martes, 19 de noviembre de 2024

EBURA, ELBORA, LEBORA Y LIBORA; EL CAMINO DE TOLEDO A TITULCIA (Enigmas del río Guadarrama, capítulo VIII).

Existe un índice general con los artículos que contiene este blog, al que se llegará pulsando el siguiente enlace: https://artesimbologiayhumanismo.blogspot.com/2023/07/indice-de-articulos.html

Los capítulos se desarrollan en un texto escrito en negro y se acompañan de imágenes con un amplio comentario explicativo (recogido en rojo y cuya finalidad es razonar ideas). Si desea leer entre líneas, bastará seguir las letras negrillas y las rojas destacadas.


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Este es el capítulo OCTAVO

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Para leer el capítulo CUARTO, pulsar el siguiente enlace

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Además:

Para leer la Parte Segunda, pulsar el siguiente enlace: https://artesimbologiayhumanismo.blogspot.com/2024/02/titulcia-augustobriga-y-sus-caminos.html

Para llegar a la Parte Primera, pulsar el siguiente enlace https://artesimbologiayhumanismo.blogspot.com/2023/12/mantua-carpetana-y-miaccum-enigmas-del.html




SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Tres imágenes tomadas en El Carpio de Toledo (finca Casas de Hualdo); punto del Tajo donde se hallaba la frontera entre Vettones y Carpetanos. Aunque, siguiendo el río arriba, la linde ya no continuaba por el cauce. Pues desde la zona de Montalbán, los dominios de ambas etnias iberas se marcaban por tierra; siendo la separación, los Montes de Toledo. Arriba, paisaje tomado desde El Carpio, donde al fondo vemos los altos toledanos de San Pablo de los Montes. A medio camino, en los cortados de Montalbán se dividía la Carpetania de la Lusitania vettona. Al lado, el río Tajo, frontera de carpetanos y vettones; llegaba su linde hasta Talavera de la Reina (por el Norte) y hasta La Puebla de Montalbán, por el Sur. Abajo, al fondo, margen derecha del río que pertenecía a los carpetanos; siendo tierras de los vettones la otra orilla (donde está tomada la fotografía).




JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Al lado, el castillo de Cebolla (Toledo), sito entre la actual Talavera de la Reina y El Carpio de Tajo. A mi juicio, en estos terrenos en alto se refugiarían los carpetanos, en el año 179 a.C. intentando vencer a Roma. Pese a su estrategia, escondiéndose en uno de las pocos campos plenos de colinas en el área; Fulvio Flaco derrotaría a los iberos con una maniobra de envolvimiento. Una victoria que recoge Tito Livio, narrando como este magistrado romano estableció su cuartel, en la Ébura carpetana; donde ideó el modo de atacar por detrás a los habitantes autóctonos. Mandando parte de sus huestes hacia la retaguardia, durante la noche; al clarear el día hizo ver que se enfrentaba a los enemigos, esperándoles en la llanura (sita frente al lugar que había tomado). De ese modo, atrajo a los carpetanos hacia él; mandando atacar a su vez los campamentos de los iberos (que se hallaban detrás). Regresando Fulvio Flaco muy pronto a su cuartel general, sito en Ebura (a la entrada de Talavera de la Reina). Cuando los carpetanos vieron que ardían sus campamentos (a sus espaldas); se dividieron, avanzando unos contra el lugar donde se había replegado el general romano, mientras otros regresaban a las empalizadas propias. De este modo, las legiones vencieron en pocas horas; con una maniobra que envolvió a las huestes enemigas. A mi juicio, los campamentos carpetanos se hallarían junto a las montañas de Cebolla y en sus inmediaciones. Sobre la localización de Ébora carpetana, deducíamos en nuestro anterior capítulo, que estaba en la confluencia entre el río Alberche y el Tajo. A la entrada de la actual Talavera, en un lugar que hoy se denomina Urbanización Entramborrios y Soto Cotril. Un punto que en época prerromana era la frontera entre vettones y carpetanos; cuyos territorios en este lugar se separaban por ambos ríos (ver mapas, más abajo). .



JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
dos imágenes más del castillo de Cebolla (Toledo); donde a mi entender, se habían establecido los campamentos carpetanos, pretendiendo hacer frente a Fulvio Flaco y sus legiones. En la fotografía de abajo, se observan claramente los altos y las enormes llanuras de esta zona; cuyo nombre de Carpetania quizá procedía porque estaba formada de grandes llanos, por lo que se trataba de un cruce de caminos (según algunos, del latín “carpentum” que significa carro, por ser lugar idóneo para viajar en este transporte) .




JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
dos fotos más de este punto sito entre Cebolla y Talavera de la Reina; donde se observa el inicio de altos en el lugar. Elevaciones que comienzan en la primera población, llamada Montearagón; después de la gran planicie que rodea la ciudad toledana.




JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
mapas nuestros. Al lado, la zona de la Carpetania, en amarillo y la de los vettones en verde. Marcado con círculos rojos; lugares donde ubico la Ebora carpetana; Caesaróbriga, Elbora y Aquis (en Talavera de la Reina). Abajo, el mismo plano, donde observamos la situación en la que -a mi juicio- estaban Ebura y los campamentos carpetanos (cuando Fulvio Flaco la conquistó para Roma). Observemos la proximidad entre Cebolla y Montearagón, y el alto que se produce desde esta zona; un lugar en que comienza las colinas, protegido por los cortes y posteriores cerros cercanos a Montalbán.



INTRODUCCIÓN:

                   En la entrada anterior, recogíamos el texto completo que narraba la batalla entre Fulvio Flaco y los carpetanos (sucedida en el año 179 a.C.); tal como fue descrita por Tito Livio -aquellos lectores que deseen consultar esta parte de Ab Urbe Condita, ver Cita (25) del Capítulo VII -. Donde el autor menciona como este general romano se estableció en una ciudad llamada Ebura, desde la que venció a los carpetanos. Asimismo, en el mismo artículo concluimos que hubo dos urbes prerromanas así denominadas, a orillas del Tajo y situadas muy cerca -en mi opinión-. Una Ebura (Evandria) de los vettones, que reduzco en Talavera la Vieja (hoy hundida bajo las aguas del embalse de Valdecañas); y otra en la Carpetania, que ubiqué en Talavera de la Reina (en la confluencia del Tajo con el Alberche). Localizaciones que explicábamos en base a las referencias que daba Tito Livio y a las diversas fuentes antiguas, donde se mencionan ambas poblaciones (en especial las de Ptolomeo). Asimismo, decíamos que el nombre de Talavera, vendría al anteponer el prefijo árabe “Tel” a la voz “Ebura”. Lo que ratificaría origen de esas dos poblaciones denominadas Talavera, en las Eburas iberas. Considerando, asimismo, que Ibera y Ebura son un término paralelo, con una igual etimología o raíz; cuyo significado equivaldría a “occidente” o “atardecer” (en griego Hesperia, en latín Vesperia). Un hecho que explicaría también la denominación que tomaron los campos que rodearon a Talavera la Vieja; llamados Los Ibores. Tanto como otros diferentes topónimos prerromanos similares existentes en la Península; donde hubo una Ébora capital del Alentejo, dos más en la desembocadura del Betis (Guadalquivir) y algunas más en la Turdetania (Andalucía), entre las que destacaría Elvira (como una corrupción de esta voz).

         Asimismo, en nuestro anterior artículo, localizábamos las urbes romanas perdidas de Augustóbriga y Caesaróbriga; conforme a los datos que venimos estudiando. Llegando a deducir finalmente que Caesaróbriga, se elevó en Talavera de la Reina, pero del lado vettón (es decir, en la margen oriental del Tajo). Ya que, como sabemos, la frontera entre vettones y carpetanos se situaba en este río, hasta donde hoy se eleva la ciudad Toledana. Aunque a continuación, el Alberche marcaba el límite entre ambas etnias. Siendo tierras de Carpetania, las que se extendían en la orilla Este de su cauce; y de la Lusitania Vettona, las del lado Oeste del Alberche. De tal manera, igualmente concluimos; que la Evandria (Ebura) vettona estuvo en Talavera la Vieja. Mientras en las cercanías de Villar del Pedroso (o de Vascos de la Jara) se hallaba Augustóbriga; esta última, localizada comúnmente en Talaverilla (como también llamaron a la población hoy hundida bajo las aguas de Valdecañas). Pese a ello, tras diversos estudios y obtener unas conclusiones fidedignas sobre el tema (desarrollados en los cinco anteriores capítulos); hay lectores que afirman, no hemos analizado suficientemente las publicaciones de tres de los especialistas actuales más importantes sobre Augustóbriga o del mundo vettón. Ellos son: Dionisio Urbina, Álvarez-Sanchís y C.J. Morán Sánchez. Sobre este último, diremos que en nuestros anteriores capítulos, habíamos estudiado a fondo su libro dedicado a Augustóbriga. Acerca de los dos primeros, presentamos a continuación un análisis profundo de sus grandes estudios dedicados a Talavera de la Reina y a los vettones (respectivamente).



SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS: Tres mapas diseñados por mí. Arriba, la zona del Tajo, desde Talavera de la Reina hasta Bohonal de Ibor. A nuestra izquierda, en Talavera de la Reina, están marcadas: Lebura, Liborra, Caesaróbriga y Élbora (nombres que tomo está ciudad en época romana y tardorromana). Asimismo, el obispado de Aquis, sabemos que estuvo en esa capital toledana, quizás en la salida del río. En Villar del Pedroso (zona media, baja del mapa) vemos la localización que damos a Augustóbriga. A nuestra izquierda, Talavera la Vieja (hoy hundida bajo las aguas); donde situamos la Ebura vettona (Evandria). Recordemos que esta zona se denomina actualmente Los Ibores, a mi juicio porque allí se situaba la ciudad de Ebora (la ibera).


Al lado,
plano del área de confluencia de los ríos Alberche y Tajo; en el que hemos marcado: A nuestra derecha, Montearagón; donde considero que estaban los campamentos carpetanos que se enfrentaron a las legiones de Fulvio Flaco. En el centro del plano, el lugar donde sitúo la Ebura Carpetana en la que establecieron su campamento los romanos. Se halla en la desembocadura del Alberche; en una zona que correspondía a Carpetania, y era la frontera extrema oriental, con los vettones. Más a nuestra izquierda, marcamos Lébura, Elbora o Caesaróbriga, nombres que tuvo Talavera de la Reina; que asimismo fue obispado de Aquis.

Abajo, mapa donde he señalado las fronteras entre los carpetanos (en rojo), los vettones (en azul) y los oretanos (en morado). Observemos un cuadrado en negro, donde se contiene el lugar de Talavera de la Reina, del que hablamos. Bajo este, podemos seguir la linde entre Carpetania y la Lusitania vettona; que discurre por el río Tajo, hasta llegar a los altos de Montalbán. Donde los límites ya pasarían a los Montes de Toledo. Llegando por ellos, hasta el actual parque Cabañeros, lugar en que terminaría la frontera Sur de Carpetania. Límite colindante con los Oretanos, que se dirigía desde allí hacia el Oeste, pasando por Daimiel y alcanzando las proximidades de Villarrobledo (en Albacete). Desde este punto, subiría la frontera hacia Guadalajara, incluyendo la ciudad carpetana de Segontia (Sigüenza). Más tarde, se dirigiría el hacia el Oeste, por los montes de la Sierra de Madrid, que separaban la Carpetania de los vacceos (situados desde la actual provincia de Segovia). Continuaba la frontera por el Sistema Central, hasta Cebreros; donde limitaban los carpetanos con los vettones. A partir de este punto; la linea divisoria seguía por el río Alberche, que separaba ambas etnias; hasta llegar a Talavera de la Reina. Donde la linde se marcaba en el punto en que confluye este río con el Tajo; continuando por el cauce de este último hasta llegara Montalbán (tal como hemos visto al comenzar la explicación de este mapa). La deducción de fronteras la hemos obtenido analizando los textos clásicos y los lugares donde aparecieron verracos; signo y símbolo del dominio vettón.




JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
al lado, la llanura frente a Montearagón, donde sitúo la batalla entre Fulvio Flaco y los carpetanos. Abajo, mapa nuestro en el que hemos marcado los mismos puntos de los que habíamos hablado: Ebura carpetana; Caesaróbriga, Lebura, Elbora, y Aquis; Augustóbriga y Ebura Vettona (Evandria).






JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
al lado y abajo, Montearagón visto desde el Alberche a su paso por Talavera de la Reina (en la confluencia con el Tajo). En ambas imágenes, en la parte baja se observa el lugar donde estaría la Ebura Carpetana.





JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
al lado, el lugar donde se encontraba Ebura Carpetana. Al fondo, los altos de Montearagón. Abajo, la llanura entre Montearagón y Talavera de la Reina.






JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
dos imágenes del Alberche, en su confluencia con el Tajo; en Talavera de la Reina. Al lado, el cauce en su parte sur, con Montearagón al fondo. Abajo, la zona Norte, con el Tiétar al final.




A) EL ESTUDIO SOBRE TALAVERA, DE DIONISIO URBINA (30)

            Comienza este gran libro con un primer epígrafe, intitulado “Sobre el nombre de Talavera de la Reina”; donde el autor menciona como algunos textos antiguos aceptan el origen de la voz Talavera, desde el locativo prerromano “Aebura”. Incluyendo quienes de manera errónea identificaban esta ciudad con la Talábriga lusitana (30a) ; urbe que debemos ubicar en Portugal, a orillas del Vouga y próxima a Aveiro. Sigue el prof. Urbina, recogiendo lo que sobre el locativo de Talavera de la Reina, relataban las Relaciones Topográficas de Felipe II. Mencionando las denominaciones de Elbora, Libora; y de Aquis; estableciendo una unión entre estas palabras y la voz que significa agua en latín (haciéndola derivar de Aquas) (30b) . A continuación, el prof. Urbina menciona lo que nos dicen sobre ello autores posteriores; quienes también la identificarán con las Elbora, Libora y Aquis. Especialistas entre los que distingue al Padre Flórez y a Ponz. Citando una frase de este último, cuando escribe en su “Viage de España”: De los antiguos nombres que dan nuestros escritores á Talavera, como Libora, Ebura, Evora, ó Talabrica; escoja V. el que le parezca que sirva de origen al de hoy (30c) . Terminando por añadir Dionisio Urbina: Como venimos diciendo, el interés de la identificación de Talavera de la Reina con la antigua Elbora o Aebura, se debe a la ubicación allí de una sede episcopal y las referencias a los santos Vicente, Sabina y Cristeta, antes que la intención de llevar su antigüedad a época romana o prerromana, se trata por tanto de una cuestión de prestigio religioso antes que de orgullo arqueológico (...) La identificación de la supuesta Elbora visigoda con la romana Aebura o Evora, parte de la obra de R. Jiménez de Rada, (siglo XIII), pero el arzobispo toledano identifica Talavera con Aquis. (30d) .

           Ante lo que expresa el trabajo que analizamos, hemos de añadir que -a nuestro juicio- su autor no tiene en cuenta la existencia de dos Eburas en el Tajo. Una vettona y otra carpetana; hecho este por el cual se disputaban Talavera de la Reina y Talavera la Vieja, ser la patria chica de los santos Vicente, Cristeta y Sabina. Pese a ello, Dionisio Urbina negará que la Ebura carpetana estuviera en la ciudad toledana dedicada a la Reina; sin admitir tampoco que Talaverilla fuera Ebura vettona. Lo que nos plantea que sin la existencia de ambas, se hace muy difícil la localización de esas urbes citadas por Tito Livio, Ptolomeo y por otras tantas fuentes antiguas. Debido a lo que el profesor Urbina, llegará a situar la Ebora de los carpetanos en Consuegra; ubicación que -a mi entender- se trata de una reducción casi imposible; debido a las diferentes referencias históricas en la que aparece la población carpetana en una zona próxima al Tajo.

         Sigue la obra que estudiamos, hablando de Elbora y Aquis, como sedes episcopales visigodas, comúnmente identificadas con Talavera de la Reina. Expresando queAquis sólo se halla en el Canon IV del XII Concilio de Toledo, celebrado en el siglo VII: Dijo (Esteban, obispo de Mérida) que había sido obligado por presiones del rey (Wamba) a hacer una nueva ordenación episcopal(30e) . A continuación recogerá Urbina el criterio de Cornide, que localizaba Ebora en Talavera la Vieja; y Aquis en la capital toledana. Para seguir el autor exponiendo lo que Madoz expresa sobre ambas poblaciones (siguiendo a Cornide); ideas que ya habíamos estudiado en nuestro anterior capítulo. Más tarde, el profesor Urbina explica como Hübner y Fidel Fita, deducirán que Caesaróbriga estaba en Talavera de la Reina; conforme a las inscripciones que se fueron hallando, en las que se lee el nombre de esta ciudad hispano romana (30f) . Para terminar citando que Fernández-Miranda, Julio Mangas y Domingo Plácido, identificaron la tan buscada Augustóbriga, con Talavera de la Reina (30g) . Añadiendo finalmente Dionisio Urbina, algunas tesis un tanto “extrañas”; como la de Gómez Menor; que une voces prerromanas como la de Talabara, con el nombre de esta ciudad toledana (30h) -sin tener en cuenta que TAL es un sufijo claramente árabe, unido a Ebura tras el siglo VIII, como la gran mayoría de los investigadores admiten-.




SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Tres imágenes de Talavera de la Reina. Arriba, una foto reciente mía, junto al puente de Hierro de la ciudad. Al lado, el citado puente férreo. Abajo, el Tajo a su paso por la ciudad; vista desde la orilla derecha o norte.







JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS: al lado excavaciones recientes en el centro de Talavera (mayo de 2024). Abajo, de nuevo otra imagen del Tajo pasando el Puente de Hierro.









         Continúa Dionisio Urbina con una disertación sobre las distintas Éboras y acerca del obispado llamado Aquis, citando diversas teorías y varios autores. Afirmando que: el desarrollo de una toponimia prerromana implica lógicamente una ocupación prerromana, algo que nunca existió en Talavera de la Reina. (....) De este modo la Aebura prerromana podría o no ser la misma que la Lebura de los textos tardorromanos, pero parece difícil aceptar la identidad entre éstas, juntas o por separado, y la Elbora de los concilios visigodos (...) algunos modernos paleolingüístas, parten de la premisa que identifica el asentamiento prerromano de Aebura con Talavera de la Reina. Pero hoy sabemos sin lugar a dudas que esto no es posible, porque no existe asentamiento prerromano en Talavera de la Reina. De modo que toda la analítica basada en los nombres Talavera o Elbora parte de una premisa errónea. (30i) . Lo que significa que esta ciudad de Toledo, no se puede unir a la Ebura citada por Livio, ni con la Elbora visigoda, o con la Lebura que menciona Ptolomeo y el Anónimo de Rávena. Dejando a esta Talavera sin otro nombre antiguo, que no sea el de Caesaróbriga.

         Unas aseveraciones que nos parecen muy extrañas; pues de ser ciertas, faltaría una población ibera junto a la desembocadura del Alberche, en el valle del Tajo. En un punto con unos campos sin igual, idóneos para habitarse y para cualquier cultivo. Ricos en tierras de labor, pero asimismo, ideales para el ganado; ya que en sus proximidades se hallan los bosques del Tíetar y otros muchos, próximos a Montalbán. Negando Urbina la existencia de una urbe prerromana, que originaría la actual Talavera de la Reina. Supuesta “patria chica” de los santos Vicente, Cristeta y Sabina; asimismo, obispado de Élbora fundado por los godos. Donde estaría la Lébura que servía como parada entre Augustóbriga y Toletum; sita en una zona del Tajo, cercana a la Ebura en que Fulvio Flaco venció a los carpetanos. Aunque Dionisio Urbina decide ubicar en Consuegra esta Ebura citada pot Livio (sin muchos, fundamentos; como veremos). Por todo ello, afirma el autor que debemos desechar el origen de la palabra Talavera en los primitivos locativos Ebura o Elbora; careciendo para él de razón la etimología generalmente admitida, que la hace nacer de las voces unidas “Tal-Ebura” (30j) . Pese a ello, para nosotros resulta probado que las poblaciones actualmente denominadas Talavera, en época prerromana fueron llamadas Aibura, Aipura, Ebura o Ebora (como serían Talavera la Vieja, Talavera la Real y hasta Talavante).

        Sigue Urbina citando a Carrobles y Julio Mangas, para afirmar que Aibura o Ebora carpetana deberíamos llevarla hacia el embalse de Burujón; pues estos dos autores la identifican con el arroyo y antiguo despoblado de Alpuébrega(30k) . Un nombre que para nosotros tiene un claro origen árabe, debido a que contiene el prefijo “AL”; muy común en otros locativos musulmanes de la Península (recordemos, por ejemplo: Alcalá, Almonacid, Albuñol y larguísimo etcétera). Para justificar esta teoría, sigue el autor afirmando que Además está el hecho de que Aebura se encuentra en la Carpetania y Talavera pertenecía a los vettones. Las excavaciones arqueológicas en Talavera han puesto de manifiesto que la ciudad fue fundada en época romana y de ello se hacen eco ya algunos autores, a pesar de que existe: un fragmento que se publicara años antes; todo parece indicar que no existen materiales con una antigüedad superior al siglo I d.C.(30l) .

          Ante estas palabras del profesor Urbina, hemos de expresar que en el lado Este de los ríos Tajo y el Alberche, comenzaba la Carpetania. Lo que significa que en la orilla occidental de ambos cauces, pudo situarse esa Ebura que cita Livio; correspondiéndose con una ciudad antigua e ibera, que daría origen a la posterior Lebura tardorromana y a la Elbora visigoda. Urbes ya levantadas por El Imperio, que -a mi entender- se construyeron en la margen contraria; donde se sabe que estuvo la romana Caesaróbriga. Dando origen todas ellas a la actual Talavera. Siendo impensable que no hubiera una población ibera, en un lugar tan importante como es la confluencia del Tajo con el Alberche. Punto fundamental por su situación geográfica y su orografía; ya que constituye un cruce de caminos, en plena llanura que une el Norte peninsular con el Sur, y el Este con el Oeste (la actual Castilla, con Andalucía y la Lusitania extremeña con el paso hacia el Tajo o el Ebro) . Lugar, que -además- tenía un enorme valor por sus tierras de cultivo y por sus posibilidades ganaderas. Lo que implica que en donde actualmente se eleva Talavera de la Reina, hubo de existir una fundación prerromana; que podemos identificar con la que Livio nombra como Ebura carpetana (que hemos localizado en el lado Este del Alberche y al Norte del Tajo). Mientras es perfectamente admisible, que tras la completa dominación romana, se fundase muy cerca de ella, otra ciudad llamada Caesaróbriga; junto a la que pudo nacer una Mansión -o villa- denominada en época tardoantigua Elbora o Lebora (en recuerdo de la antigua Ebora vencida por Fulvio Flaco).




SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Tres imágenes más de Talavera de la Reina. Arriba y al lado; vista de la ciudad desde la margen contraria del río. Abajo, parte de la antigua muralla, a orillas del Tajo.






JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
al lado, excavaciones en el centro de Talavera de la Reina. Donde se observan los restos de una calle porticada hispanorromana. Abajo, dibujo de la ciudad hecho por Antonio “el de las Viñas” (Anton Van Wyngaedse), propiedad de la Biblioteca Nacional de Viena -Austria-. Realizado en 1567, pertenece a una serie de paisajes con ciudades españolas, que encargó Felipe II a este artista; afincado pocos años antes, en España (después de trabajar como pintor de batallas y corografías, para el monarca). En el dibujo se puede observar la maravilla de capital que fue esta capital toledana, coronada por un alcázar y rodeada de una portentosa muralla. A nuestra derecha, vemos el puente antiguo, que antaño estaba terminado por una torre de vigía y pontazgo. Asimismo, se diferencia claramente una gran ciudad amurallada y otra pequeña, extramuros; situada al Oeste (nuestra izquierda). Lo que pudo ser Aquis o Élbora; frente a la Caesaróbriga, que se mantendría guardada por los enormes lienzos de origen romano.



         Sigue escribiendo el profesor Urbina:Algún autor ha sugerido que antiguos enclaves prerromanos cambian de ubicación tras la conquista romana, y conservan su antiguo nombre. Los nombres de estas ciudades suelen ser indígenas, mientras que sus "apellidos" o cognomina latinos, son títulos puestos por los romanos. (...) Pero nada de esto se puede sostener hoy. (30m) . Frente a las frases anteriores, hemos de añadir -con todos mis respetos- que carecen de base histórica; pues la toponimia antigua de la Península está llena de locativos que fueron de ese modo trasportados y transformados por los romanos. Cambiando la ubicación de la población, conservando el nombre antiguo al que añadieron un sufijo o un prefijo latino. Ejemplos de ello, lo tendríamos en la Salduie ibera (Zaragoza), refundada en un lugar cercano, como Cesar Augusta; o en Arekóratas (Ágreda), trasladada a un llano próximo, donde fue “apellidada” Augustóbriga. Viéndose que sus nombres primitivos, fueron similares a la nueva denominación latina; pues Salduie se parece a Cesaraugusta (incluso a Zaragoza), del mismo modo que Arekoratas es muy cercano a Augustóbriga (y a Ágreda). Ello supone que resultaría admisible la teoría de una Ebura carpetana, luego llamada Elbora o Lebura. Al igual que se pudo fundar una urbe romana en sus proximidades, a la que llamarían Caesarobriga; en recuerdo del César; conservando el sufijo ibérico “briga”. Siendo asimismo probable, que los baños de aquel lugar, pleno de aguas; dieran origen al obispado de Aquis (quizás situados al otro lado del cauce).

            Siguiendo con el libro del profesor Urbina, escribe sobre esta Ébura carpetana: Aebura, es fácilmente identificable con la asentamiento indígena del Cerro Calderico en Consuegra, y los ejércitos romanos atravesarían Carpetania de Sur a Norte, de Consuegra a Contrebia (Fosos de Bayona, Cuenca), para adentrarse en plena comarca celtibera hacia las serranías del Alto Tajo. (30n) . Una afirmación ante la que no presenta argumentos históricos que puedan demostrar una nueva reducción de este punto; debido a que ese monte de Consuegra está considerado por todos los historiadores como la Consabura carpetana. Tal como podemos ver en mi cita (31) donde recojo una infinidad de publicaciones que así lo aseveran. Por su parte, la reducción de Aebura carpetana en el mencionado Cerro Calderico; la justifica Dionisio Urbina del siguiente modo:La Aebura prerromana que cita Livio, es evidente que no pudo estar en Lusitania ni en sus cercanías, porque entonces habría sido competencia del gobernador de la provincia Ulterior y, sin embargo, lo fue Fulvio Flaco, pretor de la Citerior, que además se acercó a Carpetania para luchar contra los Celtiberos. Una identificación pues, de Aebura con Talavera de la Reina, carece de todo fundamento. (30o) .

            De este modo y siguiendo a Urbina, debemos considerar que Ebura nunca pudo estar en la provincia Citerior; aunque lo que el autor omite es que Tito Livio nos habla del año 179 a.C.. Cuando estas áreas centrales de la Península comenzaban a ser conquistadas y por lo tanto, pasaban de los carpetanos al magistrado que la hizo suya. Ello, lleva a que no se pudieran incluir entre las divisiones romanas antes de ser dominadas; por lo que hasta esa conquista de Fulvio Flaco, el territorio llamado por entonces Carpetania, no pertenecería a ninguna de las dos Hispanias (ni Citerior, ni Ulterior). Debido a ello, el área de Talavera de la Reina, pasó a ser de la Citerior desde el año 179 a.C. (tal como marcan las fronteras provinciales). Por lo que el texto de Livio deja claro que los hechos que narra sobre Fulvio Flaco en Aebura, pertenecen a lo que por entonces se consideraba la Hispania Citerior, gobernada por aquel general. Terminando su relato, con las siguientes palabras:Tales fueron los hechos ocurridos este año en Hispania Citerior. En la Hispania Ulterior, el pretor Manlio libró varios combates con éxito contra los lusitanos (30p) . Es decir, que lo sucedido en Aebura o Ebura; ocurrió en el año 179 a.C. y en una la zona por entonces incluida en la Citerior; mientras Manlio luchaba contra los Lusitanos, en la Ulterior . Debiendo entenderse que si Fulvio Flaco conquistó la mayor parte de la Carpetania; la incluyó en sus dominios. Por lo que ese área se incorporó en la Citerior; tal como nos marcan los estudios sobre la conquista y el reparto de provincias entre el 190 y el 139 a.C. (ver los mapas a continuación). Aunque después del siglo II, esa parte central que hoy pertenece a La Mancha, se incluyó en la Hispania Ulterior; por motivos políticos. Y una vez terminada la conquista de la Península; se dividieron de manera distinta las fronteras provinciales. Sin poder admitirse que en el 179 a.C. el territorio de los carpetanos y lobetanos fueran de la Hispania Ulterior; tal como afirma Dionisio Urbina.


SOBRE ESTAS LÍNEAS: mapa de Jose Ma Roldán y de J. Santos, en el que podemos ver las fases de la conquista romana y las divisiones de las provincias conforme avanzaba (agradecemos a sus autores, nos permitan divulgarlo). En el plano, se observa como hasta el año 154 a.C.; la zona de Carpetania, al Oeste de Toletum, pertenecía a la Citerior.



SOBRE Y JUNTO ESTAS LÍNEAS:
dos mapas desarrollados por mí, marcando esas dos provincias hispanas, en los años en que Fulvio Flaco luchó contra los carpetanos. Al lado, los dominios de la Citerior y la Ulterior, en el 190 a.C. y en el 150 a.C. Vemos que la Carpetania pertenecía por entonces a la Citerior. Por lo que Fulvio Flaco pudo luchar en el Tajo y en las inmediaciones de Toledo; donde estaría la Ébura careptana, muy cercana a Talavera de la Reina. Abajo, ambas provincias, antes de las campañas de Fulvio Flaco; y las tribus iberas a las que pertenecía el resto de la Península. Observemos los territorios de los Lusitanos y Vettones, en verde (ambas etnias, comprendían la Lusitania). Los dominios carpetanos están señalados en color amarillo.


SOBRE Y BAJO ESTAS LÍNEAS: fotografías que tomé hace unos treinta años en el Cerro Calderico, de Consuegra (Toledo). Donde el prof. Dionisio Urbina sitúa la Ebura carpetana mencionada por Tito Livio. En mi cita (31) recojo una bibliografía con decenas de publicaciones escritas por los mejores especialistas, donde se reduce Consabura a esta colina de Consuegra.



              Tal como antes expresábamos, el profesor Urbina desechaba la identificación de Ebura con Talavera de la Reina; con unos argumentos que no podemos admitir. Ya que el texto de Livio dicta claramente que Fulvio Flaco había luchado contra los Carpetanos, en la Citerior. De este modo y sabiendo que la Carpetania acababa por el Oeste, en la confluencia del Tajo con el Alberche. Esa zona, hoy sita en Talavera de la Reina, pertenecía a la Citerior en el 179 a.C.. Aunque, al terminar la conquista (siglos después); esas tierras centrales que hoy son de La Mancha, se incluyeron en la Ulterior. Pero debido a todo lo expuesto; el autor descarta que la referida Ebora pudiera situarse en la Talavera toledana. Observando tan solo la posibilidad histórica de que allí se hubiera elevado Augustóbriga, o bien Caesaróbriga (30q) . Pero considerando, que en sus cercanías también pudo situarse la antigua Elbora visigoda; población que Urbina identifica con Lebura o Libora (citadas por Ptolomeo y del Anónimo de Ravena).

              Aunque esas urbes casi homónimas (Elbura o Lebura) las ubica este investigador, donde en el año 1880 se halló el famoso sarcófago de Pueblanueva: A unos quince kilómetros al Este de la ciudad toledana y en un lugar llamado Las Vegas de San Antonio. Allí considera el prof. Urbina que se elevaban la Elbora o Libora (Elbura o Lebura); situándolas en el yacimiento deSanta María de las Albueras, o las Vegas de Pueblanueva (30r) . Pedanía en la que apareció un famoso mausoleo romano, donde se encontró un sepulcro de mármol que representa a los doce apóstoles. Emplazamiento, que sin lugar a dudas, fue un importante templo y un punto sagrado. Pero que a nuestro juicio, no creemos fue el de esa ciudad tardorromana llamada Elbora o Lebura; ya que si se construye una gran urbe junto a dos ríos, lo más indicado es hacerlo en un alto y donde confluyen ambos cauces. Todo lo que se correspondería al punto en el que actualmente se eleva Talavera de la Reina. Debiendo localizarse -a mi juicio- esa Elbora o Lebora; en la orilla donde hoy se eleva la ciudad toledana, o bien en la margen contraria del cauce; así como en las cercanías de Talavera la Nueva (río abajo y camino de Las Herencias). Pero nunca antes de la confluencia entre el Alberche y el Tajo.

           Finalmente diremos que el punto en que se halla el yacimiento de Santa María de las Albueras, es prácticamente donde se sitúa la Ilurbida carpetana, citada por Ptolomeo. Reducción que parece ser aceptada por la mayoría de expertos, ya que el geógrafo alejandrino sitúa esa Ilúrbida a unos 40 kilómetros al Oeste de Toletum y unos 60 al Norte. Todo lo que nos lleva hacia un punto cercano a La Puebla de Montalbán o El Carpio, muy próximo este último de La Pueblanueva. En cuyo cerro del Órbigo se han hallado los restos de una ciudad tardo romana; dejando prácticamente resuelta la identificación del lugar, con Ilurbiga. Por lo que no creemos acepable la reducción de Elbora en este emplazamiento. Asimismo, considero personalmente que es inadecuada, la asimilación de la voz Albuera con la de Ebura; que hace el profesor Urbina (siguiendo a otros autores). Ya que el término Albuera lo relacionamos con vocablos árabes cercanos a alberca: muy relacionado con Alberche. Nombre del río que desemboca en el Tajo, unos kilómetros más adelante; cuya etimología algunos entienden desde un hidrónimo musulmán, traducido como “río del arenal”. Aunque su significado más probable sea el de “Alberca”; debido a que su caudal es regular y regaba numerosas zonas de cultivos, hasta su final en Talavera. Por último, cabría la posibilidad de que esa Ilurbida fuera la Libora que cita el Anónimo de Rávena; aunque no puede ser la Libora que menciona Ptolomeo. Pues entre las ciudades carpetanas este geógrafo incluye Ilurbida y Libora, debiendo ser urbes diferentes, pero muy cercanas. Dejando -a mi juicio- en claro que Libora era Elbora, sita en Talavera de la Reina; mientras Ilurbida se situaría en La Puebla Nueva, de Toledo.


