como "Torrexón de San
Pedro" de Veranes o de la iglesia de San Pedro en Gijón, esta
última edificada sobre una parte de las construcciones termales de
la ciudad romana de Gigia) (pag 22)
Restos
de la basílica paleocristiana de Veranes (Gijón)
En
este sentido la basílica de Marialba de León y la primitiva iglesia
de San Pedro de Veranes parecen ofrecernos una idea aproximada
acerca de las características propias de aquel cristianismo aislado
(pag 32)
Aunque
esta organización eclesiástica no nos sirva para confirmar el
carácter de antigua basílica episcopal de Veranes (donde han
aparecido restos de un mosaico romano), no debemos olvidar que,
desde los años centrales del siglo V, se refugiarían en las
regiones septentrionales hispanas algunos obispos procedentes de la
Meseta, al igual que sucedería durante el siglo VIII como
consecuencia de la invasión musulmana. (pag 34)
A
modo de resumen hemos de afirmar, en primer término, que los
diferentes tipos de documentación no permiten un análisis profundo
para llevar a cabo una reconstrucción de todos estos problemas, dado
que la documentación literaria, además de resultar escasa, se fecha
en un momento tardío, al tiempo que la epigráfica parece ofrecernos
una datación insegura y muy corta (décadas finales del siglo IV e
iniciales del V). / Junto a ello los testimonios arqueológicos
(restos de hipotéticas capillas, ermitas, basílicas
paleocristianas....) nos ofrecen unos paralelismos evidentes con
otras regiones del Noroeste peninsular, en especial de León y Lugo,
cuyos primeros ejemplares arrancan de la misma época. / En este
contexto se inscriben algunos restos de especial significado hallado
en suelo astturiano, entre los que sobresalen la piedra con crismones
procedente de la porimitiva iglesia de Veranes o los fragmentos de
cerámica palocristiana encontrados en Gijón, sin olvidar los
mármoles visigodos correspondientes a la iconostasis de Santa
Cristina de Lena o al cancel de la iglesia de Santa María de Lugo de
Llanera. (pag 37)
.
(32):
Nuevas
evidencias del cristianismo en Asturias: los crismones de la villa
romana de Veranes
(Gijón)
Carmen
Fernández Ochoa, Fernando Gil Sendino, Javier Salido Domínguez
Gerión
2013, vol. 31, 385-416
(SIC)
“2.
Los crismones de Veranes y su contexto arqueológico
Los
testimonios que se presentan a continuación corresponden a dos
sillares de arenisca
que
contienen
símbolos
cristianos,
pero
que
proceden
de
dos
lugares
distintos.
El
que
denominaremos
“crismón
de
la Abadía”
se
encuentra
actualmente
en
la
puerta
de
acceso
a la sacristía de la actual Abadía
de
Cenero, a pocos kilómetros de la villa
romana
de
Veranes
y
fue llevado
a
este lugar por el párroco de Cenero, D.
Manuel
Valdés
Gutiérrez a mediados del siglo XX. El segundo sillar se halló en el
transcurso
de
las excavaciones de la villa de Veranes en el año 2008 (pag 387)
Los
crismones, ampliamente representados en todo tipo de soportes desde
el siglo
IV
d.C., cuando Constantino toleró el culto del Cristianismo después
del Edicto de
Milán
del año 313 d.C.,
están
constituidos por las letras griegas Χ
y
Ρ,
que corresponden
a
las dos
primeras
del
nombre
de Cristo en griego (Χριstός,
el
ungido).Posiblemente
la
representación
abreviada
del
Labarum
constantiniano
pasó
a
constituir
desde
estos
primeros momentos un emblema del
monarca
o marca del
poder
imperial.
(pag 391)
En
cuanto a la datación de los crismones del primer tipo del sillar de
Veranes, pueden fecharse entre finales del siglo V d.C., que coincide
con el momento de abandono de la villa romana, y el siglo VIII d.C.,
datación obtenida por C-14 para el primer individuo inhumado en la
tumba 593. Este tipo de cristogramas simples son frecuentes en
representaciones cristianas procedentes del entorno de Roma y datadas
en momentos anteriores, entre finales del siglo IV d.C. y comienzos
del V d.C. Se han localizado en lugares tan emblemáticos como la
catacumba de Panfilo en Roma donde además de cruces, son numerosos
los crismones de este tipo.(392)
El
amplio arco cronológico que encierran los crismones de Veranes se
puede aquilatar más a partir de otras evidencias como, por ejemplo,
los grabados, las inscripciones y otras representaciones de
cristogramas plasmadas en manuscritos. En este sentido, el tipo de
grafía de los crismones de Veranes se asemeja notablemente a las
inscripciones en soporte pétreo fechadas entre los siglos VI y VII
d.C. en Hispania, en
concreto,
en las pizarras de época visigoda (392)
No
obstante, según la tipología establecida por Eisenlohr,
cristogramas similares aparecidos en Hispania se podrían situar a lo
largo del siglo VI d.C. e incluso en momentos anteriores, como los
grabados interpretados como crismones localizados en Peñalba de
Villastar (Teruel),
(393)
El
segundo tipo de cristogramas del sillar de Veranes, mucho menos
frecuente en
el
registro arqueológico, cuenta con tres trazos cursivos paralelos en
la parte inferior.