SOBRE Y BAJO ESTAS LÍNEAS: arriba, mapa mío con la localización de La Puebla Nueva, y el mausoleo de Las Vegas de San Antonio (señalado con una estrella amarilla y roja). En verde, marcamos la hipotética situación de la ciudad carpetana de ILURBIDA. En este punto se han sucedido numerosos hallazgos arqueológicos, no solo el del citado Mausoleo, sino también los restos de una población tardo romana. Aparecida en un alto conocido como el de Santa María, llamado antaño Órbiga o Lóbriga; que algunos identifican con la urbe citada por Ptolomeo como Ilurbida. Incluso hay quienes ubican esa Ilurbida en una finca llamada La Hormiga o La Mina. Por lo demás, Ptolomeo sitúa esta Ilúrbida en las siguientes coordenadas (33) : 9º 40´ E ; 41º 40´ N ; existiendo una variación de 10´ a 30´ E en diferentes códices . Sabiendo que Ptolomeo da las siguientes coordenadas para Toletum 10º E ; 41º N. . La referida Ilurbida se situaría a unas 20 ó 30 millas al Este y a unas 40 millas al Norte de Toledo; lo que supone un lugar muy próximo a La Puebla de Montalbán o El Carpio del Tajo. Todo lo que hace identificar esta Ilurbida con el Alto de Órbiga en La Pueblanueva.


Al lado,
grabado del sarcófago hallado en 1880 en el mausoleo hispano romano de las Vegas de San Antonio -imagen tomada de la página de Mendez-Cabeza LOS PRIMEROS CRISTIANOS DEL VALLE DEL TAJO, al que agradecemos nos permita divulgarla- (32) . Se trata de una litografía publicada en el año 1883, por la revista La Ilustración Hispano Americana; donde se narraba el descubrimiento de este panteón romano y del sepulcro allí aparecido. Sarcófago que fue llamado de los doce apóstoles, al contener esculpidos a los discípulos de Cristo. El yacimiento, que fue recientemente restaurado, se encuentra a unos quince kilómetros de Talavera de la Reina, en el municipio toledano de La Pueblanueva; lugar en que cree Dioniso Urbina estaba la urbe tardorromana llamada Elbora o Lebura.

Abajo, mapa desarrollado por mí, con la hipótesis de una Ilurbida en el lado Norte del río Tajo. Partimos de una idea con un nuevo trazado de orillas; pues resulta muy difícil saber por donde transcurrían los cauces del Alberche y del Tajo hace dos mil años. Al tratarse de un enorme llano, donde se producen islas y hasta puede lograr modificarse artificialmente el curso. De este modo, podríamos considerar la posibilidad de una Ilúrbida ubicada en La Pueblanueva, pero situada en la orilla derecha (en el Alto de Orbiga, también llamado Lóbriga; donde muchos localizan esta urbe carpetana).




JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
dos imágenes del lugar en el que el Alberche une sus aguas con las del Tajo. Al lado, paso por el puente de este afluente cuando llega a Talavera. Al fondo vemos los altos de Montearagón y en la zona media de la fotografía, el lugar donde a mi juicio estuvo la Ebura carpetana. Abajo, la llanura en que pudo alzarse esa Ebura citada por Tito Livio. En estos campos, se hallaron dos verracos vettones; lo que implica estuvieron habitados en tiempos prerromanos. La aparición de esculturas vettonas en un lugar fronterizo entre esta tribu y otras etnias, es bastante común. Debido a que en los siglos XVI y XVII se decidió tirar a los ríos o sacar de las ciudades, las representaciones de verracos. Cuando algunos párrocos consideraron que desgracias como La Peste; se debían a que las gentes guardaban respeto hacia estas estatuas graníticas. Considerando los sacerdotes católicos que esa veneración hacia toritos y puercos antiguos, se relacionaba con la idolatría; e incluso con la del “becerro de oro”, recogida en el Antiguo Testamento. De este modo, durante los siglos en que La Peste y las guerras se extendían; muchos de esos verracos se arrojaron a los ríos, se destruyeron o fueron abandonados en los campos. Esculturas, que hasta entonces, se habían guardado en las poblaciones con gran dignidad; usándolas como bases de crucero, adornando muros, e incluso en el interior de las iglesias. Debido a su desalojo de algunos pueblos, podremos encontrar ejemplares en zonas que no eran territorio vettón (como sucede en la villa de Toro y largo etc); aunque siempre estarán cerca de las fronteras de esta etnia ibera. También se hallan algunos verracos en capitales ajenas a los vettones (como Toledo, Segovia, Madrid, Valladolid y etc); debido a que las trasladaron desde sus puntos de origen, algunos aficionados a las antigüedades y los nobles amantes de piezas de alta época.



JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
al lado, el Tajo a su paso por esta zona. Como podemos ver, el área que rodea Talavera es muy llana, lo que produce islotes y hasta variaciones del curso a lo largo de la Historia. Por ello, es probable que las tierras que hoy son de La Pueblanueva (actualmente en el lado Sur del río); antaño estuviera en la margen contraria. Pudiendo haber sido el alto de Lórbigo, tierras carpetanas; donde se elevase la ciudad de Ilurbida. Abajo, el valle de Cebolla , frente a La Pueblanueva. Este punto se halla detrás de Montearagón y es posible que aquí estuvieran los campamentos carpetanos que cita Livio; incluso también pudo ser el emplazamiento de la mencionada Ilúrbida.



B) Ébura, Ebora, Aibura, Evandria, Elbora, Lebora, Libura, Liburra e Ilúrbida:

             En anteriores capítulos, vimos como nuestra teoría considera que en el territorio lusitano y carpetano hubo tres Éboras -en cita (34) recojo la referencia que daba de ellas en mi Nomenclator Ibérico-. Para diferenciarlas bien, las enumeraremos del siguiente modo:

1) -EBURA lusitana: es hoy capital del Alentejo; a la que actualmente llamamos Évora; mencionada por Ptolomeo, Estrabón, Mela y Esteban de Bizancio (35) .

2) -EVURA vettona (Evandria): en territorio vettón, cerca de Cáceres y la recoge Ptolomeo con el nombre de Evandria (Eburandia). Es la que identifiqué como la Ebura vettona (siguiendo a Madoz), que situamos en Talavera la Vieja -donde comúnmente se reduce Augustóbriga- (36) .

3) -AIBORA, EBORA carpetana: la Ebura recogida por Tito Livio; en Ab Urbe Condita. Donde narra que en el año 179 a.C., Fulvio Flaco venció a los carpetanos; tras asentar su campamento en esta Aibura -Ebura- (37) . En nuestro anterior capítulo, vimos que debíamos situarla junto a la actual Talavera de la Reina; a mi juicio, donde se unen el Tajo y el Alberche. En tierras de la Carpetania; por lo tanto, en la margen Este de esa confluencia (antes de llegar a la ciudad toledana y después de Cazalegas).

             Junto a estas tres Eboras, Aiboras o Evandrias, que reduzco en Evora del Alentejo, en Talavera la Vieja y en la de la Reina. Hay otras fuentes antiguas que nos hablan de urbes cercanas, denominadas: Liborra, Libura, Lebora y Elbora. Que igualmente hemos localizado del siguiente modo:

4) -Lebora, Libura, Liborra: Mencionada por Ptolomeo entre las ciudades carpetanas (38a) con unas coordenadas que la sitúan 40 millas al Este y 45 millas al Norte de Toledo. Por lo que sabiendo que la milla romana era unos 1550 metros; podemos calcular que se alzaba muy cerca de Talavera de la Reina. Debido a ello, ha sido comúnmente identificada con esta ciudad; aunque concluimos que debemos situarla en el lado carpetano; por lo que podemos considerar que es la misma que la Ebura citada por Tito Livio. Una capital principal de esta etnia, a mi juicio, ubicada en la confluencia entre el Tajo y el Alberche; conquistada por Roma en el 179 a.C.. Ciudad que más tarde pudo adquirir esa “L” inicial, pasando a llamarse desde época imperial “L-Ebura” o “Libora”.

-También cita el Anónimo de Rávena una LEBURA, en el camino entre Toletum y Augustóbriga (38b) . Sabemos que Toletum es la capital manchega; mientras Augustóbriga comúnmente se reduce a Talavera la Vieja (aunque preferimos situarla en Villar del Pedroso). De tal modo, parece evidente que esta Lébura del “raveniense” es la Liborra de Ptolomeo y la Ebura de Livio. Sita junto a Talavera de la Reina; en la entrada Este de la ciudad.

5)- Elbora visigoda: Obispado tardo romano, que generalmente se considera en Talavera de la Reina. Asimismo, se admite que su nombre derivó de la anterior Ebura carpetana y de la Elbora romana (39) . Se puede identificar con Lebura o Libora; descendientes de la Ebora de Livio. Por lo que posiblemente, se hallaba cerca de la confluencia del Tajo y el Alberche, en un lugar muy próximo a Las Vegas de San Antonio. Donde se halló un mausoleo hispano romano fechado entorno a los siglos III-VI d.C.. Es posible que sea la heredera de otra ciudad carpetana, muy cercana a la Ebura conquistada por Fulvio Flaco; llamada Ilibura, que se sitúa en La Pueblanueva (en cuyo municipio se halla el yacimiento con el mausoleo de Las Vegas).

             A estas urbes u obispados, que se desarrollaron en el entorno de la actual Talavera de la Reina, se sumaron dos poblaciones más:

6)- Caesaróbriga romana: Fundada tras la conquista de la Lusitania y de la Carpetania. Hemos de suponer se originó a fines del siglo I a.C.; y que sus restos son los que vemos actualmente en el subsuelo de Talavera de la Reina (tanto como en el origen de sus murallas). Se documentó epigráficamente desde el siglo XIX, gracias a los estudios y hallazgos de Jiménez de la Llave, de Fidel Fita y de Hübner.

7)- Aquis: Obispado godo de esta población, que se cree fundado por Wamba. Quizá es un modo de llamar a este lugar, debido a la riqueza de sus aguas. Pudo estar en Talavera la Nueva o bien en La Pueblanueva; siendo otro nombre dado al obispado de Elbora. Se refieren a él numerosos autores de los siglos XVIII y XIX, entre los que destaca el Padre Florez, Madoz, Hermosilla y Cornide (40) .



SOBRE ESTAS LÍNEAS: arriba, mapa con mi hipótesis de la localización en las poblaciones y obispados antes citados. He excluido la Ebora lusitana (Evora) y el resto están señalados con números:

2) -EVURA vettona (Evandria): Talavera la Vieja.

3) -AIBORA, EBORA carpetana: Talavera de la Reina, donde se unen el Tajo y el Alberche; en la margen Este de esa confluencia, antes de llegar a la ciudad toledana y después de Cazalegas.

4) -Lebora, Libura, Liborra: Es la Ebura citada por Tito Livio.

5)- Elbora visigoda: En un lugar muy próximo a Las Vegas de San Antonio. Donde se halló un mausoleo hispano romano fechado entorno a los siglos III-VI d.C..

6)- Caesaróbriga romana: Sus restos son los que vemos actualmente en el subsuelo de Talavera de la Reina (tanto como en el origen de sus murallas).

7)- Aquis: Pudo estar en Talavera la Nueva o bien en La Pueblanueva; al ser otro nombre dado al obispado de Elbora.


SOBRE Y BAJO ESTAS LÍNEAS: La Geografía de Ptolomeo; traducida por Ruscelli y editada por V. Valgrisi (Venecia, 1561). Al lado, página que con las ciudades carpetanas; en ella he marcado Toletum y Libora (Liborra). Abajo, urbes vettonas; destacadas también con una estrella: Ebura (Evora de Portugal), Norba (Cáceres) y Evandria (Talavera la Vieja). Añadiremos, que en esta edición la latitud de Toledo contiene una errata (ya que es 41º, tal como he corregido).




JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Los restos de la antigua Caesaróbriga romana, en Talavera de la Reina.











B-1) Ilúrbida:

               Un epígrafe aparte, merece esta interesante población carpetana, citada por Ptolomeo; sobre la que se esconde un manto de misterio u olvido. Debido a que numerosos expertos consideraron identificarla con la Ebura, mencionada por Livio. Un paralelo imposible, porque la Ébura de Livio, que situamos junto a Talavera de la Reina; se debe aunar con la Liborra (o Libura). Por lo que el sabio alejandrino citó como ciudades carpetanas esa Ilúrbida, junto a otra llamada Libora; muy cercanas, pero que no son la misma. De tal modo, antes vimos como el geógrafo situaba Ilurbida a unos 40 kilómetros al Oeste y a unos 60 kmts. al Norte, de Toledo. Todo lo que nos lleva hacia un punto cercano a La Puebla de Montalbán o El Carpio. Aunque a su vez, Ptolomeo anotaba las coordenadas de Libora en 9º 25´ OE. ; 40º 45´N. . Mientras marcó para Ilúrbida: 9º 40´OE; 41º 40´ N. . Lo que fija una distancia entre ambas, de unas 15 millas Norte-Sur y 4 millas Este-Oeste. Consecuentemente, sabiendo que la milla romana se corresponde con unos 1550 metros; Ilúrbida estaría a unos 6 kmts. al Este y a 23 kmts. al Sur, de Libora. Así pues, situando Libora en Talavera de la Reina (quizá en la confluencia entre el Tajo y el Alberche); la orientación geodésica de Ilúrbida nos llevaría hacia un punto, entre los municipios de Cebolla y La Pueblanueva -ver mapa siguiente-. Esos datos que ofrecen las coordenadas; concuerdan con los hallazgos sucedidos en la zona; incluso con su Historia. Pues ya dijimos como en La Pueblanueva se han encontrado restos prerromanos, que numerosos expertos identifican con la Ilurbida de Ptolomeo (entre ellos, Dionisio Urbina). Y por su parte, Cebolla es un municipio de gran importancia arqueológica; pleno de yacimientos, que comprenden desde el calcolítico hasta la época mozárabe.

            Siguiendo con las fuentes clásicas que recogen esta ciudad carpetana; algunos suponen que es la misma citada por Plinio en su libro III de la Historia Natural -24 y 25; ver (41) - . Diciéndonos Dionisio Urbina que Plinio (III, 24) menciona las comunidades de los complutenses (Compluto), carenses (¿Caracca?), iluberitani (¿Ilurbida?), e ilursenses (¿llarcuris?). En el convento Caesaraugustano que, a priori, podrían ubicarse en la Carpetania (42) . Aunque, a mi juicio, el gentilicio que recoge Plinio corresponde a los originarios de “Iluberi”; por lo que considero a esos “iluberitanos”, los habitantes de Iluberri. Población de la actual Navarra que se identifica con Lumbier o Liédena; un hecho que explica por qué Plinio cita esa “comunidad” entre los de Iluro y los Iacetanos. Tal como dictan las frases del sabio romano, cuando escribe literalmente: “los ilursenses, los iluberitanos, los jacetanos” -idem (42) -. Es decir, que ILURBERI-TANI se corresponde con los oriundos de Ilurberi, próximos a Jaca; por lo que no podemos admitir que se refiera a los de Ilurbida, cuyo gentilicio sería Ilurbidetani (Ilurbidetanos). Dicho esto, a mi entender, queda claro que la única cita en fuentes clásicas de esa urbe carpetana es la de Ptolomeo, que la sitúa a unos veinte kilómetros al suroeste de Libora (Ebura = Talavera de la Reina).

             Es así como lo considera Juan L. García Alonso; quien la incluye en su estudio como Ἰλούρβιδα , señalando que Ilurbida tan solo se menciona en La Geografía del sabio alejandrino. Añadiendo este investigador un extenso comentario acerca de la etimología de su locativo -que recojo en (43) -. En el cual cita numerosos autores, quienes consideran el prefijo “ILI” como una voz vasco ibérica, con numerosas traducciones posibles. Pese a lo que -después de esa extensa disertación- Juan L. García Alonso concluye: “De ello, en todo caso, se desprendería que sería posible, después de todo, ver en un topónimo como Ilu-r-beda el elemento con el significado de ≪ciudad≫. Pero lo único que podemos hacer con relativa seguridad es clasificar el topónimo como ibérico y señalar que contiene Ilu-r- que puede ponerse en relación con uno, dos o tres elementos conocidos en vasco y en ibérico.” -idem (43) - . Por su parte, el mismo autor, añade diversas localizaciones a Ilúrbida, conforme distintos expertos indican. Destacando la que ofrece Tovar, citando al Padre Mariana, quien la ponía “cerca de las Albueras, en el valle de Sangrera, donde se cita el nombre moderno de Lorgivo (44a) . Incluyendo la reducción de Coello de Portugal, que en sus estudios sobre los caminos de Toledo, cree que Ilúrbida estaba en la orilla izquierda del Tajo (44b) . Aunque para Schulten y otros, no fue localizada (44b) .



SOBRE ESTAS LÍNEAS: mapa de Toledo y Talavera de la Reina, donde hemos marcado los siguientes puntos: En negro, Toledo (que Ptolomeo situa a 80 kilómetros al Sureste de Ilúrbida y a unos 100 al Sureste de Libora). En verde, algunas poblaciones donde se ha localizado Ilúrbida (Maqueda, La Puebla de Montalbán y El Carpio). En rojo, situación de la Libora de Ptolomeo, que identificamos con la Ebura de Livio y con la Lebora del Anónimo de Rávena. En azul, situación más probable de Ilúrbida; entre Cebolla y La Pueblanueva. En morado, la Caesaróbriga romana. En naranja, posible situación de Elbora (obispado godo) en Las Vegas de San Antonio (entre Talavera de la Reina y La Pueblanueva).



SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
arriba y al lado, fotos de las ruinas romanas de Maqueda (Toledo) donde Montero Vito cree que pudo situarse Ilúrbida. Abajo, campos de Montalban donde Montero Vito localiza esta ciudad.









              Por su parte, la reducción de Ilurbida se cierne al entorno que hemos señalado en párrafos anteriores: Unos 20 kilómetros al Sureste de Talavera (Libora); y aproximadamente 80 kilómetros al Noroeste de Toledo. Aunque según otros investigadores se alzaba en La Puebla de Montalbán; quizás, considerando que este municipio tuvo una mayor importancia Histórica a los otros (aunque carece de “genealogía arqueológica”). Pese a ello, esa ubicación presenta un problema, por haberse encontrado en tierras de Montalbán un verraco de granito; lo que lleva pensar a muchos investigadores, que era territorio vettón. Otros expertos, mencionan que Ilurbida se hallaba en El Carpio del Tajo, aduciendo que Cebolla y La Pueblanueva, estarían demasiado cerca de Talavera (lugar de la Libora de Ptolomeo; otra de las grandes urbes carpetanas). Finalmente, tal como ya escribíamos antes, la hipótesis más admitida es suponer que se elevaba sobre el yacimiento de Santa María de las Albueras, en La Pueblanueva. Reducción que parece ser aceptada por la mayoría, debido a las coordenadas que refiere el geógrafo alejandrino. Todo lo que nos lleva hacia un punto cercano a Cebolla o La Pueblanueva.

               Como decíamos en imágenes del epígrafe anterior, comúnmente se admite que Ilurbida estuvo en el cerro del Órbigo (La Pueblanueva); donde se han hallado los restos de una ciudad tardo romana. Entre los que apoyan esta hipótesis se hallan: Fernández-Miránda y Mangas; destacando también Dionisio Urbina. Quien expone esa reducción en su libro La Carpetania romana y los carpetanos indígenas: tribu, etnia, nación o el país de los escarpes (45) ; incluyendo a Plinio como fuente. Aunque esta ubicación del profesor Urbina, choca -en parte- con el lugar donde él sitúa Libora, en su estudio sobre Talavera de la Reina -ver (30) -. Al fijar Libora, en Las Vegas de San Antonio; que también pertenece a La Pueblanueva. Por lo que ambas urbes carpetanas distarían apenas unos cinco kilómetros. Debido a ello, nuestra opinión es que Libora estaría en la misma Talavera (a la entrada de esta ciudad); y la otra, en un punto cercano a La Puebla Nueva, próximo a Cebolla. Sobre esta última población, a mi juicio, es plausible considerar que su actual nombre naciera como una deformación de Ilurbida. Siendo transformado por los árabes en yevayla” (que significa “atalaya”), para llegar hasta nosotros como Cebolla. Lugar con innumerables yacimientos dentro de su población y en sus campos. Lo que podemos comprobar consultando “La carta arqueológica de Cebolla” (46) donde comprobaremos la importancia de este municipio, desde las épocas más remotas.

               De tal manera, considerando las anteriores localizaciones, sabiendo que la Ebura donde se asentó Fulvio Flaco; era la misma que Libora y estaba en la confluencia del Tajo con el Alberche. Debemos identificar la llanura donde se enfrentaron romanos y carpetanos, con la existente entre Talavera y Montearagón. Habiéndose parapetado los iberos en ese alto, frente a la ciudad toledana. Por su parte, el relato de Livio nos narra que una parte de las cohortes de Fulvio Flaco, pasaron sigilosamente durante la noche a la retaguardia del enemigo. Por lo que, cuando comenzó la batalla en el llano, los que se encontraban en la otra zona, incendiaron los campamentos de los iberos. Quienes viendo que atacaban sus ciudades (detrás de ellos), se dividieron; marchando muchos hacia esos lugares de la retaguardia, intentando ayudar a sus congéneres. Finalmente, los habitantes peninsulares fueron fácilmente vencidos, en una maniobra que los envolvió. Por cuanto, a mi parecer, lo que defendían los carpetanos no era solo sus destacamentos; sino principalmente, la ciudad de Ilúrbida; donde permanecerían resguardados muchos de ellos.



SOBRE ESTAS LÍNEAS: mapa donde expongo mi interpretación sobre la batalla entre Fulvio Flaco y los carpetanos, en el 179 a.C.. Marcada con una estrella negra y amarilla, la Ebura donde Livio dice que estableció el magistrado romano sus ejércitos. Con una estrella verde y amarilla, la posible situación de Ilúrbida. Con un triángulo negro y amarillo, el lugar en que se enfrentó Fulvio Flaco a los carpetanos. Con un triángulo verde y amarillo; los campamentos de los iberos en Montearagón. Con una linea roja, el camino que hicieron por la noche las huestes romanas, para atacar durante el día siguiente a la retaguardia; lo que se produce cuando el general latino hace frente a los carpetanos, obligándoles a bajar de Montearagón. Con líneas verdes, la maniobra de Fulvio Flaco, simulando salir de su cuartel, situado en Ebura, pero regresando a él cuando las legiones comienzan a incendiar los campamentos iberos de la retaguardia. Así se dividen las hordas iberas, marchando muchos en ayuda de sus compañeros; siendo vencidos rápidamente. Con una estrella azul y amarilla, hemos marcado donde comienzan los altos del área, que hasta entonces protegían los altos de Montalbán. Creemos, que el asentamiento en Montearagón protegía principalmente Ilúrbida y esta zona del Tajo, tan importante para los carpetanos.




SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
arriba y abajo, los cortes y altos de Montalbán; una de las pocas áreas de La Carpetania, perfectamente parapetada entre montañas. Pues estos dominios de los íberos que habitaban el centro de la Península, apenas tenían zonas montañosas. Al lado, la carta arqueológica de Cebolla (Toledo); donde posiblemente estuvo Ilúrbida.









JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
dos imágenes más de La Puebla de Montalbán, donde muchos consideran que estuvo Ilúrbida. Pese a que parece más lógico pensar que este municipio por entonces era una población vettona; ya que allí se ha hallado un verraco.