En
alegorías similares, se representan en los apéndices laterales, a
ambos lados de la
rho,
las letras a (alfa) y ω
(omega)
(...) Esta misma tipología aparece en las ya citadas catacumbas de
Ex Vigna Chiaraviglio, junto al complejo de San Sebastián, en la vía
Appia Antica, cuya datación se fija entre la segunda mitad del siglo
IV y principios del V d.C (pag 394)
Por
otro lado, los cristogramas de este segundo tipo de Veranes son
similares al crismón grabado en la inscripción colocada en la
puerta de acceso, quizás principal, a un monasterio de religiosas en
el año 651 d.C. o 661 d.C.. descubierta en las inmediaciones de la
iglesia de Santa María de Eulalia
de
Mérida. En este caso, del crismón penden las dos letras griegas que
no encontramos en el sillar asturiano. 395
De
acuerdo con el análisis que hemos realizado anteriormente, podemos
llegar a la conclusión de que el sillar de la tumba 593 se podría
fechar en torno a los siglos VI–VII d.C. y quizá, preferentemente,
en el siglo VII d.C. La construcción de la tumba 593 supuso la
reutilización del sillar, pues los cristogramas no eran visibles
durante su uso como material de construcción del enterramiento (...)
Todo este proceso, difícil de aquilatar cronológicamente, debió
producirse entre los siglos V y VI d.C. (pag 396)
2.2.
El sillar de la Abadía de Cenero
La
iglesia o Abadía de San Juan Bautista de Cenero, próxima a las
ruinas de Veranes,
conserva
en la entrada de la sacristía un gran sillar de arenisca con un
grabado laciforme.
Esta
pieza, junto con otros sillares y dovelas, fue encontrada formando
parte
de un acceso a la cuadra de una casa de la aldea de Veranes.
(...) 399
el
grabado del sillar de la Abadía de Cenero puede constituir un
cristograma de tipo constantiniano que presenta una apariencia muy
esquemática debido a la técnica empleada en su ejecución,
concretamente el grabado, un simplismo que encontramos también en
grafitos del siglo IV d.C. (400)
3.
Veranes y la implantación del cristianismo en Asturias
La
importancia de los crismones hallados en Veranes, cuya datación
proponemos entre los siglos VI y VII d.C., debe apreciarse en el
marco del exiguo elenco de documentos materiales disponibles sobre
las etapas
iniciales
del cristianismo en Asturias”.(pag 403)
.
(33):
“la
pirámide ornamentada de Buniel, Burgos, y que se fecha en el
siglo
V.”
LAS
ESTELAS FUNERARIAS
DE
CANTABRIA: SU EPIGRAFÍA;
Carmen
MARTÍN GUTIÉRREZ
(Instituto
de Prehistoria y Arqueología Sautuola
,
Santander).
Espinilla
(1.7)
.
(34):
RESTOS
ROMANOS EPIGRÁFICOS EN SOS
Los
restos romanos hallados en la comarca de Sos del Rey Católico son
numerosos. El hecho de cruzar una calzada romana por el territorio,
con sus respectivos ramales, y el asentamiento de más de una villae
junto a las calzadas supone que la aparición de restos de esta gran
civilización sea constante y, al mismo tiempo,variada y
cuantiosa.Vamos a ver sólamente algunos de estos restos que por su
funcionalidad fueron grabados con inscripciones.
El
contenido de las inscripciones romanas puede ser muy variado:
religioso, jurídico, monumental, histórico, honorífico,
sepulcral...; una de las inscripciones más comunes halladas en Sos
son las monumentales, realizadas en los miliarios, donde se indican
la milla de la vía, autor, motivo, fecha de construcción, nombre
del gobernador bajo el que se construyó, etc..., pero sobre todo son
numerosas las inscripciones funerarias o sepulcrales, debido, sin
duda, al descubrimiento de necrópolis en la zona.
FRAGMENTO
EPIGRAFICO
OBJETO:
Bloque de arenisca.
LUGAR:
Sofuentes.
DESCRIPCION:
Fragmento central de un bloque de arenisca local.
INSCRIPCION:
(…)Octavio(…/…)Sergio(…/…)ro
Oc(tavi…/…e)t-Cae(cili…/…)et(…)
UBICACIÓN:
Fuente del antiguo lavadero, junto a las piscinas, en Sofuentes.
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