           A continuación, recogeremos lo que nos dice el prof. Montero Vitores sobre Ilúrbida; quien apunta a La Puebla de Montalbán o a Maqueda, como población para reducirla. Escribiendo: Si tomamos estas coordenadas en. base al valor de grado de Toletum, el punto obtenido presenta la posibilidad de los alrededores de la Puebla de Montalbán, pero también podemos encontrar una respuesta con el valor de Complutum en Maqueda (Toledo) (47) . Unas frases ante las que nos gustaría añadir dos ideas: Sobre la Puebla de Montalbán, dijimos anteriormente que se tiene como una ciudad de los vettones, en la frontera con los carpetanos. Cuyos límites recorrían el Tajo, hasta llegar a El Carpio: donde la linde entre ambas etnias se dirigía al Sur, excluyendo de territorio carpetano La Puebla y los altos de Montalbán. Un hecho que atestigua el descubrimiento de un verraco, hallado en esta población (famosa por ser dominio de las grandes familias castellanas; entre ellas, la del ducado de Osuna) . Sobre la segunda posible localización de Montero Vitores, situando Ilúrbida en Maqueda, en base a las coordenadas de Complutum. Hemos de añadir, que siguiendo ese método, habríamos de calcular su reducción midiendo todas las referencias que La Geografía da para las ciudades más próximas (unas diez). Por lo que nos parece más lógico considerar que las coordenadas geodésicas que Ptolomeo ofrece en Toledo; deben ser las más justas y acertadamente medidas. Siendo esta situación determinada, la mejor para calcular latitud y longitud de todas las poblaciones cercanas (en base a las de Toletum); considerando que los astrónomos habrían medido correctamente la situación de esta capital.

              Para finalizar nuestros apuntes sobre esa urbe carpetana, añadiremos que existía una deidad vettona con un nombre casi igual. Nos referimos a Ilurbeda (no Ilurbida); pero que personalmente creo eran homónimas. Por cuanto, resultando extraño que esta Ilurbeda fuese adorada por la tribu vecina a la Carpetania; no es absurdo pensar que el nombre fue tomado desde un vocablo común y muy utilizado en tierras lusitanas después de la conquista romana. Lo que se puede observar en las aras halladas en Segoyuela de los Cornejos ý La Alberca (Salamanca); en San Martín de Trevejos (Cáceres); en Narros del Puerto (Ávila); en Coimbra y en Sintra (Portugal). Donde aparece el nombre de esa deidad; cuya etimología puede traducirse, si la analizamos bajo mi teoría sobre la lengua prerromana peninsular. Considerando al ibero una lengua indoeuropea antiquísima; con influjos similares a los que contiene el etrusco (ajena al vascuence). Por lo que -a mi entender- debemos observar que en esa palabra se halla el término “URBE”, seguido por la partícula “DA”; lo que se comprueba en las estelas antes citadas, donde se escribe “LVURBEDA”; sin de la “I” inicial.

              Tras lo expuesto, conociendo que en los idiomas indoarianos, las voces “DA” se identifican con el término “deidad”; y URBE con el de “ciudad”. Existe la posibilidad de que LURBEDA pudiera traducirse como “deidad de la urbe”; una diva que quizás se identificaba con una Cibeles ibera, como “protectora de la civilización”. Es decir, que nos resulta plausible traducir IL-URBE-DA; por Urbe-Dea, con el prefijo añadido IL. Por lo que sabiendo que existen numerosísimas ciudades ibéricas con esa partícula “IL” inicial; no sería extraño considerar que ese IL fue un sufijo indicativo de “lugar”. Pudiendo suponerse que IL-ERCAVONA, era “lugar de Ercavona (de Ercavica)”; IL-TIRTAR, “lugar del Tirtar” (de Tirtu); IL-ERGETES “lugar de Ergetes” (del Ergetes); IL-IBERRI “lugar de Iberri” etc. Por lo que IL-URBIDA sería lugar de Urbi-da; lo que pudiera traducirse como “lugar de la diosa ciudadana”. Para finalizar añado que también podemos deducir la “LI” que precede al nombre de LIBORA; como una aliteración de “IL”. Siendo el nombre de la ciudad carpetana llamada Libora; citada por Ptolomeo y que identificamos con EBURA; el mismo que IL-BORA. Una IL-BORA, muy cercana fonéticamente a ELBORA y a la primera Ebora, que menciona Tito Livio.




SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Tres imágenes del sarcófago hallado en Las Vegas de San Antonio (La Pueblanueva) tal como se expone en el Museo Arqueológico Nacional -al que agradecemos nos permita divulgarlas-. En la segunda, hemos situado una persona al lado, para comprender su escala. Fue encontrado hacia 1880 en las proximidades de Talavera de la Reina; lugar en el que localizamos Elbora. Obispado godo originado desde la Ebora carpetana y la Lebora (del Anónimo de Rávena), que se correspondería con la Libora carpetana de Ptolomeo.






JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
dos imágenes de Talavera de la Reina. Al lado, el Tajo a su paso por la ciudad toledana; con el “puente viejo” al fondo. Abajo, grabado de Laborde, con la muralla y la puerta de Mérida. Era la antigua entrada a esta ciudad, cuando se llegaba desde la romana Emérita Augusta; un camino que venía por Guadalupe, Arrebatacapas y Villar del Pedroso.





C) SOBRE LOS ORÍGENES IBÉRICOS DE TALAVERA DE LA REINA:

              Afirma Dionisio Urbina que la Ebora carpetana nunca pudo estar en Talavera, debido a que no se han hallado restos prerromanos en su municipio. Escribiendo este profesor: El momento de la fundación de la ciudad se puede situar, partiendo de la cronología de estas cerámicas del nivel más antiguo, en el primer cuarto del siglo I d.C., o quizá un poco antes, grosso modo, hacia el cambio de Era. Las excelentes comunicaciones de Talavera en la Antigüedad no justifican una cronología más tardía (49) . Las frases anteriores, dejan claro que para Urbina, Talavera de la Reina nació con el Imperio; en época coetánea a Cristo. Motivo por el cual, este especialista sitúa la referida Ebora de Livio, en Consuegra; pese a que en ese pueblo famoso por sus molinos, es evidente que estuvo la Consabura prerromana. Quizás en su razonamiento, el prof. Urbina, deseó crear una nueva etimología; entendiendo que Cons-Abura, pudo ser Cons-Ebura. Lo que no resulta factible, tal como demostramos en cita (31) ; donde hemos recogido decenas de publicaciones en las que se demuestra que aquel yacimiento del Cerro Calderico, era la Consabura carpetana.

               Por cuanto he expresado, todas las pruebas apuntan a que aquella Ebora citada por Livio, estuvo donde se unen el Tajo y el Alberche (a la entrada de la ciudad toledana). Pese a que no haya indicios iberos en las cercanías de este punto, podemos admitir la reducción de esa urbe carpetana en la confluencia entre ambos ríos. Debiendo pensar, que pudo ser total la destrucción de esa ciudad, tras ser conquistada por Fulvio Flaco. Siendo un testimonio más sobre la presencia en ese punto, de la primitiva Ebora; que siglos después se construyese en el lugar -quizá, sobre ella- la Lebora o la Elbora tardorromana. Por lo que hemos de considerar que la primigenia Ebora pudo ser arrasada, para sustituirla por otras ciudades casi homónimas; procurando no dejar restos ibéricos en la zona (tal como se hacía). Lo que deducimos, no convence al profesor Urbina; quien opina que sin yacimientos prerromanos, es imposible situar allí asentamientos anteriores a los conquistadores. Pero vamos a defender nuestra hipótesis, en base a otra dominación llegada a estas tierras toledanas y los restos que dejaron. Nos referimos a los pocos vestigios que quedaron del mundo árabe en Talavera de la Reina. Un testimonio arqueológico que se reduce a la zona baja de su muralla; a una posible mezquita existente bajo la Iglesia de Santa María y a una lápida (hoy expuesta en el Museo Arqueológico de Madrid). Poco más ha aparecido de esta etapa en que la urbe fue llamada Tel-Ebora, por quienes desde el 711 se adueñaron de la Península. Consecuentemente, en base a lo hallado, podríamos determinar que la ciudad toledana apenas tuvo importancia durante la etapa musulmana. Todo lo que es impropio y muy desacertado; ya que su taifa se extendía hasta la sierra de Gredos (por el Norte), hasta Almaraz (por el Oeste) hasta El Casar de Escalona (por el Este) y hasta el Guadiana (por el Sur). Habiendo testimonio histórico de que fue uno de los enclaves más importantes del área central peninsular, desde el siglo VIII hasta el año 1083 (en que la reconquistó Alfonso VI). Pese a ello, apenas hay vestigios árabes; debido a que se destruyen cuando el lugar pasó de nuevo a dominios cristianos. Por lo que siguiendo la idea que el profesor Urbina expresa sobre la Ebora Carpetana; deberíamos también concluir que tampoco fue Tal-Ebura una urbe importante en tiempos de los sarracenos (habida cuenta la ausencia de restos).

             En numerosos artículos ya hemos manifestado, que -a mi entender- la investigación arqueológica debe ser muy parecida a un procedimiento judicial. Por lo que, aunque no haya suficientes pruebas físicas y ni siquiera un móvil; se pueden deducir unos hechos, debido a indicios y claras evidencias. Ello fue lo que sucedió con el Tartessos de Schulten; al que tildaron de soñador y hasta de fabulador, cuando en 1921 publicó por primera vez su magnífica obra dedicada a esta civilización perdida. Una cultura que hasta entonces se consideraba tan solo una leyenda; tanto, que cuando traducían su nombre las Biblias protestantes de la época, se interpretaba la palabra “Tarschisch” por “océano” o por “mar abierto”. Incluyendo las palabras “naves de aguas abiertas”; donde debían haber escrito “naves de Tarschisch”. Pues hasta finales del siglo XX, gran parte de los investigadores se negaban a aceptar la existencia de una verdadera Tartessos; por falta de vestigios. Aunque, no repararon los que negaban aquella civilización; que los restos más antiguos siempre serán los últimos que se hallarán (al estar a mayor profundidad y haberse conservado peor). Por cuanto, en nuestros días, nadie niega la existencia de esa cultura turdetana que se desarrolló en las riberas del Guadalquivir y del Guadiana. De un mismo modo, no descartamos que antes o después, se encuentren vestigios de una urbe prerromana en el municipio de Talavera de la Reina. Aunque en el epígrafe siguiente, veremos cómo hay indicios suficientes; para afirmar que esta ciudad fue de fundación vettona y carpetana. Existiendo en el lugar, dos urbes fronterizas, pertenecientes a las etnias que separaban las orillas de los ríos. A mi juicio, una de los carpetanos (Ebora), sita antes de la desembocadura del Alberche. Junto a otra vettona después de la confluencia de ambos cauces (cuyo nombre intentaremos descubrir en el siguiente epígrafe).




SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Tres imágenes de Talavera de la Reina. Sus murallas y yacimientos romanos.












JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS: Zona de la muralla de Talavera, que se considera de origen árabe.










JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS: la muralla y sus pasos con arcos que recuerdan un trazado musulmán.










JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS: Otras dos imágenes de esta zona de la muralla de Talavera de la Reina.










JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
dos fotografías de la lápida árabe, que antaño se hallaba en las murallas de Talavera. Es uno de los pocos vestigios musulmanes que se han conservado en la ciudad, pese a que fue una de las principales capitales unidas a Al-Andalus.

Para conocer más sobre esta pieza, recomendamos leer el artículo de Méndez-Cabeza “LA LÁPIDA CON INSCRIPCIÓN ÁRABE DE LAMURALLA DE TALAVERA”, pulsando: https://lamejortierradecastilla.com/una-lapida-perdida-con-inscripcion-arabe/ .

Donde su autor recoge que la leyenda inscrita dicta: «En nombre de Dios, clemente y misericordioso, // ordenó construir esta torre Abdallah al Hakán al-Muntasir bi -Llah, Emir de los creyentes // -al que Dios dé larga vida- por obra de su señor y dirigente Manshud ben Naser. Se terminó // con la ayuda y apoyo de Dios, el mes de Ramadán del año 356″



C-1) La Talavera prerromana y los Vettones, en Álvarez-Sanchís: (50)

             En este epígrafe, vamos a analizar algunos datos que proporciona Álvarez-Sanchís en su tesis doctoral; demostrando que hay numerosos vestigios ibéricos, en Talavera de la Reina. El libro que estudiaremos es una obra colosal, publicada finalmente por la Real Academia de la Historia; donde en sus primeras páginas el autor nos dice textualmente: sabemos de auténticas fundaciones a finales del s. III a.C. y en las dos centurias siguientes: El Raso de Candeleda, Avila/Obila. Talavera de la Reina/Caesarobriga. Talavera la Vieja/Augustobriga.. etc.(50a) . Ello supone que este investigador -uno de los mejores especialistas en la cultura vettona- reconoce que Caesaróbriga era una urbe de origen prerromano. Todo lo que se demuestra en su nombre; que conserva el antiguo sufijo de “briga”, cuya traducción en lengua ibérica sabemos que es “población amurallada; fortificada”. De tal manera, parece evidente que esta ciudad dedicada al César, antecesora de la actual Talavera de la Reina; es de origen vettón. Al igual que lo fue su cercana Augustóbriga (reducida en Talaverilla o en Villar del Pedroso); sobre la que nadie duda era una población ibera, refundada por los romanos durante la época imperial. Debiendo deducirse la existencia de fundaciones muy anteriores, en donde luego elevaron los romanos Augustóbriga y Caesaróbriga; lo que demuestra su locativo, con la partícula “briga” (junto al nuevo nombre impuesto por los conquistadores). Aclarado este punto, podríamos buscar la urbe vettona que dio origen a esta segunda, que los dominadores itálicos dedicaron al César (una ciudad de los lusitanos quizás recogida por Ptolomeo en su Geografía). Debiendo considerarse que el primitivo nombre pudo ser parecido al de Caesaróbriga; tal como hacían comúnmente los nuevos dueños de Hispania, cuando trasladaban o refundaban un municipio.

               Continuando con la tesis de Álvarez-Sanchís, sigue con unas frases donde se ratifican las ideas antes expresadas por nosotros: parece razonable suponer que Augustobriga (Talavera la Vieja) y Caesarobriga (Talavera de la Reina) fuesen resultado del proceso romanizador de la comarca, cuyos núcleos urbanos tendrían su origen en los siglos I a. C, al I d.C. respectivamente (...) Es muy probable que ambas ciudades estuvieran amuralladas en origen, como avala el sufijo céltico en "briga" topónimo prerromano característico que continuó en uso hasta época imperial (...) y del que se dan otros casos (Deobriga, Mirobriga) entre los propios vettones. Carecemos de pruebas seguras respecto del papel que pudieron haber desempeñado estos centros en el Hierro pleno, aunque algunos argumentos podrían orientarse en dicho sentido: sería el caso de las conocidas esculturas de verracos, de gran tamaño, procedentes de los alrededores.(50b) . Es decir, el autor de esta tesis concluye que Caesaróbriga era de origen prerromano (de ello la conservación del sufijo “briga”) debiendo fijarse la fecha de su refundación en los siglos I a.C., al I d.C..

            El segundo gran indicio sobre una Talavera de la Reina de origen vettón, se encuentra en los verracos que han aparecido en su municipio. En cita (52c) recogemos los primeros comentarios de Álvarez-Sanchís sobre estas esculturas. Piezas que más tarde estudiaremos detalladamente, analizando los pormenores de estos verracos encontrados en la ciudad toledana. En tercer lugar, un vestigio más que mostraría el origen prerromano de este municipio, es la frecuente aparición de epigrafía dedicada a la deidad “Ataekina”. Sobre la que el autor dicta: “El culto de Ataecina en Hispania se extendió por las regiones orientales de la provincia de Lusitania, bien implantada entre el Tajo medio y el Guadiana con un total de treinta y cinco inscripciones (...) varias de ellas en territorio vettón: Talavera de la Reina/Caesarobriga (52d) . Por lo demás, la tesis de Álvarez-Sanchís (que comentamos) habla claramente sobre las fronteras de los vettones; que se cerraba por el Este en esta ciudad dedicada al César, durante la época imperial. Porque hubo de ser una población prerromana fronteriza (50e) ; ya que en este punto confluía la linde con los carpetanos, subiendo desde la desembocadura del Alberche, hasta Cebreros (tal como hemos repetido al hablar sobre los dominios de ambas etnias).

            Finalmente, como dato más importante; en citas (50f) y (50g) recogemos el listado de verracos hallados en Talavera de la Reina, tal como los contiene la obra de Álvarez-Sanchís. Donde cataloga ocho ejemplares encontrados en el municipio; de los cuales da tres por desaparecidos, fijando la localización del resto en los siguientes puntos: Dos en el museo de Santa Cruz de Toledo (ver imágenes a continuación). Uno más, en la muralla de la ciudad; otro en La Alcoba de la Dehesa; y nos quedaría un octavo, que a mi juicio sería el que se guarda en un edificio oficial de Talavera la Nueva. Aunque hay algún ejemplar que no incluye, hallados en las cercanías de la urbe toledana (como el que se encontró en Motearagón). Todo lo que nos hablaría de que la Caesaróbriga romana, fue antes una población vettona.




SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Tres mapas diseñados por nosotros, en los que he marcado los puntos donde han aparecido verracos vettones. Arriba, junto a Ávila, capital. Observemos que en el entorno de esta ciudad, sita junto a Cardeñosa (Las Cogotas, quizás la Obila vettona) se han encontrado más de cuarenta esculturas. Al lado, plano de las proximidades de El Tiemblo, Cenicientos y El Tiétar; donde se hallan los famosos Toros de Gisando. Abajo, verracos aparecidos en el área que comprende desde El Casar de Escalona y Talavera de la Reina; hasta Talavera la Vieja, Villar del Pedroso, San Martín de Pusa y El Carpio del Tajo.




JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
al lado, verracos hallados en Talavera de la Reina y en sus inmediaciones. Observemos que aparecieron tres, en la zona de confluencia entre el Alberche y el Tajo; donde situamos la Ebora Carpetana. Algo que podría llevarnos a pensar que tras la conquista de Fulvio Flaco en el 179 a.C., la zona pudo ser recuperada por los Lusitanos y los vettones. Habitando allí, durante unos decenios; quizá hasta que se pierden las guerras lusitanas en el 139 a.C.. Abajo, verracos documentados, o existentes, en la zona de Toledo capital y pueblos cercanos. En el mapa se puede trazar una línea imaginaria, comprendiendo la frontera entre carpetanos y vettones; que bajaría por la Puebla de Montalbán y Gálvez. La existencia de esas esculturas en Toledo ciudad, posiblemente se deba a un traslado realizado por un aficionado o un experto en antigüedades (ya que Toletum no fue nunca una urbe vettona).



JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
al lado, torito de Solosancho (Ávila); uno de los tres que se hallaron en el yacimiento de Ulaca, sita en un cerro de este pueblo, cercano a la capital abulense (la foto fue tomada hace unos treinta años y situamos una persona a su lado, para conocer la escala de la pieza). Abajo, toro encontrado La Puebla de Montalbán, fechado en el siglo III; tal como se expone en el Museo de Santa Cruz de Toledo -al que agradecemos nos permita divulgar nuestra foto-.








JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Al lado, otra imagen del torito de La Puebla de Montalbán; expuesto en el interior del Museo de Santa Cruz de Toledo. Abajo, detalle de las murallas de Talavera de la Reina, donde podemos ver sillares reaprovechados. Alguno de ellos podría ser un fragmento de verraco partido.







JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
dos fotos de una misma zona de lienzo en los muros de Talavera de la Reina. Al lado, destacado en un cuadrado amarillo (en detalle); dos sillares que parecen ser un verraco. Abajo, foto general de la pared, donde abajo podemos ver esas dos piedras.





JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
dos imágenes más de la muralla de Talavera; en este caso donde vemos numerosos sillares reaprovechados. Entre ellos, quizás hay tumbas romanas, que marco con flechas blancas.










JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
al lado, torre de la muralla romana de Talavera, con infinidad de sillares aprovechados. Abajo, toma general de esta zona, con una persona al lado, para comprender la escala.










JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
otra parte de la muralla, donde podemos ver numerosas piezas reaprovechadas, que dejan imaginar posibles verracos vettones.









C-2) Sobre el nombre prerromano de Caesaróbriga y otras ciudades vettonas:

C-2.A) Caesaróbriga y Deóbriga:

           Tal como hemos expuesto, hubo una urbe ibérica, antes de que los romanos fundasen aquella ciudad dedicada al César en donde actualmente se levanta Talavera. Para conocer cual pudo ser (si fue recogida por fuentes clásicas) lo mejor sería localizar una población vettona, cuyas coordenadas sean muy cercanas a las de la Libora -Ebora- carpetana (que sabemos, se hallaba en la confluencia del Tajo con el Alberche). De tal manera, sabiendo que Ptolomeo situaba Libora en Longitud 9º40´ y Latitud 40º 50´. Habríamos de buscar una urbe vettona marcada en una situación próxima. Pese a ello, si estudiamos con detenimiento las orientaciones que nos da el geógrafo alejandrino; veremos que estas van organizadas por etnias y no tanto por mediciones verdaderas; dando coordenadas generales a los lugares pertenecientes a una misma tribu. De tal modo, encontraremos que entre las ciudades que recoge en tierras de los vettones y las de sus vecinos carpetanos, no hay posibilidad de una frontera habitada. Es decir, las poblaciones carpetanas que sitúa más al Oeste son: Alternia (9º 30´) y Libora (9º 40´). Mientras las de los vettones marcadas más al Este (por lo tanto fronterizas) son: Salamanca y Ávila (Helmantica y Obila) que pone a 8º 50´ de Longitud. Ello, supone que hay “un grado” de separación entre las últimas urbes carpetanas y las primeras de los vettones (lo cual es imposible, pues supondría unas 60 millas sin habitantes -unos 100 kmts, a esta latitud). Además, existe un tremendo error, en el posicionamiento de ciudades tan importantes como Salamanca y Ávila; que nunca pueden estar en paralelo Norte-Sur. Pues, a su vez, señala Ptolomeo una distancia entre ambas de 1 grado y 25 minutos; por cuanto la referida Obila (Ávila), debería estar a unos 132 kilómetros al sur puro de Salamanca (Salmantica). Situación que nos llevaría hacia un lugar próximo a Miravete y nunca a la verdadera posición de Ávila. Todo ello supone, que olvida un grado entre Vettones y Carpetanos; pues -como hemos dicho- de seguir las coordenadas que nos ofrece; entre las ciudades vettonas y las carpetanas habría una distancia mínima de unos 100 kilómetros (60 millas sin habitar). Lo que resulta imposible, más si sabemos que ambas tribus ibéricas tenían una frontera compartida, Norte-Sur, que iba desde Cebreros hasta Talavera de la Reina.

             Debido a ello, entre las candidatas a ser la posible antecesora de Caesaróbriga, estaría la Deobriga citada por Ptolomeo (que sitúa en 8º 30´ ; 40º 40´ Norte). A la que si corregimos en un grado su longitud -añadiendo el que le falta a Obila (Ávila)-; quedaría en 9º 30´; 40º 40´ Norte. Todo lo que nos llevaría hasta las proximidades de Libora (Ebora, junto a Talavera); que La Geografía pone en 9º 40´; 40º 50´ Norte. A ello, se une que el locativo Deóbriga puede haber sido sustituido por el de Caesaróbriga, en tiempos imperiales; habida cuenta que el nuevo dios era el César. Todo lo que deja la posibilidad de que la urbe que originó esa urbe que hoy es Talavera; antes hubiera sido la “ciudad santa” de los vettones, llamada Deóbriga. Sobre la que Juan García Alonso nos dice, que tan solo aparece en Ptolomeo y que “el nombre mas claramente céltico de entre los topónimos de los vettones. Formado con “briga” y “deiuos”, significaría algo así como “altozano de los dioses” . Aunque sigue relatando que el profesor Martín Almagro-Gorbea identificaba Deóbriga con el castro de Ulaca -en Solosancho, Ávila- (51) . Una localización de Deóbriga que se podría admitir, si aceptamos que Obila es Ávila o más bien Las Cogotas (en Cardeñosa). Ya que las coordenadas dadas por Ptolomeo para Obila son: 8º 50´; 40º 25´ Norte. Por lo que tan solo difiere en 20 millas al Este y 15 millas, al Norte; con Deóbriga (que se sitúa en 8º 30´ ; 40º 40´ Norte). . Debiendo estar en ese caso Deóbriga a unos 31 kmts al Este y unos 23 kmts al Sur de Obila (Ávila; o Las Cogotas -Cardeñosa-).

             Por otro lado, tomando otro punto que conocemos, como es Capera (Cápara, en Cáceres); para observar la distancia que marca entre este lugar con Obila y Deóbriga. Sabiendo que Capara (Cáparra) es situada por Ptolomeo en el 8º 30´ ; 41º Norte; y conociendo con seguridad que se halla junto al Guijo de Granadilla (Cáceres). Podemos deducir que Obila pudiera corresponderse con el castro de El Raso (en Candeleda). Aunque ello supondría que la urbe más al Este de los vettones, fuera este castro, lo que resta posibilidades a la hipótesis. Siendo mucho más probable identificar Obila con Ávila; ya que este punto se situaba en linea con la frontera de la Carpetania; guardando Obila una longitud prácticamente igual a la de Talavera de la Reina. Por todo ello, para identificar claramente Talavera de la Reina con alguna posición que marca Ptolomeo; tendríamos que considerar esa Obila ubicada en un lugar cercano a El Tiemblo, o Cenicientos (muy al Este del territorio vettón); considerando que Deóbriga estaba varios kilómetros, al Suroeste. Siendo así posible afirmar que Deóbriga fue la antecesora a Caesaróbriga; una teoría que presentamos, aunque no creemos que sea muy cierta. Al cree que, tal como mantenía Almagro-Gorbea, Deóbriga quizás debemos situarla en Ulaca; y Obila en Las Cogotas (junto a Ávila capital).




SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Arriba; de nuevo, el mapa donde habíamos marcado los hallazgos de verracos. Sobre él hemos señalado la posible situación de Obila (en Cardeñosa, Ávila) y de Deóbriga (en Solosalcho, Ulaca). Al lado, el santuario de Ulaca; sobre un cerro de Solosancho (Villaviciosa de Ávila). Abajo, una de las “puertas de Ulaca”; yacimiento vettón que debemos identificar con Deóbriga. En la foto, bajo las grandes moles de piedra, observamos el Valle de Amblés.


BAJO ESTAS LÍNEAS: santuario en forma de escalinata, en Ulaca (quizás Deóbriga). Fotografía tomada hace unos cuarenta años; con una persona al lado, para comprender la escala.



C-2.B) Deóbriga, otras ciudades vettonas y la situación de Cottaeobriga:

             Tal como antes hemos apuntado, la hipótesis más sencilla es considerar que aquella Obila fuera Avila (Cardeñosa) y que tal como dijo el profesor Martín Almagro-Gorbea, Deóbriga se elevase en Ulaca. Lo que nos llevaría a buscar otra ciudad vettona, llamada Lama; situada por Ptolomeo en las Coordenadas 8º 30´ ; 40º 5´ Norte. Es decir, en paralelo con Deóbriga, pero a 35 millas, al Norte. Ello nos llevaría a un punto al Norte puro de Ulaca (Solosancho) distante unos 55 kmts.. Lo que nos dirige hasta las proximidades de Arévalo o bien de Madrigal de las Altas Torres; donde no hay grandes vestigios vettones. Aunque un poco más al Sur (en Chamartín) tenemos el Castro de la Mesa de Miranda; uno de los más importantes, pudiendo deducirse que allí estuvo Lama. Pese a ello, esta urbe citada por La Geografía en las Coordenadas 8º 30´ ; 40º 5´ Norte ; algunos la identifican con Baños de Montemayor y otros con la misma Plasencia. Considerando la opinión general que debemos situarla cerca de Plasencia -ver en cita (52) lo que Juan García Alonso escribe-.

              Asimismo y por deducción; se observa en las posiciones geodésicas de Ptolomeo, que entre las urbes vettonas más meridionales y al Este, están: Ocelo (8º 20´; 41º 15´ Norte) Capara (8º 30´; 41º Norte) y Lancia Oppidana (8º 30´ ; 41º 40´ Norte). Si a ello le unimos la ubicación que La Geografía marca para Salamanca, que es (8º 50´; 41º 50´Norte); la conclusión es que la capital salmantina estaría 20 millas al Oeste que Capera y 50 millas al Sur; lo que nos pondría en un lugar cercano a Trujillo. Todo lo que lleva a pensar que las mediciones de Ptolomeo, en las ciudades vettonas, están cargadas de errores. Un hecho que también explica por qué Lancia Oppidana se marca más al Norte que Salamanca; pese a que este oppidum se identifica comúnmente con Alcántara (en Cáceres). Debido a que en la inscripción conservada en su puente de origen romano, se menciona esa Lancia y a sus habitantes. Por su parte, Ocellum (Ocelo) suele situarse en Zamora, siendo equiparado con Ocello Durum. Todo lo que muestra la dificultad de “orientarse” bajo las coordenadas de Ptolomeo, al menos en tierras vettonas y lusitanas.

           Finalmente, diremos que la situación que ofrece el geógrafo alejandrino para Augustóbriga, son: 8º ; 41º 15´ Norte. Por lo que se hallaría a 50 millas al Oeste de Obila (Ávila) y 70 millas al Sur; lo que nos llevaría a un punto cercano a Guadalupe. Aunque si tomamos como referencia Salamanca, que La Geografía coloca en 8º 50´ 41º 50´; se hallaría a 50 millas al Oeste de Salmántica y 35 millas al Sur. Un punto geográfico que nos llevaría hacia tierras cercanas al Castro de Irueña, en Fuenteguinaldo (Salamanca). Unos hechos que de nuevo demuestran como en tierras vettonas, las referencias ptolomeicas son muy confusas; por no decir totalmente erróneas. Siendo así, creemos que la famosa ciudad de Cottaiobriga (Cottagobriga) cuyas coordenadas marca en 8º ; 41º 30´ Norte. Hemos de considerarla muy cercana al río Coa (del que habría tomado el nombre); y está próxima a Almeida o a Castelo Rodrigo -tal como señala Juan García Alonso (53) -. Creyendo personalmente que pudo situarse en Vilar do Amargo, donde parece que se extienden los restos de un antiguo castro, hoy convertido en cantera de granito. Aunque me inclino más a considerar que Cottagóbriga es la antecesora de la ciudad llamada en la Edad Media Calábriga (Caliabria); urbe desaparecida por la peste y que se elevaba en un monte situado a orillas del Duero, muy cerca del río Coa. En unos campos donde actualmente la Hacienda CARM fabrica el aceite y el vino “Quinta do Bispado” y “Vinha do Bispado”, en recuerdo a esta diócesis que dependía de Ciudad Rodrigo (hasta que la ciudad de Calábriga fue abandonada, debido a epidemias).




SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
arriba, lámina que publica Álvarez-Sanchís en su tesis doctoral, editada por la R.A.H. (página 87; al que agradecemos nos permita divulgarla). Contiene los límites territoriales de los vettones y sus principales yacimientos o castros. En rojo he marcado el punto en que considero estuvo Cottaiobriga; y que a mi juicio pudo ser la población de Vila do Amargo, o bien Almendra (en Portugal). Al lado, un dibujo mío de la botella de aceite Quinta do Bispado; pago que se cultiva donde estuvo la antigua Calábriga (o Caliabria) portuguesa. Obispado que fue dependiente del de Ciudad Rodrigo y sito entre Almendra y el Río Coa. Punto en que pudo levantarse la urbe vettona de Cottaeobriga. Abajo, otro dibujo mío con botellas de aceite que procede de ese lugar en que se cree se elevaba la ciudad de Calábriga (abandonada por las pestes o por epidemias).





JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Dos imágenes de los montes cercanos a la desaparecida Calábriga; hoy de Hacienda Carm (Almendra, Portugal). A los interesados en esta Caliabria, que considero pudo tener su origen en Cottagobriga; les invitamos a leer este interesante artículo, donde se narra la historia de esta ciudad desaparecida: https://centrodeestudiosmirobrigenses.es/?p=391







C-2.C) Cottaiobriga o Cottagobriga (Κοτταιόβριγα ; Κοτταγοβρίγα) en Vilar do Amargo:

         Como hemos dicho, esta ciudad vettona hubo de estar en las proximidades de Almendra, Portugal. Una de las posibilidades es que fuera la antecesora de Caliabria, una urbe y obispado dependiente del de Ciudad Rodrigo, que desapareció. Otra hipótesis es que se tratase de Vilar do Amargo; población que también perteneció al obispado de Ciudad Rodrigo y posteriormente fue adscrita al municipio portugués de Almendra. Pedanía en cuya parte alta se halla un enorme berrocal que ha sido destruido, al tratarse de una de las principales cantera de granito de la zona. Pese a ello, aun se observa su emplazamiento, que otea tierras y montes, situados a cientos de kilómetros a la redonda. Destacando una supremacía sobre Castelo Rodrigo y su posición de vigía en el valle del Duero portugués. Pudiendo verse desde este punto tierras de Salamanca, en el Este; y al Oeste, los dominios de Lamego. A continuación recojo un reportaje tomado en esta cantera de granito, donde parece poder verse aún alguna cazoleta y posibles formas que los vettones adoraban.



SOBRE, JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Tres imágenes de la cantera de granito de Vilar do Amargo, en Portugal; donde quizás estaba Cottagobriga. Los restos que quedan de sus berrocales, tienen el aspecto de un castro vettón.










JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
al lado una de las “bolas” de granito que parece contener cazoletas de tipo vettón. Abajo, los límites de esta cantera, donde se observa el paisaje de fondo y los lugares que la vista alcanza, desde allí.









JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
al lado, otro de los berrocales de la cantera, con lo que parecen cazuelas de sacrificio; similares a los que hay en Ulaca. Abajo, vista general. El campo está perfectamente orientado al Sol durante todas las horas de luz (desde que sale hasta que se pone; en cualquier época del año)






JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
al lado, los bloques de granito con formas curiosas, que siguen siendo destruidos. Abajo, la cantera, y al fondo, los montes de Castelo Rodrigo; donde se considera que se refugió Don Rodrigo tras perder la batalla de Segoyuela de los Cornejos (debiendo huir de su reino).






JUNTO Y BAJO ESTAS LÍNEAS:
Al lado, más piedras con extrañas formas y que quizás fueron parte de un santuario vettón. Abajo, la cantera de Vilar do Amargo y sus increíbles vistas.









BAJO ESTAS LÍNEAS: La cantera de Vilar do Amargo; al fondo el monte de Castelo Rodrigo.




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Este fue el capítulo OCTAVO

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Además:

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